Escena I
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BELTON, AMBROSIO.
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Ambos salen por una puerta falsa embozados en sus
capas; lleva AMBROSIO una linterna sorda, de qua BELTON se
apodera cuando han llegado a la extremidad izquierda del
parque.
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BELTON |
¿Es aquí donde me esperan? | |
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AMBROSIO | Me han dicho a las doce en punto.
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—189→
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AMBROSIO | Que
no haya aquí gente; | | que venga usted solo. |
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BELTON |
Bueno.
| 5 | ¿Y quien te dio ese billete? | |
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BELTON | ¿Y sabes lo que me quiere? | |
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AMBROSIO | No, todavía no viene... | 10 | Señor
Belton, usted tiembla. | |
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BELTON | ¿Y esto, Ambrosio, te sorprende?
| | Si soy hombre ¿qué he de hacer
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—190→
| sino temblar?...
Di, ¿no sientes | | alguna cosa en el pecho | 15 | que te agite,
que te altere, | | así como agita el árbol
| | la brisilla que precede | | la tempestad?... Pues, Ambrosio,
| | esta señal... ¿Eres fuerte, | 20 | Ambrosio?... Esto
es presagio | | de males sin fin; ¿entiendes? | | De males
sin fin: ¿no tiemblas | | tú también? |
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AMBROSIO |
No,
todo cede | | al valor; ¿por qué temblar? | 25 |
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BELTON |
¡Ah! Si tú eres inocente... | | Tienes razón,
ya olvidaba | | que la virtud siempre es fuerte, | | y que
a vista del sepulcro | | solo el crimen se conmueve. | 30 |
Yo tiemblo, porque allá lejos | | veo a la sedienta
muerte; | | yo tiemblo porque mañana | | sentiré
sobre mi frente
| | |
—191→
| su mano helada: yo tiemblo | 35 | porque
un amor aparente | | me engañó, porque he creído
| | ser feliz y no se puede... | | Yo tiemblo porque en Saboya...
| | Vete, Ambrosio, vete, vete. | 40 |
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BELTON | ¿Y qué quieres que te cuente?
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BELTON | Espera
| | un momento qué recuerde | | el sueño que
tuve ayer... | 45 | En Saboya las mujeres | | son hermosas,
¿no es verdad? | | Una amé yo que era ardiente, | |
joven, divina... No es sueño | | esto, Ambrosio...
¡Ojalá fuese | 50 | sueño no más! Pero
es cierto.
| | |
—192→
| Lo que es sueño es que se muere | |
de dolor por mí, que me ama, | | que en el mundo nada
tiene | | sino un hijo de mi amor. | 55 | Ya ves que eso solamente
| | es un sueño... y sin embargo | | todavía
me parece | | que la estoy viendo llorar | | con su hijo...
¡Te enterneces, | 60 | Ambrosio! ¿Y por qué? |
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BELTON | ¡Qué
aún no parece! | | (Una ventana se abre poco a poco.) | ¿Qué es esto? Déjame, Ambrosio... | | ¿Quién
abre?... Va a conocerme; | | es la Condesa... ¡Ah! Me ha visto.
| 65 | Veamos qué se le ofrece.
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Escena IV
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LA CONDESA, BELTON.
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La CONDESA sale con mucho
misterio; BELTON desfigura la voz y habla muy bajo durante
toda la escena.
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CONDESA | Y llenó de temores e impaciencia,
| 155 | ¿No es verdad? ¡Ah! Perdóname, no pudo | | venir
antes a verte tu Condesa, | | tu Adelina, la amiga de tu pecho,
| | la que su vida misma por ti diera, | | la que tiene tu
amor... ¿Por qué sollozas? | 160 | Amado Antonio mío,
¿no soy tierna, | | hermosa y celebrada? ¿No te adoro?
| | ¿Qué quieres? ¿Qué te falta? ¿Qué
deseas? | | Dímelo pronto. |
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CONDESA | ¿Y de ello no te estoy dando una
prueba? | 165 |
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—198→
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CONDESA | ¡Qué
triste es tu lenguaje! | | ¡Qué voz ronca! ¿Por
qué tanta tristeza? | | ¡Qué dolor está
envuelto en tus palabras! | | Si yo te despreciara, di, ¿pudieras
| | hablarme con acento más doliente? | 170 | Antonio, sé
feliz; ¿por qué recuerdas | | a Belton, que no amé
más que un instante? | | Cometí, no lo ignoro,
la imprudencia | | de unirme a él; mas si le di mi
mano | | por compasión fue solo... ¿Lo repruebas?
| 175 | Hice mal, puede ser; pero ¡ay! Entonces | | tú
no estabas aquí, que si te viera | | no tendría
valor para no amarte. | | Ángel mío, mi Antonio,
tú te alejas, | | cual si mi aliento el aire emponzoñara;
| 180 | me huyes, ¿por qué? Qué ¿te amedrentan
| | las cadenas de hierro que me ligan? | | Dime que me amas,
eso me consuela; | | eso tan solo basta a consolarme... | | ¿Me amas, Antonio?... |
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CONDESA | ¡Ah,
si te viera! | 185 | ¿Estás malo? ¿Qué tienes? Ni
te atreves
| | |
—199→
| tan solo a hablar, ni a resollar siquiera.
| | ¡Cómo deseo verte! Me parece | | que en tu rostro
se lee la tristeza. | | ¿No es verdad que mi vista te sanara?
| 190 | ¡Oh, si en mis negros ojos tú leyeras | | el
amor que te tengo! Vida mía, | | inclina sobre el hombro
tu cabeza. | | Así... ¿estás bien? Descansa.
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BELTON | ¡Ah
si pudiese! | | Esta será quizás la vez postrera
| 195 | que reposo en tu seno. |
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CONDESA | ¿Qué?
¿Qué dices? | | ¿Cuáles son tus tormentos
y tus penas? | | Cuéntame todo, cuéntamelo,
quiero | | contigo padecer. |
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BELTON | ¡Oh
si me vieras! | | ¡Cuál sufrieses al ver mi rostro
negro, | 200 | arrugado, y mis ojos de centellas! | |
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CONDESA |
¡El pelo se me eriza! ¡Ah si te viese!
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—200→
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BELTON | Adelina,
¿de veras lo deseas? | |
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CONDESA | Yo
te viera | 205 | entre miles y miles de mortales, | | y te conocería...
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BELTON | Al
fin deseas | | ver mi rostro, ¿no es cierto? |
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BELTON | (Tomando la linterna y acercándosela
al rostro.) | Pues mírala, ¿te gusta mi presencia?
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(La CONDESA da un grito y huye.)
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Escena VI
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BELTON, CLAUDIA.
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CLAUDIA | (Vestida
de mujer, corriendo con BENJAMÍN en los brazos.) | Belton, espera ahí, toma tu hijo. | 260 |
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BELTON | ¡Qué
oigo! ¿Que es lo que veo? ¡Dios! ¿Qué es esto?
| |
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CLAUDIA | Belton, ¿no me conoces? Yo soy Claudia, | | esa que
tú llamaste ángel del cielo, | | yo soy esa
infeliz que te ha adorado, | | y que te adora aún...
¡Cuánto te quiero! | 265 | ¡Cómo te amo, oh mi Dios!...
¡Ah! Te perdono | | todo el mal que me hiciste, ya te veo,
| | y te puedo decir cuanto te adoro. | | Sí, ya puedo
decírtelo, mi Belton; | | no te enfades... Si adoras
a Adelina, | 270 | yo sé morir amándote en silencio.
| |
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CLAUDIA | ¡Ah!
No te asombre mi lenguaje. | | Esa muerte horrorosa, el feo
espectro,
| | |
—204→
| descarnado, que aterra con su soplo, | | que
convierte en ceniza... ¿Tienes miedo? | 275 | ¿Por qué,
Belton, por qué?... Yo te perdono; | | esa muerte,
decía, es mi consuelo. | | Si mi madre infeliz volviese
al mundo, | | si tendiese la mano desde el cielo | | para secar
el lloro de su hija, | 280 | ¿crees que yo mostrara más
contento | | que si viese la muerte en mi presencia | |
aquí mismo... a la vista... y sobre el suelo | | inerte
me tendiese? Di, ¿lloraras | | si me vieras morir? Dímelo
al menos, | 285 | dímelo por piedad... ¡Ah, si supieses
| | cuanto bien esto hiciera al pobre pecho | | que se dio
a ti, lo mismo que al demonio | | el impío se entrega
en alma y cuerpo; | | que se nutrió tan solo con tu
imagen, | 290 | que te adoró y adora!... ¡Pobre Belton!
| | Dime, ¿Adelina te ama con más fuerza? | |
|
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CLAUDIA | ¡Ah!
Te ofendo | | al pronunciar el nombre de tu amante,
| | |
—205→
| de
tu esposa, yo pobre, que no tengo | 295 | más nombre que
uno infame. A Dios, perdona, | | ve al hijo de tu amor...
Ahí te lo dejo, | | a Dios... ¡Ah, sé feliz!...
|
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BELTON | Espera,
espera. | | ¿Adónde vas? ¿Qué dices? No te entiendo.
| | Déjame descansar, deja que piense... | 300 | Deja que
llore al menos un momento; | | Claudia, siéntate
aquí... Dime, ¿qué quieres? | |
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CLAUDIA | ¿Yo?
Que seas feliz, solo eso quiero; | | que ames a Benjamín...
Es nuestro hijo, | | es hijo de los dos; te lo recuerdo | 305 | para que lo ames siempre; no lo olvides. | | Y si algún
día alivia tus tormentos, | | si ese pobre muchacho
te interesa, | | ¡ah!, si te hace dichoso, da un recuerdo
| | a su madre infeliz que tanto te ama; | 310 | un recuerdo no
más, nada más quiero... | | Una lágrima
sola fuera mucho | | para mí desgraciada... En otro
tiempo | | más te hubiera pedido; hoy Adelina | | solo
pedirte puede, yo no puedo... | 315 | A Dios, Belton, a Dios.
|
|
|
—206→
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BELTON | Claudia,
mi Claudia, | | ángel de la inocencia, rasga el
velo | | que cubría mi error... dame los brazos...
| | Yo te adoro, mi Claudia. |
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CLAUDIA | ¿Será
cierto?... | | Pero no, tú te engañas, has pensado
| 320 | que yo soy Adelina; ya lo veo. | | Mírame bien,
soy Claudia, esa muchacha | | sin nombre ni familia; ve mi
pelo, | | ¿conoces su color?... No tengo nada, | | ni nada
hay para mí en el universo. | 325 |
|
|
BELTON | Sino el padre
de tu hijo. |
|
|
CLAUDIA | ¡Dulce
nombre! | | Tú eres quien lo pronuncias; ¡buen agüero!
| | ¡Buen agüero! Quizá baje al sepulcro | | dichosa,
porque al fin ¿qué es lo que quiero? | | Que tú,
Belton amado, me consueles, | 330 | y me digas no más:
«Yo te respeto,
| | |
—207→
| porque viendote sola, en la miseria,
| | con un hijo desnudo y medio hambriento, | | no fuiste vil
y baja como muchas; | | porque no te valiste de un pretexto
| 335 | para besar los pies de un poderoso, | | y mostrar la
belleza de tu pecho...» | | En fin, Belton, deseo solamente
| | que al morir me repitas: «Yo te aprecio.» | |
|
|
BELTON | ¿Y
si te digo, Claudia, que en mi vida | 340 | solo he amado una
vez, que bajo el cielo | | para mí no ha nacido
más que un ente, | | y que no amo, ni, quiero, ni deseo,
| | ni he adorado jamás sobre la tierra, | | ni adoraré
jamás algún objeto, | 345 | sino tú, vida
mía, ángel celeste, | | mi paz y mi delicia
y mi consuelo, | | solo ser inocente de la tierra, | | podrás,
Claudia, creerme? |
|
|
CLAUDIA | ¡Oh!
Sí te creo. | | Yo lo decía bien, es imposible,
| 350 | ese Belton tan cándido y tan tierno, | | tan
noble en su querer, tan pensativo, | | no puede amar, al menos
con exceso,
| | |
—208→
| un pecho sin candor, tan vacilante | | cual
las olas de un río turbulento, | 355 | que no tiene más
Dios que los placeres, | | y que ama nada más que
por convenio, | | no puede amar a una mujer hermosa | | solo
porque es hermosa... Que el afecto, | | el verdadero afecto
necesita | 360 | para poder vivir otro alimento. | | La hermosura
es ajada en solo un día, | | las gracias se entristecen
con el tiempo, | | el tono cansa al fin, y hasta se apagan
| | los ojos que hoy despiden solo fuego... | 365 | ¿Qué
queda al largo trecho de los años? | | El corazón
que nunca será viejo; | | eso Belton tan solo necesita
| | si ha de vivir feliz fuera del cielo, | | y Adelina....
|
|
|
BELTON | No
nombres a ese monstruo. | 370 |
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BELTON |
Porque
es justicia, la aborrezco. | |
|
|
CLAUDIA | Dime, dime, ¿es infiel?...
Acaba pronto...
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—209→
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BELTON | Tu palabra es mejor que el juramento
| | de Adelina... Mi esposa no me ama. | |
|
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CLAUDIA | ¿Y por eso
me vuelves hoy tu pecho? | 375 | ¿Y quizás por vengarte
solamente | | hoy me vuelves a amar? Déjame, Belton,
| | deja que muera en paz; soy más dichosa | | sabiendo
que no me amas, que si creo | | que por piedad tan solo me
consuelas. | 380 | Porque si finges, mira, tus esfuerzos,
| | tu compasión, tus penas, todo, todo, | | todo me
hará sufrir nuevos tormentos; | | únelos a los
míos; ¿hay quien pueda | | resistir tal martirio?...
Sola al menos | 385 | moriré con dolor como he vivido,
| | mas resignada... Ah ¿lloras? ¡Pobre Belton! | |
|
|
BELTON |
Ámame, y ni soy pobre ni infelice, | | ni lloraré
ya más que de contento, | | de júbilo a tu lado.
Claudia, Claudia, | 390 | mi mano es de Adelina, no mi pecho;
| | este es tuyo, mi bien; tú eres mi esposa.
| | |
—210→
| Dime, Claudia, otra vez que el caro afecto | | es para Belton
solo. |
|
|
CLAUDIA | Noche
y día | | te lo dijera yo, que el tierno pecho | 395 | lo
reputara poco. |
|
|
BELTON | Mira,
Claudia, | | ¿qué hay para entrambos dos sobre este
suelo? | | Para mí el pecho tuyo solamente, | | para
ti solo el mío; y cual consuelo, | | si alguna vez
los males nos aquejan, | 400 | este niño infeliz que tanto
tiempo | | hizo brotar tus lágrimas, ya alegres
| | nos verá sonreírnos a sus juegos. | | Pues...
el cielo me inspira... Vamos, Claudia, | | huyamos de este
sitio que aborrezco, | 405 | vamos a ser felices. |
|
|
CLAUDIA | ¿Qué
pronuncias? | | ¡Felices si dejamos el sendero | | de la
augusta virtud! Es imposible. | |
|
|
BELTON | Imposible... Yo soy
quien te lo ruego. | | Huyamos de este sitio de desgracias,
| 410 | huyamos, cara esposa.
|
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—211→
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BELTON | (Tomando con ternura a BENJAMÍN
en sus brazos.) | Hijo del infortunio, no me escuchan,
| | y me juran amor y amor eterno. | | Llora cual yo, infeliz;
riega las plantas | | de tu mísera madre... Huyamos
presto. | 415 |
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CLAUDIA | (Dejándose caer sobre un banco de
piedra.) | Belton, ten compasión de una infelice.
| |
|
|
BELTON | Claudia, hace muchos años que padezco;
| | mi padre me ha dejado con fortuna, | | huérfano
enteramente... Fui pequeño, | | y fui feliz entonces...
No sufría... | 420 | Pero más tarde hallé
que había un hueco | | en mi alma, que nadie le
llenaba, | | y atormentado, lleno de despecho, | | corrí
el mundo, busqué por todas partes | | quien me diese
la calma y el sosiego, | 425 | quien me hiciese vivir, sino dichoso,
| | al menos no infeliz... Anduve ciego, | | y nada hallé
por fin... Yo me avanzaba, | | y la dicha también...
Al fin sediento | | me entregué a los placeres, fui
malvado,
| 430 | |
—212→
| engañé por gozar... Esto es lo
menos; | | tal sed me devoraba las entrañas, | |
que quería entregarme a otros excesos; | | todo para
olvidar que estaba solo... | | Por gozar incendiara el universo.
| 435 | Entonces te encontré, pobre muchacha | | te vi,
te hablé sin conocer tu precio, | | pero te amé,
te amé; no, no lo dudes; | | y mil veces a mí
llegara el eco | | de tus pláñidos lúgubres...
mas, Claudia, | 440 | todavía no estaba satisfecho.
| | Seguí aún más, y encontré...
¡Quién lo creyera! | | Un demonio con ojos lisonjeros
| | transformado en mujer encantadora; | | me atrajo, me sedujo...
Yo me acerco | 445 | incauto y sin temor, y soy perdido...
| | Hoy te vuelvo a encontrar, y te consuelo. | | Ángel
de la inocencia... |
|
|
CLAUDIA | No
prosigas, | | no te puedo escuchar, no puedo, Belton, | | un
crimen me hizo madre de tu hijo, | 450 | y no quiero deber a un
crimen nuevo | | mi dicha que se cifra en tu cariño.
| | Para mí nada tiene el universo, | | sino tú
y Benjamín ...Yo le vería
| | |
—213→
| reducirse a la
nada en un momento, | 455 | que me echaban contigo y este niño
| | sobre la seca arena de un desierto, | | que a los tres
por morada nos le dieran, | | y el pecho palpitara de contento;
| | y ni patria, ni honores, ni riquezas, | 460 | deseara en los
brazos de mi dueño. | | Sin ti no viviré;
pero ¿qué importa, | | si vives tú feliz?...
Mucho te quiero, | | pero amo más tu honor y tu ventura.
| | Si te hago abandonar aqueste suelo, | 465 | yo, infelice mujer,
llena de infamia, | | la sinrazón despótica
al momento | | dirá: «Belton merece ser odiado; | |
rompió los santos nudos de himeneo | | por seguir a
una pobre saboyana, | 470 | que logró apoderarse de su
pecho.» | | ¿Y habrá quien diga entonces: «Es mentira
| | que Belton digno sea de desprecio?» | | Si a ti te respetara
la calumnia, | | y sobre mí lanzase el golpe horrendo,
| 475 | sobre mí nada más, yo te siguiera. | | Que digan: «Claudia es digna de desprecio,» | | se puede
esto sufrir; pero que digan: | | «Belton es un objeto que
aborrezco,» | | eso no... no se sufre... es imposible.
| 480 | |
—214→
| Hierve mi sangre... ¡Niño, dame un beso... | | (Abraza con ternura a su hijo, y se precipita a la puerta
del jardín y desaparece después de haber gritado:) | Padre de Benjamín, vive dichoso. | |
|
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BELTON |
¿Adónde vas?... Espera... Dame tiempo... | | Niño,
mi Benjamín, llama conmigo, | | llama a tu triste madre.
-Yo no puedo | 485 | (Mirando la casa en que entró ADELINA.)
| vivir con una adúltera... -Corramos. | | Por
do quier a tu madre buscaremos; | | y si hasta el fin desoye
mi plegaria | | a sus pies a lo menos moriremos. | |
|
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