Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

Consúltese el sugerente estudio de José Manuel Lucía Megías, Imprenta y libros de caballerías, Madrid: Ollero & Ramos, 2000.

 

12

Lilia Ferrado de Orduna, «Paradigma y variación en la literatura caballeresca peninsular», Amadís de Gaula. Estudios sobre narrativa caballeresca castellana en la primera mitad del siglo XVI, ed. de Lilia Ferrario de Orduna, Kassel: Reichenberger, 1992, págs. 189-212.

 

13

Véase, María Carmen Marín Pina, «El ciclo español de los Palmerines», Voz y Letra. Revista de Literatura II/2 (1996), págs. 3-27 y su tesis doctoral Edición y estudio del ciclo español de los Palmerines, Zaragoza: Universidad de Zaragoza, Secretariado de Publicaciones, 1989, publicada en microfichas.

 

14

Vid. María Carmen Marín Pina, «La mujer y los libros de caballerías. Notas para el estudio de la recepción del género caballeresco entre el público femenino», art. cit.

 

15

Fundamental para este aspecto es el artículo de Francisco Rico, «Un penacho de penas. De algunas invenciones y letras de caballeros», en Texto y contextos. Estudios sobre la poesía española del siglo XV, Barcelona: Crítica, 1990, págs. 189-230. Ver, igualmente, Alberto del Río Nogueras, «Libros de caballerías y poesía de cancionero: invenciones y letras de justadores», en Actas del III Congreso de la AHLM, ed. de M.ª Isabel Toro Pascua, Salamanca, Biblioteca Española del siglo XV, 1994, vol. I, págs. 303-318; y Fernando Rodríguez de la Flor, Emblemas. Lecturas de la imagen simbólica, Madrid: Alianza Forma, 1995.

 

16

Alberto del Río Nogueras, «Del caballero medieval al cortesano renacentista. Un itinerario por los libros de caballerías», Actas do IV Congresso da Associação Hispânica de Literatura Medieval (Lisboa, 1-5 Outubro, 1991), Lisboa: Ediçőes Cosmos, 1993, vol. II, págs. 73-80; y «Sobre magia y otros espectáculos cortesanos en los libros de caballerías», Medioevo y literatura. Actas del V Congreso de la AHLM (Granada, 27 de septiembre-1 de octubre de 1993), ed. de Juan Paredes, Granada, 1995, págs. 137-149.

 

17

Consúltese al respecto, M.ª del Rosario Aguilar, «Geografía real y geografía imaginaria en el Felixmarte de Hircania (1556) de Melchor de Ortega», Actas del IX Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (A Coruña, 18-22 de septiembre de 2001), en prensa.

 

18

A pesar de que se han hecho varios intentos para ubicar los lugares mencionados en el Amadís de Gaula con sitios reales (Grace Williams, «The Amadís Question», Revue Hispanique, 20 (1909), págs. 1-67; Edwin B. Place, «Amadís of Gaul, Wales or what», Hispanic Review, 23 (1955), págs. 99-107; Juan Bautista Avalle-Arce, Amadís de Gaula: el primitivo y el de Montalvo, México: FCE, 1990), la crítica ha insistido en el carácter ficticio de la geografía amadisiana y la importancia de ésta en la configuración de la obra (Juan Manuel Cacho Blecua, Introducción al Amadís de Gaula, Madrid: Cátedra, 1987-1988, págs. 157-171), y en el desarrollo heroico del caballero (Axayácatl Campos, Geography and the Hero's Development in Three Medieval Castilian Romances, Tesis doctoral, Queen Mary and Westfield College, University of London, 2000). Más recientemente, ha surgido el interés por estudiar el problema del realismo geográfico. En ese sentido, Aquilino Suárez Passallá, «La ínsula Firme del Amadís de Gaula», en Studia Hispanica Medievalia II. III Jornadas de Literatura Española Medieval, Buenos Aires, Argentina, 1990, ed. de Rosa E. Penna y María Rosarossa, Buenos Aires: Ergón, 1992, intenta demostrar que la geografía del Amadís tiene un sustrato real y localiza en su mayoría los topónimos que aparecen en el texto de Rodríguez de Montalvo. Véase también al respecto Javier R. González, «Realismo y simbolismo en la geografía del Amadís de Gaula», Letras, 27-28 (1993), págs. 15-30, que he podido consultar gracias a la amabilidad de su autor.

 

19

La copia manuscrita se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid (signatura Ms. 22.668).