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21

Se alude al Sermón de las Alegrías de Fray Antonio de Guevara.-Al monasterio de San Lorenzo.-A la excelente oda de Fernando de Herrera.-Al renombrado Cristo del Pardo, con que Gregorio Hernández rayó tan alto en escultura.-Al primoroso cuadro de Velázquez, denominado de las lanzas.

 

22

F. NAVARRETE, Conservación de monarquías, disc. XLVI.

 

23

Baste por ahora citar el Semanario de Fray Diego de Madrid, en dos partes y seis tomos, publicados de 1739 a 1743, siendo ya el autor muy anciano, y de consiguiente legítimo representante de los predicadores a quienes se hace referencia. El César o nada y por nada coronado César, San Félix de Cantalicio.-Nada con voz y voz en ecos de nada son los títulos de las dos partes. A su retumbancia corresponde el texto de la obra: sin embargo, en el prólogo del tomo II ufanábase el buen religioso de hallarse cargado de elogios de hombres de clase y discretos. «Estos (dice) son los que en materia de discursos y trabajos de entendimiento tienen voto, no el vulgo, que no alcanza tanto... El estilo parece que te ha gustado, porque no soy molesto en los discursos, ni oscuro en los conceptos; escribo para todos, pero no escribo para rudos.»

 

24

El Ente dilucidado se titula su libro, donde no solo se trata de duendes, sino de otros falsos portentos; como cuando, hablando de los mínimos, dice que hombres como abejas no repugna; y aludiendo a los máximos, asegura que Moisés tenía diez codos de estatura y una lanza igualmente larga, con todo lo cual dio un salto de otros diez codos, y sólo pudo herir a un gigante en el tobillo. Después cuenta un caso de cierto cazador para confirmar que las canillas del susodicho gigante se medían por leguas.

 

25

Sobra para el cotejo lo que relativamente al ermitaño Juan Guarín escribieron Yepes y Argaiz con sesenta y cuatro años de diferencia; y lo indican estas breves palabras. Yepes dijo en la Crónica general de la Orden de San Benito, t. IV, 1613: «No me atrevo a asegurar ni a afirmar que todas las circunstancias contenidas en esta historia son tan ciertas y averiguadas como las que atrás dejo referidas.»-Argaiz dijo en La Perla de Cataluña, cap. VIII, 1677: «No hallo circunstancia que echar a mal en la vida de este santo ermitaño.»

 

26

Una colección de novelitas anónimas y bajo el título de Varios prodigios de amor publicó en el año 1655 el librero Isidro de Robles: las cinco primeras están sin una de las vocales. Los dos soles de Toledo, sin a.-La Carroza con las damas, sin e.-La Perla de Portugal, sin i.-La Peregrina ermitaña, sin o.-La Serrana Cintia sin u.

 

27

Como a principios del siglo XVII tuvo definitivo asiento en Madrid la corte, se puede estudiar la decadencia de la arquitectura sin salir de sus puertas.-No hay buen gusto en ninguna construcción posterior al monasterio de las monjas de San Plácido, terminado en 1624 con arreglo a los planos y bajo la dirección de Fray Lorenzo de San Nicolás, único arquitecto de entonces que recordara a Herrera.-Pintor, escultor, arquitecto, maestro y trazador de obras reales fue D. Sebastián Herrera Barnuevo, que introdujo y propagó en España el mal gusto. Lo difundió Jiménez Donoso en tiempo de Carlos II: suya es la casa de la Panadería, de humilde y malísimo aspecto: suya la portada de la parroquia de San Luis, cuyas columnas están labradas a facetas cual si fuesen diamantes de Golconda.- A Churriguera se ve todo entero en la fachada del Hospicio.

 

28

Cuadro de la Santa Forma en la sacristía del Escorial. Tanto la pintura como el retablo se hicieron a expensas de Carlos II, por satisfacer la pena impuesta a los que habían profanado aquel augusto templo cuando la prisión de Valenzuela.-QUEVEDO (D. José), Historia del monasterio de San Lorenzo, parte II, cap. VII: 1849.

 

29

«Se van entrando por las casas de los pobres labradores y demás vecinos; y con mucha cuenta y razón les quitan el poco dinero que tienen; y a los que no tienen, les sacan prendas; y donde no las hallan, les sacan las pobres camas en que duermen... Los saqueos referidos van obligando a los vecinos de los lugares a que se vayan huyendo de sus casas, dejando baldías sus haciendas de campo... Las casas que hallan vacías, si hay quien se las compre, las venden; y cuando no pueden venderlas, las quitan los tejados, y venden la teja y madera por cualquier dinero.» A. OSORIO, Discurso universal de las causas, etc., punto segundo.

 

30

MÉNDEZ DE SILVA, Catálogo Real y Genealógico de España, pág. 406, dice que Enrique II quiso que sus sucesores eligieran para el confesonario religiosos de Santo Domingo de Guzmán, como rama de su estirpe; Carlos V por confesores dominicos tuvo a Fray García de Loaisa y a Fray Domingo de Soto; Felipe II a Fray Diego de Chaves; Felipe III a Fray Luis Aliaga; Felipe IV a Fray Antonio de Sotomayor; Carlos II Fray Pedro Matilla, Fray Froilán Díaz y Fray Nicolás Torres Padmota.-Fray Alonso de Ojeda y Fray Tomás de Torquemada, priores dominicos en Sevilla y Segovia, importunaron a los Reyes Católicos hasta erigir el Santo Oficio.-Inquisidores generales dominicos fueron Fray Tomás de Torquemada, Fray Diego Deza, Fray García de Loaisa, Fray Luis Aliaga, Fray Antonio de Sotomayor y Fray Juan Tomás Rocaberti.