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1

Valle y Caviedes, Obra completa, ed. Cáceres, pp. 20 y ss.

 

2

Valle y Caviedes, Obra completa, ed. Cáceres, pp. 378-386. En la edición de García-Abrines el título dice que el poema fue escrito por el «ánima» de Quevedo. Debemos notar que bajo «penar», en el Diccionario de la Real Academia, leemos: «Perú y Ven. Dicho de un fantasma o un alma en pena: aparecerse o manifestarse». Nuestra referencia a Harold Bloom podría sin duda dar lugar a muchas dudas. Inicialmente Bloom pensaba en su concepto de «ansiedad» más bien como algo aplicable a la poesía posterior al neoclasicismo, y así posterior a la práctica de la imitatio. En sus ediciones más recientes, sin embargo, amplía su concepto para hablar de las relaciones conflictivas entre autores como Shakesperare y Christopher Marlowe, para postular una coexistencia de la imitación tradicional con su concepto de «ansiedad de la influencia». Ver en particular el prefacio a su segunda edición (1997).

 

3

La relación intertextual (o imitación directa, quizás) entre algunos poemas de Valle y sus (paratextos) ha sido abordada en cierto detalle por Carilla, quien nos dice, por ejemplo, que, entre otras, el romance «A la bella Arnada [sic] está calzado en gran parte sobre uno de Quevedo (Cura una moza de Antón Martín la tela que mantuvo)» (pp. 224-225). Calvo Villanueva, 1993, p. 34, lo explica mejor (con referencia a los poemas de la edición de Blecua): «Caviedes hereda de Quevedo [...] situaciones concretas que dan lugar a un poema, como la prostituta prostrada en el hospital afectada de una enfermedad venérea, que Quevedo desarrolla en sus romances 694 y 695 "Cura una moza en Antón Martín la tela que tuvo" y "Segunda parte de 'Marica en el hospital', y primera en lo ingenioso", y Caviedes reelabora el romance 81, "A una dama que por serlo paró en la Caridad"».

 

4

Quevedo, Sueños y discursos, pp. 73-79, 158, 188.

 

5

Arellano, 1987, p. 88.

 

6

Según Arellano, 1984, p. 122, de la obra de Quevedo, «el grupo de "sátiras personales" de la edición de Blecua apenas alcanza un 3,5% del total burlesco».

 

7

Ver Lasarte, 2006, pp. 192-200.

 

8

A menos que se indique algo diferente, las citas a la obra de Valle y Caviedes refieren al número correspondiente en la edición de Cáceres.

 

9

Las categorías de la medicina eran físico o doctor en medicina, cirujano latino, cirujano romancista, flebotomista y boticario o farmacéutico (Valle y Caviedes, Obra completa, p. 52).

 

10

García Cáceres nos recuerda que «durante el virreinato de don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, mejor conocido como el Conde de Chinchón, en la primera mitad del siglo XVII, décadas antes de la maduración de Caviedes, se estableció la obligación de los doctores en medicina de vestir con ciertos atuendos»; y añade que esto fue descrito por Valdizán en La Facultad de Medicina de Lima, 1811-1911 (143, n. 44). Ver también Reedy.