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41

S. Wagschal, «Mas no cabrás allá»: Góngora's Early Modern Representation of the Modern Sublime», Hispanic Review, 70, 2, 2002, págs. 169-189 (pág. 170).

 

42

Hay otra posible lectura relacionada con los naipes: «polla» sería un juego de apuestas y «engordar la polla», en el juego a que dio nombre, es «estar en la mesa un buen montón para el que ganare el juego». Aunque probablemente derivado del juego del hombre, no debe confundirse con él, porque Suárez de Figueroa cita uno y otro juego como distintos en la Plaza universal (1615). La expresión «cinchar la polla» es «frase con que se explica, en el juego del hombre entre cuatro, que uno consiguió ganar la polla, o dar codillo, haciendo tres bazas, y repartiendo las cinco restantes entre los tres compañeros, de suerte que ninguno le pueda igualar: lo que sucede cuando un compañero hace una baza, y los otros dos cada uno dos: con que queda el que se hizo hombre superior con las otras tres. Lo mismo puede conseguirse al renegado, que se juega entre tres, si logra alguno hacer cuatro bazas, y que los dos compañeros sólo hagan el uno dos, y el otro tres, queda también superior con las cuatro». Véase J. P. Étienvre, «Entremeses y bailes naipescos del siglo XVII», Márgenes literarios del juego. Una poética del naipe. Siglos XVI-XVIII, Madrid, Londres, Tamesis Book, 1990, págs. 133-162 (págs. 146 y 156).

 

43

La proximidad entre ambos poetas se confirma en la fábula que J. del Valle y Caviedes, Obra completa, págs. 511-516, dedica al mito Narciso y Eco: «Engañábale su sombra / porque no llegó a mirarla / con calzones, porque siempre / se veía Narciso en aguas. / Y aunque se los viese, hay / machorras ninfas bragadas / que los traen, como también / hay Narcisos que traen sayas. / Si de Vulcano la red / le echa, llega a pescarla; / que quien deidades de espuma / coge, se moja las bragas» (1681, 109-120). Castillo escribió en su Fábula de Polifemo a la Academia: «Oye aqueste montón de carne viva / que idolatra amoroso en tu hermosura, / aguardando a que ya, menos esquiva, / halle en tu pecho entrada la blandura. / Más atenta, no tanto fugitiva, / mi encendido deseo te procura; / yo te ofrezco la paga si me escuchas, / que a enjutas bragas no se pescan truchas» (1624, 441-448).

 

44

El pasaje tiene una segunda lectura: «¿Gorras conmigo? ¡Al infierno! / Ni pido ni doy barato; / ¡Cuerpo de Apolo, con todo, / quien quisiere amor, pagarlo!» (1681, 117-120). «Barato», voz oportuna en el contexto de la disputa, se utiliza en las partidas de cartas para simbolizar la recompensa económica que el tahúr dispensa a los «mirones» que lo ayudan a vencer (Aut.).

 

45

Virgilio, Eneida, introd. V. Cristóbal, trad. y notas J. de Echave-Sustaeta, Madrid, Gredos, 1992, págs. 227-231. Véase en este sentido D. Alonso, «La Fábula de Polifemo y Galatea. La tradición del tema de Polifemo: época grecolatina. Tratamientos del tema en los siglos XVI y XVII. La Fábula de Acis y Galatea de Carrillo de Sotomayor. Novedad y grandeza de la Fábula de Polifemo y Galatea, de Góngora», epígrafe de Góngora y el Polifemo, págs. 185-206 (pág. 186).

 

46

J. M. Micó, El Polifemo de Luis de Góngora, Barcelona, Península, 2001, pág. 89.

 

47

Según Y. Ruiz Esteban, «Dos fábulas burlescas de Narciso: la de Juan del Valle y Caviedes y la de Pedro Silvestre», Dicenda, 8, 1989, págs. 181-198, «una de las notas originales de las fábulas de Caviedes es que los elementos que podrían aportar sublimidad a la leyenda son sustituidos por otros que producen un efecto contrario; por ejemplo, se suprimen las descripciones paisajísticas que en otros recreadores habían conducido al locus amoenus» (pág. 187).

 

48

Véase al respecto el trabajo de J. Ponce Cárdenas, «El enigma de la fiera: sobre la zamarra del cíclope», Cinco ensayos polifémicos, Málaga, Universidad de Málaga, 2009, págs. 171-239.

 

49

J. M. Cossío, op. cit., pág. 325.

 

50

La dilogía sobre los «puntos» también consta en el Romance a Polifemo y Galatea de Barrios: «En pie tiene tal grandeza / que si en sus puntos reparo, / al mayor hombre del mundo / le meterá en un zapato» (1656, 53-56). Esta agudeza sobre el «punto» será reutilizada por Caviedes, Obra completa, pág. 583, en la Fábula burlesca de Júpiter e Ío: «Era el pie de punto y medio, / que por ser ya cosa usada / lo de un punto, quiero yo / echarle a su horma una larga» (1681, 69-72).