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El caso Jordi Sierra i Fabra

Pablo Lorente Muñoz1




ArribaAbajoIntroducción

Pongamos por caso que alguien que está cursando algún nivel de la Enseñanza Secundaria Obligatoria nos pide que le recomendemos un libro. Entonces, encendemos el ordenador y buscamos en internet algún libro que le pueda gustar. La primera sorpresa es que en todas las páginas consultadas aparece el nombre de Jordi Sierra i Fabra. Por ejemplo, si realizamos en Google la búsqueda: «Lecturas ESO», veremos que en las cinco primeras entradas, de páginas tan diversas como un blog, la página de la Consejería de Murcia, el «Departament d´Educació» de la «Generalitat de Catalunya» o en un estudio de investigación del Instituto Cervantes, se recomiendan libros del autor catalán.

Uno de los objetivos principales de estas páginas es averiguar por qué la obra del autor que nos ocupa se considera útil y pertinente para proponer su lectura o, en muchos casos, obligar a los alumnos de secundaria a que lean alguno de sus libros, es decir, de dónde surge este consenso y cuáles son las razones, literarias o sociológicas que nos llevan, como profesores a trabajar la obra de Sierra.

Una de las razones, si acaso la más obvia, es que la obra de Jordi Sierra i Fabra es extensísima. Prácticamente, y siguiendo la información que el propio autor nos ofrece en su página web, ha desarrollado todos los géneros, además, con un enorme éxito tanto de público -los datos de sus ventas son impresionantes, por ejemplo, ya ha vendido más de 600.000 ejemplares de su obra Campos de fresas- como de crítica, no en vano, ha recibido más de sesenta galardones de muy diferente naturaleza.

Por otra parte, es especialista en historia del rock (ha escrito numerosas biografías) y, en gran medida, en sus libros de LIJ aparece reflejado este mundo que está muy cercano a los gustos de los alumnos.

Sin embargo, ser autor prolífico, no garantiza que los alumnos de ESO tengan por qué leer la obra de un autor, ahí está, el ejemplo de la desaparecida Corín Tellado -unas 4.000 novelas de las que se han vendido 400 millones de ejemplares-, dudo mucho que alguna de sus novelas sea lectura obligatoria en ningún centro escolar. Así que debe haber otras razones y, precisamente, ese va a ser nuestro principal objetivo, descubrir qué se encierra en algunos de sus libros -dado lo extenso de su producción, pensamos que es inadecuado hablar de su obra- de LIJ. Para ello, hemos escogido algunos de sus libros más populares.






ArribaAbajoCaracterísticas generales de la LIJ

Las razones antes expuestas hacen que resulte complicado comentar su obra en general, sin embargo, creo que tras la lectura de algunos de sus libros, nos pueden dar la ocasión de observar algunas de las características más importantes de su quehacer narrativo.

La mayor parte de los libros tratados tienen varios puntos en común. Podemos tomar como punto de partida la definición que nos da Teixidor (1995) sobre «la mejor literatura juvenil». Para el autor, sería aquella que cumple las siguientes características:

  • «Búsqueda de la identidad por parte del protagonista»: Sobre estas ideas, creo que vale la pena decir que, bajo mi punto de vista, la literatura es en gran medida una búsqueda de la identidad y que bien se podría hacer una historia literaria basada en la idea de identidad. Por ejemplo, cómo en la literatura del «imaginario quimérico» (Beltrán, 2002), Homero, por poner un caso, la identidad está basada en el linaje y cómo, conforme avanzan los siglos, la idea del linaje y la sociedad patriarcal se pierde, en parte por la erosión del humorismo hasta dar, por ejemplo, una perfecta parodia del fenómeno de creación de identidad en El Lazarillo de Tormes, donde el topónimo nos da una información bastante precisa de lo que va a suceder. Hablamos de creación de identidad en unos jóvenes que, en gran medida la están buscando, así que el concepto es algo diferente, como veremos a continuación.
  • «Implicación del lector en esa búsqueda»: No hay literatura sin lector, además, el éxito de la obra será mayor si el lector logra identificarse con la obra y con los personajes, también nos ocuparemos de ello.
  • «Utilización de fórmulas de literatura popular»: En cuanto a la utilización de fórmulas de la literatura popular, el término es algo vago puesto que puede referirse a formas de la antigüedad asociadas normalmente a la literatura oral pero en muchas ocasiones se ha señalado la similitud entre la estructura actancial de la LIJ con la descripción de Propp en Morfología del cuento, en líneas generales, sobre todo en las novelas más breves y sencillas, podemos estar de acuerdo.
  • «Respeto a la edad de los lectores»: este concepto es fundamental y se puede entender en varios aspectos, todos ellos aplicables y pertinentes, creo que el respeto fundamental es que la obra sea lo más literaria posible (artística por tanto), y no panfletaria u oportunista.
  • «Presentación adecuada de los misterios de la vida».
  • «Apuntes éticos sobre formas de vida»: término fundamental este puesto que la LIJ debe, uniéndose con el término anterior, bajo mi punto de vista, respetar el viejo principio horaciano del «docere et delectare». Más adelante, observaremos que estos apuntes éticos, se han convertido en una de las piedras angulares de la creación temática de la literatura que nos ocupa.



ArribaAbajoAlgunas consideraciones sobre los libros de Sierra i Fabra

Centrándonos en la obra de Sierra, en primer lugar y en cuanto a la forma, podemos señalar que los libros leídos mantienen una extensión bastante similar, ninguno de los revisados supera las 175 páginas, por lo que estamos ante un producto literario definido, quizá en parte, por las propias editoriales, que quizá piensan que deben acotar el número de páginas para un determinado público. Sin embargo, todos sabemos que algunos alumnos no tienen ningún inconveniente en leer libros de mayor extensión, pienso, por ejemplo, en las obras de J. K. Rowling (saga de Harry Potter) o en la saga de Meyer (Crepúsculo). De igual manera, priman los capítulos muy breves así como la construcción oracional sencilla, en ocasiones simple, con un predominio muy marcado de la oración simple.

En cuanto al léxico utilizado, podemos considerar que tiene una doble función. En primer lugar y desde el punto de vista docente, dar modelos léxicos y aumentar así el vocabulario de los lectores, uno de los objetivos indirectos del fomento de la lectura. En segundo lugar, favorecer el proceso de identificación con el lector al utilizar un léxico accesible y adaptado, en principio, al léxico usado por el público juvenil, sin embargo, en ocasiones que más adelante señalaremos, el autor puede pecar de exceso. Por ejemplo, es difícil pensar que todos los adolescentes, en todos momentos del día, se expresan de esa forma, por lo tanto, creo que hay un error de percepción si aparecen expresiones malsonantes o palabras groseras que no respetan el principio de verosimilitud.

Otro de los puntos de conexión en la obra de Sierra i Fabra son los personajes principales, son siempre jóvenes y casi siempre, bellos. Esta cualidad, enlaza con una de las características más superficiales del cronotopo (Bajtin, 1989) de la novela de aventuras y de la novela de caballerías. Los personajes principales son bellos, por un lado, produce admiración (recordemos el linaje noble de este tipo de personajes) y, por otro, convierte a este tipo de personajes en modelos a seguir e imitar. Debemos tener en cuenta, además, que el público principal de este tipo de obras está descubriendo prácticamente todo, llama la atención en este sentido, la frecuencia con que aparecen descripciones cargadas con un tímido erotismo, ingrediente, si no fundamental, tampoco desdeñable, para atraer la atención del público, bien sea en el cine, la televisión o en el mundo de la publicidad. Por ejemplo:

Después la vio desnudarse, quitarse la cazadora, las botas, la falda, la blusa, las bragas y el sujetador.

Las dos últimas prendas eran muy blancas.

Recordó lo que había sentido al aplastar ella su pecho contra el cristal del parabrisas. Lo recordó y lo multiplicó por cien, por mil, al verla quitarse las bragas, que acabó arrojando a un lado.

Fue una visión fugaz, pero eléctrica


(Sierra, 1995: 81)                


Siguiendo esta lógica y, teniendo en cuenta que nos encontramos ante una serie de libros pensados y destinados a los jóvenes, ello hace que el proceso de reconocimiento e identificación con los personajes, similares a los lectores en cuanto edad, gustos y costumbres y que además, se ven inmersos en una trama propia de la vida cotidiana, sea siempre certero.

Ello se consigue de muy diversas maneras. Muy superficialmente, podemos destacar que una de ellas es el léxico utilizado, en teoría, aunque con las reservas ya expresadas, cercano a los jóvenes. Otra de ellas es la expresión frecuente de problemáticas próximas al público (conflicto entre padres e hijos en Nunca seremos estrellas del rock, por ejemplo). Otra es la conformación de personajes lo más próximos posibles a los lectores potenciales, a veces, con criterios basados en los tópicos o con los mismos mecanismos que se pueden utilizar, por ejemplo, en la publicidad. Retomando a Mendoza (1998) y observando las características de los paralenguajes, vemos, por ejemplo, si hablamos de la ropa de los personajes, caparazón externo pero tremendamente poderoso por la cantidad de tópicos que rodean a la manera de vestir: Según Knapp (1980/1995) las funciones de la vestimenta son la decoración, la protección, el reclamo sexual, la autoafirmación (o la autonegación), el ocultamiento, la identificación grupal y la exhibición de estatus y poder del individuo. A estos significados hay que añadir que la cultura asocia ciertos rasgos de la personalidad con modas o con algunos artefactos. Por ejemplo, Argyle y McHenry (1971) investigaron sobre una población de estudiantes que el llevar gafas se asocia con personas inteligentes y muy trabajadoras. (Mendoza, 1998: 251)

Sin embargo, y profundizando un poco más en este asunto, parece que el proceso de identificación del lector con los personajes se logra por una vía mucho más compleja. Una de las constantes de los libros analizados de Sierra es la utilización sistemática de la estética del patetismo y las derivaciones que esta estética ha sufrido en el tiempo, como la identificación, el biografísmo o la más clara y más activa, el patetismo sentimental. Como señala Beltrán, el patetismo es «la estética más importante que ha conocido la historia» (Beltrán, 2004: 64). Este patetismo, debe ser entendido en un sentido literario, si bien su significado es complejo y ha evolucionado notablemente a lo largo de la historia:

Lo patético, referido a la poesía, es discutido entre otros por Platón, que lo condena (República X, 606c); por Aristóteles, que lo ve como una dimensión de lo trágico (Poética 1453b y Étia a Nicómaco 1105b24); Cicerón, que contrapone lo patético a lo ético (Orator 128); Longino, que señala el pathos como una de las cinco fuentes de la sublimidad y reprocha a Cecilio haberla olvidado (Sobre lo sublima, 3, 5 y 8 1-2); y Hermógenes, que vincula pureza, simplicidad, dulzura y placer con patetismo (Sobre las formas del estilo 360). (Beltrán, 2002: 65-66)

Este término debe ser entendido en sentido literario y no común, asimismo, no hay que confundir su esencia, que no es la belleza o belleza sensible. El fenómeno literario del patetismo, del que más adelante nos ocuparemos en profundidad, consiste en:

«construir un héroe, un pathos. Patetismo es heroificación, un método de elevación del personaje que hace de él un héroe. Si el patetismo suele reducirse al sentimentalismo, la heroificación está ausente del didactismo, como veremos después, y del humor, que constituye la réplica estética al patetismo». (Beltrán, 2002: 64)

Por otra parte, una de las constantes temáticas de los libros analizados, es que en ellos aparecen una serie de ideas, reflexiones, o temática, relacionada directamente, cuando no es la propia trama, con lo que en Educación se llaman en la actualidad los «valores democráticos». Es decir, una serie de contenidos que se deben tratar en la ESO desde todas las materias, para cumplir uno de los principales objetivos de esta educación, la formación de ciudadanos. El artículo 11 del currículo de la Comunidad Autónoma de Aragón (que adapta la Ley Orgánica 3 de mayo de Educación (LOE) al contexto de dicha comunidad) los recoge de la siguiente manera:

    Artículo 11. Educación en valores


  1. Atendiendo a los principios educativos esenciales, y en especial a la adquisición de las competencias básicas para lograr una educación integral, la educación en valores deberá formar parte de todos los procesos de enseñanza y aprendizaje, por ser uno de los elementos de mayor relevancia en la educación del alumnado.
  2. La educación para la tolerancia, para la paz, la educación para la convivencia, la educación intercultural, para la igualdad entre hombres y mujeres, la educación ambiental, la promoción de la salud, la educación sexual, la educación del consumidor y la educación vial, que se articulan en torno a la educación en valores democráticos, constituyen una serie de contenidos que deberán integrarse y desarrollarse con carácter transversal en todas las materias del currículo y en todas las actividades escolares, pudiendo constituirse en elementos organizadores de los contenidos.

Es decir, una serie de temas que los alumnos deben conocer y sobre los cuales deben reflexionar. En los libros de Sierra, en los analizados un poco más adelante y en otros que serán citados, tanto del autor como de otros, se analizan y se utilizan estos contenidos como telón de fondo para la construcción narrativa. Este hecho, si nos atenemos a la definición de las características de LIJ de Teixidor sobre lo que él llama los «misterios de la vida» es del todo normal, la LIJ debe educar, sobre todo, debe hacer reflexionar en pos de ese espíritu crítico tan ansiado por el sistema educativo. El convencimiento de que la literatura, de cualquier tipo, lo fomenta es firme y, sin embargo, el equilibrio entre la enseñanza y la calidad literaria es complejo, el «docere et delectare» es frágil y, en ocasiones, etéreo. En no pocas ocasiones, el respeto a estos temas educativos se ha convertido en un lastre en la labor creativa, así lo expresa Cansinos (García, 2006: 84): Esta heterogeneidad temática, que en sí misma no es contraproducente, ha lastrado muchas obras porque desde el principio han sido concebidas de modo oportunista, esto es, no como un objeto de arte en sí mismas, ni como respuesta a la sincera necesidad interior de un autor, sino como un medio para abordar en el aula los diferentes temas transversales recogidos en la última reforma educativa. Estas obras se convierten en «novelas documento» al servicio de la transmisión de una determinada información que interesa puntualmente a los jóvenes. Al mismo tiempo, este hecho ha propiciado un empobrecedor fenómeno de uniformidad temática y formal.

Sin embargo, no es el caso de los libros de Sierra, que siempre encuentra una vía de escape a este peligro. Unos personajes convincentes, a veces más planos que otras pero creíbles y verosímiles casi siempre, un estilo ágil, un perfecto dominio de la trabazón argumentativa basado en la dosificación perfecta de los tiempos del relato, una historia convincente, atractiva y, como telón de fondo, el problema que mueve a la reflexión, del personaje que lo vive y del lector, personaje también sin darse cuenta.




ArribaAbajoLas obras, relaciones

A continuación, vamos a comentar las obras Campos de fresas para observar con detenimiento algunas de las características ya comentadas y, sobre todo, observar desde el punto de vista literario, cómo se construyen y funcionan estos libros.


ArribaAbajoCampos de fresas (No bailéis con la muerte). (174 págs.)

El subtítulo que acompaña al título principal, que es, ni más ni menos que una oración con una función lingüística conativa, es prácticamente una orden, también, el contenido de la obra hace que podamos considerar este libro, en mayor medida que otros, como una obra de la literatura didáctica.

La trama de la obra es sencilla, una joven modélica de diecisiete años (Luciana) ha ingerido una sustancia estupefaciente que la ha dejado en coma. Sus amigos (Santi, Máximo, Cinta y Loreto) y su familia se convierten en los protagonistas principales de la acción. Por un lado, sus amigos (incluido su novio Eloy) intentan averiguar qué tipo de sustancia ha consumido la joven para así poder ayudarla, de ahí que la trama se convierta en una búsqueda trepidante de la persona que les vendió las drogas. Tiene por tanto esta obra, una buena parte de los componentes de la literatura policíaca que analizaremos más adelante.

Por otro lado, la familia de Luciana se convierte en observador pasivo de la joven (los padres y la hermana de la chica no se separan de su cama en el hospital) y su función principal es que veamos desde el otro lado, las consecuencias de las acciones de la joven, de ahí una buena parte del didactismo de la obra.

Otros personajes secundarios, normalmente planos puesto que la extensión de la obra no da lugar a una profundización psicológica muy desarrollada, serán la policía, los periodistas y, por supuesto, el traficante y el camello, responsables directos o indirectos -según la interpretación- de lo ocurrido.

La construcción narrativa es mucho más interesante desde el punto de vista literario y, desde el punto de vista del lector, tremendamente moderna. La acción transcurre en apenas veinticuatro horas, desde las «6 horas, 39 minutos» hasta las «19 horas, 29 minutos». Cada fracción de tiempo, es una acción protagonizada por diferentes personajes y, aunque el fenómeno no es nuevo, recordemos, por ejemplo, la serie televisiva «24 horas» cuya primera temporada data del año 2001, es interesante porque dota a la lectura de una fuerte carga de intensidad. Además, la brevedad de cada apartado, apenas una página, hace que la lectura sea ágil. A esta acción trepidante, hay que añadir un interesante procedimiento de creación del patetismo, se logra con los monólogos de la chica en coma, que hasta en siete ocasiones a lo largo de la obra, toma la palabra para mostrarnos la lucha por la vida en la que se halla la chica. La simbología de esta lucha se toma del vocabulario del ajedrez, juego en el que la chica siempre ha destacado. En estas intervenciones, la chica lanza un grito desesperado a su familia, amigos o novio para salir adelante. Estas intervenciones son muy breves pero tremendamente poderosas y, bajo de mi punto de vista, son el gran logro de la obra, convertir a esta chica en heroína puesto que lucha por la vida:

Estoy al final de un camino y al comienzo de otro.

Puedo escoger.

Retroceder, para empezar de nuevo, por el primer camino, o seguir, para ver que hay en este.

Siento que una parte de mí me empuja hacia adelante, pero hay otro que me obliga a esperar, y luchar.

Como luchan ellos...


(1997: 69)                


El tema principal, en relación con los criterios de Educación en valores democráticos que hemos señalado anteriormente, es la educación para la salud, centrándose en la toma de sustancias estupefacientes y viendo de primera mano, cómo pueden afectar a nuestra vida. La teoría es que el mal ejemplo, puede desencadenar el bueno.

Además, en esta educación para la salud, hay otros casos a tener en cuenta, por ejemplo, el de una de las amigas de Luciana, Loreto, que está inmersa en una fase avanzada de bulimia que la está destruyendo, llevándola, si no pone remedio, a la muerte.

El tema de las enfermedades asociadas a la alimentación lo trata el mismo autor en Las chicas de alambre, esta vez, dentro del mundo de los desfiles de moda y la vida de las modelos. Otros autores, desde otras perspectivas alejadas de la LIJ, se han adentrado también en este peculiar universo, como Geneviève Brisac (Pequeña), la recopilación de testimonios de Nuria Molinero (Delgadas) o el caso de la modelo Nieves Álvarez, recogido por Lola Cintado en Yo vencí la anorexia.

Esta chica, a la que el autor dedica una buena cantidad de páginas, deteniéndose en la relación con los padres, los consejos del psiquiatra... y, sobre todo, en una profunda descripción física que es llamativa. Ya hemos mencionado el tratamiento del erotismo en algunos de los libros de Sierra, erotismo, fundamentado a menudo en las descripciones de los personajes, sobre todo femeninos. En este caso, cuando Loreto está ante el espejo, sólo hay espacio para la lástima, para generar en el lector una reacción, que también heroifica de alguna manera a esta luchadora que no es sino recuerdo de sí misma debido a su mal estado físico.

Luciana, su buena amiga que prometió estar siempre a su lado y ayudarla está en coma, y precisamente eso, es lo que la salva. De nuevo vemos un proceso de heroificación de Luciana, y es que, al estar debatiéndose entre la vida y la muerte, finalmente, Loreto, entiende su propio mal y cómo detener al fin, ese proceso de autodestrucción.

La obra está situada en los tiempos de la «ruta del bakalao», hoy ya prácticamente desaparecida; también, en los tiempos de la peseta, sin embargo, este anacronismo no tiene demasiada importancia porque, por desgracia, los problemas de drogadicción no desaparecen en el tiempo, simplemente cambian de forma. Y es que este es otro de los grandes temas, también en relación con la educación para la salud, la aparición de las drogas y su relación con la juventud. González (2008) analiza con detalle este tema en la LIJ, más en concreto en: Callejón sin salida (1987) de Gemma Lienas, La puerta de las sombras: Atrapados en la droga (1998) de Montserrat Tapias-Fernando y Okupada (1997) de Care Santos. Podríamos citar otras muchas donde este tema está presente, como Saxo y Rosas (2001) de Arregui, ¿Y a ti aún te cuentan cuentos? de Félix Teira (1996) o Ricardo Alcántara en El aguijón del diablo. Como es obvio, no es un tema original, además, los puntos de vista desde el que es tratado este tema son enormes, la narcoliteratura hispanoamericana, la novela neorrealista española (Historias del Kronen de José Ángel Mañas), o la visión tremendista del cine, donde los personajes, normalmente, no tienen esperanza: Requiem for a dream, Miedo y asco en Las Vegas, Heroína y un largo etcétera.

La principal diferencia entre la obra que nos ocupa y las que hemos citado -de entre las muchas posibles- es la posibilidad de redención, no olvidemos que nuestro personaje ha sufrido un proceso de heroificación, necesario para fundamentar la visión didáctica de esta obra.




ArribaAbajo Nunca seremos estrellas del rock

Ventura, el personaje principal, un joven de 19 años huye de Gerona camino a ninguna parte, en una acción que se desarrolla en un breve espacio de tiempo, dos días. Huye porque ha comenzado un viaje a los infiernos de uno mismo por la senda del robo y la violencia. Deja atrás todo lo que conocía y se enfrenta a la vida con la «mirada de un viejo» y los recuerdos de un niño. Por medio, una mala relación con sus padres que poco a poco se va aclarando pero que dejará al lector en una pequeña confusión.

Falta en esta obra un ápice de verosimilitud para comprender mejor las acciones del personaje, movido por esa relación frustrada con los padres de la que el lector no tiene mucho conocimiento. En cualquier caso, muchas de las acciones de Ventura no concuerdan con la voz del personaje ni con sus intereses o motivaciones.

Hay, por otro lado, una cierta trama policial poco desarrollada, pues la policía debe encontrar a Ventura, autor de un violento atraco, sin embargo, el auténtico telón de fondo es el mundo del rock. El autor, en este caso, hace una novela culturalista en el sentido de que toda la trama de la acción, los personajes y las situaciones, están pensadas para que el autor pueda añadir una buena parte de sus conocimientos sobre el mundo del rock. Así, cualquier situación es buena para que Ventura, estrella del rock frustrada, hable con la gente con la que se encuentra en el camino sobre músicos, canciones etc.

-Ellos sí, pero Jim no. Jim fue el más grande

-¿Fue?

-Murió en 1971

-Ya -suspiró Tivi-. Otro héroe maldito.

-No puedo creerlo -el tono de Ventura era de desconcierto supremo-. Jim y otros como él prepararon el camino ¡Nada sería igual sin ellos!

-Todo sería igual sin ellos, aunque dándote el beneficio de la duda, puede que fuese un igual diferente .


(Sierra,1995: 63)                


El tema fundamental de la obra es la búsqueda de libertad, tema muy querido por el público juvenil pero que no se desarrolla con suficiente profundidad y, en comparación con la obra Campos de fresas, no se trata desde el punto de vista didáctico, ya que las situaciones extremas y la poca información que se nos da impide este punto de vista.

Entonces descubrió que, lo mismo que todo niño, por instinto quiere volver al seno materno, él, por instinto, necesita odiar cuanto pudiera dominarle de nuevo.

Soy libre. Soy libre. Soy libre.

Ahora soy libre.

Por fin soy libre. Soy libre soy libre.

Apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y centró los ojos unos segundos, pero debió quedarse dormido.


(Sierra, 1995: 38)                


Aparecen en las páginas una buena cantidad de letras musicales -se agradece que sean en versión bilingüe- de los Stones, The Doors, Nirvana y un largo etcétera que intentan desarrollar una visión profunda de la libertad de forma muy indirecta. Asimismo, el personaje no deja de identificarse con grandes momentos del cine, normalmente, películas consideradas clásicas, que sin embargo, creo que quedan un tanto alejadas de los gustos del público juvenil y que, probablemente, no conocerán, como Thelma y Louise, Dos hombres y un destino o Blade Runner.

[...] Hoy día sólo queda Hoffmann, bueno, y Nicholson a veces. Podría ver mil veces Blade Runner, Lo que el viento se llevó, West Side Story o 2001.

Se te ha iluminado la cara -volvió a burlarse Tivi.


(Sierra, 1995: 65)                


Podemos comentar otros temas, el fundamental sería la búsqueda de identidad -tema literario universal y tema de gran interés entre un público, el juvenil, inmerso precisamente en ese proceso de creación de una identidad tal y como señala Piaget (1960) por ejemplo- dentro de los mecanismos de identificación con los demás y con la creación de grupos, en el caso del protagonista con la música, los músicos y una buena cantidad de momentos cinematográficos. El libro habla de frustración, pero también de esperanza, Tivi, una joven okupa que acoge a Ventura en Barcelona, encarna la posibilidad de salir adelante. En una visión, por otra parte, un tanto romántica, ya que aparece la figura femenina como posibilidad de salvación, o fracaso, procedimiento estético muy común, ligado a la estética del patetismo y desarrollado con profundidad en el Werther de Goethe, algunas de las leyendas de Bécquer o, en el cine, en especial y en relación con la identidad, en Leaving Las Vegas.

Hay también otros temas secundarios, como es habitual en la obra de Sierra, por ejemplo, la posibilidad que se dibuja a través de esa casa okupa de que otro modo de gestión política es posible. Otro tema, mucho más crudo que en anteriores ocasiones y sin el mecanismo del patetismo, son los abusos sexuales sufridos por esta dulce chica de Barcelona, Tivi. Más alejado y desde un punto de vista común, las relaciones padres-hijos, siempre presentes, aunque en esta obra adquieran un carácter mucho más negativo.

En lo que concierne a la estructura narrativa, encontramos de nuevo una estructuración por capítulos muy breves, una o dos páginas. Hay también, de vez en cuando y con profusión, unos apartados dedicados a escuchar la voz del personaje, a modo de monólogo interior (para que el lector no se despiste se marcan en letra cursiva), el narrador omnisciente deja paso a un monólogo interior que, en teoría, debería hacernos comprender mejor la trama. En este caso, no hay proceso de heroificación, hay más bien, una queja constante del personaje, que se mueve bajo los principios de la rebeldía -bajo de mi punto de vista mal entendida- en busca de la libertad, tema fundamental de la obra.

Por último, en cuanto al estilo de la obra, y teniendo en cuenta que por la temática es una obra un tanto negativa y dura, el vocabulario -desarrollado fundamentalmente a través del diálogo- es especialmente soez, cosa, que si bien, no debería ser negativa si refleja la realidad de los personajes ateniéndose a los principios de verosimilitud y decoro, no parece el caso en muchas de las páginas, pues ya hemos señalado que a esta obra parece faltarle un tanto de verosimilitud.




ArribaAbajoEl niño que vivía en las estrellas (108 págs.)

Es esta probablemente una de las obras más infantiles de las que se van a comentar, no sólo por la extensión, sino también por la complejidad de la trama. Narrada en primera persona, un psiquiatra, David Rojas, debe tratar el caso de un misterioso niño que parece provenir de otro mundo. Esta temática ha sido tratada con profusión, incluso por Sierra mismo (Zack Galaxy o Relatos galácticos). Podemos citar otras obras ya clásicas que tratan situaciones parecidas desde la estética del humorismo, como es el caso de Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza, o, en el cine, bajo los supuestos del patetismo, E.T.

Sin embargo, el final resultará mucho más duro y más acorde con la realidad que en las obras antes mencionadas.

Volvemos a encontrar en este libro una trama detectivesca muy sencilla, puesto que el doctor va a tratar de averiguar el origen del muchacho. De nuevo, como en los casos anteriores, los medios de comunicación, la prensa en concreto, será un elemento fundamental para resolver el caso, puesto que pondrá al doctor en la buena senda para desvelar el misterio.

El tema de misterio es uno de los más queridos por la LIJ. En muchas de las obras de esta temática, se plantean misterios que funcionan de la misma manera que los planteados en la novela policíaca, con la clara diferencia de que no cabe espacio para un tratamiento estético positivo del crimen. Es decir, la visión, por poner un caso, banalizadora del crimen o del mal que presentan muchas de las películas de mafiosos (El Padrino, Casino...) no nos es útil, no es moral. Se debe respetar, por tanto la fórmula que conduzca a una solución reparadora del orden social.

En la LIJ no vamos a encontrar la descripción de un asesinato «como una de las bellas artes», pero sí vamos a encontrar una serie de casos que se van a tratar de resolver siguiendo los mismos principios que en la literatura policíaca.

La literatura policíaca se basa en «la peculiar relación que se establece entre el plano ético (la actitud del individuo frente a la sociedad como problema moral) y el plano estético (la presentación del rompecabezas como problema formal) a través de unas fórmulas determinadas.


(Colmeiro, 1994: 59)                


Se trata de resolver ese rompecabezas, y en gran medida, la resolución de casos se sigue tratando como si fueran novelas clásicas de detectives, de hecho, los detectives -en nuestro caso el doctor Roca- tienen una serie de características bien definidas:

Las principales convenciones de este subgénero consisten en la inefabilidad e invulnerabilidad del investigador, cuyas facultades son superiores al resto de los mortales, la utilización de un método de encuesta supuestamente científico y racional, los sucesivos sospechosos inocentes, la sorpresiva resolución final del problema en que se descubre al culpable en la persona menos sospechosa.


(Colmeiro, 1994: 56)                


En el fondo, la obra en realidad pretende ser una reflexión sobre las nuevas tecnologías de la comunicación e información (en especial, la utilización racional de las tecnologías en el ocio) aplicada a la educación de los niños. Con este telón de fondo, otros temas, como el amor familiar o la generosidad son también tratados, aunque muy levemente.




ArribaAbajoLa balada del siglo XXI (167 págs.)

Una vez más, una trama sugerente, apasionante y ejecutada con enorme acierto. El tema superficial es una vez más la música, ya hemos visto que es telón de fondo en Nunca seremos estrellas del rock o El joven Lennon, pero en realidad, con este telón de fondo. La obra trata sobre el ascenso y caída de un grupo de jóvenes seleccionados para crear un grupo de música que está programado para triunfar (este fenómeno es muy reciente, recordemos programas internacionales como Tienes Talento, Operación Triunfo, American Idol o America's Got Talent). Una máquina, un ordenador, ha procesado los datos referentes a los discos más vendidos, a los mayores éxitos y a todas las variables posibles. Cuatro jóvenes cumplen los perfiles que el ordenador ha dictado (Lorna Allen, Alexy Hayward, Brian Feynmann e Ian Campbell).

El tema de las máquinas y la relación con los humanos se asoma un tanto, de forma superficial. Pero hay cosas más importantes, sobre todo la manipulación de las personas, el precio de la libertad, la dignidad humana, por ejemplo. Este especial grupo de música (Siglo XXI) está destinado al completo éxito, no hay lugar para el fracaso, pero tampoco para el descanso, y es que los cuatro jóvenes componentes del grupo se han convertido en máquinas de hacer dinero, pensados por una máquina y por un grupo de asesores y técnicos cuyo único propósito es ganar dinero, fama, poder. Todos se han olvidado, por mediación de las máquinas en parte, en parte por el egoísmo de los hombres, que están tratando con personas.

Y ése es precisamente el acierto de Sierra en esta obra, aparte del dominio de la trama, la reflexión sobre un mundo muy cercano a los jóvenes, el de la música y, más en concreto, el fenómeno fan, tan propio de la edad. Cada poco tiempo, un grupo musical aglutina los deseos -también la identidad- de una buena parte de la población juvenil mundial. La última invención de las cabezas pensantes de los estudios estadounidenses parece ser la de unir la música con la imagen. Así, hemos pasado del concepto meramente musical (representado no hace tanto tiempo por grupos como Spice Girls, Backstreet Boys o los más recientes, Jonas Brothers) a un movimiento más global, completo y, por tanto, más rentable que aúna el cine con la música: Hannah Montana, High School Musical, o el más reciente de Glee, donde se ve especialmente la construcción multicultural del grupo de alumnos de instituto que forman el coro, para que la gente se identifique con los personajes, todos deben encontrar su personaje.

Hay en todo momento una crítica directa a un mundo que conoce a la perfección, cuando lo que vemos no es lo que es, cuando todo es una invención en pos de un negocio, cuando se utiliza a las personas y no se respeta su interior, cuando todo parece poder comprarse con dinero. De todo ello nos habla de forma directa Sierra.

Además, se apoya el autor en algunos de los mitos que rodean la industria de la música y los supuestos mundos del «glamour», como las adicciones a las drogas, tema que ya hemos tratado con anterioridad. En esta obra se asocia también al fenómeno del éxito instantáneo:

Tú estabas sin blanca y yo no podía fiarte. Lo sabes ¿no? Quiero decir que si la mercancía hubiera sido mía...

- Corta Mick ¿qué es lo que quieres?

- Tengo una buena partida, tío, muy buena, y sé que andas recién llegado, con casa nueva y dinero fresco. No irás a montar una orgía sin unas rayas ¿verdad?


(Sierra, 1989: 64)                


También hemos hablado ya de la aparición constante de la prensa en libros anteriores, en este caso, puesto que en ocasiones la prensa es un instrumento de poder y una forma de publicitar indirectamente un producto, podemos volvernos a referir a la educación en valores, en este caso, la educación del consumidor. La publicidad, los medios de comunicación, el código de buenas prácticas que se supone deben respetar y un largo etcétera entran en escena para completar una reflexión sobre lo que vemos, lo que deseamos y por qué en realidad. Como en otros libros -antes hemos hablado de monólogo interior- aparece la voz de la prensa en intervenciones independientes, marcadas de nuevo con el estilo de letra cursiva, aparecen supuestos artículos que comentan el avance imparable del grupo:

San Francisco, Oakland, 25 de octubre. Anoche, y con y estadio de Oakland a rebosar, como no se recordaba desde las últimas giras de Rolling Stones, Genesis y los reaparecidos Yes, Siglo XXI demostró por qué su segundo LP, Rock'n'Fuck, se mantiene en el número 1, dispuesto a batir récords de permanencia en los rankings...


(Sierra, 1989: 91)                


El espacio donde transcurren los acontecimientos es en esta ocasión Estados Unidos. Para presentarnos el tiempo de la acción, usa Sierra un mecanismo similar al empleado en Campos, si bien, en esta ocasión, el margen temporal es mucho más amplio. En vez de fracciones temporales de un mismo día, usa los márgenes de los meses. Una acción transcurre en un día indefinido del mes de septiembre, por ejemplo, mientras que la siguiente en el mes siguiente. En ocasiones, puede haber más de una acción durante un mismo mes. Con respecto a la distribución por capítulos, no cambia en demasía con lo que ya hemos comentado antes, si bien hay una elaboración más profunda que en otras ocasiones. Con este eficaz mecanismo que mantiene la independencia de cada apartado, recorre el autor la experiencia de este grupo de música durante más de cinco años.

Debido a esta razón, el autor puede afrontar con mayor profundidad la descripción psicológica de los personajes, héroes para unos, producto para otros, personas para el lector, con sus miserias y grandezas, con sus defectos. De este modo, el lector lo puede ver y puede sentirlo con ellos.








ArribaAbajo Conclusión

La sorpresa recorre cada uno de los libros de Sierra i Fabra, buscador incansable de temas, espacios y formas narrativas novedosas. Estas formas tienen muchas funciones como hemos visto: enseñar, educar y también, que los libros sirvan para «pescar» lectores (Cassany, Luna, Sanz: 508) en ese difícil y misterioso empeño del fomento de la lectura.

Todo ello ya lo sabíamos, no descubrimos nada nuevo, decenas de premios avalan su labor, su buen hacer literario. No hemos querido tratar en estas páginas la valoración global del escritor ni la esencia de la LIJ, si acaso, hemos intentado descubrir, fuera de lo que viene siendo la tónica común de la bibliografía sobre LIJ, bajo mi punto de vista demasiado generalista, algunos de los mecanismos temáticos (sobre todo en relación con la educación en valores) y literarios (en especial, los que se refieren a estructura narrativa y estética) que Sierra utiliza en alguno de sus libros.

En esta búsqueda hemos encontrado una enorme variedad de situaciones, registros y personajes, dignos de una mente literaria fecunda e imaginativa. Todo ello, puesto al servicio, no tanto de una idea que demostrar o de un tema que tratar de modo obligatorio porque está de moda en los planes educativos oficiales. Hay ideas, claro que sí, infinidad de situaciones que de modo directo o indirecto invitan al lector a reflexionar en lo que está pasando a su alrededor, en nuestra sociedad, no de un modo forzado o superficial, sino desde la profundidad necesaria, que suele ser mucha dada la importancia de los temas que pueden ser tratados, como ya hemos señalado.

Como punto de partida, la creación, el arte; detrás, el telón de fondo, la idea, esto es, la parte didáctica o el tema a tratar porque a los profesores o a los padres o al sistema le interesa mucho. Es decir, que primero es el lector y la literatura, cosa muy de agradecer.




ArribaReferencias bibliográficas

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  • SIERRA I FABRA, J. (1995): Nunca seremos estrellas del rock. Madrid: Alfaguara, Serie roja.
  • SIERRA I FABRA, J. (1996): El niño que vivía en las estrellas. Madrid: Alfaguara Juvenil, Madrid.
  • SIERRA I FABRA, J. (1997): Campos de fresas. Madrid: SM (Alerta Roja).
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  • TEJERINA LOBO, I. (2004). El canon literario y la literatura infantil y juvenil. Los cien libros del siglo. Lazarillo, 12, 17-25.


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