1
Comencé a escribir estas memorias en 1848. (N. del A.)
2
Antiguo nombre de la ciudad de Cochabamba. (N. del A.)
3
He aquí un ejemplo de ellas: «Escupir sangre. Estiércol de ratones en polvo, cuanto quepa en un real de plata en media taza de zumo de llantén, con azúcar; beberlo en ayunas y a la noche.» (N. del E.)
4
Dicen que ahora es una hermosa casa particular. (N. del A.)
5
Allí ha mandado construir el general don José Ballivián la casa pretorial y palacio de justicia con galerías, que me aseguran ser muy elegantes y espaciosas. (N. del A.)
6
Debe ser la calle que han llamado del teatro Achá. (N. del A.)
7
Ya entonces comenzaban a llamarlo simplemente calle de San Francisco. (N. del A.)
8
Véanse las cartas pastorales del Ilustrísimo señor don Fray Joseph Antonio de San Alberto, Arzobispo de la Plata. (N. del A.)
9
El valle, especialmente en las cercanías de Quillacollo, era por entonces un bellísimo bosque de árboles frutales. Me dicen que mis paisanos destruyen torpemente las arboledas, para cultivar con preferencia el maíz; y que no plantan siquiera sus hermosos sauces indígenas o los álamos recientemente importados de la Carolina, al borde de sus espaciosas carreteras. ¡Y luego se quejan de que la tierra se les seca y ya no llueve! (N. del A.)
10
Cusi Coyllur, hija del Inca Pachacutek. (N. del A.)