Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice




ArribaJornada III

 

Antesala de palacio.

 

Escena I

 

COMINO, muy desandrajado; luego, IRENE.

 
COMINO
Los que priváis, como yo,
con los duques desta vida,
notad la historia perdida
de quien con ellos privó.
Todo hombre cuerdo y honrado, 5
con mi ejemplo verdadero,
se meta a sotacochero
antes que a sotaprivado.
Venme aquí, que por la villa,
muriendo de hambre y de frío, 10
ando, sin bajar al río,
con más trapos que Inesilla.
Este el fin preciso es
de quien como yo camina
que del Duque en la cocina 15
no valgo para marqués;
porque, después que a mi amo
y a la Duquesa prendieron,
y de que al Duque ofendieron
corre la voz y el reclamo, 20
ya todos, porque él fue malo,
conmigo en tal odio están,
que ya me niegan el pan,
y me dan luego del palo.
A ver a palacio voy, 25
si hay quien me conozca aquí:
aprended, trapos, de mí
lo que va de ayer a hoy;
que, según por pecatriz
apaleado y sacudido 30
me veo, pienso que ha sido
mi caída de tapiz.
Y si aquesto cierto es,
como lo imagino ya,
sacudirme ahora será 35
para colgarme después.
Mas Irene por allí
pasa; a llamarla me atrevo,
por saber lo que hay de nuevo.
¡Ah Irenilla! zape aquí. 40
¡No se mueve a la llaneza!
¡Ah Irene! ¡Ah señora Irene!
IRENE

 (Sale.)  

¿Quién es quien llama?
COMINO
Quien viene
por audiencia a vuestra alteza.
IRENE
¿Quién es?
COMINO
¿No ve su atención
45
quién soy?
IRENE
No caigo, a fe mía.
COMINO
Pues yo sé cuándo caía
vusía en la tentación.
IRENE
No le conozco.
COMINO
Sí harías
si trataras de guisar; 50
mas ya no debes de andar
hacia las alcamonías.
IRENE
Por esas señas no atino;
señáleme más abajo.
COMINO
No te habrás puesto hoy el ajo, 55
pues te olvidas de Comino.
IRENE
¡Jesús! ¿Tú así?
COMINO
Los ratones
me han dado la honra en que estoy.
IRENE
¿Cómo?
COMINO
Han probado que soy
pariente de los Girones. 60
IRENE
Pues ¿cómo en tantos retazos
paró gala tan cumplida?
COMINO
Porque cualquiera caída
deja a un hombre hecho pedazos;
mas, esto dejando a un lado, 65
¿qué hay por acá?
IRENE
Grandes penas.
Ya sabes la ley de Atenas
y el imperio del Senado.
Pues siendo tan rigurosa
la ley contra el adulterio, 70
como en este vituperio
cayó la Duquesa hermosa,
siendo público el delito,
está ya dél acusada,
y la defensa aplazada; 75
que aquel Lidoro maldito
defiende la acusación.
Y el Duque, por no alterar
la ley, no puede excusar
su muerte; y la indignación, 80
temiendo en su padre, el rey
de Creta, vengarse deja
deste modo: que a su queja
satisface con la ley.
Por jueces señalan dos 85
de los de edad más anciana,
y a tu amo y ella mañana
los queman.
COMINO
¡Fuego de Dios!
Y ¿tú piensas que los dos
pecaron?
IRENE
¿Cómo podré
90
yo decir lo que no sé
ni presumí?
COMINO
Vive Dios,
que esto es testimonio y treta.
IRENE
Pues ¿por qué lo has presumido?
COMINO
Porque tú no lo has sabido, 95
siendo tan grande alcahueta.
IRENE
¿Piensas tú que hubo maldad?
COMINO
¿Yo tal de tales amigos?
IRENE
Pues con este hay dos testigos
de una misma calidad; 100
mas yo vengo por espía
a ver si el Duque ha salido,
porque Nisea ha querido
hablarle con osadía;
que ella crê que el Duque muerte 105
dar quiere a su esposa bella
para casarse con ella.
COMINO
Eso bien claro se advierte.
IRENE
Pues ya su cuarto está abierto;
yo voy a avisarla pues. 110

 (Vase.)  



Escena II

 

COMINO; después, LIDORO y un CRIADO.

 
COMINO
Yo me he de echar a sus pies,
por si en ellos hallo puerto.
 

(Sale LIDORO, se dirige a la habitación del DUQUE; y al llegar a la puerta aparece un CRIADO, que le detiene.)

 
CRIADO
Lidoro, el Duque ha mandad,
que vos no le entréis a ver.
LIDORO
Pues ¿porqué ha podido ser? 115
CRIADO
Todo hoy ha estado cerrado;
y es tan grande su tristeza,
que a nadie ha visto la cara.
Yo, porque no peligrara
en mayor daño su alteza, 120
por más que lo ha resistido,
los músicos hice entrar,
y ya, de oírlos cantar,
está algo más divertido.
Y en particular me ha dado 125
esta orden para vos.

 (Vase.)  



Escena III

 

LIDORO, COMINO.

 
LIDORO

 (Para sí.)  

Confuso estoy, vive Dios.
¿Si algo de mí ha sospechado?
Mas ver de su esposa bella
la muerte ya tan cercana, 130
pues es el plazo mañana,
siendo yo instrumento della,
le hará mi presencia odiosa.
Irme quiero, y la ocasión
quitará mi turbación 135
de que sospeche otra cosa.
Mas vano temor me lleva:
estando de mí acusada,
y su defensa aplazada,
la ley no admite otra prueba. 140
No desdiciéndome ya,
o ha de morir o ha de haber
quien la salga a defender,
y es cierto que no lo habrá.

 (Vase.)  

COMINO
¡Que ande en el mundo este perro 145
sin que le den cruda muerte!
¿Para quién guarda la suerte
las estocadas por yerro?

 (Entrase por la puerta de la habitación del DUQUE.) 



Escena IV

 

Gabinete del DUQUE.

 
 

El DUQUE, sentado; MÚSICOS, dentro.

 
MÚSICOS

 (Dentro.)  

Ven, muerte, tan escondida,
que no te sienta venir, 150
porque el placer de morir
no me vuelva a dar la vida.
DUQUE
«¿Ven, muerte, tan escondida,
que no te sienta venir,
porque el placer de morir 155
no me vuelva a dar la vida?»
Muerte, si el dolor fatal
cesa en ti, ven a mi llanto
presta y escondida, tanto
como me vino mi mal. 160
Escondida, porque igual
sea el alivio a la herida;
tan presto, porque la vida
durará, si él es molesto;
y si no puedes tan presto, 165
ven, muerte, tan escondida.
Si siento tu planta helada
dentro de mi pecho, infiero
que el contento de que muero
te ha de resistir la entrada. 170
Mas si tan disimulada
vienes, que entras sin sentir,
no podrá. Y pues resistir
cuando estés dentro no puedo,
pisa en mi dolor tan quedo, 175
que no lo sienta venir.
Y si quiere tu rigor
saber por qué te deseo,
cuando tu semblante feo
da a la vida tanto horror, 180
ven a acabar mi dolor;
que tú sabrás al venir
porque no quiero vivir;
pues si el morir es placer,
al partir yo, vendrá a ser 185
porqué el placer de morir.
Y si al cesar mi tormento
cuando a tu espada muriere,
vieres que el contento quiere
entrar en mi sentimiento, 190
mata también al contento
con el golpe de la herida
(que él, si has de ser mi homicida,
primero ha de defender),
porque aquel mismo placer 195
no me vuelva a dar la vida.
¡Ay de mí! ¡Ay fiero pesar!
Dejadme. ¿Quién está aquí?


Escena V

 

Un CRIADO, COMINO, que entra detrás de él. El DUQUE.

 
CRIADO
Yo, Señor.
DUQUE
Que cesen di;
que no quiero oír cantar. 200
A nadie he de recibir:
solo conmigo he de estar
hasta que venza el pesar
y me acabe de rendir.
CRIADO
Yo me voy.
DUQUE
¿Quién está allí?
205
Mirad quién entra aquí dentro.
COMINO
Yo, Señor; mas ya no entro.
DUQUE
Tened ese hombre.
COMINO
¡Ay de mí!
DUQUE
¿Quién sois?
COMINO
Pues en mis harapos
¿no lo ves? Yo fui escopeta, 210
adelgacé, y fui baqueta,
y he quedado en sacatrapos.
DUQUE
¿No decís quién sois?
COMINO
No atino,
de lo turbado que estoy;
pero de saber quién soy 215
no se os dé a vos un comino,
ni aquesto el juicio os trabuque.
DUQUE
¿Que sois Comino decís?
COMINO
Mas quisiera ser anís.
DUQUE
¿Por qué?
COMINO
Por serlo del Duque.
220
DUQUE

 (Aparte. 

Este hombre ha sido criado
de mi aleve y falso amigo;
de mi mal sería testigo,
habiéndole acompañado.
¡Que haya osado entrarme a ver!) 225
Pues ¿cómo vos no estáis preso?
COMINO
¡No vengo yo a saber eso,
sino a pedir qué comer;
que muero a necesidades
y yo no os he excomulgado, 230
para que me hayan privado
de las temporalidades.
DUQUE
De Alejandro a la prisión
llevad a este hombre de aquí,
porque le acompañe allí, 235
como lo hizo en la traición.
CRIADO
Venid.
COMINO
¿Señor?...
DUQUE
Si porfía,
echadle por un balcón.
COMINO
Señor, que aquella traición
no era para compañía. 240
DUQUE
Llevadle luego, o matadle.
CRIADO
¿Queréis venir o morir?
COMINO
Si me dejan elegir,
ejecútese el llevadle.
 

(Llévase el CRIADO a COMINO.)

 


Escena VI

 

El DUQUE.

 
Cielos, ¿para qué me entrego 245
al peligro de estar solo,
si doy lugar a la lucha
de mi amor y de mi enojo?
De mi ingrata esposa juntos,
para morir de uno y otro, 250
retratado en la memoria
tengo el agravio y el rostro.
Cuando imagino mi agravio,
del pecho llamas arrojo,
y cuando su rostro miro, 255
hacen su oficio los ojos.
¡Oh honor cruel! ¡oh ley dura!
Si el morir ella es forzoso,
¿Por qué dejas mi amor vivo,
cuando matas lo que adoro? 260
Pero ¡qué miro! ¡las damas
de mi esposa, el cuerpo todo
lleno de luto, y Nisea
con el semblante lloroso
entran en mi cuarto! En vano 265
solicitan el abono
de su culpa, cuando en mí
fuera menester tan poco.


Escena VII

 

NISEA, IRENE y damas; todas de luto. El DUQUE.

 
NISEA
A vuestras plantas, Señor,
lleno mi dolor de asombros, 270
cubierto el cuerpo de luto,
y de lágrimas los ojos;
a vuestras plantas, Señor,
una y mil veces me postro,
no a rendiros mi obediencia, 275
sino a irritar vuestro enojo.
No vengo, Señor, humilde
a pediros por quien lloro;
que aunque vos no lo sabéis,
es Alejandro mi esposo. 280
A culparos atrevida
vengo el más cruel destrozo
que inhumano rigor pudo
cometer contra sí propio;
y a costa de mi peligro, 285
a que sepa el mundo todo
que injustamente a mi prima
culpáis el casto decoro.
El cielo puro es testigo
de que Alejandro entró solo 290
al jardín, siendo llamado
de mi deseo amoroso;
y de que fue tan leal,
que hasta escuchar de vos propio
que ya olvidabais mi amor, 295
por vos despreció mis ojos.
Y si intentáis ofendido,
o por mi amor o por odio
de vuestra esposa, su muerte
con medio tan afrentoso, 300
yo, que ya mi riesgo temo
menos que el daño que lloro,
esta crueldad, este engaño
haré en el mundo notorios.
Y porque el amor injusto 305
que os mueve se trueque a enojo,
si os ofendió el que me quiso,
yo os confieso que le adoro.
Sépase que por lograr
vuestro amor y vuestro antojo, 310
culpáis un honor que al sol
injurió sus rayos de oro.
Siendo vuestro honor el suyo,
¿cómo, Duque injusto, cómo
(a morir vengo resuelta, 315
no me extrañéis el arrojo),
cómo pues la dais la muerte
con golpe tan injurioso,
que primero que su vida,
ha muerto vuestro decoro? 320
¿Esto cabe en pecho humano?
¿Hay brazo tan riguroso,
que para matar, comience
desde sí mismo el destrozo?
No es posible, no es posible, 325
ni pueden ya mis sollozos,
pensándolo, detener
de mi llanto los arroyos.
Gran Señor, volved en vos;
que a vuestro daño interpongo 330
mi llanto, pues os suspendo
en vuestro peligro propio.
Y perdonad si mi labio
del respeto rompe el coto,
pues resulta en honor vuestro 335
que os le haya perdido loco.
Si mi amor, Señor, os mueve,
mirad que por ese logro
dais de vuestro honor el precio,
pudiendo costar más poco. 340
Menos daño hubiera sido
atropellar mi decoro.
porque aunque fuerais tirano,
no quedabais afrentoso.
En dar muerte a vuestra esposa, 345
si acaso os irrita el odio,
¿para qué gastáis lo honrado,
si basta lo poderoso?
Muera, Señor, porque os cansa,
mas no por el testimonio; 350
que por salvar un delito
no es bien dorarle con otro.
Si con la ofensa el rigor
pensáis cubrir, no es abono,
porque os está lo ofendido 355
peor que lo riguroso.
Y si acaso en vos ha sido
sospecha, o fue de Lidoro
traición, es más culpa vuestra
dar crédito a un alevoso: 360
él pretendió mis favores,
agraviando aleve y loco
vuestra misma confianza
y mis blasones heroicos;
y si, como he presumido, 365
ha sido el autor de todo,
fue por cubrir el delito
de su intento cauteloso;
que el honor de la Duquesa
ha sido y es más lustroso 370
que los astros que ilumina
el sol con incendio rojo.
Pero si es pasión tirana
y os ciega mi afecto solo,
propongo al mundo y al cielo 375
que mi valor generoso,
cruel con mi misma vida,
y con mi lealtad piadoso,
se haga pedazos primero
que consienta tal oprobio. 380
Yo misma me daré muerte,
y mis brazos y mis ojos,
mis manos, mi horror, serán
instrumento a falta de otro.
Mire pues vuestro rigor 385
si es el motivo ese antojo,
que no ha de lograr su intento
y ha de quedarle el desdoro;
porque al ruego, a la amenaza,
a la violencia, al enojo, 390
al cariño y al poder,
será mi pecho un escollo,
donde yo, y después de mí,
de vuestro amor afrentoso,
la nave se haga pedazos, 395
y puede ser que el piloto.

  (Vase.)  

IRENE

 (Aparte.)  

Absorta voy de escucharla;
si esto no templa su enojo,
Nisea ha sido la nave,
y el Duque ha sido el escollo. 400
 

(Vase IRENE con las damas.)

 


Escena VIII

 

El DUQUE.

 
Sin sentido, sin alma, sin aliento
me ha dejado Nisea;
todo el cielo resista mi tormento,
que mi valor flaquea,
y a defensa menor dará desmayo 405
el encendido asombro deste rayo.
Alejandro era amante de Nisea,
Lidoro pretendía
su favor; y aunque el alma no lo crea
¿posible no sería, 410
ser traición, pues toda la evidencia
con este aviso queda en apariencia?
Si esto ser pudo (doy que no haya sido,
sino que ser pudiera),
¿cómo el honor, sin verlo, lo ha creído? 415
¡Oh información primera,
estrago de las honras y las vidas!
¡Cuántas han sido falsas y creídas!
¿Cabiendo duda, ciego lo he creído?
¿Cómo no pierdo, cielos, 420
el aliento, la vida y el sentido?
Pero a espacio, desvelos:
que no es remedio para el mal que toco
enloquecerme más porque fui loco.
Acudir al remedio me conviene, 425
y averiguar primero
que me resuelva, el alma que esto tiene:
mas ¿cómo verlo espero,
si de ciego lo erré, y mi error pensando
más con este dolor me voy cegando? 430
Pero de amor y honor he de apartarme.
Y la razón desnuda,
solo aquí, como juez, considerarme
para apurar la duda.
¡Ah deseo! ¡qué bien que lo dispones 435
si no lo ejecutaran las pasiones!
Ya de la industria que lograr espero,
norte las sombras sean:
con mis dos enemigos verme quiero,
mas sin que ellos me vean; 440
la noche ya a este empeño me socorre,
y en dos cuartos están de aquesta torre
llave tengo, esta puerta al de mi esposa
pasa, por ella entro;
turbada llevo el alma y temerosa; 445

  (Abre la puerta, y dice al entrar.)  

mas ya abrí y ya estoy dentro.
Alma, toda te da a cada sentido;
que vamos a buscar mi honor perdido.


Escena IX

 

Cuarto de la torre. Una luz sobre un bufetillo.

 
 

AURORA, sentada; luego, el DUQUE, después, dentro, MÚSICOS.

 
AURORA
Tristes pensamientos míos,
que en esta sola prisión 450
me acompañáis, no ceséis,
aunque dobléis mi dolor.
Aquí tan sola me veo,
y tan sin amparo estoy,
que a mis penas agradezco 455
que me asista su rigor.
 

(Sale el DUQUE y se queda al paño.)

 
DUQUE
Ya, honor, tienes la batalla
presente. Temblando voy;
mas, corazón, ¿tu enemigo
no es aquel? ¡Válgame Dios, 460
qué hermosa está! No es posible
ser enemigos los dos;
que quien tanto me le lleva,
no ha ofendido al corazón.
 

(Suena música dentro.)

 
AURORA
Ya suena el triste instrumento 465
a que acompaña una voz,
cuyo acento a mis oídos
llega por darme dolor.
¿Dónde cantarán, que aquí
aun no llega a entrar el sol? 470
Y pues el dolor me aumenta
llegue este acento veloz.
MÚSICOS
Pues la noche de la injuria
robó la luz a mi honor,
mas que me anochezca siempre, 475
mas que nunca salga el sol.
 

(Llora la DUQUESA.)

 
DUQUE
¡Qué miro, cielos! llorando
ha respondido a la voz;
mal saldré desta batalla,
si ya rindiéndome voy. 480
AURORA
Acompañad, ojos míos,
de aquellas voces el son,
pues cuanto explican sus ecos,
habla a mi pena por vos.
Para todos el sol nace, 485
y solo para mí no,
porque en mi esposo tenía
mi amor, el día y el sol.
Y pues por su ingratitud
he perdido su esplendor... 490
AURORA y
MÚSICOS
Mas que me anochezca siempre,
mas que nunca salga el sol.
DUQUE
¿Qué decís, corazón mío?
¿Esto es falso? ¿Cupo error
en aquel limpio cristal 495
de aquellas lágrimas? No.
¿Quién lo responde? El deseo.
¿Quién lo pregunta? El honor.
¿Y dice que sí? Bien dice;
y que es falso y que es traición 500
pensar que aquella hermosura
manchase el puro candor
de su honestidad. Mintieron
los sentidos y la voz
y el alma. Mas ¡ay de mí! 505
Que honor en la información
ha tachado este testigo,
porque es hijo del amor.
Pues a la prueba, sentidos,
digan los que sin pasión 510
pueden hablar deste caso.
Y esos testigos ¿quién son?
La atención y la cautela.
y ¿cómo podrán los dos
decir aquí? Desta suerte. 515
 

(Se adelanta y mata la luz.)

 
AURORA
¿Qué es esto? ¡Válgame Dios!
¿Quién, ha entrado aquí?
DUQUE
¿Señora?
AURORA
¿Quién me llama? ¡Muerta estoy!
DUQUE

 (Aparte. 

Para que no me conozca
disimularé la voz.) 520
Un caballero piadoso,
que desta triste prisión
os viene a dar libertad.
AURORA

 (Aparte. 

Cielos, mi pena cesó.)
¿Qué dices, amigo? ¿Es cierto? 525
DUQUE
Veréis la demostración.
AURORA
¿Luego ya el Duque, mi esposo,
se ha desengañado?
DUQUE
No;
que antes lo intento por ser
ya vuestro riesgo mayor. 530
AURORA
Luego ¿no es él quien me libra?
DUQUE
No, Señora, sino yo.
AURORA
¡Oh contento como mío!
¡Qué breve es tu duración!
Entraste al pecho, y duraste 535
solo el tiempo que bastó
para que el alma te viese,
siendo tu intento traidor
dejar al alma el tormento
de perder el bien que vio. 540
¿Mi esposo más indignado?
ojos míos, duros sois,

 (Llora.)  

pues vuestro llanto a sus pies
no llega en curso veloz.
Vos, quien quiera que seáis, 545
si para entender mi voz
lugar os da el llanto mío,
idos; que de mi aflicción,
si aliviarla habéis pensado,
me habéis doblado el rigor. 550
La pena que yo padezco
no es esta triste prisión,
ni la muerte, que ya espero;
que aunque aquestas penas son,
no son penas, comparadas 555
a la que tengo de amor.
Ni vida ni libertad
quiero sin él; id con Dios,
y dejadme con mis penas,
llorando su sin razón; 560
que si librarme es perderle,
no es piedad ni alivio en vos
sacarme de las menores,
y doblarme la mayor.
DUQUE

 (Aparte. 

¡Qué escucho! deste placer 565
no es capaz el corazón,
pues de todos los sentidos
el uso no arrebató;
mas no le quede raíz
de sospecha al corazón, 570
salga todo de una vez.)
Señora, mirad que yo
tengo ya libre a Alejandro,
y os está esperando a vos
para llevaros a Creta. 575
AURORA
¿Qué decís? ¿Sabéis quién soy?
¿Yo, para librar la vida,
poner a riesgo mi honor
de hacer cierta la sospecha,
la imaginada traición? 580
¿Yo con ese hombre? Aunque el medio
de reducir a mi amor
al Duque, a quien tanto adoro,
y restaurar mi opinión,
fuera ese, no lo emprendiera. 585
Hombre, quien quiera que sois,
idos, y dejadme ya
(leal seáis o traidor)
llorando aquí mis desdichas;
y mirad qué tales son, 590
pues habiéndome vos hecho
tan loca proposición,
aun no me dejan aliento
para enojarme con vos.
DUQUE

 (Aparte. 

El corazón me ha partido. 595
¡Oh ejemplo puro de amor!
¡Oh inocencia perseguida!
¡Oh ciego y bárbaro yo!
¡Que a esta traición haya dado
tan cruel disposición, 600
que aquí abrazarla no pueda
ni declararla quien soy,
hasta que se haya enmendado
lo que la sospecha erró!
Mas recibe, dueño mío, 605
hasta que pueda mejor,
este abrazo que en el alma
te da la imaginación.)
Siendo tal vuestra inocencia,
tenéis, Señora, razón, 610
y hacéis bien en esperar
que el cielo vuelva por vos;
y el Duque ha de conocerlo.
AURORA
Soy muy desdichada yo
para lograr tal ventura. 615
DUQUE
Si él os quiere, ¿por qué no?
AURORA
¿Quererme el Duque? ¡Ay de mí!
Amigo, si a dar favor
venís, o alivio a mis penas,
no renovéis mi pasión; 620
idos, por Dios, y dejadme;
que acordando su rigor,
cada vez que le nombráis,
me partís el corazón.
Idos, dejadme en mi llanto. 625
DUQUE

 (Aparte. 

¡Esto resistiendo estoy!)
Señora, esto en mi es piedad.
AURORA
Ya por no oíros me voy.
DUQUE
¿Os vais ya, Señora?
AURORA
Os temo.
DUQUE
Pues ¿qué teméis?
AURORA
Vuestra voz.
630
DUQUE
¿Os ofende?
AURORA
Me atormenta.
DUQUE
Pues perdonad.
AURORA
Id con Dios,
y crêd que agradezco el celo,
pues os perdono el error.

 (Vase.)  



Escena X

 

El DUQUE.

 
¡Ay cielo! el alma me lleva 635
tras el eco de su voz;
ahora siento el error ciego
de mi loca presunción.
¡Que es posible, suerte esquiva,
que hiciese hombre como yo, 640
arrastrado de un engaño,
público su deshonor!
¡Yo a mi esposa he permitido
tan infame acusación,
que ya, sin ser defendida, 645
no tiene enmienda su honor!
¡Oh liviandad ciega y loca
de una rabiosa pasión!
¿Que hombre fue cuerdo con ella?
Todos erraron, y yo 650
erré todo lo que todos.
Mas ¿cómo siento mi error
agora? Mas es que estaba
ocupado el corazón
con el dolor del agravio, 655
y como todo salió,
dio lugar para que entrara
todo este nuevo dolor.
¡Oh falso y traidor Lidoro!
Mas ¿qué digo? aunque el candor 660
de mi esposa está tan puro,
¿no pudo dar la intención
de Alejandro causa al daño?
Pues a averiguarlo voy.
Cerrar quiero aquesta puerta, 665
y abrir la de su prisión,
que divide el otro cuarto.
Aquí dejo el corazón.
hasta que te vea en mis brazos,
esposa querida, adiós. 670
Esta la puerta ha de ser;
y con más seguridad
de poderme conocer,
podré saber la verdad,
porque aquí luz no ha de haber. 675

 (Éntrase cerrando la puerta, y sale por otra.)  



Escena XI

 

Otro cuarto de la torre. No hay luz.

 
 

ALEJANDRO y COMINO, con cadenas. El DUQUE.

 
ALEJANDRO
Comino, ¿qué hemos de hacer?
Yo no tengo más ventura.
COMINO
¡Gran rigor!
ALEJANDRO
Esto es poder.
COMINO
Pues te obliga a padecer,
no es poder, sino escritura. 680
¡Que muera asado un mancebo
como huevo!
ALEJANDRO
Yo en la fragua
de mi llanto morir debo.
COMINO
Si eso es pasado por agua,
también es muerte de huevo. 685
Mas ¿qué te parece a ti?
Si esto llega a que él te queme
¿harán lo mismo de mí?
ALEJANDRO
Temo, Comino, que sí.
COMINO
Lleve el diablo quien tal teme. 690
ALEJANDRO
Tres males me dan dolor
mayor que muerte tan fea:
faltar el Duque a mi amor,
perder sin culpa el honor,
y no lograr a Nisea. 695
DUQUE

 (Aparte. 

¡Cielos, contra su lealtad
falso es cuanto el alma piensa!
apuraré la verdad;
que tanto como la ofensa,
siento el perder su amistad.) 700
¿Alejandro?
COMINO
¡Ay santa Irene!
ALEJANDRO
¿Quién es?
COMINO
Alguna alma en pena.
DUQUE
No temáis.
COMINO
¿Qué, duda tiene?
algún muerto es, que se viene
al ruido de la cadena. 705
ALEJANDRO
No hay daño que presumir.
COMINO
No quiero que a mí me encarne.
ALEJANDRO
Quién es no puedo inferir.
COMINO
Alma que ha olido la carne,
como estás para morir. 710
DUQUE
¿Queréis salir deste horror?
ALEJANDRO
Decidme quién sois primero.
COMINO
Yo quiero, aunque sea peor.
ALEJANDRO
Calla.
COMINO
Digo que yo quiero;
eche usted cartas, Señor. 715
DUQUE
De vos la Duquesa fía
el que la llevéis a Creta;
que ya por la industria mía
está libre.
COMINO
Ave, María.
ALEJANDRO
La Duquesa es muy discreta, 720
y no puede haber pensado
contra su honor tal error.
Y si acaso os lo ha mandado,
decidla que soy criado
yo del Duque, mi señor; 725
y que huir ella conmigo
fuera abonar al que miente,
su infamia; y que no la sigo
por no hacer al inocente
merecedor del castigo. 730
Si el hado nos atropella,
muramos; que no me obligo
con deshonra a defendella;
y pues soy cruel conmigo,
bien puedo serlo con ella. 735
Y aunque quede en la traición
por cierta la falsedad,
más quiere mi estimación
ser honrado en la verdad
que dichoso en la opinión. 740
DUQUE

 (Aparte. 

¡Oh amigo! lo que he agraviado
con mi duda tu decoro,
suple por lo que has ganado;
que aunque para mí eras oro,
ya eres oro acrisolado.) 745
Eso la iré a responder.
ALEJANDRO
No esperad; que aquí primero
os tengo de conocer.
DUQUE
Mirad que no puede ser.
ALEJANDRO
Pues descubriros espero; 750
ved que arriesgáis la cabeza,
si llamo en esta ocasión
a las guardas de su alteza.
DUQUE
¿Así pagáis mi fineza?
ALEJANDRO
Esta no es sino traición; 755
y de la que a mí me han hecho,
mintiendo un falso delito,
que sois el autor sospecho,
y lo he de ver.
DUQUE

 (Aparte.)  

¡Noble pecho!
COMINO
Diga quién es, o alzo el grito. 760
DUQUE
Oíd, callad.
ALEJANDRO
No hay que callar;
diga quién es al momento.
COMINO
¿Guardas?
DUQUE
Pues dejadme hablar.
COMINO
Vive Dios, que he de llamar
las guardas y el monumento. 765
DUQUE

 (Aparte.)  

¿Quién creerá que yo de veras
tengo aquí temor ¿Qué haré?
ALEJANDRO
Hombre, ¿no hablas? ¿A qué esperas?
DUQUE
Ya lo digo.
COMINO
O llamaré
las guardas y las gateras. 770
DUQUE

 (Aparte. 

Esta es la puerta, y así
lo he de remediar.) ¿Quién va?
¿Quién es? ¿Quién sale de aquí?
Soldados, guarda.
ALEJANDRO
¡Ay de mí!
COMINO
¡Alto! Escapósenos ya. 775


Escena XII

 

Criados, con luces. Dichos.

 
CRIADO
¿Qué es esto, Señor?
DUQUE
Traición;
un hombre de aquí ha salido.
CRIADO
Señor, ha sido ilusión.
DUQUE
¿Quién ha abierto esta prisión?
ALEJANDRO

 (Aparte a COMINO.)  

No lo digas.
COMINO
Ya he entendido.
780
ALEJANDRO
Príncipe mío, Señor,
mi lealtad está a tus pies;
mira, Señor, que el traidor
el que te ha engañado es.
DUQUE

 (Aparte. 

Mas que él siento su dolor; 785
mas declararme, aunque quiera,
no puedo. ¡Ah desdicha fiera!)
Lleva a encerrar a ese hombre.
ALEJANDRO
Mas he sentido ese nombre,
que la muerte que me espera. 790
DUQUE
Llevadle.

 (Aparte. 

Sufra mi amor,
y hasta que enmiende mi error,
perdona, amigo, el fingillo.)
ALEJANDRO
Ocioso será el cuchillo,
viendo en vos ese rigor. 795

 (Vase.)  

CRIADO
Vos también.
COMINO
Mira que das
en mí castigo a un Abel.
DUQUE
Soltad a ese hombre.
COMINO
¡San Blas!
Suéltete a ti Satanás
en manos de san Miguel. 800
 

(Vase COMINO por un lado, y los criados por otro.)

 


Escena XIII

 

El DUQUE.

 
Cielos, ya he averiguado
que es Lidoro traidor, y que él ha sido
quien toda esta traición ha maquinado;
no hay que dar ya al sentido
el dolor de mi engaño, 805
sino tratar de remediar el daño.
Mi esposa está acusada,
y ha de ser defendida,
o quedar infamada,
según la dura ley, si arrepentida 810
la lengua que la infama,
no se desdice y vuelve por su fama.
El delito es ya público en mi estado,
y la satisfacción secreta ha sido;
bien puedo yo imitar a este atrevido, 815
y hacerle desdecir. Mas arriesgado
quedo a que haya quien piense que me mueve
el amor de mi esposa, y no se atreve
a dejalla morir, leal, mi pecho,
y que el poder, y no el honor, lo ha hecho 820
pues la satisfacción en que me fundo
no se la puedo dar a todo el mundo.
Si ha de ser defendida,
queda a riesgo su vida
si no hay quien la defienda; 825
y caso que le haya, en la contienda
puede quedar vencido,
mi esposa sin honor, y yo perdido.
Pues ¿cómo he de enmendar yerro tan grave,
ya que es mi pecho solo quien lo sabe? 830
Mas ¿para que al discurso la acción dejo?
El valor es quien da el mejor consejo.
ya el remedio he pensado:
verá mi honor el mundo restaurado,
la traición con castigo, 835
casta a mi esposa, en mi amistad mi amigo!
Yo contento y feliz, ella en mis brazos,
ven ellos al traidor hecho pedazos.
Pues, valor, al empeño, a ganar gloria;
que al mundo dará ejemplo aquesta historia. 840


Escena XIV

 

Interior de un palenque. En el centro un tablado y un bufete, cubiertos de luto, y encima de éste un reloj de arena.

 
 

COMINO, vestido de borgoñón con alabarda; luego, dos jueces.

 
COMINO
Logar de aquí: fora dixi;
atrás, Señor, ande a un lado.
Fora, que veni el sargento.
Dios mío, ¡qué bravo paso!
Ya que el plazo se ha cumplido 845
de sustentar en el campo
Lidoro su testimonio,
como son menester tantos
para asegurar el puesto.
Guardas de a pie y a caballo, 850
fingiéndome borgoñón,
plaza de guarda me han dado.
Ya la Duquesa y sus damas
han salido de Palacio,
y por otra parte traen 855
al infeliz Alejandro.
Lidoro por otra parte
también viene a sustentallo,
y el tribunal de los jueces
está puesto en un tablado. 860
Mas, señores, el oficio
se me ha metido en los cascos
con tal furia, que ya tengo
toda Borgoña en el bazo.
Y me creen por borgoñón. 865
Porque en otra lengua hablando
(francés, flamenco, irlandés),
En diciendo «estrinqui franco»,
todo suena a borgoñón,
aunque sea en italiano. 870
Tanto me ha entrado la plaza,
que aquí en vacío me ensayo,
porque es gran gusto andar uno
sin peligro dando palos.
Llego a un corro: «Andad de aquí. 875
Tened ahí, seor soldado;
repórtese. No hay reportis:
atrás, logar. ¡Ay mi brazo!
Señor, que es una preñada.
¿Qué importes que estés preñado? 880
Vaya a parir al infierna.»
 

(Salen los jueces, y se sientan detrás del bufete.)

 
¡Bravo oficio es ir cascando!
Mas tate, ya están los jueces
en su tribunal sentados,
y ya van entrando todos. 885
Ya esto va de veras. Alto.
Andar, señoris, atrás:
A ellis dixi. ¿Están sentatus?
No piensen que esti es comedie.
Háganse adentris lis bancus. 890
Mas ya están todos presentes.
 

(Suenan cajas destempladas y sordinas.)

 


Escena XV

 

La DUQUESA, cubierta la cara con un velo; NISEA, IRENE, y damas, todas de luto; ALEJANDRO, atadas las manos y vendados los ojos; soldados. Dichos.

 
AURORA
¡Valed, cielos soberanos,
mi honor, sin culpa ofendido!
NISEA
A hablar no acierto, de llanto.
ALEJANDRO
Bien ve mi inocencia el cielo, 895
dél solo fío mi amparo.
COMINO
El corazón me traspasan
la Duquesa y Alejandro.
 

(Tocan cajas.)

 
Pero ya el falso Lidoro
suena venir de allí abajo. 900
Voy a despejar allá,
pues la ocasión ha llegado;
de los mosqueteros, hoy
me he de vengar en el patio.
For de aquí, tened di allá. 905
Miri qui discargui il palo.
Pléguete San... Algún día
había de vengar mi agravio.
 

(Vuelven a tocar.)

 


Escena XVI

 

LIDORO, tres soldados. Dichos.

 
 

(Salen por el palenque, aquél con una pica al hombro, sombrero con plumas negras y armado; estos con bandas negras delante; uno trae una rodela, otro una maza, otro un hacha de armas.)

 
LIDORO
Senado ilustre de Atenas,
ya está Lidoro en el campo, 910
donde a mi riesgo defiendo
que fue alevoso Alejandro,
y que con él la Duquesa
manchó el lecho puro y casto
de su esposo y nuestro dueño; 915
y como leal vasallo,
armado de todas armas,
que al uso de la ley traigo,
lo sustento, porque luego
los dos muriendo abrasados, 920
quede con honor el Duque,
y con castigo el agravio.
AURORA
Por mí te responda el cielo.
ALEJANDRO
Mi inocencia aquí es mi labio.
COMINO

 (Aparte.) 

Vive Dios, perro traidor, 925
que mientes como un borracho.
JUEZ
Este reloj ha de ser
de las dos vidas el plazo.
COMINO

 (Aparte.) 

Viejo de dos mil demonios,
que eres juez como Pilato, 930
deja el reloj estar quedo,
y no le menees tanto.
Plegue a Cristo que en la arena
se te atraviese un guijarro,
como piedra de potroso. 935
¿Si habrá quien salga? Tentado
estoy a no tener miedo
de pelear por mi amo.
 

(Tocan.)

 
Mas ¿qué clarines son estos?
un caballero bizarro 940
viene aquí.
 

(Tocan cajas y clarines.)

 


Escena XVII

 

El DUQUE, armado de espada y rodela; trae sombrero de plumas blancas, y cubierto el rostro con una banda. Dichos.

 
AURORA
¡Cielos, qué escucho!
ALEJANDRO
Del cielo viene este amparo.
DUQUE
Senado ilustre de Atenas,
yo por la Duquesa salga
a defender que su honor 945
es más puro que el sol claro.
LIDORO

 (Aparte. 

¡Válgame el cielo!) ¿Quién eres?
DUQUE
Aquí lo dirá mi brazo.
COMINO
Vive Cristo, que me huelgo;
salto y brinco; el cielo santo 950
te depare cuchilladas
de toro muerto.
LIDORO

 (Aparte. 

Temblando
estoy aquí.) ¿Qué armas quieres?
DUQUE
Espada y rodela saco.
Traidor, ¿qué es lo que defiendes? 955
LIDORO
Que al Duque, ciegos y osados,
y a su honor puro, ofendieron
la Duquesa y Alejandro.
DUQUE
Pues yo defiendo que mientes.
Toca ya a embestir.
COMINO
¡Santiago!
960
 

(Hacen la señal los clarines; batalla el DUQUE con LIDORO, y este cae en el suelo.)

 
LIDORO
Detén el golpe cruel;
que ya rendido a tu brazo
pues que la vida he perdido,
el alma salvar aguardo.
DUQUE
¿Qué es lo que dices?
LIDORO
Que a todos,
965
al mundo, al cielo, declaro
que este ha sido testimonio
que fingí, temiendo el daño
de un amor, también aleve,
con que a Duque ofendí, ingrato; 970
de quien perdón pido a todos.
COMINO
Anda con trescientos diablos.
JUEZ
¡Viva la Duquesa!
TODOS
¡Viva!
AURORA
¿Quién eres joven bizarro?
ALEJANDRO
¿Quién eres, caudillo heroico? 975
 

(Descúbrese el DUQUE.)

 
DUQUE
El defensor de su agravio.
Alejandro, amigo mío,
desde hoy mi corona parto
contigo: tuya es Nisea
y mi vida y mis estados; 980
que ya tu lealtad he visto.
Esposa, llega a mis brazos.
AURORA
¡Ay dulce esposo del alma!
COMINO
Y con esto y otro tanto,
y un vítor para el ingenio, 985
si os agrada aqueste caso,
tendrá aquí dichoso fin
El defensor de su agravio.





Anterior Indice