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471

Esto no es una licencia literaria.

 

472

Comienzo del primer relato, «Valentín», de En las prisiones de Franco. Este relato está basado en el período de incomunicación en Salamanca. El segundo, «Gavín», parece referirse a la cárcel de Sancti-Spíritus. El tercero, «Givanel», está ambientado en la de Jaca. El cuarto, «Panamá», relata su traslado a la cárcel de Barcelona, pasando por Zaragoza. El quinto, «Díaz», transcurre en la enfermería de una prisión, probablemente Barcelona. El sexto, «Nohales», y el séptimo, «Zaldívar», transcurren en el presidio de Burgos (lo dice expresamente).

 

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Para la estancia de Maurín en la cárcel de Salamanca me baso sobre todo en el libro de SÁNCHEZ, M., Maurín, gran enigma... Los datos aparecen diseminados a lo largo de toda la obra, por lo que no voy a aburrir citando las páginas concretas.

Las circunstancias de la vida cotidiana me las ha contado don Jerónimo Madrid García, peluquero jubilado, nacido en 1920, vecino de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), quien ingresó preso en la cárcel de Salamanca en 1936 por su militancia en las Juventudes Socialistas. Jerónimo Madrid era ya entonces barbero y peluquero, por lo que fue destinado al aseo de los presos. Como tal barbero podía recorrer la prisión con bastante libertad y gozaba de confianza entre los funcionarios. Afeitó y cortó el pelo muchas veces a Maurín. En su honor se puede decir que, estando destinado con otros presos de confianza en las oficinas, utilizaban su situación para mejorar la de otros con una sencilla y arriesgada estratagema. A menudo ingresaban en la cárcel hombres contra los que no había cargos concretos; se solicitaba entonces informe a las autoridades de su pueblo (el cura, el potentado, el alcalde, etc.). Los presos de la oficina abrían las cartas para ver qué decían los informes, y si eran desfavorables los hacían desaparecer. Si a la tercera vez de requeridos los informes seguía sin haber contestación, se entendía que el detenido era persona de fiar, por lo que su situación penal mejoraba. Seguramente esta treta salvó la vida de unas cuantas personas.

 

474

Testimonio de Jerónimo Madrid García en nuestra visita a la cárcel el 5 octubre de 1999.

 

475

Por lo que dice, es posible que la ventana estuviera medio clausurada con algo que impedía ver el patio chico, que está bajo la ventana de la celda 14.

 

476

En el expediente de Maurín en la DGIP no hay ningún documento entre el ingreso (05-dic.-37) y la puesta a disposición del director general de Seguridad (29-nov.-39). Desconozco, por tanto, cuándo se levantó la incomunicación y quién ordenó levantarla.

 

477

MAURÍN, Joaquín, En las prisiones de Franco, relato «Valentín», pp. 19-20.

 

478

ROURERA, L., Joaquín Maurín, p. 655.

 

479

Mala persona, muy reaccionario, según Jerónimo Madrid.

 

480

La correspondencia a Maurín tenía que ser dirigida a la Asesoría Jurídica del Cuartel General «para entregar a Máximo Uriarte Ortega». Jeanne no sabía con certeza -aunque lo sospechaba- que Maurín se encontraba en la cárcel de Salamanca, ya que mosén Iglesias Navarri nunca se lo dijo (ROURERA, L., Joaquín Maurín..., pp. 701-708). Maurín tenía prohibido decir en sus cartas dónde estaba.