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Volumen 7 - carta nº 91

De JOSÉ ALCALÁ GALIANO
CONSULADO DE ESPAÑA
EN NEWCASTLE ON FYNE
PARTICULAR
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

202 Portland Road, 23 febrero 1885

Mi querido amigo: muerto para las letras españolas, he tenido que traducirme á mi mismo y valerme de lengua extraña siempre que pretendo que alguien oiga y comprenda mi vox clamantis en el desierto de mi ya largo destierro.

A Vd. omnivoro de cuanto se escribe; á Vd. que con igual paciencia de erudito se aprende el Ramayana que una copla de Perico el ciego, bien puedo enviarle las dos adjuntas poesias en frances [1] que, el año anterior y este, pronuncié, como brindis, en dos banquetes de un círculo literario de esta ciudad que bien pudiera llamarse Tristopolis y ser capital de Nebulandia segun son eternas sus nieblas. Lea Vd. mis alejandrinos y cuartetas con indulgencia y otorguemela plenaria si las juzga un atentado á la lengua de Molière.

Paso ahora á pedirle un favor. Si mi estancia en Inglaterra se prolonga más allá de mi deseo y mi paciencia pienso escribir y publicar en la revista de Londres «The Nineteenth Century» una série de artículos en ingles sobre autores españoles contemporáneos, y siendo Vd. uno de los primeros destinados al martirio de mi pluma, le agradeceré que por conducto del dador de esta, el Conde de Casa Valencia, me envie un ejemplar (cuyo importe él abonará á Vd.) de los Heterodoxos Españoles, libro que no conzoco y sobre el que he de escribir algo si Vd. no pone su para mí inapelable veto. Si ademas quiere Vd. darme una ligera nota de sus trabajos literarios y algunas breves indicaciones biográficas completaría Vd. el favor.

Vd. que conoce mi adoracion por las musas, puede imaginar los tormentos prometéicos á que hace años estoy sometido en este Cáucaso de prosas, olvidos y soledad, en el que tengo que resignarme esclamando con el titan de Esquilo:

Tâu peprwmžnhn d¡ crÂ
aŽsan fžrein êj r¸sta, gignësouq'×ti
tÓ tÅj ªu¥gchj £st' ¥d¿ritou sqžuoj

Dichoso Vd. que ahí vive al Sol (á quien no veo hace tres años); que, ademas, recibe la luz y el calor de esos dos soles del espíritu: la ciencia y la gloria; que abre sus alas, vuela y sube y somete á la Fortuna y subyuga á la Fama y vive entre aplausos á los que se une con toda la fuerza de sus manos y su entusiasmo su primer admirador, envidioso y afmo. amigo

José Alcalá Galiano

 

[1] No se conservan con la carta.