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Volumen 7 - carta nº 479

De MANUEL SANGUILY
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Lombillo 6, Cerro, Habana, 4 abril 1886

Muy distinguido amigo: Tengo el gusto de remitirle, por este correo, un paquetito que contiene dos números de la «Revista Cubana», correspondientes á Junio y Noviembre del año próximo pasado.

En el de Junio se publicó un artículo mio sobre «José de la Luz y Caballero», y en el otro, las cartas que, con motivo de aquel ensayo, mediaron entre el Doctor D. José Ign.º Rodriguez y yo.

Ocupándose V., en el tomo 3.º de los «Heterodoxos», de Varela y de Luz, educadores y filósofos cubanos, demuestra V. interés por la marcha intelectual de este rincon del mundo, de lo que ha dado prueba reciente en la última edicion de su «Horacio en España», por lo que V. verá sin extrañeza el envio de esos periódicos, que no tiene mas objeto que una muestra de deferencia y de que nunca le olvido.

Como, en cuanto á ideas religiosas, estamos en bandos diferentes, debo advertirle que puede leer ó nó mi trabajo; por más que yo sé que V. mismo se declara en el tomo de su obra ántes mencionada, «lector imperturbable».

Si resultare que el trabajo no merece, en justicia, su reprobacion, será para mí esa circunstancia motivo de satisfacción grandísima; lo que no significa que deba V. escusarse de decirmelo, en caso contrario, aunque me duela.

Para la de V., y muy legítima por cierto, debo darle una agradable noticia. Si bien, en los «Heterodoxos», piensa V. que puede no haber existido el R. Ramon Montsalvatge, se inclina, sin embargo, á creer que «la novela» de su vida «se bordó sobre un fondo verdadero,» (Tomo 3.º, p. 673)-y esto honra y acredita la penetracion de V., porque, en realidad, el P. Montsalvatge ha existido: yo le conocí y traté en Kingston (Jamáica), por los meses de Enero y Febrero del año 1877 ; y recuerdo que me regaló tres libros de propaganda protestante, de los que solo conservo uno -«Los Decretos del Vaticano».

Pedí informes sobre él, relativos al tiempo posterior á mi salida de Jamáica, con el objeto de enviárselos á V.; mas, aun no los he recibido, y creo tambien que no los obtendré.

Pero, bástele á V. saber que por aquella época tenia á su cargo una iglesia (donde estuve), y que vivia con su familia, compuesta por lo ménos de dos hijas.

Gozaba de reputacion de hombre muy bueno, noble y caritativo: sé que no desamparaba á los emigrados cubanos pobres, y que en la ciudad se le queria y veneraba.

Cuando yo lo conocí, aunque era activo, lo encontré flaco y viejo, y estaba encorvado. Más tarde, oí decir que salió de Kingston y que murió en pais hispano-americano; aunque ignoro la verdad de esas noticias.

Su affmo. am.º y admirador

Manuel Sanguily

 

Sanguily a Menéndez Pelayo, p. 242-243.

Hispanoamericanos-Menéndez Pelayo, p. 106-107.