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ArribaÍndice alfabético de los Ensayos


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ABDERA, I.

Abogados. Comparados con los predicadores, I. Persuádense a veces por su propia pasión de que es buena causa que defienden. Encuentran en todas ellas caminos suficientes para disponerlas como mejor les acomoda.

ABRA, hija de San Hilario, obispo de Poitiers, I.

Abuso. Fundamento de todos los de este mundo, II.

ABYDENSES. Su obstinación en el perecer, I.

Académicos. Sus opiniones, menos sostenibles que las de los pirronianos, I.

Acaso. Por qué es tan grande su poder sobre nosotros, I. Entra por mucho en las acciones humanas, II.

Accidentes funestos. Soportados sin duelo por algunas personas, I. Peores de resistir que la misma muerte. Firmeza del vulgo contra los accidentes más penosos de la vida, más instructiva que los discursos de los filósofos, II.

Acciones. Es milagro la posibilidad de suponer en algunos la imagen de la justicia, II.

Adivinación. Su extraño origen, I. Cuáles son los naturales caminos que a ella conducen.

Adivinos (falsos). Tratamiento que de los escitas recibían, I.

AGESILAO. Lo que a su entender debía enseñarse a las criaturas, I. Cómo andaba vestido. Por exceso de ardor deja de vencer a los beocios. Su respuesta a los tasios, que le habían hecho dios. Si es o no cierto que fuera multado por haberse hecho querer excesivamente de sus conciudadanos, II. Por qué al viajar se hospedaba en los templos. Lo que pensaba del amor.

AGIS, rey de Esparta. Su notable respuesta a un embajador de la ciudad de Abdera, I.

AGRIGENTINOS. Elevaban monumentos en honor de los animales que les fueran caros, I.

Agujetas. De donde procede lo que se ha llamado añudadura de agujetas, I. Enfermedad de la fantasía, curada por un medio fundado en el mismo principio.

AGUSTÍN (San). Milagros que atestigua, I. La pérdida de sus escritos hubiera sido por todo extremo lamentable.

Ajedrez. Como Montaigne juzgaba el juego del ajedrez, I. Esta distracción puede venir en nuestra ayuda pan a conocernos.

ALBA (duque de). Crueldades que ejerció en Bruselas, I. Comparado con el condestable de Montmorency, II.

ALBIGENSES. Quemados vivos por no querer renegar de sus creencias, I.

ALBUCILLA. Muerte de esta mujer romana, II.

ALBUQUERQUE. Por qué hallándose abocado a perecer, se echó a cuestas a un muchacho, I.

ALCIBÍADES. Dio un bofetón a un gramático porque no tenía los escritos de Homero, I. Su vida es una de las más ricas y deseables, en el sentir de Montaigne, I. Por qué cortó la cola y las orejas a un muy hermoso perro que tenía, II. No gustaba de la música en sus comidas.

Alciones. Sus maravillosas cualidades; fábrica admirable de su nido, I.

ALCMON. A qué cosas atribuía la divinidad, I.

ALESIA. Dos acontecimientos extraordinarios relativos al cerco de esta ciudad, emprendido por César, II.

ALEJANDRO MAGNO. Su crueldad para con Betis, gobernador de Gaza, I, y con la ciudad de Tebas. Por qué se oponía a combatir de noche. En qué circunstancia su intrepidez   —512→   pareció mayor. Censurado por su padre Filipo como buen cantor. Cómo se burló de sus aduladores, que querían hacerle creer que era hijo de Júpiter. Durmió un sueño profundo momentos antes de su última batalla contra Darío. De su caballo Bucéfalo. Por qué no debe juzgarse de sus prendas en la mesa ni en el juego. Digna recompensa que otorgó a la habilidad extrema en un arte inútil. Su valer no era perfecto ni el mismo en todo. Juicio general sobre Alejandro, preferible a César, II. En cuáles cosas se mostró inferior a Sócrates. De qué modo su padre censuró su liberalidad.

ALEJANDRO, tirano de Pheres. Por qué se oponía a asistir a la representación de piezas trágicas, II.

ALEJANDRO VI, papa. Cómo fue envenenado con su hijo el duque de Valentinois, I.

Alegría. Ejemplos diversos de muertes repentinas ocasionadas por la sorpresa de un placer inesperado, I.

Alemanes. Aunque borrachos, son difíciles de vencer, I. Beben con igual placer toda suerte de vinos.

Alfiler. Mujer que creía haber tragado un alfiler: de qué manera curada de esta fantasía, I.

ALFONSO VI, rey de Castilla. En qué juzgaba a los asnos más felices que a los monarcas, I. Fundador de la orden de Caballeros de la Banda o de la Escarpa, en España; estatutos a que habían de ajustarse.

Alma. Debe tener algún objeto verdadero o falso que la apaciente, I. No mira las cosas por el mismo tenor. Se descubre en todos sus movimientos. Procura a las cosas el aspecto que la placea. Lo que la razón nos enseña en punto a su naturaleza. Diversidad de opiniones sobre el lugar del cuerpo en que reside. Opiniones diversas sobre su origen. Opinión refutada de la preexistencia de las almas antes de ser unidas a nuestros cuerpos. Razones que Epicuro alega para probar que el alma nace, se fortifica y debilita con el cuerpo. El alma del hombre más cuerdo expuesta a convertirse en la de un loco. La inmortalidad del alma, débilmente sustentada por los dos matices más convencidos. Transmigración del alma de un cuerpo a otro, sustentada por Platón; cómo Epicuro la refuta. Si las facultades e inclinaciones de nuestras almas dependen del aire, del clima y de la tierra en que vivimos; cuál es la conclusión que de esta doctrina puede sacarse. En qué consiste el verdadero valer del alma, II. Cómo muestra su grandeza.

ALVIANO (Bartolomé de), general veneciano. Por qué su cuerpo fue trasladado al través de las tierras de sus enemigos, I.

AMASIS, rey de Egipto. Casa con una hermosa griega, mas no puede disfrutarla durante algún tiempo, I.

Ambición. Más difícil de domar, que el amor, a juzgar por el ejemplo de César, II. El de Ladislao, rey de Nápoles, semeja probar lo contrario. No es un vicio de hombres nimios.

AMÉRICA. Agasajos que algunos pueblos de América hicieron a Hernán Cortés, I. En qué sentido son bárbaros los salvajes de América. Excelencia de su policía. Bondad de su clima. Sus viviendas y sus lechos. Sus comidas, sus bebidas y su pan. Cómo pasan su tiempo. Dónde colocan sus armas cuando mueren. Sus sacerdotes y profetas; en qué consiste la moral de éstos y cómo son tratados cuando enuncian falsas profecías. Sus guerras, armas y combates. Por qué se comen a sus prisioneros. Sus luchas nobles y generosas. Su moderación, su cordialidad y partido que sacan de sus victorias. Cuáles son los celos de sus mujeres. (Véase SALVAJES.)

Americanos. Por su grandeza y su virtud fueron víctimas de la perfidia y de la ferocidad de los españoles, II. Magnificencia de sus jardines y de sus reyes. Por qué medios fueron subyugados. Qué tratos recibieron de los españoles. Respuesta vigorosa y cuerda que algunos pueblos de América hicieron a los españoles, quienes querían hacerlos tributarios. Horrible carnicería que los españoles hicieron en América con sus prisioneros de guerra. Cómo las riquezas de los americanos eran menos grandes de lo que al principio se había creído, y por qué causas.

AMESTRIS, madre de Jerjes. Inhumanamente piadosa, I.

Amistad. Es el más perfecto fruto de la sociedad, I. Cuatro especies de junturas entre los hombres, a las   —513→   cuales no cuadra propiamente el nombre de amistad. Amistad contra naturaleza, muy corriente entre los griegos: lo que Montaigne juzga de ella. En qué se compendia la amistad verdadera. Idea de la amistad más cumplida. Idea de las amistades ordinarias. En una amistad verdadera, quien otorga un beneficio debe estar reconocido a quien lo recibe. Las amistades corrientes pueden compartirse entre varias personas. La amistad única y principal desata todas las demás obligaciones. Amistad de los maridos para con sus mujeres, moderada por la teología. Verdadero fin de la amistad, II.

Amor. Cómo se cura al entender de Crates, I. Imperio de esta pasión en el espíritu del hombre. Si los deseos que el amor inspira a los hombres son los más violentos, II. Medios que se emplearon para amortiguarlo. Sus ardores desterrados del matrimonio y por qué razón. Todo tiende entre los hombres a poner en juego esta pasión. Esencia del amor. Ridiculiza al hombre, equiparándolo con los animales. No debe ser condenado porque fue la naturaleza quien nos lo inspiró. Hablar discretamente del amor es trocar lo más apetitoso. El amor de los españoles y el de los italianos, más respetuoso y más tímido que el nuestro, es por lo mismo más agradable. El amor debe gobernarse por grados y sin precipitación. Por qué en materia de amor obran mal los hombres al censurar la ligereza e inconstancia de las mujeres. Injusto poder que los amantes privilegiados se atribuyen sobre sus amadas. Ventajas que pueden alcanzarse del amor en la edad avanzada. Cuál es la edad en que el amor conviene propia y naturalmente.

Amor conyugal. Debe ir acompañado de respeto, I.

Amores desnaturalizados. Verdadero medio de hacerlos caer en descrédito, I.

AMURAT. Inmola seiscientos jóvenes griegos al alma de su padre, I.

ANACARSIS. Cuál es, a su entender, el gobierno más dichoso, I.

ANAXÁGORAS. Fue el primer filósofo que reconociera que todas las cosas fueron hechas y son gobernadas por un espíritu infinito, I.

ANAXARCO. Descuartizado por el tirano Nicocreón; su firmeza en el dolor, I.

ANAXIMÁNDER. Su opinión sobre la naturaleza de Dios, I, y sobre la de nuestra alma, I.

ANAXÍMENES. Su opinión sobre la naturaleza de Dios, I.

Anciana (gente). En qué consiste su cordura, II. Pintura natural de sus defectos.

Ancianos. Ejemplo de un anciano, de quien los suyos se burlaban porque quería sembrar entre ellos el espanto, I. Ancianos engañados por sus domésticos. Otros por sus mujeres. Los ancianos necesitan regocijar su espíritu, II. Deben frecuentar juegos y ejercicios de los jóvenes, y aprovechar todas las ocasiones de contento que se los muestren.

ANDRODO. Por qué casualidad escapó a la muerte que se le preparaba, I.

ANDRÓN. Atravesó la Libia sin beber, II.

ANÍBAL. Su respuesta a Antíoco, que le preguntaba si los romanos se contentarían con su ejército, I. Vivió la hermosa mitad de su vida de la gloria alcanzada en su juventud.

ANIMALES. Animalillos que sólo viven un día I. Los animales están sujetos al influjo de la imaginación. Miramientos que deben guardarse para con ellos. Notables ejemplos de esta especie de respeto. Comunícanse sus pensamientos, lo mismo que los hombres. Habilidad que en sus costumbres se advierte. Gozan de un lenguaje natural. Siguen libremente sus inclinaciones. Sutileza que despliegan en sus cazas. Disciernen lo que puede aliviarlos en sus enfermedades. Son capaces de instrucción, y albergan el sentido de la equidad. Hay animales tan extravagantes y raros en sus amores, como los hombres. Su amistad es más viva y más constante que la de éstos. Animales que parecen adolecer del pecado de avaricia. Otros que son muy económicos. Otros cuya pasión es la guerra. Sociedad que se observa entre ellos. Por qué Moisés prohibió que su sangre sirviera de alimento.

ANTÍGONO. Cómo se burla de un poeta que le había llamado hijo del Sol, I. Cómo castigó a los soldados de Eumenes, su enemigo, luego que de él le hicieron entrega, II.   —514→   Cómo se dispensó de hacer un donativo a un filósofo cínico.

ANTÍOCO. Despojado de sus conquistas por una carta del Senado romano, II.

ANTÍSTENES. Su respuesta a los que le censuraban por conversar con los malos, I. Su principio sobre la inconstancia en la desdicha. Cuál era, según este filósofo, el mejor aprendizaje. Lo que respondió a un sacerdote que iniciándole en los misterios de Orfeo, le aseguraba que los fieles de esta religión gozarían de una dicha eterna y perfecta después de la muerte. Por qué aconsejaba a los atenienses el ordenar que los asnos fueran como los caballos empleados en la labranza, II.

ANTÍSTENES O ANTISTENIOS, sobrenombrado Hércules. Lo que ordenaba o sus hijos, II.

Apariencias. Cómo en la vida el filósofo es impulsado por la apariencia, I. Filósofos que sostuvieron que era una misma cosa había apariencias contrarias. No puede juzgarse, definitivamente de una cosa por la apariencia que sobre ella nos muestran los sentidos.

APOLODORO, tirano de Potidea. Torturado por el recuerdo de su propia barbarie, I.

Aprobación pública. Por quiénes debe ser buscada, II.

ARCESILAS. Digno de alabanza por el recto empleo de sus riquezas I. Su respuesta a un joven afeminado que le preguntó si el filósofo podía enamorarse, II. Su visita a Ctesibio enfermo.

AREÓPAGO. Por qué este venerable senado juzgaba de noche, I.

ARETINO. (Pedro). Si mereció el nombre de divino, I.

ARGENTERIO (Juan), médico, II.

ARGIPOS. Pueblo que vivía tranquilo, sin armas ofensivas, II.

ARIOSTO. A qué edad dejó Montaigne de gustar las obras de este poeta, I. No puede comparársele con Virgilio.

ARISTARCO. Lo que decía burlándose de la presunción de su siglo, II.

ARISTIPO. Su respuesta a quien le dijo que debía querer a sus hijos porque de él habían salido, I. Incurrió en la cólera de todos los filósofos por sus atrevidas opiniones en pro de la voluptuosidad y las riquezas. Sus costumbres ensalzadas. Por qué no encuentra inconveniente en aceptar una túnica perfumada. Por qué soporta que Dionisio el Tirano le escupa en el rostro. Su respuesta a Diógenes cuando le dijo que si supiera alimentarse con coles no adularía a los tiranos. Qué fruto alcanzó de la filosofía. Lo que dijo a unos jóvenes que se avergonzaban al verle entrar en la vivienda de una cortesana.

ARISTODEMO, rey de los mesenios. Lo que le de Como definía la retórica, I. Su opinión sobre la naturaleza de Dios terminó a matarse. II.

ARISTÓN. Cómo definía la retórica, I. Su opinión sobre la naturaleza de Dios. Con qué comparaba una lección, II.

ARISTÓTELES. Método que empleó en la instrucción de Alejandro, I. Su definición de la amistad perfecta, II. A qué edad quería que las gentes se casaran. Risible clasificado que aplica al hombre. Si es verdaderamente dogmático. No tenía opinión determinada sobre la naturaleza de Dios. Censurado por considerar la privación como principio. Pareció sensible a las maledicencias de que le dijeron haber sido objeto, II. Su respuesta a quien le preguntó por qué se complacía en ver a menudo a las personas agraciadas. Lo que contestó a alguien que le censuraba por haberse mostrado misericordioso con un malvado.

Armas. Censurable costumbre de no tomarlas sino en último extremo, I. Armas de los franceses, I. De los medos. De los peatones romanos. De los parthos.

ARMENIA. Sus montañas se ven a veces enteramente cubiertas de nieve, I.

ARQUIAS, tirano de Tebas. Perece en una conspiración por haber diferido la lectura de una carta, I.

ARQUILEONIDE, madre de Prásidas. Por qué rechazó la alabanza que de su hijo se le hizo, I.

Arquitecto. Concisa arenga de un arquitecto al pueblo de Atenas, I. Lenguaje de los arquitectos, I.

ARRÁS. Singular obstinación de algunos de sus habitantes cuando fue tomada por Luis XI, I.

ARRIA, mujer de Cecina Peto. Se clava un puñal por impulsar a su marido a evitar con la muerte el suplicio que le aguardaba, II. Hermosas palabras que profiere después de recibir el golpe mortal, estropeadas por Marcial, que pretendió embellecerlas.

ARRIO. Nada puede concluirse contra él en lo tocante a su muerte, I.

Arrojo. Hasta dónde debe llegar, I.

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ARSAC (el señor de), hermano de Montaigne, I.

ARTAJERJES. Cómo dulcificó el rigor de algunas leyes persas, I.

ARTIBIO, general del ejército pérsico. Cómo su caballo fue causa de su muerte, I.

Asesino. Dos asesinos de Guillermo I, príncipe de Orange, II.

ASESINOS, pueblo dependiente de la Fenicia. De qué suerte entienden el ganar el paraíso.

ASIÁTICOS. Por qué en sus guerras iban acompañados de sus mujeres y concubinas, adornadas con sus más ricas joyas I.

ASINIO POLIO. Lo que juzgaba censurable en los Comentarios de César, I. Su cobardía al no querer publicar la crítica de una obra hasta después de la muerte del autor de ella, II. Por qué se opuso a replicar a Augusto que había escrito versos contra él.

ASIRIOS. Cómo domaban los caballos de que se servían en la guerra, I.

ASIGNY (señor de), I.

Astucias de la guerra. Condenadas entre los antiguos, I. Autorizadas por nosotros.

ATALANTE. Por qué medio fue vencido en la carrera, II.

Ataraxia de los pirronianos. Lo que es, I.

Ateísmo. Rara vez se posesiona del espíritu del hombre como un dogma ponderado, I.

ATENAS. Afección que los extranjeros la profesaban.

Atenienses. Su superstición cruel y pueril en punto a las sepulturas de los muertos, I. De qué modo por ella fueron castigados. De su dios desconocido. Por qué hicieron cortar los dedos pulgares a los eginetas, II.

ÁTICO (Pomponio). Su muerte voluntaria, II.

ATLÁNTIDA (isla). Su amplitud, I. No puede ser la América.

Atletas. Su fuerza consiste más bien en el vigor de los nervios que en el del ánimo, I. Privados de los goces del amor para conservarse más ágiles y vigorosos.

Atunes. Parecen tener como conocimientos matemáticos, I.

AUFIDIO. Su muerte.

AUGUSTO. Quiere vengarse de Neptuno, después de una tempestad, I. Cómo testimonia su aflicción por haber perdido algunas legiones. Conjuración de Cinna contra él, descubierta poco antes de su ejecución. Su discurso a Cinna. Su clemencia para con este conjurado, y beneficios que de su acción alcanza. Su sueño profundo a la hora de comenzar una batalla. Edad que señala para el ejercicio de los cargos judiciales. Su carácter, impenetrable para los jueces más resueltos. Liberal en punto a dones y avaro en recompensas honoríficas. Epigrama que compuso.

AURAT o más bien DAURAT. Colocado por Montaigne entre los mejores poetas latinos de su tiempo, II.

Autores. No deben escribir sobre cada cosa sino lo que saben, I. Si es lícito que aguardan alguna recomendación por sus escritos, II.

Avaricia. Lo que la engendra, I.

Aves. Predicciones que se sacan de su vuelo, I. Aves pasajeras; prevén el cambio de las estaciones, I.

Avestruces. Uncidos a un vehículo, II.




- B -

Baños. Los antiguos usaban de ellos todos los días antes de la comida, I. Su utilidad, II. Cada pueblo hace de ellos un empleo particular.

Bárbaro. Lo que significa esta palabra en la boca de cada pueblo, I. Hay más barbarie en comerse a un hombre vivo que en hacer lo propio muerto.

Batalla. Si en una batalla hay que esperar al enemigo o salir a su encuentro, I.

BAYACETO I. Hizo destripar a un soldado acusado de haberse comido las puches de una pobre mujer, que con ellas sustentaba a sus hijos, I.

BAYARDO. Su firmeza en el momento de espirar, I. Cuál era su verdadero nombre.

BEAUVAIS (Obispo de). Vencedor de algunos enemigos en la batalla de Bouvines, los entrega en ajenas manos para matarlos o hacerlos prisioneros, I. Por qué se servía solamente de una maza en el combate.

Beber. Placer de beber, el último de que se sienta capaz el hombre, I.

Beduinos. Como albergaban la pica   —516→   de que una fatalidad inevitable y preordenada los comprometía a oponerse en los combates, lanzábanse a ellos sin ninguna precaución, II.

BELLAY (Guillermo del). Juicio sobre sus Memorias, I.

BELLAY (Joaquín del). Excelente poeta francés, a juicio de Montaigne, II.

BELLAY (Martín del). Sus Memorias históricas: lo que Montaigne opina de ellas, I.

Belleza corporal. En qué consiste, I. Si en este particular los hombres poseen alguna ventaja sobre los animales. De qué valor sea la belleza corporal, II.

BEMBO (Cardenal), II.

BERTHEVILLE, lugarteniente del conde de Brenne, I.

Besos. Como fueron envilecidos, II.

BESSOS. Cómo descubrió sin pensarlo el parricidio que cometiera, I.

BETIS, gobernador de Gara. Hecho prisionero por Alejandro el Grande, I. Su valor y firmeza hasta el instante de su muerte.

BÉZE. Considerado por Montaigne como uno de los mejores poetas latinos de su tiempo, II.

BIAS. Lo que dijo a las gentes que se encontraban con él en un navío sacudido por la tempestad, que imploraban el socorro de los dioses, I.

Biblioteca. Lo que salvó las bibliotecas de su ruina cuando los godos asolaron la Grecia, I. Descripción de la Biblioteca de Montaigne, I.

Bien. Lo deseamos con ansia, tanto mayor cuanto más trabajo nos ocasiona el obtenerlo, II. El bien y el mal moral se encuentran en nosotros amalgamados.

Bien soberano. En qué consiste el del hombre; opiniones diversas sobre este punto, I.

Bien obrar. Júzgase mediante la sola intención, I.

Bienes verdaderos. Colocan al hombre por cima de sus ofensas, I.

Bienes de fortuna. En qué sentido son provechosos a quienes los poseen, I. Cuál es el medio más prudente de distribuirlos al morir. Lo que mueve a ciertas gentes en la elección de los herederos de sus bienes. Según Platón, corresponde a las leyes el disponer de nuestros bienes, I.

BIÓN. Lo que dijo a un rey que de pensar se arrancaba los cabellos, I.

Franqueza con que habló de su origen a Antígono, II.

BIRÓN (mariscal de), alcalde de Burdeos, II.

BLOSIO (Cayo). Su respuesta en lo tocante a que lo hubiera hecho todo por su amigo, razonabilísima en cierto respecto, I.

BOCACCIO. Su Decamerón, considerado por Montaigne como simple libre de lectura amena, I.

BODIN. Refutado en lo que escribe de Plutarco, I, II.

BOËTIE (Esteban de la). Autor de un libro intitulado De la servidumbre voluntaria, o el Contra uno. Razón de este libro y su asunto, I. A qué edad lo compuso La Boëtie. La Boëtie y Montaigne aliáronse con el nombre do hermanos: sentido de esta palabra. Cómo en cuanto se vieron, amáronse con la amistad más cumplida. Dolor de Montaigne por la pérdida del amigo. Elogio que él hace. Veintinueve sonetos compuestos por La Boëtie en su juventud. Sus prendas excelentes, II.

BOLESLAO III, rey de Polonia. Traicionado, II.

BOLESLAO IV, rey de Polonia, llamado el Púdico, II.

BONIFACIO VIII, Papa. Su carácter, I.

BONNES (Bartolomé de), en el sitio de Commercy, I.

BORGIA (César), duque de Valentinois, I.

BORROMEO, Cardenal. Austeridad de su vida, I.

BOUCHET autor de los Anales de Aquilania, I.

BOUTIÈRES (Señor de), I.

BOYOCALO. Su generosa respuesta a los romanos, I.

BRASIL. Por qué esta región fue llamada Francia Antártica, I. Por qué sus habitantes no morían sino de vejez.

BRIENE (Conde de), I.

BROUSSE (Señor de la), hermano de Montaigne, I.

Brujas. Razones que obligaban a Montaigne a no decidir nada en este punto, y a considerar como quimeras casi todas las relaciones que sobre ellas se forjan, II. Siéntese inclinado a creer que los que de brujas trataron tenían la mente enferma.

BRUTO. Montaigne deplora la pérdida del libro que escribió sobre La Virtud, I. No gustaba de la elocuencia de Cicerón.

BUCÉFALO, caballo de Alejandro, I.

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BUCHANAM. Considerado por Montaigne como uno de los mejores poetas latinos de su tiempo, II.

Buey. Llevado en brazos por una mujer habituada a ello cuando el animal era ternero, I. Bueyes que contaban hasta ciento.

Bufones que bromearon al morir, I.

Bula. Formulario de una bula que otorga a Montaigne la ciudadanía romana, II.

BUNEL (Pedro), I.

BURES (Conde de), I.




- C -

Caballo. Caballos de combate o destriers; por qué así llamados, I. Caballos que se sustituyen en medio de la carrera. Caballos bien amaestrados, de los mamelucos. Del caballo de Alejandro y del de César. Ir a caballo, ejercicio muy saludable. Jinetes; en qué circunstancias les ordenaban los generales romanos echar pie a tierra e n el combate. Combates a caballo; cuáles eran sus inconvenientes. Los masilianos se servían de sus caballos sin silla ni brida. Caballos rebeldes de los asirios. Sangre y orines de los caballos bebidos en situaciones extremas. Caballos tan estimados de los americanos como de los españoles. Caballos destripados para resguardarse del frío. Caballos esquilados para ser conocidos triunfalmente. Destreza sorprendente de un hombre a caballo. Otros ejemplos del mismo género.

Cabras. Adquieren cariño a las criaturas que amamantan, I.

CALCONDYLE, historiador griego, II.

CALÍGULA. Destruye una hermosa casa; por qué causa, I.

CAMBISES. Lo que le determinó a matar a su hermano, II.

Caníbales o salvajes de América (véase AMÉRICA).

CANIO (Julio), noble romano. Se aplicó, moribundo, a observar el efecto de la muerte, I.

CAPILUPO (Lelio), famoso antor de centones, I.

CARAFFA (Antonio), Cardenal. Su maestresala, I.

Cargos. Designados con nombres retumbantes, I. Grandes empleos otorgados al acaso, II. Lo que los filósofos recomiendan a quienes ejercen cargos públicos. Por qué éstos no deben apasionar con exceso.

CARILO, lacedemonio. Su circunspección en un acceso de cólera, II.

CARLOS V, Emperador. Lo que decía de los capitanes y de los soldados de Francisco I. Cual fue de entre todas sus acciones la más relevante.

CARLOS VIII, Rey de Francia. Cuál fue, hasta cierto punto, la causa de la rapidez do sus conquistas en Italia, I. Servicio que le prestó su caballo en la batalla de Fornosa.

CARONDAS. Castigaba a los que frecuentaban las malas compañías, I.

CARNAVALET. Era el jinete más diestro que Montaigne conociera, I.

CARNÉADES. Excesivamente apasionado al estudio, I. Sostuvo que la gloria es por sí misma apetecible, II. Noble opinión de este filósofo.

CARO (Aníbal). Elogio de sus cartas, I.

Carta. Si la lectura de una carta debe ser aplazada, I.

Cartagineses. Bárbara superstición que los impulsó a inmolar criaturas a Saturno, I.

CARTAGO. Sus habitantes lanzados en una confusión instantánea, ocasionada por el terror pánico, I.

Casados. Cómo deben conducirse en el tálamo nupcial, I.

CASIO SEVERO. Hablaba mejor cuando no se preparaba de antemano, I. Palabras de este orador.

CASTALIO (Sebastián). Sabio, muerto de miseria en Alemania, I.

CASTEL (Santiago del), obispo de Soissons. Su muerte voluntaria, I.

CASTIDAD. Es un deber que las mujeres observan difícilmente en todo su rigor, II. Lo que debe animarlas a ser concienzudamente castas. Extensión de este deber. La castidad depende de la inocencia de la voluntad; varios ejemplos. La curiosidad, en punto a la castidad de las mujeres, es cosa ridícula y perniciosa.

Castigos. Por qué no debieran ser suministrados por personas encolerizadas, II.

CASTILLON (Almirante de). Véase COLIGNI.

CATENA. Suplicio de este bandido italiano, I.

CATÓN el Antiguo o el Censor. Su parsimonia, I. Reproche que se le hizo por gustar de la buena   —518→   bebida. Se le ocurrió muy tarde estudiar el griego, II.

CATÓN el Joven. Como ridiculizó los chistes que Cicerón esparciera en una de sus oraciones, I. Juicios diversos sobre su muerte. Hermosos rasgos de cinco poetas latinos en su loor, comparados y juzgados. Catón en perfecta calma en la víspera de un motín, en el cual debía tomar parte importante. Su virtud le llevó a la muerte. Con qué firmeza y tranquilidad de alma la afrontó. Su muerte, menos hermosa que la de Sócrates. Su virtud, más pura que la de Catón el Censor, II.

CATULO. En qué cualidades supera a Marcial, I.

CATULO (Q. Latatio). Por qué huyó en un combate, I.

CAUNIANOS. Expulsaban de su país a los dioses extranjeros, I.

CAUPENE, en Chatosse (Barón de), II.

CEA, isla de Negroponto. Historia singular de una mujer de esta región, I.

CELIO el orador. Se encoleriza contra un hombre que por no irritarle evitaba contradecirle, II.

Celos. Acción extraordinaria que engendra esta pasión, II. Su injusticia. Los más cuerdos fueron los menos sensibles a ella. Cuanto los celos atormentan a las mujeres, y cuán ociosas se nos muestran a ellos abandonado. Los celos de la mujer son funestos para el marido.

Comentarios. Por qué han sido puestos en el interior de las ciudades, I.

CÉSAR, excelente capitán, ambicionó también ser conocido como buen ingeniero, I. Lo que dice a un soldado derruido por la vejez. Su intrepidez frente a sus legiones insubordinadas. Medios que puso en juego para hacerse amar de sus enemigos. Iba con la cabeza descubierta ante sus tropas. Si lloró sinceramente la muerte de Pompeyo. Por qué escribió su propia historia. Deudas que contrajo para alcanzar el poder supremo. Era magistral jinete. Tenía un caballo especial que sólo él pudo montar. Por qué se le llamó sponda regis Nicomedis. Elogio de sus Comentarios. Hay en ellos equivocaciones. Con qué motivo Montaigne se llama bandido. Singular muestra de clemencia de César. Cuál era para él la muerte más deseable, II. Vendió y donó reinos, siendo sólo simple ciudadano. Los placeres del amor nunca le impidieron aprovechar la ocasión de engrandecerse. Su rara sobriedad. En qué circunstancia Catón le llamó borracho. Su dulzura y su clemencia para con sus enemigos. Miramientos que mostraba para con sus amigos. Su justicia. Su ambición desenfrenada hizo odiosa su memoria para todos los hombres de bien. Sus Comentarios debieran ser el breviario de todo militar. Como tranquilizaba sus tropas cuando las veía alarmadas por el temor, a causa de las fuerzas superiores enemigas. Acostumbraba a sus soldados a obedecerle, sin que se informaran de sus designios. Distraía a sus enemigos para sorprenderlos con mayor provecho. Qué virtud exigía de sus soldados. Dejábalos libertad suma y quería que fueran ricamente ataviados. A veces los trataba con excesiva severidad. Por qué mandó constituir un puente sobre Rhin. Por qué gustaba arengar a sus soldados. Rapidez de sus expediciones militares. Quería verlo todo por sí mismo. Prefería las victorias ganadas por prudencia a las alcanzadas por la fuerza de las armas. Era en sus empresas más circunspecto que Alejandro, y se lanzaba resueltamente en el peligro cuando las circunstancias así lo requerían, II. Su constancia y su firmeza en el cerco de Alesia, I. Para él no eran aptos toda suerte de medios, a fin de conseguir la victoria. Sabía nadar muy bien y de ello alcanzó gran provecho. Afecto que sus soldados le profesaban, I. Memorables ejemplos de intrepidez y desprendimiento que sus gentes mostraron en su servicio. Inhumanidad de César, empeñado en una guerra civil. Cómo sus vestiduras trastornaron toda Roma, cosa que con su muerte no aconteció.

CESTIO. Tratamiento que recibió por haber menospreciado la elocuencia de Cicerón, I.

CICERÓN. Aconsejaba la soledad, I. Escaso fundamento de este consejo. Designio con que publicó las cartas que escribió a sus amigos. Por qué dio la libertad a uno de sus esclavos. Juicio de Montaigne sobre las obras filosóficas de Cicerón. Elogio de sus cartas a Ático. Carácter de este orador. Sus poesías desdeñadas   —519→   por Montaigne. Su elocuencia incomparable encontró censores. Si menospreció las letras cuando viejo. Cuál era la manera de filosofar que más gustaba.

Ciego. Rotación de un noble ciego de nacimiento, I. Ejemplo de un hombre que se quedó ciego durmiendo, II.

Ciencia. No conocemos sino el presente, I. debe acompañarla el discernimiento. Es peligrosa para quien de ella no acierta a hacer recto uso. Cuál es la más difícil e importante. Utilidad de la ciencia. Si libra al hombre de las contrariedades de la vida. Tratan las ciencias de las cosas con artificio demasiado, II. Extraño abuso que de la ciencia se hace. Es un bien cuya adquisición perjudica. Que socorro alcanzamos de las instrucciones de la ciencia en los males de la vida.

Ciencia de buen comer. Graciosamente formulada, I.

Ciervos. Uncidos un vehículo, II.

CIMBER, uno de los conjurados contra César; lo que dijo al comprometerse en la conjura.

CINEAS, Consejero de Pirro. Cómo reprime la vana ambición de este príncipe, I.

Cínicos. Llamaban vicio al no osar producir al descubierto las acciones que realizamos en secreto, I. Hasta dónde llegaba su impudicia.

CINNA. Su conjuración contra Augusto y clemencia de este emperador para con él, I.

CIPO. Cómo le salieron cuernos en la frente, I.

CIRO. Prohibió a sus hijos que después de muerto tocaran y vieran su cuerpo, I. Por qué fue zurrado en la escuela. Fue el primero que estableció caballos de posta, II. El ejemplo de su liberalidad cuando llegó al trono puede enseñar a los príncipes a emplear sus dones diestramente. Cómo se libró de los de los dardos de la hermosa Panthea, su cautiva.

CIRO el Joven. Por qué se juzgaba superior a su hermano Artajerjes, I.

Civilidad. En extremo puntual, censurable, I. Ventajas de una civilidad bien entendida, I.

CLEANTO. Vaga opinión de este filósofo sobre la naturaleza de Dios, I. Su firmeza en el morir, II. Cuándo ganaba con el trabajo de sus manos, II.

CLEOMENES, hijo de Anaxandridas, Rey de Esparta. Todo lo creía lícito contra un enemigo, I. Su respuesta a los embajadores de Samos. Lo que dijo a sus amigos, quienes le censuraban por engendrar fantasías extravagantes, hallándose enfermo. Cómo se burló de un retórico que peroraba sobre el valor, II.

CLEOMENES III. Aguardó al último extremo para matarse, I.

Climacides, mujeres de Siria. Cuál era el oficio de ellas, I.

CLODOMIRO, Rey de Aquitania. Perdió la vida por el empleo que puso en perseguir al enemigo vencido, I.

CLODOVEO. Cómo recompensó a tres esclavos que traicionaron a su señor II.

Cobardía. Si debe castigarse con la muerte, I. Cómo se la castiga ordinariamente. Es madre de la crueldad, II.

Cocinas portátiles, usadas por los antiguos, I.

Cocodrilo. Qué socorro recibe del reyezuelo, y consideración que muestra para con él, I.

Colegios. Montaigne los juzga severamente, I. Crueldades que en ellos se ejercían con la infancia.

Cólera. De los castigos aplicados mientras dura, II. Moderación de algunos grandes hombres dominados por la cólera. Es una pasión sujeta a la vanagloria. Mejor es echarla fuera que tenerla guardada. Preceptos que debemos observar, dominados por la cólera. Si la cólera puede servir de aguijón para el valor y la virtud.

COLIGNY (Gaspar de), Señor de Cotillon-sur-Loing, Almirante de Francia, II.

Combates de capa y espada; costumbre practicada por los antiguos romanos, I.

Comediantes, que lloraban aún al salir del teatro, donde el papel que representaran los enterneció, I.

Comedias francesas. En las del tiempo de Montaigne había escasez de inventiva, I.

Comentadores. Por qué abundan tanto, III.

COMINES (Felipe de), Juicio De Montaigne sobre él, I. Palabras que le censuraba, II.

Comer. Algunas personas no gustan ser vistas cuando comen, II.

Conciencia. Su imperio, I. No deja   —520→   el crimen secreto mucho tiempo. Fruto de la conciencia honrada. Satisfacción que la acompaña, II.

Conferencia. Utilidad del conferenciar, II. Ejercicio más provechoso que el de los libros. Por qué en ella deben admitirse las contradicciones vivas y audaces.

Confianza. Debe mostrarse o aparecer exenta de temor, I. Confianza para con milicias sospechosas, que tuvo un feliz desenlace.

Conjuras. Si es peligroso amonestarlas con sangrientas ejecuciones, I. Consejo dado a un tirano para ponerse de ellas a cubierto.

Conocimiento de las cosas. En qué debe emplearse, I. A qué se reduce nuestro conocimiento de las cosas naturales. Cuáles son los linderos del humano conocimiento.

CONRADO, Marqués de Montferrat, II, 97.

Conversar. Cuán útil es saber conversar familiarmente con toda suerte de gentes, II. Es preciso ponerse al nivel de las personas con quienes se conversa. Cómo puede juzgarse de la capacidad de un hombre en la conversación. Utilidad en el conversar de las réplicas vivas y audaces.

Cornamenta. A muchas gentes asusta, pero hay hartos hombres que de ella sacan provecho, I. Gentes honradas que fueron cornudos sin armar estrépito, II. Desdicha que obliga a serio reservadamente.

CORNELIO (GALO). Su muerte, I.

CORRAS, Magistrado en el Parlamento de Tolosa. Su parecer en la cuestión del falso Martín Guerra, II.

CORTÉS (Hernán). Singular agasajo que le tributan los pueblos de América, I. Idea que los embajadores del rey de Méjico le mostraron de la grandeza de su soberano.

Cortesano (El). Libro italiano, I.

Cortesanos. Bajeza con que ocultan los defectos de los príncipes, II.

COSITIO (Lucio). Su cambio de sexo, I.

Costumbre. Cómo nos avasalla, I. Extraños efectos que produce en nuestra alma. Costumbres singulares en diversos pueblos. Cuán imperioso es el yugo de la costumbre. Es el único fundamento de muchas cosas muy afirmadas en el mundo. De las costumbres antiguas. Costumbres corrientes en un país, diametralmente opuestas a las de otro, II.

Costumbres. La ciencia de las costumbres debe ser tempranamente inculcada en el espíritu de los niños, I. Las costumbres del simple pueblo están mejor gobernadas que las de los filósofos, II.

COTYS, Rey de Tracia. Por qué rompió unos vasos magníficos luego de haberlos pagado espléndidamente, II.

(Plubio). Por qué mandó azotar a un ingeniero, I.

CRATES. Su respuesta a quien le preguntaba hasta cuándo era preciso filosofar, I. Receta de este filósofo contra el amor. Lo que juzgaba de nuestra alma. Determinaciones singulares que tomó al morir, II.

Credulidad. Prueba la ausencia de fortaleza, I.

CREMATIO CORDO. Al ver quemar sus libros se dio la muerte, I.

CRESO. Bárbara acción de esto príncipe, II.

Cretenses. Imprecaciones que dirigían a los que profesaban mortal odio, I. Obligados a beber los orines de sus caballos.

Creyentes. Si la multiplicidad de ellos es buena prueba de la verdad, II.

Crimen. El castigo nace con él, I.

Criminales. Entregados a los médicos para el estudio de su anatomía, hallándose vivos, II.

Cristianismo. Cuál es la muestra del verdadero, I.

Cristianos. Por qué no deben hacer depender su religión de los acontecimientos, prósperos o desdichados. Su celo lleno de injusticia y furor. En qué se funda la profesión que hacen de su religión.

Crueldad extrema, I. Consecuencias de la crueldad ejercida con los animales, I. Engendrada por la cobardía, II. Una crueldad origina otras necesariamente. Notable ejemplo sobre este punto.

CUARTILLA. Había perdido la memoria de su doncellez, II.

Cuerdo. En qué difiere del loco en punto a las pasiones, I. En el gobierno de la vida, al hombre cuerdo deciden las apariencias.

Cuerpo. Los ejercicios corporales y el buen porte exterior son una parte importante en la educación de los niños, I. Diversidad de opiniones sobre la substancia que   —521→   engendra el cuerpo del hombre. Ventajas de la belleza corporal. La salud y el vigor corporales causa de los ímpetus extraordinarios del espíritu.

Curiosidad. Cual debe inspirarse a los jóvenes, I. La curiosidad es pasión ávida y de nuevas codiciosa. Funestos efectos de la curiosidad. Siendo viciosa en todas las cosas, en qué casos es perniciosa, II.




- D -

DAMINDAS, lacedemonio. Su respuesta magnánima a un hombre que amenazaba a los lacedemonios con el poderío de Filipo, I.

DANDAMIS, filósofo indio. Lo que censuraba a Sócrates, Pitágoras y Diógenes, II.

DARÍO. Proposición que hizo a los indios que se comían a sus padres después de muertos, y a los griegos, que los quemaban, I.

DAVID. Cómo y por quién debieran sus salmos ser cantados, I.

Defectos. Razones que nos asisten para soportar los ajenos, II.

Deliberación. Debe preceder a los compromisos que en los negocios contraemos, y principalmente a nuestras querellas, II.

DEMADES. Sentencia que dictó contra un hombre que vendía las cosas necesarias para los entierros, I.

DEMETRIO. Su opinión sobre la voz del pueblo, II.

DEMÓCRITO. Comparado con Heráclito; por qué le aventaja, I. Habiéndole dado a comer unos higos que sabían a miel, quiso emplearse en buscar la causa física de tal sabor. Cómo su sirvienta acabó con la investigación. Vaga opinión que tenía de la naturaleza de Dios.

DENISOT (Nicolás). Poeta menos conocido por este nombre que con el de Conde de Alsinois, anagrama de su nombre, I.

Derrotas. Más gloriosas que las victorias renombradas, I.

Deseo. Aumenta con la dificultad de poseer una cosa, II.

Desnudo. La costumbre de andar desnudo en nada es contraria a la naturaleza, I. El hombre es el único animal abandonado en su desnudez sobre la tierra.

Devoción superceleste. Lo que de ella juzgaba Montaigne, II.

DIÁGORAS. Su respuesta a los que le mostraban ofrendas de las personas que salvaron su vida de un naufragio, I. Negaba resueltamente la existencia de Dios, II.

Diario. Llevado por el padre de Montaigne de las cosas más importantes referentes a su familia, I.

DICEARCO. Lo que pensaba de nuestra alma, I.

Diclámenes. Son independientes de los acontecimientos, II.

Diluvios. Ocasionaron en la tierra cambios considerables, I.

DIOCLECIANO. Por qué se opuso a aceptar de nuevo el imperio, al cual había renunciado, I.

DIODORO el dialéctico. Su repentina muerte ocasionada por la vergüenza, I.

DIÓGENES el Cínico. Cómo se servía del dinero de sus amigos cuando lo había menester, I. Era más mordaz que Timón. Impudencia de este filósofo. Escarnecido porque en pleno invierno abrasaba desnudo una figura de nieve, II.

DIÓGENES LAERCIO. Cómo Montaigne le juzgaba, I.

DIOMEDÓN, Capitán ateniense. Injustamente condenado a muerte, ruega a los dioses por sus jueces, I.

DIONISIO, el padre, tirano de Siracusa. Su crueldad en el sitio de Rege, I. Gran caudillo militar, quiso ilustrar su nombre cultivando la poesía. Consejo que recibió con el fin de ponerse a cubierto de las conjuraciones. Cómo se burlaba de los gramáticos, de los músicos y de los oradores. Cómo trató a un siracusano, cuyas flaquezas estaban escondidas bajo tierra. Sus versos menospreciados en los juegos olímpicos, II. Cuál fue la causa de su muerte. Por qué condeno a Filoxeno a las canteras y a Platón a ser vendido como esclavo.

DIOS. Los hombres no deben invocar a Dios indiferentemente ni en cualesquiera circunstancias, I. Precisa tener el alma pura cuando se le alaba. Del rogar a Dios simplemente por hábito; en qué respecto censurable. El nombre de Dios no debe mezclarse en nuestras conversaciones ordinarias. Dios debe ser rogado rara vez, y por qué razón. Dios se muestra por sus obras visibles lo que a Dios debiera fuertemente sujetarnos. Su naturaleza no debe ser investigada   —522→   con curiosidad excesiva por el hombre. A qué se reducen nuestras nociones sobre la divinidad. Ideas que los historiadores paganos nos trasmitieron sobre Dios. Diversas opiniones de los filósofos acerca de la naturaleza de Dios. Convertir a los hombres en dioses es la última de las extravagancias. Es ridículo razonar de Dios, comparándole con el hombre; e igualmente lo es juzgar del poder y de las perfecciones de Dios relacionándolos con los nuestros. Argumentos igualmente frívolos, que la filosofía imagino en pro y en contra de la divinidad. Sólo Dios encierra en sí una sustancia real y constante. Cómo su nombre puede ser acrecentado, II.

DIOSCÓRIDES, isla del Mar Rojo. Habitada por cristianos cuyo culto les es peculiar, I.

Dioses que hacen suyas las querellas de los hombres, I. Dioses forasteros, expulsados por los caunienses. Poder de los dioses reducido a cierto límite. Dioses raquíticos y vulgares.

Disimulo. Inconvenientes que acompañan a esto vicio, II.

Disputas mal encaminadas. Detestables efectos que producen, II. El orden y el método avaloran las disputas. Estas son infinitas, y en su mayor parte dependen de las palabras.

Diversión. Consuelo por diversión; su utilidad, II. Camino provechosamente seguido en las guerras y negociaciones. Receta útil en las dolencias del espíritu, y en particular contra el amor.

Divorcio. Si con la prohibición del divorcio se apretaron más los lazos del matrimonio, II.

Doctrina nueva. Por qué es bueno desconfiar de ella, según Montaigne, I.

Dogmáticos. A qué se reducen sus opiniones, I.

Dolor. Es el peor de todos los accidentes de nuestro ser; cómo puede dulcificarse, I. Varios ejemplos de firmeza en el soportarlo. Opinión sobre el dolor; en que se fundamenta. No debe siempre huirse. Relación que guarda con el deleite, II. Manera grata de distraerlo.

Dormir. Profundo sueño de algunos grandes personajes en medio de sus más importantes negocios, I. Naciones en que los hombres duermen y velan por medios años.

DREUX (Batalla de). Sus peripecias más notables, I.

Drogas medicinales. Farfantonería empleada en la elección y dosis de las mismas, II.

Drogas odoríferas. Empleadas para aderezar las carnes, I.

DRUSO (Livio). Lo que dijo a un arquitecto que le ofrecía construir su casa de tal suerte que sus vecinos nada vieran de lo que pasara en ella, II.

Duelos. Obedece a la cobardía el que en ellos se hayan introducido segundos y terceros, II. Historia de un duelo acontecido en Roma entre dos franceses.

DUGUESCLIN (Beltrán du), Condestable de Francia. Honores que se le tributaron después de muerto, I. De tantas maneras se le llama que no se sabe cual de sus nombres debe ser honrado con sus victorias.

DURAS (Señora de). Final de un capítulo dirigido a esta dama, II.




- E -

Edad. Cuál es la edad en que el hombre es capaz de las más grandes acciones, I. Y la en que su cuerpo y su espíritu comienzan a debilitarse.

EDUARDO I, Rey de Inglaterra. Por qué quiso que sus huesos fueran llevados en el ejército de su hijo, cuando éste combatiera contra los escoceses, I.

EDUARDO III, Rey de Inglaterra. Por qué en la batalla de Crecy se negó a procurar socorro al príncipe de Gales, I. Lo que decía de Carlos V, rey de Francia, II. Por qué al ajustar la paz general con Francia no quiso incluir en ella la cuestión del ducado de Bretaña.

EDUARDO, Príncipe de Gales, hijo del precedente. Cómo su cólera fue apaciguada en Guiena, merced al valor de tres nobles franceses, I.

Educación de los hijos. Obra preñada de dificultades, I. Deba ser encaminada sin violencia. Efectos de una buena educación, II. La educación fortifica las inclinaciones   —523→   naturales, lejos de trastornarlas.

EGINARD, Canciller de Carlomagno, I.

EGMONT (Lamoral, conde de), I.

EGIPTO. Juramento de los jueces de Egipto, II. Por qué en este país se ordenó mediante una ley expresa que los cadáveres de las mujeres hermosas y jóvenes fueran guardados tres días, antes de ser puestos en manos de los que debían embalsamarlos.

Elefantes. Habituados a bailar al son de la voz humana, I. Sutileza y penetración de estos animales. Si los elefantes tienen algún sentimiento de religión. Elefante rival de Aristófanes el gramático. Elefante movido por el arrepentimiento.

ELIO VERO. Lo que contestó a su mujer, quien le censuraba por mantener concubinas, I.

Embajadores. Sorprendidos en un embuste por Francisco I, I. Otro embajador sorprendido en un delito por Enrique VIII, rey de Inglaterra. Si los embajadores de un príncipe deben ocultarle alguna cosa de sus negocios.

Embriaguez. Vicio grosero, cuyas consecuencias son a veces funestísimas, I. No lo vieron los antiguos con malos ojos. Es menos pecaminoso que los demás.

EMILIO LÉPIDO. Su muerte, I.

EMILIO REGILO. No pudo impedir que sus soldados saquearan una ciudad que había determinado rendirse, I.

EMPÉDOCLES. Por qué rechazó la realeza que los agrigentinos le ofrecían, I. Su opinión en lo tocante a la naturaleza de Dios, 449.

Emperadores romanos. Por qué eran injustos sus gastos en los espectáculos públicos, II.

Enemigo vencido. Si hay que perseguirlo hasta el último trance, I.

ENGHIEN (Duque de). Huye en el instante de matarse, creyendo haber perdido la batalla de Cerisoles, que había ganado, I.

ENRIQUE IV, rey le Inglaterra. Reto que dirigió a este príncipe, Luis, duque de Orleáns, II.

ENRIQUE VII, rey de Inglaterra. Su conducta pérfida con el duque de Suffolk, I.

ENRIQUE VIII, rey de Inglaterra. Cómo sorprendió el delito de un embajador, I.

Entusiasmo. Eleva al hombre por cima de sus propias facultades.

EPAMINONDAS. Virilidad que desplegó ante el pueblo tebano con motivo de una acusación de que intentaron hacerle objeto, I. Palabras suyas, dignas de alabanza. Cómo calificaba las dos victorias que alcanzara contra los lacedemonios. Por qué rechazó las riquezas que legítimamente le pertenecían. Fue, según Montaigne, el hombre más relevante de todos los que se conociera. Carácter de su valer, de su valentía y de su habilidad en la guerra. Su saber, sus costumbres y su virtud, cabal en todo y uniforme. Su resolución en el permanecer constantemente sujeto a la pobreza; lo que de ello juzgaba Montaigne. Pruebas palpables de bondad, equidad y humanidad. Dulzura y cortesía que desplegaba en lo más recio de la guerra. Hasta donde llevaba sus escrúpulos en punto a justicia.

EPICARES. Acusado de haber tomado parte en una conjura contra Nerón; su virilidad ante el tormento, II.

EPICURO. Dispensa al filósofo de los desvelos e inquietudes que la idea de lo venidero engendra. No alegaba ninguna autoridad en sus escritos. Contrapuesto a Cicerón y a Plinio. Lo que pensaba de las riquezas. Si habría preferido sus obras a los hijos que hubiera engendrado. Fueron sus dogmas irreligiosos y sensuales, pero su vida devota y laboriosa. Cómo representaba a los dioses. Opinión de este filósofo en lo relativo a los placeres obscenos. Aconsejaba huir de la gloria, II, mas a él no lo era del todo indiferente. Carta que dictó momentos antes de su muerte.

Epicúreos. Extravagantes principios físicos de estos filósofos, I. Por qué aliviaban a la divinidad de toda suerte de cuidados.

EPIMÉNIDES. Su sueño duró cincuenta y siete años, I.

EQUICOLA, Teólogo, II.

Eruditos. Despreciables por lo mal educados, I. No procuran sino rellenar su memoria. Sólo piensan en hacer vano alarde de su ciencia. Torpeza de un romano que se juzgaba omnisciente porque tenía eruditos a su servicio. Carácter de la falsa sabiduría. Sobrenombrados leltre-ferits en el Perigord; significación de estas palabras. Eruditos que buscan la verdad, comparados con las espigas del trigo. Si pueden pretender   —524→   algún galardón por sus escritos. El principal saber de nuestro siglo consiste en acertar a comprender a los sabios, II. De un hombre docto que gustaba estudiar en medio del mayor estrépito.

ESCALINO (Antonio). Menos conocido por este nombre, que era el suyo verdadero, que con el de Capitán Poulin y el de Barón de la Garde, I.

ESCARIOS, pescados. Mutuo concurso que se prestan entre ellos, I.

ESCIPIÓN, Africano. Su intrepidez, I. Vivió la hermosa mitad de su vida de la gloria que ganara cuando joven. Acusado por el pueblo, menospreció con altivez justificarse.

ESCIPIÓN, el Joven. Su respuesta a un mozo que le mostraba un hermoso escudo, I. Cómo ordenaba que comieran sus soldados.

ESCIPIÓN, suegro de Pompeyo. Alcanzó nombradía grande con su muerte.

Escitas. Cómo explicaron su huida a Darío, cuando los perseguía, I. Bebían la sangre de sus caballos. Con cuántas muertes enaltecían a sus reyes difuntos.

Esclavo. Recompensado y castigado por traicionar a su amo, II.

ESCRIBONIA, dama romana. Por qué aconsejo a su sobrino que se matara, I.

Escritores. Por qué los escritores ineptos debieran ser atajados por las leyes, II.

Escritos obscuros. Encuentran siempre intérpretes que los honran, I.

Escudos nobiliarios. Su veleidad, I.

ESCUT (Señor de). En el sitio de Regio.

ESENIOS. Cómo vivían, sin mantener comercio con mujeres, II.

Esgrima. Ejercicio que nada tiene de noble, II. Es inútil y perjudicial en los combates. Se mira con malos ojos, y por qué motivos.

ESOPO. Importancia que Montaigne daba a sus fábulas, I. En qué ocasión le aplica el dictado de grande hombre, II.

ESPAÑOL. Tenacidad de un campesino horriblemente torturado, II.

ESPAÑOLES. Barbarie con que trataron a los americanos, II. Crueldades que ejercieron contra el último rey del Perú, y contra el de Méjico. Carnicería que hicieron con sus prisioneros de guerra.

ESPARCIATAS. Por qué no otorgaron el premio de valentía a uno de sus ciudadanos, que había sobresalido en un combate, I.

Espectáculos públicos. Son muy provechosos en las grandes ciudades, I. Algunas palabras sobre los que los emperadores romanos daban al pueblo, II.

Esperanza. Hasta donde debe acompañarnos, I.

ESPEUSIPO, filósofo. Falsa tradición sobre su muerte, I. Él mismo puso fin a su vida. Su opinión sobre la naturaleza de Dios.

Espíritu. Los hombres no se apasionan menos por las producciones de su espíritu que por sus hijos, I. Por qué el imprimir tarde las producciones del espíritu es peligroso.

Espíritu humano. Su definición, I. Por qué es incapaz de llegar al conocimiento evidente de las cosas. Los juicios del espíritu dependen de las alteraciones corporales. Sus dolencias, difíciles de descubrir. Es gran hacedor de milagros. Cómo se determina a elegir entre dos cosas diferentes. Casi todos los espíritus necesitan objetos extraños para ejercitarse. Las cosas más nimias le atarean y extravían, y saca sus convicciones de puras fantasías y quimeras. Está demasiadamente unido al cuerpo. La vanidad de sus investigaciones se ve demostrada en que a veces pretende descubrir las causas de un fenómeno antes de tener cabal seguridad en él. Forja razones de las cosas más vanas.

Espíritus simples. Aptos para llegar a ser buenos cristianos. Espíritus mediocres, sujetos a extravío. Grandes espíritus cristianos, los más cumplidos. Qué espíritus son los mejores dispuestos para someterse a la religión y a las leyes políticas. Los espíritus comunes son más aptos para los negocios que los sutiles, II.

ESPURINA, joven toscano de singular belleza. Por qué se desfiguró el semblante, II. En qué su acción era digna de censura.

Estado. Nada tan dañoso para un Estado como las grandes mutaciones, II. Notable ejemplo de los obstáculos que acompañan a una reforma general.

Estados políticos. Sujetos a los mismos accidentes que el cuerpo humano, II. Aunque estén desbarajustados, no llegan a hundirse. Una virtud ingenua y sincera para nada sirve en la gobernación   —525→   de los Estados corrompidos.

ESTATILIO. Por qué se opuso a tomar parte en la conspiración contra César, I.

ESTILPÓN, filósofo. Su firmeza después del incendio de su ciudad, donde todo lo había perdido, I. Cómo aceleró su muerte. Debía la templanza a su propio esfuerzo.

ESTISSAC (Señora de). Citada como ejemplo del amor maternal, I.

Estoicos. Llaman miserables y locos a todos los demás hombres, I. Por qué según ellos el loco no debe renunciar a la vida. No creen que los amores sabiamente gobernados deban impedirse al sabio.

ESTRATÓN, filósofo. Reconocía sólo como Dios el mecanismo de una naturaleza insensible, I. Dónde coloca el alma.

ESTREE (Señor de), I.

Estudio. Cuál debe ser su fruto, I.

ESTAMPES (Señora de), I.

EUDAMIDAS, de Corinto. Su testamento singular.

EUDAMIDAS, de Lacedemonia. Lo que dijo de un filósofo que discurría sobre la guerra, II.

EUDEMONIDAS, o más bien Eudamidas, hijo de Arquidamo y hermano de Agis. Palabras de este lacedemonio sobre Xenócrates, II.

EUDOXO, filósofo pitagórico. A qué coste deseaba ver el sol bien de Cerca, I.

EUMENES. Su hermosa respuesta a Antígono en el sitio de Nora, I. Entregado a Antígono por sus soldados, II.

Experiencia. Si puede acabar con la incertidumbre filosófica, I. No basta contar las experiencias, precisa además acomodarlas, II. Por qué la experiencia no es un medio eficaz para instruirnos en la verdad de las cosas.

EYQUEM, II. Véase MONTAIGNE.




- F -

Falárica. Arma ofensiva; su descripción y uso, I.

Fantasía. Sus efectos, I. Engendra éxtasis y desfallecimientos extraordinarios. Acredita las visiones y encantamientos. Gracioso cuento de un enfermo aliviado por la fantasía. Sus efectos sobre el cuerpo ajeno y sobre las mujeres preñadas. Es facultad común a las bestias y a los hombres.

FARAS. Impide que un rey de Lacedemonia persiga a unas tropas que huían derrotadas, I.

Fatalismo. Consecuencias que se sacaron de esta doctrina, II.

FAVORINO. Por qué se dejó vencer por el emperador Adriano en una disputa gramatical, II.

Fe. Es el único principio que sujeta al cristiano a su religión, I. Idea de una fe verdadera y viva.

FERAULEZ. Hermoso ejemplo que mostró del menosprecio de las riquezas, II.

FICIN (Marsilo) intérprete de Platón, II.

FIORAVANTI, médico de Bolonia, II.

FIRMEZA. Cómo definida y en qué consiste, I. Firmeza ante la desdicha. Firmeza en el dolor; ejemplos en este punto, semejantes al furor.

Filipides. Su respuesta prudente al rey Lisímaco, II.

FILIPO. Carta a Alejandro, en la cual le reprende porque trataba de ganar la voluntad de los macedonios a cambio de presentes, II. Cómo satisfizo la equidad y las formas jurídicas, después de haber pronunciado una sentencia cuya injusticia reconociera,

FILISTO, Jefe de la marina de Dionisio el Joven. Las peripecias de un combate le empujaron a la muerte, II.

FILOPÓMENO Por qué lo alaba Plutarco, I. Su conducta en una batalla contra los lacedemonios.

Filosofar. Lo que es, I.

Filosofía. En qué consiste la verdadera, según Platón, I. Por qué las almas prudentes menosprecian la filosofía. La filosofía formadora de las costumbres, se ingiere en todas las cosas. La filosofía y la teología intervienen en el ordenamiento de todas las acciones humanas. La filosofía nos encamina a la ignorancia para ponernos a cubierto de los males que nos acosan. Neciamente nos aconseja el olvido de las desdichas pasadas. Remedio ordenado por la filosofía para toda suerte de necesidades,   —526→   el cual consiste en poner fin a la vida que no podemos soportar. Toda la filosofía dividida en tres secciones. La filosofía es una poesía. Censura que puede aplicarse a quienquiera que filosofa. Vanidad de las investigaciones filosóficas. Están llenas de extravagancia e incertidumbre. Plan de una obra de filosofía hermosa y útil, según Montaigne. Que las almas débiles, al sentir de Sócrates, corrompen la filosofía, II.

Filósofos. Si sienta bien a un filósofo escribir la historia, II. Por qué se menosprecia a los filósofos. Diferencia extrema entre ellos y nuestros pedantes. Renuncian blandamente al apetito de la gloria. Sectas filosóficas que menospreciaron las disciplinas liberales. Conducta de los filósofos para con la religión y las leyes. Si hablaron seriamente de la jerarquía de sus dioses y de la condición humana en otra vida. Si trataron de la ciencia con formalidad cabal. Licenciosas opiniones que formularon en lo relativo al vicio, a la virtud y a las leyes comúnmente establecidas. Filósofos que predicaron el menosprecio de la gloria.

FILOXENO. Como testimonió su despecho contra un mal lector de sus obras, I.

FERECIDAS. Carta que al morir escribió a Thales, I.

Fisonomía favorable. Noreside directamente en los rasgos hermosos del semblante, II. Si son de fiar las diversas fisonomías.

FITÓN, gobernador de Regio. Firmeza con que soportó los bárbaros tratamientos de Dionisio el Tirano, I.

FLORA. Cuál era la índole de esta famosa cortesana II.

Fiorentinos. Publicaban la guerra al son de una campana, I.

FOIX (Diana de). Véase GURSON.

FOIX (Francisco de), duque de Candal, I.

FOIX (Pablo de). Duelo de su muerte, II.

Fortuna. Ejerce mucho influjo en las obras poéticas, pictóricas y en las empresas militares, I. A veces enmienda nuestros designios. Sobrepuja las previsiones de la humana prudencia. Singular servicio que procuró a dos proscritos. Los acontecimientos de la guerra dependen, en su mayor parte, de la fortuna.

FOULQUES, Conde de Anjou. Hizo el viaje de Jerusalén para que le azotaran, I.

Franceses. Maravilloso arrojo de tres gentileshombres franceses, I. Son por extremo mudables en su manera de vestirse. Reniegan pronto las modas que más admiraron. En la época de Montaigne no se armaban sino en el extremo y último momento. Sus armas los molestaban mas por su peso, que contribuían a defenderlos.

FRANCISCO I, Rey de Francia. Cómo hizo que un embajador incurriera en contradicción, I. Por qué prefirió guardar a Carlos V en sus propias tierras a ir en busca para hacerle la guerra en sus dominios. Las Memorias de Del Bellay no procuran sino un conocimiento imperfecto del reinado de Francisco. I.

FRANCISCO, Marqués de Saluces. Reconocido al rey de Francia por su marquesado. Por qué le traiciona, I.

FRANCISCO, Duque de Bretaña. Cuál era la ciencia que exigía en las mujeres, I.

FRANGET (Señor de), I.

FREGOSSO, (Octavio), I.

FRINEA. Famosa cortesana. Cómo ganó a sus jueces, II.

FROISSARD, Historiador más recomendable por su candor que por su idoneidad, I.

FULVIO. Habiendo descubierto a su mujer un secreto que el emperador Augusto le revelara y que ella lanzó al viento, quiso matarse: cómo procedió su mujer al saber la determinación de su marido, I.

Funerales. El cuidado extremo que en este particular se despliega de antemano, constituye una vanidad ridícula, I. No deben ser ni en exceso mezquinos, ni tampoco sobrado pomposos.




- G -

GALBA. Emperador. Su gusto en punto a amores, II.

GALBA, simple particular. Lo que dijo a un criado que se disponía a robarle la vajilla de plata mientra él se hacía el dormido, a fin de favorecer una intriga amorosa entre su mujer y Mecenas, II.

  —527→  

GALO (Junio). Por qué fue llamado a Roma del lugar en que se hallaba desterrado, I.

GALO VIBIO. Se volvió loco al tratar de explicarse la esencia de la locura, I.

Galos. No podían soportar las heridas de las flechas, I. Consideraban perjudicial para el valor el ayuntamiento con mujeres. Descripción de sus armas.

Generación. Es la principal de todas las funciones naturales: cuál es para ella la disposición más ordenada, I. De un hombre privado de las partes genitales, II. Por qué el hablar de la acción que nos echa al mundo, se excluye, de las conversaciones serias y morigeradas.

Generales de ejército. Si deben disfrazarse en el momento de la lucha, I.

Gentilhombre. Su deber para con los grandes cuando van a visitarle, I. Ha de ser apasionado por su príncipe, sin unirse a él mediante los empleos de la corte, II. Condición de los gentileshombres en Francia, en tiempo de Montaigne. Singular matrimonio de un gentilhombre anciano, II. Para el gentilhombre, desdecirse es el colmo de la vergüenza. De uno que pasaba hasta un año sin probar el agua.

GERMAIN (María). De muchacha, se convirtió en muchacho, I.

GETA, Emperador. Servíanse los platos de su mesa, según las primeras letras de sus hombres, I.

GILIPO, de Esparta, I.

Gimnosofistas. Abrasábanse voluntariamente al llegar a cierta edad, o cuando se veían amenazados por alguna dolencia, II.

GIRALDO (Lilio-Gregorio), I.

Gladiadores. Por qué dados en espectáculo al pueblo romano para ser degollados en presencia del mismo, II.

Gloria. Es la moneda más inútil, vana y falsa de cuantas nos servimos para nuestro uso, I. Incompatible con el sosiego. Vanidad de la pasión que los hombres toman como gloria. Filósofos que predicaron su menosprecio, II. Por qué razones puede ser lícito buscarla. Muy pocas son las gentes con derecho a la gloria que de ella participan. Definición de la gloria que se guarda en los libros. Medio breve de alcanzar la gloria.

Glosas. No sirven sino a obscurecer los textos, y sobre todo los de las leyes, II.

GOBRIAS. Quiso morir para ejercer su venganza, I.

Gobierno. Cada pueblo está contento con el suyo acostumbrado, I. Cuál es, según Anacaris, el más dichoso. A qué se reducen las disputas sobre la mejor forma de gobierno, II. Cuál es el mejor para cada pueblo. Si hay algo que pueda justificar los males ocasionados a su propio país so pretexto de enmendar los abusos del gobierno.

Golondrinas. Enseñadas a llevar noticias, II.

GOURNAY LE JARS (María de), hija adoptiva de Montaigne. Su elogio, II.

GOVEA (Andrés), I.

GRAMÁTICOS. Su lenguaje, I.

GRAMONT (Señora de), Condesa de Guiche. Homenaje que Montaigne la tributa con los sonetos de La Boëtie, I.

GRAMONT (Señor de), Conde de Guiche, muerto en el sitio de La Fere, II.

Grandes. No debe alabárseles por cosas comunes, I. Por qué los grandes deben cuidar de esconder más sus vicios que los pequeños. Por qué los grandes parecen a veces más tontos de lo que realmente son, II. Del silencio sacan maravilloso provecho. Cuánto su rango se nos impone. Es menester desconfiar de la competencia de un hombre que ocupa un puesto relevante.

Grandeza. Quien la conoce puede huirla sin gran esfuerzo, II.

GREGORIO XIII, papa, II.

Griegos. En punto a buena fe no se tenían por escrupulosos, I. El nombre de griego era menospreciado entre los romanos. Griegos famosos por su retirada de las cercanías de Babilonia; penalidades que sufrieron al pasar por las montañas de Armenia. Por qué al fin de sus comidas bebían los griegos en vasos más grandes que en el comienzo de las mismas.

GROUCHY (Nicolás), I.

GUERENTE (Guillermo), I.

Guerra. Iniciada al son de una campanada. Palabras de guerrero poco verídicas, I. La pasión de la guerra, prueba de la imbecilidad humana, se descubre en algunos animales. Guerra extranjera; de qué género es su utilidad, II. Carácter de la guerra entre César y Pompeyo. Desórdenes ocasionados por la guerra civil en Francia,   —528→   en tiempo de Montaigne.

Guerreros. Cuáles eran, al entender de Montaigne, los más grandes guerreros de su época, II.

GUEVARA. Sus cartas; y juicio que Montaigne merecían, I.

GUICCIARDINI. Juicio de Montaigne sobre este historiador, I.

GUISA (Duque de). Su conducta en la batalla de Dreux, I. Su muerte en Orleans, II.

GURSON (Diana de Foix, Condesa de). Montaigne dedica a esta dama el capítulo de La Educación de los hijos, I.




- H -

HARPASTA. Loca de la mujer de Séneca: habiendo cegado creyó que la casa donde vivía estalla sumergida en las tinieblas, II. Cuerdas reflexiones de Séneca sobre la fantasía de esta loca.

HEGESIAS. Pensaba que el filósofo nada debe hacer sino en provecho de sí mismo, I. Lo que impulsó a sus discípulos a quitarse la vida, II.

HELIODORO, Obispo de Tricala. Mejor prefiere perder su obispado que su novela, I.

HELIOGÁBALO. Donde fue condenado a muerte, I. Sus preparativos para morir de una manera sibarítica, II.

HERÁCLIDO, de Ponto. Sus inciertas opiniones sobre la naturaleza de Dios, I.

HERÁCLITO. Su respuesta a los efesos, que le censuraban porque pasaba el tiempo jugando con los muchachos, I. Heráclito y Demócrito; sus opuestos humores: porque Montaigne prefería los de Demócrito. Reconoce Heráclito que la esencia del alma nos es desconocida. Sus ideas sobre la formación y renacimiento del universo. Juicio de Crates sobre sus escritos, II.

HERIZO. Prevé los vientos que soplarán, I.

HERMACO (Carta de Epicuro a), II.

HESÍODO (muerte de), I.

HIERÓN. Cree que los reyes se encuentran en peor disposición para gozar los placeres de la vida que los simples particulares, I. Molestias que la realeza le procuraba.

HILARIO (San). Sus milagros en Bouchet, I. Pide a Dios la muerte de su hija Abra y la de su mujer, I.

HIMBERCOURT (Señor de). Cómo calmó la furia de los habitantes de Lieja, II.

HIPIAS. Por qué aprendió a hacer todas las cosas de que había menester para el cuidado y comodidad de la vida, II.

HIPÓCRATES, Padre de la Medicina, II.

HISTORIA. Si es bueno que la escriban el filósofo y el teólogo, I. Su estudio es muy provechoso a los jóvenes. Por qué Montaigne anteponía a todas las otras la lectura de la historia. Cuáles son las únicas historias excelentes.

Historiadores. Cuánto importa que un historiador conozca bien lo que trae entre manos, I. Cualidades que debe reunir. Historiadores sencillos; prenda que los hace dignos de estima. En qué consiste el mérito de los buenos historiadores. Cuáles son los historiadores despreciables.

Hombre. Cosa vana, mudable y ondeante, I. Sobrado inquieto del porvenir. En qué consiste su deber. Los hombres creyeron que los favores del cielo los acompañaban al sepulcro. El hombre choca con las cosas inanimadas para divertir sus pasiones. A cuántos reveses puede estar abocado antes de la muerte. La muerte del hombre hace ver el verdadero carácter de cada cual. Quien los enseñase a morir, enseñaríalos a vivir. Cómo el hombre es naturalmente a la muerte encaminado. Por qué cada cual vive satisfecho del lugar donde nació. Lo que constituye el verdadero mérito del hombre y su superioridad sobre los de su especie. La buena o mala fortuna no es prueba de mérito ni de demérito. El hombres está sujeto a pasiones encontradas. Se apasiona por mil cosas que nada le importan. Si un hombre debe ser alabado por cualidades que no convienen al rango que en el mundo ocupa. Lo que trueca a un hombre en rico o pobre. El hombre debe ser estimado por sí mismo y no por sus atavíos. Imperfección del hombre, demostrada por la inconstancia de sus deseos. Cuál es el curso natural de la vida del hombre.   —529→   Las leyes encomendaron a los hombres demasiado tarde el manejo de sus negocios. A los veinte años muestra el hombre lo que es capaz de realizar. Hombre, poco conforme consigo mismo. Que no es seguro juzgar de la capacidad ni de la virtud de los hombres mediante algunas acciones externas. El hombre se eleva a veces sobre su propio nivel por una especie de entusiasmo. Existe una buena disciplina individual. Si el hombre goza de grandes privilegios sobre las demás criaturas. Con qué derecho se considera superior a los animales. La naturaleza lo trató con mayor favor de lo que imagina. El hombre posee armas naturales. Si el hablar es natural al hombre. Hombres y animales sometidos por igual al orden de Naturaleza. Hombres esclavos de sus semejantes. Qué cuidados suministran a determinados animales. Fuerza del hombre inferior a la de algunos animales. Hombres venidos a Francia de regiones lejanas; por qué considerados como salvajes. En punto a hermosura los hombres no gozan particular privilegio sobre los animales. El hombre tiene más motivos para cubrir su cuerpo, que ningún otro animal. Se atribuye bienes imaginarios, y deja los tangibles a los animales. En qué consiste la excelencia del hombre sobre el animal. Vicios y pasiones del hombre. Muy llevado a creer que todo lo existente fue hecho para él. No tiene de sí mismo más que ideas confusas. Incertidumbre que todo buen hombre puede advertir en sus propios juicios. El hombre es inconstante en sus deseos; lo cual es prueba de su flaqueza. Confusión en que los hombres se lanzan en punto al ordenamiento de sus costumbres. Pocos hombres mueren con verdadera firmeza de alma, II. Vense con frecuencia obligados a servirse de medios reprobables para el logro de laudables fines. Los hombres sanguinarios y asesinos son cobardes y tímidos. Los deseos del hombre debieran ser amortiguados por la edad. Rara vez alcanzan el obrar constantemente conforme los principios de una sólida virtud. Hombres le dos naturalezas; en qué son útiles, I. Por qué se huye de ver el nacimiento del hombre mientras se corre a contemplar su muerte. Hombres que se ocultan de los demás hombres, y son diestros en maltratarse a sí mismos. Como el vicio de un hombre puede servir de enseñanza a sus semejantes. Medio de juzgar la capacidad de un hombre en la conversación. Qué partido puede tomar un hombre virtuoso en tiempos desordenados. Por qué no gusta el hombre de conocerse ni de observarse a sí mismo. Torpeza de los hombres que indiscretamente esclavizan a otros hombres su tiempo y sus facultades. El hombre que puntualmente conoce lo que se debe a sí mismo, reconoce por ello lo que debe a los demás. Ha de conocer lo que propia y esencialmente le interesa. Debe sujetar sus deseos, si quiere permanecer a cubierto de las injurias de la fortuna. Los hombres son muy naturalmente llevados a hacer valer sus opiniones. El hombre es incapaz de moderación, ni siquiera en lo que mira a la ciencia. La experiencia que cada hombre posee de sí mismo, basta para hacerle prudente. Cuál es la verdadera obra maestra del hombre. Loco es el hombre que pretende elevarse por cima de su nivel.

Hombre cumplido. No es menos estimado si su mujer le deshonra, II. El hombre cumplido no es adulterado por el empleo que ejerce.

Hombre joven. Por qué no debe ser ni delicado ni extremadamente metódico en su manera de vivir, II.

HOMERO. Considerado como maestro de toda suerte de gentes, y por qué razones, I. Su preeminencia sobre los genios más grandes de todas las épocas, II. Siendo el primero que cultiva, alcanza la perfección en su arte. Elogio que de él hace Plutarco y que sólo a Homero conviene. Nada es tan universalmente conocido como su nombre y sus escritos.

Honda, de que los antiguos se servían en sus combates; su uso, I.

Honor. Las recompensas del honor deben ser dispensadas con suma discreción, I.

HORACIO. Muy admirado por Montaigne, I. Por qué su estilo está lleno de energía.

Hormiga. Ejemplo admirable de una especie de comunicación entre las hormigas. Previsión de las hormigas.

  —530→  

HORN, (Felipe de Montmorency-Nivel, conde). Su muerte, I.

Huida. Uso legítimo que de ella hicieron algunas naciones muy belicosas, I.

HUNIADE (Juan Corvino), II.

HYPÉRIDES. Su respuesta a los atenienses que se quejaban de la rudeza de sus discursos, II.

Hyposphagma. Enfermedad así llamada. Su descripción, I.




- I -

ICETAS, siracusano. Conspira contra Timoleón, I.

ICO. Castidad de este atleta, I.

IFICRATES, de Atenas, I.

IFIGENIA. Artificio de que se sirvió un pintor en la representación de su sacrificio, I.

IGNACIO, o más bien Egnatio, padre e hijo. Los dos fueron proscriptos y acabaron su vida en el mismo instante, I.

Ignorancia y sabiduría. Alcanzan iguales fines, I. Dos suertes de ignorancia. Por qué se recomienda la ignorancia para la religión. Sus efectos son preferibles a los de la ciencia, II. La ciencia nos lanza en sus brazos para salvarnos de las injurias de la fortuna. Ignorancia y simplicidad: utilidad de ambas cosas. Los abusos todos de este mundo emanan de que se nos enseña a temer el poner de manifiesto nuestra ignorancia. Especie de ignorancia estimabilísima.

Ignorantes. Hay entre los ignorantes mayor mérito verdadero que entre los sabios, I.

Impostura. En qué se ejerce más comúnmente, I.

Inclinaciones naturales. Si la educación puede extirparlas, II.

Incienso. Su empleo en las iglesias, y en qué fundado, I.

INDATHYRSES, rey de los escitas. Lo que a Darío al echarle en cara que retrocedía cuando se le acercaba, I.

INDIOS. Todos se abrasan en su ciudad, sitiada por Alejandro, I.

Indolencia y pesantez de espíritu. Acompañan al vigor y a la salud, I La indolencia cabal no es posible ni deseable.

Industria frívola. Recompensada según su mérito, I.

Inmoderación hacia el bien. En que consiste, I.

Inocentes. Reconocidos como tales, y sacrificados conforme a las formalidades de la justicia, II. No es seguro que una persona inocente salga bien librada al ponerse en manos de la humana justicia.

Innovaciones. Introducidas en las leyes son siempre funestas, I. El mejor pretexto de ellas es perjudicialísimo. En los trajes y en las danzas son perniciosas a la juventud.

Intención. Juzga nuestras acciones, I. Solamente por ella debe juzgarse de la bondad o maldad de una acción.

IRENEO. Cuál fue su género de muerte, I.

ISABEL, Princesa de Escocia, I.

ISABEL, Reina de Inglaterra, I.

Italianos. Ingeniosa razón de su falta de bravura, I. Mantienen a sus mujeres en una gran sujeción, II.

ISCOLAS, Capitán lacedemonio. Sacrifica su vida por el bien de su país, I.




- J -

JACOB. Complacencia de sus mujeres, I.

JAIME DE BORBÓN, rey de Nápoles. Sencillez de su persona y fausto de su cortejo, II.

JARNAC (batalla de), I.

JASÓN, de Feres. Cómo curó de una apostema, I.

JERJES. Azota al Helesponto, y envía al monte a Athos un cartel de desafío, I. Por qué se siente acometido por la alegría y la tristeza a la vista de sus innumerables tropas. Propuso un premio a quien inventara un placer nuevo II.

JOINVILLE (Sire de), I.

Jóvenes. Los hay de buena familia que se dan al robo, y por qué razones, I.

JUAN DE AUSTRIA (Don). Vencedor de los turcos, I.

JUAN I, rey de Castilla, I.

JUAN II, rey de Portugal, I.

JUAN SEGUNDO, poeta latino moderno.   —531→   Lo que Montaigne pensaba de sus Besos, I.

JUANA I, reina de Nápoles. Por qué hizo estrangular a Andreosse, su primer marido, II.

Judíos. Inhumanamente tratados por los portugueses, con el fin de que mudaran de religión, I. Celosos por la suya se matan y matan, asimismo a sus propios hijos.

Jueces. Juramento que los hacían prestar los reyes de Egipto, II. Jueces de la China, instituidos lo mismo para recompensar las buenas acciones que para castigar las malas.

Juego. Para acertar en él precisa ser moderado en ganancias y pérdidas, II.

Juegos de manos. Son odiosos, I.

Juegos y ejercicios públicos. Provechosos a la sociedad, I.

Juicio. Es un instrumento propio para todas las cosas, y que interviene en todas ellas, I. Apenas hay una sola hora de nuestra vida en que nuestro juicio se encuentre en su natural asiento.

JULIANO, Emperador. Diferentes castigos que aplicó a los soldados pusilánimes, I. Por qué le importaban poco las alabanzas de sus cortesanos. Era enemigo de la religión cristiana, pero muy grande hombre, adornado de virtudes excelentes, II. Su castidad y su justicia. Lo que respondió a un prelado que se atrevió a llamarle perverso y traidor a Cristo. Su aplicación al trabajo, y su destreza en el arte militar. Su muerte semejante a la de Epaminondas. Por qué se le llamó Apóstata. Fue muy apasionado por el culto de los falsos dioses, y extremadamente supersticioso. Si es verdad que dijo al sentirse herido: «Venciste Nazareno». Quería restablecer el paganismo. Por qué se mostró generalmente tolerante con los diversos partidos que dividían el cristianismo. Prueba evidente de su actividad y comedimiento.

Justicia. Vender la justicia es costumbre feroz, I. Lo que significaba la espada mohosa de Marsella. Las ejecuciones de la justicia debieran limitarse a la simple muerte, sin ninguna marca de rigor. Justicia maliciosa que por engaño y engañosas esperanzas de perdón lleva al criminal a descubrir su delito, II. Justicia universal, mucho más profunda que particular y nacional. La justicia es la virtud más propia de los reyes. Para el inocente no es cosa segura ponerse en manos de la justicia humana.

JUSTO LIPSIO. Su elogio, I.




- K -

KARENTY (Hechizadas de), II.

KINGE, Esposa de Dolestao, rey de Polonia; aprueba el voto de castidad de su marido, II.




- L -

LABIENO. Sus escritos fueron los primeros que se condenaran a la hoguera, I. No pudo sobrevivir a esta injuria.

Lacedemonios. Fútil ceremonia que celebraban a la muerte de sus reyes, I. Cómo instruían a sus hijos. En qué difería esta enseñanza de la que los atenienses suministraban a los suyos. Lo que los lacedemonios respondieron a Antipater, el cual los pedía cincuenta criaturas como rehenes. Con qué firmeza sus hijos soportaban el dolor. Portento de un niño esclavo lacedemonio, tratada indignamente por su dueño. Generosa respuesta de los lacedemonios a Antipater y a Filipo. Censura hecha a un soldado lacedemonio. Lo que abarcaba la oración pública y particular que los lacedemonios hacían a la Divinidad, I. Si es increíble lo que Plutarco cuenta de un niño lacedemonio que se dejo desgarrar el vientre por un zorro que había robado.

LADISLAO, rey de Nápoles. Cómo fue envenenado, II.

LAHONTAN (Valle de), en Gascuña, II.

LAIS. Lo que decía de los filósofos de su tiempo, II.

LANSSAC (señor de) alcalde de Burdeos, II.

LAODICE, o más bien LADICE. Hermosa griega casada con Amesis, rey de   —532→   Egipto: por qué prometió a Venus una estatua, I.

Latrocinio. Por qué Licurgo lo consentía, I. Por qué menos odiado que la indigencia, II.

LAURENTINA, famosa cortesana. Por qué contingencia, habiendo dormido en el templo de Hércules alcanzó honores divinos después de muerta, I.

Lenguaje gascón. Lo que de él juzgaba Montaigne, II.

Lenguaje humano. Está plagado de defectos, I. Por qué el lenguaje común, siendo tan propio para todas las demás cosas, se trueca en obscuro en contratos y testamentos, II.

Lenguas. Cómo los buenos ingenios las enriquecen, II. Juicio de Montaigne sobre la francesa.

LEÓN. Hebreo, rabino, II.

LEÓN, papa arriano, sucesor de Félix. Su muerte, I.

LEÓN X, papa. Su muerte, ocasionada por el exceso de gozo, I.

León. Noble gratitud de un león, I. Leones uncidos a una carroza, II.

LEONOR, hija de Montaigne, I.

LÉPIDO, (M. Emilio). Muere del pesar que le ocasiona la mala conducta de mujer, II.

LEY prudentísima concerniente a los reyes muertos, II. Leyes del honor, opuestas a las de la justicia. Si es útil cambiar las leyes establecidas por el uso dilatado. En qué caso las leyes antiguas deben dejar lugar a disposiciones nuevas. Leyes suntuarias. Las leyes autorizaron sobrado tarde a los hombres al manejo de sus negocios. Leyes muy necesarias para mantener al hombre dentro de la rectitud. Leyes humanas sujetas a continuos cambios. Si hay leyes naturales, es decir, universal y constantemente reconocidas. Justicia de las leyes; en qué se fundamenta. Leyes naturales perdidas entre los hombres. Las más justas encierran alguna levadura de injusticia, II. Multiplicidad de leyes, funesta a un Estado. Más leyes que hay en Francia que en todo el resto del universo. Las leyes de la naturaleza son las mejores. Imperfección de las leyes concernientes a los súbditos de un Estado. Lo que da crédito a las leyes más acatadas.

LEYVA (Antonio de). Desaconseja una expedición por ser más grato a Carlos V, su señor, I.

Liberalidad. Si sienta bien a los monarcas, y hasta qué punto, II. Ejemplo de liberalidad de un príncipe, mediante el cual los soberanos pueden aprender a emplear sus dones rectamente.

Libertad. En qué consiste la verdadera, I..

Libros. Cuándo empezaron a quemarse en Roma los libros que disgustaban a los emperadores, I. Ventajas que se sacan de su comercio, II. Inconvenientes que acompañan a los placeres que procuran.

LIGQUES (Señor de), I.

LICURGO. Por qué prohibía a los lacedemonios que despojaran al enemigo o vencido, I. Por qué los consentía que robaran. Lo que ordenó a los casados de Lacedemonia para mantener vivo entre ellos el fuego amoroso, II.

LILIO GREGORIO CIRALDO, sabio italiano. Muerto de miseria, I.

LIVIA (la signora). Sus calzones, I.

LIVIA. Favorecía los amores de su marido Augusto, I. Lo que dijo, habiendo visto casualmente unos hombres desnudos, II.

LORENA (Cardenal de). Comparado con Séneca, II.

LORENA (Renato II, duque de), I.

LUCANO. Condenado a muerte, espiró profiriendo algunos versos de su Farsalia, I. Por qué Montaigne era devoto de Lucano.

LUCRECIO, poeta epicúreo. Si puede comparársele con Virgilio, I. Como perdió la razón y la vida. Animada pintura que hizo de los amores de Venus y de Marte, II.

Lucha. Condenada por Filopemen y por Platón, II.

LUIS (San). Rigidez con que se trataba por cumplir sus devociones, I. Por qué disuadió a un rey tártaro convertido al cristianismo de que fuera a besar los pies del papa a Lyón, I.

Lujo. Leyes que instituyó Zeleuco para atajarlo, I. En Francia, en este particular, se sigue el ejemplo de la corte.

LUTERO. Primeros progresos de su reforma, I.

Luto. Cómo era el que antiguamente usaban las mujeres, y que debieran usar aún hoy, según Montaigne, I.

LYCÓN, filósofo. Cuáles eran sus prescripciones en punto a funerales, I.

LYNCESTES. Si fue en justicia reputado culpable, porque no pudo pronunciar el discurso que meditara para su defensa, II.



  —533→  
- M -

MACÓN (Obispo de). Conducta que observó en su embajada de Roma, I.

Madres. Es justo encomendarlas la tutela de sus hijos, I. Qué importancia puede darse a su afección natural por ellos. Cuál es la labor más útil y honrosa para una madre de familia, II.

MAHOMA. Por qué prometió a sus sectarios un paraíso abundante en toda suerte de tangibles voluptuosidades, I.

MAHOMET, emperador. Suplicios bárbaros que ordenaba, II.

MAHOMET II. Conducta que observó con la ayuda que buscara para dar muerte a su hermano, II.

Mal. Lo que es, y de qué modo llega a incumbirnos, I. Estar exento de él es alcanzar la mayor suma de bien que sea posible esperar. Consejo de la filosofía en punto a olvidar los males pasados.

Mal de piedra. Es preferible a otras muchas enfermedades, II.

MALOS. Cuál pernicioso es su comercio, I.

MANLIO TORCUATO. General romano, que condenó a muerte a su hijo; cómo le juzga Plutarco, I.

Mano. De las numerosas acciones que se expresan con su concurso, I.

MANUEL, rey de Portugal. Edicto cruel que publicó contra los judíos, I. Funestos resultados que se siguieron.

Mar. Si esel temor lo que revuelve el estómago a los que viajan por mar, II.

MARAVILLA. Embajador de Francisco I, asesinado en Milán por el duque de Sforcia, I.

MARCELINO (Amiano). Historiador pagano, testigo de las acciones de Juliano el Apóstata; le censura por haber prohibido a los cristianos que establecieran escuelas, II.

MARCIAL. Lo que Montaigne pensaba de sus epigramas, I.

MARGARITA, reina de Navarra. En qué consistía, según ella, el deber de un gentilhombre para con un grande que le visita, I. Su extraña idea tocante a la devoción de un príncipe mozo. Elogio de su Heptamerón.

MARÍA GERMAIN. Véase Germain.

MARÍA STUARDO, reina de Escocia, I.

Maridos. Desdichas a que se hallan expuestos al sujetar extremadamente a sus mujeres, II.

MARIO, padre, fue menos sobrio cuando viejo, II.

MARIO, el Joven. Echó un sueño luego de dar la señal del combate en su última jornada contra Sila, I.

MAROT, citado, I.

MARSELLA. Teníase en esta ciudad guardada una cantidad de veneno, pagado a expensas del pueblo, para los que apeteciera servirse de él.

MARTIN (el capitán San), uno de los hermanos de Montaigne, I.

MASILIENSES, pueblo de África. Cómo manejaban sus caballos, I.

MASINISA, rey. Su vigor conservado hasta la vejez más extrema, I.

MATECOULOM (Señor de), uno de los hermanos de Montaigne, II.

MATIGNON, mariscal de Francia, alcalde de Burdeos, II.

Matrimonio. Qué suerte de contrato, I. Lo que lleva consigo esta unión. Su fin principal. Continencia conyugal. Qué edad es para contraerlo la más propia. Si el lazo del matrimonio se fortaleció quitando los medios de desatarlo, II. Los arrebatos del amor están desterrados de él, y por qué razón. Idea de un buen matrimonio. Altísimo precio del mismo. El matrimonio debe hallarse exento de odio y menosprecio. Diferencia entre el matrimonio y el amor. Por qué los hombres en el matrimonio se abandonan libremente al amor, el cual prohíben rigorosamente a las mujeres. Lo que un buen matrimonio puede hacer. Ley establecida por Platón para decidir de la oportunidad de todo enlace. La amistad en el matrimonio se vivifica con la ausencia.

MAXIMILIANO. Pudor particularísimo de este emperador, I.

MECENAS. Su pasión por la vida, II.

MEDAS. Armados por manera pesadla y molesta, I.

Medicina. Menospreciada por Montaigne enfermo, y por qué causas, I. Cuál es el fundamento de sus aciertos. La experiencia se le antoja (a Montaigne), poco favorable, II. Cuándo comenzó a ser recibida de los romanos. Fue expulsada de Roma por mediación de Catón el Censor. Cuándo y por   —534→   quién fue puesta en crédito. Es incierto el que la medicina no perjudique al no ocasionar provecho. Sus promesas, generalmente increíbles. Débiles razones en que este arte se fundamenta. Su incertidumbre justifica casi todos nuestros deseos.

MÉDICIS (Catalina de), reina de Francia, II.

MÉDICIS (Lorenzo de), duque Urbino, I.

Médicos. Si hacen más bien que mal, y cómo excusan el pésimo resultado de sus recetas, II. Ley egipcia que los hacía responsables de sus faenas. Les es muy necesario rodearse de miseria. Renunciaron a él a destiempo. Por qué de un enfermo debiera cuidar un solo médico. Médicos de todas las edades que mutuamente combatieron las opiniones y prácticas medicinales, acusándose unos a otros de ignorancia y mala fe. Los médicos se encuentran muy sujetos a error. Graciosos cuentos contra ellos. Son digno de estima, y por qué razones. Personalmente, rara vez echan mano de las drogas medicinales. Por qué comúnmente nos entregamos en manos de los médicos. En qué se funda el conocimiento que pretenden tener en punto a la excelencia de sus drogas. Los juriconsultos y los médicos son dañinos al país en que viven.

Meditar. Ocupación importante, II.

MEGARIZO. Cómo fue reprendido por Apeles, en cuya casa se le ocurrió hablar de pintura, II.

MEJICANOS. Dividían el mundo en cinco edades, y creían encontrarse en la última de ellas cunado recibieron la visita de los españoles, II. Juramento que hacían prestar a sus reyes. Primera lección que dan a sus hijos.

MÉJICO. Prodigioso número de hombres que sacrificaba anualmente el rey de Méjico, I. Cuántas veces por día mudaba de vestiduras. Crueldad de los españoles para con el último rey de Méjico.

MENÁNDER. Su respuesta a los que le censuraban por no trabajar con una comedia que había prometido, I. Sus palabras sobre la escasez de amigos.

Mentira. Vicio odiosísimo, I. Debe ser en los niños cuidadosamente extirpada. Por qué nos escuece hoy tanto el que se nos acuse de mentir, II. Los griego y los romanos eran menos escrupulosos que nosotros en esto punto.

Mentirosos. Deben tener buena memoria, I.

Merlines. Especie particular de criaturas entre los musulmanes, I.

Mesa. Cuál era entre los romanos el sitio honorífico de la mesa, I. Placeres de la mesa; partido que de ellos sacaban los griegos y los romanos, II.

METELO. Sus palabras hermosas sobre los obstáculos que deben acompañar a la virtud, I.

Metempsicosis. Recibida en algunas naciones, I.

METROCLES O METROCLO. Por qué razones pasó de la secta de los peripatéticos a la de los estoicos, I.

MIDAS. Se vio obligado a anular la súplica que dirigiera a los dioses, I. Un sueño que tuvo le determina a matarse, II.

Miedo. Extraños efectos de esta pasión, I. Encontrados efectos que produce. Empuja a veces a realizar acciones valerosas. Aleja todas las demás pasiones. Iguales efectos producidos por el miedo y por un extremo ardoroso de valor.

Milagros que san Agustín testifica haber visto, I. Falsos milagros; como reciben crédito en el mundo, II. Causas de lo mucho que cuesta desengañarse de un milagro ficticio. Historia de una patraña que es uno a punto de ser creía, aun cuando fueran débiles sus fundamentos. Si de los sucesos milagrosos que los libros santos nos refieren, puede sacarse alguna conclusión en pro de modernos acatamientos análogos.

Moda. Obstinación e inconstancia de los franceses en lo relativo a lo que llaman moda, I.

Moderación. Requerida hasta en la virtud, I. Cuál es la que debe adoptarse en las revueltas civiles, II y entre personas enfadadas.

Modestia. Muy necesaria a las jóvenes, I, y a las mujeres, II.

Monos. De un tamaño extraordinario, que Alejandro encontró en las Indias, como cayeron en el garlito.

MONTAIGNE (Miquel EYQUEM, Señor de); autor de los Ensayos. Por qué se entretuvo en escribirlos, I. Se lamenta de su escasa memoria. Ventajas que esta circunstancia le procura. Enemigo de las vanas ceremonias. Cómo se aleccionaba con la conversación de los hombres. Época precisa de su   —535→   nacimiento. Por qué cuidó de familiarizarse con la muerte tempranamente. Por qué se opone a escribir la historia de su tiempo. Fue enseñado desde la infancia a rechazar las argucias y engaños en su juego. Por qué menospreciaba la medicina. Cuál era el grado de conocimiento que tenía en las ciencias. Sus libros favoritos. Juicio que emite de su obra. Qué estilo era más de su agrado. Cómo aprendió el latín y el griego. Despertábanle en su infancia al son de algún instrumento musical. Cómo se aficionó a la lectura desde la edad de ocho años. Nunca leyó novelas. A qué edad representaba los primeros papeles en las tragedias latinas. Su amistad con Labötie (véase este nombre). En diferentes épocas de su vida su gusto por la poesía fue de diversa índole. Critica que formula sobre Plinio el Joven y Cicerón. En qué hace consistir el mérito de sus Ensayos. Sus disposiciones para el estilo epistolar. Enemigo de los exagerados cumplimientos que se emplean en las cartas. Inhábil para escribirlas de recomendación. Escribía sus cartas con suma rapidez y negligencia. Su conducta un punto a las comodidades de la existencia, en los tres distintos estados en que vivió. Cómo ordenaba sus gastos. Lo que escribe sobre su manera de trabajar y de considerar un asunto. Cómo juzga el valer de su libro. Retrato y carácter de su padre. Montaigne gustaba poco de la bebida. Historia de un accidente que le ocasionó un largo desvanecimiento. Dificultades inherentes al estudio constante que hace de sí mismo. Si es censurable hablar de uno mismo a las gentes. Lo que le impulsó a escribir. No soportaba de buena gana la vista de los recién nacidos. A qué edad contrajo matrimonio. De la afección que su libro le inspiraba. Por qué calló el nombre de los autores de cuyos pensamientos se sirvió. Lo que buscaba en los libros.

Por qué prefería los antiguos a los modernos. Lo que de Ovidio pensaba hacia el fin de sus días. Poetas latinos según él los más sobresalientes. Para qué le sirvieron Séneca y Plutarco, I. Por qué gustaba con preferencia de la historia. En qué consistía la virtud de Montaigne. Era menos morigerado en sus opiniones que en sus costumbres. En qué consistía su bondad. Era capaz de resistir los empujes más fuertes de la voluptuosidad. Era de muy sensible natural. Su humanidad para con los animales. Cuál era su divisa. Debilidad e inconstancia de su juicio. Por qué no se dejaba arrastrar por las opiniones recientes. Cómo obtuvo la orden de San Miguel. Cómo se encontró resguardado en una casa sin defensa, durante las guerras civiles, II. Resabio particular de Montaigne, señal aparente de altivez torpe. Inclinábase a rebajar el mérito de las cosas que poseía, y a sí mismo se concedía importancia escasa. Que opiniones adoptaba de mejor grado entre todas las relativas al valer de los hombres. Las producciones de su espíritu no le satisfacían gran cosa, qué idea le merecían sus escritos. Se creía poco diestro para conversar con los príncipes. Carácter de su estilo. Su francés estaba adulterado por el lenguaje del país en que vivía. Había perdido la facilidad que tuvo en el hablar y escribir en latín. Cualidades corporales de Montaigne. Era de una complexión delicada y abandonada. Enemigo del cansancio que el deliberar acarrea. Asqueado de la ambición por las incertidumbres que la acompañan. Poco hecho a las costumbres de su siglo. Odiaba el disimulo. Era, naturalmente franco y libre con los grandes. Su memoria era infidelísima. Enemigo de toda obligación y apremio. Nuevas pruebas de la imperfección de su memoria. Carácter de su espíritu. Su ignorancia de las cosas más comunes. Montaigne era naturalmente indeciso. Poco inclinado al cambio en los negocios políticos. En qué se fundaba el aprecio que sus actos le inspiraban, y la idea que tenía de lo ponderado de sus opiniones. Gustaba alabar el mérito de sus amigos y hasta el de sus enemigos. Su siglo le inspiraba poco afecto. Por qué en su libro habla tan frecuentemente de sí mismo. Alivio que Montaigne encuentra en la vejez. Carácter de su cólera en los negocios graves y en los pequeños. Sujeto al cólico, se acostumbra a sufrirlo pacientemente. Qué ventaja alcanza de esta dolorosa enfermedad. Cree que debemos quejarnos libremente en lo más   —536→   agudo del dolor. Se dominaba bastante a sí mismo en estos accesos del cólico. Cree haber heredado de su padre el mal de piedra, a que se ve sujeto y el menosprecio que la medicina le inspira. En qué fundamenta este menosprecio. Prefiere la consideración presente a la que pudiera seguirle cuando muerto. Cuáles son para él los bienes más importantes. Por qué habló de la medicina con tanto desembarazo. En qué estado se hallará al ponerse en manos de los médicos. No busca notoriedad al escribir contra ellos. Era enemigo de todo engaño. Extremadamente concienzudo en sus negociaciones con los príncipes. Ningún partido abrazaba con ardor extremo. Su conducta entre dos personas de distintos partidos. Huía los empleos públicos y toda suerte de artificios. Por qué y como se determinó a hablar de sí mismo en su libro. Juzgaba mejor de su persona mediante la reflexión que su conducta que por las censuras o alabanzas de sus amigos. Adoptaba su juicio como director ordinario de sus acciones. No se arrepentía de la manera como gobernara sus negocios. Rara vez se servía del consejo ajeno para sus asuntos, y rara vez aconsejaba a los demás. Por qué no se afligía cuando los acontecimientos no correspondían a sus deseos. Lo que opinaba del arrepentimiento ocasionado sólo por la edad. En qué hacía consistir su dicha. Poco atento a las conversaciones frívolas. Se lamenta de su delicadeza suma en el comercio que se ve obligado a mantener con el común de los hombres. Apasionado por las amistades exquisitas y poco apto para las comunes. Cuál era la soledad que apetecía. De qué clase de hombres buscaba la familiaridad. De la dulzura que encontraba en el trato con las mujeres. Quería que este comercio fuera acompañado de sinceridad. En amor prefería las gracias corporales a las del espíritu. Qué partido sacaba de su comercio con los libros. Lo que dice de su biblioteca y de la situación de la miseria. Se libertaba de una pasión con el auxilio de otra. Lo que piensa de los que condenarán la licencia de sus escritos. Gustaba decir cuanto osaba hacer. Por qué gustaba hacer pública su confesión. Qué razón le comprometió a casarse, aunque mal dispuesto para el matrimonio. Lo que juzgaba de la lengua francesa. Por qué, salvo Plutarco, le parecía bueno prescindir de todo libro al escribir; y componer en su casa, donde nadie le ayudaba. Era muy propenso a la imitación. Ordinariamente producía de improviso sus más profundos pensamientos. No gustaba de que le interrumpieran cuando hablaba. Su inclinación en materia de amor. Sobrado libre en sus palabras: cómo excusa esta licencia. Con cuánta discreción y buena fe se conducía en sus amores. Creía que el amor era saludable, usando de él con moderación. No podía soportar coche-litera ni barco. Nunca deseo los primeros empleos. Hubiera preferido una vida tranquila y deleitosa a la de un Régulo. No gustaba dominar ni ser dominado. Soportaba sin contrariedad la réplica en las conversaciones. Por qué desconfiaba de la competencia de un hombre cuando le veía en un puesto encumbrado. Gustaba burlar y ser burlado. Cómo se disponía para juzgar de una obra literaria, cuyo autor le pedía parecer. Cómo bromea sobre el designio que se propusiera de registrar sus propias fantasías. Era más moderado y prudente en la prosperidad que en la desdicha. Por qué se complacía viajando. Huía la confusión de los negocios domésticos. Era poco dado al gusto de edificar y a otros placeres de la vida retirada. Gustaba fiarse en su servidumbre. Evitaba el informarse de sus propios negocios por pura negligencia. En modo alguno inclinado a atesorar, bastante diestro en el gastar. Enemigo de las repeticiones. Desconfiaba de su memoria, hasta cuando había aprendido algo al pie de la letra. Adicionaba su libro, pero en lo ya escrito nada modificaba. Muy expuesto en su casa durante las guerras civiles; por qué le contraría no verse a cubierto del saqueo, sino merced al auxilio ajeno. Montaigne se consideraba absolutamente sujeto por los compromisos de su probidad y por sus promesas. Era tan enemigo de la sujeción, que juzgaba ventajoso el ser desligado de su unión a ciertas personas merced a la ingratitud de las mismas.   —537→   Felicitábase por no deber nada a los príncipes, pudiendo así vivir independiente. Afección que París le inspiraba. Consideraba a todos los hombres como compatriotas. Ventajas que los viajes le procuraban. Por qué prefería mejor morir lejos que en su casa. Quisiera que le asistiese un prudente amigo al abandonar el mundo. Lo que gana al publicar sus costumbres. Cuáles eran sus preparativos en lo tocante a la muerte. Su manera de viajar. Con qué género de muerte se avendría mejor. Prestábase sin duelo a los diferentes usos y maneras de cada país. Hubiera deseado un compañero de viaje con quien departir. Razones que hubiesen podido apartar a Montaigne de la pasión de los viajes. Lo que repone a ellas. Por qué se ve obligado a pintarse tal cual es. Era poco apto para el manejo de los negocios públicos. Por qué le gustaban las digresiones. Su inclinación por la ciudad de Roma. Por qué Montaigne no juzgaba desdichado el carecer de hijos que pudieran llevar su nombre. Uno de los favores de la fortuna que más le contentaban fue el haber alcanzado el título de ciudadano romano. Se apasionaba por contadas cosas. Por qué se oponía a las afecciones que le ligaban a otras cosas distintas de su persona. Elegido alcalde de Burdeos, viose obligado a aceptar el cargo, que conservó en la segunda elección. Retrato que traza de sí mismo a los señores de Burdeos. Por qué excedía en sus necesidades los límites que la naturaleza exige necesariamente. Al adoptar un partido no aprobaba las injusticias en el ridículo porfiar del mismo. Cuidaba de que sus afecciones no le esclavizaran. Cómo en el gobierno de sus negocios y en el de sus propias acciones, evitaba los inconvenientes precaviéndolos. Oponíase por de pronto al progreso de sus pasiones. A qué costa cuidó de evitar los procesos. Cómo juzgaron su conducta de funcionario. En qué clase de negocios Montaigne hubiera podido ser ventajosamente empleado. Cuál era a sus ojos el milagro más real. Enemigo de las decisiones arraigadas. Maltratado por ambos partidos durante los desórdenes de una guerra civil, cómo soportó este infortunio. Penalidades a que fue reducido por la peste, la cual le echó fuera de su casa. Con qué designio Montaigne sembró su libro de citas. Su aire ingenuo le fue de mucho provecho, particularmente en dos ocasiones peligrosísimas. La sencillez de seis intenciones, que aparecía en sus ojos y en el timbre de su voz, impedía que fuera mal interpretada la libertad de sus razones. Estudiábase a sí mismo más que ninguna otra cosa; lo que aprendía con este estudio, que le instruía en el juzgar regularmente a los demás. Creíase apto para hablar libremente a su maestro, enseñándole a conocerse a sí mismo. Por qué entendía que su libro puede procurar instrucciones útiles a la salud del cuerpo. Enfermo observaba la misma manera de vivir que en cabal salud. Huía el calor emanado directamente del fuego. Hábitos a que en la vejez se encontraba esclavizado. Cuidaba de mantener el vientre libre. Sano y enfermo, seguía gustoso la inclinación de sus apetitos naturales evitaba. Por qué el hablar de su mal a los médicos. En seis males gustaba acariciar su fantasía. Su constitución era naturalmente sana, y así se mantuvo hasta la vejez. Poco se trastornaba su espíritu con los males del cuerpo. Sus sueños más bien extravagantes que tristes. En la mesa era poco delicado. Desde la cuna fue enderezado a la vida más humilde. Fue tenido en la pila bautismal por gentes de humilde condición. Fruto de esta educación. No gustaba permanecer mucho tiempo en la mesa. De qué suerte de abstinencia era capaz. Su gusto experimentó cambios y evoluciones. Era goloso en punto a pescados, y no apetecía mezclarlos con la carne. Ayunaba alguna vez, y por qué causa. Preceptos que observaba en materia de vestidos. Prefería el almuerzo a la cena; qué medida observaba en su beber. Su deseo en lo relativo al aire. Más le contrariaba el calor intenso que el extremado frío. Gozaba de buena vista, pero sus ojos estaban cansados por el demasiado uso. Su manera de andar; permanecía poco tiempo en una misma situación. Comía con demasiada avidez. Lo que opinaba de los placeres   —538→   de la mesa. En qué rango colocaba los goces puros de la fantasía Y los placeres corporales. Cómo empleaba su vida. Gustaba saborear las dulzuras de su situación. Sus discursos concordaban con sus costumbres.

MONTCONTOUR (batalla de), I.

MONT DORÉ. Considerado   —539→   por Montaigne como uno de los mejores poetas de su tiempo, II.

MONTFORT (Juan V, conde de), duque de Bretaña, I.

MONTLUC (Señor de), Mariscal de Francia, I.

MONTMORD (Señor de), I.

MONMORENCY (Condeslable de). Su conducta en el sitio de Pavia, I. Su muerte es uno de los acontecimientos más notables de la época, II.

Moral. Lecciones de moral, tan menospreciadas por quien las predica, como por quien las oye, II.

MUCIO SCÉVOLA. Su firmeza en el sufrimiento del dolor, I.

Mujeres. Acción generosa de las mujeres de Weinsberg, I. Mujeres, consideradas como incapaces de una amistad perfecta. Que se entierran o se abrasan con los cuerpos de sus maridos. Que menosprecian el dolor por el acrecentamiento y conservación de su belleza. Luto antiguo de las mujeres, que en opinión de Montaigne debiera también ser moderno. Que prefirieron conservar el honor mejor que la vida. Que se dieron la muerte por impulsar a sus maridos a imitarlas. Por qué las mujeres propenden a contrariar a los maridos. Su crecida dote es la ruina de las familias. Es nocivo el consentir que las mujeres repartan entre sus hijos los bienes paternales. Es indeterminada la duración del embarazo. Por qué se enmascaran, adoptando un continente severo y lleno de pudor, II. Diferencia que existe entre el honor y el deber de las mujeres. Notable ejemplo de una mujer que se ahogó por haber sido maltratada por su marido. Mujeres indias que se abrasan y entierran voluntariamente con el cadáver de sus maridos. Mujeres dominadas por el arrebato; como se enfurecen. Mujeres gasconas; muy obstinadas. Lo que Montaigne pensaba de las mujeres que no muestran afecto a sus maridos hasta cuando éstos mueren. Ejemplo de una mujer desconocida de y de extracción humildísima, que por pura afección hacia su marido, atacado de un mal incurable, le impulsó a la muerte y murió con él, qué género de conocimientos las acomodan. Del comercio con las mujeres: sinceridad que debe acompañarle. Leyes severas impuestas a las mujeres por los hombres, sin la aquiescencia de ellas. Si estas leyes las hicieran más comedidas. Cuán difícil las es guardar su castidad. Lo que a ello debe impulsarlas. Cuánto las mujeres son por los celos atormentadas, y cuán odiosas se muestran al abandonarse a ellos. Mujeres escitas que saltan los ojos a sus esclavos para servirse de ellos con mayor sigilo. A qué precio se glorificaba de perder su honor una mujer de las Indias Orientales. Los celos de las mujeres son funestísimos a los maridos. Por qué en materias de amores proceden mal los hombres al censurar la ligereza e inconstancia de las mujeres. A qué edad las mujeres deben cambiar el dictado de las hermosas por el de las buenas.

MULACEY, o mejor, MULEY-HAZÁN, Rey de Túnez. Lo que censura en la conducta de su padre, I.

Mulas y Mulos. Montura honrosa v deshonrosa en diferentes países, I. Ejemplo de sutileza maliciosa dado por un mulo, II.

MULEY-MOLUC, Rey de Fez. Presto a morir de una enfermedad, libra batalla a los portugueses, y alcanza la victoria. II.

Multitud. Cuán menospreciable es su juicio, II.

Mundo. Frecuentación del mundo; es muy provechosa, I. El mundo debe ser el libro de la gente joven. La pluralidad de mundos creída en lo antiguo y aun hoy, y lo que puede concluirse en este punto, según Montaigne. El mundo está sujeto a perpetuas mutaciones.

MUNDO (Nuevo). Reflexiones sobre su descubrimiento, I. En él se vivía sin magistrados y sin leyes, con regularidad mayor que nosotros actualmente. Conformidad sorprendente de los usos y creencias del Nuevo Mundo con los nuestros. Del Nuevo Mundo y de la índole de sus habitantes en el tiempo en que fue descubierto, II. Fue subyugado por la astucia de los españoles más bien que por su valor. Inhumanidad con que a los habitantes del Nuevo Mundo trataron los españoles.

MURET (Marco Antonio). Considerado por Montaigne como uno de los mejores oradores de su tiempo, I.

Muerte. En qué sentido nos libra de todas nuestras obligaciones, I. Único juez de la dicha humana. Menosprecio de la muerte, una de las principales buenas obras de la virtud. Algunos ejemplos de muertes extraordinarias y repentinas. Cuánto importa hallarse preparado de antemano a la muerte y familiarizarse con ella. Cuáles son las muertes más sanas. El no temer la muerte nos procura una verdadera libertad. Motivos de esta verdad. La muerte forma parte del orden del Universo. Por qué va mezclada con amarguras. Por qué en la guerra nos parece distinta que en nuestra casa. Diversidad de opiniones en punto a la muerte. Bromas dichas en la hora de la muerte. La muerte buscada con avidez. La muerte, remedio de todos. Depende de la voluntad del hombre. Razones contra la muerte voluntaria. Razones que pueden impulsar a un hombre a darse la muerte. Muertes funestas por haber sido precipitadas. La muerte preferida a la esclavitud; y a una vida desdichada. Muerte deseada por la esperanza de un mayor bien. No puede experimentarse más que una vez, y todos somos aprendices cuando a ella llegamos. Cómo es posible familiarizarse con la muerte. Si los desfallecimientos en la agonía son dolorosos. La muerte se interpreta según la vida. Lo que debe de juzgarse de la firmeza de mucha gente que se mataron, II. Cuál es la muerte más deseable. El deseo de morir útilmente es muy laudable, mas la ejecución de este deseo no reside, en nuestra mano, si los que prestos a recibir la muerte en el cadalso, se entregan a transportes grandes de devoción, deben ser alabados por su firmeza. Si cuando se muere en una batalla o en combate singular, se piensa mucho en la muerte. Consideraciones diversas que nos imposibilita el pensar directamente en la muerte. Para qué sirve la preparación a la muerte. La muerte forma parte de nuestro ser, y es utilísima a la naturaleza.

MUSA, Médico de Augusto, II.

Musas. Son el juguete y pasatiempo del espíritu, II. Muy ligadas a Venus, I.

MUSSIDAN (Sitio de), I.

MYSON, uno de los siete sabios. Su respuesta a quien le preguntó por qué reía hallándose solo, II.




- N -

Nácar. Unión que mantiene con la ostra, I.

Naciones. Si las hay que duermen y velan durante seis meses consecutivos, I. Naciones que tuvieron un perro por monarca. Que no se expresan sino por gestos.

Natural sanguinario para con los animales. Lo que denota, I.

Naturaleza. Es superior al arte, I. Lo que Montaigne concluye en este respecto, en favor de los animales contra el hombre. El estudio de la naturaleza es alimento del humano espíritu. Qué entendemos por seguir su camino, I. Conformarse con naturaleza, precepto importantísimo hasta en lo relativo a lo exterior, II. La naturaleza hizo gratas al hombre las acciones necesarias.

NAUSIPHANES, discípulo de Pirrón. Lo creía todo incierto, I.

Necedad. El no poder soportarla es molestísima enfermedad del espíritu, II. La gravedad exterior y la situación de fortuna de quien habla a veces comunican autoridad a las simplezas que profiere.

Necesidad. Es una violencia maestra, I.

Necesidades naturales. Sus límites, I.

Necios. Imposibilidad de tratar con ellos de buena fe. Un necio dice alguna vez cosas sensatas Lo más insoportable que haya en el necio es que admira cuanto dice.

Nieve. Los antiguos la empleaban para refrescar el vino, I.

Neoritas. Cómo trataban a los cadáveres, II.

NERÓN. Magnanimidad de dos soldados interrogados por este tirano, I. Impresión que sentía al abandonar a su madre, cuya muerte había ordenado. Humanidad que muestra al firmar la sentencia de un criminal.

Neutralidad. No es hermosa ni honrada en las guerras civiles, II.

NIGETAS, o mejor Hicetas, siracusano.   —540→   Fue uno de los primeros que sostuvieron que la tierra se movía, I.

NICIOS. Cómo perdió las ventajas que ganara en buena lid sobre los de Corinto, I.

NINACHETUEN, Señor indio. Se arrojó al fuego por no sobrevivir a su deshonor, I.

Niños. La mentira y la testarudez deben extirparse en ellos primeramente, I. Cuánto importa el corregirlos tempranamente. Es difícil prever por sus acciones primeras lo que serán andando el tiempo. El fruto de la educación de una criatura depende de la elección de su preceptor. Utilidad de los viajes para los niños. Por qué no debieran ser educados junto a sus padres. Debe acostumbrárseles, cuando están en compañía, a que vean todo lo que acontece en su derredor. Precisa inspirarles la sinceridad y una curiosidad honrada. A qué edad deben estudiar las ciencias. Síntomas reveladores de la buena o mala índole de las criaturas, I. Un niño es capaz de acoger las lecciones de la filosofía. No debe la severidad inducirlos al estudio. Debe apartárselos de todo humor extraño y particular, y procurar que estén hechos a toda suerte de costumbres, y hasta a poder soportar algunos excesos. Por sus actos deben juzgarse los adelantos que realizan. Deben ser más cuidadosamente instruidos en el conocimiento de las cosas que en el de las palabras. No han de embarazarse para desembrollar las sofísticas sutilezas. Quiere Sócrates que se les dé un nombre hermoso. Por qué razón el afecto hacia sus padres es menor que el de éstos para con ellos. Debe condenarse la violencia en su educación. Medio eficaz de hacerse amar por las criaturas. El nombre de padre siempre ha de ser por ellas proferido. Debe admitírselas en la vida familiar con sus padres, cuando tienen edad para ello. Debe aprobarse el impedirlas simular defectos físicos, II. No debieran ser indiscretamente abandonados al gobierno de sus padres. Maravillosa paciencia de un niño lacedemonio.

NIOBE. Por qué los poetas simularon que se convirtió en roca, I.

Nobles. Colocados en un festín en diferentes mesas, conforme a la identidad de sus nombres de pila. A qué rango son elevados en el reino de Calcuta, II.

Nobleza. Nombres altivos y magníficos, de la antigua nobleza, I. Lo que esencialmente la constituye en Francia. La nobleza no va necesariamente unida a la virtud, II.

Nombres. Tomados en mala parte, I. Nombres más frecuentes en la genealogía de algunos príncipes. Es conveniente tener un mimbre fácil de pronunciar. Confusión que engendra el tomar nombre de las tierras que se poseen. Los cambios de nombre contribuyen a falsificar las familias más obscuras. Nombres y sobrenombres, diversamente cambiados. Nombres comunes a algunas personas.

NOUE (De la). Su elogio, II.

Novedades. Introducidas en las leyes, son siempre funestas, I. Hasta el más sano motivo de ellas es perjudicialísimo. En los trajes, bailes y otras cosas son funestas a la juventud.

NUMA, Rey de Roma, I.

NUMIDAS. Por qué cabalgando, en sus combates llevaban un segundo corcel, I.




- O -

Obediencia pura. Primera ley que Dios impuso a los hombres, I.

Ociosidad. Sus peligrosos efectos, I.

OCTAVIO (Sagitta). Bárbara acción a que los celos le arrastraron, II.

OLLIVIER (Canciller). Frase que se le atribuye, II.

Olores extraños. Con razón tenidos por sospechosos, I.

Opiniones. Abrazadas a expensas de la vida, I. Avaloran muchas cosas. De la libertad en punto a opiniones filosóficas.

Oración. Cuál es la que los cristianos debieran constantemente tener en los labios, I. Es la única que Montaigne rezaba. Lo que debe juzgarse de las devociones de aquellos que persisten deliberadamente en sus malas costumbres. Abusos que se cometen en punto a rezos.

Oráculos. Cuándo comenzaron a perder su crédito, I.

  —541→  

Orador. Se enternece con un papel fingido que él mismo representa, II.

ORANGE (Guillermo de Nasau, príncipe de), II.

Órdenes de caballería. Institución laudable y muy en boga, I. La Orden de San Miguel, que en sus orígenes fue muy estimada, cayó luego en el menosprecio. Es difícil acreditar una nueva Orden de caballería.

ORGULLO. Sus funestos efectos, I.

ORÍGENES. Por qué se abandonó a la idolatría, II.

OSTORIO. Con qué firmeza se dio la muerte, II.

Otanes. En qué ocasión renunció al derecho que lo asistía para pretender al trono de Persia, II.

OTÓN. Echó un sueño poco antes de matarse, I. Lo que tuvo de común con Catón.

OVIDIO. A qué edad Montaigne comenzó a perder el gusto de este poeta, I.




- P -

Padrenuestro. Oración que los cristianos debieran rezar constantemente, I.

PADRES. Profesan mayor afección a sus hijos que los hijos a los padres, I. Cómo debiera gobernarse esta afección. Cuándo deben los padres distribuir los bienes entre sus hijos. Jóvenes empujados al robo por la avaricia de sus padres. Excusa deleznable de los padres que atesoran para hacerse respetar de sus hijos. Cuál es el respeto que los padres deben inspirar. Un padre anciano debe dejar a sus hijos el disfrute de sus bienes, mas reservandose la libertad de recoger éstos de nuevo cuando los hijos abusan de su bondad. Un padre debe familiarizarse con los hijos que lo merecen. Notable ejemplo sobre este punto. Rigor de algunos padres, que privan a sus hijos del fruto de sus bienes hasta después de su muerte. Error de los padres que castigan a los hijos dominados por un acceso de cólera, II. Semejanzas que pasan a los hijos, de los padres, abuelos y bisabuelos.

País. País pequeño en el cual reinaban la paz y la salud porque en él no hubo nunca abogados ni médicos; cómo es vio al fin expuesto a los procesos y a una legión de enfermedades, II.

Palabra. La más categórica es susceptible de sentidos diversos, I.

PALUEL, bailarín, I.

PALUS MEOTIDES. Terribles heladas en esta región, I.

PANECIO. Prudente respuesta de este filósofo a un joven que le preguntó si sentaría bien enamorarse al hombre cuerdo, I.

PARACELSO. Médico alquimista, I.

Parecido. Pasa a los hijos de los padres, abuelos y bisabuelos, II.

PARÍS. Lo que piensa Montaigne de esta ciudad, I.

Parlamento. Véase Plaza sitiada.

PARMÉNIDES. Lo que consideraba como Dios, I. Su opinión sobre la naturaleza de nuestra alma.

PARTHOS. Iban casi siempre a caballo, I. Descripción de sus armas.

Parto. Dolores que le acompañan, soportados con toda calma, I. Ejemplo notable de una dama romana en este respecto.

PASICLES. Imprudencia de este filósofo cínico, I.

Pasiones. Las que se dejan gustar y digerir son mediocres I. Echamos mano de las cosas inanimadas para apacentarlas. Los primeros movimientos de las Pasiones, consentidos al filósofo por los estoicos. Las pasiones turbulentas animan y acompañan a las virtudes más preclaras. Efectos que su diversidad debe producir. Es posible libertarse de una pasión con el concurso de otra, II. Cómo el tiempo disipa las pasiones. Ejemplos de pasiones violentísimas, engendradas por causas frívolas.

PAULINA, Mujer de Saturnino. Matrona muy reputada en Roma, que creía mantener comercio con el dios Serapis, I.

PAULINO, Obispo de Nola. Lo que dijo después del saqueo de esta ciudad, viéndose despojado de todos sus bienes y reducido a prisión, I.

PAUSANIAS, el lacedemonio. Suplicio que sufrió, ideado por su madre, I.

PAUSANIAS, el macedonio. Citadocomo ejemplo de los horrores que origina una tremenda borrachera, I.

PAVÍA, (Sitio de), I.

PAXIA, Mujer romana. Por qué se dio la muerte, I.

Pedantes. Siempre menospreciados de   —542→   los hombres pulidos, I. Extrema diferencia entre nuestros pedantes y los antiguos filósofos. Carácter del perfecto pedante.

Pedos, que un hombre soltaba a su albedrío; sucedido sobre este particular, relatado por San Agustín, I. Pedos concertados, según Vives.

PEGÚ (reino del). Sus habitantes van siempre descalzos, I.

PELAGIA (Santa). Su muerte, I.

PELLETIER, Médico y matemático, I.

Pena. Nace con el pecado, I. Penas en la otra vida, y en qué se fundamentan, II.

PERIANDER, Médico griego. Censura que le dirigió Arquidamo al abandonar la gloria de buen médico por alcanzar la de poeta detestable, I.

PERIÁNOLER, tirano de Corinto. Hasta qué extremo llevó el amor hacia su mujer, II.

Perro. Animal capaz de razón, I. Perro que se finge muerto. Otro que se las ingenia para extraer el aceite del fondo de un cántaro. Perros adiestrados para combatir en las batallas. Perros de caza: conocen cuál es el más fino de sus pequeñuelos. Perros más fieles que los hombres. Perros de las Indias, cuya magnanimidad es extraordinaria.

PERROCET. Hábil fabricante de naipes, II.

Persas. Enseñaban la virtud a sus criaturas, en lugar de las letras, I. Ocupábanse de sus principales negocios después de beber.

PERSEO, auditor de Zenón. A qué dice que se aplicó el nombre de Dios, I.

PERSEO, rey de Macedonia. Prisionero en Roma, murió por la privación del sueño, I. Su carácter, sobre poco más o menos el de todos los hombres, II.

PERSIA. Hasta qué momento los reyes de Persia guardaban a sus mujeres en los festines, I.

PERÚ Cómo trataron los españoles al último príncipe de este reino, II. Pompa y magnificencia de las construcciones del Perú.

Pescados. Se veían nadando en las salas bajas de los antiguos, I. Pececillo que detiene las embarcaciones en plena mar. Asistencia mutua que los peces se prestan.

PESCARA (Marqués de), I.

Peste. Descripción de la que se propagó en el país donde Montaigne vivía, II. Firmeza del pueblo ante este desastre general.

PETRARCA, I,.

PETRONIO (Granio), Cuestor en el ejército de César. Su respuesta a Escipión, que le quiso hacer merced de la vida teniéndole prisionero, II.

PETRONIO, favorito de Nerón. Con qué blandura abandonó la vida, II.

PIBRAC. Su elogio, II.

Piedad. Disipa la enemistad, I. En qué respecto parece viciosa a los estoicos, I.

Pichones. Hechos a llevar cartas, II.

Pies. Habituados al oficio de manos, I.

PISÓN, general romano. Exceso de injusticias a que fue impulsado por la cólera y el rigor de su temperamento, II.

PITACO. Cuál era el mayor mal que soportó en la vida, II.

PIRRO. Su huera ambición, I. Estuvo a punto de perder una batalla por disfrazarse en el combate, I.

PIRRÓN. Su retrato, I. Intentó vanamente armonizar su vida con su doctrina, II.

Pirronianos. Sus opiniones, I. Ventajas que les procuraban. Su lenguaje ordinario. Qué conducta observaban en la vida diaria. Difícilmente encuentran expresiones que sean capaces de representar sus ideas. Ataraxia o quietud de ánimo de los pirronianos.

PITÁGORAS. Lo que contestó a un príncipe que le preguntaba cuál era su ciencia. (Montaigne atribuye erróneamente esta respuesta a Heráclido Ponto), I. Apaga Pitágoras el calor de unos jóvenes con los senos de la música. Compraba animales vivos para devolverles la libertad. Idea que según este filósofo se formaba el hombre de Dios. El Dios de Pitágoras.

Placer. Ese fin y el fruto de la virtud humana, I. El espíritu y el cuerpo deben ayudarse mutuamente para aprovecharlo, II.

PLATÓN. Hermoso precepto que con frecuencia alega en sus escritos, I. Riñó a un muchacho que jugaba nueces. Elogio de sus leyes sobre la educación de la infancia. En qué orden disponía los bienes corporales. Cuántos servidores tenía. Quiere que se sepulte ignominiosamente a los suicidas. Diálogos de Platón; juicio de Montaigne sobre los mismos. Efecto que produjo en algunos de sus discípulos su discurso sobre la inmortalidad   —543→   del alma. No quería que se hablara a los hombres del infierno ni del Tártaro. Cuáles fueron sus ideas verdaderas. Cuántas sectas originaron sus doctrinas. Por qué eligió el filosofar por diálogos. Su opinión, algo vaga, sobre la naturaleza de Dios. Dichas que prometía al hombre en la otra vida. Cuento inventado sobre su nacimiento. Si Platón dijo que la naturaleza es una poesía enigmática. Cómo Timón le llamaba para injuriarle. Lo que decía de la naturaleza de nuestra alma. Ridícula definición del hombre, formulada por Platón. Por qué rechazo una túnica perfumada. Su circunspección en un acceso de cólera, II. Por qué se le llamó el Homero de los filósofos. Hermosas palabras de Platón para los maldicientes de su persona. Qué calidades exigía del hombre que pretende examinar el alma de otro hombre. Cómo apetece a quien se propone curar las enfermedades de los mortales.

Platos. Servidos por orden alfabético, I.

PLAUTO. Pésimo gusto de los que le igualan a Terencio, I.

Plaza sitiada. Si el que la gobierna debe o no salir a parlamentar, I.

Plazas sorprendidas mientras se parlamenta. Defensa por demás obstinada de una plaza; por qué se castiga. Gobernadores de plazas, castigados por cobardía.

PLINIO, el joven. Con qué miras aconsejaba la soledad, I. Escasa firmeza de su precepto. Con qué designio publicó las cartas que a sus amigos escribieron.

PLUTARCO. Elogio que de él hace Montaigne, I. Lo que Plutarco juzga de Bruto y de Torcuato, que condenaron a muerte a sus hijos. Comparación de Séneca y Plutarco. Cree Plutarco que después de muertos los hombres virtuosos se convierten en verdaderos dioses. Su equidad y su dulzura, II. Justificado por Montaigne de las censuras de Juan Bodin, en lo tocante a haber escrito cosas increíbles. Si Plutarco mostró equidad es cabal en la elección que de los romanos hizo para parangonarlos con los griegos. Es menos rígido que Séneca, y por consiguiente menos persuasivo.

Poesía. La exquisita está por cima de los preceptos, I. Poesías extravagantes. Poesía popular, comparable a la más perfecta. La poesía mediocre es insoportable.

Poeta. Sus arranques dependen mucho del acaso, I. Es entre todos los obreros el más enamorado de su labor. Poetas latinos y franceses de la época de Montaigne, II.

POITIERS. Fundación de Nuestra Señora la Mayor en esta ciudad; su origen, I.

POL (Pedro), doctor en teología. Cómo se paseaba por París en su mula, I.

POLEMÓN, el filósofo. Por qué su mujer hizo que compareciese ante la justicia, II.

Policía humana. Tan llena está de imperfecciones, que ha menester de vicio para sustentarse, II.

POLIO. Véase ASINIO POLIO.

Políticos. Cómo entretienen al pueblo mientras más le maltratan, II.

POLONESES. Se hieren para autorizar su palabra, I.

POMPEYA PAULINA, mujer de Séneca. Decidida A morir con su marido, hízose cortar las venas de los brazos, II. Nerón impidió la ejecución de aquel designio.

POMPEYO. Perdonó a toda una ciudad, considerando la generosidad de un ciudadano. Censurado por no haber sabido aprovechar la ventaja que sobre César alcanzara en una ocasión, y por haber ordenado a sus soldados que aguardaran al enemigo en lugar de lanzarse sobre él. Era excelente jinete. Declaraba sus adversarios a cuantos no le seguían en la guerra, II.

POMPEYO. Bailarín de la época de Montaigne, I.

PORTUGUESES. Arrojados por las avispas frente a una ciudad que tenían cercada, I.

POSIDONIO, filósofo estoico. Cómo triunfó del dolor, I.

Postas. Caballos de postas establecidos por Giro, y también por los romanos, II. Correos en el Perú.

POSTUMIO, dictador. Por qué hizo matar a su h jo, I.

POYET (Caballero), I.

PRAXÍTELES. Efecto que produjo su estatua de Venus en un joven, II.

Preceptor de un niño. De su elección depende el fruto de la educación, I. Cualidades que han de adornarle, y regla que debe seguir en la instrucción de su discípulo.

Predicadores. Comparados con los ahogados, I. Su propia pasión los persuade.

  —544→  

Predicciones, que se sacaban del vuelo de las aves; de qué calidad I.

Presunsión. Enfermedad natural del hombre, I. Exclusivo patrimonio del mismo. Lo que es la presunción, II. El temor de caer en ella no debe impedir el que no reconozcamos tales cual somos.

Príncipe. Ley que ordena examinar la conducta de los príncipes después de muertos, I. Ceremonia ordinaria en sus entrevistas. Situación desdichada de un príncipe desconfiado en demasía. Si el príncipe debe en sus propias tierras aguardar al enemigo o ir a combatirle en las suyas. Ejemplos favorables y adversos en uno y otro designio. Cuánto importa a los príncipes el huir las artimañas, II. Un príncipe debe morir a pie firme sin abandonar el manejo de sus negocios; y mandar sus ejércitos en persona. Cuánto debiera ser la actividad y sobriedad de los príncipes. Sus secretos son de importuna guarda para quien nada tiene que hacer con ellos. En qué casos debe excusarse a un príncipe el faltar a su palabra. Excelente carácter un príncipe, cuyo ánimo superaba los vaivenes de la fortuna.

Principios. Diversidad de opiniones en lo relativo a los principios naturales, I. Acogiendo los principios sin examen se expone el hombre a caer en toda suerte de extravíos.

Proceso. Ninguno hay tan claro que las opiniones sobre él dejen de ser encontradas, I.

Profetas de los salvajes de América. Su moral y cómo se los trata cuando sus profecías resultan inciertas, I.

Promesa. Único caso en que al hombre privado puede consentírsele faltar a su promesa, II.

Pronósticos de diversos géneros. Cuándo fueron anulados, I.

Protágoras. Carecía de parecer sobre lo que fueran la existencia, la no existencia y la naturaleza de Dios, I.

PROTÓGENES. Cómo concluyó casualmente una pintura que quería borrar, I.

Provecho. Varios ejemplos que muestran ser el beneficio de los unos perjuicio para los otros, I.

Pueblos, que nunca atacan a sus enemigos sin que antes éstos los hayan declarado la guerra, I. Cada pueblo vive satisfecho con la forma de gobierno a que está habituado. Pueblos en que los hijos se comen a sus padres, después de muertos; otros que los queman. Que al pueblo precisa un culto palpable, II. Necesidad de que ignore muchas cosas verídicas y de que crea muchas falsas. Pueblos en que el hijo se comía a su padre, y porqué razón. Si deben extrañar a los pueblos los extravagantes gastos de los príncipes. Cómo los políticos adormecen al pueblo al mismo tiempo que peor le tratan. Indiscreción con que los pueblos se dejan guiar por los jefes de bando.

Pulgares (dedos). Costumbre de estipular alianzas pinchándose y chupándose mutuamente los pulgares, II. Etimología de la palabra pulgar. Cómo se los llamaba en griego. Comprimir los pulgares, signo de aprobación, y levantarlos de desaprobación. Castigo aplicado por los romanos a los que se cortaban los dedos pulgares. Pulgares cortados al enemigo vencido.

Pulpo. Especie de pescado que cambia de color cuando lo apetece. I.




- Q -

QUELONIS. Hija y esposa de reyes de Esparta. Su ternura y su generosidad, II.

Querellas. Deliberación que debe precederlas, II. Cuán vergonzosas son casi todas las reconciliaciones que las siguen.

QUILÓN. Precepto de Quilón aplicado solamente a las amistades comunes, I.

QUINTILIANO. Por qué desaprobaba el que en las escuelas se azotase a los muchachos, I.

QUIRÓN. Por qué no creía en la inmortalidad, I.

QUITO. Camino magnífico de Quito al Cuzco, II.




- R -

RABELAIS. Colocado por Montaigne entre los autores puramente amenos. I.

RACIAS, llamado padre de los judíos. Su muerte generosa acompañada de una firmeza singular, I.

  —545→  

RAISCIAC, Señor alemán. Su muerte súbita, engendrada por la tristeza, I.

RANGO. Influjo grande que sobre nosotros ejerce, II.

RANGÓN (conde de Guido), I.

RAVENA (Victoria de), I.

Razón humana. Si es capaz de juzgar de lo que con ella inmediatamente se relaciona, I. El adormecimiento de nuestra razón, camino natural para penetrar en la mansión de los dioses. Espada peligrosa y de doble filo, II.

Recompensas, en la otra vida; en qué se fundamentan, I.

RÉGULO. Su parsimonia, I. Mostró mayor firmeza que Catón.

Religión. No posee ningún fundamento humano más seguro que el menosprecio de la vida, I. Los hombres no se sirven comúnmente de la religión sino para procurar satisfacción a sus pasiones más injustas. Cuál es la más verosímil de las opiniones humanas en punto a religión. Necesidad de una religión palpable para el pueblo. Celo religioso, muchas veces excesivo y por consiguiente injusto, II. Hizo que los cristianos destruyeran los libros de los paganos y que difamaran a Juliano, el Emperador.

Rémora. Pez pequeño, que según los latinos tenía la propiedad de detener los navíos, I.

RENATO, (el rey). Su retrato presentado a Francisco, II.

RENSE (el capitán), I.

Reposo y gloria. Cosas incompatibles, I.

Reputación. Se la otorga demasiado precio, II.

RESOLUCIÓN. En qué empleada, I. Resolución extraordinaria.

Retiro. Qué naturalezas son a él más inclinadas, I. Con qué designio lo aconsejaban Cicerón y Plinio. Firmeza escasa de este consejo.

Retórica. Arte engañador, más peligroso que el afeite de las mujeres, I. Cuál es su verdadero empleo.

Revelación. En ella se fundamenta nuestra firmeza en la inmortalidad del alma, I.

ROBERTO, rey de Francia, I.

ROBERTO I, rey de Escocia, I.

ROCHEFOUCAULD (Conde de la), I.

ROMA. Más valiente cuando inculta, I. Inclinación particular que a Montaigne inspiraba Roma, II. Consideraba como la metrópoli de todos los pueblos cristianos.

ROMANOS. Porqué quitaban sus armas y sus caballos a los pueblos que conquistaban, I. Combatían a capa y espada. Se bañaban todos los días antes de las comidas. Se perfumaban todo el cuerpo, pinceteándose el vello del mismo. Gustaban acostarse blandamente, y comían en el lecho. Cómo mostraban su respeto hacia los grandes. A qué uso destinaban las esponjas. Cómo refrescaban el vino. Tenían cocinas portátiles. Y peces en los aposentos bajos. Cuál era entre ellos el lugar honorífico en la mesa. Si se mentaban antes o después de las personas a quienes hablaban o escribían. Sus mujeres se bañaban con los hombres. Pagaban al barquero al entrar en el barco. De qué color eran los vestidos de luto de las damas romanas. Vestían los romanos igual traje los días de fiesta que los de duelo. Armas de un infante romano. Por qué razón vivían en perpetua guerra, II. De la grandeza romana. Por qué devolvían sus reinos a los reyes, después de habérselos arrebatado. Por qué los romanos no consideraban como triunfadores a algunos generales que alcanzaran grandes victorias.

ROMERO (Julián), gobernador de Ivoy, I.

RONSARD. Excelente poeta, según Montaigne, II.

RUISEÑORES. Instruyen en el canto a sus pequeñuelos, I.

RUTILIO (Publio), II.

RÚSTICO. Por qué le alabaron Plutarco y Montaigne, I.




- S -

Sabiduría. Cuáles son las pruebas de la sabiduría, I. Cuál es su fin. Cómo la definía Séneca. Su carácter según Montaigne, II.

Sabiduría e ignorancia. Llevan a fines idénticos, I.

SABUNDE. Apología de su Teología natural, I. Montaigne la traduce del español en francés. Objeción contra este libro, y respuesta a ella. Otra objeción contra la flojedad de sus argumentos, refutada por Montaigne.

Sacrificios humanos. Practicados por   —546→   casi todas las religiones, I. En qué consistían los del Nuevo Mundo. Firmeza de los sacrificados. Era ésta una costumbre feroz y loca.

Sagrada Escritura. Si es conveniente el ponerla en manos del bajo pueblo, I, y el traducirla en toda suerte de idiomas.

SALLUSSES o Saluzzo (Francisco, marqués de), I.

Salmos de David. Cómo y por qué deben ser cantados, I.

SALUNA. Maravillosa fortuna que cupo a sus habitantes, quienes reducidos al último extremo vencieron a los sitiadores, II.

SALSBERI (Guillermo, conde de), I.

Salvajes de América. Su firmeza cuando caen prisioneros, I. Canción guerrera de un prisionero salvaje. Canción amorosa de un salvaje de América. Lenguaje de los salvajes. Salvajes venidos a Francia: juicio que tomaron de nuestras costumbres. Respuesta que uno de ellos dirigió a Montaigne. Véase AMÉRICA.

SANCHO, duodécimo rey de Navarra, llamado el Trémulo, I.

Satisfacción. Despuésde la muerte para nada sirve, I.

SCOEYA, centurión del ejército de César. Recibió muchos proyectiles en su escudo sosteniendo un ataque, II.

SCANDERBERG. Cómo fue apaciguado por un soldado que le irritara, I. Fuerzas necesaria a un caudillo para confirmar su reputación militar, en opinión de Scanderberg, II.

SEBASTIÁN, rey de Portugal, II.

SECHEL. Ferocidad horrible con que fue tratado luego de haber sido vencido y aprisionado por el vaivoide de Transilvania, II.

Seda (trajes de). Época en que los franceses comenzaron a menospreciar su uso, I.

SEJANO. Por qué su hija fue violada por el verdugo antes de estrangularla, II.

SELEUCO, rey. Menospreciaba la realeza, I.

SELIM I. Lo que opinaba de las victorias alcanzadas en ausencia del soberano, II.

Semilla. Por qué medio se hace prolífica, I.

SÉNECA. Singular consejo que dio a uno de sus amigos, I. Comparado con Plutarco. Exclusivamente a sí mismo pretende deber su virtud. Cómo eleva a mayor altura que Dios al hombre cuerdo. Pensamientos de Séneca censurado, y merecedor de censura. Comparado con el cardenal de Lorena, II. Injusto retrato que Dión el historiador hizo de este filósofo. Séneca presto a morir por orden de Nerón: lo que dijo a sus amigos y a su mujer. Prueba singular de la afección que Séneca la profesaba. Grandes esfuerzos que hizo para prepararse a la muerte. Permaneció durante un año sin comer carne.

SENTIDOS. Si el testimonio de los sentidos puede poner fin a la incertidumbre filosófica, I. Los sentidos son el principio y el fin de nuestros conocimientos. Hay razones para dudar si el hombre esta provisto de todos los sentidos naturales. Los sentidos jamás era engañan, según Epicuro. La experiencia demuestra el error en las operaciones de los sentidos. Los sentidos avasallan a veces a la razón. Se ven trastornados por las pasiones del alma. Consideraciones sobre los sentidos de los animales. Extrema diferencia entre las operaciones de sus sentidos y las de los nuestros. Cuán incierto es el juicio de la operación de los sentidos. No puede juzgarse definitivamente, de una cosa por las apariencias que de ella los son todos nos muestran.

Sepulturas de los muertos. Superstición cruel y pueril de los atenienses en este punto, I. Cómo fue castigada.

SERTORIO. Cómo hizo que sus enemigos desalojaran un lugar inaccesible, I.

SERVIDUMBRE VOLUNTARIA. Título de una obra de La Boëtie, amigo de Montaigne, I.

SERVIO, el gramático Cómo se libertó del mal de gota, I.

SEVERO. Véase CASIO.

SEXTILIA o SEXTITIA, dama romana. Por qué se dio la muerte, I.

SFORCIA o SFORZA (Ludovico María), décimo duque de Milán. Su cautividad y su muerte, I.

SILA. Se muestra inexorable en Perusa, I.

SILENCIO. Procura óptimos servicios a los grandes, II.

SILVIO, médico célebre de la época de Montaigne. Aconsejaba emborracharse una vez al mes, I.

Sinceridad. Debe inspirarse tempranamente a los niños, I.

Sobrenombres ilustres. Injustamente aplicados a espíritus mediocres, I.

Sociedad. Los que se apartan de los deberes comunes de la sociedad   —547→   adoptan el partido más cómodo, II.

SÓCRATES. Lo que era su Demonio, I. Cómo se burla de un sofista que no había ganado nada en Esparta. Reflexiones sobre su respuesta a quien le preguntó cuál era su patria. Su parecer sobre lo que deben hacer los jóvenes, los hombres ya formados y los ancianos. Por qué se juzgó a Sócrates el único hombre sabio por excelencia. La alegría que acompaña a su muerte hace a ésta más sublime que la de Catón. Por qué se le llamó Sabio. Respuesta de Sócrates a los que le preguntaban lo que sabía. Atendía sólo a la ciencia del bien obrar. Por qué se comparaba con las parteras. Sus ideas confusas sobre la divinidad. Lo que pedía a los dioses. Noble firmeza que acompaña a su muerte. Era muy superior a Alejandro. Por qué sólo se opuso blandamente al designio que sus enemigos albergaban de hacerle morir. Lo que dijo al ver una gran cantidad de alhajas y muebles de mucho precio. Su consejo contra las acometidas del amor. Mostrose admirable por su conducta, al par que por la simplicidad de sus discursos. Su carácter, del cual sabemos por testigos fidelísimos y clarísimos. Discurso lleno de sencillez que pronuncia ante sus jueces. En qué consisten la nobleza y la excelencia de este discurso. Retrato compendiado de la nobleza y de la sencillez del alma de Sócrates.

Sol. Su adoración es el culto más excusable, I.

Soldado. Curado de una enfermedad que le hacía la vida odiosa, perdió todo su valor, I. Otro soldado que no es valiente sino para recuperar lo que había perdido.

Soldados. Cómo debe ser castigada su cobardía, I. Si deben ir realmente ataviados. Si debe consentírseles insultar al enemigo. La vida del soldado es grata y nobilísima, II.

SOLEDAD. La ambición nos procura el anhelarla, I. Fin que con ella se persigue. No nos liberta de nuestros vicios. En qué consiste la verdadera soledad. A quienes conviene mejor. Qué ocupación precisa escoger en la vida solitaria. Soledad buscada por devoción; lo que de ella debe juzgarse. Destino verdadero de la soledad. Véase RETIRO.

SÓFOCLES. Murió de alegría, I. Censurado por haber alabado a un muchacho muy lindo. Juicio en favor suyo; si éste era fundado.

SOFRONIA (Santa). Muerte de esta virgen.

SOLÓN. Reflexiones sobre la sentencia de este filósofo, la cual dice que ningún hombre puede juzgarse dichoso antes de su muerte. Lo que respondió a quienes le recomendaban que no vertiera inútiles lágrimas por la muerte de su hijo. Consentía que las mujeres se prostituyeran para ganar su vida, II.

Sordos de nacimiento. Por qué no hablan, II.

STROZZI, mariscal de Francia, II.

Súbditos. Si les es lícito rebelarse y armarse contra el príncipe en defensa de la religión que profesan, I.

SUBRIO FLAVIO. Su firmeza en el recibir la muerte, II.

SUEÑO. Atinadamente comparado con la muerte, I.

SUFFOLK (Duque de). Pereció víctima de la mala fe de Enrique VII, rey de Inglaterra, I.

Suicidio. Sepultura ignominiosa que las leyes de Platón destinaban a los suicidas, I. Cuáles son las razones más poderosas para dar este paso.

SULMONA (Príncipe de), I.

Sumisión. Dulcifica un corazón irritado, I.

Superior. Lo que principalmente debe esperar de sus supeditados, I.




- T -

TÁCITO. Su genio y su carácter, según Montaigne, II. Juzgó a Pompeyo con severidad sobrada. Si interpretó rectamente una frase que Tiberio escribió al Senado. Reprendido por excusarse de hablar de sí mismo en su obra. A Tácito y a todos los historiadores debe alabarse por referir en sus obras los acontecimientos, extraordinarios y los rumores populares.

TAGES. Autor del arte de adivinar entre los toscanos, I.

TALNA. Muere de gozo, I.

TAMERLÁN, I.

TASSO (Torcuato). Locura de este poeta, I.

  —548→  

TAUREA JUBELIO. Su generosa muerte, I.

TAVERNA (Francisco), Embajador de Francisco Sforcia, Duque de Milán, I.

TEBANOS. Amansados por la firmeza de Epaminondas, I. Crueldades que con ellos ejerció Alejandro.

TEMIXTITAN. Sacrificios sangrientos en holocausto de esta divinidad, I.

TEODORO. Lo que contestó a Lisímaco, que le amenazaba con la muerte, I. No quería que el filósofo se arriesgara por el bien de su país. Negaba abiertamente que hubiera dioses.

TEÓFILO, Emperador. Obligado a huir por uno de sus capitanes, después de la derrota de su ejército, I.

TEOFRASTO. Carecía de ideas determinadas sobre la naturaleza de Dios, I.

Teología y filosofía. Gobiernan todas las acciones de los hombres, I. La teología no tiene nada que discernir con las demás ciencias.

TEOPOMPO, Rey de Esparta. Obsequia a su pueblo con el elogio que le aplicaban, I.

TERENCIO. Si es autor de las comedias publicadas bajo su nombre, I. En qué respectos Montaigne le juzga admirable. Por qué debe ser puesto por cima de Plauto. Su elogio.

TEREZ, Rey de Tracia. Su pasión por la guerra, I.

TERNATE, isla principal de las Molucas, que la guerra nunca se inicia sin antes haberla declarado por manera particularísima, I.

Terror pánico. Qué se entiende por tal.

Testarudez. Debe reprimirse tempranamente en las criaturas, I. Testarudez de las mujeres, II. Es hermana de la virilidad, por lo menos en vigor y firmeza. La testarudez y el afirmar son evidentes signos de torpeza.

THALES. Su acción, contestando a los que le echaban en cara el menospreciar las riquezas porque ignoraba el arte de adquirirlas, I. Por qué no quería casarse. Palabras suyas sobre este punto. Su opinión sobre la naturaleza de Dios. Reprensión que le dirigió una milesiana, que puede aplicarse a cuantos se meten en filosofías. Su opinión sobre la naturaleza de nuestra alma, y sobre la dificultad de conocernos.

THOELESTRIS, Reina de las Amazonas. Por qué salió el encuentro de Alejandro, II.

THEANO, mujer de Pitágoras, (Montaigne se equivocó al escribir: la nuera de Pitágoras). Lo que decía de una mujer que se entregó a su marido, I.

TIBERIO. Niega su aprobación a un acto de perfidia, que hubiera redundado en su provecho, II.

TIGELINO. Blandura de su muerte, I.

Tigre. Ejemplo generoso de este animal. Tigres uncidos a un vehículo, II.

TIMOLEÓN. Cómo se libró de un atentado, I. Porque lloró a su hermano, a quien acababa de matar. Condiciones que para su justificación le impuso el Senado de Corinto, II.

TIMÓN, llamado el Misántropo. Era menos mordaz que Diógenes, I.

Tirano. Cómo le detiene Platón, I. Tiranos ingeniosos para dilatar el lamento de sus víctimas, II.

TOMÁS (Simón), médico, I.

Tormentos. Sus inconvenientes, I. En algunas naciones están abolidos, y por qué razón.

TRACIA. Sus habitantes lanzaban flechas al cielo cuando tronaba, I. En qué se distinguían de su pueblo los reyes de Tracia.

Traidores. Maldecidos por los mismos que las recompensan, II.

Traición provechosa. Preferida a la honradez arriesgada, II. Cuán funesta es la traición a quien se encarga de ejecutarla. En qué caso la traición es excusable. Traiciones castigadas por los mismos que las ordenaron.

TRASONIDAS, joven griego. Por qué se opuso a disfrutar los encantos de su amada, II.

TREBIZONDA (Jorge de). Dialéctico, I.

TRÍPOLI (Raimundo, conde de), II.

Tristeza. Pasión menospreciable, I. Sus efectos. Cuando es extrema no puede expresarse. Memorable ejemplo de una muerte súbita, engendrada por la tristeza. Otros efectos de esta pasión.

TRIVULCIO (Alejandro). Su muerte, I.

TRIVULCIO. Notables palabras que profiere relativas a Bartolomé de Albiano.

Tuerto. Ejemplo de un hombre que lo fue en realidad por querer aparentarlo.

TULIO MARCELINO, joven romano. Firmeza con que se resolvió a morir, II.

Turcos. Cómo se alimentaban en sus   —549→   campañas, I. Hacen limosnas, cuyo destino es edificar hospitales para las bestias. Fundamento más común de su valor, II. Turcos fanáticos: hónranse humillando su propia naturaleza.

TURIOS. Lo que ordenaba el legislador de este pueblo contra los que proponían la abolición de una ley existente, o la introducción de una nueva, I.

TURNEBO (Adriano). Su carácter, I. Su elogio. Fue uno de los mejores poetas latinos de su tiempo, según Montaigne, II.




- U -

URCULANIA, abuela de Pantio Silano, II.

Urraca. Cómo acertó a imitar el sonido de la trompeta, I.




- V -

Valacos. Correos del Gran Señor; por qué caminan con tan extrema diligencia, II.

Valentía. Tiene sus límites como las demás virtudes, I. Es la primera de todas entre los franceses. Lo que debió acreditarla entre los hombres. Era una virtud general en Francia, en tiempo de Montaigne, II.

VALENTINOIS. Véase BORGIA,

VARRÓN. El más sabio u sutil autor latino, según Montaigne, I. Cómo excusaba los absurdos de la religión romana. Cualidades que exigía en los invitados para que un festín fuera agradable.

VAUX (Enrique de), Caballero de la Champaña, I.

Vehículos. Servicios que prestaban en las guerras, II. Empleados como un lujo.

Vejez. Morir de vejez es cosa singular y extraordinaria, I. Qué estudio conviene a la vejez, II. Si la vejez debe privarnos de viajar.

VELLY (Señor de), Embajador de Francia en Roma, I.

Vencidos muertos. Llorados por sus vencedores, I.

VENECIA. Juicio sobre esta ciudad, I.

Veneno. Guardado y preparado a expensas públicas para quien lo hubiera menester, I.

Venganza. La que nos impulsa a matar a nuestro adversario, resulta inútil para la propia causa, II. Medio de disipar el deseo vehemente de venganza.

VERCINGETORIX, Rey de los alberneses, II.

Verdad. Fuentes de su conocimiento, I. Si el encontrarla reside en el poder del hombre. La investigación de la verdad es tarea grata.

VESVINS (Señor de). Condenado a muerte, I.

Vestidos. De la costumbre de usarlos, I.

Viajes. Cuán provechosos son a los jóvenes, I. A qué edad debieran éstos empezar sus viajes. Si la vejez debe imposibilitarnos de viajar, II.

VIBIO VIRIO, Senador de Capua. Cómo se mató, en unión de veintisiete senadores, I.

Vida. El menosprecio que de la vida se hace es el fundamento más seguro de nuestra religión, I. No tiene más que una entrada, pero encuentra a mano cien mil salidas. Infundado menosprecio de la vida. La vida del hombre comparada con razón a un sueño. Una vida exquisita es aquella que está individualmente bien ordenada, II. Deseos frívolos que alimentan el amor de la vida. Cuál es el fin verdadero de la vida.

VILLEGAIGNON (Nic. Durand de), caballero maltés, I.

Vino. Helado y distribuido en pedazos, I. La delicadeza en el gustarlo debe evitarse, y por qué motivos. A qué edad consentía Platón que los niños lo bebieran. Restricciones exigidas en el uso del vino. El vino puro perjudica a los ancianos.

Virgen. Las leyes romanas no consentían condenarlas a muerte, II.

VIRGILIO. Estimación en que Montaigne tenía sus Geórgicas y el quinto libro de la Eneida, I: Si puede comparársele con Lucrecio o Ariosto. Lo que debe a Homero, II.

Virtud. Cómo el deleite es su fin y su fruto, I. El menosprecio de la muerte es uno de sus principales beneficios. Es el fin de la sabiduría. Su retrato verdadero. Cómo debe ser representada a los jóvenes. Es fácil de alcanzar, y el manantial de los placeres verdaderos. Cuál es su   —550→   legítimo empleo. Si es lícito buscarla con demasiado ardor. Las causas viciosas destruyen su esencia. Consigo misma se contenta. Por sí misma apetece ser únicamente buscada. La virtud excede a lo que llaman bondad natural. Deben acompañarla los obstáculos. Cómo llega a ser fácil a las albas nobles, cual las de Sócrates y Catón. La virtud tiene diversos grados. Es deseable independientemente de la gloria que puede acompañarla, II. Sería cosa frívola si alcanzara su recomendación de la nombradía. Resplandece con independencia del aplauso de los hombres. Una virtud sincera e ingenua para nada sirve en el manejo de un estado corrompido.

Visiones y encantamientos. Gozan sólo del crédito que los atribuye el poder de nuestra fantasía, I.

Vista. Cómo avasalla el espíritu, I.

Viuda. Que se sostiene embarazada sin saber cómo ni cuándo, I. Debe dejarse a la viuda con qué mantener su rango.

Viudedad. Una viudedad crecida acarrea la ruina de las familias, I.

VIVES, citado por Montaigne, I.

VOLUMNIO (Lucio), I.

Voluptuosidad. Sujeta a mayores obstáculos y contrariedades que la virtud. Apetece ser irritada con el dolor. Una voluptuosidad constante y universal, sería insoportable para el hombre. La voluptuosidad corporal tiene un valor, aun cuando éste sea inferior al de la virtud.

Voz. Zenón la llama flor de la belleza, I. Cómo debemos medir la voz al conversar con los hombres.




- W -

WICLEF (Juan), El Herético, I.

WITOLDE, príncipe de Lituania. Por qué ordenó que los criminales condenados a muerte se remataran con sus propias manos, II.




- X -

XANTIANOS. No pudieron ser apartados del voluntario camino de la muerte, I.

XENÓCRATES. Sienta que hay ocho dioses, I. Cómo mantuvo su continencia, II.

XENÓFANES. Es el único filósofo deísta que desaprobara toda suerte de adivinaciones I. Su opinión sobre la naturaleza de Dios. Forma que los animales dan a Dios, según este filósofo.

XENOFONTE. Por que escribió su propia historia. Su opinión indeterminada sobre la naturaleza de Dios.




- Y -

YVOY. Sorpresa de esta ciudad por culpa de Julián Romero, I.




- Z -

ZAMOLXIS, divinidad de los getas, I.

ZENOBIA. Raro ejemplo de su continencia conyugal, I.

ZENÓN de Elea. Opinión que se le atribuye, I. Cómo definía la voz.

ZENÓN de Citium. Tenía dos clases de discípulos de índole muy diferente, I. No reconocía más dios que la ley natural. Cómo definía la naturaleza. Debilidad de sus argumentos. Su castidad, II.

ZEUXIDAMO. Respuesta de este rey de Esparta, I.

ZISCA. Ordena en vida que hagan un tambor con su piel, así que muera, I.

ZOROASTO. En que época vivió.

ZORRO. Evidencia de su raciocinio, I.




 
 
FIN DEL ÍNDICE ALFABÉTICO