661
Hacer cuanto sea posible, que él no pueda pensar en sus intereses más que ocupándose en los suyos.
662
Nunca: es muy severo; pero si piensa más en sí que en mí, lo veré al punto, y «¡vía, vía!»
663
¡Cómo saben encubrir sus intereses bajo el de mi reinado!
664
Cuando no son como los míos, gentes que tienen tragada toda vergüenza, queda más honradez en mi reino de Italia.
665
¡Los trapaceros!, han aprendido hoy día a hacerse importantes en todos los gobiernos, aun los más disparatados y contrarios.
666
Bueno para otros tiempos, a en otra parte que en Francia.
667
¿Quién hubiera creído que sería yo? Repararé esto.
668
Son necesarios; necesita de su incienso un príncipe; pero no debe dejarse desvanecer con ello; y esto es lo difícil.
669
Si no me alabaran con ponderación, el pueblo me tendría por inferior a un hombre vulgar.
670
Consiento en ello; pero ¿querrán decírmela?