Escena
I
|
|
BRÍGIDA y
NUÑO, que
está limpiando un puñal de hoja muy
ancha.
|
NUÑO |
(Aparte, y mirando por la
ventana.)
|
Allí está siempre: su
embozo |
|
en vano sube a la cara; |
|
que hoy como ayer le adivino |
|
bajo el pliegue de la capa. |
|
¿Quién será?
¿Por qué se obstina |
5 |
en observar esta casa? |
|
¡Vive Dios, que la
paciencia |
|
a mi pesar se me acaba! |
|
|
|
BRÍGIDA |
Pienso que pronto de misa |
|
los marqueses de Moncada |
10 |
volverán. ¿Concluyes,
Nuño? |
|
Mucho limpiar esa daga |
|
te cuesta, y harto te esmeras. |
|
|
|
NUÑO |
¡Tan limpia quiero
dejarla, |
|
que espejo el mismo sol |
15 |
pueda ser, si el sol la
baña! |
|
|
|
BRÍGIDA |
Muy buenos son tus deseos, |
|
pero yo siempre manchada |
|
y enmohecida la he visto. |
|
|
|
NUÑO |
Estas son antiguas manchas |
20 |
de sangre, que yo respeto. |
|
|
|
BRÍGIDA |
Será así: no digo
nada; |
|
pero si el tiempo que pierdes |
|
pensativo en contemplarla, |
|
en dar luces y en dar brillo |
25 |
al ancho acero emplearas, |
|
hirieran más sus
reflejos |
|
que su punta toledana. |
|
|
|
NUÑO |
¡Ay Brígida, mil
memorias, |
|
que nunca el olvido arrastra, |
30 |
al contemplar este hierro |
|
una y otra vez me asaltan! |
|
|
|
|
NUÑO |
Cosas hay que nunca pasan. |
|
¡Qué noche
aquélla, qué noche! |
35 |
¡De Orgaz las viejas
murallas |
|
pienso que, aun hoy mismo
rojas, |
|
sangre de imperiales manan! |
|
Allá en Toledo,
encerrándose |
|
la de Padilla, levanta, |
40 |
con sus bravos comuneros, |
|
el pendón de la
venganza; |
|
y en Orgaz, mi buen
señor, |
|
el conde de Villafranca, |
|
repite el eco de guerra |
45 |
de la noble doña Juana. |
|
Viejos los torreones son; |
|
brechas hay en las murallas; |
|
son escasos los pertrechos, |
|
y es la gente bien escasa, |
50 |
¿Qué importa? Donde
hay coraje, |
|
sobran piedras y bombardas. |
|
|
|
BRÍGIDA |
Conozco la historia,
Nuño: |
|
siempre que esas viejas armas |
|
te ordena el señor
limpiar, |
55 |
has de volver a contarla, |
|
y se limpian por lo menos |
|
dos veces a la semana. |
|
Hace un año que a
Madrid, |
|
con Laura, desde Granada, |
60 |
al quedar, la pobre,
huérfana, |
|
vine y entré en esta
casa; |
|
conque dése a discutir |
|
el buen Nuño de Peralta |
|
si conoceré la historia |
65 |
del asalto y la matanza |
|
de Orgaz por los imperiales. |
|
|
|
|
|
|
|
|
BRÍGIDA |
No cansas;
|
70 |
y relación tan curiosa |
|
oyera de buena gana |
|
una vez más; pero
siempre |
|
empiezas y nunca acabas. |
|
|
|
NUÑO |
Cuento de ella lo que
sé. |
75 |
|
|
BRÍGIDA |
Vamos..., sigue... |
(Acercándose a NUÑO.)
|
|
|
|
(Pausa.)
|
NUÑO |
La del alba
|
|
no era, ni con mucho, cuando: |
|
«¡El condestable!
¡A las armas!», |
|
gritaron con roncas voces |
|
en todas las atalayas. |
80 |
¡Y el asalto
comenzó!... |
|
¡Y qué asalto, Virgen
santa! |
|
Ellos, ¡qué subir al
muro |
|
por las flexibles escalas! |
|
Y nosotros, ¡qué
matar, |
85 |
cuando a la almena llegaban! |
|
¡Qué gente abajo tan
terca! |
|
¡Qué gente arriba tan
brava! |
|
Tres horas duró la
lucha; |
|
cayó muerto
Villafranca, |
90 |
diciéndome al expirar: |
|
«¡Salva a Violante,
Peralta!» |
|
Y arrancando a la doncella, |
|
que frenética
estrechaba |
|
a su padre entre los brazos, |
95 |
de aquel lugar de matanza, |
|
por patios y corredores |
|
paso abriendo con mi espada, |
|
a oscuro salón
llegué; |
|
detuve un punto mi planta, |
100 |
sequé mi frente
sangrienta, |
|
y en el fondo de la estancia, |
|
dejando a doña
Violante, |
|
respiré más a mis
anchas. |
|
Mas poco duró el
descanso, |
105 |
y esta escena no se aparta |
|
de mi mente ni un momento |
|
y su memoria me abrasa. |
|
|
|
|
NUÑO |
De repente,
|
|
cual del infierno evocada, |
110 |
en la puerta del salón |
|
surgió una figura
extraña. |
|
¡Un mancebo!... ¡Digo
mal!... |
|
¡Casi un niño!... Roja
espada |
|
la diestra empuña; una
tea |
115 |
la izquierda en alto levanta, |
|
y sobre su frente flota |
|
la ondulante y negra llama. |
|
|
|
|
(NUÑO se
detiene, pensativo; se aleja de BRÍGIDA, se aproxima a la
ventana y mira por ella con afán. BRÍGIDA le sigue.
Pausa.)
|
|
NUÑO |
Siempre le veo...
|
|
¡Qué noche! |
|
|
|
NUÑO |
¡Otra vez ese hombre
allí!... |
|
|
|
|
|
BRÍGIDA |
¡Juan de Albornoz! |
(Asomándose.)
|
|
|
|
|
(BRÍGIDA
vuelve al centro del escenario. NUÑO la sigue.)
|
|
|
|
|
BRÍGIDA |
Y yo también, pues te
dije |
|
que Juan de Albornoz se llama. |
|
|
|
NUÑO |
¡Cargue el diablo con la
dueña! |
|
|
|
BRÍGIDA |
¡Váyase muy
noramala |
130 |
el escudero insolente! |
|
|
|
|
BRÍGIDA |
Vaya en gracia;
|
|
pero concluye. |
|
|
|
BRÍGIDA |
Pregunta cuanto te plazca. |
|
|
|
NUÑO |
Bueno..., bueno..., si te
empeñas..., |
135 |
mas pronto la historia acaba. |
|
Quedamos. en que el mancebo |
|
de una sola cuchillada |
|
partió mi frente, y que a
tierra |
|
sin decir ni «¡Dios me
valga!» |
140 |
vine de un golpe...
Miró |
|
(Pequeña
pausa.)
|
hacia el fondo de la
estancia..., |
|
la tea apagó en el
muro...; |
|
después, sombras...,
después, nada... |
|
Perdí el sentido. Más
tarde |
145 |
dicen que se halló esta
daga |
|
junto a Violante, que, herida |
|
en el pecho y desmayada, |
|
era escultura yacente |
|
al pie de rota ventana. |
150 |
|
|
|
NUÑO |
¡Viven los cielos,
|
|
que esta dueña no se
sacia!... |
|
|
|
BRÍGIDA |
Hasta que no llego al fin. |
|
|
|
NUÑO |
Por muerta ya la contaba; |
|
pero se empeñó el
marqués |
155 |
en que fuese de Moncada |
|
marquesa. |
|
|
|
NUÑO |
Los casaron.
|
|
Violante casi expiraba; |
|
pero al olor de la boda |
|
resucitó. Cosa
extraña: |
160 |
lo que a un hombre da la
muerte, |
|
en las hembras es probada |
|
medicina de salud: |
|
¡resucitan si las casan! |
|
Aún no pasados seis
días |
165 |
del asalto y la. matanza, |
|
y tres de la ceremonia |
|
nupcial, ya Violante entraba |
|
con nueva vida en la vida |
|
y a los veinte, ya apoyada |
170 |
lánguidamente en su
esposo, |
|
por las alamedas anchas |
|
de las márgenes del
río, |
|
hermosa, aunque triste y
pálida, |
|
iba al declinar la tarde |
175 |
la marquesa de Moncada. |
|
|
|
|
NUÑO |
¡Vete al infierno!
|
|
Son felices, se idolatran; |
|
tienen un hijo, Fernando: |
|
una pupila, que es Laura; |
180 |
Un servidor, que es modelo |
|
de paciencia y de cachaza, |
|
y una dueña
quintañona, |
|
de Lucifer viva estampa. |
|
|
|
BRÍGIDA |
¡Ay Nuño, qué
mal me quieres! |
185 |
¡Ay Nuño, qué
mal me tratas! |
|
|
|
NUÑO |
¿Quién es don Juan de
Albornoz? |
|
|
|
BRÍGIDA |
¡Un señor de alta
prosapia! |
|
¡Del emperador amigo! |
|
|
|
|
BRÍGIDA |
En Granada
|
190 |
requirió de amores... |
|
|
|
BRÍGIDA |
Quiso dar su nombre a Laura. |
|
|
|
|
BRÍGIDA |
Al principio..., pues no...,
|
|
no le puso mala cara; |
|
mas conoció a don
Fernando, |
195 |
y el de Albornoz..., santas
pascuas. |
|
|
|
NUÑO |
Ahora comprendo..., cabal: |
|
por eso ronda la casa. |
|
No sé dónde...; pero,
en fin, |
|
yo he visto antes esa cara. |
200 |
|
|
BRÍGIDA |
(Mirando hacia
dentro.)
|
Vete, que Laura se acerca. |
|
|
|
NUÑO |
¡Esta memoria es, tan
flaca! |
|
(NUÑO deja el puñal entre
las armas del trofeo y sale.)
|
|
|
Escena
II
|
|
BRÍGIDA y
LAURA. Esta última
sale por la derecha, primer término.
|
|
BRÍGIDA |
No.
|
|
Dicen que con mucho
afán |
|
a probar un alazán |
205 |
fue a la vega. |
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
Sí.
|
|
Aún no despuntaba el
día; |
|
yo, Brígida, no
dormía; |
|
en él pensaba... y le
oí. |
210 |
Del lecho al punto
salté, |
|
cubrí mis hombros
ufana, |
|
abrí ansiosa la ventana |
|
y a la reja me asomé. |
|
Negros estaban los cielos |
215 |
y la noche silenciosa; |
|
una ráfaga ardorosa |
|
de viento enredó mis
velos |
|
en las ramas del rosal |
|
que entre mis rejas
dormía..., |
220 |
y al potro piafar se
oía |
|
en las piedras del portal. |
|
Nuño el caballo
sacó; |
|
vi después a mi
Fernando; |
|
la crin flotando agarrando, |
225 |
de un salto al potro
subió; |
|
grité:
«¡Adiós!», y «¡Adiós,
mi vida!», |
|
gritó mirando a la
reja; |
|
después por una calleja |
|
salió a carrera
tendida. |
230 |
Otra vez:
«¡Adiós, bien mío!», |
|
exclamé avanzando
ansiosa; |
|
mi rostro azotó una
rosa |
|
y me bañó de
rocío. |
|
Él entre sombras
huyó; |
235 |
yo tras la reja quedé; |
|
mi mano al rostro
llevé, |
|
y trazas en él
halló |
|
de reciente y triste lloro. |
|
¡Cómo no, si se
alejaba |
240 |
mi Fernando! Mas
¿lloraba? |
|
Es lo cierto que aún
ignoro |
|
si aquel llanto matinal |
|
que mis mejillas sintieron, |
|
amargas lágrimas fueron |
245 |
o perlas de mi rosal. |
|
Mas, lágrimas eran,
sí, |
|
que las probó el labio
mío, |
|
y no es amargo el
rocío, |
|
y amargo gusto sentí. |
250 |
¿Por qué entre
sombras se fue? |
|
¿Por qué estaba negro
el cielo? |
|
¿Por qué se
rasgó mi velo? |
|
¿Por qué, Dios
mío, lloré? |
|
|
|
BRÍGIDA |
En Madrid, como en Granada, |
255 |
por la causa más
sencilla |
|
baña el llanto la
mejilla |
|
de una niña enamorada. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Brígida, tienes
razón; |
|
mas ¡qué amanecer tan
triste! |
260 |
si de luto, el cielo viste, |
|
¿qué ha de hacer el
corazón? |
|
|
|
BRÍGIDA |
Mientras vuestra mente terca |
|
desdichas está
soñando, |
|
tal vez para don Fernando, |
265 |
una desdicha se acerca. |
|
|
|
|
BRÍGIDA |
Llegad
|
|
de esa ventana al dintel. |
|
(Se acercan BRÍGIDA y LAURA a la ventana y la dueña
la obliga a que mire a la calle.)
|
Bajo el arco botarel |
|
del viejo muro, observad |
270 |
cómo se detiene y mira |
|
embozado un caballero |
|
con pluma negra al sombrero. |
|
(Pausa.)
|
Lentamente se retira, |
|
mas ya volverá veloz. |
275 |
|
|
|
|
|
BRÍGIDA |
¿No le
conocéis?
|
|
Se acerca... |
|
|
DOÑA LAURA |
¡Juan de Albornoz!
|
|
Ese hombre, ¿qué
busca aquí? |
|
|
|
BRÍGIDA |
Vuestra mano ha pretendido. |
280 |
|
|
DOÑA LAURA |
Que no, cien veces ha
oído. |
|
|
|
BRÍGIDA |
Pues vendrá buscando un
sí. |
|
|
|
|
BRÍGIDA |
Vuestro padre lo deseaba. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
(Señalando hacia la
ventana.)
|
Comprendió que no le
amaba. |
285 |
y tuvo de mí piedad. |
|
|
|
BRÍGIDA |
Es poderoso señor |
|
y favorito del rey. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
No hay para el alma otra ley |
|
soberana que el amor. |
290 |
|
|
Escena
IV
|
|
LAURA y
FERNANDO.
|
DOÑA LAURA |
¿Por qué no fijas en
mí |
295 |
tu vista como otras veces? |
|
¿No me escuchas?...
¡No mereces |
|
el amor que puse en ti! |
|
(Pausa.)
|
Como el despuntar del
día |
|
fué nebuloso y fué
triste, |
300 |
tal vez su influjo sentiste. |
|
Quizá su tinta
sombría, |
|
en que toda luz se anega, |
|
las nieblas en ti dejaron, |
|
cuando tu rostro azotaron |
305 |
al galopar por la vega. |
|
Mas al venir la mañana |
|
rasgó el sol los negros
velos, |
|
tiñendo los anchos
cielos |
|
de oro, de azul y de grana; |
310 |
que del astro peregrino |
|
todo cede al resplandor; |
|
y en el cielo de tu amor, |
|
cuando empaña algún
mezquino |
|
pensamiento su cristal, |
315 |
voy con angustia observando |
|
que no hay otro sol, Fernando, |
|
que tenga virtud igual. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Mucho antes de amanecer, |
|
en una abierta ventana |
320 |
vi yo toda una mañana, |
|
¡todo un sol!, aparecer. |
|
Y como aún su luz
sentía |
|
al galopar por la vega, |
|
a la alborada que llega |
325 |
así orgulloso
decía: |
|
«¡No he menester tu
arrebol |
|
ni tus celajes de Oriente, |
|
que traigo sobre mi frente |
|
los reflejos de otro sol! |
330 |
¡Da luz al celeste velo, |
|
pues necesita de ti, |
|
que amaneció para
mí |
|
mucho antes que para el
cielo!» |
|
(Cambiando de
tono.)
|
Mas al volver, vida
mía, |
335 |
y al mirar a la ventana, |
|
en vez de aquella
mañana, |
|
vi noche y noche
sombría. |
|
Que el astro giró
veloz, |
|
vino a alumbrar otra esfera, |
340 |
y ansioso su luz espera... |
|
(Con
ironía.)
|
|
|
|
|
|
DON FERNANDO |
Todo lo sé.
|
|
Le vi esta casa rondar; |
|
le hice al punto vigilar; |
345 |
a Granada pregunté; |
|
que de amores me dijeron |
|
en otro tiempo te
habló. |
|
|
|
|
DON FERNANDO |
De ti nada me, dijeron. |
350 |
|
|
DOÑA LAURA |
Entonces, ¿por qué tu
mente |
|
sin fundamento se exalta? |
|
|
|
DON FERNANDO |
Es que una duda me asalta; |
|
duda propia de un demente, |
|
duda implacable, cruel, |
355 |
que jamás nadie ha
sentido... |
|
Si yo no hubiese existido, |
|
¿le hubieras amado a
él? |
|
|
|
|
DON FERNANDO |
¡Deliro porque te adoro! |
360 |
|
|
DOÑA LAURA |
¿Y por quién, ingrato
lloro? |
|
|
|
DON FERNANDO |
¿Nunca le empezaste a
amar? |
|
|
|
|
DON FERNANDO |
Goza del rey el favor; |
|
noble, rico, gran
señor... |
365 |
|
|
DOÑA LAURA |
Gran señor, pero no
mío. |
|
Tu Laura otro dueño
acata; |
|
otro su obediencia obtiene, |
|
y por tan suya la tiene |
|
que como a esclava la trata. |
370 |
|
|
DON FERNANDO |
¿Mi esclava dices?
¡Cruel! |
|
Busca angustioso el aliento |
|
una ráfaga de viento |
|
porque se apaga sin él. |
|
Los ojos un luminar |
375 |
buscan en el cielo puro, |
|
que siempre en espacio oscuro |
|
pena tienen de cegar. |
|
Busca el oído afanoso, |
|
porque el silencio es su
muerte, |
380 |
algún eco que despierte |
|
otro eco en él
misterioso. |
|
Y yo te pregunto, Laura: |
|
¿esclava es la luz del
día, |
|
es esclava la armonía, |
385 |
y es también esclava el
aura, |
|
o son los ojos, que ciegan |
|
si la luz no resplandece, |
|
el oído que ensordece |
|
cuando sus notas le niegan |
390 |
melodiosos mensajeros, |
|
y el aliento que se apaga |
|
si el aire en torno no vaga, |
|
los esclavos verdaderos? |
|
|
|
DOÑA LAURA |
¿Y qué fueran, vida
mía, |
395 |
sin un ser que los amase |
|
y su vida les prestase, |
|
los aires y su armonía, |
|
de las auras el aliento, |
|
y aun ese sol que Dios mismo |
400 |
encendió sobre el
abismo |
|
en el ancho firmamento? |
|
¿Qué fueran? Materia
inerte |
|
en noche eterna aventada; |
|
un escarnio de la nada |
405 |
y un reflejo de la muerte. |
|
Pues esto será mi amor |
|
si la hiere tu desvío; |
|
conque di, Fernando
mío, |
|
si hay esclavitud mayor. |
410 |
|
|
Escena
VI
|
|
DOÑA
VIOLANTE, LAURA,
FERNANDO y DON RODRIGO. DOÑA VIOLANTE y DON RODRIGO se detienen en la puerta
del foro. FERNANDO,
siempre a los pies de LAURA.
|
DOÑA LAURA |
(A FERNANDO, en voz
baja.)
|
¡Ellos!... |
|
|
DON RODRIGO |
(A DOÑA
VIOLANTE.)
|
¡Mira!...
|
|
|
DOÑA LAURA |
(A FERNANDO, como
antes.)
|
¡Nos han visto!
|
|
|
|
DON FERNANDO |
(En voz alta.)
|
Mi esposa, Laura,
serás. |
420 |
|
|
|
|
|
(LAURA corre al
encuentro de DOÑA
VIOLANTE y se abraza a ella, avergonzada. FERNANDO se pone en pie; DON RODRIGO avanza
lentamente.)
|
DON RODRIGO |
Basta. ¡Vive Cristo,
|
|
que asombra su atrevimiento! |
|
|
|
DON FERNANDO |
¡Madre... señor..., yo
la amaba, |
|
eterno amor le juraba, |
425 |
y reitero el juramento! |
|
|
|
DON RODRIGO |
¡Que aquesto, Dios de
piedad, |
|
en mi propia casa ocurra, |
|
y que él sea quien
incurra |
|
en tamaña liviandad! |
430 |
|
|
|
DON RODRIGO |
¡Silencio, insensato!
|
|
Y tú, ¿de
quién aprendiste, |
|
(A LAURA.)
|
cuando a mi casa viniste, |
|
esa falta de recato? |
|
|
|
|
|
DON RODRIGO |
Harto mi enojo modero: |
|
que es preciso, ser severo |
|
con la juventud, te digo. |
|
(A VIOLANTE.)
|
|
|
|
DON RODRIGO |
¿Se aman?... Poco a
poco...
|
|
|
|
DON FERNANDO |
Anhelo hacerla mi esposa. |
440 |
|
|
DON RODRIGO |
¿Y la harás
también dichosa? |
|
Pero aun así, pobre
loco, |
|
con nueva razón te
arguyo: |
|
si el honor de esa mujer |
|
tu propio honor ha de ser, |
445 |
cuídalo como a honor
tuyo |
|
y también como a honor
mío: |
|
las hembras de mi linaje |
|
ni al mismo sol vasallaje |
|
rinden; que el sol es
sombrío |
450 |
si al resplandor se compara |
|
de su virtud y pureza. |
|
(A DOÑA
VIOLANTE.)
|
Levanta tú la cabeza; |
|
(A FERNANDO.)
|
Mira a tu madre a la cara. |
|
Si sombra de liviandad, |
455 |
siquiera en el pensamiento, |
|
tan sólo por un momento |
|
manchara la honestidad |
|
(atended y no os asombre), |
|
de hembra soltera o casada |
460 |
de la casa de Moncada, |
|
o que llevase este nombre, |
|
en sangre del corazón, |
|
esposo, padre o hermano, |
|
o ella misma con su mano, |
465 |
ahogara la tentación. |
|
Y aun os pudiera añadir |
|
que esta noble espada lleva, |
|
(Señalando la que tiene al
costado.)
|
dentro de su puño,
prueba |
|
que bien pudiera servir |
470 |
a las hembras de memoria |
|
a la vez que de escarmiento. |
|
Pero no es de este momento |
|
el relato de la historia. |
|
|
|
DON FERNANDO |
¡Padre!... |
(Acercándose a DON RODRIGO y hablándole en
tono suplicante.)
|
|
|
DON RODRIGO |
Tu esposo será;
|
475 |
yo mi palabra te doy. |
|
|
|
DON FERNANDO |
¡Gracias!... |
(Con
efusión.)
|
|
|
DOÑA LAURA |
¡Dios mío!
|
(Abrazando, en un arranque de
alegría, a DOÑA
VIOLANTE.)
|
|
|
DON RODRIGO |
Mas hoy
|
|
él de esta casa
saldrá; |
|
(Señalando a FERNANDO y dirigiéndose a
DOÑA
VIOLANTE.)
|
que no es bien estén
unidos, |
|
con tan inflamable pecho |
480 |
los dos bajo el mismo techo, |
|
los esposos prometidos. |
|
|
|
|
DON RODRIGO |
Cesa en tu porfía.
|
|
Idos ambos... Por
allí... |
|
(Señalando a la
derecha.)
|
|
|
DON FERNANDO |
(A DON RODRIGO.)
|
¿Ha de ser mi esposa? |
|
|
|
DOÑA LAURA |
¡Qué feliz soy, madre
mía! |
|
|
|
|
(FERNANDO estrecha
la mano a su padre, LAURA
abraza a DOÑA
VIOLANTE, FERNANDO
y LAURA miran con amor y
salen por la derecha, pero por puertas distintas.)
|
Escena
VII
|
|
DOÑA
VIOLANTE y DON
RODRIGO.
|
DOÑA VIOLANTE |
Eres por demás severo |
|
con nuestro... |
|
|
|
|
DON RODRIGO |
¡Violante!... ¡Ya
estás llorando! |
|
|
|
|
DON RODRIGO |
Sí le quiero.
|
490 |
Es noble su corazón |
|
pero atropella por todo, |
|
y he de ver si encuentro modo |
|
de domar su condición |
|
rebelde, terca y
bravía. |
495 |
Si yo no fuese su padre, |
|
si no tuviese por madre |
|
la dulce Violante mía, |
|
la del alma tierna y pura, |
|
¡vive el Cielo!, que
creyera |
500 |
que lo engendró alguna
fiera |
|
en horas de calentura. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Él!...¡Fernando!... ¿Qué
dijiste? |
|
¡Soy su madre!... ¡Yo
le adoro! |
|
¡Es mi dicha, mi
tesoro!... |
505 |
(Conteniéndose y cambiando
de tono por un esfuerzo supremo.)
|
Soldado, aun niño, le
hiciste, |
|
robándole a mi
cariño, |
|
y hoy vemos con
extrañeza, |
|
tú su indómita
fiereza, |
|
yo siempre el alma del
niño. |
510 |
Que es fiera su
condición |
|
me dices, y harto lo veo, |
|
pero tal fué tu deseo |
|
al formar su corazón. |
|
¡Sobre el cráter de un
volcán |
515 |
(Animándose por grados y
hablando más para sí que para DON RODRIGO.)
|
pasa flotante neblina; |
|
el negro abismo fulmina, |
|
cual encendido huracán, |
|
llamas que ciñen
audaces |
|
la neblina transparente, |
520 |
quemando su pura frente |
|
con sus caricias voraces!... |
|
¡Qué ser tan
extraño luego |
|
de allí raudo el viento
arranca, |
|
mezcla de neblina blanca |
525 |
y de vapores de fuego! |
|
|
|
DON RODRIGO |
Bien tu intención se
adivina, |
|
a lo que yo voy pensando: |
|
el alma de tu Fernando |
|
es la flotante neblina, |
530 |
y ese fuego que la tierra |
|
extiende a su aldededor |
|
será la guerra. |
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Señor...,
|
|
tú lo dijiste..., ¡la
guerra! |
|
Y sin que yo más
arguya, |
535 |
no la condición
bravía |
|
de la dulce prenda mía |
|
te enoje: no es culpa suya. |
|
|
|
DON RODRIGO |
Quiero a tu ruego ceder, |
|
que no es mi pecho de roble, |
540 |
y honrado ha de ser y noble |
|
quien de ti recibió el
ser. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Que en la virtud y el honor |
|
busque Fernando modelo |
|
en ti siempre, quiera el
Cielo. |
545 |
|
|
DON RODRIGO |
(Acercándose a ella con
cariño.)
|
¡Mi Violante!... |
|
|
|
Escena
IX
|
|
DOÑA
VIOLANTE, DON
RODRIGO y DON JUAN.
Este último aparece en la puerta del fondo, y en ella se
detiene un momento.
|
DOÑA VIOLANTE |
Adiós, Rodrigo. |
(Se despide del MARQUÉS y llega hasta la puerta
de la derecha.)
|
|
|
DON JUAN |
(Desde el
fondo.)
|
Señora...
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte.)
|
¡Esa voz!...
¿Qué voz es ésa?... |
560 |
|
|
|
(DOÑA
VIOLANTE se detiene y se vuelve hacia DON JUAN. Éste avanza hasta
llegar a colocarse en primer término. Los actores, en el
orden siguiente: cerca de la puerta de la derecha, primer
término, DOÑA
VIOLANTE; a la izquierda, DON JUAN; entre ambos, DON RODRIGO.)
|
DON JUAN |
Si por dicha a la marquesa |
|
estuviese hablando ahora, |
|
yo suplicarla osaría |
|
que este salón no
dejara |
|
y que benigna escuchara |
565 |
con el marqués la voz
mía. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte.)
|
¡Ese avento..., ese
semblante! |
|
¡Qué recuerdos, ay de
mí! |
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Sí.
|
|
(Acercándose al centro
hasta quedar junto a DON
RODRIGO.)
|
|
|
DON JUAN |
Pues que me encuentro delante, |
570 |
por mi estrella afortunada, |
|
y en uno son dos honores, |
|
de los muy nobles
señores |
|
y marqueses de Moncada, |
|
previo su consentimiento |
575 |
expondré mi
pretensión. |
|
|
|
DON RODRIGO |
Antes en aquel sillón |
|
tomad, buen hidalgo, asiento. |
|
|
|
|
(DOÑA
VIOLANTE y DON
RODRIGO se sientan en los dos sillones de la derecha;
DON JUAN, en el
sillón de la izquierda. Pausa.)
|
DON JUAN |
Del rey, mi señor
augusto, |
|
orden cumpliendo sagrada, |
580 |
tres años ha que a
Granada |
|
llegué. No fue por mi
gusto, |
|
mas fue en hora venturosa; |
|
que en sus cármenes
floridos, |
|
asombro de los sentidos, |
585 |
vi la mujer más hermosa |
|
que forjó la
fantasía. |
|
¡Era una hurí
mahometana, |
|
era una virgen cristiana, |
|
era Laura de Mejía! |
|
|
|
DON JUAN |
Laura; y de tal suerte, |
|
ha dominado mi ser |
|
el amor de esa mujer, |
|
que ella es mi vida o mi
muerte. |
|
Mi vida, si al fin rendida |
595 |
entre mis brazos la veo; |
|
mi muerte, si mi deseo |
|
no ve su dicha cumplida. |
|
A Mejía la pedí, |
|
y a mi súplica
accedió; |
600 |
pensé alcanzarla, mas
no, |
|
que de nuevo la perdí. |
|
¿Cómo? Sus padres
murieron; |
|
quedó Laura abandonada; |
|
los marqueses de Moncada |
605 |
sus nobles tutores fueron; |
|
partió la niña
llorosa, |
|
maldije la estrella
mía..., |
|
y hoy a Laura de Mejía |
|
vengo a pedir por esposa. |
610 |
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte y mirando fijamente a
DON
JUAN.)
|
En los rasgos de esa faz |
|
y en los ecos de esa voz... |
|
|
|
|
DON JUAN |
Juan de Albornoz,
|
|
segundo conde de Orgaz. |
|
|
|
|
(VIOLANTE
levantándose con ímpetu, retrocediendo hacia la
derecha, como si huyese de DON
JUAN, y ocultando el rostro entre las manos. A pesar de las
indicaciones que preceden, la actriz interpretará este
momento como crea oportuno.)
|
DOÑA VIOLANTE |
¿Orgaz ha dicho?...
¡Ese nombre!... |
615 |
|
|
DON JUAN |
(En voz baja.)
|
En verdad que no comprendo... |
|
(Levantándose.)
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte.)
|
¡Él es, sí!...
¡Ya lo estoy viendo! |
|
|
|
|
(DON RODRIGO se
dirige hacia ella y procura tranquilizarla.)
|
DON RODRIGO |
Su turbación no os
asombre, |
|
(A DON JUAN.)
|
que el título que
lleváis |
|
a su memoria presenta |
620 |
de cierta noche sangrienta |
|
la imagen. |
|
|
DON JUAN |
Si recordáis
|
|
que mi padre y mi
señor, |
|
contra el comunero audaz |
|
tomó por asalto a Orgaz |
625 |
por su rey y emperador, |
|
que comprenderéis no
dudo, |
|
sin asombro ni
extrañeza, |
|
mí título de
grandeza |
|
y el castillo de mi escudo. |
630 |
|
|
DON RODRIGO |
Cuando sepáis que mi
esposa |
|
en el castillo de Orgaz, |
|
vuelta al peligro la faz, |
|
aquella noche horrorosa |
|
morir a su padre vio, |
635 |
y que el hierro ensangrentado |
|
de un implacable soldado |
|
su propio pecho rasgó, |
|
comprenderéis, señor
conde, |
|
por qué se aleja
espantada |
640 |
la marquesa de Moncada |
|
y por qué su rostro
esconde. |
|
|
|
DON JUAN |
¿Aquella noche fatal... |
|
ella estaba..., estaba
allí? |
|
¿Y vertió su
sangre?... |
(Con profunda emoción y
señalando a la MARQUESA al decir «ella».)
|
|
|
DON RODRIGO |
Sí.
|
645 |
(DON JUAN da
algunos pasos hacia DOÑA
VIOLANTE. DON
RODRIGO se dirige al trofeo y toma el puñal que
limpiaba NUÑO al
comenzar el acto, y que dejó en dicho trofeo al salir.
DON RODRIGO, con el
puñal en la mano, se acerca a DON JUAN y se lo
muestra.)
|
Ved el hierro. |
|
|
|
|
(DON RODRIGO
vuelve a dejar el puñal en su sitio. DON JUAN y DOÑA VIOLANTE se miran desde
lejos con expresión que los actores interpretarán
como juzguen oportuno.)
|
|
DON JUAN |
(Aparte.)
|
¡Cielo santo, es ella!
|
|
¡Otra vez en mi camino! |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte.)
|
¡Ay, por mi negro
destino! |
|
|
|
DON JUAN |
(Aparte.)
|
¡Ay, por mi fatal
estrella! |
650 |
|
|
DON RODRIGO |
(Después de dejar el
puñal en el trofeo, vuelve a colocarse entre DON JUAN y DOÑA
VIOLANTE.)
|
Erais muy niño sin duda |
|
cuando ese puñal
rasgaba |
|
de la mujer que yo amaba |
|
el seno, y esto os escuda. |
|
De ese crimen, noble conde, |
655 |
vuestra edad y
condición |
|
os absuelven con razón. |
|
Mas si vuestra casa esconde, |
|
y esto pronto lo sabré, |
|
al autor de tal proeza, |
660 |
o me entregáis su
cabeza, |
|
o su cabeza tendré. |
|
|
|
DON JUAN |
Mal van ya mis esperanzas, |
|
y mal van mis alegrías, |
|
si en vez de hallar
simpatías, |
665 |
odios encuentro y venganzas. |
|
Acatando adversa ley |
|
pronto me veréis
partir; |
|
mas antes debo cumplir |
|
la voluntad de mi rey. |
670 |
De mi rey, que guarde Dios, |
|
este pliego he recibido, |
|
(Saca un
pliego.)
|
y al entregarlo he cumplido |
|
mi misión, que es para
vos. |
|
(Lo entrega ceremoniosamente a
DON
RODRIGO.)
|
|
|
DON RODRIGO |
A cuanto en el pliego ordene |
675 |
el monarca soberano |
|
me someto de antemano. |
|
|
|
DON JUAN |
Ved lo que el pliego contiene. |
|
|
|
DON RODRIGO |
Quien es cual yo caballero, |
|
al rey debe hacienda y vida; |
680 |
por mucho que el rey me pida, |
|
suyo es todo. |
|
|
|
|
(DON RODRIGO abre
el pliego y lee atentamente. Pausa.)
|
DON RODRIGO |
En carta para mí
honrosa, |
|
(Inclinándose.)
|
que a doña Laura
Mejía, |
|
ahijada y pupila mía, |
685 |
os conceda por esposa |
|
me ordena el emperador. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte, a DON RODRIGO.)
|
Tu palabra está
empeñada. |
|
|
|
DON JUAN |
¿Y contesta el de
Moncada? |
|
|
|
DON RODRIGO |
Que es imposible,
señor. |
690 |
(Con extremada cortesía y
con expresión de sentimiento.)
|
|
|
DON JUAN |
De obediencia haciendo alarde, |
|
os negáis a obedecer. |
|
|
|
DON RODRIGO |
La obediencia no es deber, |
|
(Con
energía.)
|
si llega el mandato tarde. |
|
|
|
DON JUAN |
Del rey en nombre lo exijo. |
695 |
|
|
DON RODRIGO |
Y yo en mi nombre lo niego. |
|
(Movimiento de DON
JUAN.)
|
Ya cedí al amante
ruego... |
|
|
|
|
DON RODRIGO |
¿De quién?...
¡De mi hijo!
|
|
|
|
DON JUAN |
Pues es vuestro, bien
podéis |
|
recogerle la promesa. |
700 |
|
|
DON RODRIGO |
¿Sólo porque a vos os
pesa? |
|
|
|
|
DON RODRIGO |
No hay obligación que
infame; |
|
(Con creciente
vigor.)
|
es, conde, siempre sagrada |
|
la palabra de un Moncada |
705 |
mientras hay quien la reclame; |
|
y no es justo, ¡vive
Dios!, |
|
que los míos me hallen
menos |
|
honrado que los ajenos, |
|
ni por el rey ni por vos. |
710 |
|
|
DON JUAN |
Razón tenéis; mas
llamad |
|
a Fernando, que al fin es, |
|
como vuestro, leal;
después, |
|
ese pliego le mostrad, |
|
y no dudéis que a su
amor, |
715 |
poniendo el deber por dique, |
|
gustoso no sacrifique, |
|
ante una ley superior, |
|
juveniles fantasías. |
|
|
|
DON RODRIGO |
Es el consejo prudente. |
720 |
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte, a DON RODRIGO.)
|
¡Vas a poner frente a
frente |
|
las amorosas porfías |
|
de ese insensato, escuchando |
|
al uno y otro rival! |
|
¿Olvidas la sin igual |
725 |
fiereza de mi Fernando? |
|
|
|
DON RODRIGO |
(Aparte, a DOÑA
VIOLANTE.)
|
No temas, no ha de venir. |
|
|
|
|
DON RODRIGO |
Este pliego
|
|
mostrar a Fernando. |
|
|
|
DON RODRIGO |
A él le toca decidir. |
730 |
Dignaos, conde, esperar, |
|
que muy pronto ha de volver. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Y yo entre tanto he de ser |
|
quien ocupe tu lugar; |
|
y mostrar al conde espero |
735 |
que tu ausencia nada empece |
|
para honrar... como merece |
|
a un tan noble caballero. |
|
|
|
|
(Sale DON RODRIGO,
inclinándose ante DON
JUAN.)
|
Escena
X
|
|
DOÑA
VIOLANTE y DON
JUAN. DOÑA
VIOLANTE, después de seguir con la vista al
MARQUÉS y de
cerciorarse de que ha salido, se acerca a DON JUAN.
|
DOÑA VIOLANTE |
En una noche funesta, |
|
tras un combate sangriento, |
740 |
de un incenciado, castillo |
|
por los salones huyendo, |
|
iba una noble doncella |
|
seguida de un escudero; |
|
detrás, la muerte y las
llamas |
745 |
y los vencedores ebrios. |
|
A una estancia donde
sólo |
|
los rayos puros y
trémulos |
|
de la luna penetraban, |
|
llegaron ya sin aliento |
750 |
la acongojada doncella |
|
y el bravo y fiel escudero. |
|
Después...,
después... |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Después penetró un
mancebo |
|
con una antorcha en la mano |
755 |
humeante, el desnudo acero... |
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Escuchadme, conde,
|
|
y recordad. |
|
|
DON JUAN |
¡Bien recuerdo!
|
|
La estancia toda
sombría..., |
|
pintados vidrios el hueco |
760 |
llenando de ancha ventana... |
|
al través los mil
reflejos |
|
de la luna, suspendidos |
|
entre dos hermosos cielos, |
|
el del espacio allá
fuera, |
765 |
el de una mujer adentro... |
|
¡Perdón,
señora, perdón! |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Así con lloroso acento |
|
gritó la mujer, y en
vano: |
|
No quiso escucharla el Cielo. |
770 |
|
|
DON JUAN |
Vos lo habéis dicho,
señora: |
|
estaba el vencedor ebrio; |
|
un rayo vio de hermosura |
|
rápido pasar huyendo, |
|
y el alma se le abrasó |
775 |
de aquel rayo con el fuego, |
|
más que con las
llamaradas |
|
de los torreones soberbios. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Orgaz, de infamia
castillo! |
|
|
|
DON JUAN |
¡Orgaz, castillo
funesto! |
780 |
¿Por qué la vi tan
hermosa |
|
al resplandor del incendio? |
|
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Es, noble conde, que quiero |
|
hablaros de mi Fernando, |
785 |
y antes de evocar debemos, |
|
aunque en el alma nos hieran, |
|
los vuestros y mis recuerdos. |
|
La mujer pudo arrancar |
|
con desesperado esfuerzo |
790 |
aquel puñal, que en el
cinto |
|
(Señalando el puñal
del trofeo.)
|
llevaba el noble mancebo, |
|
y vengador de su honra |
|
clavólo en su propio
seno. |
|
¿Y después, conde?...
¿Y después? |
795 |
¡Que aquí la memoria
pierdo! |
|
|
|
DON JUAN |
La levanté entre mis
brazos... |
|
|
|
|
DON JUAN |
Marché ciego...;
|
|
llegamos a la ventana; |
|
rompí un cristal; dio de
lleno |
800 |
sobre su rostro la luna; |
|
estaba pálido y yerto. |
|
Espantado la solté; |
|
cayó sobre el
pavimento, |
|
y, sin volver la cabeza, |
805 |
de mí mismo salí
huyendo. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Y allí quedó una
mujer |
|
en sangre bañado el
pecho; |
|
tinieblas en derredor, |
|
tinieblas en su cerebro: |
810 |
en la ventana un cristal |
|
roto, y allá desde el
cielo |
|
un blanco rayo de luna, |
|
como fantástico
engendro |
|
de la noche, acariciando |
815 |
con sus pálidos
reflejos |
|
de la víctima la frente |
|
y el ensangrentado seno. |
|
|
|
DON JUAN |
¿Y cómo podré
borrar |
|
mi crimen? |
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Sólo hay un medio
|
820 |
de que olvide yo y perdone. |
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Arrancar del pecho
|
|
la pasión que os
avasalla: |
|
a Laura olvidar. |
|
|
DON JUAN |
No puedo;
|
|
pedidme la honra..., la
vida..., |
825 |
¡qué me importan!
Todo, menos |
|
el amor de esa mujer. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Yo lo exijo..., yo lo
quiero... |
|
¡Del hijo mío es la
dicha! |
|
|
|
DON JUAN |
¿Y qué importa el
hijo vuestro? |
830 |
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Que le importa!... |
(Conteniéndose.)
|
|
|
DON JUAN |
Perdonad;
|
|
he dicho mal: me arrepiento; |
|
sois sagrada para mí, |
|
que fue mi crimen inmenso; |
|
mas no pidáis
imposibles. |
835 |
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Os suplico de rodillas! |
|
(Arrodillándose.)
|
|
|
DON JUAN |
Alzad, señora, os lo
ruego. |
|
|
|
|
|
|