Visor de obras.

Volumen 4 - carta nº 161

Santiago, 13 mayo 1880

Mi carísimo Marcelino: puesto que no te ha parecido mal el esbozo de programa, que te mandé en mi anterior, para los dos primeros libros del tomo 3.º, allá te vá el del libro siguiente, dejando para otro día el último. Puedes tu entre tanto ir refundiéndole y enviándomele por partes para darle la última mano.

No sé del Dr. Salas mas que lo que trae Perez Anaya en el 2.º tomo de sus Lecciones y modelos de Elocuencia forense, ni del Dr. Normante otra cosa que lo apuntado por Colmeiro en su Biblioteca de los economistas españoles (t. 1.º de Memorias de la Academia de Ciencias Morales), siguiendo probablemente á Latassa. Del filosofismo salmantino algo podrá informarte D. Vicente de la Fuente. Convendría que fueses á Salamanca, donde hay personas que deben de saber bastante de estas cosas, y Bibliotecas muy ricas en mss. Yo te recomendaría á algunos de mis amigos de aquella ciudad.

Los sonetos que echas de menos estan en la Revista de

Mazon. El Porvenir se ha hecho el sueco, y no quiero insistir para que siga la publicación. Nada se pierde.

Leí con mucho gusto tu elogio de la novela de Pereda y tu poesía A Lydia, que aun me parecería mejor sin las alusiones y similes mitológicos.

No extraño el silencio de los periódicos liberales sobre tu Historia. Lo extraño es el de La Ciencia cristiana y de la Revista popular, de Barcelona. Acaso no hayan recibido el correspondiente ejemplar. Supongo que Amos Escalante no dejará de hablar de ella en La Epoca. Tambien Canella hablaría en la Revista de Asturias si , como vivamente desea, le envias tu obra. Anhela tu dedicatoria autógrafa. Debes complacerle, pues á su vez podrá servirte mucho con sus noticias y ser pregonero de tus producciones. Por de pronto, te mandará los curiosos papeles que há hallado, referentes al dominico luterano del siglo XVI Escalante.

Te agradezco muchísimo, y lo mismo al Marqués de Valmar, los buenos oficios para colocarme. No desistais, que me importa sobremanera salir de esta situacion anómala. Con la buena volutad de Bugallal y Sanchez Bustillo, y acaso de Cánovas, algo podrá lograrse. Á Barrantes le convendría una Direccion general á fin de ponerse en condiciones de ascender al Consejo de Estado. Siendo tan amigo de Cánovas, este no dejará de cooperar a sus progresos de buena voluntad.

Vá para dos meses que leí en un periódico que el Consejo de Instrucn. habia acordado las propuestas para cubrir varias categorias de término, y hoy es el día en que aun no he visto las Rs. órdenes proveyéndolas, ni sacadas á concurso las de ascenso que, por fuerza, han de resultar vacantes. ¿Que misterio hay en este asunto? Hé escrito á Carderera preguntándoselo: quizá no me responda. ¿Quisieras informarte?

Escrito el párrafo anterior recibo carta de Carderera, anunciándome que pronto saldran á concurso dos categorías de ascenso. Le contesto y digo que con tarjeta mia iras á verle, recoger para mandarme cuando haya ocasion unas entregas del Museo español de Dorregaray é informarte de los demas puntos de que le hablo en mi carta, especialmente de lo

relativo a la calificación de mis Ensayos críticos por el consejo. Como esto último es urgente, te agradeceré que no demores la visita y el darme parte de lo que acordeis.

Me piden que te pida que pidas á personajes de esa (pues te creen una potencia) cartas de recomendacion para el Obispo de Lugo en favor de D. José Ferreiro, opositor á la prebenda de canónigo penitenciario de aquella catedral. Lo hago para que no duden de mi buena voluntad, y suponiendo que no podrás complacerme, ponme un párrafo expresivo acerca de este punto, á fin de poder mandarle á la persona que me hace la recomendacion, para que vea que hé hecho cuanto estaba en mi mano.

Te incluyo un art.º de El Siglo futuro sobre la Masonería, que puede servirte para el tomo 3.º, á contar desde Pombal y Aranda. Todos los estudiantes cubanos que vienen á esta Universidad son masones.

Tuyo apasionado

En la instancia que mando á Carderera expreso el n.º de mi cédula personal, pero no vá esta por creerlo excusado.