Jornada II |
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Salen descubriendo a ESPÍNOLA en una
tienda escribiendo, y LADRÓN a un lado16.
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ESPÍNOLA | Ninguno
| | llegue a hablarme, porque tengo | | mil cosas que despachar
| | a España, cuando me veo | | cercado de obligaciones
| 5 | y de mil cuidados lleno. | |
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ALONSO | Manda que no hagan
rüido | | en la ciudad; porque pienso | | que no te deje
escribir | | el que tienen allá dentro. | 10 |
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ALONSO | Están
haciendo señas | | desde esos muros soberbios | | con
chinillas de a cincuenta | | libras de plomo, lloviendo | | sobre nosotros granizo | 15 | de pólvora, tan espeso
| | que estorba el humo a la vista | | más que la ilumina
el fuego. | |
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ESPÍNOLA | Al rüido escribiré,
| | que si en Julio César leo | 20 | que en la guerra
le tocaban | | un harpa, a cuyos acentos | | escribía
sus vitorias, | | yo que vitorias no tengo | | escribiré
mis cuidados, | 25 | incitados de los ecos | | del bronce, si
no más dulce, | | más apacible instrumento.
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(Disparan.)
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ALONSO | ¡No es nada! Todos
los diablos | | deben de andar allí dentro; | 30 | que
tanto fuego no puede | | salir sino del infierno. | |
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ESPÍNOLA |
Esta la Gaceta es | | por donde advertirme quiero. | | Dice
así: «Milán. El duque | 35 | de Feria, gran caballero,
| | salió con veinte mil hombres». | | Y no es el mundo
pequeño | | trofeo de su valor. | |
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(Disparan.)
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ALONSO | ¡Oh, cuál silban por el viento
| 40 | los pajaritos de plomo! | |
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ESPÍNOLA | «Nápoles.
El de Alba ha puesto | | toda su gente en campaña».
| | ¡Que nunca guerras se vieron | | sin señor deste
apellido | 45 | ni soldado de Toledo! | |
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(Disparan.)
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ALONSO | Tira, que un doblón te cuesta | | cada
tiro. Este consuelo | | no me le podrás quitar. | |
Juro a Cristo que me huelgo. | 50 |
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ESPÍNOLA | «El Brasil.
Las dos armadas | | desde Lisboa salieron
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| con la más
lucida gente | | que se ha visto». ¡Quiera el cielo | | tengan
el fin que desean! | 55 | «Génova (con temor leo) | | oprimida está del duque | | de Saboya, porque ha puesto
| | su campo a dos leguas della, | | y aun llegado su esfüerzo...»
| 60 | Yo sé bien que no llegara, | | si yo estuviera.
Mas vuelvo | | a mirar dónde llegó. | | «A la
montaña que ha puesto | | naturaleza por guarda
| 65 | de sus edificios, siendo | | rústico muro que sirve
| | de coluna al firmamento». | | Perdone el valor, la envidia
| | perdone, si me enternezco | 70 | con tal nueva, que tal
vez | | es valor el sentimiento; | | y mi patria me perdone,
| | si visto bruñido acero | | y no es en defensa suya;
| 75 | que aunque tuviera por cierto | | que había, caso
imposible, | | de ser humilde trofeo | | de las vencedoras
armas, | | que tantas veces pudieron | 80 | serlo de España,
piedad | | de su generoso pecho. | | Y aunque supiera también
| | que bastara a defenderlo | | mi persona, no dejara | 85 | la empresa que en Flandes tengo, | | por mi patria, por mi
honor, | | ni por mi vida. No puedo | | al Rey servirle con
más, | | ni agradecerle con menos. | 90 | Génova
tiene su amparo, | | pues, ¿qué temor, qué recelo
| | puede ocuparla, si solo | | el nombre de España
ha puesto | | terror al mundo, tocando | 95 | con sus manos
sus extremos? | | Díganlo Italia, el Brasil, | | y Flandes,
que a un mismo tiempo | | embarazados con guerras, | | su poder
están diciendo. | 100 | ¿Qué mucho, pues, que
un monarca, | | que a un tiempo tiene docientos | | mil hombres
en la campaña, | | peleando y defendiendo | | la fe,
pida a sus vasallos | 105 | ayuden al justo celo, | | sirvan
a la acción piadosa | | de tan religioso efeto? | |
El alma y la vida es poco, | | que la hacienda de derecho
| 110 | natural es suya; aunque | | a su dilatado imperio | | sirva de testigo el sol, | | sin que le falte un momento.
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(Sale un INGENIERO.)
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ALONSO | Agora
| 115 | su Excelencia está escribiendo. | | No puede
hablarse. |
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INGENIERO | Mandome
| | que ahora viniese. |
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ESPÍNOLA | Ve tú, llámame al momento
| 120 | a don Gonzalo Fernández | | de Córdoba, porque
tengo | | que aconsejarme con él. | | Vaya diciendo,
maestro, | | ¿en qué estado están las barcas?
| 125 |
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INGENIERO | Señor, doce barcas tengo...
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—257v→
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ESPÍNOLA |
Bien le oigo, pero escribo, | | porque no perdamos tiempo.
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INGENIERO | Sobre el río fabricadas, | | que llaman
barcas de fuego. | 130 |
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ESPÍNOLA | Ya sé del modo
que son. | | Tiene cada una dentro | | gran turba, que así
se llama, | | de piedras, árboles gruesos, | | peñascos,
piezas quebradas, | 135 | tierra, vigas, plomo y hierro. | | Estas tienen solo un hombre | | cada una; y él, en
viendo | | que se acerca el enemigo, | | no hace más
que pegar fuego, | 140 | y arrojarse al agua; ella | | empieza
a encenderse luego, | | arrojando de sí cuanto | | encierra
su vientre y siendo | | un Etna de fuego horrible. | 145 |
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INGENIERO |
Estas tienen solo un riesgo. | |
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ESPÍNOLA | Es, ¿que no
vengan a nado | | los enemigos? Ya siento | | la ocasión,
las mismas armas | | nuestras les sirvan a ellos. | 150 |
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INGENIERO |
Sí, pero un remedio tiene. | |
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ESPÍNOLA | Eso se
remedia haciendo | | una estacada en el río | | de muchos
árboles, puestos | | en puntas unos con otros,
| 155 | llenos de puntas de acero, | | para que topando en ellas
| | ovas o hombres, al momento | | se hagan dos mil pedazos.
| | ¿No quiere decirme esto? | 160 |
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(Salen DON GONZALO
y LADRÓN.)
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GONZALO | ¿Qué me manda Vuexcelencia?
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ESPÍNOLA | Vaya a trabajar, maestro, | | yo iré
por allá después. | | Señor, un negocio
quiero | | tratar con Vuexcelencia, | 165 | para tomar su consejo.
| | La señora Infanta escribe | | que ha sabido por
muy cierto | | que el príncipe de Polonia | | viene
a Flandes, con intento | 170 | de ver el sitio famoso | | que
a Bredá tenemos puesto. | | Vuexcelencia me diga,
| | ¿qué entrada, recibimiento | | y salva le hemos de
hacer? | 175 | Advirtiendo que es afecto | | a España,
y que en Roma ha estado | | de su parte, y después
desto, | | que es Príncipe soberano | | y señor
de dos imperios. | 180 |
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GONZALO | Pues lo que se debe hacer
| | es que el de Vergas, fingiendo | | una batalla trabada,
| | saque en su recibimiento | | toda la caballería
| 185 | dos leguas de Bredá, luego | | el conde de Salazar
| | tenga los arcabuceros | | a una legua, y con la salva
| | real le reciban, haciendo | 190 | que al punto la artillería
| | responda en confusos ecos. | | Junto a la tienda, señor,
| | de Vuexcelencia, al derecho | | lado se levante otra,
| 195 | donde al Príncipe esperemos | | los maeses y capitanes,
| | los cabos y los sargentos, | | con Vuexcelencia; después
| | en sus acciones veremos | 200 | lo que se debe advertir.
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—258→
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(Sale DON VICENTE.)
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VICENTE | Otra vez han intentado
| | hacer con un terrapleno | | los de la muralla un dique;
| 205 | y debe de ser su intento, | | que como las ondas bajan
| | retardando y deteniendo | | su curso, venga a verter | | sobre el ejército nuestro | 210 | todo el río
y anegarnos. | |
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GONZALO | Vuexcelencia para esto | | puede hacerle
nuevas madres | | al río, para que al tiempo | | que
se vaya rebalsando, | 215 | tomando otro curso nuevo | | no
pueda ofendernos. |
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ALONSO | Yo
| | diera un arbitrio más bueno | | para impedirlo.
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ALONSO | Pusiera allí los tudescos,
| 220 | y dijérales: «El dique | | que veis se derribe
luego | | o moriremos ahogados». | | Que yo aseguro que ellos,
| | por no beber agua, vayan | 225 | a derribarlo al momento.
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(Sale BARLANZÓN con pierna de palo.)
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BARLANZÓN | Señor,
unas buenas nuevas | | traigo. |
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ALONSO | Y
aun no es caso nuevo | | que, siendo buenas, caminen | | con
pies de palo. |
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ESPÍNOLA | Ya
espero | 230 | a saber qué son. |
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BARLANZÓN | Enrique
| | de Nasau su gente ha puesto | | a la vista nuestra y dice
| | que ha venido con intento | | de meter en la ciudad
| 235 | socorro. Agora veremos | | si esto es guerra o si es estarnos
| | con las manos en el seno. | |
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ESPÍNOLA | El conde de
Salazar | | salga a campaña al momento | 240 | con el
escuadrón volante, | | y estense los tercios quedos,
| | vengan por donde vinieren; | | que no será buen
acuerdo, | | por acudir a una parte, | 245 | las otras desamparemos.
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(Sale DON FADRIQUE BAZÁN.)
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FADRIQUE |
Por la tierra y por el agua | | quieren meter el sustento
| | dentro de la fortaleza. | |
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ESPÍNOLA | Pues, don Fadrique,
¿qué es eso? | 250 |
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FADRIQUE | Barcas vienen por el río
| | con gente y socorro. |
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ESPÍNOLA | Esto
| | me da más cuidado. Al punto | | sobre aquel fuerte
que ha hecho | | Pablo Ballón, cuatro piezas | 255 |
se pongan. ¡Pluguiera al cielo | | tuviera yo la estacada
| | hecha, que yo sé cuán presto | | se volvieran!
|
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FADRIQUE | Pues,
¿qué aguardas | | para que se haga? |
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ESPÍNOLA |
Temo
| 260 | que han quedado los soldados | | sin fuerzas y sin aliento
| | de las fortificaciones | | hechas en tan breve tiempo,
| | y no querrán trabajar. | 265 |
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VICENTE | Pues cuando
no quieran ellos,
| | |
—258v→
| ¿aquí no estamos nosotros?
| |
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FADRIQUE | ¿Qué esperamos, caballeros? | | Nosotros
hemos de ser | | a esta facción los primeros. | 270 |
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GONZALO | Así a nuestra imitación | | veréis
como acuden luego | | los soldados. |
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(Toman todos
espuertas, azadones y hachas.)
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FADRIQUE | Vengan
hachas | | y azadones, poblaremos17 | | ese caudaloso río
| 275 | destos árboles, haciendo | | las ondas senda
inconstante | | a los suspiros del viento. | |
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VICENTE | Esta
amena población | | de los montes traslademos | 280 | a las olas, y parezcan | | errantes bosques amenos. | |
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GONZALO |
Unos corten y otros lleven | | los secos árboles.
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(Disparen y cae la tienda.)
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ALONSO | ¡Cielos!,
| | desquiciados de los polos | 285 | se trastorna el firmamento.
| |
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ESPÍNOLA | Una bala es que se ha entrado, | | derribando
y deshaciendo | | grande parte de mi tienda. | |
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BARLANZÓN |
¡Miren qué poco respeto! | 290 | ¡Sin licencia se nos
entran | | a conversación! |
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ESPÍNOLA | A
los cielos | | doy gracias que vivo estoy. | |
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ALONSO | Si no
te hizo mal, lo mismo, | | aunque haya dado a tus plantas,
| 295 | fuera haber dado en Toledo. | |
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ESPÍNOLA | ¡A la
estacada, soldados! | |
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FADRIQUE | Ya los españoles18 puestos
| | están para trabajar. | |
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VICENTE | Ya los rudos instrumentos
| 300 | truecan las doradas armas. | |
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ESPÍNOLA | ¡Oh españoles19,
oh portentos | | de la milicia y asombro | | del mismo Marte!
Yo espero, | | en vuestro valor fïado, | 305 | que he de
unir los dos imperios, | | siendo escudo de Filipo | | el águila
de dos cuellos. | |
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(Vanse, y salen LAURA y FLORA.)
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LAURA | Es la fama sol que dio | | en una sutil vidriera;
| 310 | pues aunque el sol quede fuera, | | el resplandor penetró.
| | A mis oídos llegó, | | guardándome
a mí el decoro | | que en estos casos ignoro, | 315 | el nombre de un caballero | | que no le he visto y le quiero,
| | no le conozco y le adoro. | | Mas para informarme dél,
| | si es mi pena venturosa, | 320 | baste que es, ¡oh Flora
hermosa!, | | español y Pimentel. | | Aquel agrado y
aquel | | noble y discreto apellido, | | ¿qué pecho
no le ha rendido?, | 325 | ¿qué gusto no se ha inclinado?,
| | ¿qué libertad se ha negado?, | | ¿qué afición
se ha resistido? | |
|
|
FLORA | Parecidas, Laura, son | | tu desventura
y la mía. | 330 | Libre del amor vivía, | | cuando
su dulce pasión | | hizo en el fuego impresión;
| | pues en abismo tan fiero | | yo vi un cortés caballero,
| 335 | que, aunque en el alma le imprimo, | | no sé
quién es y le estimo,
| | |
—259→
| no le conozco y le quiero.
| | Y porque las dos estemos | | satisfechas en los daños
| 340 | de los confusos engaños | | que igual las dos
padecemos... | | Mas ¿qué notables extremos | | nos
causan nuevos enojos? | |
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(Sale ESTELA.)
|
ESTELA | Esos hermosos despojos, | 345 | esparcidos por el viento,
| | den suspiros a mi aliento, | | den lágrimas a mis
ojos. | |
|
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FLORA | Estela, ¿qué es esto? ¿Así | | haces extremos tan graves? | 350 |
|
|
ESTELA | Tú que me
consuelas, ¿sabes | | la causa que tengo? |
|
|
FLORA | Sí,
| | sí la sé, pues que perdí | | la libertad
que perdiste, | | vi los rigores que viste, | 355 | y lloro
tu mismo mal; | | porque es a todos igual | | una desdicha
tan triste. | |
|
|
ESTELA | Según eso, ¿ya has sabido | |
el bando que han publicado | 360 | Morgan y Justino? |
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FLORA |
Ha
estado | | suspenso y mudo el sentido, | | en sus penas divertido.
| | Pero, ¿qué nueva impiedad | | mandan? |
|
|
ESTELA | Que
de la ciudad | 365 | salgan, ¡qué torpes consejos!,
| | los mancebos y los viejos | | que tuvieren en su edad
| | a menos de quince años | | y a más de sesenta.
|
|
|
FLORA | ¡Ay
Dios! | 370 | Que en ese bando los dos, | | padre y hijo, que
mis daños | | con amorosos engaños | | hacen
dulces, comprehendidos | | están. |
|
|
ESTELA | Hoy
verás perdidos | 375 | consuelos tan desdichados, | | pues hoy saldrán desterrados, | | de su patria aborrecidos.
| | Mas ¿para qué a decir llego | | lo mismo, Flora,
que ves? | 380 |
|
|
FLORA | Si esta mi desdicha es, | | ya en mis
lágrimas me anego. | |
|
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|
(Salen MORGAN tras el
padre, JUSTINO tras el hijo.)
|
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ALBERTO | ¡Ay de mí! ¿Podré sufrir
| | mi muerte?20 |
|
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FLORA | ¿Quién
podrá | | tantos golpes resistir? | | ¿Posible es que
sus tiranas | | fuerzas no templen sus daños | 390 |
a la piedad destos años | | y al respeto destas canas?
| | Las fieras más inhumanas | | tienen respeto y amor;
| | pues, ¿qué furia, qué rigor, | 395 | con injusto
parecer, | | hoy ha pretendido hacer | | nuestra desdicha mayor?
| | ¿Qué importa una y otra vida | | tan triste, tan
desdichada, | 400 | una, sin razón cortada; | | otra,
sin razón rompida? | | Del céfiro la atrevida
| | |
—259v→
| furia marchita el candor | | del más vivo resplandor;
| 405 | que no es trofeo bastante, | | Justino, una flor infante,
| | Morgan, una helada flor. | |
|
|
JUSTINO | Madama, piadoso intento,
| | que no crüel, los destierra; | 410 | que inútiles
en la guerra, | | no han de comer el sustento | | de aquellos
cuyo ardimiento | | hoy resistirse pretende | | al poder que
nos ofende; | 415 | porque un viejo nos lastima, | | un niño
nos desanima | | y un soldado nos defiende. | | Minando una
peste va, | | de que estamos todos llenos; | 420 | y siendo
la gente menos, | | menos su furia será, | | el sustento
durará | | más ya; que esto se imagina | | en
la dieta medicina, | 425 | porque no llegue a tocar | | la peste
al cuerpo, a cortar | | un brazo se determina. | | Y en reparo
natural, | | cuando un golpe se endereza | 430 | a herirnos
en la cabeza, | | la mano acude leal | | como parte principal.
| | Así resistir podremos | | estos bárbaros
extremos; | 435 | que es bien, pues tales estamos, | | porque
todos no muramos, | | que la mitad nos matemos. | | Y porque
los expelidos | | quejas no puedan tener, | 440 | tu hijo y
padre han de ser | | en el bando comprehendidos. | | Pero a
tus quejas movidos, | | viendo que la pena airada | | se mira
en ti duplicada, | 445 | quiero en tan triste fortuna | | seas
comprehendida en una, | | y en otra privilegiada. | | Escoge,
presentes tienes | | los dos, y siendo hija y madre, | 450 | tienes hijo y tienes padre. | | Determina a quién
previenes | | la vida, y si te detienes, | | quizá no
tendrás lugar. | | Sola te quiero dejar, | 455 | en tanto
que a arrojar voy | | el puente, un hora te doy | | para poderlo
pensar. | |
|
|
|
(Vanse MORGAN y JUSTINO.)
|
FLORA |
¿Adónde podré volver, | | ¡cielos!, en tantos
enojos, | 460 | si a todas partes los ojos | | tienen desdichas
que ver? | | ¿A quién he de responder | | cuando me
llaman iguales | | dos afectos principales, | 465 | dos impulsos
diferentes, | | dos aprehensiones vehementes, | | dos acciones
naturales? | | No sé qué hacer, ¡ay de mí!
| | Mi vida o mi muerte ignoro. | 470 | Aquí me llama
el decoro | | de padre, el amor allí | | de hijo, de
aquel recibí | | el ser, que he de conocer; | | pero
a aqueste le di el ser, | 475 | que he de aumentar generosa.
| | ¿Qué elección es más piadosa, | |
obligar o agradecer? | |
|
|
CARLOS | ¿Qué es lo que dudosa
y triste | | esperas para nombrarme?
| 480 | |
—260→
| Pues a mí
puedes quitarme | | la vida que tú me diste; | | no
aquel ser que recibiste | | puedes en esta ocasión
| | negar, y es más noble acción | 485 | asistir
con la piedad | | antes que a la voluntad, | | señora,
a la obligación. | |
|
|
ALBERTO | Si a la obligación
debemos | | asistir siempre, ¿no ves | 490 | que, aumentar nuestro
ser, es | | la obligación que tenemos? | | Todos con
esta nacemos, | | y así debes acudir | | a tu hijo,
y eligir | 495 | su vida, porque la mía | | es sombra
caduca y fría, | | cuando él empieza a vivir.
| |
|
|
CARLOS | Porque empiezo, debo ser | | quien de Flora se despida;
| 500 | pues teniendo menos vida | | tengo menos que perder.
| |
|
|
ALBERTO | De otra suerte has de entender | | ese modo de decir,
| | de pensar y discurrir, | 505 | con que convencido estás;
| | pues quien ha vivido más | | tendrá menos
que vivir. | |
|
|
CARLOS | Un árbol marchito vi | | del sol
a las luces rojas, | 510 | y vi cortarle las hojas | | porque
viva el tronco así. | | Rama de ese tronco fui, | |
muera yo y la planta viva. | |
|
|
ALBERTO | También veo al
que cultiva | 515 | campos, si bien te aconseja | | que el tierno
pimpollo deja, | | y el seco tronco derriba. | |
|
|
CARLOS | ¿No
ves, Alberto, ese río | | que por opuesto lugar
| 520 | del mar sale, y vuelve al mar | | como a centro helado y
frío? | | Pues así este curso mío | |
a ti ha de volver. Tú fuiste | | mar, que tus ondas
me diste, | 525 | de ti he nacido; y así | | es justo
que vuelva a ti | | a darte el ser que me diste. | |
|
|
ALBERTO |
¿Y tú no ves el farol | | que el mundo de rayos dora,
| 530 | que entre la noche y la aurora | | muere el sol y nace
sol, | | y siempre es un arrebol, | | siempre es una llama
ardiente? | | Así una vida consiente | 535 | en dos una
luz entera, | | y es bien que en mi ocaso muera | | para que
nazca en tu oriente. | |
|
|
CARLOS | Yo soy joven, y tal vez | |
resistiré osado y fuerte. | 540 |
|
|
ALBERTO | Yo no temeré
la muerte, | | pues ya he visto a la vejez. | |
|
|
|
|
FLORA | ¿Qué
jüez | | se vio en las dudas que lucho? | | Mi dolor,
mi llanto escucho, | 545 | pues en tanta confusión
| | el que tiene más razón | | es el postrero
que escucho. | | Cuando un acero se entrega | | a dos imanes,
¡ay Dios!, | 550 | porque su violencia a dos | | le inclina,
a ninguno llega; | | por darse a los dos, se niega; | | y en
trance tan importuno | | respondiera solo a uno; | 555 | mas
si dos causas me inflaman | | el pecho, porque me llaman
| | dos, no respondo a ninguno.
| |
|
|
—260v→
|
|
(Sale MORGAN.)
|
MORGAN | Dime, Flora, si eligió | | alguno tu
voto. |
|
|
|
|
|
|
|
FLORA | Escucha, Morgan, que a uno | | hice de mi voto empleo;
| | que cuando nombrar deseo | 565 | el uno, y me determino,
| | al primero que me inclino, | | es al postrero que veo.
| | Pero si atento al jüicio | | de mi voz el mundo está,
| 570 | en mis extremos verá | | que doy de mi honor
indicio. | | Sea triste sacrificio | | un hijo al piadoso altar
| | de un padre, porque al juzgar | 575 | en tan grande confusión,
| | será más noble elección | | agradecer
que obligar. | | Carlos, Carlos, tú has de ser | | de
mis brazos desterrado, | 580 | tú, ciegamente entregado,
| | de la villa has de salir. | |
|
|
CARLOS | Yo voy contento a morir.
| | Dame, madre, mil abrazos | | antes que tan breves lazos
| 585 | pueda la muerte romper, | | puesto que no me he de ver
| | otra vez en estos brazos. | |
|
|
|
ALBERTO |
A
mi dolor | | ninguna desdicha iguala; | 590 | ¿qué sentencia
fuera mala, | | si trujo tanto rigor | | la sentencia en mi
favor? | | ¡Oh, mal haya la importuna | | estrella, que sin
ninguna | 595 | piedad me influyó al nacer | | larga
vida, para ser | | objeto de la fortuna! | | ¡Plega a Dios
que en sus historias, | | Bredá, escriban mil naciones
| 600 | con tus ruinas sus blasones, | | con tu sangre sus vitorias!
| | Cubra el olvido tus glorias, | | y si alabanzas deseas,
| | postrados tus muros veas; | 605 | corra sangriento el confín
| | tu misma sangre, y al fin | | desierta campaña seas.
| | ¡Esas azules banderas, | | que aspas queman en las luces
| 610 | del sol, con las rojas cruces | | entapicen sus esferas!
| | ¡A tus mismas ansias mueras, | | siendo una venganza extraña
| | fin desta infelice hazaña! | 615 | Y porque todo
lo tengas, | | ¡plega a los cielos que vengas, | | Bredá,
a ser del rey de España! | |
|
|
|
(Vanse.)
|
|
(Sale
el PRÍNCIPE DE POLONIA y ESPÍNOLA, y todos
los que pudieren acompañándolos, atabales y
trompetas, y al cabo chirimías, cuando salgan el de
Polonia y ESPÍNOLA.)
|
ESPÍNOLA | Venga
tu Alteza, ¡oh Príncipe excelente!,
| | |
—261→
| cuya vida
felice, cuyo Estado | 620 | en quieta paz, en dulce unión
se aumente | | a lo voraz del tiempo reservado. | | Venga tu
Alteza venturosamente | | en alas de su fama celebrado, | | desde el dosel de su templada corte | 625 | a los helados
piélagos del norte. | | Aquí su fama vivían
segura | | las edades del pájaro fenicio, | | que en
llamas de su amor, en lumbre pura, | | a su misma deidad es
sacrificio | 630 | de aquel que se labró la sepultura
| | y cuna se labró, dándose indicio | | de inmortal,
viendo que es prodigio humano, | | ascua y ceniza, pájaro
y gusano. | | Que yo, con verme a tus divinas plantas,
| 635 | dueño me juzgaré de las estrellas, | | sin
prevenir la indignación de cuantas | | tristes influyen,
predominan bellas; | | que si a tan alta esfera me levantas,
| | ¿qué oposición podrán hacerme aquellas
| 640 | sustitutas del sol, que en su porfía | | son
mariposas de la luz del día? | |
|
|
PRÍNCIPE | Vivas,
¡oh Ambrosio!, cuyo brazo fuerte | | es repetido Marte en
la campaña, | | dando al mundo terror, miedo a la muerte,
| 645 | a Génova opinión y honor a España,
| | vivas la edad del sol, en quien se advierte | | un fénix
celestial, que en rayos baña | | las plumas, con que
nueva vida adquiere, | | pues nace en vós cuando en
otros müere. | 650 | Que yo, después de haberte
conocido, | | ni glorias más ni más honor deseo;
| | que en tu presencia solo he conocido | | más triunfos
que imperios mil poseo. | | ¡Felice patria aquella que ha
tenido | 655 | siempre tan celebrado su trofeo! | | ¡Felice
por sus hijos su decoro! | |
|
|
ALONSO | [Aparte.] | Y más
felice por su plata y oro. | |
|
|
PRÍNCIPE | ¿Quién
es aquel prudente, aquel famoso
| | |
—261v→
| a quien la fama superior
confiesa | 660 | a Trajano valiente y vitorioso, | | en cuyos
hombros dignamente pesa | | el imperio español, el
valeroso | | don Gonzalo de Córdoba? |
|
|
GONZALO | El
que besa | | tus plantas, al favor agradecido, | 665 | soberbio
ya de haberle merecido. | |
|
|
PRÍNCIPE | ¡Vive Dios, don
Gonzalo, si tuviera | | un vasallo mi imperio, que segundo
| | a vuestro invicto abuelo conociera, | | como en vós
reconoce, con profundo | 670 | valor y ánimo heroico,
no estuviera | | reservada a mi imperio en todo el mundo
| | parte, desde la India a la Noruega, | | donde se ofrece
el sol, donde se niega! | | ¿Y en qué estado, Marqués,
está la fuerza? | 675 | ¿No se rinde la villa? |
|
|
ESPÍNOLA |
Es
imposible | | que se pueda ganar jamás por fuerza;
| | que es su muro, señor, inacesible. | | Mas no será
posible que se tuerza, | | mi pretensión altiva y invencible;
| 680 | pues ha de ser de España, ¡vive el cielo!,
| | o mi sepulcro este flamenco suelo. | |
|
|
PRÍNCIPE | ¿Y
qué nuevas de dentro habéis tenido? | |
|
|
ESPÍNOLA |
Vuestra Alteza advirtió como soldado, | | algunos que
rindiéndose han venido, | 685 | buenos principios de
la entrega han dado. | | Bastante indicio de su hambre ha
sido | | haber niños y viejos desterrado; | | pero al
salir, yo les salí al encuentro, | | hice otra vez
que se volvieran dentro; | 690 | que, teniendo en el río
la estacada, | | imposible es socorro por la tierra. | | No
tengo ya que recelarme en nada, | | pues ellos mismos se han
de hacer la guerra. | | Mientras la gente es más que
está sitiada, | 695 | más la vitoria en mi esperanza
cierra; | | ni las asalto ni combato el muro,
| | |
—262→
| que estoy
con más contrario más seguro. | |
|
|
PRÍNCIPE |
No vi en mi vida tal razón de Estado. | |
|
|
ESPÍNOLA |
Descanse agora un poco Vuestra Alteza; | 700 | saldrá
después, donde con más cuidado | | los cuarteles
verá y su fortaleza; | | y de todos sus puestos informado
| | podrá advertirme con la sutileza | | de su ingenio,
porque con alta gloria | 705 | todos tengamos parte en la vitoria.
| | Vuestra Alteza descanse: Señor conde | | de Salazar,
Vueseñoría puede | | al Príncipe asistir.
|
|
|
LUIS | Bien
corresponde | | a mi cuidado el cargo que concede | 710 | Vuexcelencia,
señor. |
|
|
ESPÍNOLA | Yo
voy a donde | | ordene los cuarteles, porque quede | | admirado
de ver grandeza extraña. | |
|
|
PRÍNCIPE | El mayor
rey del mundo es el de España. | |
|
|
|
(Sale el
SARGENTO mayor.)
|
LUIS | El Sargento mayor hablarte
quiere. | 715 |
|
|
SARGENTO | Vengo a que Vuestra Alteza me dé
el nombre. | |
|
|
PRÍNCIPE | ¿Qué nombre os he de
dar? |
|
|
SARGENTO | El
Marqués quiere | | que Vuestra Alteza, y esto no le
asombre, | | gobierne todo el tiempo que estuviere | | en su
ejército. |
|
|
PRÍNCIPE | Digno
de renombre | 720 | es el Marqués, decilde que yo debo
| | esta lisonja; mas que no me atrevo | | a suplir la prudente
fortaleza | | de su ingenio, y es fuerza divertirme | | de
peso que oprimió tanta grandeza. | 725 |
|
|
SARGENTO | Orden
expresa tengo de no irme | | hasta que lleve el orden de tu
Alteza. | |
|
|
PRÍNCIPE | Pues no puedo a sus cargos eximirme
| | es bien que a obedecerle me anticipe. | | Llegad, Sargento.
El nombre es San Felipe.
| 730 | |
—262v→
| ¡Por cuántos modos
tiene lisonjeros, | | aunque corteses, la lisonja entrada!
| | ¡Qué bien España hospeda forasteros! | |
|
|
|
(Disparan.)
|
LUIS | Y aun es en hospedarlos desgraciada.
| |
|
|
PRÍNCIPE | ¿Qué salva es esta agora, caballeros?
| 735 |
|
|
LUIS | La vïanda, que pasa aderezada | | donde te
está esperando. |
|
|
PRÍNCIPE | ¡Oh
españoles, | | de cortesía y de milicia soles!
| |
|
|
|
(Vanse.)
|
|
(Quédanse DON VICENTE y DON
FADRIQUE y LADRÓN.)
|
FADRIQUE | Con la libertad
que ofrecen | | las treguas al bronce dadas, | 740 | las murallas
coronadas | | de hermosas damas parecen. | |
|
|
VICENTE | Vámonos
llegando al muro, | | donde todos los soldados, | | galanes
y enamorados, | 745 | se acercan con el seguro | | que tanta
quietud consiente. | |
|
|
FADRIQUE | Dos damas hermosas vi | | hacia
esta parte. |
|
|
ALONSO | Y
aquí | | advierta el piadoso oyente | 750 | que esto
desta suerte pasa, | | cuando la guerra está quieta,
| | y que no pone el poeta | | la impropiedad de su casa.
| |
|
|
|
(Salen a la muralla FLORA y LAURA apartadas.)
|
FLORA | Yo vengo en esta ocasión | 755 | a la
muralla, por ver | | a quien he de agradecer | | aquella pasada
acción | | de haberme vuelto a mi hijo | | a mis brazos.
|
|
|
LAURA | Y
yo vengo | 760 | por ver si en algo entretengo | | el dolor
en que me aflijo. | |
|
|
VICENTE | Llegaos vós a aquella
parte, | | que en esta me quedo yo. | |
|
|
FADRIQUE | Mil veces el
cielo vio | 765 | juntos a Venus y a Marte; | | y así
no es notable error | | que hagan unión tan segura
| | el rigor con la hermosura, | | la guerra con el amor.
| 770 |
|
|
LAURA | Los que le fingen valiente, | | para que el nombre
le cuadre, | | le dan a Marte por padre, | | que su orgullo
no consiente | | ser hijo de un vil herrero. | 775 |
|
|
FLORA | Vós
no debéis de saber | | las leyes que ha de tener | | por precepto el caballero | | que aquí se fingiere
amante. | |
|
|
|
|
|
FLORA | Lo
vi | | en que sois tan arrogante. | | No queréis ignorar
nada,
| | |
—263→
| todo a su brío lo fía | | la española
bizarría, | 785 | con presunción confïada.
| |
|
|
ALONSO | Aunque os habéis engañado, | | ¿quién
argüiros podrá? | | Cuando vuestro ingenio está
| | aquí tan sutilizado, | 790 | que la agudeza que escucho
| | no es muy grande. |
|
|
FLORA | ¿En
qué lo veis, | | soldado? |
|
|
ALONSO | En
que no coméis, | | y el hambre adelgaza mucho; | | tanto,
que es obligación | 795 | que cualquiera sea discreta.
| |
|
|
|
ALONSO | Porque
en la dieta | | tenéis voto y opinión. | |
|
|
FLORA |
Con el hambre a veces lucho, | | que vós no sufrierais
quedo. | 800 |
|
|
|
FLORA | En
el miedo, | | que el miedo acredita mucho | | las cosas, y
se os hiciera | | mucho mayor de lo que es. | | [Aparte.] | Mas, alma, ¿qué es lo que ves? | 805 | ¡Ay pena celosa
y fiera! | | Con Laura está el caballero | | que a mí
la vida me dio. | | No fui tan dichosa yo, | | entre amor y
celos muero. | 810 |
|
|
|
FADRIQUE | Don
Fadrique | | de Bazán me llamo. |
|
|
LAURA | [Aparte.] | ¡Ay
Dios! | | No sois el fingido vós, | | con lo imposible
me engaño: | | ¿cómo sabré si es aquel
| 815 | don Vicente Pimentel? | |
|
|
FADRIQUE | [Aparte.] | O finge
a la vista engaño | | la muralla desde aquí,
| | o aquella la dama es | | a quien piadoso y cortés
| 820 | vida en los casares di. | | ¿Cómo la pudiera
hablar? | |
|
|
FLORA | ([Aparte.] | Yo no puedo sufrir, ¡cielos!,
| | a mis ojos tantos celos. | | Trocaré a Laura el
lugar.) | 825 | ¡Ah Laura! ¿Queréis feriarme | | ese
lugar por el mío? | | Que de cierto desvarío
| | pretendo así asegurarme. | |
|
|
LAURA | Sí. Dad
licencia, que os doy | 830 | la palabra de volver. | | [Aparte.] |
Así pretendo saber | | si es aquel. |
|
|
FADRIQUE | Como
quien soy | | que no he visto, don Vicente, | | mujer en toda
mi vida | 835 | tan cortés, tan entendida, | | tan hermosa
y tan prudente. | | Troquemos lugar ([Aparte.] Así
| | le obligaré que me dé | | el que deseo);
porque | 840 | gocéis de su ingenio aquí | | un
rato. |
|
|
|
(Truécanse todos.)
|
VICENTE |
De
buena gana, | | y aun22 la dama y todo os diera, | | porque esta
es muy bachillera, | | muy presumida y muy vana. | 845 |
|
|
FLORA |
Faltándoos dama tan bella, | | diréis gallardo
español | | que en el ausencia del sol | | os ha salido
una estrella. | |
|
|
VICENTE | No diré, pues advertido
| 850 | en engaño tan confuso, | | sol, que una vez se me
puso,
| | |
—263v→
| otra vez me ha amanecido. | |
|
|
FLORA | [Aparte.] | ¡Ay
de mí! En vano procura | | amor nuevas glorias ya
| 855 | con mudarse, que no está | | en el lugar la ventura.
| |
|
|
LAURA | Mil deseos que en mí están | | luchando
por conoceros, | | me traen, caballero, a veros. | 860 |
|
|
FADRIQUE |
Don Fadrique de Bazán | | os dije que me llamaba,
| | y aquesto os vuelvo a decir, | | que no tengo de mentir.
| |
|
|
LAURA | Pues, ¿qué causa os obligaba | 865 | a mudaros?
|
|
|
|
FLORA | Siempre los discursos van | | a
su principio, si están | | en un pensamiento dos.
| |
|
|
ALONSO | ¿Y qué es vuestro pensamiento | 870 | en las
mudanzas que hacéis? | | Sin duda fantasmas veis | | con el desvanecimiento. | |
|
|
FLORA | Si os tengo de responder,
| | llegaos más, porque os entienda. | 875 |
|
|
ALONSO | ¿Llegarme?
¡Dios me defienda! | | Que eso es lo que no he de hacer.
| |
|
|
FLORA | Pues parlar no será justo, | | que a mí
dar voces me cueste. | |
|
|
ALONSO | Sí, que estáis
llenas de peste, | 880 | aunque es peste de buen gusto. | |
|
|
FLORA |
En mí aquesos accidentes | | no se dejan conocer.
| |
|
|
ALONSO | No, que si no hay que comer, | | no echareis menos
los dientes. | 885 | Pero confesadme a mí | | si el amor
la causa fue | | desta mudanza. |
|
|
FLORA | No
sé | | cómo deciros que sí. | |
|
|
ALONSO |
Hambre y amor imagino | 890 | en este instante, ¡por Dios!,
| | que debéis de ser las dos | | damas de hijos de
vecinos. | |
|
|
|
ALONSO | Las
más celebradas, | | en necedades tan ciertas, | 895 | siempre las veo muy muertas | | de hambre y muy enamoradas.
| | Pero ¿qué ruido es aquel, | | de cajas y de trompetas?
| |
|
|
|
(Tocan cajas.)
|
FADRIQUE | El príncipe
de Polonia, | 900 | que ya sale de la tienda | | a visitar los
cuarteles. | | Dadnos, señoras, licencia. | |
|
|
|
|
ALONSO | A
cualquiera, | 905 | si no es a la del comer, | | porque no conocen
esta. | |
|
|
|
FLORA | Pues
no os mudéis | | otra vez, por vida vuestra; | | que
el mudarse a mí me toca | 910 | por ser mujer. |
|
|
|
|
LAURA | ¡Quién a vuestro campo fuera
| | a ver la fiesta! |
|
|
ALONSO | A
comer, | | diréis mejor; pero vengan | 915 | con sola
una condición. | |
|
|
|
ALONSO | Que
en una talega | | traigan toda su comida; | | bien cabrá,
aunque sea pequeña, | | porque no nos quedan menos
| 920 | enemigos en la fuerza.
| |
|
|
—264→
|
|
(Quítanse
del muro, y salen tocando chirimías el PRÍNCIPE
[DE] POLONIA y ESPÍNOLA con acompañamiento.)
|
ESPÍNOLA | Esta, Príncipe excelente,
| | es Bredá invencible, esta | | es del rebelde enemigo
| | la más importante fuerza. | 925 | Yace en los Países
Bajos, | | donde los confines cierran | | de Batavia, de Celandia
| | y Brabante; bien lo muestra | | el río, que decir
Marche | 930 | en flamenco idioma suena | | lo que término
o confín | | en la castellana lengua. | | Está
en altura del polo | | cerca del norte cincuenta | 935 | y un
grados, bien sus influjos | | destemplados aires muestran.
| | Escritos en triangular, | | y sírvese por tres puertas,
| | de Cinequen, de Valduque | 940 | y de Amberes; hay en ellas
| | diez soberbios baluartes | | que la guardan y defienden,
| | de Masfelt y de Lamberto, | | Nasau, Mauricio, a quien
llegan | 945 | Norte, Holanda, Honoc, Locros, | | Bernebelt
y Blanquenvega. | | Los tres están repartidos | | entre
la gente francesa | | y valona; están a cargo23 | 950 | de un coronel que sustenta | | toda esa máquina en
peso, | | que es hombre de inteligencia, | | muy altivo y ingenioso,
| | y que si por él no fuera | 955 | se hubieran rendido,
tanto | | los anima y los alienta; | | Morgan se llama, es
inglés. | | Los otros tres los gobiernan, | | con gente
de los países, | 960 | Oteribe y Gris, y quedan | | cuatro
al señor de Loqueren. | | Justino de Nasau muestra,
| | gobernador de la villa, | | gran valor y gran prudencia.
| 965 | Tiene dentro un sumptuoso | | templo, donde se celebran.
| | Predicar permite aquí | | que torpedad de la lengua,
| | que mudo falte el acento, | 970 | y quede la luz suspensa.
| | Predicar, habiendo sido | | con piedad y reverencia, | | culto del mayor milagro | | que ha obrado la Omnipotencia,
| 975 | hoy a restaurar su templo | | negando a tantas ofensas.
| | Tres fosos tiene en sus muros, | | que aquí distantes
la cercan, | | y llena de fuego y agua, | 980 | es centro de
tres esferas. | | Fundada está sobre el mar, | | siendo
sus ondas soberbias, | | aun a los rayos de Joven | | inexpugnable
defensa; | 985 | y con estar sobre el agua, | | a tanto el ingenio
llega | | de su belicosa gente, | | nacida, en efeto, en tierra
| | donde la escuela de Marte | 990 | tiene por primera escuela,
| | donde antes que hablar, aprenden | | a pelear, pues las
primeras | | voces que escuchan naciendo, | | son las cajas
y trompetas.
| 995 | |
—264v→
| A tanto llega, en efeto, | | su ingeniosa
diligencia, | | que están minados de suerte, | | que
si asaltarla quisiera, | | siendo posible ganarla | 1000 | por
las armas, no lo fuera | | reducir a cantidad | | de números
y de cuentas | | la gente que nos costara | | ganar un palmo
de tierra. | 1005 | Es capaz, caso notable, | | de cien mil
hombres de guerra; | | pues hoy, con haberse muerto | | de
una grave pestilencia | | más de ochenta mil personas,
| 1010 | quedan más de otras ochenta. | | Tiene mucho
bastimento, | | y cuando no le tuvieran, | | esta es gente
que en las calles | | cavan, cultivan y siembran; | 1015 | y
aquí unas rústicas plantas | | son tan fértiles,
que llevan | | en breves días el fruto, | | de que a
veces se sustentan. | | Tienen siempre en abundancia
| 1020 | para los caballos yerba; | | labran la pólvora dentro,
| | de suerte, que no desean | | sino solo libertad; | | ¡quiera
Dios que no la tengan! | 1025 | De fuera de la ciudad | | bien
ha visto Vuestra Alteza | | los cuarteles; pero quiero, | | porque más noticia tenga, | | referirlos. Tiene el
sitio, | 1030 | cosa en nuestros tiempos nueva, | | pues no
le vieron mayor | | en los suyos Troya y Grecia. | | Tiene
en torno treinta millas, | | que son castellanas leguas
| 1035 | diez; y de suerte que dista, | | por la geometría
hecha | | la demostración, del muro | | nuestro campo
apenas media; | | que, aunque a dos y medio toca, | 1040 | y
en rectitud no pudiera | | estar tan cerca; por eso | | en
la figión se cuentan | | del diámetro las líneas
| | con las puntas y las cuestas. | 1045 | Hízose el
sitio tan grande, | | porque, estando en esta tierra | | tan
pujante el enemigo, | | de ningún modo pudiera | | cercarlos.
Y es la razón, | 1050 | yo lo he visto en la experiencia,
| | si para una villa sola, | | que tiene apenas dos leguas
| | de contorno, gasto diez | | para cercarla; diez, fueran
| 1055 | por la multiplicación | | menester más
de docientas. | | Y si diez, sesenta y cinco | | mil hombres
tengo, no hubiera | | para las docientas gente | 1060 | en toda
Europa. Bien hecha | | está la demostración,
| | más de un desvelo me cuesta. | | Son las fortificaciones
| | todas labradas a prueba | 1065 | de cañón,
y los dividen | | tres gradüadas hileras, | | inferior
y superior | | y mediana; de manera | | que pasean tres soldados
| 1070 | a un mismo tiempo por ellas. | | En el valle de Ginequen,
| | que es este, puse mi tienda, | | que es un portátil
alcázar, | | y está del muro tan cerca,
| 1075 | |
—265→
| 24que ya he visto algunas veces | | entrar sus balas en ella.
| | De mi cuartel a la espalda | | está un colegio y
iglesia | | de los padres jesüitas25, | 1080 | que hasta
aquí su celo llega. | | Aquí con gran devoción
| | los sacramentos frecuentan; | | que es bien acuda por armas
| | el que por la fe pelea. | 1085 | Más abajo, algo
inclinada | | hacia la mano derecha, | | guardada de artillería
| | la frente está de banderas; | | son ciento y noventa,
y luego | 1090 | empiezan a formar vuelta | | los tres tercios
españoles, | | gente bizarra y experta. | | Don Juan
Claros de Guzmán, | | ya se sabe su nobleza, | 1095 | don Francisco de Medina, | | don Juan Niño. Luego
empiezan | | regimientos alemanes, | | y en una pequeña
huerta | | el conde Juan de Nasau, | 1100 | que es su cabo,
se aposenta. | | El barón de Barlanzón | | con
los italianos cierra | | el primero fuerte real | | del oriente;
mas afuera, | 1105 | el marqués de Barlanzón.
| | Fue la causa que estuviera | | doblado aqueste cuartel,
| | que a esta parte tuvo puesta | | Mauricio su gente; así,
| 1110 | para mayor resistencia, | | se pusieron tres naciones
| | por esta parte, que eran | | borgoñones y valones
| | y los italianos. Esta | 1115 | es del príncipe de
Orange, | | una quinta hermosa y bella; | | es casa de recreación
| | suya, cuyas plantas besa | | el río; por aquí
sale | 1120 | de la villa con más fuerza | | despeñado,
y a este llaman | | el bosque de las cigüeñas.
| | Aquí tengo yo una inclusa26 | | labrada para que vierta
| 1125 | toda su corriente el río; | | porque estando
el mar tan cerca, | | pudiera ser de algún daño
| | cuando a dar tributo llega, | | corriendo del mediodía
| 1130 | su caudalosa soberbia | | al setentrión. De
aquí | | se ha cogido el agua llena | | de veneno, que
en la villa, | | virtud de posibles yerbas27, | 1135 | avenenaron
el río, | | en cuyos hombros se asienta | | el segundo
fuerte real. | | Luego, hasta el tercero, empiezan | | otra
vez los alemanes, | 1140 | cuyo número a su cuenta
| | tiene el marqués de Braibones, | | gente del país
de afuera, | | y liegeles siguen luego, | | haciendo que les
sucedan | 1145 | irlandeses, escoceses, | | y ingleses, con
lo cual llega | | al fuerte real de Occidente, | | las fabricadas
trincheas. | | El marqués de Belveder | 1150 | con más
italianos muestra | | su poder aquí; y por ser | | el
camino de Bruselas | | esta parte, no se ha puesto | | aquí
tanta resistencia.
| 1155 | |
—265v→
| Este es un brazo del río,
| | y al término donde llega | | a incorporarse, está
el puente | | de barcas de fuego. Estas | | son cada una un
volcán, | 1160 | que por instantes revientan | | llamas,
que entre fuego y humo | | opuestas al cielo vuelan. | | Tiénelas
Pablo Ballón, | | y en el puente hay cuatro piezas;
| 1165 | de modo que por el río | | es imposible que
puedan | | meter socorro; que está | | debajo del agua
hecha | | una estacada, porque | 1170 | ya vimos que es sutileza
| | de ingenieros navegar | | barcas del agua cubiertas. | | Demás de todo, esta gente | | que está en los
cuarteles, quedan | 1175 | veinte mil caballos fuertes, | |
que en volante escuadrón llegan | | socorriendo a cualquiera
parte, | | porque en ningún tiempo sea | | menester
desamparar | 1180 | ninguna grandeza llega. | | Vuestra Alteza
advierta esto, | | a que el ejército tenga | | de costa,
que son por cuenta | | seis mil doblones. ¿Qué rey,
| 1185 | sino el de España, pudiera | | sustentarlo?
Esto, sin sueldos. | | ¿Qué más bien? ¿Qué
más grandeza? | | No se ha visto en todo el mundo
| | tanta milicia compuesta, | 1190 | convocada tanta gente,
| | unida tanta nobleza; | | pues puedo decir no hay | | un
soldado que no sea | | por la sangre y por las armas
| 1195 | noble. ¿Qué más excelencia? | | ¿Qué
mayor blasón de España? | | ¡Quieran los cielos
que sean, | | para más honra de Dios, | | propagación
de su Iglesia, | 1200 | alabanza de Filipo, | | honor suyo y
gloria nuestra! | |
|
|
PRÍNCIPE | Ya ¿qué tengo que
mirar? | | Solo el rey de España28 reina, | | que todos
cuantos imperios | 1205 | tiene el mundo son pequeños,
| | sombra muerta a imitación | | desta superior grandeza.
| | Admirado y dignamente, | | es bien que a Polonia vuelva
| 1210 | donde tenga que envidiar | | tales vasallos, que emplean
| | su valor tan altamente | | por rey, cuya vida sea, | | desmintiendo
a lo mortal, | 1215 | como a su alabanza, eterna. | |
|
|
|
(Vanse.)
|