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131

Cfr. Ong, op. cit., p. 212.

 

132

Según Ong (op. cit., pp. 200 y ss.) el hombre tipográfico moderno está acostumbrado a un tipo de trama que sigue una línea ascendente hasta llegar al clímax y otra descendente, según el modelo ya previsto por Aristóteles para el drama griego.

 

133

Cfr. Moner, «Técnicas del arte verbal...», cit., p. 30.

 

134

Se podría objetar que la indeterminación del título es característica de muchas obras en este periodo, pero habría que tener en cuenta que la inestabilidad de los títulos sería achacable a la aún escasa penetración de la imprenta en los hábitos mentales de los autores y los lectores, con lo que más que negar la tesis sobre la oralidad de fondo del libro de Cervantes, el argumento serviría para reforzarla.

 

135

M. R. LIDA DE MALKIEL, «De cuyo nombre no quiero acordarme», Revista de Filología Hispánica 1 (1939): 167-171.

 

136

La autenticidad del relato oral va sufragada por la implicación directa de su emisor, afirma P. ZUMTHOR, La presenza della voce. Introduzione alla poesia orale (Bologna: Il Mulino, 1984), p. 31.

 

137

Cfr. Ong, op. cit., p. 26.

 

138

He planteado esta interpretación del final de la primera parte en El Quijote en ciernes (Alessandria: Dell'Orso, 1990), pp. 122 y ss.

 

139

Cfr. Ong, op. cit., p. 149.

 

140

Ong, op. cit., p. 76-79; Goody, op. cit., p. 23.