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ArribaJornada III

 

Sale el CONDE, de camino.

 
CONDE
   Trae los caballos de la rienda, Tello,
que a pie quiero gozar del día bello,
pues tomó de este monte1690
el día posesión de este horizonte.
¡Qué campo deleitoso!
Tú que le vives, morirás dichoso,
pues en él, don García,
dotrina das a la filosofía,1695
y la mujer más cuerda,
Blanca en virtud, en apellido Cerda.
Pero si no me miente
la vista, sale apresuradamente
con señas celestiales1700
de entre aquellos jarales
una mujer desnuda:
bella será, si es infeliz, sin duda.
 

(Sale DOÑA BLANCA con algo de sus vestidos en los brazos, mal puesto.)

 
DOÑA BLANCA
¿Dónde voy sin aliento,
cansada, sin amparo, sin intento,1705
entre aquesta espesura?
Llorad, ojos, llorad mi desventura,
y en tanto que me visto,
decid, pues no resisto,
lenguas del corazón sin alegría:1710
¡ay, dulces prendas cuando Dios quería!
CONDE
Aunque mal determino,
parece que se viste, y imagino
que está turbada y sola.
De la sangre española1715
digna empresa es aquesta.
DOÑA BLANCA
Un hombre para mí la planta apresta.
CONDE
Parece hermosa dama.
DOÑA BLANCA
Quiero esconderme entre la verde rama.
CONDE
Mujer, ¡escucha, tente!1720
¿Sales, como Diana de la fuente
para matar, severa,
de amor al cazador como a la fiera?
DOÑA BLANCA
Mas, ¡ay, suerte dichosa!,
este es el Conde.
CONDE
¡Hija, Blanca hermosa!
1725
¿Dónde vas desta suerte?
DOÑA BLANCA
Huyendo de mi esposo y de mi muerte.
Ya las dulces canciones
que en tanto que dormía en mis balcones
alternaban las aves1730
no son, ¡oh, Conde!, epitalamios graves;
serán, ¡oh, dueño mío!,
de pájaro funesto agüero impío,
que el día entero y que las noches todas
cante mi muerte por cantar mis bodas.1735
Trocóse mi ventura.
Oye la causa y presto te asegura,
y ve a mi casa, adonde
muerto hallarás mi esposo. ¡Muerto, Conde!
Aquesta noche, cuando1740
le aguardaba mi amor en lecho blando,
último del deseo
término santo y templo de Himeneo,
cuando yo le invocaba
y la familia recogida estaba,1745
entrar le vi severo,
blandiendo contra mí un blanco acero.
Dejé entonces la cama,
como quien sale de improvisa llama,
y mis vestidos busco,1750
y al ponerme, me ofusco,
esta cota brillante
¡Mira qué fuerte peto de diamante!
Vístome el faldellín, y apenas puedo
hallar las cintas ni salir del ruedo,1755
pero sin compostura
le aplico a mi cintura,
y mientras le acomodo,
lugar me dio la suspensión a todo.
La causa le pregunto,1760
mas él, casi difunto,
a cuanto vio y a cuanto le decía,
con un suspiro ardiente respondía,
lanzando de su pecho y de sus ojos
piedades confundidas con enojos,1765
tan juntos, que dudaba
si eran iras o amor lo que miraba.
Pues de mí retirado,
le vi volver más tierno, más airado,
diciéndome entre fiero y entre amante:1770
«Tú, Blanca, has de morir, y yo al instante».
Mas el brazo levanta,
y abortando su voz en su garganta,
cuando mi fin recelo,
caer le vi en el suelo,1775
cual suele el risco cano
del aire impulso decender al llano,
y yerto en él y mudo,
de aquel monte membrudo,
suceder en sus labios y en sus ojos1780
pálidas flores a claveles rojos.
Y con mi boca y mi turbada mano
busco el calor entre su hielo en vano.
Y estuve desta suerte
neutral un rato entre la vida y muerte,1785
hasta que ya latiendo,
oí mi corazón estar diciendo:
«Vete, Blanca infelice,
que no son siempre iguales
los bienes y los males,1790
y no hay acción alguna
más vil que sujetarse a la Fortuna».
Yo le obedezco y dejo
mi aposento y mi esposo, y dél me alejo,
y en mis brazos, sin bríos,1795
mal acomodo los vestidos míos.
Por donde voy no vía,
cada paso caía,
y era, Conde, forzoso,
por volver a mirar mi amado esposo.1800
Las cosas que me dijo
cuando la muerte me intimó y predijo,
los llantos, los clamores,
la blandura mezclada con rigores,
los acometimientos, los retiros,1805
las disputas, las dudas, los suspiros,
el verle amante y fiero,
ya derribarse el brazo, ya severo,
levantarle arrogante
como la llama en su postrero instante,1810
el templar sus enojos
con llanto de mis ojos,
el luchar, y no en vano,
con su puñal mi mano,
que con arte consiente1815
vencerse fácilmente,
como amante que niega
lo que desea dar a quien le ruega;
el esperar mi pecho
el crudo golpe, en lágrimas deshecho;1820
ver aquel mundo breve,
que en fuego comenzó y acabó nieve,
y verme a mí asombrada,
sin determinación, sola y turbada,
sin encontrar recurso1825
en mis pies, en mi mano, en mi discurso;
el dejarle en la tierra,
como suele en la sierra
la destroncada encina
el que oyó de su guarda la bocina,1830
que deja al enemigo,
desierto el tronco en quien buscaba abrigo;
el buscar de mis puertas,
con las plantas inciertas,
las llaves, y sintiendo1835
-¡aquí, señor, me ha de faltar el aliento!-
el abrirlas a escuras,
el no poder hallar las cerraduras,
tan turbada y sin juicio,
que la buscaba de uno en otro quicio;1840
y las penas que pasa
el corazón, cuando dejé mi casa,
por estas espesuras,
en cuyas ramas duras
hallarás mis cabellos1845
-¡pluviera a Dios me suspendiera en ellos!-
te contaré otro día.
Agora ve, socorre al alma mía,
que queda deste modo.
Yo lo perdono todo,1850
que no es, señor, posible
fuese su brazo contra mí terrible
sin algún fundamento.
Bástele por castigo el mismo intento
y a mí por pena básteme el cuidado,1855
pues yace, si no muerto, desmayado.
Acúdele a mi esposo,
¡oh, Conde valeroso,
sucesor y pariente
de tanta, con diadema, honrada frente!1860
Así la blanca plata
que por tu grave pecho se dilata
barra de España las moriscas huellas,
sin dejar en su suelo señal dellas,
que los pasos dirijas1865
adonde, si está vivo, le corrijas
de fiereza tan dura
y seas, porque cobre mi ventura
cuando de mí te informe,
arbitrio entre los dos que nos conforme,1870
pues los hados fatales
me dieron el remedio entre los males,
pues mi fortuna quiso
hallase en ti favor, amparo, aviso,
pues que miran mis ojos1875
no salteadores de quien ser despojos,
pues eres, Conde ilustre,
gloria de Illán y de Toledo lustre,
pues que plugo a mi suerte
la vida hallase quien tocó la muerte.1880
CONDE
Digno es el caso de prudencia mucha,
este es mi parecer. ¡Ah, Tello, escucha!
 

(Sale TELLO.)

 
Ya sabes, Blanca, cómo siempre es justo
acudas a mi gusto.
Así, sin replicarme,1885
con Tello al punto, sin escusas darme,
en aquese caballo, que lealmente
a mi persona sirve, juntamente
caminad a Toledo.
Esto conviene, Blanca, esto hacer puedo.1890
Y tú, a palacio llega,
a la reina la entrega,
que yo voy a tu casa,
que por llegar el corazón se abrasa,
y he de estar de tu parte1895
para servirte, Blanca, y ampararte.
TELLO
Vamos, señora mía.
DOÑA BLANCA
Más quisiera, señor, ver a García.
CONDE
Que aquesto importa advierte.
DOÑA BLANCA
Principio es de acertar obedecerte.1900
 

(Vanse, y sale DON GARCÍA con el puñal desnudo.)

 
DON GARCÍA
   ¿Dónde voy, ciego homicida?
¿Dónde me llevas, honor,
sin el alma de mi amor,
sin el cuerpo de mi vida?
¡Adiós, mitad dividida1905
del alma, sol que eclipsó
una sombra! Pero no,
que, muerta la esposa mía,
ni tuviera luz el día
ni tuviera vida yo.1910
   ¿Blanca muerta? No lo creo.
El cielo vida la dé,
aunque esposo la quité
lo que amante la deseo.
Quiero verla, pero veo1915
solo el retrete y abierta
de mi aposento la puerta,
limpio en mi mano el puñal,
y, en fin, yo vivo, señal
de que mi esposa no es muerta.1920
   ¿Blanca con vida -¡ay de mí!-
cuando yo sin honra estoy?
Como ciego amante soy,
esposo cobarde fui.
Al rey en mi casa vi1925
buscando mi prenda hermosa
y, aunque noble, fue forzosa
obligación de la ley
ser piadoso con el rey
y tirano con mi esposa.1930
   ¡Cuántas veces fue al tirano
acero a la ejecución
y cuántas el corazón
dispensó el golpe a la mano!
Si es muerta, morir es llano;1935
si vive, muerto he de ser.
Blanca, Blanca, ¿qué he de hacer?
Mas ¿qué me puedes decir,
pues solo para morir
me has dejado en qué escoger?1940
 

(Sale el CONDE.)

 
CONDE
   Dígame vueseñoría
contra qué morisco alfanje
sacó el puñal esta noche
que está en su mano cobarde.
¿Contra una flaca mujer,1945
por presumir, ignorante,
que es villana? Bien se acuerda,
cuando propuso casarse,
que le dije era su igual,
y mentí, porque un infante1950
de los Cerdas fue su abuelo,
si conde su noble padre.
Y con una labradora
se afrentara, como sabe
que el rey ha venido a verle1955
y por mi voto le hace
capitán de aquesta guerra,
y me envía de su parte
a que le lleve a Toledo.
¿Es bien que aquesto me pague1960
con su muerte, siendo Blanca
luz de mis ojos brillante?
Pues -¡vive Dios!- que le había
de costar al loco, al fácil,
cuanta sangre hay en sus venas1965
una gota de su sangre.
DON GARCÍA
Decidme: ¿Blanca quién es?
CONDE
Su mujer, y aquesto baste.
DON GARCÍA
Reportaos. ¿Quién os ha dicho
que quise matarla?
CONDE
Un ángel
1970
que hallé desnudo en el monte:
Blanca, que entre sus jarales
perlas daba a los arroyos,
tristes suspiros al aire.
DON GARCÍA
¿Dónde está Blanca?
CONDE
A palacio,
1975
esfera de su real sangre,
la envié con un criado.
DON GARCÍA
¡Matadme, señor, matadme!
¿Blanca en palacio, y yo vivo?
Agravios, honor, pesares,1980
¿cómo, si sois tantos juntos,
no me acaban tantos males?
¿Mi esposa en palacio, Conde,
y el rey, que los cielos guarden,
me envía contra Algecira1985
por capitán de sus haces,
siendo en su opinión villano?
¡Quiera Dios que en otra parte
no desdore con afrentas
estas honras que me hace!1990
Yo me holgara -¡a Dios pluviera!-
que esa mujer que criasteis
en Orgaz para mi muerte
no fuera de estirpes reales,
sino villana y no hermosa,1995
y a Dios pluviera que antes
que mi pecho enterneciera,
aqueste puñal infame
su corazón, con mi riesgo,
le dividiera en dos partes,2000
que yo os escusara, Conde,
el vengarla y el matarme,
muriéndome yo primero.
¡Qué muerte tan agradable
hubiera sido, y no agora2005
oír, para atormentarme,
que está sin defensa adonde
todo el poder la combate!
Haced cuenta que mi esposa
es una bizarra nave2010
que por robarla la busca
el pirata de los mares,
y en los enemigos puertos
se entró, cuando vigilante
en los propios la buscaba,2015
sin pertrechos que la guarden,
sin piloto que la rija
y sin timón y sin mástil.
No es mucho que tema, Conde,
que se sujete la nave2020
por fuerza o por voluntad
al capitán que la bate.
No quise por ser humilde
darla muerte, ni fue en balde;
creed que, aunque no la digo,2025
fue causa más importante.
No puedo decir por qué,
mas advertid que más sabe,
que el entendido en la ajena,
en su casa el ignorante.2030
CONDE
¿Sabe quién soy?
DON GARCÍA
Sois Toledo,
y sois Illán por linaje.
CONDE
¿Débeme respeto?
DON GARCÍA
Sí,
que os he tenido por padre.
CONDE
¿Soy su amigo?
DON GARCÍA
Claro está.
2035
CONDE
¿Qué me debe?
DON GARCÍA
Cosas grandes.
CONDE
¿Sabe mi verdad?
DON GARCÍA
Es mucha.
CONDE
¿Y mi valor?
DON GARCÍA
Es notable.
CONDE
¿Sabe que presido a un reino?
DON GARCÍA
Con aprobación bastante.2040
CONDE
Pues confiesa lo que siente,
y puede de mí fiarse
el valor de un caballero
tan afligido y tan grave,
dígame vueseñoría,2045
hijo, amigo, como padre,
como a amigo sus enojos,
cuénteme todos sus males,
refiérame sus desdichas.
¿Teme que Blanca le agravie,2050
que es, aunque noble, mujer?
DON GARCÍA
¡Vive Dios, Conde, que os mate,
si pensáis que el sol ni el oro,
en sus últimos quilates,
para exagerar su honor2055
es comparación bastante!
CONDE
Aunque habla como debe,
mi duda no satisface
por su dolor regulada.
Solos estamos, acabe;2060
por la cruz de aquesta espada
[he] de acudille y amparalle,
si fuera Blanca mi hija,
que en materia semejante
por su honra depondré2065
el amor y las piedades.
Dígame si tiene celos.
DON GARCÍA
No tengo celos de nadie.
CONDE
Pues, ¿qué tiene?
DON GARCÍA
Tanto mal
que no podéis remedialle.2070
CONDE
Pues, ¿qué hemos de hacer los dos
en tan apretado lance?
DON GARCÍA
¿No manda el Rey que a Toledo
me llevéis? Conde, llevadme.
Mas decid: ¿Sabe quién soy2075
su majestad?
CONDE
No lo sabe.
DON GARCÍA
Pues vamos, Conde, a Toledo.
CONDE
Vamos, García.
DON GARCÍA
Id delante.
CONDE

 (Aparte.) 

Tu honor y vida amenaza,
Blanca, silencio tan grande,2080
que es peligroso accidente
mal que a los labios no sale.
DON GARCÍA

 (Aparte.) 

¿No estás en palacio, Blanca?
¿No fuiste y me dejaste?
Pues venganza será ahora2085
la que fue prevención antes.
 

(Vanse, y salen la REINA y DOÑA BLANCA.)

 
REINA
   De vuestro amparo me obligo,
y creedme que me pesa
de vuestros males, Condesa.
DOÑA BLANCA
¿Condesa? ¿No habla conmigo?2090
   Mire vuestra majestad
que de quien soy no se acuerda.
REINA
Doña Blanca de la Cerda,
prima, mis brazos tomad.
DOÑA BLANCA
   Aunque escuchándola estoy2095
y sé no puede mentir,
vuelvo, señora, a decir,
que una labradora soy,
   tan humilde, que en la villa
de Orgaz pobre me crié2100
sin padre.
REINA
Y padre que fue
propuesto rey en Castilla.
   De don Sancho de la Cerda
sois hija. Vuestro marido
es, Blanca, tan bien nacido2105
como vos, y pues sois cuerda
   y en palacio habéis de estar,
en tanto que vuelve el Conde,
no digáis quién sois. Y adonde
ha de ser voy a ordenar.2110
 

(Vase.)

 
DOÑA BLANCA
   ¿Habrá alguna, cielo injusto,
a quien dé el hado cruel
los males tan de tropel
y los bienes tan sin gusto
   como a mí? ¿Ni podrá estar2115
viva con mal tan esento,
que no da vida un contento
y da la muerte un pesar?
   ¡Ay, esposo, qué de enojos
me debes! Mas pesar tanto2120
¿cómo lo dicen sin llanto
el corazón y los ojos?
 

(Pone un lienzo en el rostro y sale DON MENDO.)

 
DON MENDO
   Labradora que al abril
florido en la gala imita,
de los bellos ojos quita2125
ese nublado sutil,
si no es que, con perlas mil,
bordas, llorando, la holanda.
¿Quién eres? La reina manda
que te guarde, y ya te espero.2130
DOÑA BLANCA
Vamos, señor caballero,
el que trae la roja banda.
DON MENDO
   Bella labradora mía,
¿conócesme acaso?
DOÑA BLANCA
Sí.
Pero tal estoy, que a mí2135
apenas me conocía.
DON MENDO
Desde que te vi aquel día
cruel para mí, señora,
el corazón que te adora
ponerse a tus pies procura.2140
DOÑA BLANCA

 (Aparte.) 

¡Solo aquesta desventura,
Blanca, te faltaba ahora!
DON MENDO
   Anoche en tu casa entré
con alas de amor por verte,
mudaste mi feliz suerte,2145
mas no se mudó mi fe.
Tu esposo en ella encontré,
que cortés me resistió.
DOÑA BLANCA
¿Cómo? ¿Qué decís?
DON MENDO
Que no,
Blanca, la ventura halla2150
amante que va a buscalla,
sino acaso, como yo.
DOÑA BLANCA
   Ahora sé, caballero,
que vuestros locos antojos
son causa de mis enojos2155
que sufrir y callar quiero.
 

(Sale DON GARCÍA.)

 
DON GARCÍA

 [Aparte.] 

Al conde de Orgaz espero.
Mas, ¿qué miro?
DON MENDO
Tu dolor
satisfaré con amor.
DOÑA BLANCA
Antes quitaréis primero2160
la autoridad a un lucero,
que no la luz a mi honor.
DON GARCÍA

 [Aparte.] 

   ¡Ah, valerosa mujer!
¡Oh, tirana majestad!
DON MENDO
Ten, Blanca, menos crueldad.2165
DOÑA BLANCA
Tengo esposo.
DON MENDO
Y yo poder.
Y mejores han de ser
mis brazos, que honra te dan,
que no sus brazos.
DOÑA BLANCA
Sí, harán,
porque bien o mal nacido,2170
el más indigno marido
excede al mejor galán.
DON GARCÍA

 [Aparte.] 

   ¿Mas cómo puede sufrir
un caballero esta ofensa?
Que no le conozco piensa2175
el rey. Saldrele a impedir.
DON MENDO
¿Cómo te has de resistir?
DOÑA BLANCA
Con firme valor.
DON MENDO
¿Quién vio
tanta dureza?
DOÑA BLANCA
Quien dio
fama a Roma en las edades.2180
DON MENDO
¡Oh, qué villanas crueldades!
¿Quién puede impedirme?
DON GARCÍA
Yo.
   Que esto solo se permite
a mi estado y desconsuelo,
que contra rayos del cielo2185
ningún humano compite.
Y sé que, aunque solicite
el remedio que procuro,
ni puedo ni me aseguro
que aquí, contra mi rigor,2190
ha puesto un muro el amor
y aquí el respeto otro muro.
DOÑA BLANCA
   ¡Esposo mío, García!
DON MENDO

 [Aparte.] 

Disimular es cordura.
DON GARCÍA
¡Oh malograda hermosura!2195
¡Oh poderosa porfía!
DOÑA BLANCA
¡Grande fue la dicha mía!
DON GARCÍA
¡Mi desdicha fue mayor!
DOÑA BLANCA
Albricias pido a mi amor.
DON GARCÍA
Venganza pido a los cielos,2200
pues en mis penas y celos
no halla remedio el honor.
   Mas este remedio tiene:
vamos, Blanca, al Castañar.
DON MENDO
En mi poder ha de estar2205
mientras otra cosa ordene,
que me han dicho que conviene
a la quietud de los dos
el guardalla.
DON GARCÍA
Guárdeos Dios
por la merced que la hacéis.2210
Mas no es justo vos guardéis
lo que he de guardar de vos.
   Que no es razón natural,
ni se ha visto ni se ha usado,
que guarde el lobo al ganado2215
ni guarde el oso al panal.
Antes, señor, por mi mal
será, si a Blanca no os quito,
siendo de vuestro apetito,
oso ciego y voraz lobo,2220
o convidar con el robo
o rogar con el delito.
DOÑA BLANCA
   Dadme licencia, señor.
DON MENDO
Estás, Blanca, por mi cuenta,
y no has de irte.
DON GARCÍA
Esta afrenta
2225
no os la merece mi amor.
DON MENDO
Esto ha de ser.
DON GARCÍA
Es rigor
que de injusticia procede.
DON MENDO

 (Aparte.) 

(Para que en palacio quede
a la reina he de acudir.)2230
De aquí no habéis de salir:
ved que lo manda quien puede.
 

[Vase.]

 
DON GARCÍA
   Denme los cielos paciencia,
pues ya me falta el valor,
porque acudiendo a mi honor2235
me resisto a la obediencia.
¿Quién vio tan dura inclemencia?
Volved a ser homicida,
mas del cuerpo dividida
el alma, siempre inmortales2240
serán mis penas, que hay males
que no acaban con la vida.
DOÑA BLANCA
   García, guárdete el cielo;
fénix, vive eternamente
y muera yo, que inocente2245
doy la causa a tu desvelo,
que llevaré por consuelo,
pues de tu gusto procede
mi muerte. Tú vive y quede
viva en tu pecho al partirme.2250
DON GARCÍA
¿Que, en efeto, no he de irme?
No, que lo manda quien puede.
DOÑA BLANCA
   Vuelve, si tu enojo es
porque, rompiendo tus lazos,
la vida no di a tus brazos;2255
ya te la ofrezco a tus pies.
Ya sé quién eres, y pues
tu honra está asegurada
con mi muerte, en tu alentada
mano blasone tu acero,2260
que aseguró a un caballero
y mató a una desdichada.
   Que quiero me des la muerte,
como lo ruego, a tu mano,
que si te temí tirano,2265
ya te solicito fuerte.
Anoche temí perderte
y ahora llego a sentir
tu pena, y no has de vivir
sin honor. Y pues yo muero2270
porque vivas, solo quiero
que me agradezcas morir.
DON GARCÍA
   Bien sé que inocente estás
y en vano a mi honor previenes,
sin la culpa que no tienes,2275
la disculpa que me das.
Tu muerte sentiré más,
yo sin honra y tú sin culpa.
Que mueras el amor culpa,
que vivas siente el honor,2280
y en vano me culpa amor
cuando el honor me disculpa.
   Aquí admiro la razón,
temo allí la majestad:
matarte será crueldad,2285
vengarme será traición.
Que tales mis males son
y mis desdichas son tales,
que unas a otras iguales
de tal suerte se suceden,2290
que solo impedir se suelen
las desdichas con los males.
   Y sin que me falte alguno,
los hallo por varios modos,
con el sentimiento a todos,2295
con el remedio a ninguno.
En lance tan importuno
consejo te he de pedir,
Blanca. Mas si has de morir,
¿qué remedio me has de dar,2300
si lo que he de remediar
es lo que llego a sentir?
DOÑA BLANCA
   Si he de morir, mi García,
no me trates desa suerte,
que la dilatada muerte2305
especie es de tiranía.
DON GARCÍA
¡Ay, querida esposa mía,
qué dos contrarios extremos!
DOÑA BLANCA
Vamos, esposo.
DON GARCÍA
Esperemos
a quien nos pudo mandar2310
no volver al Castañar.
Aparta y disimulemos.
 

(Salen el REY y la REINA, el CONDE y DON MENDO, y los que pudieren.)

 
REY
   ¿Blanca en palacio y García?
Tan contento de ello estoy,
que estimaré tengan hoy2315
de vuestra mano y la mía
   lo que merecen.
DON MENDO
No es bueno
quien por respetos, señor,
no satisface su honor
para encargarle el ajeno.2320
   Créame, pues se confía
de mí vuestra majestad.
REY

 (Aparte.) 

(Ésta es poca voluntad.)
Mas allí Blanca y García
   están. Llegad, porque quiero2325
mi amor conozcáis los dos.
DON GARCÍA
Caballero, guárdeos Dios.
Dejadnos besar primero
   de su majestad los pies.
DON MENDO
Aquél es el rey, García.2330
DON GARCÍA

 (Aparte.) 

(Honra desdichada mía,
¿qué engaño es este que ves?)
   A los dos, su majestad...
Besad la mano, señor...
Pues merece este favor...2335
Que bien podéis...
REY
Apartad,
   quitad la mano. El color
habéis del rostro perdido.
DON GARCÍA
No le trae el bien nacido
cuando ha perdido el honor.2340
   Escuchad aquí un secreto:
sois sol, y como me postro
a vuestros rayos, mi rostro
descubrió claro el defeto.
REY
   ¿Estáis agraviado?
DON GARCÍA
Y ve
2345
mi ofensor, porque me asombre.
REY
¿Quién es?
DON GARCÍA
Ignoro su nombre.
REY
Señaládmele.
DON GARCÍA
Sí haré.

 [A DON MENDO.] 

   Aquí fuera hablaros quiero
para un negocio importante,2350
que el rey no ha de estar delante.
DON MENDO
En la antecámara espero.
 

(Vase.)

 
DON GARCÍA
   ¡Valor, corazón, valor!
REY
¿Adónde, García, vais?
DON GARCÍA
A cumplir lo que mandáis,2355
pues no sois vos mi ofensor.
 

(Vase.)

 
REY
   Triste de su agravio estoy.
Ver a quién señala quiero.
DON GARCÍA

 [Dentro.] 

¡Éste es honor, caballero!
REY
¡Ten, villano!
DON MENDO

 [Dentro.] 

¡Muerto soy!
2360
 

(Sale [DON GARCÍA], envainando el puñal ensangrentado.)

 
DON GARCÍA
   No soy quien piensas, Alfonso,
no soy villano, ni injurio
sin razón la inmunidad
de tus palacios augustos.
Debajo de aqueste traje2365
generosa sangre encubro,
que no sé más de los montes
que el desengaño y el uso.
Don Fernando el Emplazado
fue tu padre, que difunto2370
no menos que ardiente joven
asombrado dejó el mundo,
y a ti de un año, en sazón
que campaba el moro adusto,
y comenzaba a fundar2375
en Asia su imperio el turco.
Eran en Castilla entonces
poderosos, como muchos,
los Laras, y de los Cerdas
cierto el derecho, entre algunos,2380
a tu corona, si bien
rey te juraron los tuyos,
lealtad que en los castellanos
solamente caber pudo.
Murmuraban en la corte2385
que el conde Garci Bermudo
que de la paz y la guerra
era señor absoluto,
por tu poca edad y hacer
reparo a tantos tumultos,2390
conspiraba a que eligiesen
de tu sangre rey adulto,
y a don Sancho de la Cerda
quieren decir que propuso,
si con mentira o verdad,2395
ni le defiendo ni arguyo.
Mas los del gobierno, antes
que fuese en el fin Danubio
el que era apenas arroyo,
o fuese rayo futuro2400
la que era apenas centella,
la vara, tronco robusto,
preso restaron al Conde
en el Alcázar de Burgos.
Don Sancho con una hija2405
de dos años huyó oculto,
que no fio su inocencia
del juicio de tus tribunos.
Con la presteza, quedó
desvanecido el obscuro2410
nublado que a tu corona
amenazaba confuso.
Su esposa, que estaba cerca,
vino a la ciudad y trujo
consigo un hijo que entraba2415
en los términos de un lustro.
Pidió de noche a los guardas
licencia de verle, y pudo
alcanzarla, si no el llanto,
el poder de mil escudos.2420
«No vengo -le dijo- esposo,
cuando te espera un verdugo,
a afligirte, sino a dar
a tus desdichas refugio
y libertad». Y sacó2425
unas limas de entre el rubio
cabello con que limar
de sus pies los hierros duros.
Y ya libre, le entregó
las riquezas que redujo2430
su poder, y con su manto
de suerte al Conde compuso
que entre las guardas salió
desconocido y seguro
con su hijo. Y entre tanto2435
que fatigaba los brutos
andaluces, en su cama
sustituía otro bulto.
Manifestose el engaño
otro día, y presa estuvo2440
hasta que en hombros salió
de la prisión al sepulcro.
En los montes de Toledo
para el Conde entre desnudos
peñascos, y de una cueva2445
vivía el centro profundo,
hurtado a la diligencia
de los que en distintos rumbos
le buscaron. Que trocados
en abarcas los coturnos,2450
la seda en pieles, un día
que se vio en el cristal puro
de un arroyo que de un risco
era precipicio inundo,
hombre mentido con pieles,2455
la barba y cabello hirsuto
y pendientes de los hombros
en dos aristas diez juncos,
viendo su retrato en él,
sucedido de hombre en bruto,2460
se buscaba en el cristal
y no hallaba su trasunto.
De cuyas campañas, antes
que a las flores los coluros
del sol en el lienzo vario2465
diesen el postrer dibujo,
llevaba por alimento
fruta tosca en ramo inculto,
agua clara en fresca piel,
dulce leche en vasos rudos,2470
y a la escasa luz que entraba
por la boca de aquel mustio
bostezo que dio la tierra
después del común diluvio,
al hijo las buenas letras2475
le enseñó, y era sin uso
ojos despiertos sin luz
y una fiera con estudio.
Pasó joven de los libros
al valor, y al colmilludo2480
jabalí opuesto a su cueva
volvía en su humor purpúreo.
Tenía el anciano padre
el rostro lleno de sulcos
cuando le llamó la muerte,2485
débil, pero no caduco.
Y al joven le dijo: «Orgaz
yace cerca. Importa mucho
vayas y digas al Conde
que a aqueste albergue noturno2490
con un religioso venga,
que un deudo y amigo suyo
le llama para morir».
Habló al Conde, y él dispuso
su viaje sin pedir2495
cartas de creencia al nuncio.
Llegan a la cueva, y hallan
débiles los flacos pulsos
del Conde, que al huésped dijo,
viendo le observaba mudo:2500
«Ves aquí, conde de Orgaz,
un rayo disuelto en humo,
una estatua vuelta en polvos,
un abatido Nabuco.
Este es mi hijo -y entonces2505
sobre mi cabeza puso
su débil mano-, yo soy
el conde Garci Bermudo.
En ti y estas joyas tenga
contra los hados recurso2510
este hijo, de quien padre
piadoso te sostituyo».
Y en brazos de un religioso,
pálido y los ojos turbios,
del cuerpo y alma la muerte2515
desató el estrecho nudo.
Llevámosle al Castañar
de noche, porque sus lutos
nos prestase y de los cielos
fuesen hachas los carbunclos,2520
adonde con mis riquezas
tierras compro y casas fundo.
Y con Blanca me casé,
como a Amor y al Conde plugo.
Vivía sin envidiar,2525
entre el arado y el yugo,
las cortes, y de tus iras
encubierto me aseguro.
Hasta que anoche en mi casa
vi aqueste huésped perjuro,2530
que en Blanca, atrevidamente,
los ojos lascivos puso.
Y pensando que eras tú,
por cierto engaño que dudo,
le respeté, corrigiendo2535
con la lealtad lo iracundo.
Hago alarde de mi sangre,
venzo al temor, con quien lucho.
Pídeme el honor venganza,
el puñal luciente empuño,2540
su corazón atravieso.
Mírale muerto, que juzgo
me tuvieras por infame
si a quien de este agravio acuso
le señalara a tus ojos2545
menos, señor, que difunto.
Aunque sea hijo del sol,
aunque de tus grandes uno,
aunque el primero en tu gracia,
aunque en tu imperio el segundo,2550
que esto soy y este es mi agravio,
este el ofensor injusto,
este el brazo que le ha muerto,
este divida un verdugo.
Pero en tanto que mi cuello2555
esté en mis hombros robusto,
no he de permitir me agravie
del rey abajo, ninguno.
REINA
   ¿Qué decís?
REY
¡Confuso estoy!
DOÑA BLANCA
¿Qué importa la vida pierda?2560
De don Sancho de la Cerda
la hija infelice soy;
   si mi esposo ha de morir,
mueran juntas dos mitades.
REY
¿Qué es esto, Conde?
CONDE
Verdades
2565
que es forzoso descubrir.
REINA
   Obligada a su perdón
estoy.
REY
Mis brazos tomad;
los vuestros, Blanca, me dad;
y de vos, Conde, la acción2570
   presente he de confiar.
DON GARCÍA
Pues toque el parche sonoro,
que rayo soy contra el moro
que fulminó el Castañar.
   Y verán en sus campañas2575
correr mares de carmín,
dando con aquesto fin
y principio a mis hazañas.