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1

César Alonso de los Ríos, Conversaciones con Miguel Delibes, Barcelona, Destino, 1993, págs. 133-134.

 

2

Casi cincuenta años después Miguel Delibes llevaría a la novela estas experiencias de juventud y guerra en su Madera de héroe, una obra de fuerte contenido autobiográfico que algún crítico ha interpretado como «una explicación de la propia intervención de Delibes en la contienda. O acaso todavía más: una liberación». Véase Santos Sanz Villanueva: «Hora actual de Miguel Delibes», en Miguel Delibes. El escritor, la obra y el lector, Barcelona, Anthropos, 1992, pág. 110. Especialmente significativo resulta el hecho de que Delibes asigne al protagonista de esta obra el número 377A, el mismo que el novelista tuvo asignado como marino voluntario.

 

3

Además del Nadal y el de la Crítica, Delibes ha recibido el premio Nacional de Literatura Miguel de Cervantes por Diario de un cazador (1955), el Fastenrath de la Real Academia por Siestas con viento Sur (1957) y el premio Ciudad de Barcelona por Madera de héroe (1987). A partir de los años ochenta los premios institucionales se han sucedido: premio Príncipe de Asturias en 1982; premio de las Letras, concedido por la Junta de Castilla y León, en 1984: premio Nacional de 1as Letras Españolas, concedido por el Ministerio de Cultura en 1991; y, finalmente, el esperado premio Miguel de Cervantes que le llegó en 1994.

 

4

La trayectoria biográfica y la personalidad de Delibes han sido estudiadas, entre otros, por Francisco Umbral (Miguel Delibes, Madrid, Epesa, 1970). Ramón García Domínguez (Miguel Delibes: un hombre, un paisaje, una pasión, Barcelona, Destino, 1985) o Emilio Salcedo (Miguel Delibes, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1986). Una útil semblanza del escritor, realizada por Antonio Corral Castanedo y acompañada de abundante material gráfico, se encuentra en el Retrato de Miguel Delibes, Círculo de Lectores, 1986. De obligada lectura e inestimable por la riqueza de informaciones que aporta es el libro de César Alonso de los Ríos Conversaciones con Miguel Delibes, publicado en 1971. Ampliado con unas nuevas conversaciones mantenidas en el invierno de 1992 ha sido felizmente reeditado por Ediciones Destino en 1993. No debe olvidarse, por otra parte, que el propio Delibes siempre se ha mostrado pródigo en expresar sus vivencias de todo tipo.

 

5

Desde que en 1956 publicó Un novelista descubre América (Chile en el ojo ajeno), Delibes no ha dejado de poner por escrito sus impresiones de buen viajero. Véanse Por esos mundos. Sudamérica con escala en Canarias (1961), Europa, parada y fonda (1963), USA y yo (1966), La primavera de Praga (1968) o Dos viajes en automóvil. Suecia y Países Bajos (1982).

 

6

Cf. por ejemplo, La caza de la perdiz roja (1962), El libro de la caza menor (1964), Alegrías de la caza (1968), Con la escopeta al hombro (1970), La caza en España (1972), Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo (1977), Las perdices del domingo (1981), El último coto (1992) o también Mis amigas las truchas (1977). Ni que decir tiene que los conocimientos cinegéticos del novelista se vuelcan en su personaje Lorenzo, protagonista de Diario de un cazador (1955).

 

7

Cf. Ramón García Domínguez, op. cit., pág. 71.

 

8

Cf. César Alonso de los Ríos, op. cit., pág. 111.

 

9

Francisco Umbral, op. cit., pág. 55.

 

10

Miguel Delibes, Un año de mí vida, Barcelona, Destino, 1972, pág. 213. La importancia que Delibes concede al personaje es para Alfonso Rey elemento fundamental de la originalidad novelística de este autor. Según Rey, el mayor acierto de Delibes estriba en haber sabido novelizar el punto de vista de los personajes en obras como Las ratas, El camino, los dos Diarios o Cinco horas con Mario. Véase La originalidad novelística de Delibes, Universidad de Santiago de Compostela, 1975.