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En vísperas de su ejecución Rizal escribió una retractación en que abjuró la masonería y volvió a la iglesia. Una hora antes de caminar al lugar de fusilamiento se casó con su amante inglesa Josephine Bracken. Desde comienzos del siglo XX ha habido polémica en Filipinas entre los masones, quienes niegan que hubo tal retractación, y los partidarios de la iglesia. En los años treinta miembros de la Facultad de Derecho del Colegio de San Beda sometieron el documento (encontrado en el archidiócesis de Manila después de traspapelarse durante décadas) al análisis de peritos caligráficos, quienes lo declararon auténtico. N. de T.

 

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William Ellery Channing (1780-1842), teólogo norteamericano, fundador del unitarianismo (Gran Enciclopedia Larousse, 1987).

 

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Adolf von Harnack (1851-1930), teólogo luterano alemán. Primero fue profesor (1876), luego miembro de la Academia de Ciencias de Berlín (1890), principal representante de la escuela crítica racionalista. «Para él lo esencial de la fe reside en la piedad hacia dios, a semejanza de la actitud de Cristo. Considera que el cristiano es libre para criticar al dogma, que, según él, es la traducción intelectual del evangelio, vinculada a una etapa de desarrollo histórico del pensamiento, e influida por el platonismo y el aristotelismo» (Ibidem.).

 

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Ucase, orden gubernativa injusta y despótica (Dicc. de Palabras olvidadas de uso poco frecuente, E. Muñoz, Madrid: Ed. Paraninfo s.a., 1992).

 

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El barangay equivale a un barrio y la cabeza de barangay tendría su contraparte moderna en el presidente de la junta de vecinos. En tiempos remotos, el barangay era una embarcación de remos y dice la tradición que las islas fueron habitadas por oleadas de inmigrantes provenientes de Borneo, Indonesia, etc., quienes viajaron en dichas embarcaciones. Les dieron a sus asentamientos el mismo nombre y en tiempo de los españoles un barangay lo conformaban «cuarenta y cinco a cincuenta familias indígenas o mestizas en que se dividen los pueblos en Filipinas» (Pequeño Larousse ilustrado, 1987). Los antiguos jefes o datus fueron nombrados cabezas de barangay por los españoles.

Dice la nota de Retana: «El gobernador de Pangasinán D. Carlos Peñaranda dirigió a los Gobernadorcillos de dicha provincia la siguiente circular:

'Teniendo noticia este Gobierno civil que la mayor parte de los Cabezas de barangay de ese pueblo no oyen misa en los días de precepto, por la presente prevengo a usted que si en lo sucesivo dejan de cumplir deber tan sagrado, asistiendo a misa en comunidad, presentándose luego al R.C. Párroco y reuniéndose en el Tribunal para enterarse de cuantas órdenes se relacionan con el cargo que desempeñan y demás que les concierne, será usted incurso en la multa de cinco pesos por cada falta en que incurriere y la de un peso por cada Cabeza de barangay y por cada vez que deje de asistir a misa sin fundado motivo. Acúsese recibo, y archívese. -Lingayén, 12 de junio de 1891. -Peñaranda.'

«Este documento da perfecta idea de lo que allí se transformaban los hombres. Peñaranda, que tiene un puesto en la historia de la Literatura Española, habíase distinguido en Puerto Rico por excesivamente simpatizador con los isleños; no ocultaba que había sido masón del grado 33 ni sus ideales democráticos. Y este hombre en Filipinas anula por completo todos sus antecedentes para dictar la circular transcrita. Pero aun hizo más: dio otra que causó la estupefacción de todos los españoles... de España: no faltó periódico madrileño que le llamase Peñaranda I, por la circular que reproducimos a continuación (la cual reprodujeron casi todos los periódicos peninsulares):

'Gobierno civil de Pangasinán. -Gobernadorcillo de...

'Viene observando este Gobierno, con la mayor extrañeza, que los indígenas, no sólo no saludan a los españoles peninsulares que encuentran a su paso en la vía pública, sino que tampoco tributan ese homenaje de consideración y respeto a las personas constituidas en autoridad, o que por sus funciones pertenecen a la Administración pública.

'Considerando que esta falta de respeto envuelve también una censurable ingratitud por parte del indio hacia los descendientes de los hombres ilustres, a quien deben su educación moral y religiosa y los beneficios de su actual civilización, y teniendo en cuenta las facultades que me concede el artículo 610 del título 5.° del Código penal vigente en estas islas, he acordado lo siguiente:

'1.° Todo indio, sea cualquiera su clase y posición social, al encontrarse en la vía pública con funcionarios investidos de una autoridad, sea gubernativa, judicial, eclesiástica o administrativa, se descubrirá en prueba de respeto.

'2.° De igual manera, y como prueba de consideración, se descubrirá al paso de todos los españoles peninsulares.

'3.° Los infractores de esta disposición serán castigados con la multa de cinco pesos, o en caso de insolvencia, con la prisión subsidiaria equivalente y destino a los trabajos públicos.

'4.° Publicará usted por bandillo, durante tres noches consecutivas, en dialecto del país, las prescripciones contenidas en la presente orden para general conocimiento.

'Acusará usted recibo de la presente orden, que archivará según está indicado. -Lingayén, 29 de mayo de 1891. -Carlos Peñaranda.'

«La Solidaridad, escrita por indios (que en Madrid no eran indios, sino españoles nacidos en Filipinas), puso este comentario:

'Vamos a ver: se manda en el bando que el indio se descubra al paso de todos los españoles peninsulares como prueba de consideración: ¿por qué no se ha de descubrir el peninsular al paso del indio, siendo éste tan español como aquél, y además le asiste al indio el legítimo derecho de estar en su casa, siendo el peninsular un peregrino que, a lo mejor, lejos de proporcionarle bienestar, lo explota?'

«Esta era, después de todo, la buena doctrina, que, naturalmente, los filipinos en su país residentes veían con sumo gusto al enojo del Gobernador, que había obrado (huelga decirlo) sugestionado por los frailes, sin caer en la cuenta de que podían en España decir los indios lo que López Jaena dijo en La Solidaridad del 15 de octubre del mismo año:

'Ya los indios no son mansos corderos que se llevan al matadero; tienen noción de su dignidad y de su derecho; son hombres como los frailes, como el Gobernador que dictó el bando; y como hombres, han sabido que no consiste en los saludos ni en besamanos el cumplimiento de la ley, sino en llenar debidamente sus deberes de buen ciudadano español.' (Síntesis de la doctrina sustentada por Rizal.)

«Pero todavía hubo otro Gobernador que fue más allá que Peñaranda. En La Solidaridad del 15 de marzo de 1894 se lee que al hacerse cargo del mando civil de una de las provincias meridionales de Luzón un señor teniente coronel de artillería (no cita el nombre), dirigió a los Gobernadorcillos una circular que decía a la letra:

'Al encargarme del mando de esta provincia, prevengo a ustedes que la norma de mi conducta será ceñirme en absoluto a lo dispuesto en las leyes y reglamentos vigentes, siendo inexorable para el que falte a ellos, así como seguro apoyo y garantía para hacer justicia.

'Guardarán ustedes las mayores atenciones y respetos con los reverendos curas párrocos, UNICOS a quienes podrán ustedes enseñar y consultar en las órdenes que reciban de este Gobierno, sin que nadie más deba enterarse de ellas.'

«¿Quién mandaba en el país, el Ministro o los frailes? ¿Quién era el amo? Pues bien: a los indios que aquí sostenían la buena doctrina, les llamábamos filibusteros; y a las autoridades que allá cometían tales imprudencias, se les llamaba insignes patriotas

 

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Hay que advertir que los jesuitas, aunque no superan en cultura ni ilustración a los miembros de las demás órdenes religiosas, sino que más bien son más petulantes que ellos y más ignorantes, les superan mucho en educación y buenas formas. Se reclutan, por lo común, en otras capas sociales.

 

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Alfredo Loisy (1857-1940) «Exegeta francés que profesaba la independencia absoluta de la crítica bíblica y de la historia eclesiástica respecto a la revelación y los dogmas, concibiendo un Cristo histórico distinto al Cristo de la fe. En 1902, con el pretexto de refutar La esencia del Cristianismo, de A. Harnack, publicó El evangelio y la iglesia, que fue condenado por el Arzobispo de París (1903). Fue excomunicado en 1908, rompió con la Iglesia y fue luego profesor de historia de las religiones en el Colegio de Francia (1909-1933). Entre sus publicaciones destacadas son: Los misterios paganos y el misterio cristiano (1919) y La moral humana (1923)» (Gran Enciclopedia Larousse, 1987).

 

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Félix Sardá y Salvany (1844-1916) Eclesiástico español. «...Gozó de gran fama como polemista integrista. Dirigió durante 43 años Revista popular, semanario católico, y publicó numerosos folletos, reunidos posteriormente en Propaganda católica (7 vols., 1803-1890). Sin embargo, fue El Liberalismo es un pecado (1884), máximo exponente de su integrismo, la obra que provocó mayores controversias» (Ibidem.) Integrismo: «Tendencia políticorreligiosa de algunos católicos que pretenden profesar un catolicismo íntegro asociándolo a una ideología conservadora. Desde fines del s. XIX y principios del XX, y particularmente durante toda la crisis modernista, los católicos que querían alardear de adhesión sin reservas al Catolicismo acostumbraban darse el nombre de católicos íntegros. Integrismo ha venido a significar una especie de totalitarismo religioso que pretende sacar únicamente de la fe la respuesta a todas las cuestiones de la vida privada y pública, y que, en consecuencia, niega la autonomía legítima de los diferentes ámbitos de la vida, sometiéndolos a la potestad directa de la iglesia. El integrismo, con todo, es más un temperamento que una corriente. Sus rasgos fundamentales son: intransigente fidelidad a las enseñanzas pontificias; lucha abierta contra el naturalismo, el laicismo, la revolución y el comunismo; cierto puritanismo moral» (Ibidem.).

 

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Rizal a los 14 años había tallado de madera noble la imagen del Sagrado corazón como regalo a uno de sus profesores que volvía a España, pero se le había quedado. El día antes de su muerte uno de los jesuitas que acompañaron a Rizal en capilla le trajo la imagen, quedando Rizal profundamente conmovido. N. de T.

 

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Dijo Rizal mientras caminaba al lado de la ciudad amurallada Intramuros, al ver la torre de la iglesia de Ateneo de Manila, donde fue alumno desde los 11 hasta los 18 años. N. de T.