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ArribaAbajoActo segundo

Personas del acto segundo
 

 
DON ALONSO
DON FERNANDO
DON RODRIGO
DON PEDRO
FABIA
DOÑA
DOÑA
TELLO
EL REY DON JUAN
EL CONDESTABLE
ANA
INÉS
LEONOR
 

[Calle y vista exterior de la casa de DON PEDRO.]

 

[Escena I]

 

(Salen TELLO y DON ALONSO.)

 
DON ALONSO
Tengo el morir por mejor,
Tello, que vivir sin ver.
TELLO
Temo que se ha de saber 890
este tu secreto amor;
que con tanto ir y venir
de Olmedo a Medina, creo
que a los dos da tu deseo
que sentir y aun que decir. 895
DON ALONSO
¿Cómo puedo yo dejar
de ver a Inés, si la adoro?
TELLO
Guardándole más decoro
en el venir y el hablar;
que en ser a tercero día, 900
pienso que te dan, señor,
tercianas de amor.
DON ALONSO
Mi amor
ni está ocioso, ni se enfría:
siempre abrasa; y no permite
que esfuerce naturaleza 905
un instante su flaqueza,
porque jamás se remite.
Mas bien se ve que es león
amor; su fuerza, tirana;
pues que con esta cuartana 910
se amansa mi corazón.
Es esta ausencia una calma
de amor; porque si estuviera
adonde siempre a Inés viera,
fuera salamandra el alma. 915
TELLO
¿No te cansa y te amohína
tanto entrar, tanto partir?
DON ALONSO
Pues yo ¿qué hago en venir,
Tello, de Olmedo a Medina?
Leandro pasaba un mar 920
todas las noches, por ver
si le podía beber
para poderse templar;
pues si entre Olmedo y Medina
no hay, Tello, un mar, ¿qué me debe 925
Inés?
TELLO
A otro mar se atreve
quien al peligro camina
en que Leandro se vio;
pues a don Rodrigo veo
tan cierto de tu deseo 930
como puedo estarlo yo;
que como yo no sabía
cúya aquella capa fue,
un día que la saqué...
DON ALONSO
¡Gran necedad!
TELLO
Como mía.
935
Me preguntó: «Diga, hidalgo,
¿quién esta capa le dio?
Porque la conozco yo...
Respondí: «Si os sirve en algo
daréla a un criado vuestro.» 940
Con esto, descolorido,
dijo: «Habíala perdido
de noche un lacayo nuestro,
pero mejor empleada
está en vos: guardadla bien.» 945
Y fuese a medio desdén
puesta la mano en la espada.
Sabe que te sirvo y sabe
que la perdió con los dos.
Advierte, señor, por Dios, 950
que toda esta gente es grave,
y que están en su lugar,
donde todo gallo canta.
Sin esto, también me espanta
ver este amor comenzar 955
por tantas hechicerías,
y que cercos y conjuros
no son remedios seguros,
si honestamente porfías.
Fui con ella (que no fuera) 960
a sacar de un ahorcado
una muela; puse a un lado,
como arlequín, la escalera.
Subió Fabia; quedé al pie,
y díjome el salteador: 965
«Sube, Tello, sin temor,
o si no, yo bajaré.»
¡San Pablo, allí me caí!
Tan sin alma vine al suelo,
que fue milagro del cielo 970
el poder volver en mí.
Bajó, desperté turbado,
y de mirarme afligido,
porque, sin haber llovido,
estaba todo mojado. 975
DON ALONSO
Tello, un verdadero amor
en ningún peligro advierte.
Quiso mi contraria suerte
que hubiese competidor,
y que trate, enamorado, 980
casarse con doña Inés;
pues ¿qué he de hacer, si me ves
celoso y desesperado?
No creo en hechicerías,
que todas son vanidades: 985
quien concierta voluntades,
son méritos y porfías.
Inés me quiere, yo adoro
a Inés, yo vivo en Inés;
todo lo que Inés no es 990
desprecio, aborrezco, ignoro.
Inés es mi bien, yo soy
esclavo de Inés; no puedo
vivir sin Inés; de Olmedo
a Medina vengo y voy, 995
porque Inés mi dueño es
para vivir o morir.
TELLO
Sólo te falta decir:
«Un poco te quiero, Inés.»
¡Plega a Dios que por bien sea! 1000
DON ALONSO
Llama, que es hora.
TELLO
Yo voy.
 

 [(Llama en casa de DON PEDRO.)] 



[Escena II]

 

[(ANA, dentro de la casa. Después, DOÑA INÉS.)]

 
ANA

 [(Dentro.)] 

¿Quién es?
TELLO
¡Tan presto! Yo soy.
¿Está en casa Melibea?
Que viene Calisto aquí.
ANA

 [(Dentro.)] 

Aguarda un poco, Sempronio. 1005
TELLO
¿Si haré falso testimonio?
 

(Sale DOÑA INÉS.)

 
DOÑA INÉS

 [(Dentro.)] 

¿El mismo?
ANA

 [(Dentro.)] 

Señora, sí.
 

[(Ábrase la puerta y entren DON ALONSO y TELLO en casa de DON PEDRO.)]

 
 

[Sala en casa de DON PEDRO.]

 


[Escena III]

DOÑA INÉS
¡Señor mío...!
DON ALONSO
Bella Inés,
esto es venir a vivir.
TELLO
Agora no hay que decir: 1010
«Yo te lo diré después.»
DOÑA INÉS
¡Tello amigo!
TELLO
¡Reina mía!
DOÑA INÉS
Nunca, Alonso de mis ojos,
por haberme dado enojos
esta ignorante porfía 1015
de don Rodrigo, esta tarde,
he estimado que me vieses...
...............................................
...............................................
DON ALONSO
Aunque fuerza de obediencia 1020
te hiciese tomar estado,
no he de estar desengañado
hasta escuchar la sentencia.
Bien el alma me decía,
y a Tello se lo contaba 1025
cuando el caballo sacaba
-y el sol los que aguarda el día,-
que de alguna novedad
procedía mi tristeza,
viniendo a ver tu belleza, 1030
pues me dices que es verdad.
¡Ay de mí si ha sido ansí!
DOÑA INÉS
No lo creas, porque yo
diré a todo el mundo no,
después que te dije sí. 1035
Tú solo dueño has de ser
de mi libertad y vida;
no hay fuerza que el ser impida,
don Alonso, tu mujer.
Bajaba al jardín ayer, 1040
y como por don Fernando
me voy de Leonor guardando,
a las fuentes, a las flores
estuve diciendo amores,
y estuve también llorando. 1045
«Flores y aguas -les decía-,
dichosa vida gozáis,
pues, aunque noche pasáis,
veis vuestro sol cada día.»
Pensé que me respondía 1050
la lengua de una azucena
(¡qué engaños amor ordena!):
«Si el sol que adorando estás
viene de noche, que es más,
Inés, ¿de qué tienes pena?» 1055
TELLO
Así dijo a un ciego un griego
que le contó mil disgustos:
«Pues tiene la noche gustos,
¿para qué te quejas, ciego?
DOÑA INÉS
Como mariposa llego 1060
a estas horas, deseosa
de tu luz... No mariposa,
fénix ya, pues de una suerte
me da vida y me da muerte
llama tan dulce y hermosa. 1065
DON ALONSO
¡Bien haya el coral, amén,
de cuyas hojas de rosas
palabras tan amorosas
salen a buscar mi bien!
Y advierte que yo también, 1070
cuando con Tello no puedo,
mis celos, mi amor, mi miedo
digo en tu ausencia a las flores.
TELLO
Yo le vi decir amores
a los rábanos de Olmedo; 1075
que un amante suele hablar
con las piedras, con el viento.
DON ALONSO
No puede mi pensamiento
ni estar solo, ni callar;
contigo, Inés, ha de estar, 1080
contigo hablar y sentir.
¡Oh, quien supiera decir
lo que te digo en ausencia!
Pero estando en tu presencia
aun se me olvida el vivir. 1085
Por el camino le cuento
tus gracias a Tello, Inés,
y celebramos después
tu divino entendimiento.
Tal gloria en tu nombre siento, 1090
que una mujer recibí
de tu nombre, porque ansí,
llamándola todo el día,
pienso, Inés, señora mía,
que te estoy llamando a ti. 1095
TELLO
Pues advierte, Inés discreta,
de los dos tan nuevo efeto,
que a él le has hecho discreto,
y a mí me has hecho poeta.
Oye una glosa a un estribo 1100
que compuso don Alonso,
a manera de responso,
si los hay en muerto vivo.
En el valle a Inés
la dejé riendo: 1105
si la ves, Andrés,
dile cuál me ves
por ella muriendo.
DOÑA INÉS
¿Don Alonso la compuso?
TELLO
Que es buena jurarte puedo 1110
para poeta de Olmedo.
Escucha.
DON ALONSO
Amor lo dispuso.
TELLO
Andrés, después que las bellas
plantas de Inés goza el valle,
tanto florece con ellas, 1115
que quiso el cielo trocalle
por sus flores sus estrellas.
Ya el valle es cielo, después
que su primavera es,
pues verá el cielo en el suelo 1120
quien vio -pues Inés es cielo-
en el valle a Inés.
Con miedo y respeto estampo
el pie donde el suyo huella;
que ya Medina del Campo 1125
no quiere aurora más bella
para florecer su campo.
Yo la vi de amor huyendo,
cuanto miraba matando,
su mismo desdén venciendo; 1130
y aunque me partí llorando,
la dejé riendo.
Dile, Andrés, que ya me veo
muerto por volverla a ver...
Aunque, cuando llegues, creo 1135
que no será menester,
que me habrá muerto el deseo.
No tendrás qué hacer después
que a sus manos vengativas
llegues, si una vez la ves, 1140
ni aun es posible que vivas,
si la ves, Andrés.
Pero si matarte olvida
por no hacer caso de ti,
dile a mi hermosa homicida 1145
que por qué se mata en mí,
pues que sabe que es mi vida.
Dile: «Cruel, no le des
muerte, si vengada estás
y te ha de pesar después.» 1150
Y pues no me has de ver más,
dile cuál me ves.
Verdad es que se dilata
el morir, pues con mirar
vuelve a dar vida la ingrata, 1155
y así se cansa en matar,
pues da vida a cuantos mata;
pero muriendo o viviendo,
no me pienso arrepentir
de estarla amando y sirviendo; 1160
que no hay bien como vivir
por ella muriendo.
DOÑA INÉS
Si es tuya, notablemente
te has alargado en mentir
por don Alonso.
DON ALONSO
Es decir,
1165
que mi amor en versos miente...
Pues, señora, ¿qué poesía
llegará a significar
mi amor?
DOÑA INÉS
¡Mi padre!
DON ALONSO
¿Ha de entrar?
DOÑA INÉS
Escondeos.
DON ALONSO
¿Dónde?


[Escena IV]

 

(Ellos se entran, y sale DON PEDRO.)

 
DON PEDRO
Inés mía,
1170
¿agora por recoger?
¿Cómo no te has acostado?
DOÑA INÉS
Rezando, señor, he estado,
por lo que dijiste ayer,
rogando a Dios que me incline 1175
a lo que fuere mejor.
DON PEDRO
Cuando para ti mi amor
imposibles imagine,
no pudiera hallar un hombre
como don Rodrigo, Inés. 1180
DOÑA INÉS
Ansí dicen todos que es
de su buena fama el nombre;
y habiéndome de casar,
ninguno en Medina hubiera,
ni en Castilla que pudiera 1185
sus méritos igualar.
DON PEDRO
¿Cómo habiendo de casarte?
DOÑA INÉS
Señor, hasta ser forzoso
decir que ya tengo esposo,
no he querido disgustarte. 1190
DON PEDRO
¡Esposo! ¿Qué novedad
es ésta, Inés?
DOÑA INÉS
Para ti
será novedad, que en mí
siempre fue mi voluntad.
Y, ya que estoy declarada, 1195
hazme mañana cortar
un hábito, para dar
fin a esta gala escusada;
que así quiero andar, señor,
mientras me enseñan latín. 1200
Leonor te queda, que al fin
te dará nietos Leonor.
Y por mi madre te ruego
que en esto no me repliques,
sino que medios apliques, 1205
a mi elección y sosiego.
Haz buscar una mujer
de buena y santa opinión,
que me dé alguna lición
de lo que tengo de ser, 1210
y un maestro de cantar,
que de latín sea también.
DON PEDRO
¿Eres tú quien habla o quién?
DOÑA INÉS
Esto es hacer, no es hablar.
DON PEDRO
Por una parte mi pecho 1215
se enternece de escucharte,
Inés, y por otra parte,
de duro mármol le has hecho.
En tu verde edad mi vida
esperaba sucesión; 1220
pero si esto es vocación
no quiera Dios que lo impida.
Haz tu gusto, aunque tu celo
en esto no intenta el mío;
que ya sé que el albedrío 1225
no presta obediencia al cielo.
Pero porque suele ser
nuestro pensamiento humano
tal vez inconstante y vano
-y en condición de mujer, 1230
que es fácil de persuadir,
tan poca firmeza alcanza,
que hay de mujer a mudanza
lo que de hacer a decir-,
mudar las galas no es justo, 1235
pues no pueden estorbar
a leer latín o cantar,
ni cuanto fuere tu gusto.
Viste alegre y cortesana,
que no quiero que Medina, 1240
si hoy te admirare divina,
mañana te burle humana.
Yo haré buscar la mujer
y quien te enseñe latín,
pues a mejor padre, en fin, 1245
es más justo obedecer.
Y con esto, a Dios te queda
que, para no darte enojos,
van a esconderse mis ojos
adonde llorarte pueda. 1250


[Escena V]

 

(Vase, y salgan DON ALONSO y TELLO.)

 
DOÑA INÉS
Pésame de haberle dado
disgusto.
DON ALONSO
A mí no me pesa,
por el que me ha dado el ver
que nuestra muerte conciertas.
¡Ay Inés! ¿Adónde hallaste 1255
en tal desdicha, en tal pena,
tan breve remedio?
DOÑA INÉS
Amor
en los peligros enseña
una luz por donde el alma
posibles remedios vea. 1260
DON ALONSO
Éste ¿es remedio posible?
DOÑA INÉS
Como yo agora le tenga
para que este don Rodrigo
no llegue al fin que desea,
bien sabes que breves males 1265
la dilación los remedia;
que no dejan esperanza,
si no hay segunda sentencia.
TELLO
Dice bien, señor; que en tanto
que doña Inés cante y lea, 1270
podéis dar orden los dos
para que os valga la Iglesia.
Sin esto, desconfiado
don Rodrigo, no hará fuerza
a don Pedro en la palabra 1275
pues no tendrá por ofensa
que le deje doña Inés
por quien dice que le deja.
También es linda ocasión
para que yo vaya y venga 1280
con libertad a esta casa.
DON ALONSO
¡Libertad! ¿De qué manera?
TELLO
Pues ha de leer latín,
¿no será fácil que pueda
ser yo quien venga a enseñarla? 1285
¡Y verás con qué destreza
le enseño a leer tus cartas!
DON ALONSO
¡Qué bien mi remedio piensas!
TELLO
Y aun pienso que podrá Fabia
servirte en forma de dueña, 1290
siendo la santa mujer
que con su falsa apariencia
venga a enseñarla.
DOÑA INÉS
Bien dices,
Fabia será mi maestra
de virtudes y costumbres. 1295
TELLO
¡Y qué tales serán ellas!
DON ALONSO
Mi bien, yo temo que el día
-que es amor dulce materia
para no sentir las horas,
que por los amantes vuelan- 1300
nos halle tan descuidados,
que al salir de aquí me vean,
o que sea fuerza quedarme.
¡Ay, Dios! ¡Qué dichosa fuerza!
Medina a la Cruz de Mayo 1305
hace sus mayores fiestas:
yo tengo que prevenir
que, como sabes, se acercan;
que, fuera de que en la plaza
quiero que galán me veas, 1310
de Valladolid me escriben
que el rey don Juan viene a verlas;
que en los montes de Toledo
le pide que se entretenga
el Condestable estos días, 1315
porque en ellos convalezca,
y de camino, señora,
que honre esta villa le ruega;
y así, es razón que le sirva
la nobleza desta tierra. 1320
Guárdete el cielo, mi bien.
DOÑA INÉS
Espera, que a abrir la puerta
es forzoso que yo vaya.
DON ALONSO
¡Ay luz! ¡Ay aurora necia,
de todo amante envidiosa! 1325
TELLO
Ya no aguardéis que amanezca.
DON ALONSO
¿Cómo?
TELLO
Porque es de día.
DON ALONSO
Bien dices, si a Inés me muestras.
Pero, ¿cómo puede ser,
Tello, cuando el sol se acuesta? 1330
TELLO
Tú vas despacio, él aprisa;
apostaré que te quedas.

 [(Vanse.)] 

 [(Calle.)] 



[Escena VI]

 

(Salen DON RODRIGO y DON FERNANDO.)

 
DON RODRIGO
Muchas veces había reparado,
don Fernando, en aqueste caballero,
del corazón solícito avisado 1335
El talle, el grave rostro, lo severo,
celoso me obligaban a miralle.
DON FERNANDO
Efetos son de amante verdadero,
que, en viendo otra persona de buen talle,
tiene temor que si le ve su dama 1340
será posible o fuerza codicialle.
DON RODRIGO
Bien es verdad que él tiene tanta fama,
que, por más que en Medina se encubría,
el mismo aplauso popular le aclama.
Vi, como os dije, aquel mancebo, un día 1345
que la capa perdida en la pendencia,
contra el valor de mi opinión, traía.
Hice secretamente diligencia,
después de hablarle, y satisfecho quedo,
que tiene esta amistad correspondencia. 1350
Su dueño es don Alonso, aquel de Olmedo,
alanceador galán y cortesano,
de quien hombres y toros tienen miedo.
Pues si éste sirve a Inés, ¿qué intento en vano?
O ¿cómo quiero yo, si ya le adora, 1355
que Inés me mire con semblante humano?
DON FERNANDO
¿Por fuerza ha de quererle?
DON RODRIGO
Él la enamora,
y merece, Fernando, que le quiera.
¿Qué he de pensar, si me aborrece agora?
DON FERNANDO
Son celos, don Rodrigo, una quimera 1360
que se forma de envidia, viento y sombra,
con que lo incierto imaginado altera;
una fantasma que de noche asombra,
un pensamiento que a locura inclina,
y una mentira que verdad se nombra. 1365
DON RODRIGO
Pues ¿cómo tantas veces a Medina
viene y va don Alonso? Y ¿a qué efeto
es cédula de noche en una esquina?
Yo me quiero casar; vos sois discreto:
¿qué consejo me dais, si no es matalle? 1370
DON FERNANDO
Yo hago diferente mi conceto;
que ¿cómo puede doña Inés amalle,
si nunca os quiso a vos?
DON RODRIGO
Porque es respuesta
que tiene mayor dicha o mejor talle.
DON FERNANDO
Mas porque doña Inés es tan honesta, 1375
que aun la ofendéis con nombre de marido.
DON RODRIGO
Yo he de matar a quien vivir me cuesta
en su desgracia, porque tanto olvido
no puede proceder de honesto intento.
Perdí la capa y perderé el sentido. 1380
DON FERNANDO
Antes dejarla a don Alonso siento
que ha sido como echársela en los ojos.
Ejecutad, Rodrigo, el casamiento;
llévese don Alonso los despojos,
y la vitoria vos.
DON RODRIGO
Mortal desmayo
1385
cubre mi amor de celos y de enojos.
DON FERNANDO
Salid galán para la Cruz de Mayo,
que yo saldré con vos; pues el rey viene,
las sillas piden el castaño y bayo.
Menos aflige el mal que se entretiene. 1390
DON RODRIGO
Si viene don Alonso, ya Medina
¿qué competencia con Olmedo tiene?
DON FERNANDO
¡Qué loco estáis!
DON RODRIGO
Amor me desatina.

 (Vanse.)  

 

[(Sala en casa de DON PEDRO.)]

 


[Escena VII]

 

(Salen DON PEDRO, DOÑA INÉS y DOÑA LEONOR.)

 
DON PEDRO
No porfíes.
DOÑA INÉS
No podrás
mi propósito vencer. 1395
DON PEDRO
Hija, ¿qué quieres hacer,
que tal veneno me das?
Tiempo te queda...
DOÑA INÉS
Señor,
¿qué importa el hábito pardo,
si para siempre le aguardo? 1400
DOÑA LEONOR
Necia estás.
DOÑA INÉS
Calla Leonor.
DOÑA LEONOR
Por lo menos estas fiestas
has de ver con galas.
DOÑA INÉS
Mira
que quien por otras suspira
ya no tiene el gusto en éstas. 1405
Galas celestiales son
las que ya mi vida espera.
DON PEDRO
¿No basta que yo lo quiera?
DOÑA INÉS
Obedecerte es razón.


[Escena VIII]

 

(Sale FABIA, con un rosario, báculo y antojos.)

 
FABIA
Paz sea en aquesta casa. 1410
DON PEDRO
Y venga con vos.
FABIA
¿Quién es
la señora doña Inés,
que con el Señor se casa?
¿Quién es aquella que ya
tiene su esposo elegida, 1415
y como prenda querida
estos impulsos le da?
DON PEDRO
Madre honrada, esta que veis,
y yo su padre.
FABIA
Que sea
muchos años, y ella vea 1420
el dueño que vos no veis.
Aunque en el Señor espero
que os ha de obligar piadoso
a que acetéis tal esposo,
que es muy noble caballero. 1425
DON PEDRO
Y ¡cómo, madre, si lo es!
FABIA
Sabiendo que anda a buscar
quien venga a morigerar
los verdes años de Inés,
quien la guíe, quien la muestre 1430
las sémitas del Señor,
y al camino del amor
como a principianta adiestre,
hice oración, en verdad,
y tal impulso me dio, 1435
que vengo a ofrecerme yo
para esta necesidad,
aunque soy gran pecadora.
DON PEDRO
Ésta es la mujer, Inés,
que has menester.
DOÑA INÉS
Ésta es
1440
la que he menester agora.
Madre, abrázame.
FABIA
Quedito,
que el silicio me hace mal.
DON PEDRO
No he visto humildad igual.
DOÑA LEONOR
En el rostro trae escrito 1445
lo que tiene el corazón.
FABIA
¡Oh, qué gracia! ¡Oh, qué belleza!
Alcance tu gentileza
mi deseo y bendición.
¿Tienes oratorio?
DOÑA INÉS
Madre,
1450
comienzo a ser buena agora.
FABIA
Como yo soy pecadora,
estoy temiendo a tu padre.
DON PEDRO
No le pienso yo estorbar
tan divina vocación. 1455
FABIA
En vano, infernal dragón,
la pensabas devorar.
No ha de casarse en Medina:
monasterio tiene Olmedo;
Domine, si tanto puedo, 1460
ad iuvandum me festina.
DON PEDRO
Un ángel es la mujer.


[Escena IX]

 

(Sale TELLO, de gorrón.)

 
TELLO

 [(Dentro.)] 

Si con sus hijas está,
yo sé que agradecerá
que yo me venga a ofrecer. 1465

 [(Sale.)] 

El maestro que buscáis
está aquí, señor don Pedro,
para latín y otras cosas,
que dirá después su efeto.
Que buscáis un estudiante 1470
en la iglesia me dijeron,
porque ya desta señora
se sabe el honesto intento.
Aquí he venido a serviros,
puesto que soy forastero, 1475
si valgo para enseñarla.
DON PEDRO
Ya creo y tengo por cierto,
viendo que todo se junta,
que fue voluntad del cielo.
En casa puede quedarse 1480
la madre, y este mancebo
venir a darte lición.
Concertadlo, mientras vuelvo.
¿De dónde es, galán?
TELLO
Señor, soy calahorreño. 1485
DON PEDRO
¿Su nombre?
TELLO
Martín Peláez.
DON PEDRO
Del Cid debe de ser deudo.
¿Dónde estudió?
TELLO
En La Coruña,
y soy por ella maestro.
DON PEDRO
¿Ordenóse?
TELLO
Sí Señor,
1490
de vísperas.
DON PEDRO
Luego vengo.

 [(Vase.)] 



[Escena X]

 

[DOÑA INÉS, DOÑA LEONOR, FABIA y TELLO.]

 
TELLO
¿Eres Fabia?
FABIA
¿No lo ves?
DOÑA LEONOR
¿Y tú, Tello?
DOÑA INÉS
¡Amigo Tello!
DOÑA LEONOR
¿Hay mayor bellaquería?
DOÑA INÉS
¿Qué hay de don Alonso?
TELLO
¿Puedo
1495
fiar de Leonor?
DOÑA INÉS
Bien puedes.
DOÑA LEONOR
Agraviara Inés mi pecho
y mi amor, si me tuviera
su pensamiento encubierto.
TELLO
Señora, para servirte, 1500
está don Alonso bueno
para las fiestas de mayo,
tan cerca ya, previniendo
galas, caballos, jaeces,
lanza y rejones; que pienso 1505
que ya le tiemblan los toros.
Una adarga habemos hecho,
si se conciertan las cañas,
como de mi raro ingenio.
Allá la verás, en fin. 1510
DOÑA INÉS
¿No me ha escrito?
TELLO
Soy un necio.
Ésta, señora, es la carta.
DOÑA INÉS
Bésola de porte y leo.


[Escena XI]

 

(DON PEDRO vuelve.)

 
DON PEDRO

 [(Dentro.)] 

Pues pon el coche, si está
malo el alazán.  [(Sale.)] ¿Qué es esto? 1515
TELLO

 [(Aparte a DOÑA INÉS.)] 

Tu padre. Haz que lees, y yo
haré que latín te enseño.
Dominus...
DOÑA INÉS
Dominus...
TELLO
Diga.
DOÑA INÉS
¿Cómo más?
TELLO
Dominus meus.
DOÑA INÉS
Dominus meus.
TELLO
Ansí,
1520
poco a poco irá leyendo.
DON PEDRO
¿Tan presto tomas lición?
DOÑA INÉS
Tengo notable deseo.
DON PEDRO
Basta; que a decir, Inés,
me envía el Ayuntamiento 1525
que salga a las fiestas yo.
DOÑA INÉS
Muy discretamente han hecho,
pues viene a las fiestas el Rey.
DON PEDRO
Pues sea, con un concierto:
que has de verlas con Leonor. 1530
DOÑA INÉS
Madre, dígame si puedo
verlas sin pecar.
FABIA
Pues ¿no?
No escrupulices en eso,
como algunos, tan mirlados,
que piensan, de circunspectos, 1535
que en todo ofenden a Dios,
y olvidados de que fueron
hijos de otros, como todos,
cualquiera entretenimiento
que los trabajos olvide 1540
tienen por notable exceso.
Y aunque es justo moderarlos,
doy licencia, por lo menos
para estas fiestas, por ser
iugatoribus paternus. 1545
DON PEDRO
Pues vamos, que quiero dar
dineros a tu maestro,
y a la madre para un manto.
FABIA
A todos cubra el del cielo.
Y vos, Leonor, ¿no seréis 1550
como vuestra hermana presto?
DOÑA LEONOR
Sí, madre, porque es muy justo
que tome tan santo ejemplo.
 

[(Vanse.)]

 
 

[(Sala en la casa que ocupa el REY en Olmedo).]

 


[Escena XII]

 

(Sale el REY DON JUAN, con acompañamiento, y EL CONDESTABLE.)

 
REY

 [(Al CONDESTABLE.)] 

No me traigáis al partir
negocios que despachar. 1555
CONDESTABLE
Contienen sólo firmar;
no has de ocuparte en oír.
REY
Decid con mucha presteza.
CONDESTABLE
¿Han de entrar?
REY
Ahora no.
CONDESTABLE
Su Santidad concedió 1560
lo que pidió Vuestra Alteza
por Alcántara, señor.
REY
Que mudase le pedí
el hábito, porque ansí
pienso que estará mejor 1565
CONDESTABLE
Era aquel traje muy feo.
Cruz verde pueden traer.
Mucho debo agradecer
al Pontífice el deseo
que de nuestro aumento muestra, 1570
con qué irán siempre adelante
estas cosas del Infante
en cuanto es de parte nuestra.
CONDESTABLE
Éstas son dos provisiones,
y entrambas notables son. 1575
REY
¿Qué contienen?
CONDESTABLE
La razón
de diferencia que pones
entre los moros y hebreos
que en Castilla han de vivir.
REY
Quiero con esto cumplir, 1580
Condestable, los deseos
de fray Vicente Ferrer,
que lo ha deseado tanto.
CONDESTABLE
Es un hombre docto y santo.
REY
Resolví con él ayer 1585
que en cualquiera reino mío
donde mezclados están,
a manera de gabán
traiga un tabardo el judío
con una señal en él, 1590
y un verde capuz el moro.
Tenga el cristiano el decoro
que es justo: apártese dél;
que con esto tendrán miedo
los que su nobleza infaman. 1595
CONDESTABLE
A don Alonso, que llaman
«el Caballero de Olmedo»
hace Vuestra Alteza aquí
merced de un hábito.
REY
Es hombre
de notable fama y nombre. 1600
En esta villa le vi
cuando se casó mi hermana.
CONDESTABLE
Pues pienso que determina,
por servirte, ir a Medina
a las fiestas de mañana. 1605
REY
Decidle que fama emprenda
en el arte militar,
porque yo le pienso honrar
con la primera encomienda.
 

(Vanse.)

 
 

[Sale en casa de DON ALONSO en Olmedo.]

 


[Escena XIII]

 

(Sale DON ALONSO.)

 
DON ALONSO
¡Ay, riguroso estado, 1610
ausencia mi enemiga,
que dividiendo el alma
puedes dejar la vida!
¡Cuán bien por tus efetos
te llaman muerte viva, 1615
pues das vida al deseo
y matas a la vista!
¡Oh, cuán piadosa fueras,
si al partir de Medina
la vida me quitaras 1620
como el alma me quitas!
En ti, Medina, vive
aquella Inés divina,
que es honra de la corte
y gloria de la villa. 1625
Sus alabanzas cantan
las aguas fugitivas,
las aves, que la escuchan
las flores, que la imitan.
Es tan bella que tiene 1630
envidia de sí misma,
pudiendo estar segura
que el mismo sol la envidia;
pues no la ve más bella,
por su dorada cinta, 1635
ni cuando viene a España
ni cuando va a las Indias.
Yo merecí quererla.
¡Dichosa mi osadía,
que es merecer sus penas 1640
calificar mis dichas!
Cuando pudiera verla,
adorarla y servirla,
la fuerza del secreto
de tanto bien me priva. 1645
Cuando mi amor no fuera
de fe tan pura y limpia,
las perlas de sus ojos
mi muerte solicitan.
Llorando por mi ausencia 1650
Inés quedó aquel día,
que sus lágrimas fueron
de sus palabras firma.
Bien sabe aquella noche
que pudiera ser mía. 1655
Cobarde amor, ¿qué aguardas,
cuando respetos miras?
¡Ay, Dios, qué gran desdicha,
partir el alma y dividir la vida!


[Escena XIV]

 

(Sale TELLO.)

 
TELLO
¿Merezco ser bien llegado? 1660
DON ALONSO
No sé si diga que sí,
que me has tenido sin mí
con lo mucho que has tardado.
TELLO
Si por tu remedio ha sido,
¿en qué me puedes culpar? 1665
DON ALONSO
¿Quién me puede remediar,
si no es, a quién yo le pido?
¿No me escribe Inés?
TELLO
Aquí
te traigo cartas de Inés.
DON ALONSO
Pues hablarásme después 1670
en lo que has hecho por mí.

 (Lea.) 

«Señor mío, después que os partistes no he vivido; que sois tan cruel, que aun no me dejáis vida cuando os vais.»

TELLO
¿No lees más?
DON ALONSO
No.
TELLO
¿Por qué?
DON ALONSO
Porque manjar tan süave
de una vez no se me acabe.
Hablemos de Inés.
TELLO
Llegué
1675
con media sotana y guantes,
que parecía de aquellos
que hacen en solos los cuellos
ostentación de estudiantes.
Encajé salutación, 1680
verbosa filatería,
dando a la bachillería
dos piensos de discreción;
y, volviendo el rostro, vi
a Fabia...
DON ALONSO
Espera, que leo
1685
otro poco; que el deseo
me tiene fuera de mí.

 (Lea.) 

«Todo lo que me dejaste ordenado se hizo; sólo no se hizo que viviese yo sin vos, porque no lo dejasteis ordenado.»

TELLO
¿Es aquí contemplación?
DON ALONSO
Dime cómo hizo Fabia
lo que dice Inés.
TELLO
Tan sabia.
1690
y con tanta discreción,
melindre y hipocresía,
que me dieron que temer
algunos que suelo ver
cabizbajos todo el día. 1695
De hoy más quedaré advertido
de lo que se ha de creer
de una hipócrita mujer
y un ermitaño fingido.
Pues si me vieras a mí 1700
con el semblante mirlado,
dijeras que era traslado
de un reverendo alfaquí.
Creyóme el viejo, aunque en él
se ve de un Catón retrato. 1705
DON ALONSO
Espera, que ha mucho rato
que no he mirado el papel.

 (Lea.) 

«Daos prisa a venir, para que sepáis cómo quedo cuando os partís y cómo estoy cuando volvéis.»

TELLO
¿Hay otra estación aquí?
DON ALONSO
En fin, tú hallaste lugar
para entrar y para hablar. 1710
TELLO
Estudiaba Inés en ti;
que eras el latín, señor,
y la lición que aprendía.
DON ALONSO
Leonor, ¿qué hacía?
TELLO
Tenía
envidia de tanto amor, 1715
porque se daba a entender
que de ser amado eres
digno: que muchas mujeres
quieren porque ven querer;
que en siendo un hombre querido 1720
de alguna con grande afecto,
piensan que hay algún secreto
en aquel hombre escondido;
y engáñanse, porque son
correspondencias de estrellas. 1725
DON ALONSO
Perdonadme, manos bellas,
que leo el postrer renglón.

 (Lea.) 

«Dicen que viene el Rey a Medina, y dicen verdad, pues habéis de venir vos, que sois rey mío.»

Acabóseme el papel.
TELLO
Todo en el mundo se acaba.
DON ALONSO
Poco dura el bien.
TELLO
En fin,
1730
le has leído por jornadas.
DON ALONSO
Espera, que aquí a la margen
vienen dos o tres palabras.

 (Lea.) 

«Poneos esa banda al cuello.
¡Ay, si yo fuera la banda!» 1735
TELLO
¡Bien dicho, por Dios, y entrar
con doña Inés en la plaza!
DON ALONSO
¿Dónde esta la banda, Tello?
TELLO
A mí no me han dado nada.
DON ALONSO
¿Cómo no?
TELLO
Pues, ¿qué me has dado?
1740
DON ALONSO
Ya te entiendo: luego saca
a tu elección un vestido.
TELLO
Ésta es la banda.
DON ALONSO
Estremada.
TELLO
Tales manos la bordaron.
DON ALONSO
Demos orden que me parta. 1745
Pero ¡ay, Tello!
TELLO
¿Qué tenemos?
DON ALONSO
De decirte me olvidaba
unos sueños que he tenido.
TELLO
¿Agora en sueños reparas?
DON ALONSO
No los creo, claro está, 1750
pero dan pena.
TELLO
Eso basta.
DON ALONSO
No falta quien llama a algunos
revelaciones del alma.
TELLO
¿Qué te puede suceder
en una cosa tan llana 1755
como quererte casar?
DON ALONSO
Hoy, Tello, al salir el alba,
con la inquietud de la noche,
me levanté de la cama,
abrí la ventana aprisa, 1760
y, mirando flores y aguas
que adornan nuestro jardín,
sobre una verde retama
veo ponerse un jilguero,
cuyas esmaltadas alas 1765
con lo amarillo añadían
flores a las verdes ramas.
Y estando al aire trinando
de la pequeña garganta
con naturales pasajes 1770
las quejas enamoradas,
sale un azor de un almendro,
adonde escondido estaba,
y como eran en los dos
tan desiguales las armas, 1775
tiñó de sangre las flores,
plumas al aire derrama.
Al triste chillido, Tello,
débiles ecos del aura
respondieron, y, no lejos, 1780
lamentando su desgracia,
su esposa, que en un jazmín
la tragedia viendo estaba.
Yo, midiendo con los sueños
estos avisos del alma, 1785
apenas puedo alentarme;
que con saber que son falsas
todas estas cosas, tengo
tan perdida la esperanza,
que no me aliento a vivir. 1790
TELLO
Mal a doña Inés le pagas
aquella heroica firmeza
con que atrevida contrasta
los golpes de la fortuna.
Ven a Medina y no hagas 1795
caso de sueños ni agüeros,
cosas a la fe contrarias.
Lleva el ánimo que sueles,
caballos, lanzas y galas,
mata de envidia los hombres, 1800
mata de amores las damas.
Doña Inés ha de ser tuya,
a pesar de cuantos tratan
dividiros a los dos.
DON ALONSO
Bien dices, Inés me aguarda: 1805
vamos a Medina alegres.
Las penas anticipadas
dicen que matan dos veces,
y a mí sola Inés me mata,
no como pena, que es gloria. 1810
TELLO
Tú me verás en la plaza
hincar de rodillas toros
delante de sus ventanas.


 
 
Fin del segundo acto del Caballero de Olmedo.