Jornada I
|
|
Dentro instrumentos y voces, y salen en tropa todos los que
puedan vestidos de indios, cantando y bailando YUPANGUÍ, indio galán,
un SACERDOTE, GLAUCA y TUCAPEL, y detrás de todos
GUÁSCAR INGA, rey,
todos con arcos y flechas.
|
YUPANGUÍ |
En el venturoso día |
|
que Guáscar Inga
celebra |
|
edades del sol, que fueron |
|
gloria suya y dicha nuestra, |
|
prosiga la fiesta. |
|
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MÚSICA |
Prosiga la fiesta,
|
5 |
y aclamando a entrambas
deidades, |
|
del Sol en el cielo, del Inga en la
tierra, |
|
al son de las voces repitan los
ecos, |
|
que viva, que reine, que triunfe y
que venza.2 |
|
|
|
INGA |
¡Cuánto estimo ver que
a honor |
10 |
de la consagrada peña |
|
que desde Copacabana |
|
sobre las nubes se asientan, |
|
en hacimiento de gracias |
|
de haber sido la primera |
15 |
cuna del hijo del Sol, |
|
de cuya clara ascendencia |
|
mi origen viene, os
mostréis |
|
tan alegres! |
|
|
YUPANGUÍ |
Mal pudiera
|
|
nuestra obligación
faltar |
20 |
a tanta heredada deuda. |
|
Cinco siglos, gran
señor, |
|
de dádiva tan excelsa |
|
como darnos a su hijo |
|
para que tú dél
desciendas, |
25 |
se cumplen; y hoy otros cinco |
|
ha que cada año
renuevan |
|
la memoria de aquel día |
|
todas tus gentes, en muestra |
|
de cuánto a su luz
debimos |
30 |
y así no nos agradezcas |
|
festejos que de dos causas |
|
|
-188v- |
nacen hoy: una que seas |
|
tú nuestro monarca, y
otra |
|
que al culto en persona
vengas, |
35 |
a cuyo efecto hasta
Túmbez, |
|
donde el Sol su templo
ostenta, |
|
a recibirte venimos, |
|
diciendo en voces diversas. |
|
|
|
ÉL y MÚSICA |
Que vivas, que reines, |
40 |
que triunfes y venzas. |
|
|
|
INGA |
De una y otra causa, a ti |
|
no poca parte te
empeña, |
|
Yupanguí, pues que no
ignoras3 |
|
desciendes también de
aquella |
45 |
primera luz, por quien de
Inga, |
|
ya que no la real grandeza, |
|
la real estirpe te toca. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Mi mayor fortuna es esa. |
|
(Aparte.)
|
Bien que mi mayor fortuna, |
50 |
si he de consultar mis penas, |
|
no es sino ser el felice |
|
día en que a Guacolda,
bella |
|
sacerdotisa del Sol, |
|
llegué a ver. ¡Ay de
fineza |
55 |
que al cabo del año un
día |
|
está con mirar
contenta! |
|
|
|
SACERDOTE |
Pues en tanto que llegamos |
|
a la falda de la sierra, |
|
donde las sacerdotisas |
60 |
deste templo es bien que
vengan, |
|
puesto que allá ha de ser
hoy |
|
la inmolación de las
fieras |
|
que llevamos encerradas, |
|
para sus aras sangrientas, |
65 |
prosiga el canto. |
|
|
GLAUCA4 |
Bien dice.
|
|
El baile, Tucapel, vuelva. |
|
|
|
TUCAPEL |
¿Es por mostrar, Glauca,
cuánto |
|
de hacer mudanzas te precias? |
|
|
|
YUPANGUÍ |
¿Que siempre habéis
de reñir? |
70 |
|
|
LOS DOS |
Pues, ¿quién sin
reñir se huelga? |
|
|
|
YUPANGUÍ |
¿Ni quién sino yo
tendrá |
|
para sufriros paciencia? |
|
|
|
MÚSICA |
Prosiga la fiesta, |
|
aclamando a entrambas
deidades, |
75 |
del Sol en el cielo, del Inga en la
tierra, |
|
al son de las voces repitan los
ecos |
|
que viva, que reine, [que triunfe y
que venza.]5 |
|
|
|
[ESPAÑOLES6] |
(Dentro a lo
lejos.)
|
¡Tierra, tierra! |
|
|
|
INGA |
Oíd. ¿Qué
extrañas voces son |
80 |
las que articuladas suenan |
|
como humanas, sin saber |
|
lo que nos dicen en ellas? |
|
|
|
YUPANGUÍ |
No extrañéis que en
estos montes |
|
voces se escuchen tan nuevas, |
85 |
pues tantos ídolos
tienen |
|
como peñascos sus
selvas. |
|
Desde aquí a Copacabana |
|
no hay flor, hoja, arista o
piedra |
|
en quien algún inferior |
90 |
dios no dé al Sol
obediencia. |
|
Y así, no solo se oyen |
|
aquí equívocas
respuestas |
|
de idiomas que no entendemos; |
|
pero se ven varias fieras |
95 |
que por los ojos y bocas |
|
fuego exhalan y humo alientan. |
|
¿Y qué mayor que
haber visto |
|
una escamada culebra |
|
tal vez, que todo el contorno |
100 |
enroscadamente cerca |
|
hasta morderse la cola |
|
dando a su círculo
vuelta, |
|
como que da a entender
cuánto |
|
es misteriosa la selva, |
105 |
a quien hacen guarda tales |
|
prodigios? |
|
|
INGA |
Que este lo sea
|
|
no será razón que a
mí |
|
me turbe ni me suspendas. |
|
Prosiga la fiesta. |
|
|
MÚSICA |
Prosiga la fiesta,
|
110 |
y aclamando a entrambas
deidades, |
|
del Sol en el cielo, [del Inga en
la tierra, |
|
al son de las voces repitan los
ecos |
|
que viva, que reine, que triunfe y
que venza.] |
|
|
|
|
(Dentro PIZARRO a
lo lejos.)
|
PIZARRO |
Pues ya vemos tierra,
¡ea!, |
115 |
|
-189r- |
para arribar a su orilla, |
|
amaina. |
|
|
|
|
(Vuelven a bailar, y a suspenderse.)
|
INGA |
Callad, pues vuelven las
voces, |
|
por si podéis
entenderlas. |
|
|
|
|
|
GUACOLDA |
(Dentro.)
|
¡Ay triste!
|
120 |
|
|
INGA |
¿Qué nuevo eco se
lamenta |
|
ya en nuestro idioma? |
|
|
TUCAPEL8 |
(Aparte.)
|
El de una
|
|
mujer, y según las
señas |
|
sacerdotisa. |
|
|
YUPANGUÍ |
Guacolda
|
|
es la que diciendo llega. |
125 |
|
|
|
(Sale GUACOLDA
como asustada.)
|
GUACOLDA |
Valientes hijos del Sol, |
|
cuya clara descendencia |
|
hasta hoy lográis en el
grande |
|
Inga que en vosotros reina, |
|
suspended los sacrificios |
130 |
que a su alta deidad suprema |
|
prevenís, y acudid
todos |
|
a mi voz y9
a la ribera |
|
del mar, a ver el prodigio |
|
que a nuestros montes se
acerca. |
135 |
|
|
INGA |
Hermosa sacerdotisa, |
|
cuya divina belleza |
|
te acredita superior |
|
a cuantas el claustro encierra |
|
a su deidad consagradas, |
140 |
¿qué es esto? |
([Aparte.]
|
Hablar puedo apenas,
|
|
admirado en hermosura |
|
tan rara.) Cuando te espera |
|
tanto concurso10
a que tú |
|
sus ricos dones ofrezcas, |
145 |
en vez de venir festiva |
|
y acompañada de bellas |
|
ninfas del Sol, sola, triste, |
|
confusa, absorta y suspensa |
|
a turbarlos vienes. |
|
|
GUACOLDA |
No
|
150 |
me culpes hasta que sepas, |
|
generoso Guáscar Inga, |
|
la causa. |
|
|
|
|
YUPANGUÍ |
[Aparte.]
|
¿Quién creerá
que muero yo |
|
por saberla y no saberla? |
155 |
|
|
GUACOLDA |
De ese templo que a la orilla |
|
del mar brilla, en competencia |
|
del que a la orilla
también |
|
de la laguna que cerca |
|
de Copacabana el valle |
160 |
yace, vista de la peña |
|
en cuya eminente cumbre |
|
el Sol una Aurora bella |
|
amaneció para darnos |
|
a su hijo, porque fuera |
165 |
no menos noble el cacique |
|
que domine las setenta |
|
y dos naciones que hoy, |
|
después de partir
herencias |
|
con tu hermano Atabaliba |
170 |
mandas, riges y gobiernas. |
|
De ese templo, otra vez digo, |
|
salí con todas aquellas |
|
que al Sol dedicadas, hasta |
|
que por su suerte merezcan |
175 |
ser su víctima algún
día, |
|
viven a su culto atentas, |
|
con deseo de llegar |
|
tan rendida a tu presencia |
|
que fuesen mi alma y mi vida |
180 |
el primer don de la ofrenda; |
|
cuando, volviendo los ojos |
|
al mar, vimos en su esfera |
|
un raro asombro, de quien |
|
no sabré darte las
señas; |
185 |
porque si digo que es |
|
un escollo que navega, |
|
diré mal, pues para
escollo |
|
le desmiente la violencia; |
|
si digo preñada nube |
190 |
que a beber al mar sedienta |
|
se abate, diré peor, |
|
porque viene sin
tormenta11; |
|
si digo marino pez, |
|
|
-189v- |
preciso es que me desmientan |
195 |
las alas con que volando |
|
viene; y si digo velera |
|
ave el que nadando viene, |
|
también desmentirme es
fuerza. |
|
De suerte que a cuatro visos |
200 |
monstruo es de tal
extrañeza, |
|
que es escollo en la estatura, |
|
que es nube en la ligereza, |
|
y aborto de mar y viento, |
|
pues con especies diversas, |
205 |
pez parece cuando nada |
|
y pájaro cuando vuela. |
|
Los gemidos que pronuncia, |
|
voces son de extraña
lengua |
|
que hasta hoy no oímos. Y al
verle,12 |
210 |
todas huyeron ligeras |
|
a salvar la vida, viendo |
|
que si a tierra una vez llega, |
|
será en vano que la
huida |
|
las ampare ni defienda. |
215 |
Pues quien corre tan veloz |
|
por el mar, ¿qué
hará por tierra? |
|
Sola yo, no al valor tanto |
|
como al desmayo sujeta, |
|
absorta me quedé, y
viendo |
220 |
que habían cerrado las
puertas |
|
del templo a mi retirada, |
|
ni bien viva ni bien muerta, |
|
hasta este sitio he llegado, |
|
donde para que no creas |
225 |
más a mi voz que a tus
ojos, |
|
te pido que al mar los
vuelvas. |
|
Mírale, pues, cuán
horrible |
|
ya a las orillas se acerca. |
|
Sálvete, señor, la
fuga, |
230 |
pues no puede la defensa. |
|
|
|
INGA |
¡La fuga salvarme a
mí |
|
contra quien en vano engendra |
|
portentos ni tierra ni agua, |
|
ni aire ni fuego! Las flechas |
235 |
que contra otros animales, |
|
bien que no de igual fiereza, |
|
emponzoñadas usamos |
|
de mil venenosas yerbas, |
|
contra este flechad; que yo |
240 |
seré13
el primero que emprenda |
|
lograr el tiro. |
|
|
YUPANGUÍ |
A tu vida
|
|
mi pecho el escudo sea. |
|
¡Ay Guacolda, si
entendieses |
|
tan equívoca fineza, |
245 |
que es lealtad cuando me
obliga, |
|
y es amor cuando me fuerza! |
|
|
|
GUACOLDA |
¡Oh, si tú,
Yupanguí, vieses |
|
los pesares que me cuestas! |
|
|
|
TODOS |
Todos haremos lo mismo. |
250 |
|
|
|
|
TUCAPEL |
Que tú te pongas
delante, |
|
con que a todos nos remedias. |
|
|
|
|
|
|
TUCAPEL |
¿Cómo?
|
|
Si te coge la primera |
255 |
a ti, de ti quedará |
|
tan ahíto, que no tenga |
|
hambre para los demás. |
|
|
|
INGA |
Pues ya que la lealtad vuestra |
|
en mi defensa se ponga, |
260 |
no venga a ser en mi ofensa. |
|
Igual con todos, haremos |
|
ala, y de nuestras saetas |
|
tan espesa sea la nube |
|
que sobre su escama llevaba |
265 |
los congelados granizos |
|
de piedra y pluma, que muera |
|
en las ondas desangrada. |
|
|
|
PIZARRO |
(Dentro.)
|
Echa el áncora y aferra |
|
haciendo a esos montes salva. |
270 |
|
|
GUACOLDA |
¿Qué esperáis,
cuando ya expuesta |
|
al tiro está? |
|
|
|
(Al disparar ellos al vestuario, disparan dentro una pieza,
y todos se espantan.)
|
|
-190r-
|
|
|
|
TUCAPEL |
¡Qué bravo metal de
voz |
|
tiene la señora bestia! |
275 |
|
|
INGA |
Monstruo que con tal bramido |
|
al verse herido se queja, |
|
de los abismos sin duda |
|
aborto es. |
|
|
GUACOLDA |
Pues no aprovechan
|
|
contra él las flechadas
iras |
280 |
de nuestros arcos y cuerdas, |
|
defiéndanos de los
montes |
|
la espesura. |
|
|
TODOS |
Entre sus breñas
|
|
nos amparemos. |
|
|
|
(Vanse.)14
|
INGA |
¡Cobardes!
|
|
¡Así a vuestro rey se
deja! |
285 |
Pero, ¿qué importa,
si quedo15 |
|
yo conmigo? |
|
|
YUPANGUÍ |
Considera
|
|
que cuando de conocido |
|
la vida, señor, se
arriesga, |
|
todos dicen que es valor, |
290 |
mas ninguno que es
prudencia16. |
|
En ventajosos17
peligros |
|
donde no alcanza la fuerza |
|
alcance la industria. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Manda desatar las fieras |
295 |
que están para el
sacrificio |
|
en diversas grutas presas, |
|
y fieras a fieras lidien, |
|
cebándose antes en
ellas |
|
que no en las gentes, aquese |
300 |
asombro. |
|
|
INGA |
Bien me aconsejas.
|
|
Ceda el brío a la
razón |
|
una vez. |
(Aparte.)
|
Mejor dijera
|
|
ceda al gusto, pues por solo |
|
salvar la vida de aquella |
305 |
hermosa sacerdotisa |
|
lo acepto. |
|
|
YUPANGUÍ |
Guacolda bella,
|
|
ya cumplí con la
lealtad, |
|
cumpla ahora con la fineza. |
|
¿Dónde el temor te ha
llevado? |
310 |
|
|
VOCES |
(Dentro.)
|
Al monte, al monte. |
|
|
|
(Descúbrese la nave, y en ella PIZARRO, ALMAGRO, CANDÍA y
marineros.)
|
PIZARRO |
La tierra
|
|
que desde aquí se
descubre |
|
no es como las otras, yerma, |
|
que atrás dejamos, pues
toda, |
|
coronando de sus tierras |
315 |
las más eminentes
cimas, |
|
se ve de gentes cubierta. |
|
|
|
ALMAGRO |
Gracias a Dios, gran Pizarro, |
|
que después de tan
deshechas |
|
fortunas, naufragios, calmas, |
320 |
hambres, sedes y
tormentas18 |
|
como habemos padecido, |
|
desde que abriendo las sendas |
|
del mar del Norte al del Sur, |
|
atravesamos la Nueva |
325 |
España, y en
Panamá |
|
nos hicimos a la vela. |
|
Gracias a Dios, otra vez |
|
y otras mil a decir vuelva, |
|
que después de tantos
riesgos, |
330 |
ansias, sustos y tragedias, |
|
hemos llegado19
a lograr |
|
el descubrimiento destas |
|
Indias, que hasta hoy
ignoradas, |
|
solamente supo dellas |
335 |
la estudiosa Geografía |
|
de quien halló por su
ciencia |
|
el ser preciso que siendo |
|
el orbe circunferencia, |
|
hubiese, mientras no daba |
340 |
una nave al mundo vuelta, |
|
aquella remota parte, |
|
que no constaba encubierta. |
|
|
|
PIZARRO |
Ya que a solo descubrirla |
|
venimos, bástanos verla |
345 |
el día que no tenemos |
|
para su conquista fuerzas. |
|
Y así, pues estas
noticias |
|
son el fin de nuestra empresa, |
|
volvamos, ya que tenemos |
350 |
destos mares fijas
señas20 |
|
donde mejor prevenidos |
|
|
-190v- |
de más pertrechos de
guerra, |
|
más navíos y
más gente, |
|
víveres, pólvora y
cuerda, |
355 |
volvamos a su conquista |
|
en nombre del quinto
César |
|
Carlos, que felice viva. |
|
|
|
CANDÍA |
Fuerza será, pues no
quedan |
|
de los treinta que salimos |
360 |
más que trece hombres que
sean |
|
de armas tomar, y la gente |
|
de mar poca, y esa enferma. |
|
Pero antes que nuevos rumbos |
|
tomemos para la vuelta, |
365 |
será bien, ya que
llegamos |
|
aquí, que llevemos
destas |
|
remotas partes (porque |
|
podrá ser cuando nos
vean, |
|
que si lo creen los valientes, |
370 |
los cobardes no lo crean) |
|
algunas señas, bien
como |
|
frutas, árboles o
yerbas |
|
que allá no haya, y fuera
desto, |
|
será también
acción cuerda, |
375 |
por si el mar, que siempre ha
sido |
|
teatro de contingencias, |
|
acabare con nosotros, |
|
y otros al mismo fin vengan, |
|
dejar señas de que
aquí |
380 |
llegamos, y no se adquieran |
|
la gloria de que ellos fueron |
|
los primeros en empresa |
|
tan ardua y dificultosa. |
|
|
|
PIZARRO |
¿Qué señas han
de ser esas, |
385 |
que aquí podamos
dejarlas? |
|
|
|
CANDÍA |
¿Qué más
declaradas señas, |
|
pues es la propagación |
|
de la fe causa primera, |
|
que una cruz en esos montes? |
390 |
Pues nadie habrá que la
vea |
|
que no diga: «Aquí
llegaron |
|
españoles, que esta es
muestra |
|
del celo que los anima |
|
y la fe que los
alienta». |
395 |
|
|
PIZARRO |
No solo es heroica, pero |
|
es religiosa propuesta. |
|
|
|
ALMAGRO |
Pues ya que es de otro el
consejo, |
|
porque alguna parte tenga |
|
en acción tan generosa, |
400 |
mía la ejecución
sea. |
|
Yo iré a tierra en el
esquife. |
|
|
|
CANDÍA |
Eso no, ni es bien se
entienda, |
|
señor don Diego de
Almagro, |
|
que en aquesta conferencia, |
405 |
siendo la propuesta
mía, |
|
sea la ejecución
vuestra. |
|
Mío fue el voto, y el
riesgo |
|
mío ha de ser. |
|
|
ALMAGRO |
Por la mesma
|
|
razón es bien que
partamos |
410 |
en los dos la diferencia. |
|
Contentaos Pedro de
Candía |
|
con que vuestro el voto sea, |
|
y dejadme a mí la
acción. |
|
|
|
CANDÍA |
Primero que yo consienta. |
415 |
|
|
|
PIZARRO |
¿Qué es esto?
|
|
Ved que aunque la amistad
nuestra |
|
a todos nos hizo iguales, |
|
en llegado a competencias, |
|
del puesto usaré con
que |
420 |
el rey mis servicios premia, |
|
pues vengo por general, |
|
y al que no mire, no atienda |
|
que estoy aquí. |
|
|
LOS DOS |
Pues da el orden
|
|
a quien a ti te parezca. |
425 |
|
|
PIZARRO |
Sí haré. Perdonad
Almagro, |
|
que hace esta razón
más fuerza. |
|
Id, Pedro de Candía,
vós. |
|
|
|
CANDÍA |
Piloto, el esquife echa |
|
al agua, mientras que yo |
430 |
mis armas tome y prevenga |
|
el Cruzado Leño. |
(Vase.)
|
|
|
PIZARRO |
En tanto,
|
|
para que de la ribera |
|
la gente huya amedrentada |
|
y el mayor espacio tenga, |
435 |
|
-191r- |
da fuego a otra pieza. |
|
|
|
(Disparan cubriéndose la nave, úsale
YUPANGUÍ
arrastrando a TUCAPEL.)
|
VOCES |
¡Cielos,
|
|
clemencia, cielos, clemencia! |
|
|
|
TUCAPEL |
¿Cómo quieres que los
cielos |
|
de ti, ¡ay infeliz!, la
tengan, |
|
si tú de mí no la
tienes, |
440 |
arrastrándome21
por fuerza |
|
a vida de aquese horrible |
|
parapeto, que bosteza |
|
truenos y estornuda rayos? |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Si en la confusión
primera |
445 |
que escuchamos su bramido |
|
huyó Guacolda, y por
ella |
|
preguntando, me dijiste |
|
que había venido por
esta |
|
parte, ¿qué
extrañas traerte, |
450 |
ya que en salvo el Inga queda |
|
y ella no parece, ¡ay
triste!, |
|
a que me digas la senda |
|
por dónde echó? |
|
|
TUCAPEL |
No es muy fácil
|
|
el saber por dónde echa |
455 |
una niña que encerrada |
|
está, el día que se
suelta. |
|
Por aquí vino, mas no |
|
sé por dónde
escapó. |
|
|
YUPANGUÍ |
Estrella,
|
|
siempre a mi elección
afable |
460 |
y siempre a mi dicha opuesta, |
|
dime de Guacolda. Pero |
|
si es mi empeño
defenderla |
|
de aquel asombro, con que |
|
yo de vista no le pierda, |
465 |
sabré el rato que a
él le veo |
|
y a ella no, que él no la
ofenda |
|
y que ella está
asegurada, |
|
consolando la tristeza |
|
de no verla yo, con ver |
470 |
que él tampoco puede
verla. |
|
Y así, yo solo en la
playa |
|
desvelada centinela |
|
he de ser de sus acciones. |
|
|
|
TUCAPEL |
Si has de ser tú solo,
deja |
475 |
que me vaya. |
|
|
|
TUCAPEL |
Pues ¿cómo, di, se
concuerda |
|
solo y conmigo? |
|
|
YUPANGUÍ |
Muy bien,
|
|
pues en el punto que él
venga |
|
acercándose a la
orilla, |
480 |
te irás... |
|
|
|
YUPANGUÍ |
...a decir que se desaten |
|
las fieras. |
|
|
TUCAPEL |
Ya no es tan buena.
|
|
Las fi... ¿qué? |
|
|
YUPANGUÍ |
Las fieras digo;
|
|
pues sabiendo dónde
queda, |
485 |
con huir hacia aquella parte, |
|
darán con el monstruo
ellas. |
|
|
|
TUCAPEL |
Y ellas y el monstruo conmigo, |
|
que será una diligencia |
|
muy saludable. |
|
|
YUPANGUÍ |
Oye y calla,
|
490 |
que aún hay más
terror que piensas. |
|
|
|
|
YUPANGUÍ |
¿No reparas
|
|
en que él en el mar se
queda, |
|
y que de su vientre arroja |
|
otro menor? |
|
|
TUCAPEL |
Voy apriesa
|
495 |
a traer las fieras. |
|
|
YUPANGUÍ |
Aguarda,
|
|
que aunque este a la orilla
llega, |
|
tampoco sale a la orilla, |
|
donde de su seno echa |
|
un hombre, al parecer. |
|
|
TUCAPEL |
¡Cielos!
|
500 |
¿Qué
generación es esta, |
|
que una bestia grande pare |
|
otra pequeñita bestia, |
|
y esta bestia pequeñita |
|
un hombre? |
|
|
YUPANGUÍ |
Y de raras señas,
|
505 |
así en el blanco color |
|
del rostro como en la
greña |
|
del cabello y de la barba, |
|
cuya admiración
aumentan |
|
el traje y modo de armas |
510 |
que trae. |
|
|
TUCAPEL |
Voy a que prevenga
|
|
las fieras contra él. |
|
|
YUPANGUÍ |
Detente,
|
|
que es de mi valor flaqueza |
|
el pensar que para un hombre |
|
he menester yo defensa, |
515 |
|
-191v- |
mayormente cuando entrando |
|
voy en no sé qué
sospecha |
|
tal, que aunque puedo tirarle |
|
desde aquí, será
bajeza |
|
matarle sin apurar |
520 |
qué maravillas son
estas. |
|
Saldrele al paso. |
|
|
TUCAPEL |
Yo no,
|
|
ni aun huir podré ya; esta
quiebra |
|
me ha de esconder. |
|
|
|
(Sale CANDÍA armado con una cruz de
dos troncos bastos.)22
|
CANDÍA |
Cuando digan
|
|
las edades venideras |
525 |
que don Francisco Pizarro |
|
quebró del mar las
primeras |
|
ondas al Sur, en demanda |
|
del descubrimiento destas |
|
nuevas Indias de Occidente, |
530 |
digan también que fue en
ella |
|
Pedro de Candía el
primero |
|
que puso el pie en sus arenas. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Hombre aborto de la espuma |
|
que esa marítima bestia |
535 |
sorbió sin duda
en23
el mar |
|
para escupirle en la tierra; |
|
¿quién eres?,
¿de dónde vienes, |
|
y dónde vas? |
|
|
CANDÍA |
De su lengua
|
|
el frase no entiendo, pero |
540 |
de su acción es bien que
entienda |
|
que debe de ser cacique |
|
de valor y de nobleza; |
|
pues cuando desamparada |
|
todos la marina dejan, |
545 |
solo él queda en la
marina. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
¿Cómo no me das
respuesta? |
|
¿Quién eres?
¿De dónde vienes, |
|
y dónde vas? |
|
|
CANDÍA |
Si te alteras
|
|
de ver mi nave en tus mares |
550 |
y mi persona en tus selvas, |
|
óyeme y sabrás la
causa. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Como yo habla, sin que infiera |
|
lo que me dice. |
|
|
TUCAPEL |
Que se hablen
|
|
dos, sin que uno ni otro sepan |
555 |
lo que se dicen no es nuevo. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Si eres humano y deseas |
|
hallar en los sacrificios |
|
que al Sol hacemos, y en
prueba |
|
de que al dios de rayos buscas |
560 |
forjando sus truenos llega, |
|
de paz te recibiremos. |
|
Dinos, pues, ¿qué es
lo que intentas? |
|
|
|
CANDÍA |
Noble cacique, que bien |
|
tu valor lo manifesta, |
565 |
no de tus minas el oro, |
|
no la plata de sus venas, |
|
me trae en su busca, el celo |
|
sí, la Religión
suprema |
|
de un solo Dios y sacarte |
570 |
de idolatría tan ciega |
|
como padeces, a cuyo |
|
efecto esta es la bandera |
|
(Levanta la
cruz.)
|
de su cristiana milicia |
|
la más estimada prenda. |
575 |
|
|
YUPANGUÍ |
Sin saber lo que me dices, |
|
sé lo que decirme
intentas, |
|
pues arbolando ese tronco |
|
contra mí, bien claro
muestras |
|
que me llamas a batalla; |
580 |
y así en el arco la
flecha |
|
(Flecha el
arco.)
|
te responderá. |
|
|
CANDÍA |
Aunque ignoro
|
|
qué es lo que decirme
intentas, |
|
no ignoro que a lid me llamas, |
|
pues embebido la cuerda |
585 |
me aguardas. Dispara, pues, |
|
mas mira que si me yerras, |
|
has de morir a este acero. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
De la ventaja que lleva |
|
ser mi arma arrojadiza |
590 |
y no la tuya, me pesa; |
|
porque más quisiera a
brazos |
|
rendirte, que no que mueras. |
|
Mas ¿qué es esto?
¿Quién me pasma |
|
la mano que helada tiembla, |
595 |
|
-192r- |
el corazón que no late, |
|
y el suspiro que no alienta? |
|
Pero ¿qué mucho,
qué mucho, |
|
que todo, ¡ay de mí!,
fallezca, |
|
si el resplandor que me abrasa |
600 |
carámbano es que me
yela? |
|
(Cáese el
arco.)
|
Tronco que despide rayos |
|
y a puras luces me ciega, |
|
más es que tronco. No
huyo |
|
de ti, quienquiera que seas, |
605 |
sino de tan ventajosas |
|
armas que a hechizos me
venzan. |
|
Soltad las fïeras, porque |
|
(Yéndose.)
|
cebe su veneno en ellas |
|
este tósigo de luces |
610 |
que a mí me asombra y me
ahuyenta, |
|
y a la selva, al valle, al
monte, |
|
peruanos, que hoy son tierra |
|
y mar abismos de abismos |
|
contra nosotros. |
|
|
CANDÍA |
Espera.
|
615 |
(Vase y al ir tras él da
con TUCAPEL.)
|
Tras él... Mas
¿quién está aquí? |
|
|
|
TUCAPEL |
([Aparte.]
|
¡Oh, quién decirle
supiera |
|
que soy tonto, y que de un
tonto |
|
es más tonto el que hace
cuenta!) |
|
Yo... sí... cuando... |
|
|
|
VOCES |
Al monte, al valle, a la
selva, |
|
que las fieras se desatan. |
|
|
|
TUCAPEL |
Mas que el primero que
encuentran |
|
soy yo. |
|
|
CANDÍA |
¡Ay infeliz!
¡Qué miro!
|
|
De las profundas cavernas |
625 |
destos montes, bostezando |
|
nuevos horrores sus quiebras, |
|
mil feroces animales |
|
toda la marina pueblan. |
|
Y dellos un león y un
tigre, |
630 |
(Salen un león y un tigre haciendo [lo]24
que dicen los versos.)
|
garras aguzando y presas, |
|
a mí se vienen. Aunque
es |
|
imposible la defensa, |
|
moriré matando. Pero |
|
por más furiosos que
llegan, |
635 |
en viéndome se reparan, |
|
y en vez de embestirme,
tiemblan: |
|
con que el león,
arrastrando25 |
|
la desgreñada melena |
|
de sus coronados rizos, |
640 |
y el tigre, pecho por tierra, |
|
vienen postrando a mis plantas |
|
las nunca domadas testas. |
|
Justo es que yo corresponda |
|
a tan cortesana deuda. |
645 |
(Halágalos26.)
|
|
|
TUCAPEL |
¡Oigan cómo los
regala, |
|
y cómo ellos le
festejan! |
|
¿Quién tigres de
falda vio, |
|
y león de brazos, que
juegan |
|
con su dueño y él con
ellos, |
650 |
haciéndose muchas
fiestas? |
|
|
|
CANDÍA |
Señor, pues este favor |
|
tan anticipado premia |
|
el deseo de arbolar |
|
vuestra militar bandera |
655 |
entre estos bárbaros,
donde |
|
vuestra fe plantada crezca, |
|
en vuestro nombre, subiendo |
|
a este risco, en su eminencia |
|
la fijaré. |
(Sube a lo alto del
monte.)
|
|
|
TUCAPEL |
¡Ay de mí!, que
entre
|
660 |
el león y el
tigre27
me deja; |
|
mas yendo tras él,
seguro |
|
iré... Pero en su
defensa |
|
se vuelven contra mí. |
|
|
CANDÍA |
Ahora
|
|
que ya tremolada queda, |
665 |
(Deja la cruz y baja cortando
ramas.)
|
deste bruto balüarte |
|
en la más rústica
almena |
|
vuestro estandarte,
Señor, |
|
volveré al mar con las
señas |
|
destas ramas y estos frutos, |
670 |
y este indio, de quien la
lengua |
|
aprendamos, para que |
|
|
-192v- |
la entendamos a la vuelta. |
|
Ven tú conmigo, y
vosotros, |
|
amigos... |
|
|
|
CANDÍA |
Quedad en paz. Que me vaya |
|
yo en paz, que me dicen
muestran, |
|
volviendo al monte. Ven
tú. |
|
|
|
TUCAPEL |
Glauca, pues ves que me llevan |
|
a ser de una bestia pasto, |
680 |
no seas pasta de otras bestias |
|
tú en mi ausencia. |
|
|
CANDÍA |
Nuevos mundos,
|
|
cielos, sol, luna y estrellas, |
|
aves, peces, fieras28,
troncos, |
|
montes, mares, riscos, selvas, |
685 |
buena prenda os dejo, en fe |
|
de que si hoy la gente vuestra |
|
adora al sol que amanece, |
|
hijo de la aurora bella, |
|
vendrá tan felice
día |
690 |
que sobre estas mismas
peñas, |
|
con mejor sol en sus brazos, |
|
mejor aurora amanezca. |
|
|
|
|
(Vase y sale la IDOLATRÍA vestida de negro, con
estrellas, espada, plumas y bengala.)
|
IDOLATRÍA |
Primero que ese día |
|
llegue a ver yo, que soy la
Idolatría |
695 |
desta bárbara gente, |
|
que en los trémulos campos
de Occidente, |
|
sin saber de otro sol ni de otra
aurora, |
|
por adorar la luz la sombra
adora. |
|
Primero, otra vez digo, que ese
día, |
700 |
contra la inmemorial
posesión mía, |
|
el Perú llegue a ver en su
campaña |
|
las invasiones de la Nueva
España, |
|
verá (si Dios la
acción no me limita |
|
y los poderes que me dio me
quita) |
705 |
que mis ansias, mis penas y
temores |
|
con el mágico horror de mis
horrores |
|
perturban de manera |
|
de tierra y mar hoy una y otra
esfera, |
|
que el mar, antes que desta hallada
playa |
710 |
aquel bajel con las noticias
vaya, |
|
le embata, le zozobre y le
persiga, |
|
por más que agora, viento en
popa, diga |
|
en mi oprobio y mi ultraje. |
|
|
|
|
TODOS |
Buen viaje, buen pasaje.
|
715 |
|
|
|