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El nudo gordiano

Drama en tres actos y en verso

[IV]

                              PERSONAJES          ACTORES         
 
JULIA (31 años de edad) DOÑA CONCEPCIÓN MARÍN.
MARÍA (15) DOÑA ANTONIA CONTRERAS.
CARLOS (36) D. ANTONIO VICO.
FERNANDO (28) D. ENRIQUE SÁNCHEZ DE LEÓN.
SEVERO (50) D JOSÉ ALISEDO.
ENRIQUE D. JOSÉ LUNA.
UN INSPECTOR DE POLICÍA D. PEDRO MORENO.
UN CRIADO, que no habla.


La acción se supone en Madrid y en la época presente.

Por derecha e izquierda se entiende la del actor.

[1]

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Acto I



Gabinete elegantemente amueblado. Puertas laterales y una al foro. A la izquierda una mesa-escritorio al lado de una chimenea. A la derecha, en primer término, un balcón. Un velador junto a un sofá. El acto empieza al caer la tarde y termina al cerrar la noche, en el mes de Octubre. MARÍA viste traje corto.





Escena I



FERNANDO. SEVERO. ENRIQUE, que toman café y fuman sentados en torno del velador.



                                                                                                                                                         
SEVERO (A FERNANDO.)   Nada, renuncio al honor
de ver contigo ese drama.
ENRIQUE ¿Es malo?
FERNANDO                   Tiene gran fama.
ENRIQUE ¿Lo aplauden?
FERNANDO                         Mucho.
SEVERO                                      Peor.
Porque ese aplauso imprudente 5
dado a ejemplo escandaloso,
quita el temor al vicioso
y la venda al inocente.
FERNANDO (Con ironía.)   Y es mejor que con la venda
camine junto al abismo, 10
y allí se rompa el bautismo
sin que su vista se ofenda.
SEVERO ¡Oh! de esa vista reniego,
que ennegrece lo que ve;
pues, para vivir sin fe, 15
valiera más vivir ciego.
FERNANDO Puesto que no hallan salud
nuestras lacerias sociales
ni en los puros ideales
ni en ejemplos de virtud, 20
es meritorio servicio [2]
movernos a la honradez
por la torpe desnudez
que hace aborrecible el vicio.
SEVERO Quien mirando al cielo eterno 25
a la honradez no se ajusta,
nunca aprende.
ENRIQUE                         Se le asusta
enseñándole el infierno.
FERNANDO Plan heroico o plan suave,
si curan, ambos son buenos: 30
unos propinan venenos,
y otros recetan jarabe.
SEVERO Ni agrada, tras el telón
ver, como en clínica losa,
la cavidad asquerosa 35
del humano corazón.
FERNANDO Si es malo el original,
¿qué culpa tiene el pincel?
¿Es fiel el retrato?
SEVERO                              Es fiel.
FERNANDO Luego conoces el mal. 40
SEVERO Pero lo escondo.
FERNANDO                            Eso haría
a tu buen sentido agravios,
si no hablara por tus labios
la social hipocresía.
SEVERO Los fondos del alma humana 45
no son para conocidos.
FERNANDO Y ¿sí para consentidos?
En tu púdica aduana
toda pesquisa evitando
tanto esos fondos respetas, 50
que, por no abrir las maletas,
dejas paso al contrabando.
SEVERO Pues no hay moral sino a medias
en este social desmoche,
hayala al menos...
FERNANDO                              De noche, 55
figurada en las comedias.
Contemplo en ti al mundo huero
que se santigua asustado
ante el demonio pintado,
y se postra al verdadero, 60 [3]
mundo hipócrita a quien pesa
escuchar en verso cosa
que hace en plata y dice en prosa
en su salón y en su mesa.
A ese mundo positivo 65
que el vicio tiene presente,
y ascos hace al que lo miente,
mientras guiña un ojo al vivo.
¡A la decencia postiza
que en el teatro con rubor 70
malgasta todo el pudor
que en su casa economiza!
SEVERO Tú siempre tan maldiciente.
FERNANDO Tú siempre tan mojigato,
que te colgaba el retrato 75
si no fueras mi pariente.
ENRIQUE Basta de disputa necia.
SEVERO Ve a ese drama que te encanta:
yo a mi ópera.
ENRIQUE                        Y ¿cuál se canta?
FERNANDO ¡Será Poliuto!
SEVERO                       Lucrecia. 80
FERNANDO ¡Lucrecia fue angelical!
ENRIQUE Amó a su padre, a su hermano...
FERNANDO (Con burla.)   Cantada, y en italiano,
gana mucho la moral.
SEVERO ¿A que Enrique que es más grave, 85
piensa como yo?
ENRIQUE                            No en todo.
FERNANDO ¿Ves?   (A SEVERO con burla.)
ENRIQUE           Tampoco me acomodo
a tu ver.
SEVERO (A FERNANDO en el tono que este ha empleado.)
               ¿Ves?
FERNANDO                            ¡Ya se sabe!
¿Olvidas que es otro adepto
de tu socorrida escuela? 90
«Buena hechura a mala tela.
La frase cubre el concepto.»
Hay bajo esa capa fría
un volcán.
ENRIQUE (A SEVERO como negando lo que dice FERNANDO.)
                  Severo, no... [4]
acaso es la salvación. 95
Y en tan grave contratiempo
la pereza es un delito.
Hoy mismo.
ENRIQUE (Como contrariado.)   Mas necesito
prepararme... 100
CARLOS (Mirando al reloj.)   Sobra tiempo.
Las seis y cuarto. Prevén
a la ligera el viaje;
en dos horas tu equipaje,
y en diez minutos al tren. 105
ENRIQUE De los comensales quiero
despedirme...
CARLOS                       Yo por ti
lo haré. Sales por aquí
más pronto.   (Señalando a la derecha.)
ENRIQUE                      No tan ligero.
Permíteme, antes que parta, 110
dar de mi salida aviso.
CARLOS Yo la daré.
ENRIQUE                   Me es preciso
dejar escrita una carta
aplazando cierto asunto.
CARLOS Aquí mismo, en mi bufete 115
 

(Conduciéndole hasta la mesa y entregándole papel y pluma.)

 
Papel: tiene mi membrete.
ENRIQUE No importa.
CARLOS                      Escríbela al punto.
 

(ENRIQUE se sienta y escribe.)

 
ENRIQUE (Aparte.)   No, no me iré sin su adiós.
Una cita. A casa ahora:
me preparo en media hora, 120
y el resto para los dos.
CARLOS ¿Se acabó?
ENRIQUE                    Voy a cerrarla.
(Aparte.)   ¡Tanto quiero a esa mujer
que dejaría perder
mi fortuna por mirarla! 125
 

(Levantándose, y alto a CARLOS.)

 
Al telégrafo este parte.
 

(CARLOS, señalando a la carta.)

 
CARLOS ¿Y ésta?
ENRIQUE               De paso la envío. [7]
 

(CARLOS hace sonar un timbre, y entra por el foro un CRIADO a quien da el papel que ha escrito ENRIQUE. El CRIADO se va.)

 
(Aparte.)   ¿De qué criado me fío?
CARLOS (Apresurándole.) ¡Que en Madrid vas a quedarte!
 

(Empujándole suavemente hacia la puerta derecha.)

 
Si en la quiebra hay buena fe, 130
si más que abuso es desgracia,
por mi parte haces la gracia
que se pueda.
ENRIQUE                       Ya lo sé.
 

(ENRIQUE se va por la derecha.)

 
 

Escena IV

 

CARLOS. SEVERO, que habrá entrado por el foro y oído los cuatro versos anteriores.

 
SEVERO ¡Siempre igual!
CARLOS                           Naturalmente:
lo que entra con el capillo... 135
SEVERO En lo que toca al bolsillo
es caro ser consecuente.
¿Hay algo más triste, di,
que perder, por bien o mal,
nuestro propio capital 140
en manos ajenas?
CARLOS                              Sí.
Para el honrado algo existe
que más le apura y apena.
SEVERO ¿Qué?
CARLOS            Perder la hacienda ajena
en mano propia es más triste. 145
Luego... no hay razón alguna
para ser con un amigo
áspero porque conmigo
lo haya sido la fortuna.
SEVERO ¿Y si hay fraude?
CARLOS                               Seré duro. 150
SEVERO Pues paciencia y... barajar,
CARLOS No; paciencia... y trabajar,
que es el banco más seguro. [8]
 
 

Escena V

 

Dichos. JULIA, por el foro.

 
JULIA (A CARLOS.)   ¿Así a tus huéspedes dejas?
CARLOS ¿Pues no sabes por mi tío? 155
JULIA Porque lo sé, esposo mío,
vengo a quejarme.
CARLOS                               ¿Tú, quejas?
JULIA Porque lo he sabido tarde
y no de tu misma boca:
y, o me tienes por muy loca... 160
CARLOS ¡Julia!   (Con cariño.)
JULIA             O eres muy cobarde.
CARLOS Me sobra, aunque el golpe es fiero,
valor para recibirlo:
me falta para decirlo
a los seres que más quiero. 165
SEVERO ¡Pues ya es difícil empresa
el decir a las mujeres,
«desde hoy tasa a los placeres,
y hasta método en la mesa:
que en este punto termina 170
toda esa frivolidad
que es una necesidad
de la vida femenina!»
JULIA ¡Tristes los augurios son!
CARLOS La suerte tendrá clemencia. 175
SEVERO Pero guardando abstinencia.
CARLOS O teniendo discreción.
Rinda a espíritus entecos
la fortuna, expuesta al dolo:
es ave de paso y solo 180
(Señalando a la cabeza.)
anida en tejados huecos.
SEVERO (A CARLOS por JULIA.)
¡Mira que cara tan triste!
CARLOS ¡Julia, valor! Más que nada
me entristece tu mirada
cuando de luto se viste. 185
JULIA Mi dote...
CARLOS                  Es tuya, no mía:
no la mermaré jamás. [9]
JULIA Gástala...
CARLOS                 ¡Ves como das
razón a mi cobardía!
JULIA ¿Lo que a nuestra hija inocente 190
dejó mi hermana?...
CARLOS                              Salvado.
Tiene todo lo heredado:
ella es aquí la pudiente.
JULIA ¡Qué aniversario!   (Con tristeza.)
CARLOS                              ¡Ojalá
no empeore el venidero! 195
Al fin cuestión de dinero;
rueda mucho y volverá.
SEVERO Hoy cumple diez y seis años
vuestra unión.
JULIA                        ¡Años de gloria!
CARLOS Pues bien, busca en su memoria 200
consuelo para estos daños.
Cuando el lazo que encariña
unió tu nombre y mi nombre,
yo era algo menos que un hombre.
JULIA Yo, poco más que una niña. 205
CARLOS Quince años: porque al nacer
bajo aquel sol sevillano
amanece más temprano
el amor de la mujer.
Con tu dote y con mi herencia 210
trabajando alcé la casa,
ni de lo preciso escasa,
ni jamás en la opulencia.
Y recuerda, Julia mía,
cómo coincidió oportuna 215
con nuestra menor fortuna
nuestra mayor alegría.
SEVERO Consecuencia; «ten pobreza
porque la dicha asegures.»
CARLOS Consecuencia; «no te apures, 220
que el bien no está en la riqueza.
Toda pena o todo bien
repartidos por mitad,
era nuestra soledad
la soledad del Edén. 225
SEVERO (Con burla.)   ¿Recordáis ya a los galanes [10]
del bíblico paraíso?
¡Es el recurso preciso
de los tronados adanes!
Vaya, en este Edén naciente 230
sólo hay papel para dos;
Eva y Adán. Con que ¡adiós!
 

(Se dispone a salir.)

 
CARLOS (Con ironía.)   Otro queda.
SEVERO                                            El de serpiente.
CARLOS Y pretendes imitarla
con tus burlas subversivas. 235
¿No ves que la llama avivas?
SEVERO Y eso pretendo: avivarla.
¿No has comprendido que quiero
enmendar tu desatino?
Porque, Julia, mi sobrino 240
está mal con su dinero.
Y de lo suyo hace gracia
del quebrado en interés.
CARLOS Hago otra cosa.
SEVERO                          Di que es...
CARLOS Es, no agravar su desgracia. 245
A tu derecho me ajusto.
JULIA La ley...
CARLOS               De otra ley no salgo
que llevo aquí.   (Señalando al corazón.)
SEVERO                         ¿Pues hay algo
sobre lo legal?
CARLOS                         Lo justo.
SEVERO ¡Lo justo! No hay curación: 250
es la enfermedad del día.
CARLOS ¡Ojalá! porque sería
mal de mucho corazón.
SEVERO Y que ataca, nada más,
a hombres de poca cabeza. 255
CARLOS Por eso, si es de simpleza,
nunca lo padecerás.
SEVERO ¡Lúcete, que harto te cuesta
ese lujo humanitario!
No hay nada más temerario 260
que esta vanidad... modesta.
 

(Se va por el foro.)

 [11]
 

Escena VI

 

CARLOS. JULIA.

 
JULIA No regañéis.
CARLOS                     No regaño.
JULIA Nuestro bienestar le inspira.
¡Es tan bueno!
CARLOS                         Pero mira,
hay bondades que hacen daño 265
Te contagias y le apoyas...
Antes -con pena lo veo-
amabas más mi deseo
y amabas menos tus joyas.
JULIA Que es acusarme presumo... 270
CARLOS (Con bondad.)   No: al fin mujer...
JULIA (Como ofendida.)                           Y ligera,
CARLOS La mujer, como la hoguera,
(Señalando respectivamente al corazón y a la cabeza.)
fuego abajo, arriba humo.
JULIA (Con reconvención dulce.)
¡Prefiere al de Amberes: nada!
CARLOS Piensa que tiene una esposa... 275
como tú... ¡no tan hermosa!
JULIA De seguro más amada.
CARLOS Y en la opulencia crecida
una niña que es su estrella:
cual la nuestra...
JULIA                           ¡No tan bella! 280
CARLOS De seguro tan querida.
¿Quieres al hambre entregarlos,
presas de la vanidad,
si nos queda en realidad
lo preciso y más?
JULIA                              No, Carlos: 285
no mire yo en mi salón
flores por el hambre puestas.
CARLOS ¡Siempre amargan algo fiestas
que ha pagado la aflicción!
JULIA Bien hecho.
CARLOS                    Honremos así 290
-¿cómo mejor?- esta fecha.
Vamos, ¿estás satisfecha? [12]
JULIA Y tú, ¿lo estarás de mí?
CARLOS (Con pasión.)   Quise hablar de mis enojos,
y de amor te hablo en resumen: 295
¡qué penas no se consumen
en el fuego de tus ojos!
Séllese en tu rostro bello
nuestra alianza generosa.
 

(CARLOS va a dar un beso a JULIA. MARÍA, que habrá entrado sigilosamente y colocándose detrás, pone su cara entre ambos a tiempo que van a darse el beso.)

 
 

Escena VII

 

Dichos. MARÍA.

 
MARÍA Selladla en mí. 300
 

(Interponiendo la cara y recibiendo en sus mejillas los besos que CARLOS y JULIA iban a darse.)

 
CARLOS (Con enojo cariñoso.)   ¡Avariciosa!
MARÍA ¡Qué! ¿No os ha gustado el sello?
CARLOS Lo eres desde que naciste.
JULIA ¿Qué traes?
 

(Se levanta como disgustada.)

 
MARÍA                      ¡Ya te has enfadado
porque el beso aquí ha quedado! 305
 

(Presentándole la mejilla donde la besó su padre.)

 
Quítamelo, y no estés triste.
JULIA No es por eso.
CARLOS (Refiriéndose al beso que dio a MARÍA.)
                       Bien está.
MARÍA ¡Dos, y en paz!
 

(Besando dos veces a JULIA, que toma aspecto alegre y afectuoso.)

 
                          ¡Así me gusta!
Aquella mirada adusta
te da cara de mamá. 310
JULIA La mía; lo que soy.
MARÍA                                Quiero
que me parezcas hermana.
JULIA Ya soy vieja.
MARÍA                       ¡Sí, una anciana!
Treinta abriles.
JULIA                         Y un enero.
MARÍA ¡Hermosa edad de placeres [13] 315
para una mujer! ¿Verdad?
JULIA ¡Oh! sí: hermosísima edad...
pero... para dos mujeres.
Tanto los años... ajenos
nos gustan, que en estas cuentas 320
nos quedamos más contentas
cuando tocamos a menos.
MARÍA Pues los tuyos a Dios pido.
JULIA Yo, los tuyos sin pasado.
MARÍA ¡Cuánto placer ya gozado! 325
JULIA ¡Cuánto dolor no sufrido!
MARÍA Ya me iba por esos mundos,
olvidando a qué venía.
Los minutos de alegría
sólo tienen diez segundos. 330
CARLOS ¿Qué?
MARÍA            Que me han hecho venir
la señora de Guzmán
y su hija.
JULIA                ¿Se van?
MARÍA                               Se van,
y se quieren despedir.
JULIA Sí, es tarde. Sin dilación 335
voy allá.
CARLOS                Discúlpame.
 

(JULIA se va por el foro. CARLOS y MARÍA la siguen con la vista cariñosamente.)

 
 

Escena VIII

 

CARLOS. MARÍA.

 
MARÍA ¿A que sé qué miras?
CARLOS                                   ¿Qué?
MARÍA ¡Vaya! ¿A qué tengo razón?
CARLOS ¿En qué?
MARÍA                     En envidiar sincera
sus años y su hermosura. 340
CARLOS Y ¿por qué? ¡Gentil locura!
MARÍA Porque contigo me hubiera
casado, y eres...
CARLOS (Con amor.)      ¡MARÍA!
MARÍA (Acabando su frase.) [14]
el hombre que yo más quiero.
CARLOS Porque ninguno, lucero, 345
te habló de amor todavía.
¡Pobres padres!
MARÍA                          ¿Eso dices?
CARLOS Tras criaros con amores
se nos llevan nuestras flores.
MARÍA (Con ternura.)   ¡Siempre os dejan las raíces! 350
CARLOS Luego...
MARÍA (Interrumpiéndole con curiosidad infantil.)
                 ¿Qué pasa? ¡Adelante!
¡Con cuánto placer te escucho!
CARLOS (Con dulzura.)   Basta: quieres saber mucho,
y ya sabes lo bastante.
MARÍA Pronto el traje de mujer 355
mis quince años cubrirá:
de esos se casó mamá;
¡mira tú si fue saber!
¿Me quieres mucho?
CARLOS                                   ¿Lo olvidas?
Como a mamá. ¿Y tú? 360
MARÍA (Tomando aire misterioso.)   Pues yo
más que a mamá: pero no
se lo cuentes... ni a escondidas.
CARLOS Y ¿por qué me quieres más?
MARÍA Porque ella me quiere menos. 365
CARLOS No.
MARÍA        Aunque los dos sois muy buenos,
tú no me riñes jamás:
y ella... conmigo se enfada,
me aparta de sí... y me olvida,
unas veces distraída, 370
y otras veces contrariada.
CARLOS ¡Aprensión!
MARÍA                     ¡Qué diferencia!
Tú, cuando más triste estás,
entonces me buscas más.
CARLOS ¡Egoísmo! Tu presencia 375
alivia mis penas locas
cuando amante las escuchas:
¡para mí sólo son muchas,
y para los dos son pocas! [15]
 
 

Escena IX

 

Dichos. FERNANDO. SEVERO, que entran por el foro y hablando desde dentro. FERNANDO trae una carta abierta en la mano.

 
FERNANDO ¡Que es casada!
SEVERO                           ¡No es casada! 380
 

(Viendo a MARÍA e imponiendo silencio a FERNANDO como para que ella no oiga.)

 
¡Chist!
 

(A MARÍA, como reconviniéndola dulcemente.)

 
             ¿Está bien que abandones
a tus amigas?
MARÍA (Con picardía.)      ¡Ya! ¡sobro!
SEVERO En mi tiempo -y no es que sobres-
las niñas eran más niñas.
MARÍA También los hombres más hombres. 385
 

(Se va por el foro.)

 
FERNANDO ¡Nos achicó!
SEVERO                      ¡Y qué bien dice!
¡Si parece que conoce
lo que pasa!
CARLOS                     Pues ¿qué pasa?
SEVERO Mucho; un escándalo enorme.
FERNANDO Nada; una mala intriguilla. 390
CARLOS ¿Sabremos lo que es?
SEVERO                                    Suponte
que hace un rato en un pasillo
los mocitos que aquí comen
han hallado cierta carta
de amor sin firma ni sobre. 395
FERNANDO Y supón que es una cita
en regla.
CARLOS                ¡Niñadas!
FERNANDO                                 Oye.
 

(Leyendo el papel que trae.)

 
«La urgencia me hace escribirte
contra mi costumbre.» -Nótese
la precaución.- «A un descuido, 400
fácil en las confusiones,
sal al jardín.»
CARLOS                       ¡Jugueteos!
FERNANDO ¿Juego a solas y de noche? [16]
Pierde el ausente.
CARLOS ¿En la sombra? 405
FERNANDO (Sigue leyendo.)   «Cuando anochezca.» Lo pone,
claro: no, se pone oscuro.
CARLOS Hay ya malicia...
FERNANDO                             ¡Hay horrores!
(Lee.)   «Que él no advierta tu salida.»
Un él y un . ¡Qué pronombres! 410
Fueron siempre posesivos
en gramática de amores.
CARLOS Ya es indudable.
FERNANDO                             Resumen:
que una mujer corresponde
a este amor: y que es casada, 415
y se encuentra en tus salones,
y ese jardín es el tuyo
y esa noche es esta noche.
CARLOS ¡Imposible! Mis amigas...
SEVERO ¿Quién las que trata conoce? 420
FERNANDO ¿Llevan rótulo diciendo
«frágil» como los trasportes?
CARLOS En una casa...
FERNANDO                        Estas cosas
no han de ocurrir en los montes.
CARLOS ¡Casualidad!...
FERNANDO                         La enemiga 425
de los enredos; la cómplice
de los maridos: la teja
que, tarde o temprano, rompe
los misterios más guardados
de amantes conjuraciones. 430
CARLOS Malicia de escandalosos.
SEVERO No, Carlos: Dios me perdone,
si pienso mal; pero pienso
que es verdad: ve los renglones:
fresca la tinta.
 

(SEVERO toma de manos de FERNANDO el papel y se lo enseña a CARLOS, que se queda con él, y lo mira.)

 
CARLOS (Aparte.)              Está escrita 435
en casa. ¿Quién?... ¿Cuándo?... ¿Dónde?
¡Ah! Enrique.
                      ¿Te has convencido?
CARLOS (Aparte.)   Es de él. ¿Quién será la pobre?... [17]
¡Así su honor por los suelos!
Menos mal si se recoge. 440
FERNANDO Trae.
 

(Pidiéndole el papel. CARLOS se lo niega y lo guarda.)

 
CARLOS           No prosiga esta burla.
FERNANDO ¡Si falta lo mejor!
SEVERO                             Conste
que no apruebo lo que intentan.
FERNANDO Sorprender a los pichones
en el nido. Pura broma. 445
CARLOS Pues tienen los burladores
muy mal gusto.
FERNANDO                          Si se trata
sólo de verlos. La noche
va entrando; al jardín y pronto
a tus amigas conoces. 450
CARLOS ¿Y si estáis equivocados?
FERNANDO Así salimos de errores.
CARLOS (A SEVERO.)   ¿Y has tolerado?...
SEVERO                                                            No sabes
cuánto a esos chicos indóciles
dije: más contra los hechos 455
consumados no hay razones.
FERNANDO Sí ya están allí escondidos
entre el ramaje y las flores
tres amigos. Por supuesto,
discretos y formalotes. 460
SEVERO ¡Ves que juventud tan mala!
¡qué costumbres! ¡que intenciones!
CARLOS Pues pronto, Fernando, vete
y que el jardín abandonen
antes que salga y yo mismo 465
de mi casa los arroje.
No he de consentir en ella
vuestro injurioso desorden.
y en cuanto a los dos amantes,
si es verdad lo que supones, 470
yo, a solas, mas no en lo oscuro,
con rigor, pero sin voces,
les enseñaré el respeto
que el hogar ajeno impone.
SEVERO ¡Un escándalo!
CARLOS                          Es más grande [18] 475
el vuestro.
SEVERO                  ¿Qué te propones?
Si el mal no tiene remedio
CARLOS Que a lo menos no nos toque.
SEVERO ¿Cómo?
CARLOS               Negando mi trato
a los culpables.
FERNANDO                         Entonces 480
si das en eso, en tres días
te quedas sin relaciones.
CARLOS ¡Anda, pronto!
 

(Empujando a FERNANDO.)

 
FERNANDO                             ¿Y si ha salido
por las puertas interiores?
 

(Se va por la puerta de la derecha. SEVERO se dispone a salir detrás y CARLOS le detiene.)

 
CARLOS ¡Un hombre de orden!
SEVERO                                     Por eso 485
debo atenuar el golpe;
ya que no puedo impedirlo
dese a lo menos con orden.
CARLOS Quédate.
SEVERO                Yo protestaba...
CARLOS Pero ibas. ¡Sois más feroces 490
vosotros, víboras mudas,
que ellos, perros ladradores!
Ahora ayuda en algo bueno
sin querer.
SEVERO                  Con gusto.
CARLOS                                    Corre,
y cierra bien la otra puerta 495
que da al jardín.
SEVERO                           A galope.
 

(Se va por el foro.)

 
 

Escena X

 

CARLOS. Después SEVERO.

 
El que pase, ha de pasar
por estas habitaciones:
aquí la honradez vigile
por quien la propia corrompe. 500
 

(Pausa breve.)

[19] 
Santo honor de una familia,
legitimidad de un nombre,
amor y paz de un esposo
que quizá ciego la adore,
¡todo muerto, si lo saben! 505
¡ni lo ignoran, todo flores!
Si él lo viera, la ahogaría...
¡Ah! ¡más vale que lo ignore!
¡Qué tristes son las verdades!
y las dichas ¡qué ficciones! 510
 

(Entra SEVERO por el foro.)

 
SEVERO Cerré: la llave.
 

(Entregándole una.)

 
                        Y ahora
¿Qué haces?
CARLOS                     Librar a esa pobre,
sino ya de su delito,
de la befa a que se expone,
y ya que perdió su dicha 515
salvar al menos su nombre.
SEVERO Bien.
          Devolverle su carta,
suplicándole que honre
menos esta casa, y más
la suya. -Tú, quizá estorbes... 520
o es piadoso dar inútil
testigo a estas situaciones.
Pues le ha de costar vergüenza
sólo ante mí se sonroje.
SEVERO ¡Vergüenza! no tendrá mucha... 525
CARLOS Por eso es bien que la ahorre.
 

(SEVERO se va por la puerta de la derecha. CARLOS se acerca a la puerta izquierda como observando.)

 
Viene: oigo crujir el traje;
ruido blando como el roce
del reptil. ¡Qué no daría
por evitar sus rubores! 530
 

(Se retira a la puerta de la derecha, tras la cual queda oculto. La escena se habrá oscurecido gradualmente desde antes y estará ya a media luz.)

[20] 
 

Escena XI

 

CARLOS. JULIA, que entra por la puerta izquierda cautelosamente con paso lento y mirando hacia atrás y alrededor, como si temiera ser vista. De esta manera atraviesa la escena, dirigiéndose a la derecha como para salir. Al llegar junto a la puerta, CARLOS se interpone.

 
CARLOS Julia...
JULIA (Retrocediendo y con voz alterada.)
               ¡Quién!...
CARLOS (Con naturalidad.)   ¿Por qué te asustas?
¿Qué buscabas aquí? ¿A dónde
ibas?
JULIA (Siempre entrecortada.)   ¡Buscar... nada... nada! 535
Asustarme... sí... vi un hombre...
y... como el sitio está oscuro...
CARLOS (Aparte.)   Verdad. ¡Dejadme, temores!
Como esperaba a una pérfida,
la vi y ¿qué mucho que tome 540
por ladrón al caminante
quien va esperando ladrones?
JULIA Hablaste de pronto...
CARLOS                                   Pero
también de pronto se oye.
¿Qué voz llevas en tu oído, 545
que ya mi voz desconoces?
JULIA ¡Carlos!...
CARLOS                  Me buscas: ¿no es eso?
Y ¿para qué?   (Pausa.)   ¿No respondes?
JULIA Sí...
 

(CARLOS, tomando la mano de JULIA.)

 
CARLOS          ¡Que ardor! ¡Tu mano quema!
¡Qué agitadas pulsaciones 550
en tus venas! Y las mías,
¿Por qué laten más veloces?   (Pausa breve.)
¿Tienes algo?... ¡Ah! los disgustos
de esta tarde. ¡Cómo corre
la sospecha!
JULIA                      ¡La sospecha!... 555
CARLOS ¡Ah, loco! Ya sé: conoces
lo de la carta y venías
con las mismas intenciones [21]
que yo. ¿No es eso?
JULIA (Asustada.)                    ¿Qué carta?
 

(JULIA lleva disimuladamente sus manos a sus bolsillos y pecho como buscando algo. CARLOS se pasea inquieto por la escena.)

 
CARLOS ¿No lo sabes? Pues entonces, 560
¿por qué has venido?
 

(Crece la inquietud de CARLOS.)

 
JULIA                                   ¿Qué tienes?
CARLOS (Con dureza.)   No me preguntes: ¡respóndeme!
JULIA (Balbuciente.)   No... sé... nada.
CARLOS                                                   ¡Qué recelos!
JULIA ¿De quién? ¿De mí? ¿Qué razones
de queja, si éstas son quejas? 565
¿Qué causa, si son temores?
CARLOS ¡El corazón eso mismo
me está preguntando a voces!
¿Ha de ser tan buena en todo
y en esto no? Las pasiones 570
¿pueden tanto? ¿Extraviarían
toda una vida de amores?
JULIA Carlos, mira lo que dices...
CARLOS ¡Pues contesta a lo que oyes,
o pensaré que la culpa 575
mordaza a tu lengua pone!
 

(Pausa y transición.)

 
¿Privación o sacrificio
con tu gusto no conformes,
te exigió nunca mi labio
de los tuyos eco dócil? 580
¿Qué no has hallado en mi casa?
Paz, bondad, amor...
 

(JULIA profundamente conmovida y agitada hasta ahora, rompe a llorar en este momento.)

 
                                    ¡No llores,
o creeré que por tus ojos
el remordimiento corre!
 

(JULIA procura contenerse y ocultar el llanto aparentando una serenidad que no tiene.)

 
JULIA Si no lloro... no...
CARLOS (Con viveza.)       Si niegas 585
lo que veo ¿cómo entonces
te creeré cuando me niegues [22]
lo que no he visto? ¡Qué torpe
anda el crimen! ¡Si ya nace
con grillete en los talones! 590
JULIA ¡Juro por Dios!
CARLOS (Con ardor creciente.)   ¡No! que ¡a Dios
se amparan los pecadores!
¡Qué oscuro el aire y el alma!
¡Crepúsculo de esta noche, 595
vas a dejar para siempre
en mis ojos tus crespones!
(Mostrando la carta.)   ¡Mira, infeliz, esta carta!
JULIA (Aterrada al conocer la carta.)
¡Ah!
CARLOS           ¡Tuya!
JULIA ¡Perdón!
 

(Cayendo de rodillas.)

 
CARLOS                        ¡El hombre! 600
hace cuando más justicia:
¡Dios, que sabe, te perdone!
 

(Sujeta con violencia y amenazadoramente a JULIA.)

 
JULIA (Aferrada y gritando.)   ¡¡María!!
CARLOS                                                     ¡Contra el castigo
conjuro haces de ese nombre!
¿por qué también no lo hiciste 605
contra impuras tentaciones?
 

(Persigue furioso a JULIA, que habrá logrado desasirse e intenta huir por el foro, donde casi la alcanza al tiempo de salir MARÍA.)

 
 

Escena XII

 

Dichos. MARÍA, que sale rápidamente por el foro.

(JULIA, abrazándose a MARÍA al verla.)

 
¡Defiéndeme!
 

(Al mismo tiempo que JULIA pronuncia esta palabra y se abraza a MARÍA ésta queda puesta entre CARLOS y JULIA, y recibe el golpe que aquél dirigía a JULIA.)

 
MARÍA (Con cariñosa reconvención a su padre.)
                        ¿Qué te he hecho?
CARLOS ¿Por qué vienes?   (Conteniéndose.)
 

(MARÍA, estrechando más a su madre y con miedo.)

 
MARÍA                            ¡Ah! ¡mamá!
CARLOS (Bajo a JULIA.)   ¿Ves? ¡el primer golpe va [23]
sobre los hijos derecho! 610
 

(A MARÍA con acento de profundo dolor.)

 
¡Hija del alma, perdón!
 

(MARÍA con cariño y acercándose a él.)

 
MARÍA ¡Tú, perdón!
CARLOS (Con ternura.)          ¿Te he lastimado?
MARÍA Aunque en la cara me has dado,
me duele en el corazón:
¡pues nunca mi rostro ileso 615
entre esos dos llegó a estar
sin recibir a la par
en cada mejilla un beso!
JULIA (A MARÍA.)   ¡Sostenme!
 

(Se apoya en ella y no pudiendo sostenerse se deja caer en una silla.)

 
MARÍA                                            ¿Qué ha sucedido?
(A CARLOS que llora.)   ¿Por qué lloras?

(Acudiendo a su madre y tocándola.)

 
                                             ¡Estás yerta! 620
CARLOS ¡Por toda esta dicha muerta!
¡por todo este amor vendido!
 

(Pausa y transición. Cogiendo a MARÍA.)

 
¡Ven...! Por un rayo que Dios,
¡no! el infierno ha fulminado,
este hogar, ayer sagrado, 625
hoy queda partido en dos.
Tú conmigo vivirás.
MARÍA ¿Y mamá?
CARLOS                  ¡No!
JULIA (Con dolorosa súplica.)   ¡Carlos!
CARLOS (Con sequedad desdeñosa.)           ¿Qué?
 

(Volviéndose a MARÍA.)

 
¿Vendrás contenta?
MARÍA                                 ¡Sí, iré 630
pero contenta... jamás!
 

(Movimiento de extrañeza en CARLOS.)

 
Nadie lo puede exigir.   (Solloza.)
CARLOS ¡Lloras y vas con tu padre!
MARÍA No; porque dejo a mi madre,
que en dos no me he de partir. 635
¡Si os habéis de separar
sin razón o con razón,
parta en dos mi corazón
quien ha partido mi hogar!
 

(A JULIA y CARLOS respectivamente, intentando aplacarlos y reunirlos.)

 
¡Padre! ¡Madre! [24]
CARLOS                            ¡Eres tenaz! 640
JULIA (Aparte a CARLOS con honda pena.)
¡Por Dios! ¡mi hija, y soy tu esclava!
 

(CARLOS la aparta y le impone silencio con ademán duro. JULIA repone suplicante.)

 
¡Le he dado la vida!
CARLOS (Con sequedad.)       Acaba
de darte la tuya: ¡en paz!
 
 

Escena XIII

 

Dichos. SEVERO. FERNANDO, que entran por la puerta de la derecha. El CRIADO que trae luces y se va por el foro.

 
FERNANDO Allí están los cazadores,
pero los pájaros no. 645
CARLOS (A MARÍA.)   ¡Vete!
 

(MARÍA obedeciendo a la palabra imperiosa de su padre y después de vacilar un instante se va llorando por el foro.)

 
SEVERO                                     Llorando salió...
CARLOS (Con fingida sonrisa.)   ¡Burlados los burladores!
FERNANDO Y allá impacientes y alerta
los chasqueados espías.
JULIA (Aparte.)   ¡Qué asechanza!
CARLOS (Aparte a JULIA.)               ¡Merecías 650
haber pasado esa puerta!
(Alto a SEVERO y FERNANDO.)
¿Qué merece, en vuestro juicio,
hombres de la sociedad,
quien, pidiendo a la lealtad
pasaporte para el vicio, 655
os roba, no capitales
que tienen restitución,
honra, dicha, corazón,
tesoros inmateriales,
lo que no devuelve el celo 660
de un juez, ni el propio trabajo
porque lo formó aquí abajo
una bendición del cielo?
FERNANDO ¿Lo estás viendo? ¡Qué bien dicen!
tras la cruz está el demonio: 665 [25]
¡algo tendrá el matrimonio,
chico, cuando lo bendicen!
SEVERO Castígase al que ha ofendido,
cuando el proceso se intente.
CARLOS Siempre pierde el inocente 670
ya vencedor, ya vencido.
¡Vencido, habrá su dolor
vanamente publicado:
vencedor, habrá logrado
un triunfo contra su honor! 675
FERNANDO Así, aunque la ley penal
castiga el acto, lo que hace,
el código lo deshace
la costumbre general.
SEVERO Basta una separación 680
en la sociedad decente.
CARLOS Pues bien; ¡aquí está presente
ese decente ladrón!
 

(Sorpresa en FERNANDO y SEVERO. Temor en JULIA.)

 
(Aparte a JULIA.)   Porque tu mancha no vean
voy a echarla en mi honradez. 685
Miento por primera vez.
JULIA ¡No!
CARLOS (Con solemnidad amenazadora.)
         ¡Pide a Dios que lo crean!
(Alto a SEVERO y FERNANDO.)
Yo di, imprudente, una cita
a una mujer -que ha salido
ya de la casa.- Ha perdido 690
esta carta por mí escrita,
y Julia, avisada de ello,
me sorprendió con la prueba.
Ved la carta.
 

(Les muestra la que antes guardó.)

 
SEVERO                        Cierto.
FERNANDO                                     Lleva
tus iniciales. 695
CARLOS (Con amargura sarcástica.)   ¡El sello
de fábrica!
SEVERO (A JULIA.)   Con calma fría
para dar tan graves pasos...
Esa letra...
CARLOS                   En estos casos 700
se finjo: ¡pero es la mía! [26]
¿De quién si no?
 

(Aparte, con ira reconcentrada y estrujando la carta.)

 
                            ¡Ni esperanza
de matarlo! Si le reto
arrojo al aire el secreto.
¡Ni venganza! ¡ni venganza! 705
FERNANDO ¡Ya entiendo por qué tenaz
a la burla se negó!
SEVERO (Ironía.)   ¡Y qué bien lo aparentó!
FERNANDO (Lo mismo.)   ¡Qué indignación tan sagaz!
SEVERO ¡Y qué callando la urdías 710
bajo un vivir tan sereno!
CARLOS (Aparte con dolor amarguísimo.)
Oculto río de cieno,
¡bajo cuánta flor corrías!
FERNANDO ¿Confiesas?...
CARLOS                        Porque ni me ama,
ni ya el escándalo excuso; 715
pues Julia, aceptando el uso,
la separación reclama.   (Llora.)
SEVERO ¿Ella el golpe y tú el quebranto?
CARLOS Pues los inocentes ¿gimen?
¿No es de mis ojos el crimen? 720
¡Pues de mis ojos el llanto!
SEVERO (A JULIA.)   ¿Ves? Te amaba de verdad.
¡Bah! abraza.   (Excitándola a perdonar.)
 

(JULIA vacila. CARLOS la mira severamente como dándole a entender que se niegue a ello y disimule.)

 
JULIA (Entendiéndolo.)   ¡Al que así procede,
gracias si se le concede 725
pudrirse en la soledad!
SEVERO ¡Cruel!
CARLOS              Quiere salir de aquí
hoy mismo.
(A JULIA con intención.)   ¿Verdad?
JULIA (Resignada.)                                       No niego...
CARLOS Su dote lo daré luego. 730
JULIA ¡Carlos, eso no!
CARLOS (Con dignidad imperiosa.)   ¡Eso sí!
 

(JULIA toma el brazo de FERNANDO como para salir, CARLOS dice a FERNANDO.)

 
La verdad de lo pasado
por mi decoro dirás:
porque en esto vale más 735 [27]
ser el ladrón que el robado.
JULIA (A FERNANDO.)   ¡Anda!
FERNANDO (A JULIA.)                          Hermana, en un marido
estas son faltas veniales.
 

(JULIA y FERNANDO se dirigen a la puerta del foro.)

 
 

Escena XIV

 

Dichos. MARÍA, que entra por el foro, donde halla a su madre.

 
JULIA ¡Hija, adiós!   (Llorando.)
MARÍA (Abrazándose a ella.)   ¡No; tú no sales! 740
CARLOS ¡Pues yo!
 

(Se dispone a salir.)

 
MARÍA (Deteniéndole.)          ¡No, padre querido!
¡Cuántas caricias perdidas
para vuestra hija adorada!
JULIA ¡Cuánta dicha malgastada
en comprar dichas fingidas! 745
FERNANDO (Aparte.)   Sabrá el nombre de la dama.
SEVERO (Aparte.)   Yo arreglaré esta rencilla.
FERNANDO (Aparte.)   Lo pide la gacetilla
SEVERO (Aparte.)   La familia lo reclama.
JULIA ¡Hija!
MARÍA           ¡Madre!
 

(Madre e hija se abrazan y besan llorando. Luego se separan y MARÍA se arroja en brazos de su padre diciéndole.)

 
                        ¡Horrible ausencia! 750
CARLOS (Aparte.)   ¡En este conjunto odiado
la mujer pone el pecado,
el hombre la penitencia!
 

(CARLOS y MARÍA quedan abrazados, mientras JULIA, llevada por FERNANDO, va desapareciendo por el foro sin poder apartar la mirada de MARÍA, SEVERO queda de pie enmedio de los dos grupos.)

 

TELÓN

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