790. Véase el tomo de Castilla la Nueva, y la semejanza es más significativa recordando que eran segovianos los artífices de la antigua iglesia de dicha cartuja.
791. Véase atrás, pág. 611, nota 2.ª(**64) El fabriquero Rodríguez en su memoria explica estas añadiduras, diciendo que al ir a sentarse la claustra le pareció a Campero que estaba baja, y se le dieron 400 ducados para que la alzase una vara de medir en pie derecho que la dio harta gracia, y además hizo muchas cosas de piedra berroqueña y otras de sillería que según el concierto habían de ser de mampostería, que fue todo de mucha costa.
792. En la pág. 616(**65) queda copiada la de Rodrigo Gil, y en la 618 las de sus sucesores Campo Agüero y Viadero.
793. Está junto al ángulo del oeste en lo alto de la pared, y el letrero dice así: «Aquí está sepultada la devota María Saltos con quien Dios obró este milagro en la Fuencisla; fizo su vida en la otra iglesia; acabó sus días corno católica cristiana año MCCXXXVII. Se trasladó en este año MDLVIII.» Al lado hay una mala pintura representando el suceso que se referirá más adelante al hablar del santuario de la Fuencisla.
794. Puede verse en la pág. 559(**66) todo lo relativo a dicho infante, a su muerte y a su entierro así moderno como antiguo, del cual creemos que forma parte el bulto de la cubierta.
795. Labróla en 1656 el platero Rafael González, y consta de dos cuerpos sostenidos por columnas pareadas.
796. Hoy dicha pintura, atribuida a Alonso Coello, está a un lado de la capilla de la célebre Virgen de la Piedad. Encima del nicho donde se hallaba en el claustro todavía se lee Cabrera indicando probablemente patronato de familia o derecho de sepultura.
797. Consta en el libro de fábrica de 1558 que se dieron a Jerónimo de Emberes 18,442 maravedís «por las claves de imaginería que hizo para la librería, y por cuatro evangelistas para la escalera, y otras cosas que hizo para la obra. Mas a Bartolomé del Campo vidriero 9150 mrs. de ciertos adobos para la vidriera del Nacimiento y Columna y otras que pasó de la iglesia vieja a la librería.» Actualmente se conservan en ella pocos libros, entre los cuales son de mencionar una Biblia y una Farsalia manuscrita del siglo XIV: hoy propiamente es archivo, y cubren sus paredes numerosos planos de las obras de la catedral. Allí se guarda el capitel arábigo de que hablamos al fin del primer capítulo.
798. Nos parecen apócrifos los documentos en que se apoya esta ocultación, como ya dijimos.
799. No expresa Colmenares qué datos tuvo presentes así para determinar la fecha de óbito como para referir la maravillosa leyenda. Véase el epitafio del María del Salto en el claustro de la catedral.