Jornada I |
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Salen MARCELA y SILVIA en corto con mantos,
como recelándose, y detrás LISARDO y CALABAZAS.
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MARCELA | Pues párate. -Caballeros, | | desde aquí
habéis de volveros, | | no habéis de pasar de
aquí, | | porque si intentáis así | 5 | saber quien soy, intentáis | | que no vuelva donde
estáis | | otra vez, y si esto no | | basta, volveos,
porque yo | | os suplico que os volváis. | 10 |
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LISARDO |
Difícilmente pudiera | | |
—27v→
| conseguir, señor,
el sol | | que la flor del girasol | | su resplandor no siguiera.
| | Difícilmente quisiera | 15 | el norte, fija luz clara,
| | que el imán no le mirara, | | y el imán difícilmente
| | intentara, que obediente | | el acero le dejara. | 20 | Si
sol es vuestro esplendor, | | girasol la dicha mía,
| | si norte vuestra porfía, | | piedra imán
es mi dolor; | | si es imán vuestro rigor, | 25 | acero
mi ardor severo. | | Pues ¿cómo quedarme espero, | | cuando veo que se van, | | mi sol, mi norte y mi imán,
| | siendo flor, piedra y acero? | 30 |
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MARCELA | A esta flor hermosa
y bella, | | términos el día concede, | | bien
como a esa piedra puede | | concederlos una estrella, | | y
pues él se ausenta, y ella, | 35 | no culpéis
la ausencia mía; | | decid a vuestra porfía,
| | piedra, acero o girasol, | | que es de noche para el sol,
| | para la estrella de día. | 40 | Y quedaos aquí,
porque | | si este secreto apuráis, | | y a saber quién
soy llegáis, | | nunca a veros volveré | | a
aqueste sitio, que fue | 45 | campaña de nuestro duelo;
| | y puesto que mi desvelo | | me trae a veros aquí,
| | creed de mí que importa así. | |
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LISARDO | De
vuestro recato apelo, | 50 | señora a mi voluntad, | | y supuesto que sería | | no seguiros cortesía,
| | también será necedad. | | Necio o descortés,
mirad | 55 | cuál mayor defecto es, | | veréis
[que]1 el de necio, pues | | no se enmienda, y así a
precio | | de no ser, señora, necio, | | tengo de ser
descortés. | 60 | Seis auroras esta aurora | | hace que
en este camino | | ciego el amor os previno | | para ser mi
salteadora: | | tantas ha que a aquella hora | 65 | os hallo
a la luz primera, | | oculto sol de su esfera, | | de su campo
rebozada | | ninfa, deidad ignorada | | de su hermosa primavera.
| 70 | Vós me llamastis, primero | | que a hablaros llegara
yo; | | que no me atreviera, no, | | tan de paso y forastero.
| | Con estilo lisonjero, | 75 | áspid ya de sus verdores,
| | no deidad de sus primores, | | desde entonces fuistes;
pues | | áspid, que no deidad, es | | quien da muerte
entre las flores. | 80 | Dijístisme que volviera | |
otra mañana a este prado, | | y puntüal mi cuidado
| | me trujo como a mi esfera. | | No adelanté la primera
| 85 | ocasión, porque bastante | | no fue mi ruego constante,
| | a que corriese la fe, | | que adora lo que no ve, | | ese
velo de delante: | 90 | viendo, pues, que siempre es nuevo
| | |
—28→
| el riesgo, y el favor no, | | quiero a mí deberme
yo | | lo que a vuestra luz no debo: | | y así a seguiros
me atrevo, | 95 | que hoy he de veros, o ver | | quien sois.
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MARCELA | Hoy
no puede ser, | | y así dejadme por hoy, | | que yo
mi palabra os doy | | de que muy presto saber | 100 | podáis
mi casa, y entrar | | a verme en ella. |
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CALABAZAS | [A SILVIA.] | ¿Y
a ella | | doncella desa doncella | | (la verdad en su lugar,
| | que yo no quiero infernar | 105 | mi alma) hay cosa que
le obligue | | a taparse? |
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SILVIA | Y
si me sigue, | | tenga por muy cierto. |
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SILVIA | Que me persigue, porque | | quien me sigue me persigue.
| 110 |
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SILVIA | ¿Qué
va que no le declaras? | |
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CALABAZAS | Muy malditísimas
caras | | debéis de tener las dos. | |
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SILVIA | Mucho mejores
que vós. | 115 |
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CALABAZAS | Y está bien encarecido,
| | porque yo soy un cupido, | |
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CALABAZAS | No me está
bien el partido. | 120 |
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MARCELA | [A LISARDO.] | Esto os vuelvo
a asegurar | | otra vez. |
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LISARDO | Pues
¿qué fïanza | | le dejáis a mi esperanza
| | de las dos que he de lograr? | |
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MARCELA | (Descúbrese.)
| La de dejarme mirar. | 125 |
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LISARDO | Usar desa alevosía
| | para turbar mi osadía, | | ha sido traición,
pues ya | | viéndoos, ¿cómo os dejará
| | quien sin veros os seguía? | 130 |
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MARCELA | Quedad,
pues, de mí seguro | | de que muy presto sabréis
| | mi casa, y entenderéis | | cuánto serviros
procuro, | | esto otra vez aseguro. | 135 |
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LISARDO | Ya en seguiros
soy de hielo. | |
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MARCELA | Y yo sin ningún recelo | |
de que agradecida estoy, | | por esta calle me voy. | |
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(Vanse las dos.)
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CALABAZAS |
¡Linda tramoya, señor! | | Sigámosla hasta saber
| | quién ha sido una mujer | | tan embustera. |
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LISARDO |
Es
error | | Calabazas, si en rigor | 145 | ella se recata así,
| | seguirla. |
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CALABAZAS | Vive Dios, que la siguiera | | yo, aunque hasta
el infierno fuera. | |
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LISARDO | ¿Qué me debe, necio,
di, | 150 | de haber cuatro días hablado | | conmigo
en este lugar, | | para darle yo un pesar, | | de quien ella
se ha guardado? | |
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CALABAZAS | Debe el haber madrugado | 155 | estos días. |
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LISARDO | Ya
que estamos | | solos, ya que así quedamos | | sobre
lo que podrá ser | | tan recatada mujer, | | |
—28v→
| discurramos.
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CALABAZAS | Discurramos.
| 160 | Dime tú, ¿qué has presumido | | de lo
que has visto y notado? | |
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LISARDO | De estilo tan bien hablado,
| | de traje tan bien vestido, | | lo que he pensado y creído,
| 165 | es, que esta debe de ser | | alguna noble mujer, | |
que donde no es conocida, | | disimulada y fingida, | | gusta
de hablar y de ver, | 170 | y por forastero a mí | |
para este efeto eligió. | |
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CALABAZAS | Mujer
que se viene así | 175 | a hablar con quien no la vea,
| | donde ostentarse desea | | bachillera y importuna, | | que
me maten si no es una | | muy discretísima fea,
| 180 | que por el pico ha querido | | pescarnos. |
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LISARDO | ¿Y
si la hubiera | | visto yo, y un ángel fuera? | |
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CALABAZAS |
¡Vive Dios, que me has cogido! | | La Dama Duende habrá
sido, | 185 | que volver a vivir quiere. | |
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LISARDO | Aun bien,
sea lo que fuere, | | que mañana se sabrá. | |
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CALABAZAS | ¿Luego crees que vendrá | | mañana?
|
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LISARDO | Si
no viniere, | 190 | poco, o nada habrá perdido | | la
necia esperanza mía. | |
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CALABAZAS | El madrugar a otro
día | | ¿poca pérdida habrá sido? | |
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LISARDO | El negocio a que he venido | 195 | a madrugar me ha obligado,
| | no le debo a este cuidado. | |
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CALABAZAS | Cerca de casa vivió,
| | pues de vista se perdió | | cuando a casa hemos
llegado. | 200 |
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CALABAZAS | Sí,
pues vistiéndose sale | | quien a los dos nos mantiene,
| | sin ser los dos justas reales. | |
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(Salen DON
FÉLIX y el ESCUDERO como vistiéndose.)
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LISARDO | Don Félix, bésoos las manos.
| 205 |
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DON FÉLIX | El cielo, Lisardo, os guarde. | |
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DON FÉLIX | Un cuidado,
que me trae | | desvelado, no permite | | que sosiegue ni descanse.
| 210 | Pero vós, que os admiráis | | de que a
esta hora me levante, | | ¿no me dijistes anoche, | | que a
dar unos memoriales | | habíais de ir a Aranjuez?
| 215 | ¿Pues cómo a Ocaña os tornastis | | desde
el camino? |
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LISARDO | Si
bien | | me acuerdo, regla es del arte, | | que la pregunta
y respuesta | | siempre un mismo caso guarden; | 220 | y puesto
que a mi pregunta | | fue la respuesta más fácil
| | un cuidado de la vuestra, | | otro cuidado me saque, | | que es el que a Ocaña me ha vuelto. | 225 |
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DON FÉLIX |
¿Apenas ayer llegastes, | | y hoy tenéis cuidado? |
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DON FÉLIX | Pues por obligaros antes | | que me obliguéis
a decirle: | | este es el mío, escuchadme. | 230 |
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—29→
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CALABAZAS |
En tanto que ellos se pegan | | dos grandísimos romances,
| | ¿tendréis, Herrera, algo que | | se atreva a desayunarse?
| |
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ESCUDERO2 | Vamos hacia mi aposento, | 235 | Calabazas, que
al instante | | que entréis vós en él,
| | no faltará algo fïambre. | |
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(Vanse
los dos.)
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DON FÉLIX | Bien os acordáis
de aquellas | | felicísimas edades | 240 | nuestras,
cuando los dos fuimos | | en Salamanca estudiantes. | | Bien
os acordáis también | | del libre, el glorioso
ultraje | | con que de Venus y Amor | 245 | traté las
vanas deidades | | de su hermosura y sus flechas, | | tan a
su pesar triunfante, | | que de rayos y de plumas | | coroné
mis libertades. | 250 | ¡Oh, nunca hubiera, Lisardo, | | luchado
tan desiguales | | fuerzas, porque nunca hubieran | | podido
los dos vengarse, | | O hubiera sido su golpe, | 255 | puesto
que a todos alcance, | | por costumbre solamente, | | flecha
disparada al aire, | | y no por venganza flecha | | bañada
en venenos tales, | 260 | que salió del arco pluma,
| | corrió por el viento ave, | | llegó rayo
al corazón, | | donde se alimenta áspid! | |
La primer vez que sentí | 265 | este golpe penetrante,
| | que sabe herir sin matar, | | y aun esto es lo más
que sabe, | | en la juventud del año | | una tarde fue
agradable | 270 | del abril, pero mal dije, | | al alba fue.
No os espante | | ser por la tarde y al alba, | | que con prestados
celajes, | | si bien me acuerdo, aquel día | 275 | amaneció
por la tarde. | | Este, pues, como otros muchos, | | por divertirme
y holgarme, | | salí a caza, y empeñado, | |
llegué de un lance a otro lance | 280 | al sitio de
Aranjüez, | | que como poco distante | | está de
Ocaña, él es siempre | | nuestro prado y nuestro
parque. | | Quise entrar a sus jardines, | 285 | sin saber qué
me llevase | | a ver lo que tantas veces | | había visto;
que esto es fácil, | | todo el tiempo que no asisten
| | al sitio sus Majestades. | 290 | En el de la Isla entré:
| | ¡oh, cómo, Lisardo, sabe | | la desdicha prevenirse,
| | el daño facilitarse! | | Pues como la mariposa,
| 295 | que halagüeñamente hace | | tornos a su
muerte, cuando | | sobre la llama flamante | | las alas de
vidro mueve, | | las hojas de carmín bate. | 300 | Así
el infeliz, llevado | | de su desdicha al examen, | | ronda
el peligro, sin ver | | quién al peligro le trae. | | Estaba en la primer fuente, | 305 | que es un peñasco
agradable, | | donde temiendo el diluvio | | de sus cruzados
cristales, | | parece que van viniendo3 | | |
—29v→
| a él todos
los animales, | 310 | una mujer recostada | | en la siempre
verde margen | | de murta, que la guarnece, | | como cenefa
o engaste | | de esmeralda, cuyo anillo | 315 | es toda el agua
diamante, | | tan divertida en mirar | | su hermosura en el
estanque | | estaba, que puso en duda, | | sobre ser mujer,
o imagen, | 320 | porque como ninfas bellas | | de plata bruñida
hacen | | guarda a la fuente, tan vivas, | | que hay quien
espere que anden, | | y ella miraba tan muerta, | 325 | que
no pudo esperar nadie, | | que se pudiese mover. | | La naturaleza
al arte, | | me pareció que decía, | | «No blasones,
no te alabes | 330 | de que lo muerto desmiente | | con más
fuerza en esta parte, | | que yo desmiento lo vivo, | | pues
en lo contrario iguales, | | sé hacer una estatua yo,
| 335 | si hacer tú una mujer sabes, | | o mira un alma
sin vida, | | donde está con vida un jaspe». | | Al
ruido que en las hojas | | hice, ¡ay de mí!, por llegarme
| 340 | a mirarla de más cerca | | del éxtasis
agradable, | | no fuese de amor, volvió | | con algún
susto a mirarme. | | No me acuerdo, si la dije, | 345 | que
ufana no contemplase | | tanta beldad, por el riesgo | | de
ser de sí misma amante; | | que donde hubo ninfa y
fuente, | | no fue posible escaparme | 350 | del conceto de
Narciso. | | Ella, honestamente grave, | | sin responderme,
volvió | | la espalda, y siguió el alcance | | de una tropa de mujeres | 355 | que andaba más adelante,
| | midiendo de los jardines, | | ya los cuadros, ya las calles,
| | hasta que su pie llegó | | a hacer a todos iguales,
| 360 | porque el pequeño contacto | | flores produjo
fragrantes | | tantas la arena, que ya | | no pudo determinarse,
| | si eran calles, o eran cuadros | 365 | el jardín
por todas partes, | | pues fueron rosas después | |
las que eran veredas antes. | | El traje que se vestía,
| | era un bien mezclado traje, | 370 | ni bien de corte, ni
bien | | de aldea, sino a mitades, | | de señora en
el aliño, | | de aldeana en el donaire. | | En un airoso
sombrero | 375 | llevaba un rizo plumaje, | | a quien tuvieron
acción | | la tierra después y el aire, | | por
el matiz o la pluma, | | sobre si era flor o ave. | 380 | Seguila
hasta que llegó | | a la cuadrilla, que errante | |
coro tejido de ninfas | | a los templados compases | | de hojas,
pájaros y fuentes | 385 | sonoramente süaves. | | Cada paso era un festín, | | cada descuido era un
baile, | | a todas las conocía | | |
—30→
| en fin, como a naturales
| 390 | de Ocaña, y solo ignoré | | quién
era de mis pesares | | la ocasión, que ya lo era: | | porque desde el mismo istante | | que la vi, sentí
en el alma | 395 | todo lo que hoy siento: nadie | | diga, que
quiso dos veces, | | que aunque aquí mire, allí
hable, | | aquí festeje, allí escriba, | | aquí
pierda, y allí alcance, | 400 | no ha de querer más
que una, | | que no pueden ser iguales | | en el mundo dos
efetos, | | si de una causa no nacen. | | De algunas de las
que iban | 405 | con ella pude informarme | | de quién
era, y hallé en ella | | más calidad por su
sangre, | | que por su beldad. La causa | | de no haberla visto
antes, | 410 | fue por haberse crïado | | en la corte con
su padre, | | hasta que a Ocaña se vino, | | porque
viva donde mate. | | No os digo que la serví | 415 |
feliz, y dichoso amante, | | porque dichas que se pierden
| | son las desdichas más grandes. | | Solo digo que
obligada | | a mis finezas constantes, | 420 | a mis servicios
corteses, | | y a mis afectos leales, | | merecí que
alguna noche | | por una reja me hablase | | de un jardín,
donde testigos | 425 | fueron de venturas tales, | | la noche
y jardín, que solos | | a los dos quise fïarme;
| | porque al jardín y a la noche, | | que son el vistoso
alarde, | 430 | ya de flores, ya de estrellas, | | hiciera mal
de negarles | | a las unas lo que influyen, | | y a las otras
lo que saben; | | puesto que estrellas y flores | 435 | siempre
en amorosas paces | | enlazadas unas de otras, | | eran terceras
de amantes. | | Desta suerte, pues, teniendo | | la fortuna
de mi parte | 440 | viento en popa del amor, | | corrí
los inciertos mares, | | hasta que el viento mudado | | levantaron
huracanes | | de una tormenta de celos, | 445 | montes de dificultades.
| | Tormenta de celos dije, | | ved si alguna vez amastis,
| | ¿qué esperanzas hay del piloto? | | ¿qué
seguro de la nave? | 450 | Bien creeréis, Lisardo, bien,
| | cuando así escuchéis quejarme | | de los
celos, que soy yo | | quien los tiene, no os engañe
| | el afecto de sentirlos | 455 | desta süerte, porque
antes | | soy quien los he dado, y ellos | | son en sus efetos
tales, | | que me matan dados, como | | tenidos pueden matarme.
| 460 | ¡Oh! ¿A qué nacen los que a ser | | dados ni
tenidos nacen? | | Hay una dama en Ocaña, | | a quien
yo rendido amante | | festejé un tiempo; esta, pues,
| 465 | por darme muerte, y vengarse, | | se ha declarado con
ella, | | fingiendo finezas grandes | | que a mi amor debe:
¡Ay Lisardo, | | |
—30v→
| qué prontamente, qué fácil
| 470 | en los celos las mentiras, | | sientan plaza de verdades!
| | Con esto se han retirado, | | tal, que aun para disculparme
| | no permite que la vea, | 475 | no me deja que la hable.
| | Mirad, pues, si este cuidado | | consentirá que
descanse, | | cercado de tantas penas, | | cargado de tantos
males, | 480 | muerto de tantos disgustos, | | lleno de tantos
pesares; | | y finalmente teniendo | | sin culpa ofendido un
ángel, | | pues el padecer sin culpa | 485 | es la desdicha
más grande. | |
|
|
LISARDO | Don Félix, aunque los
celos | | de quien así os quejáis, basten | | a dar pesadumbre dados, | | en no ser tenidos traen | 490 | anticipado el consuelo; | | que el dolor es tan distante,
| | desde darlos a tenerlos, | | cuanto hay de ser un amante
| | la persona que padece, | 495 | o la persona que hace. | | Con lástima empecé a oíros | | cuando
los celos nombrastis, | | mas cuando dijistis que era | | engaños,
y no verdades, | 500 | la lástima se hizo envidia, | | porque no hay gusto tan grande, | | cuando hay desengaños,
como | | hacer damas y galanes, | | o paces para reñir,
| 505 | o reñir para hacer paces. | | Id a ver a vuestra
dama, | | que yo sé, aunque más se guarde, | | pues ella tiene los celos, | | que ella está en aqueste
instante | 510 | más que vós desengañada,
| | deseando desengañarse. | |
|
|
|
(Salen MARCELA
y SILVIA, abriendo una puerta que estará tapada con
una antepuerta, y deténiense detrás della.)
|
MARCELA | [Aparte a SILVIA.] | Por esta puerta,
que al cuarto | | de mi hermano, Silvia sale, | | desde el
mío a verle vengo, | 515 | porque aunque él esté
ignorante | | de que he salido hoy de casa, | | con esto he
de asegurarle. | |
|
|
SILVIA | Detente, que está con él
| | el tal huésped, y ya sabes | 520 | que no quiere
mi señor | | que llegue a verte, ni hablarte. | |
|
|
MARCELA |
Y aun esa fue mi desdicha, | | oigamos desde esta parte. | |
|
|
LISARDO | Y si en tanto que este gusto | 525 | llega, queréis
que yo trate | | de divertiros, pues fue | | concierto que
os escuchase | | un cuidado, y [que os]4 dijese | | el mío,
oídme, escuchadme. | 530 |
|
|
|
LISARDO | Después
que troqué | | el hábito de estudiante | | al
del soldado, la pluma | | a la espada, la süave | | tranquila
paz de Minerva | 535 | al sangriento horror de Marte, | | la
Escuela de Salamanca | | a la Campaña de Flandes, | | y después, en fin, que hube, | | sin valedor que
me ampare, | 540 | merecido una jineta, | | premio a mi servicio
grande, | | |
—31→
| por haberme reformado | | entre otros capitanes,
| | ya la campaña acabada, | 545 | que no me viniera
antes, | | pedí licencia, y partí | | a España,
por ver si honrarme | | merezco el pecho con una | | de las
cruces militares, | 550 | que sobre el oro del alma | | son
el más noble realce. | | Con esta pretensión
vine, | | y su Majestad, que guarde | | el cielo para que sea
| 555 | Fénix de nuestras edades, | | remitió
mi memorial, | | a tiempo que a desahogarse | | de molestias
cortesanas, | | vino a Aranjuez, admirable | 560 | dosel de
la primavera. | | Mas ¿qué mucho que se alabe | | de
serlo, si la más bella, | | la más pura, más
fragante | | flor, la flor de lis, la reina | 565 | de las flores,
tras si trae | | cuantas a envidia del sol, | | rayos brillan,
luz esparcen? | | Seguí la corte, traído | |
más de mi afecto constante, | 570 | que de mi necesidad,
| | porque de ministros tales | | hoy el Rey se sirve, que
| | no es al mérito importante | | la asistencia, porque
todos | 575 | acudir a todo saben. | | Gracias al cielo de aquel,
| | con quien el peso reparte | | de tanta máquina,
bien | | como5 Alcides con Atlante. | 580 | Llegué en
efeto a Aranjuez, | | donde vós me visitastis | | en
una posada, y viendo | | tan incómodo hospedaje, | | como tienen en los bosques | 585 | escuderos y pleiteantes,
| | que me viniese con vós | | a Ocaña me aconsejastis,
| | pues los días de la audiencia, | | dos leguas era
tan fácil | 590 | andarlas por la mañana, | |
y volverlas a la tarde. | | Yo por vuestro gusto, más
| | que por mis comodidades, | | obedecí. Todo esto,
| 595 | ya vuestra amistad lo sabe, | | pero importa haberlo
dicho, | | para que de aquí se enlace | | la más
extraña novela | | de amor que escribió Cervantes.
| 600 |
|
|
MARCELA | [Aparte.] | Aquí entro yo agora. |
|
|
LISARDO |
Un
día, | | que madrugué vigilante, | | por llegar
antes que el sol | | nuestro horizonte rayase, | | junto a
un convento, que está | 605 | de Ocaña poco distante,
| | entre unos álamos verdes | | vi una mujer de buen
aire. | | Saludela cortésmente, | | y ella, antes que
yo pasase, | 610 | por mi nombre me llamó. | | Volví
en oyendo nombrarme, | | y diciendo a Calabazas | | que con
el rocín me aguarde, | | llegué diciendo: «Dichoso
| 615 | el forastero a quien saben | | su nombre las damas»;
y ella, | | con más cuidado en taparse, | | me respondió
a media voz: | | «Caballero desas partes | 620 | no es forastero
en ninguna»; | | |
—31v→
| y añadió6 favores tales, | | que me obliga la vergüenza, | | por mí mismo,
a que los calle; | | porque no sé cómo hay hombres
| 625 | tan vanos, tan arrogantes, | | que de que ha habido
mujeres | | que los buscaron se alaben. | |
|
|
SILVIA | [Aparte.] |
Él cuenta nuestro suceso. | |
|
|
MARCELA | ¡Oh quien pudiera
estorbarle, | 630 | antes que en Félix las señas
| | alguna malicia causen! | |
|
|
|
LISARDO | Ella,
en efeto, | | siempre embozado el semblante, | | me despidió
con decirme, | 635 | que como no examinase | | quién
era, ni la siguiese, | | otro día estaría a
hablarme. | | Seis veces, pues, corrió el sol | | las
cortinas orientales, | 640 | sumiller el alba, y seis | | tapada
halló entre unos sauces | | esta mujer. Yo, enfadado
| | de recato semejante, | | determiné de seguirla
| 645 | hoy cuando a Ocaña tornase; | | pero no pude, porque
| | volviendo ella por instantes, | | me vio y no quiso pasar
| | de la vuelta desta calle. | 650 |
|
|
|
LISARDO | Y
a la cuenta | | vive hacia aquí, que al instante | | la perdí de vista. Aquí | | me dijo que la
dejase | | otra vez, porque su vida | 655 | aventuraba mi examen.
| |
|
|
|
MARCELA | [Aparte.] | Ya es fuerza | | que las señas me declaren7. | |
|
|
|
(Sale CELIA con manto.)
|
|
|
CELIA | Don
Félix, | | ¿podrá una mujer aparte | 660 | hablaros?
|
|
|
|
MARCELA | [Aparte.] | ¡Oh, a qué
buen tiempo llegaste, | | mujer o ángel para mí!
| |
|
|
DON FÉLIX | Luego irá el cuento adelante, | | permitid ahora, por Dios, | 665 | que con esta mujer hable,
| | que es crïada de la dama | | que os dije. |
|
|
LISARDO |
Pues
que me maten, | | si ello no es lo que yo he dicho. | | Ved
el recado que os trae, | 670 | y adiós, porque para
estotro | | no importa que tiempo falte. | | (Vase.) |
|
|
DON FÉLIX |
¿Era hora, Celia, de vernos? | |
|
|
CELIA | No te admires, no te
espantes, | | que no me atreva a venir | 675 | a verte, porque
si sabe | | mi señora que te he visto, | | no habrá
duda que me mate. | |
|
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|
CELIA | Viniendo yo hacia esta parte | 680 | a
un recado, no he querido | | dejar de verte, ni hablarte.
| |
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DON FÉLIX | ¿Y qué hace tu hermoso dueño?
| |
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|
CELIA | Sentir, es lo más que hace, | | tu ingratitud.
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DON FÉLIX | ¡Plegue
a Dios | 685 | si la ofendí, que él me falte!
| |
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CELIA | ¿Por qué a ella no se lo dices? | |
|
|
DON FÉLIX
| Porque no quiere escucharme. | |
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|
CELIA | Si tú hubieras
de callar, | | yo me atreviera a llevarte | 690 | donde la hablaras.
|
|
|
—32→
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DON FÉLIX | ¡Ay
Celia, | | no habrá mármol que así calle!
| |
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CELIA | Pues vente agora conmigo; | | yo haré una seña
si sale | | mi señor, y dejaré | 695 | la puerta
abierta; tú entrarte | | hasta su cuarto podrás.
| |
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|
DON FÉLIX | Dasme nuevo aliento, dasme | | nueva vida.
|
|
|
CELIA | Aquesta
es | | la hora mejor, mas no aguardes, | 700 | vente tras mí.
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|
|
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CELIA | [Aparte.] | ¡Ay bobillos, y que fácil
| | a la casa de su dama, | | es de llevar un amante! | |
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(Vanse los dos.)
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MARCELA | ¡Yo salí de
lindo susto! | 705 |
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|
SILVIA | Pues ¿cómo afirmas que sales,
| | si luego han de verse, luego | | proseguirá el cuento?
|
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|
MARCELA | Antes
| | lo habré remediado. |
|
|
|
MARCELA | Escribiéndole que calle, | 710 | hasta que
se vea conmigo, | | y esto ha de ser esta tarde. | |
|
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SILVIA |
¿Declarada por quién eres? | |
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MARCELA | ¡Jesús,
el cielo me guarde! | |
|
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MARCELA | ¿No
es mi hermano | 715 | de Laura, mi amiga, amante? | | ¿No sabe
lo que es amor? | | Pues hoy he de declararme | | con ella,
y hoy has de ver, | | Silvia, el más extraño
lance | 720 | de amor, porque yo fingida..., | | pero no quiero
contarle, | | que no tendrá después gusto | | el paso contado antes. | |
|
|
|
(Vanse.)
|
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(Salen LAURA
dama y FABIO viejo.)
|
FABIO | Notable es la tristeza
| 725 | que el rosicler, tumba de tu belleza. | | ¿Qué
tienes estos días, | | que entregada, ¡ay de mí!,
a melancolías | | tales, a todas horas | | triste suspiras
y rendida lloras? | 730 |
|
|
LAURA | Si yo, señor, supiera
| | la causa de mi mal, | ([Aparte.] | A Dios pluguiera | | no la
supiera tanto), | | el consuelo mayor, menor el llanto | |
fuera, pues fuera entonces el sabella | 735 | el primero aforismo
de vencella; | | pero la pena mía, | | es, señor,
natural melancolía, | | y así el efeto hace,
| | sin que llegue a saber de lo que nace; | 740 | que esta
distancia dio naturaleza | | |
—32v→
| en la melancolía y la
tristeza. | |
|
|
FABIO | No sé lo que te diga, | | sino que
a tanto tu dolor obliga, | | que riguroso y fuerte | 745 | padeces
tú el dolor, y yo la muerte, | | pues ya vivir no espero
| | mientras tan triste a ti te considero. | | (Vase.) |
|
|
LAURA |
¿Qué haré yo, que rendida, | | a pesar de mi
vida, | 750 | vivo? ¿Qué es esto, cielos? | | Más
bien se deja ver, que estos son celos, | | porque una ardiente
rabia | | el sentimiento agravia, | | una rabiosa ira | 755 | que la razón admira, | | un compuesto veneno | | de
que el pecho está lleno, | | una templada furia | |
que el corazón injuria; | 760 | ¿qué áspid,
qué monstruo, qué animal, qué fiera
| | fuera, ¡ay Dios!, que no fuera | | compuesta de tan varios
desconsuelos | | la hidra de los celos? | | Pues ellos solos
son a quien los mira, | 765 | furia, rabia, veneno, injuria,
y ira, | | ¡Oh, quien antes supiera | | aquella feliz voluntad
primera | | tuya, que no empeñara | | tanto la mía,
que hasta el fin llegara! | 770 | Pues aunque no sabía
| | de amor cuando tan libre, ¡ay Dios!, vivía, | |
tampoco no ignoraba | | que tarde o nunca el que lo fue se
acaba; | | quiere a Nise en buen hora, | 775 | pero déjame
a mí morir. |
|
|
|
(Sale CELIA arrugando el manto.)
|
|
|
CELIA | Que
ya he hecho | | |
—33→
| mi papel y sospecho | | que no muy mal, ¡así
tu beldad viva! | | Entré en su casa, díjele
que iba | 780 | a un recado, y que acaso | | pasando por su
calle, aunque de paso | | le quise ver. Con un suspiro entonces,
| | que ablandara los mármoles y bronces, | | me preguntó
por ti turbado y ciego. | 785 | Encarecile luego | | tu enojo,
y que si a caso tú supieras | | que le había
ido a ver, muerte me dieras, | | y como que salía | | de mí, le dije, ¿por qué no venía
| 790 | por instantes a darte | | satisfacciones y desenojarte?
| | Dijo que porque estabas | | tal, que no le escuchabas,
| | díjele que viniera, | 795 | que yo, aunque a tanto
riesgo me pusiera, | | hasta tu mismo cuarto le entraría,
| | con tal que no dijese en ningún día, | |
que yo le había traído. | | Juró el secreto,
y muy agradecido | 800 | el caso se concierta, | | y está
esperando enfrente de la puerta | | la seña, voyla
a hacer, pues no está en casa | | mi señor.
Esto es todo lo que pasa. | | (Vase.) |
|
|
LAURA | Llámale,
pues, que aunque de Nise creo | 805 | los celos que me da,
tanto deseo | | ver cómo se disculpa, | | que quiero
hacerle espaldas a la culpa, | | pues la que más celosa
| | se muestra, más colérica y furiosa,
| 810 | más entonces desea | | satisfacciones, aunque no
las crea, | | que es dolor el de los celos tan extraño,
| | que se deja curar aun del engaño, | | pues cuando
el desengaño no consiga, | 815 | conseguiré a
lo menos que él lo diga, | |
|
|
—33v→
|
|
(Salen CELIA
y DON FÉLIX.)
|
CELIA | [Aparte a DON FÉLIX.]
| Fuera está de casa Fabio, | | mi señor, el
tiempo es este | | mejor para entrar a hablarla. | |
|
|
DON FÉLIX |
Vida y ventura me ofrece. | 820 |
|
|
CELIA | Disimula que llamado
| | de mí a entrar aquí te atreves, | | Señor
don Félix, ¿qué es esto? | | ¿Cómo os
entráis...? |
|
|
|
|
DON FÉLIX | Celia,
por Dios, | 825 | que calles. |
|
|
|
CELIA | ¿Qué ha de ser? Que hasta esta
sala | | se ha entrado el señor don Félix, | | sin mirar, sin advertir, | | que si acaso ahora viniese
| 830 | mi señor, tú... |
|
|
LAURA | Caballero,
| | ¿pues qué atrevimiento es este? | | ¿cómo
en mi casa, en mi cuarto | | os entráis de aquesa suerte?
| |
|
|
DON FÉLIX | Como a quien morir desea | 835 | nada mira,
nada teme, | | y si mi muerte ha de ser | | venganza de tus
desdenes, | | quiero morir a tus ojos | | por hacer feliz mi
muerte. | 840 |
|
|
LAURA | [A CELIA.] | Tú tienes la culpa desto.
| |
|
|
|
LAURA | Si
tuvieses | | cerrada esa puerta tú... | |
|
|
|
DON FÉLIX | No
tienes | | que reñir a Celia, que ella | 845 | de mi
error, ¿qué culpa adquiere? | | Yo solo tengo la culpa;
| | ríñeme a mí solamente; | | castígame
solo a mí, | | sino es ya que a reñir llegues
| 850 | a Celia, por la costumbre | | con que la inocencia ofendes.
| |
|
|
LAURA | Dices bien; error es mío | | de que me he dejado
siempre | | llevar, pues no habiendo tú | 855 | escrito
a Nise papeles, | | no habiendo entrado en su casa, | | y no
habiendo ella ido a verte | | a la tuya, yo crüel, | | colérica e impaciente, | 860 | inocente te persigo,
| | que eres tú muy inocente, | | y siendo así,
que yo soy | | tan injusta, tan aleve, | | tan desigual, tan
mudable, | 865 | ¿qué me buscas?, ¿qué me quieres?
| |
|
|
DON FÉLIX | Solo quiero persuadirte | | al engaño
que padeces | | de tus celos. |
|
|
LAURA | ¿Quién
te ha dicho | | que yo tengo celos, Félix? | 870 |
|
|
|
|
DON FÉLIX | Desta
suerte; | | o tienes celos, o no: | | si dices que no los tienes,
| | ¿para qué finges enojos, | 875 | Laura, de lo que
no sientes?, | | si los tienes, ¿por qué, Laura, | | desengañarte no quieres, | | pues ninguno al desengaño
| | celoso la espalda vuelve?, | 880 | luego para disculparme,
| | o para satisfacerte, | | si los tienes has de oírme,
| | o hablarme si no los tienes. | |
|
|
LAURA | Si fuera argumento
tal, | 885 | que negarse no pudiese, | | |
—34→
| quien está
enojada, está | | celosa, muy sutilmente | | argüirás;
mas si no | | se sigue precisamente, | 890 | pues puedo estar
enojada, | | sin que a estar celosa llegue, | | ni yo tengo
que escucharte | | ni tú que decirme tienes. | |
|
|
DON
FÉLIX | Pues, ¡vive Dios!, que has de oírme
| 895 | antes que de aquí me ausente, | | celosa o quejosa.
|
|
|
|
|
|
DON FÉLIX | Negarte que yo he querido,
| | Laura, a Nise. |
|
|
LAURA | Oye,
detente, | 900 | ¿y es estilo de obligarme, | | modo de satisfacerme,
| | decirme, cuando esperaba | | mil rendimientos corteses,
| | mil finezas amorosas, | 905 | fuesen verdad o no fuesen,
| | que hay duelo de amor adonde | | queda bien puesto el que
miente, | | decirme en mi misma cara, | | que a Nise has querido?
Advierte | 910 | que aun con lo mismo que piensas | | que desenojas,
ofendes. | |
|
|
DON FÉLIX | Si no me oyes hasta el fin...
| |
|
|
LAURA | ¿Desto disculparte puedes? | |
|
|
|
LAURA | (Aparte.) | ¡Plegue a amor! |
|
|
|
|
|
|
DON FÉLIX | Negarte que yo he querido,
| | Laura, a Nise, fuera error: | | mas pensar tú que
este amor | | es como el que te he tenido, | 920 | mayor error,
Laura, ha sido; | | pues si a Nise un tiempo amé, | | no fue amor, ensayo fue | | de amar tu luz singular, | |
que para saber amar | 925 | a Laura, en Nise estudié.
| |
|
|
LAURA | A ciencias de voluntad | | las hace el estudio agravio;
| | porque amor para ser sabio | | no va a la universidad,
| 930 | porque es de tal calidad, | | que tiene sus libros llenos
| | de errores propios y ajenos, | | y así en su ciencia
verás, | | que los que la cursan más, | 935 |
son los que la saben menos. | |
|
|
DON FÉLIX | Pues explíqueme
mejor | | otro ejemplo: nace ciego | | un hombre, y discurre
luego | | cómo será el resplandor | 940 | del
sol, planeta mayor | | que rumbos de zafir gira; | | y cuando
por fe le admira, | | cobra en una noche bella | | la vista;
y es una estrella | 945 | la primer cosa que mira. | | Admirando
el tornasol | | de la estrella, dice: «Sí, | | este
es el sol, que yo así | | tengo imaginado al sol»;
| 950 | pero cuando su arrebol | | tanta admiración le
ofrece, | | sale el sol y le escurece. | | Pregunto yo: ¿ofenderá
| | una estrella que se va | 955 | a todo un sol que amanece?
| | Yo así, que ciego vivía | | de amor, cuando
no te amaba, | | |
—34v→
| como ciego imaginaba | | cómo aquel
amor sería. | 960 | Adoraba lo que vía, | | presumiendo
que era así | | el amor; mas, ¡ay de mí!, | | que no vi al sol, vi una estrella, | | y entretúveme
con ella | 965 | hasta que el sol mismo vi. | |
|
|
LAURA | Eso no,
pues si me doy | | por entendida contigo, | | que Nise fue
mi sol digo, | | y que yo su estrella soy. | 970 | Pruébolo;
pues si yo estoy | | contigo la noche fría, | | y ella
de día te envía | | a llamar, y estás
con ella. | | ¿Quién será el sol o la estrella?
| 975 | ¿Cúya es la noche o el día? | |
|
|
DON FÉLIX |
¡Vive Dios, Laura, que son | | engaños tuyos, y plegue
| | al cielo, que si la he visto, | | que un rayo me dé
la muerte, | 980 | desde que a Ocaña veniste! | | ¿Qué
más desengaños quieres | | de lo que cuenta
de mí, | | que escuchar que ella lo cuente; | | pues
es el mayor desaire | 985 | del duelo de las mujeres, | | confesar
sus celos donde | | lo escucha de quien los tiene? | |
|
|
LAURA |
Yo sé que han sido verdades, | | y no engaños
aparentes. | 990 |
|
|
|
LAURA | De
que | | es mal que a mí me sucede, | | y no puede ser
mentira: | | porque de los males suele | | decirse, Félix,
que fueron | 995 | astrólogos excelentes, | | porque
siempre adivinaron, | | y dijeron verdad siempre. | |
|
|
DON FÉLIX |
Por lo menos ya confiesas | | que son celos, y los sientes.
| 1000 |
|
|
LAURA | Si me estás dando tormento, | | ¿es mucho
que los confiese? | |
|
|
DON FÉLIX | Si tanto aprietan fingidos,
| | ciertos, ¿qué...? |
|
|
|
LAURA | Vete por aquesa puerta | 1005 | de esotro cuarto, pues tiene | | puerta a la calle. |
|
|
|
|
|
LAURA | A verme esta noche vuelve, | 1010 | que quiero verte
esta noche | | aunque de Nise me acuerde. | |
|
|
DON FÉLIX |
¡Ah, Laura, cuánto te engañas! | |
|
|
LAURA | ¡Ay,
cuánto me agravias, Félix! | |
|
|
CELIA | ¡Ay, cuánto
nos sirve una | 1015 | casa que dos puertas tiene! | |
|
|