MÚSICA | (Dentro.) | Pues
es día de contento | | de placer y de alegría, | | regocíjese la tierra,
| | que el cielo se regocija, | | y gócese el día
| 5 | al ver que la tierra | | y el cielo compitan | | lloviendo
favores, | | finezas y dichas. | |
|
|
DEMONIO | Abra la infausta
boca | 10 | del lóbrego bostezo de esta roca | | y arrójeme
violento | | el pálido suspiro de su aliento | | hoy
del Alpe a las ásperas montañas | | abortado
embrión de sus entrañas, | 15 | y pues terror
de aquestos horizontes | | el bronce de la fama me disfama
| | cuando bruto monarca de sus montes, | | rugiente león
me llama, | | suene a verdad el bronce de la fama, | 20 | no
habiendo, aunque más vele, quien no llore | | ver al
león buscando a quien devore, | | mayormente este día
| | que de sus moradores la fe pía, | | como si en días
hubiera diferencia, | 25 | de día de Dios le da por
excelencia | | el nombre, y a honra suya y pena mía
| | católica concurre su alegría | | a ese desierto
templo | | que entre sus erizados riscos yace. | 30 | Mas ¿qué
mucho, si nace | | de su monarca el culto, que a su ejemplo
| | haga el vasallo lo que el dueño hace? | | Y pues
en él contemplo | | nuevo austral enemigo | 35 | hoy
he de ver si perturbar consigo | | su devoción valiéndome
en su ultraje | | también yo de mi bruto vasallaje.
| | ¡Oh, tú, que en los verdores | | ya de las selvas,
ya de los jardines, | 40 | bandido monstruo asaltas sus confines
| | brindando con equívocos colores | | en la adelfa
lo dulce del veneno | | y lo amargo del tósigo en las
flores, | | tú que al conjuro cautelando errores,
| 45 | aun más de astucias que de sañas lleno,
| | conservas defendido | | de la tierra y la cola aquel sentido
| | que el paso a la voz cierra, | | pues de un oído
es la sordez la tierra | 50 | y la cola sordez del otro oído,
| | tú, en fin, que el escondido | | áspid de
aquel primer vergel eres... | |
|
|
ÁSPID | Ése mi
nombre y señas son ¿qué quieres? | |
|
|
|
(Sale ÁSPID.)
|
DEMONIO | Que te vengas conmigo.
| 55 |
|
|
ÁSPID | Ya sabes cuán veloz tus pasos sigo
| | siempre que en la campaña | | contra el hombre ponemos
| | culebra, haciendo de los dos extremos | | tú, león,
la fuerza y áspid yo, la maña: | 60 | dime pues
a qué extraña | | presa tras ti me llevas.
| |
|
|
DEMONIO | A hacer de ti tan nunca vistas pruebas | | que aun
la voz que las dice las ignora. | | Yo...; mas luego lo oirás:
atiende agora. | 65 | ¡Oh, tu, adúltero aborto | | de
quien el nacimiento no se sabe, | | pues el ingenio más
sutil absorto | | aún no distingue si eres fiera o
ave, | | tú en cuya piel neutral especie cabe | 70 |
con variedad tan suma | | que a la facinación que el
aire inflama | | tal vez parece escama, tal vez pluma | | y
se queda sin ser pluma ni escama, | | tú, cuyo horror
tanto sus iras ama | 75 | que para más enojos | | son
sus iras la lumbre de tus ojos | | tales que aún contra
ti flechas tus iras | | pues si primero matas al que miras
| | también primero el que te ve te mata, | 80 | tú,
en fin ¡oh Basilisco!, en quien dilata | | el furor duplicadas
ambas penas... | |
|
|
|
(Sale el BASILISCO.)
|
BASILISCO |
Ése mi nombre y señas son ¿qué ordenas?,
| | que ya el viento calmado, | | el mar embravecido, | 85 |
el centro estremecido, | | el monte titubeado, | | todo tímido
está, todo asustado | | hasta ver contra quien mueves
la saña | | viendo juntar del Alpe en la montaña
| 90 | a sombra de su más excelso risco | | al Áspid,
al León y al Basilisco. | |
|
|
|
DEMONIO | No sé si he de poder, mas
oíd atentos. | | Entre cuantos atributos | 95 | a Cristo
dan ya divinas, | | ya humanas letras, bien como | | en voz
activa y pasiva | | da a entender el que le llamen | | el camino
y quien le guía, | 100 | la verdad y quien la enseña,
| | la vida y quien da la vida, | | redentor y redención,
| | legislador y legista, | | quien da la luz y la luz,
| 105 | el rocío y quien le envía, | | la nube y la
lluvia de ella, | | la fuente y el agua viva, | | el artífice
y el arte, | | el médico y medicina, | 110 | el labrador
y la mies, | | el sembrador y semilla, | | el racimo y el sarmiento,
| | el viñadero y la viña, | | el cordero y el
pastor, | 115 | el juez y la justicïa, | | sin otras autoridades
| | cuyo número sería | | proceder en infinito,
| | ninguna me atemoriza | 120 | sobresalta y estremece | | más
que aquella... aquí la vista | | se perturba, titubea
| | el labio, la voz delira, | | la lengua se me entorpece,
| 125 | el cabello se me eriza | | y el corazón, rey
de todo, | | tan desfallecido anima | | que cuando más
abrasadas | | late con alas más tibias... | 130 | de
cuyas autoridades | | ninguna -otra vez lo diga- | | más
me aflige y atormenta, | | desespera y precipita, | | que aquella
en que él mismo fue | 135 | el teólogo y teología,
| | y ministro y recipiente | | de su carne y sangre misma,
| | el sacerdote y el ara, | | la hostia y quien la sacrifica.
| 140 | Este inescrutable emblema, | | este incomprensible enigma,
| | cifra del poder de Dios | | y tan soberana cifra | | (que
a poder tenerla el Ángel, | 145 | el Ángel tuviera
envidia | | del preste que le celebra | | y el fiel que le
comunica) | | es la capital cabeza | | de las siete de la hidra
| 150 | que revisten en mi pecho | | todo el volcán de
sus iras, | | y aunque es común para todos | | la rencoriosa
ojeriza | | que contra tanto misterio | 155 | humo exhala y
fuego espira, | | hoy más en particular | | me ofende
por ser el día | | que los católicos llaman
| | del Señor, y con festivas | 160 | aclamaciones le
aplauden | | de júbilos y alegrías, | | mayormente
en estos montes | | que con el Austria confinan | | que es
donde tiene la fe | 165 | más vinculadas las dichas.
| | Dígalo la devoción | | o el vaticinio lo
diga | | del gran Rodulfo de Austria. | | Contarle se me permita,
| 170 | por más sabido que sea, | | que las heroicas
noticias | | tal vez faltaron calladas | | y nunca sobraron
dichas. | | En la caza, pues, perdido | 175 | en la más
obscura y fría | | noche que vieron los Alpes | | le
amenazaron su ruina | | con relámpagos las nubes,
| | los ríos con avenidas, | 180 | en cuyo conflicto siendo
| | su norte una mal distinta | | luz, la siguió y halló
que era | | un sacerdote que iba | | con el Sacramento al pecho
| 185 | a una desierta alquería | | a administrarle a
un enfermo. | | Apenas lo oyó su pía | | devoción
cuando arrojado | | del caballo, la rodilla | 190 | en tierra,
le adoró; luego, | | poniendo al preste en la silla,
| | palafrenero de Dios, | | el lampión que fue su guía
| | en la siniestra, y la diestra | 195 | en las camas de la
brida, | | descubierto a la inclemencia, | | llegó donde
recibida | | la viática refacción, | | con la
reverencia misma | 200 | volvió a asistirle, que aunque
| | ya del pecho la reliquia | | faltaba, del sacerdocio | | ni faltaba ni podía | | el carácter, para que
| 205 | no le venere y le sirva | | hasta dejarle en su iglesia,
| | que es esa pequeña ermita | | del festejo de hoy,
en cuya | | amorosa despedida | 210 | el sacerdote le dijo
| | estas palabras; oídlas: | | «Dios te honre como tú
| | le has honrado; Dios te asista | | como tú le has
asistido | 215 | y con su gracia infinita | | te ampare como
tú a mí | | me has amparado y confía
| | en que te ha de pagar Dios | | esta fineza con dichas
| 220 | que en ti y en tu descendencia | | se conserven sucesivas»,
| | dijo, y cumplió su palabra | | Dios según
desde aquel día, | | ya en la paz con vasallajes,
| 225 | ya en la guerra con conquistas, | | todo fue felicidades,
| | hasta lograr que la invicta | | cesárea imperial
diadema | | sus heroicas sienes ciña, | 230 | con que
dando al vaticinio | | honores de profecía | | salió
verdad: Federico, | | de Austria archiduque lo diga, | | cuarto
nieto suyo, pues | 235 | siguiendo en todo su línea
| | también de archiduque de Austria | | hoy el imperio
domina, | | de su fe heredero como | | de sus cesáreas
insignias. | 240 | Bien pensaréis que en él para
| | -según la fama publica | | sus católicos
blasones- | | el ceño de su familia; | | pues no, que
Maximiliano | 245 | -no sé cómo lo repita- | | hijo suyo y quinto nieto | | de Rodulfo, es quien me obliga
| | a más temores, por ser | | joven de cuya florida
| 250 | primavera son las rosas | | las virtudes que en él
brillan: | | fe, esperanza y caridad | | no hay hora que no
le asistan, | | mayormente las que emplea | 255 | cada mañana
en la misa | | en cuya devoción tanto | | se arrebata
y fervoriza | | contemplando los arcanos | | misterios que
significa | 260 | cualquier ceremonia de ella, | | que le queda
todo el día | | del fervor de meditarlas | | el gozo
de repetirlas, | | y siendo ansí que en memoria
| 265 | del vaticinio es continua | | estación que el día
del Corpus | | de todas estas campiñas | | los rústicos
moradores | | concurran en esa ermita | 270 | con músicas
y con danzas | | -que a la devoción no implica | | siendo
en un jueves llorosa | | el ser en otro festiva- | | sabiendo
que es en obsequio | 275 | de esa inmensa maravilla | | que
por aumento de gracia | | llama el fiel Eucaristía,
| | con achaque de la caza | | ha venido, conque a vista
| 280 | suya licencias que suele | | haber en las romerías
| | de no decentes cantares, | | de no templadas bebidas | | y viandas, de pendencias, | 285 | de vayas, bullas y gritas,
| | todas en quiete, no se oye | | ni ve, a culto reducidas,
| | ni un baile que no sea honesto, | | ni una voz que no sea
digna, | 290 | conque porque no se quede | | su celo sin mi
malicia, | | de ese callado volcán | | he reventado
la mina, | | llamándoos a fin de que, | 295 | ya que,
como dije, asistan | | fe, esperanza y caridad | | a ese joven,
las compitan | | León, Áspid y Basilisco. | | Veamos, jurada la liga, | 300 | si en buen duelo, tres a tres
| | generosamente lidian. | | Tú, Basilisco, pues tienes
| | tus venenos en la vista, | | y a tu oposición la
fe | 305 | en no tenerla confirma | | sus méritos, contra
ella | | te prevén pues es precisa | | la lid entre
dos que tienen | | armas para muerte o vida, | 310 | uno porque
mira cuando | | el otro porque no mira. | | Tú, Áspid,
pues que tus victorias | | en la cautela se fían | | cuando emboscada entre flores | 315 | tu ardiente ponzoña
vibras, | | prevén contra la esperanza | | la astucia,
que nadie quita | | en la campaña al ardid | | ser primor
de la milicia, | 320 | que aunque es la esperanza en Dios
| | la flor de la siempreviva, | | en metáfora de flores
| | la más brillante y más linda, | | a la asechanza
del áspid | 325 | que en ella escondido habita, | | o
el veneno la inficiona | | o el aliento la marchita. | | Yo,
pues es la caridad | | amor de Dios, y en mi envidia | 330 | no hay amor que no sea odio, | | voluntad que no sea ira,
| | como león y dragón, | | que en mí
es una cosa misma, | | de mis garras y mis presas | 335 | esgrimiré
las cuchillas | | hasta que la caridad | | su amor a mi saña
rinda. | | Este es el duelo a que hoy | | mis temores os animan,
| 340 | mis sentimientos os mueven, | | mis rencores os incitan,
| | mis cóleras os invocan, | | mis armas os acaudillan,
| | y mis venganzas, en fin, | 345 | en su bandera os alistan.
| | Veamos si en mental batalla | | de doméstica conquista,
| | contra la fe, la esperanza | | y la caridad, militan
| 350 | León, Áspid y Basilisco. | | ¿Qué importa
que David diga | | que el viador que en esperanza, | | caridad
y fe camina, | | sobre dragón y león, | 355 |
basilisco y áspid pisa? | |
|
|
ÁSPID | Tanto, rugiente
monarca | | de los montes, participa | | mi rencor de tus rencores,
| | que ofrezco de parte mía | 360 | el triunfo de la
esperanza | | con maña tan exquisita, | | que sea el
ardid conservarla | | primero que destruirla, | | pues como
ladrón de casa | 365 | cuando entre flores me finja,
| | a imitación del primero | | jardín, será
esfera mía | | el segundo paraíso, | | vergel
de la ley escripta; | 370 | en él, pues, el hebraísmo
| | mis lisonjeras caricias | | avenenarán de suerte
| | que negando la venida | | de Cristo, con la esperanza
| 375 | de que ha de venir, persista | | en negar sus sacramentos,
| | conque el de la Eucaristía, | | en su esperanza
negado | | hallarás, que aunque es distinta | 380 | esperanza
una de otra, | | conviene que mi nociva | | cicuta la una conserve
| | para que a la otra compita; | | con que el Áspid
desde aquí | 385 | en frase de alegoría, | | símbolo
del judaísmo | | será. |
|
|
BASILISCO | Con
esa acción misma | | yo, pues es ciega la fe, | | poniendo
en ella la mira | 390 | de mi prespicaz veneno, | | procuraré
prevertirla | | entrando por el oído | | su tósigo
a persuadirla | | no crea lo que no ve, | 395 | a cuyo efecto,
valida | | mi saña de varios dogmas | | que sutiles
contradigan | | la real asistencia de ese | | vivo pan y sangre
viva, | 400 | vendrá a ser el basilisco, | | inficionando
la vista | | que no cree lo que no ve, | | símbolo de
la herejía. | |
|
|
DEMONIO | Pues ya que ambos a las dos
| 405 | las declaráis enemigas, | | yo a la caridad opuesto,
| | declararé la osadía | | del que negando que
hay Dios | | símbolo es del ateísta, | 410 | conque
mi aborrecimiento | | veréis que rayos fulmina | | contra
su amor y el de cuantos | | los aplausos solemnizan | | de
ese alto sacramento, | 415 | por más que a voces repitan:
| |
|
|
MÚSICA | (Dentro, a lo lejos.) | Pues
es día de contento, | | de placer y de alegría,
| | regocíjese la tierra, | | que el cielo se regocija
| 420 | y gócese el día | | de ver que la tierra
| | y el cielo compitan | | lloviendo favores, | | finezas y
dichas. | 425 |
|
|
ÁSPID | Ya todos, la ceremonia | | eclesiástica
cumplida, | | vuelven al valle y al baile | | festejando su
armonía | | a Maximiliano en tropas | 430 | por todo
el campo esparcidas. | |
|
|
BASILISCO | Para mezclarnos con ellos
| | forzoso será seguirlas. | |
|
|
DEMONIO | Y forzoso, pues
llevamos | | ya en la mente introducida | 435 | la alegórica
ficción, | | para no ser conocida | | nuestra cautela,
que el arte | | diabólico que os inspira, | | en aparentes
objetos | 440 | de labradores nos vista. | |
|
|
|
ÁSPID | Por
esta parte | | como gente advenediza | | que a la fama del
festejo | | viene de distantes villas | 445 | al encuentro les
salgamos. | |
|
|
DEMONIO | Y porque mejor se finja | | venir al festejo,
nuestras | | voces con las suyas digan: | |
|
|
ELLOS Y MÚSICA |
Pues es día de contento, | 450 | de placer y de alegría,
| | regocíjese la tierra, | | que el cielo se regocija
| | y gócese el día | | de ver que la tierra
| 455 | y el cielo compitan | | lloviendo favores, | | finezas
y dichas. | |
|
|
|
(Con esta
repetición se entran los tres, y salen en tropa los
Músicos, vestidos de villanos, y entre ellos, de pastoras,
la FE, la ESPERANZA y la CARIDAD, la ALEGRÍA y el
PENSAMIENTO, un sacerdote anciano, y detrás de todos,
MAXIMILIANO, Archiduque, vestido a lo flamenco, bailando
todos delante de él.)
|
ESPERANZA | (Cantado.) | Gócese
el día en que goza | | la esperanza que la risa
| 460 | del alba cuaje el rocío | | en la piel más
tersa y limpia. | |
|
|
|
CARIDAD | Gócese el día en que ve | | la piedra
de un tronco herida | 465 | dar la caridad el agua | | más
pura y más cristalina. | |
|
|
|
FE | Gócese el día en que logra
| | ver la fe que se destila | 470 | miel en boca de león
| | que vírgenes flores liban. | |
|
|
|
[ALEGRÍA] | Gócese el día
que el pan | | de la caridad nos quita | 475 | el hambre, y
el día que el vino | | de la caridad nos brinda. | |
|
|
|
|
(Salen
DEMONIO, ÁSPID y BASILISCO de villanos.)
|
|
TODOS Y LA MÚSICA |
De ver que la tierra | 480 | y el cielo compitan | | lloviendo
favores, | | finezas y dichas. | |
|
|
PENSAMIENTO | ¿Qué gente,
Alegría, es aquesta | | que en tu baile entremetida
| 485 | ves? |
|
|
ALEGRÍA | No
sé, Pensamïento, | | que jamás de mí
fue vista. | | ¿Pero qué mucho, si hay | | tantas aldeas
vecinas | | que haya alguna que no sea | 490 | de nosotros conocida?
| |
|
|
[PENSAMIENTO] | Pardiez, ella buena gente | | puede ser, pero
malditas | | cartas traen de favor | | en las fachadas escriptas.
| 495 |
|
|
CARIDAD Y ESPERANZA | Dinos, Fe, qué
gente es ésta. | |
|
|
FE | Ella, virtudes divinas, | | lo
dirá, que por sus obras | | -sagrado texto lo explica-
| | se conoce el lobo aunque | 500 | la piel de oveja se vista.
| |
|
|
ÁSPID | Virtudes y labradores | | todos con ceño
nos miran. | |
|
|
DEMONIO | Las virtudes como siempre | | pierden
los vicios de vista | 505 | dudan el disfraz, mas no | | por
eso temáis que digan | | quién somos mientras
que Dios | | éste u otros nos permita. | | [A todos.] | Porque
lleguemos nosotros | 510 | llamados de la festiva | | celebridad
vuestra, no | | cese el baile. |
|
|
|
MÚSICA Y TODOS | Gócese el
día | | al ver que la tierra | 515 | y el cielo compitan
| | lloviendo favores, | | mercedes y dichas. | |
|
|
MAXIMILIANO |
No sé cómo encareceros, | | amigos, cuánto
os estima | 520 | mi devoción vuestro celo. | | Muy vieja
está vuestra ermita | | y desmantelada; yo, | | de su
amenazada ruina | | mandaré que se repare | 525 | y enviaré
a su sacristía | | ornamentos que la tengan | | menos
pobre, si no rica | | tanto como yo quisiera. | |
|
|
SACERDOTE |
Mil siglos, gran señor, viva | 530 | vuestra gran piedad.
|
|
|
MAXIMILIANO | ¿Sois
vos | | el preste que en ella habita? | |
|
|
|
MAXIMILIANO | Por
vuestro güésped | | me tened, que mi venida | | ha de ser a esta estación | 535 | desde agora muy continua.
| | Da razón, conque el afecto | | no se glose a hipocresía,
| | que soy inclinado a caza | | y me dicen que la crían
| 540 | muy abundante estos montes. | |
|
|
SACERDOTE | ¿A qué
príncipe no inclina | | su noble divertimiento | | tan
digno de las fatigas | | que traen consigo las reales
| 545 | tareas?, y si mi dicha | | os mereciere tal vez | | honrarme,
quizá algún día, | | aunque pobre sacerdote,
| | en más que pensáis os sirva. | 550 |
|
|
MAXIMILIANO |
Quedad en paz; avisad | | a los monteros me sigan | | que hacia
la falda de aquese | | monte que al cielo confina | | tanto
que si es cumbre o nube | 555 | su extremo no se divisa, | | me hallarán. |
|
|
|
(Sale el ÁNGEL.)
|
ÁNGEL | Ya
está, señor, | | dispuesta allá la batida,
| | que como guarda soy tuya | | en el monte prevenida
| 560 | la dejé, aunque con temor | | de las fieras que le
habitan. | |
|
|
MAXIMILIANO | Todo es lo que Dios quiere. | |
|
|
ÁNGEL |
Tal vez quiere Dios que aflijan | | penas al justo porque
| 565 | se conviertan en delicias | | acrisoladas al fuego
| | de su amor. |
|
|
SACERDOTE | Si
mi osadía | | se atreviera a suplicaros... | |
|
|
MAXIMILIANO |
¿Qué os turba? ¿Qué os desconfía?
| 570 | Pedid, ¿qué queréis? |
|
|
SACERDOTE | Que
no | | salgáis, señor, tan aprisa | | al monte,
porque los aires | | que al filo del mediodía | | corren,
cuando más ardiente | 575 | el sol derrite la riza
| | nieve de las cumbres, tanto | | destemplan su helado clima,
| | que pastores y ganados | | en su mutación peligran.
| 580 | Esperad que caiga el sol, | | que aun al sol cuando
declina | | le pierden el miedo cuantos | | le ven que va de
caída. | |
|
|
TODOS | Lo que él te suplica todos
| 585 | a tus plantas te suplican. | |
|
|
MAXIMILIANO | A tan noble ruego
ingrata | | mi benignidad sería | | si no respondiese
a él | | afable y agradecida, | 590 | y así a
la sombra de aquestas | | verdes hiedras que tejidas | | de
olmos, sauces y laureles, | | les sirven de celosías,
| | mi dosel siendo sus copas | 595 | y sus riscos mi real silla,
| | esperaré hasta que el sol | | (Siéntase
en un peñasco.) | hiera con luces más
tibias. | | ¡Oh, Señor, quién ponderara | | los
misterios de la Misa | 600 | que acabo de oír! |
|
|
ÁNGEL |
Di
que el cielo | | te escucha pues que te inspira. | |
|
|
MAXIMILIANO |
Llora Adán de su patria desterrado | | y el preste
fuera del altar le imita: | | de promisión la tierra
solicita | 605 | en llegarse al altar significado. | | Clama
el imbo y en lágrimas bañado | | a los quiries
que Dios piadoso admita; | | sigue la gloria y de la ley escripta
| | trueca el Misal con la de gracia el lado; | 610 | ofrece
al Padre en agua y vino unida | | divinidad y humanidad, y
Santo | | de Ángeles con el coro le apellida; | | ora
un memento, y siendo sangre el llanto, | | señal de
muerte en la hostia es pan de vida... | 615 | ¡Oh cuánto
hay que admirar, oh cuánto, oh cuánto! | |
|
|
SACERDOTE |
¡Qué suspenso le ha dejado | | alguna melancolía!
| |
|
|
PENSAMIENTO | ¿Qué haremos para que esté | | divertido? |
|
|
ALEGRÍA | Que
prosiga | 620 | el baile. |
|
|
|
MAXIMILIANO | Dejad fiesta tan prolija. | | Mejor
será que sentados | | todos en esta florida | | estancia,
descanséis, que ésta | 625 | es licencia permitida
| | que da el campo. Sentaos pues. | |
|
|
PENSAMIENTO | Necio será
el que replica | | al amo cuando le manda | | lo mismo que
él se codicia. | 630 |
|
|
|
PENSAMIENTO | Vos, gente recién venida, | | ¿no os
acomodáis? |
|
|
|
PENSAMIENTO | Eso
no es pedirla | | sino tomarla. |
|
|
MAXIMILIANO | ¡Oh,
Señor, | 635 | cuál el ser mejor indicia | | la
sencillez en los montes | | que el fausto en las monarquías.
| |
|
|
ÁNGEL | ¡Oh cuánto campo descubre | | el teatro
de la vida | 640 | el día que en una escena | | vicios
y virtudes cifra. | |
|
|
ALEGRÍA | Ya que esto es sólo
hacer tiempo, | | porque no haya en todo el día | |
hora ociosa que no sea | 645 | motivo de mi alegría,
| | Pensamiento, inventa un juego | | que procure divertirla.
| |
|
|
PENSAMIENTO | Sí haré, si me das licencia.
| |
|
|
MAXIMILIANO | Tú la tienes sin pedirla. | 650 |
|
|
PENSAMIENTO |
Pues no ha de ser inventado, | | sino un juego que en la aldea
| | suele jugarse otras veces. | |
|
|
|
PENSAMIENTO | De
aquesta manera. | | Yo he de preguntar si uno | 655 | dejara
de ser, qué fuera | | poniéndolo en su elección,
| | y él me ha de dar la respuesta | | en razón
fundada; luego, | | porque más sainete tenga | 660 |
ha de explicarse en un mote | | tal que la música pueda
| | repetirle, y en no siendo | | la razón que diere
buena | | todos le han de dar la vaya | 665 | y él cumplir
la penitencia | | que el preste, que ha de ser juez, | | le
señale. |
|
|
|
PENSAMIENTO | Pues vaya de juego y vaya de fiesta. | |
|
|
MÚSICA |
Vaya de juego y vaya de fiesta. | 670 |
|
|
PENSAMIENTO | Y el que
errare que cumpla la penitencia. | | Vos, bellísima
zagala, | | que os sentasteis la primera, | | si dejárais
de ser ¿qué | | quisierais ser? |
|
|
ESPERANZA | Quisiera
| 675 | ser la más humilde espiga | | de cuantas en todas
esas | | mieses dora el sol. |
|
|
|
ESPERANZA | Porque es la planta que puesta | | la esperanza solo en Dios, | 680 | vive de su providencia.
| | A todas las demás plantas, | | aunque todas viven
de ella, | | las siembra el agricultor, | | y avaramente en
la tierra | 685 | las guarda y, causa segunda, | | las fertiliza,
las riega, | | las cerca, limpia y escarda | | hasta que nazcan
y crezcan, | | pero la espiga inmediata | 690 | a Dios, no sólo
encubierta | | la esconde el labrador, pero | | la arroja,
que no la siembra, | | ¿que más puede la esperanza
| | fiar de Dios que ver que puesta | 695 | toda su hacienda
en su mano, | | da al aire toda su hacienda; | | y demás
de la esperanza | | de que Dios le cuide de ella, | | le queda
la de que puede | 700 | ser su dicha tan inmensa | | que de
ella se amase el pan | | de aquella cándida oblea
| | que no consagrada diga | | como remota materia: | 705 | (Canta.) | «aunque
no es mío el poder | | ni soy el hijo del Padre, | | ni nací de virgen madre | | ni soy Dios, lo puedo
ser». | |
|
|
TODOS Y MÚSICA | Viva el placer
| 710 | y sólo a la espiga cuadre | | que sin ser suyo el
poder | | ni nacer de virgen madre | | ni ser Dios, lo puede
ser. | |
|
|
PENSAMIENTO | Vos, extranjero pastor, | 715 | ¿qué
quisierais ser? |
|
|
ÁSPID | Si
fuera | | posible no ser quien soy | | y ser lo que yo quisiera
| | fuera la palma. |
|
|
|
ÁSPID | Porque es la palma la reina
| 720 | de todas las demás plantas | | y más a la
espiga opuesta: | | ella en una débil caña
| | nace tan a la inclemencia | | que cualquier aura la dobla
| 725 | y cualquier cierzo la hiela; | | la palma robusta tanto
| | resiste a las inclemencias | | que aún con el peso
oprimida | | mas que se agobia, se alienta. | 730 | Tener la
espiga esperanza | | de que puede ser que sea | | Dios, para
no conseguirla, | | mejor fuera no tenerla, | | como la palma
que no | 735 | da su fruto a quien la siembra | | y la edad
de su esperanza | | a siglos de siglos cuenta | | mantenida
en que es forzoso, | | aunque ahora tarde, que venga | 740 | a dar su esperado fruto. | |
|
|
MAXIMILIANO | Calla, no prosigas,
cesa, | | porque esperanza que a siglos | | se mide parece
hebrea | | esperanza, que en traiciones | 745 | de escondido
áspid intenta | | que en las flores de un festejo
| | pasen las burlas a veras. | | Prosiga el juego. |
|
|
ÁSPID |
¡Ay
de mí | | que al mirarle el alma tiembla! | 750 |
|
|
ÁNGEL |
¡Oh, batalla de virtudes | | y vicios, lo que me cuestas!
| |
|
|
TODOS Y MÚSICA | Vaya, vaya, el que necio
la elección yerra; | | déle el sacerdocio la
penitencia. | |
|
|
SACERDOTE | La penitencia será | 755 | el
que la esperanza pierda | | y quede con la esperanza | | porque
a un mismo tiempo sea | | no tenerla su castigo | | y su castigo
tenerla. | 760 |
|
|
TODOS Y MÚSICA | Vaya, vaya,
y cumpla la penitencia. | |
|
|
PENSAMIENTO | Si vos dejarais de
ser | | qué fuérades decid. |
|
|
FE | Fuera,
| | pues ya a la espiga eligió | | la esperanza, en
competencia | 765 | suya yo la vid. |
|
|
|
FE | Por ser más humilde que ella, | |
que ella por lo menos ya | | bien que en débil caña
tierna, | | de la tierra se levanta, | 770 | mas la vid al tronco
presa | | nace, crece y fructifica | | arrastrando por la tierra,
| | y en cuanto a que la esperanza | | de ser pan y que el
pan sea | 775 | viva carne (que sin sangre | | no fuera viva),
me deja | | para que sea sangre el vino | | segura la consecuencia
| | y el mérito de que viendo | 780 | la fe pan y vino
crea | | carne y sangre con que puedo | | decir con su razón
mesma | | (Cantando.) | que si la esperanza
cree | | lo que espera ver, yo creo | 785 | lo que oigo pues
ya lo veo | | con los ojos de la fe. | |
|
|
MÚSICA Y TODOS |
De todos diga el deseo | | que si la esperanza cree | | lo
que espera ver, yo creo | 790 | lo que oigo pues lo veo | |
con los ojos de la fe. | |
|
|
PENSAMIENTO | ¿Vos que quisiérades
ser? | |
|
|
BASILISCO | Si yo elegir ser pudiera | | ni fuera espiga
ni vid, | 795 | humildes plantas pequeñas; | | antes
en su oposición | | escabroso espino fuera. | |
|
|
|
BASILISCO | Porque
en la elección | | de aquella rústica dieta
| 800 | que los árboles hicieron | | a elegir rey, la
soberbia | | de verse armado de espinas, | | arqueros de su
defensa, | | fue sólo el que se atrevió
| 805 | a tan gloriosa tarea | | como reinar y el día que
| | yo rey de las plantas fuera, | | a la espiga y a la vid
| | mandara que no creyeran | 810 | lo que no ven, porque ¿cómo
| | puede la vista que llega | | a ver pan y vino, dar | | fe
ni esperanza que sean | | carne y sangre, y cuando... |
|
|
MAXIMILIANO |
Calla
| 815 | que también esa propuesta | | hija es de la apostasía
| | y antes que... |
|
|
|
MAXIMILIANO | Pero ¿qué digo?
Reprima | | mi justo enojo, no sea | 820 | que éste espante
a los demás | | protestantes que desea | | mi padre
echar de Alemania. | | Disimule, el juego vuelva. | |
|
|
TODOS Y MÚSICA |
Vaya, vaya, el que necio la elección yerra; | 825 |
déle el sacerdocio la penitencia. | |
|
|
SACERDOTE | Quien
no cree lo que no ve | | y pone toda la fuerza | | de su veneno
en la vista, | | apóstata se semeja | 830 | el basilisco,
que el aire | | con sólo mirar infesta, | | y así
a fuer de basilisco | | le condeno a que se vea | | en una
fuente porque | 835 | la vista a su vista pierda. | |
|
|
TODOS Y MÚSICA |
Vaya, vaya, y cumpla la penitencia. | |
|
|
|
CARIDAD | Antes
que tu pregunta | | llegue, llegue mi respuesta: | | yo ser
quisiera una fuente | 840 | clara, pura, limpia y tersa | |
perene raudal de gracia | | en que aquese áspid se
viera | | no porque muriera al verse, | | sino porque al verse
viera | 845 | su fealdad y ella lograse | | la caridad de la
enmienda, | | no sólo en él sino en toda | |
la humana naturaleza, | | cuando en su cristal lavadas
| 850 | las manchas transcender pueda | | a lograr los dulces frutos
| | de espiga y vid con fe cierta | | de que en ella confirmada,
| | después de la Penitencia | 855 | la Comunión
le dé el Orden | | Sacerdotal, cuya excelsa | | dignidad
el Matrimonio | | propague en su descendencia | | siempre católica
hasta | 860 | acompañarla en la extrema | | necesidad,
siendo, en fin, | | mi clara fuente la puerta | | del fiel
para todos siete | | Sacramentos de la Iglesia | 865 | diciendo
bien como Amor | | de Dios por su boca mesma, | | (Cantando.) | venid
a donde os reciba | | la caridad, que a merced | | suya para
toda sed | 870 | es la fuente de agua viva. | |
|
|
TODOS Y MÚSICA |
Con festiva | | ansia, mortales, corred | | y venid donde os
reciba | | la caridad, que a merced | 875 | suya para toda sed
| | es la fuente de agua viva. | |
|
|
|
DEMONIO |
No
a mí me preguntéis | | que no os he de dar respuesta.
| |
|
|
|
DEMONIO | Porque
yo no puedo | 880 | desear ser lo que no sea | | volverme a
ser lo que soy, | | que es inflexible mi esencia | | y si hubiera
de escoger | | nuevo ser, sólo escogiera | 885 | el ser
Dios o como Dios. | |
|
|
MAXIMILIANO | ¡Reviente aquí mi
paciencia! | | Pues ¿cómo, blasfemo... |
|
|
ÁNGEL |
Aguarda,
| | que castigar su soberbia | | a mí me toca, que soy
| 890 | tu real guarda en estas selvas. | | Bárbaro ¿quién
como Dios? | |
|
|
DEMONIO | Tente, tente, que me acuerdas | | en
esta aparente lid | | tu victoria y mi tragedia; | 895 | mas
no me doy por vencido, | | que si Dios me da licencia | | o
he de acrisolar la fe | | de Austria o acabar con ella | |
de una vez en este joven | 900 | pues sólo en él
se conserva | | la subcesión de su real | | católica
descendencia. | | (Vase.) |
|
|
MAXIMILIANO | Seguidle
todos, seguidle. | |
|
|
ÁNGEL | Tras él iré
hasta que vea | 905 | el término a que le alarga | |
Dios la arrastrada cadena | | para mayor gloria suya. | |
|
|
ÁSPID |
Áspid soy, entre estas hierbas | | (Escóndese.) | me
esconda, no contra mí | 910 | todo este furor se vuelva.
| |
|
|
BASILISCO | Huya el basilisco donde | | ni sea visto ni le
vean. | |
|
|
|
|
|
TODOS | (Dentro.) |
¡Guardá
la fiera! | 915 |
|
|
MAXIMILIANO | ¿Qué nuevo estruendo es
aqueste? | |
|
|
|
|
|
MAXIMILIANO | Alguna fiera ha caído | | en
la batida. ¿Qué espera | | mi valor? Dadme un venablo,
| 920 | que él ha de ser quien la venza | | y no hará
nada, pues ya | | perdido el recelo lleva, | | en las fieras
que ha lidiado | | aquí, a todas cuantas fieras
| 925 | los ceños del Alpe aborte. | |
|
|
VOCES | (Dentro.) | Al
monte, al valle, a la selva. | |
|
|
ÁSPID | Ya que yo áspid
escondido | | he quedado, y la maleza | | del bosque entre
su espesura | 930 | me da el paso, sin más senda | |
que la que abra mi osadía | | siempre de ramas cubierta,
| | de la batida he de ver | | el efecto; ya desde esta
| 935 | parte descubro la más | | enmarañada aspereza
| | de la falda de este Adlante | | que la cerviz de la tierra
| | con su pesadumbre oprime, | 940 | que con su estatura estrecha,
| | el aire, nubes y cielos | | asalta con su soberbia. | |
|
|
UNOS | (Dentro.) |
¡Monteros!, ¡al monte! |
|
|
|
TODOS | ¡Pastores, guardá la fiera! | 945 |
|
|
ÁSPID |
¿Qué miro? Parto feroz | | de las más incultas
breñas | | un león sale y para mí, | | que no hay reservadas señas, | | revestida en él
está | 950 | de otro león la fiereza, | | si ya
no es que esté imitada | | en fantástica apariencia,
| | pues según exhala fuego | | su anhélito,
y según muestra | 955 | sólo a mi vista, que
a rayos | | la desmelenada greña | | le está
forjando las armas | | de sus garras y sus presas, | | mortal
espíritu es | 960 | el que en él asiste. |
|
|
MAXIMILIANO |
Espera,
| | bruto rey de estas montañas, | | que aunque tan
solo me dejan | | no has de alabarte de que | | a tu horror
la espalda vuelva. | 965 | ¿Cómo, si eres noble, huyes?
| | Mas yo, aunque valor no sea | | seguir al que huye, no
obstante, | | más que por fama por tema | | te he de
seguir hasta que | 970 | de este venablo sangrienta | | la cuchilla
tremolada | | en tus entrañas se vea, | | por más
que veloz te encumbres | | en la impenetrable cuesta | 975 | de estos intrincados riscos. | |
|
|
ÁSPID | ¡Qué
valor! Con él se entra | | hasta las nunca pisadas
| | estancias de humana güella. | | Perdidos de vista
ya | 980 | no se divisan. ¡Quién fuera | | águila
para volar | | tan alta que lidiar viera | | el nunca pensado
duelo | | en campaña tan desierta | 985 | que enmarañada
de nubes | | aun el sol no puede verla. | | Veré si
desde otra parte | | algo descubro. |
|
|
MAXIMILIANO | Ya
en esta | | cumbre no hay a dónde huyas. | 990 | En pie
se ha puesto y me espera | | desafiándome a brazos,
| | cuerpo a cuerpo y fuerza a fuerza. | | Tener pavor no es
tener | | temor y cuando lo sea, | 995 | valor es tener temor;
| | quien tenido le desprecia: | | arrojado este venablo | | lo diga; llega, pues llega | | que ya en las armas iguales
| 1000 | estamos. |
|
|
DEMONIO | Pues
me destierran | | a mis abismos sus montes, | | sus montes
tras mí se vengan, | | que a mis rencores les basta
| | dejarle a las inclemencias | 1005 | donde al hambre, sed
y hielo | | desesperado fallezca. | |
|
|
|
(Luchan los dos,
húndese el monte con el león, quedando en la
cumbre MAXIMILIANO y suena dentro ruido de terremoto.)
|
|
|
|
|
MAXIMILIANO | Valedme, cielos, que a tanto
| 1010 | prodigio como que vea | | que no sólo entre mis brazos
| | el monstruo se desvanezca, | | sino que a su pavoroso
| | rugido los montes tiemblan | 1015 | despedazándose
a trozos, | | risco a risco, y peña a peña,
| | no hay fuerza que no desmaye, | | valor que no se estremezca
| | ¿Qué es esto, cielos? Mas ¿cómo | 1020 | el
pasmo saberlo intenta, | | si aún cobrado de él
no habrá | | discurso que lo comprenda, | | y pues el
bajar de aquí | | es la primer diligencia | 1025 | reconoceré
por dónde, | | (ya que por aquí no hay senda)
| | podré descender al valle.
| | (Vase.) |
|
|
VOCES | (Dentro.) | Al riesgo de tan deshecha
| | fortuna, entrar en su busca | 1030 | procure la lealtad
nuestra. | |
|
|
SACERDOTE | (Dentro.) | Llamadle,
por si los cielos | | nos permiten que parezca. | |
|
|
UNOS | Príncipe
invicto del Austria. | |
|
|
|
|
(Sale FEDERICO, Emperador, con algunos de acompañamiento.)
|
|
|
FEDERICO |
Cielos ¿qué voces son estas | | y qué precipicio
aquél | | con que un monte se despeña | | de
otro monte? Mal el Alpe | 1040 | me agradece la fineza | | con
que a él vengo cuidadoso | | de que tanto se detenga
| | Maximiliano en su caza, | | pues ha esperado a que sea
| 1045 | testigo yo de su ruina. | |
|
|
TODOS | Al llano, al valle,
a la selva. | |
|
|
FEDERICO | Y más cuando porque añada
| | el dolor de oírla al de verla, | | todo es lamentos
el aire | 1050 | y todo estragos la tierra. | | ¿Qué
habrá subcedido? |
|
|
ÁSPID | (Sale.) | Ya
| | que ha logrado su fiereza | | el león, tiempo es
de que | | logre el áspid su cautela, | 1055 | y pues
uno al desamparo | | es preciso morir, muera | | otro al dolor.
[Alto.] ¡Qué desdicha, | | qué lástima!
|
|
|
FEDERICO | Aguarda,
espera | | ¿qué es eso villano? |
|
|
ÁSPID | ¿Qué
| 1060 | quieres, gran señor, que sea | | sino la mayor
desgracia | | que se escribe ni se cuenta | | ni en las láminas
del tiempo | | ni de la fama en las lenguas. | 1065 | Maximiliano...
no puedo | | proseguir. |
|
|
FEDERICO | Por
mal que empiezas | | peor acabas, pues que quieres | | que
en copa penada beba | | el veneno. Di, prosigue. | 1070 |
|
|
ÁSPID |
Tras una ignorada fiera | | en el monte se enfoscó
| | sin que ninguno pudiera | | seguirle, al tiempo que el
monte... | |
|
|
FEDERICO | No lo digas, ¡qué desdicha!;
| 1075 | en sus fragmentos lo dice | | su caduca ruina envuelta.
| | ¡Ay infelice de quien | | siente el sentir que no sienta
| | tan gran pena que no muere | 1080 | a manos de tan gran
pena! | | ¡Oh montes de Alpe, mejor | | montes de Gelboé,
dijera | | con David, sobre vosotros | | ni el cielo su rocío
llueva, | 1085 | ni haya flor, ni fruto, ni | | la luz del sol
amanezca, | | que si la nobleza allá | | de Israel murió,
la nobleza | | del Austro aquí, pues... |
|
|
BASILISCO | (Sale.) |
En
vano, | 1090 | gran señor, te desconsuelas | | que Maximiliano
vive. | |
|
|
|
BASILISCO | Que
porque veas | | cuán piadosa con él anda | |
la fortuna, en la eminencia | 1095 | de la cumbre, que quedó
| | de su precipicio exenta | | lo prespicaz de mi vista | | le ha alcanzado a ver por señas, | | que anda por
ella buscando | 1100 | la bajada que no encuentra. | |
|
|
FEDERICO |
¿Cómo que no? Ahora los brazos | | en albricias de
tal nueva | | toma y espera mayores | | mercedes en recompensa.
| 1105 | Seguidme todos que yo | | por él subiré
a que sepa | | que hay por adonde yo suba | | paso para que
él descienda. | | (Vase.) |
|
|
BASILISCO |
¿Cómo es posible que cuando | 1110 | mi furor matarle
intenta | | con el dolor de que muerto | | su hijo entre esas
ruinas crea | | con las nuevas de que vive | | tú a
darle consuelo vengas? | 1115 |
|
|
ÁSPID | ¿Qué consuelo,
si no es | | posible le favorezca | | humano poder a donde
| | tan desamparado queda, | | que sin poder socorrerle
| 1120 | de hambre y sed morir es fuerza? | | (Dentro.) | Imposible
es la subida. | |
|
|
|
(Sale DEMONIO.)
|
DEMONIO |
Dice bien ¿qué mayor pena, | | que nadie hasta agora
tuvo, | | que ver que de hambre perezca | 1125 | lo que amó,
y que a mí me sobra | | lo que a él no le remedia?
| | Dígalo de tanta gente | | inútil la diligencia
| | con que afligidos a todas | 1130 | partes la montaña
cerca | | sin poder hallar subida, | | según tajadas
las peñas | | quedaron impenetrables | | al risco que
le conserva. | 1135 | Pues porque no sospechosos | | nos hagamos,
la deshecha, | | ya que aparentes visibles | | nos hizo la
industria nuestra, | | sus quejas con los demás
| 1140 | digamos, al oír sus quejas. | |
|
|
|
| (Vanse.) |
|
|
|
MAXIMILIANO | (En lo alto del monte.) | ¿Qué
pena | | pudo igualarse a la mía, | | pues efímera
parece, | 1145 | que con el día amanece | | y fallece
con el día. | | La poca cumbre que ha sido | | en mi
deshecha fortuna | | tabla del naufragio, una | 1150 | y mil
veces he corrido | | sin que vereda ni indicio | | de bajada
en ella vea | | que temeridad no sea, | | que no sea precipicio
| 1155 | en que católico yo | | como tal debo advertir
| | que nací para morir | | mas para matarme no, | |
porque mi vida no es mía: | 1160 | Dios me la dio y
si Él permite | | que este pasmo me la quite | | y con
él por ella envía | | cúmplase su voluntad,
| | que yo con ella la doy | 1165 | muy conforme, que aunque
estoy | | en tan yerma soledad | | donde aún la hierba
no puede | | mantenerme como a un bruto, | | ni de una fuente
el tributo | 1170 | alivio a la sed concede, | | ni un árbol
que me haga sombra | | u abrigo al sol que me abrasa | | u
al aire que me traspasa, | | nada me aflige ni asombra,
| 1175 | porque sólo el sentimiento | | que en mí dura
es el morir | | sin que pueda recibir | | aquel alto sacramento
| | que con tanta fe adoré; | 1180 | pero si yo mereciera
| | esa piedad, blasón fuera | | de los triunfos de
la fe, | | no mérito... mas ¡ay, cielos!, | | ¿cómo
ha de poder subir | 1185 | el preste, ni quien oír
| | mis últimos desconsuelos, | | si el aire que aquí
veloz | | siempre corre, que es su media | | región,
para más tragedia | 1190 | me desvanece la voz? | | ¿Cómo,
pues, pediré yo | | que me le traigan al valle | | para
que pueda adoralle, | | ya que recibille no, | 1195 | y más
a la hora que el día, | | transponiendo el horizonte
| | va dejando prado y monte | | a la obscura noche fría,
| | conque aun el poco consuelo | 1200 | que de ver gente tenía,
| | presumiendo que podría | | ser que encontrase su
anhelo | | subida al monte, me falta | | con la esperanza pequeña
| 1205 | de que entenderían mi seña | | desde
una cumbre tan alta. | | Mas no por eso el cruel | | estado
en que ahora me veo | | descaezca en el deseo | 1210 | de haber
de morir con él. | | Daré voces, que quizá
| | no habiéndome hasta aquí oído, | | con la quietud que sin ruido | | la noche al silencio da
| 1215 | podrá ser que repetida | | del eco alguna razón
| | acuda a mi devoción | | que importe más que
a mi vida. | | ¡Ah del valle! |
|
|
|
(Sale FEDERICO y
criados.)
|
[FEDERICO] | Para
mí | 1220 | no hay consuelo en tan terrible | | pena,
al ver cuán imposible | | es el socorro, y así
| | a solo Dios apelemos. | | Acudid a la ciudad, | 1225 | a
que su inmensa piedad | | con religiosos extremos | | de una
común rogativa | | y sacrificios, nos dé | |
algún ingenio con que | 1230 | pueda treparse esa altiva
| | cumbre, que a cualquier persona | | que halle medio en
su favor | | ofrece darle mi amor, | | la mitad de mi corona.
| 1235 | .º ¿Quién en tan grande aflicción,
| | señor, en el mundo hubiera | | que por su vida no
diera | | la mitad del corazón? | | .º Y pues la noche
ha cerrado | 1240 | tan lóbregamente fría | |
hasta que amanezca el día | | para volver al cuidado
| | de ver si vencerse puede | | la altura, a esa pobre ermita
| 1245 | recogerte solicita. | |
|
|
FEDERICO | Ningún descanso
concede | | tan grande pena. De aquí | | no me tengo
de apartar. | | Días y noches estar | 1250 | tengo, ¡ay
infeliz de mí!, | | en esta falda hasta que | | o le
vea socorrido | | o él a mí me vea rendido
| | también a la muerte, en fe | 1255 | de que en ella
acompañalle | | supe, pues si él muere no | | es posible vivir yo. | |
|
|
MAXIMILIANO | Clame otra vez: ¡Ah del
valle! | |
|
|
|
|
|
FEDERICO | ¿Habéis oído algunos
ecos? | |
|
|
|
2.º | Dentro
han sonado | | del monte. |
|
|
FEDERICO | Habránse
quedado | | en la ruina algunos güecos | | en que resuena
la voz | 1265 | de alguien que distante se halle | | y dice
a otros. |
|
|
|
|
|
|
FEDERICO | Y vuelve a decir la voz... | |
|
|
|
|
|
|
|
|
LAS TRES | Oíd, escuchad, atended al
lamento. | |
|
|
|
|
|
CARIDAD | Dígale
el eco | 1275 | aunque el viento lo calle. | |
|
|
LAS TRES |
¡Ah del valle: | | oíd, escuchad, atended al lamento
| | y dígale el eco | | aunque el viento lo calle.
| 1280 |
|
|
TODA MÚSICA | ¡Ah del valle, ah del valle,
ah del valle! | |
|
|
MAXIMILIANO | Oíd, atended, escuchad
mi lamento. | |
|
|
1.º [Y] 2.º | ¿Qué voces estas
serán | | que oímos y no conocemos? | |
|
|
FEDERICO |
Otra vez las escuchemos | 1285 | quizá ellas nos lo
dirán. | |
|
|
MAXIMILIANO | Si la lealtad o el valor | | mi
vida intenta, no sea, | | vasallos, la que desea | | mi amor
sino vuestro amor; | 1290 | yo muero desfallecido | | más
que del susto al espanto, | | del sol y el aire al quebranto,
| | al hambre y la sed rendido. | | Traedme al alto Sacramento,
| 1295 | porque estoy para expirar, | | donde le pueda adorar,
| | pues sólo con ese intento | | a despecho del vïento
| | dije por más que él lo calle: | 1300 | ¡Ah
del valle!, | | oíd, atended, escuchad mi lamento.
| |
|
|
FEDERICO | De Maximiliano es | | la voz, si ya no el deseo
| | la finje en mi devaneo. | 1305 | ¿Responderéle? Sí,
pues | | no en vano mi amor confía | | que su voz misterio
incluya, | | y que quien me tray la suya | | también
llevará la mía. | 1310 | ¡Ay infelice hijo mío,
| | quién en desdicha tan fiera | | enviarte envuelta
pudiera | | en el llanto que te envío | | alma y vida!
|
|
|
MAXIMILIANO | Ya,
señor | 1315 | y padre, mi ansia no es | | ansia, sino
dicha, pues | | es para mí la mayor | | el que tu bendición
lleve: | | ésta te pido y te ruego | 1320 | que hagas
que me traigan luego | | el Sacramento, que es breve | | el
término de mi vida | | y ya que sacramental | | no puedo,
espiritual | 1325 | comunión es bien que pida. | |
|
|
FEDERICO |
Si algún consuelo pudiera | | tener en tanta aflicción,
| | ver en ti la devoción | | de tus abuelos lo fuera
| 1330 | y así para tener parte | | en esta heredada
dicha, | | a pesar de la desdicha | | ese consuelo he de darte.
| | Yo mismo por él iré; | 1335 | venid todos,
que pretendo | | que todos vengáis sirviendo | | al
misterio de la fe. | | Tú espera que al arrebol | |
primero que el monte dora | 1340 | te ha de amanecer la aurora
| | pues te ha de alumbrar el sol. | |
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MAXIMILIANO | Sea crisol
| | de la fe con que le pido | | haber oído | 1345 | desde
tan lejos mi acento | | cuando a despecho del viento | | dije
por más que él lo calle: | |
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ÉL Y MÚSICA |
¡Ah del valle! | | Oíd, atended, escuchad | 1350 | mi
lamento. |
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(Sale el DEMONIO, ÁSPID y BASILISCO.)
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DEMONIO | ¡Qué
tormento | | pudo el cielo a mi horror dalle | | mayor que
para adoralle | | le traigan el Sacramento! | |
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BASILISCO | Las
virtudes que le asisten | 1355 | ecos de sus voces fueron
| | con que todos las oyeron. | |
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ÁSPID | No sólo
en eso consisten | | los favores que le dieron | | sus auxilios,
sino en que | 1360 | tanto con ellos alcanza | | el vivo pan
en que cree, | | que va por él la Esperanza | | a que
le traiga la Fe. | |
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DEMONIO | No es esa mi más cruel
| 1365 | pena, ni mayor dolor | | sino que constante y fiel
| | la Caridad, que es amor | | de Dios se quede con él.
| |
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BASILISCO | Añade a nuestro despecho, | 1370 | viendo
que en la ermita no hay | | ornamentos de provecho, | | la
prisa con que le tray | | el sacerdote en el pecho. | |
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ÁSPID |
Y otra aún no menos aguda | 1375 | hay que aquí
el dolor acuda | | y es el ver cuán reverente | | viendo
con él tanta gente | | a lo lejos le saluda. | |
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MAXIMILIANO |
Salve, oh gran sacrificio, que primero | 1380 | en Abel figuró
blanco cordero, | | blanco maná en Moisés y
con opimo | | fruto en Caleb y Arón blanco racimo,
| | subceniricio viático en Elías | | y exprimido
licor en Isaías. | 1385 | Salve, oh tú, soberano
| | don que a Abraham gloriosamente ufano | | dio de Melquisedech
el pan y el vino, | | salve, panal divino, | | que en boca
del león que muerto deja | 1390 | labró a Sansón
artificiosa abeja, | | providente tesoro | | que sin oro José
dio en granos de oro, | | y contra su fatiga | | vio en masa
Abigail, Ruth en espiga, | 1395 | pan de proposición,
oblación pura | | y sobre substancial vida y dulzura,
| | antídoto inmortal de nuestro pecho, | | memoria
del amor, vínculo estrecho | | de caridad, manjar del
elegido, | 1400 | cáliz de bendición, Dios escondido,
| | influencia divina | | de liberalidad, y peregrina | | dádiva
trascendente de incruento | | misterio: ¡salve, oh tú,
gran Sacramento, | 1405 | de tu pasión memoria, | | prenda
feliz de la futura gloria, | | y permite ante ti mis culpas
llore | | y como pueda desde aquí te adore. | |
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DEMONIO |
Tanto este elogio me asombra | 1410 | y aquel misterio me pasma
| | que por no verle ni oírle | | es fuerza que huyendo
vaya, | | y pues ya como león | | cumplí con
poner mi rabia | 1415 | su vida en mortal peligro, | | cumplid
con ponerle entrambas, | | como Basilisco y Áspid,
| | en no menor riesgo el alma, | | perturbándole en
la fe | 1420 | los frutos de la esperanza. | |
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BASILISCO | Fía
de mí que mi vista | | a su vista esfuerzos haga | | que en la fe le prevarique. | |
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ÁSPID | Y de mí
que yo le añada | 1425 | en la esperanza despechos.
| |
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MAXIMILIANO | Ya la gente que acompaña | | del católico
David | | a las piadosas instancias, | | no al arca del Testamento
| 1430 | sino al tesoro del arca, | | se viene acercando. ¡Quién,
| | antes que él a mí llegara | | pudiera llegar
a él! | |
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ÁSPID | Arrójate de esas altas
| 1435 | peñas, que mayor razón | | es que tú
a adorarle vayas | | que no que él venga a que | | tú
le adores. |
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BASILISCO | Adelanta
| | el fervor; échate de ellas. | 1440 |
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MAXIMILIANO | Cielos,
en tan temeraria | | aprensión dadme valor | | con que
pueda desecharla, | | o espíritu con que pueda | | interiormente
lograrla | 1445 | en el afecto, con que | | a ser lícito
me echara | | de este monte; fuera yo | | ¡oh Señor!,
el que os buscara; | | que no soy digno de que | 1450 | vos
entréis en mi morada. | |
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ÁNGEL | YCARIDAD
Ninguno es digno mas todos | | pueden serlo por la gracia,
| | (Cantando.) | y así en su palabra...
| |
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LOS DOS | ...mejora las horas y enmienda
las almas. | |
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|
TODA MÚSICA | Y así
en su palabra | | espera, confía, | | que el llanto,
que el ansia | 1460 | mejora las horas y enmienda las almas.
| |
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ÁSPID | ¿Qué nueva música es esta | | que mi sentido arrebata? | |
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BASILISCO | No sé, mas sé
que tras sí | | también mi discurso arrastra.
| 1465 |
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MAXIMILIANO | ¿Quién con interior consuelo | |
me cobra en mí confianza? | |
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CARIDAD | (Canta.) | La
Caridad, que el amor | | de Dios es, y al que le llama | |
responde, da al que le pide | 1470 | y el que le busca le halla.
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ÁNGEL | (Canta.) | Y para seguridad
| | de su custodia y su guardia, | | acompañarle en
sus sendas | | a sus ángeles les manda. | 1475 |
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CARIDAD |
Con tal celo que porque | | en una piedra aún no caiga
| | el pie lastimado, quiere | | que le lleven en las palmas.
| |
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MÚSICA | Y así en su palabra, | 1480 | espera,
confía, | | que el llanto que el ansia | | mejora las
horas y enmienda las almas. | |
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ÁSPID | ¿Qué conjuro
será este | | que al áspid su encanto encanta?
| 1485 |
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BASILISCO | ¿Quién al Basilisco ciega | | que aun
la luz del sol le falta? | |
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LOS DOS | Pero oiga hasta ver
en qué | | del salmo el ensalmo para. | |
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CARIDAD | (Cantando.) | Palabra
es suya también | 1490 | que el que atribulado clama
| | verá en sus tribulaciones | | cuán generoso
le ampara. | |
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ÁNGEL | Armándole del escudo | |
con que resistencia haga | 1495 | de las volantes saetas | | a las venenosas armas. | |
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CARIDAD | Y para que ningún
riesgo | | le haga caer en desgracia, | | del lazo del cazador
| 1500 | romperá las asechanzas. | |
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LOS DOS Y MÚSICA |
Y así en su palabra, | | espera, confía | | que
el llanto, que el ansia, | | mejora las horas y enmienda las
almas. | 1505 |
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ÁSPID | ¿Qué esperamos que no damos
| | voces nosotros más altas | | que estas confundan?
|
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BASILISCO | Bien
dices; | | suspended las alabanzas, | | que antes que yo...
cuando... si... | 1510 | ¿Quién me ha entorpecido el
habla? | |
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ÁSPID | Prosigue o proseguiré | | yo.
Suspended... ¿Quién embarga | | el aliento, que las
voces | | no encuentran con las palabras? | 1515 |
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CARIDAD | (Cantando.) | Ven,
pues que la caridad | | te guía. |
|
|
ÁNGEL | Ven
pues te acompaña | | quien en estos montes fue | | tu
más cuidadosa guarda. | |
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|
CARIDAD | Donde descendiendo
subas | 1520 | a otras esferas más altas. | |
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ÁNGEL |
Y pues león y dragón | | venciste en la lid
pasada... | |
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LOS DOS | ...a honor de la Caridad, | | de
la Fe y de la Esperanza | 1525 | pon agora sobre el Áspid
| | y el Basilisco las plantas. | |
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|
MAXIMILIANO | ¿Dónde
estoy? Otra y mil veces | | dude qué es lo que me pasa.
| | ¿Quién desde aquella alta cumbre | 1530 | me ha descendido
a su falda? | | ¿Pero cómo a discurrirlo | | me atrevo,
cuando me faltan, | | -o ya suspendido al sumo | | favor sin
ver quien me ampara, | 1535 | o ya al sumo desaliento | | del
rigor de la montaña- | | voces con que a uno agradezca
| | ni fuerzas que a otro no bastan, | | y pues que en dos
confusiones | 1540 | una anima, otra desmaya | | ¿qué
mucho, ¡ay de mí!, qué mucho | | me dé
por vencido a entrambas | | mientras no haya quien me diga
| | de sus efectos la causa? | 1545 |
|
|
ÁSPID | Por no decírsela
yo | | huiré aunque arrastrando vaya. | |
|
|
BASILISCO | Yo
por no ver que se acerque | | el afecto de lograrla. | |
|
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ÁNGEL |
Espera que no has de irte. | 1550 |
|
|
CARIDAD | Ni tú has
de ausentarte, aguarda. | |
|
|
ÁNGEL | Que para mayor castigo...
| |
|
|
CARIDAD | Que para mayor venganza... | |
|
|
ÁNGEL | ...de
tu venenoso encanto... | |
|
|
CARIDAD | ...de tu traidora asechanza...
| 1555 |
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|
ÁNGEL | ...no sólo has de ver su fe | |
como la has visto, premiada | | con imperiales blasones | | desde el gran Rodulfo hasta | | Maximiliano... |
|
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CARIDAD |
Sino
| 1560 | desde él por edades largas | | también
cumplida en los altos | | blasones de la esperanza, | | y para
que veas que el monte | | teatro de su desgracia | 1565 | también
lo es de su ventura | | ¿qué ves en esotra estancia
| | que no destruyó la ruina? | |
|
|
BASILISCO | Que rasgando
sus entrañas | | también a su imitación
| 1570 | en trozos se despedaza. | |
|
|
ÁNGEL | ¿Tú
qué miras en su centro? | |
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|
ÁSPID | Un árbol
de cuyas ramas | | son los frutos y las flores | | augustas
coronas varias. | 1575 |
|
|
ÁNGEL | Reconoce cúyas
son, | | ya que por mí te adelanta | | el cielo el conocimiento.
| |
|
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BASILISCO | La
real prosapia | | de su heredada fe en quien | 1580 | cumplirá
Dios la palabra | | que en su nombre el vaticinio | | dio al
preste. |
|
|
|
ÁSPID | De que Felipe, su hijo,
| | es aquél a quien la fama | 1585 | dará el
renombre de hermoso, | | y esposo de doña Juana | |
de Castilla, única reina | | legítima y propietaria,
| | será el primero que a ella | 1590 | el rico diamante
traiga | | que engastado en su corona | | brille archiducado
de Austria. | |
|
|
BASILISCO | Carlos quinto, invicto César,
| | emperador de Alemania | 1595 | y de España primer
Carlos, | | glorioso por sus hazañas, | | su hijo es
aquél, que en la excelsa | | emperatriz soberana | | Isabel de Portugal | 1600 | dará otro Felipe a España
| | tan segundo Salomón | | que a Dios le labrará
casa | | que sobre todas las siete | | sea maravilla octava.
| 1605 |
|
|
ÁSPID | A quien tercero Felipe, | | hijo suyo y
de doña Ana | | de Austria, alemana deidad, | | seguirá,
sancto monarca, | | cuya piedad, cuya paz | 1610 | y religión
será tanta | | que arrancará de una vez | | la
raíz que la africana | | seta por tantas edades | |
prendió en su española patria, | 1615 | dando
en la divina reina | | religiosamente sancta | | la Margarita
de quien | | también el Austro fue nácar, | | la felice subcesión | 1620 | del cuarto Felipe, estampa
| | tan de todos en la fe | | y devoción de la sacra
| | Eucaristía, que ya | | que no le fabrique casa,
| 1625 | católico Obededón, | | la trairá
a su Real Alcázar, | | donde la oración continua
| | y las continuas estancias | | de fe, devoción y
celo, | 1630 | de la sin par Marïana, | | también
águila imperial | | como nieta, hija y hermana | | de
ínclitos emperadores, | | lograrán, reina de
España, | 1635 | esposa y madre, el mayor | | consuelo
en la mayor ansia | | pues será el segundo Carlos
| | quien... |
|
|
FEDERICO | No
paséis de aquí hasta | | que adelantándome
yo | 1640 | señas al peñasco haga | | para que
viendo en qué parte | | Maximiliano en su alta | | cumbre
deja, verse pueda | | reconocida la estancia, | 1645 | elegir
la feliz peña | | que ha de merecer ser ara | | a donde
alcance a adorarle | | en más medida distancia. | |
|
|
ÁNGEL |
No prosigáis, que ya llega | 1650 | el Sol de la mejor
alba. | |
|
|
CARIDAD | Y lo que agora no véis | | después
lo dirá la fama. | |
|
|
ÁSPID | Harto nos has dicho,
pues | | nos ha dicho en sombras varias | 1655 | que siendo
Maximiliano | | quinto nieto en la prosapia | | de Rodulfo
y quinto nieto | | Carlos en la suya, es clara | | consecuencia
de que quiere | 1660 | Dios que aumentándose vaya | | con católicos blasones | | por siglos y edades largas.
| |
|
|
|
(Sale [MAXIMILIANO].)
|
FEDERICO | ¡Ah de
la cumbre del monte! | | ¡Maximiliano! |
|
|
|
|
MAXIMILIANO | ¿A
qué efecto, | | si me tienes a tus plantas? | |
|
|
FEDERICO |
¿Qué miro? Dame los brazos. | |
|
|
MAXIMILIANO | Y en ellos
la vida y alma. | |
|
|
FEDERICO | ¿Cómo para descender
| 1670 | senda hallaste que con tantas | | diligencias busqué
yo | | y no fue posible hallarla? | |
|
|
MAXIMILIANO | No sé,
porque sólo sé | | que sin ver quien me acompaña,
| 1675 | me guía y me adiestra, me hallo | | como me
ves, en la falda | | del monte tan descaecido | | y absorto,
que en esa parda | | peña hube de recostarme | 1680 | sin saber lo que me pasa, | | más de que como entre
sueños | | un joven vi de tan rara | | hermosura...
mas ¿qué digo?, | | no sé nada, no sé
nada. | 1685 |
|
|
FEDERICO | Yo sí, pues sé que tu
fe | | y tu devoción te amparan | | a honor de ese gran
misterio, | | y que él del riesgo te salva: | | llegad
todos, llegad todos | 1690 | a ver maravilla tanta. | |
|
|
|
(Sale el SACERDOTE y FE, ESPERANZA y todos los villanos.)
|
SACERDOTE | No es maravilla que Dios | | milagros en
la fe haga | | de este alto sacramento. | |
|
|
FEDERICO | En hacimiento
de gracias | 1695 | descubridle para que | | todos se echen
a sus plantas. | |
|
|
MAXIMILIANO | No, señor, que no es
decente | | templo una desierta estancia | | el día
que no disculpa | 1700 | la necesidad la falta | | del culto,
y así es mejor | | le volvamos a su casa | | donde todos
le adoremos | | en su sagrario y su ara | 1705 | colocado.
|
|
|
FEDERICO | Dices
bien | | y pues nos trujieron ansias | | y lágrimas
a este puesto | | adonde tan mejorada | | la pena se trueque
en dicha | 1710 | y en ventura la desgracia, | | triunfante
a su ermita vuelva. | |
|
|
ÁNGEL | Y yo, señor, como
guarda | | que he sido suya en el monte, | | a estos bandidos
que andaban | 1715 | robando en él he prendido | | para
que a su triunfo añadan | | más trofeos. |
|
|
CARIDAD |
Y
a esta fiera | | que huyendo de la batalla | | salió,
como Caridad | 1720 | que los viadores resguarda, | | también
por despojo de ella | | le traigo al triunfo. |
|
|
|
|
|
FE | Pues para que también haya
| 1725 | memoria de tan gran triunfo | | la fe le ofrece una alta
| | cruz en la cumbre del monte | | luego que el camino se
abra, | | que sea inmortal padrón | 1730 | de esa religiosa
hazaña. | |
|
|
ESPERANZA | La esperanza ofrece que | | será
de la ilustre casa | | suya el mayor patrimonio | | la devoción
heredada | 1735 | de este alto sacramento, | | en cuya gran
confianza | | fía que la subcesión | | que de
aquel tronco se aguarda | | logre presto en posesiones
| 1740 | de todos las esperanzas. | |
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|
SACERDOTE | Yo fío de Dios
que sea | | sin que peligre en jactancia | | mi segundo vaticinio
| | segundo blasón del Austria. | 1745 |
|
|
FEDERICO | Sube
pues, sube al altar | | y haga la alegría la salva
| | a los umbrales del templo. | |
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ALEGRÍA | Sí
haré, que si retirada | | el tiempo del sentimiento
| 1750 | estuve, ya es bien que salga | | a la luz del sol.
|
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|
PENSAMIENTO | Lo
mismo | | al Pensamiento le pasa | | suspenso en que tal prodigio
| | ni el pensamiento le alcanza, | 1755 | y pues todas las
virtudes | | se alegran con los que ensalzan | | las obras
de Dios, repitan | | con todos en voces varias | | que su palabra
| 1760 | mejora las horas y enmienda las almas, | | y así
Caridad y Fe y Esperanza | | canten la victoria | | dándole
la palma | | en loor del segundo | 1765 | blasón del
Austria. | |
|
|
SACERDOTE | Llegad, llegad, que ya está
| | el sacramento en el ara. | |
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|
TODOS | ¡Quién en su culto
tuviera | | mil corazones, mil almas | 1770 | que ofrecerle!
|
|
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|
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|
TODOS | ¡Quién mil lenguas para ques
| | dijeran en su alabanza | | (Cantando.) | que
su palabra | 1775 | mejora las horas y enmienda las almas.
| |
|
|
MÚSICA Y TODOS | Y así Caridad y
Fe y Esperanza | | canten la victoria | | dándole la
palma | | en loor del segundo | 1780 | blasón del Austria.
| |
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Si quid Dictum contra fidem aut bonos mores quasi
non dictum et omnia sub correctione. Don Pº Calderón
De la Barca.
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