290. La magníficas sillería del coro, que ocupaba el centro del templo, se construyó por los maestros carpinteros Francisco Janer y Lorenzo Rexach, según consta por el contrato que firmaron al efecto con Luis de Gualbes, Jaime Colom y Jaime Amargós, mercaderes, obreros de la parroquia en 9 de junio de 1424. Véase PUIGGARI, Garlanda de joyells, estudis e impressions de Barcelona monumental, pág. 96.

291. Condes vindicados, tomo 2.�, pág. 260.

292. BRUNIQUER, tomo 2.�, cap. XXXXII. Archivo municipal.

293. Una mala costumbre se observa en esta Iglesia: en las festividades solemnes se tapizan o tapan las capillas con colgaduras de damasco listadas de amarillo y rojo, que corren toda la longitud de las naves colaterales; de modo que nadie diría que hay en ellas capillas altas y airosas, si por encima de los muy inoportunos damascos no asomasen su extremidad las pobres ojivas. Cuando el arquitecto formó el plan general, �acaso las construyó para que las tapasen después? Un grandioso templo gótico no necesita adornos ni colgaduras: toda su belleza consiste en su forma, y Santa María no tiene que echar menos la de ninguna iglesia de España. Pero no se limitó a esto el mal gusto del que introdujo esa pésima costumbre; sino que también quiso disfrazar a los pilares, y les cortó unas colgaduras, a manera de túnicas, que ni les llegan a la base ni al capitel. Hora es ya de que se reformen los abusos que el mal gusto de estas últimas épocas introdujo en casi todas las producciones del arte, y los señores directores o administradores de este templo darían una prueba de la pureza del suyo, reparando en lo posible el yerro de sus antecesores^a.

Las fábricas góticas de la forma de la que describimos, casi no necesitan altar mayor: el grupo de los pilares que sostienen la bóveda del ábside forman por sí solos una especie de dosel, y una simple ara bastaría a veces para celebrar los divinos oficios. Sin hacer caso de estas consideraciones, a 31 de diciembre de 1630 se puso la primera piedra en el Altar mayor actual, costeado por los feligreses, y a 2 de febrero de 1637 se celebró la fiesta de su dedicación o consagración. No hay sufrimiento que baste para trazar una embrollada descripción de tal embrollo de mármol; sólo diremos que se asegura costó cien mil ducados, los cuales, como dice el sabio Ponz¹, se podían haber dado de buena gana para que no quedase este mal ejemplo del arte en Barcelona^b. En las naves laterales se armonizan con el un recargado órgano y una pesadísima tribuna.

^a Han desaparecido semejantes abusos, habiéndose entrado ya, si bien que paulatinamente, en vías de una entendida restauración, que ha empezado por sustituir algunos altares barrocos por otros más conformes con el estilo del templo, abriéndose los ventanales tapiados donde se van colocando vidrieras de colores.

¹ Viaje de España, tomo XIV, páginas 16, 17 y 18.

^b El altar actual no es el que se concluyó en 1637, sino otro empezado en 1771, y terminado en1782.

294. Trasladado el mercado al nuevo y elegante edificio construido en el extremo oriental de la plaza, ha quedado ésta despejada y convertida en un paseo.

295. Ceremonial de cosas antiguas memorables: fol. 39, 40, 41, Archivo municipal.

296. Archivo municipal, Dietario de 1455.

297. En un Dietario de 1677, archivo municipal, se ve que en la plaza de palacio hubo corrida de toros a 13 y 14 de enero; y a 1.� de marzo se hizo otra, repitiéndose con frecuencia en lo sucesivo.

298. Pertenecía este templo a la Orden de Predicadores de Santo Domingo quienes desde 1210, en que llegaron a Barcelona, habían habitado unas pequeñas casas junto al Call.

299. Por encargo de la Junta de Comercio sacó diseños y planos de este monumento el profesor de la clase de Arquitectura, D. José Casademunt.