Jornada III
|
|
Tocan las chirimías y sale por una parte
DON LORENZO DE MENDOZA,
conde de Coruña, con acompañamiento; y por otra
DON JERÓNIMO
MARAÑÓN, gobernador de
Copacabana.
|
GOBERNADOR |
¡Feliz, oh gran don
Lorenzo |
|
de Mendoza, rama invicta |
|
del Infantado, y glorioso |
|
blasón de Coruña, el
día |
|
que del Segundo Felipe, |
5 |
que eternas edades viva, |
|
virrey, señor, os
merecen |
|
estas conquistadas Indias! |
|
|
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CONDE |
Su Majestad, que Dios guarde, |
|
sin propios méritos,
fía |
10 |
de mí su gobierno, en
fe |
|
de que en la obligación
mía |
|
le sirva el afecto, ya |
|
que el mérito no le
sirva. |
|
Y pues para el que desea |
15 |
acertar, tomar noticias |
|
el primer paso es, ¿de
quién |
|
pudo mejor adquirirlas |
|
que de quien, por
montañés |
|
Marañón, es en
Castilla |
20 |
tan ilustre, y por su cargo |
|
es en aquestas provincias |
|
gobernador de tan grave |
|
puesto, como él mismo
explica, |
|
pues al de Copacabana |
25 |
pocos hay que le compitan? |
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-207r-
|
GOBERNADOR |
¿Qué noticia
podré daros |
|
que vós no traigáis
sabidas, |
|
pues todas han ido a
España |
|
ya contadas o ya escritas? |
30 |
Fuera de que son tan grandes |
|
las inmensas maravillas |
|
que obró Dios y obró
su pura |
|
Virgen Madre, sin mancilla |
|
desde el día que en
Perú |
35 |
la Cruz entró, y desde el
día |
|
que la invocación del
nombre |
|
dulcísimo de
María |
|
se oyó en él, que me
parece |
|
que un casi agravio
sería, |
40 |
presumiendo no saberlas |
|
vós, el osar yo a
decirlas. |
|
Y así os suplico,
señor, |
|
me excuséis de que os
repita |
|
que la Cruz domeñó
fieras, |
45 |
vitoria muy suya antigua; |
|
que María apagó
incendios, |
|
nevando sus manos mismas |
|
blancos copos; que con lluvias |
|
de arena y polvo la vista |
50 |
al idólatra dos veces |
|
cegó; y que tan
peregrinas |
|
obras (viendo que sus vanos |
|
ídolos
enmudecían |
|
al sonido de aquel nombre |
55 |
y de aquel tronco a las
líneas) |
|
introdujeron la fe; |
|
que entre los que se bautizan |
|
y los que idólatras
quedan |
|
hubo bandos, hubo cismas |
60 |
y disensiones; y, en fin, |
|
que siguiendo las conquistas, |
|
después que se
redujeron |
|
Cuzco, Chucüito y Lima, |
|
de cuyos conquistadores |
65 |
apenas uno hay que viva, |
|
murió Guáscar
prisionero |
|
y su hermano Atabaliba |
|
no sé cómo; y pues no
son |
|
estas cosas para dichas |
70 |
tan de paso, remitamos |
|
a la historia que lo escriba, |
|
y vamos a lo que hoy |
|
toca a la obligación
mía, |
|
y en Copacabana hablemos |
75 |
no más, pues cosa es
sabida |
|
que a un gobernador no toca |
|
hablar como coronista. |
|
Es Copacabana un pueblo |
|
que casi igualmente dista |
80 |
en la provincia que llaman |
|
Chucüito, pocas millas |
|
de la ciudad de la Paz |
|
y Potosí. Sus
campiñas |
|
son fértiles, sus
ganados |
85 |
muchos y sus alquerías |
|
de frutas, pescas y cazas |
|
abundantes siempre y ricas: |
|
cuya opulencia, en su lengua, |
|
a la nuestra traducida, |
90 |
Copacabana lo mismo |
|
que piedra preciosa explica. |
|
Pero aunque pudiera ser |
|
por esto grande su estima, |
|
la hizo mayor que en sus
montes |
95 |
yace aquella peña
altiva |
|
que adoratorio del Sol |
|
fue un tiempo, por ser su cima |
|
donde diabólico impulso |
|
hizo creer que el Sol
podía |
100 |
dar a su hijo para que |
|
los mande, gobierne y rija. |
|
A esta causa, entre la
peña |
|
y la procelosa orilla |
|
de una gran laguna, que hace |
105 |
el medio contorno isla, |
|
se construyó templo al
Sol, |
|
en cuyas aras impías |
|
Faubro al ídolo
llamaron |
|
superior, que significa |
110 |
|
-207v- |
mes santo; y mientras el cielo |
|
no nos revele el enigma |
|
en él, por los
reservados |
|
juicios suyos, las insidias |
|
del antiguo áspid, y en
otros |
115 |
oráculos
respondía |
|
inspirando abominables |
|
ritos, cuya hidropesía |
|
de sangre, mal apagada |
|
con la de las brutas vidas, |
120 |
pasó a beberla de
humanas |
|
vírgenes sacerdotisas. |
|
En fin, siendo como era |
|
Copacabana la hidra, |
|
principalmente después |
125 |
que a su templo
retraídas |
|
trajo la guerra en estatuas |
|
todas sus falsas reliquias. |
|
En fin, siendo (a decir
vuelvo) |
|
Copacabana la hidra |
130 |
de tantas cabezas cuantas |
|
el padre de la mentira |
|
en cada anhélito
inspira, |
|
fue la primera en quien Dios |
|
logró la feliz semilla |
135 |
de su fe, siendo primeros |
|
obreros de su doctrina, |
|
de Domingo y de Agustín |
|
las dos sagradas familias. |
|
Roma de América hay |
140 |
quien piadoso la publica; |
|
pues bien, como Roma, siendo |
|
donde más vana
tenía |
|
la gentilidad su trono, |
|
fue donde puso su silla |
145 |
triunfante la Iglesia,
así |
|
donde más la
Idolatría |
|
reinaba puso la Fe |
|
su española
monarquía, |
|
mostrando cuán docta
siempre |
150 |
la eterna sabiduría, |
|
donde ocurre el mayor
daño, |
|
el mayor remedio aplica. |
|
Tan fecundas sus primeras |
|
raíces prendieron, tan
fijas, |
155 |
que a marchitar no bastaron |
|
sus flores todas las iras |
|
del tiempo; pues padeciendo |
|
destemplado todo el clima, |
|
hambre, peste y mortandad, |
160 |
no por eso desconfían, |
|
atribuyendo a que sean |
|
sus dioses quien los castiga. |
|
Pues antes atribuyendo |
|
a Cristo y su Madre pía |
165 |
que sus pasados errores |
|
trata con blanda justicia, |
|
para aplacarla trataron |
|
hacerla una cofradía, |
|
porque, al fin, en voz de
muchos |
170 |
suenan más las
rogativas. |
|
Mas como siempre el demonio |
|
obstinadamente lidia |
|
en estorbar devociones, |
|
bandos introdujo y
riñas |
175 |
entre dos nobles linajes |
|
sobre qué patrón
elijan. |
|
Los Urisayas, de quien |
|
cabeza es de Andrés
Jaíra, |
|
anciano cacique noble, |
180 |
que allá en sus ritos
solía |
|
ser sacerdote del Sol, |
|
sabiendo cuánto domina |
|
sobre las pestes su santa |
|
intercesión, solicita |
185 |
que sea San Sebastián |
|
titular de la obra pía. |
|
Otro, de los Anasayas |
|
cabeza, que hoy se apellida, |
|
por ser de aquella real
sangre, |
190 |
Francisco Yupanguí
Inga, |
|
en que María ha de ser |
|
la patrona, y no otro, insta. |
|
|
-208r- |
Estas, pues, dos opiniones, |
|
excusando que a rencillas |
195 |
pasasen, convine en que |
|
a los votos reducidas |
|
la mayor parte venciese; |
|
pero la noche del día |
|
en que habían de
juntarse |
200 |
a resolver la porfía, |
|
con estar las heredades |
|
de unos y otros tan vecinas, |
|
que en todos aquellos pagos |
|
unos con otros alindan. |
205 |
Amanecieron las mieses |
|
de aquellos que
defendían |
|
que María había de
ser |
|
la patrona, tan floridas |
|
con el riego de una nube |
210 |
celestial, que daba grima |
|
dando consuelo mirar |
|
tan juntos triunfos y ruinas, |
|
y que en un espacio mismo |
|
hubiese unión tan
distinta, |
215 |
como ser todo esto flores, |
|
siendo todo aquello aristas. |
|
Por algunos días
duró |
|
la adoración, repetida |
|
la lluvia desde la noche |
220 |
al alba, y desde su risa |
|
hasta otra noche tan claro |
|
sol, que brotaban opimas, |
|
a vista de sequedades |
|
mustias, yertas y marchitas, |
225 |
las mazorcas del maíz |
|
y del trigo las espigas. |
|
Con este prodigio,
¿quién |
|
dudará que, reducidas |
|
las opiniones, quedase |
230 |
por su Patrona Divina |
|
la siempre llena de gracia, |
|
siempre intacta y siempre
limpia? |
|
¿Ni quién
dudará tampoco, |
|
que, ya una vez elegida, |
235 |
fuese todo frutos, todo |
|
salud, abundancia y dicha? |
|
Pero entre tantos favores |
|
no faltan penas que aflijan, |
|
bien que tales penas, ellas |
240 |
se padecen y se alivian, |
|
siendo ellas mismas remedio |
|
del achaque de sí
mismas. |
|
Es, pues, el gran desconsuelo |
|
de los que más
solicitan |
245 |
su culto, no tener para |
|
colocar en la capilla |
|
que labra la esclavitud, |
|
una imagen de María. |
|
Mil diligencias se han hecho, |
250 |
pero como a estas provincias |
|
aún no han pasado los
nobles |
|
artes de España, es
precisa |
|
cosa que supla la fe |
|
lo que no alcanza la vista. |
255 |
Dirá la objección que
cómo |
|
no había arte donde
había |
|
estatuas de tantos dioses. |
|
Y hallárase respondida |
|
con saber que eran estatuas |
260 |
tan toscas, tan mal pulidas, |
|
tan informes y tan feas, |
|
como una experiencia diga; |
|
pues el cristiano cacique |
|
que dije que defendía |
265 |
de María el patrocinio, |
|
viendo la gente afligida |
|
y ansiosa por una imagen, |
|
se ofreció a que él
la daría |
|
como la tenía en su
mente, |
270 |
hecha por sus manos mismas. |
|
Bien creímos todos,
viendo |
|
entrar con tanta osadía |
|
en su fábrica gloriosa, |
|
que por lo menos sería |
275 |
una que supliese, ya |
|
que no primorosa y linda. |
|
|
-208v- |
Pero con ser la materia |
|
de que intentó
construirla |
|
tan dócil como es el
barro, |
280 |
pues no hay, sin que se
resista, |
|
cincel a quien no obedezca, |
|
buril a quien no se rinda, |
|
muy pagado de su hechura, |
|
la trajo tan deslucida, |
285 |
tan tosca y tan mal labrada, |
|
sin proporción en sus
líneas |
|
ni primor en sus
facciones87, |
|
que, irreverente,
movía, |
|
más que a adoración,
a escarnio, |
290 |
más que a devoción, a
risa; |
|
de que se infiere cuán
brutos |
|
sus simulacros serían |
|
pues este juzgó bastar |
|
hechura tan poco digna. |
295 |
Tan corrido de baldones |
|
se vio, de vayas y gritas, |
|
que desde allí no ha
salido |
|
de un aposento en que habita, |
|
donde apenas deja verse |
300 |
de su esposa y su familia, |
|
con qué intento no
sé; pero |
|
sé que, durando en la
villa |
|
el desconsuelo de verse |
|
las esperanzas perdidas |
305 |
de hallar imagen, dilatan |
|
el formar la cofradía, |
|
a que pienso que hago falta |
|
si mi fe no los anima. |
|
Y así, que me deis
licencia |
310 |
mi rendimiento os suplica, |
|
por pensar que en esto
más |
|
a Dios, al Rey y a vós
sirva. |
|
|
|
CONDE |
De vuestras noticias quedo, |
|
por más que excuséis
decirlas, |
315 |
bastantemente informado; |
|
y pues no es justo que impida |
|
mi detención vuestro
celo, |
|
id, donde de88
parte mía |
|
a la Esclavitud diréis |
320 |
que la ruego que me admita |
|
por su hermano, y en mi nombre |
|
la ofreceréis para el
día |
|
que haya imagen, las coronas |
|
de Hijo y Madre, y sea precisa |
325 |
ley que me hayáis de
avisar |
|
de cuanto logre y consiga |
|
tan piadoso afecto. |
|
|
GOBERNADOR |
En eso
|
|
y en todo es justo que os
sirva |
|
mi obediencia. |
|
|
CONDE |
El cielo os lleve
|
330 |
con bien. |
(Vase.)
|
|
|
GOBERNADOR |
Guarde él vuestra
vida.
|
|
Vamos deseosos, no haga |
|
falta la persona mía, |
|
porque primeros fervores |
|
que la necesidad dicta, |
335 |
en viéndola remediada, |
|
con poca causa se entibian. |
|
(Vase.)
|
|
|
|
(Córrese una cortina, y véase a YUPANGUÍ en traje humilde de
español, con taller, herramientas y demás
instrumentos de escultor, como labrando una estatua tosca de
madera, cuya estatura ha de ser de una vara, poco más o
menos, y mientras dice los versos esté siempre haciendo que
trabaja en ella.)
|
YUPANGUÍ |
Ya, purísima
María, |
|
que mejorando de suerte |
|
te adoró sin conocerte |
340 |
la ciega ignorancia
mía; |
|
y ya que el felice día |
|
de conocerte llegó, |
|
llegue el de que logre yo |
|
esta aprehensión, que
vehemente |
345 |
insta en que copiarte intente, |
|
y en que lo consiga no. |
|
Bien sé que nunca
aprendí |
|
esta arte; pero no sé |
|
qué interior carácter
fue |
350 |
|
-209r- |
el que en el alma
imprimí |
|
desde el punto que te vi, |
|
que aunque tan ruda se halla |
|
al desbastar desta talla |
|
la agilidad de mi estrella, |
355 |
siendo imposible el
tenella89, |
|
es imposible el dejalla. |
|
Si cuando al barro fié |
|
el primer diseño
mío |
|
te hallaste de mi
albedrío |
360 |
no bien servida porque |
|
masa quebradiza fue |
|
del primer Adán, en
cuyo |
|
daño original arguyo, |
|
no comprehendida, cuán
mal |
365 |
pudiera en su original |
|
copiarse retrato tuyo; |
|
ya en mejor materia fundo |
|
este segundo diseño, |
|
pues te fabrico de un
leño |
370 |
a honor del Adán
segundo. |
|
Permite, pues, que vea el
mundo |
|
que en esta fábrica
mía, |
|
pues a un madero se
fía, |
|
se aúnen a mejor luz |
375 |
la materia de la Cruz |
|
y el retrato de María; |
|
y vós, Niño Dios, que
aquí |
|
gozando los tiernos lazos |
|
de sus amorosos brazos |
380 |
significar pretendí, |
|
pues no hay facultad en
mí |
|
ni para dejar la acción |
|
ni para su perfeción, |
|
usad de vuestra piedad, |
385 |
u dadme la habilidad, |
|
o quitadme la
aprehensión. |
|
|
|
|
(Sale GUACOLDA
vestida a la española.)
|
GUACOLDA |
Aunque te enojes, Francisco, |
|
de que entre donde deseas |
|
tanto estar solo, no puedo |
390 |
excusarlo. |
|
|
YUPANGUÍ |
María bella,
|
|
dulce amada esposa mía, |
|
¿contigo enojarme?
Ofensa |
|
haces a mi amor. |
|
|
GUACOLDA |
Si veo
|
|
que a todos, señor,
ordenas |
395 |
que no entren aquí,
¿qué mucho |
|
que yo disgustarte sienta? |
|
|
|
YUPANGUÍ |
La ley de todos, María, |
|
no es bien contigo se entienda |
|
fuera de que tú no
haces |
400 |
compañía, con que es
fuerza |
|
que la soledad tampoco |
|
estorbes. |
|
|
GUACOLDA |
De qué manera
|
|
ni estorbar la soledad |
|
yo, ni hacer compañía
pueda |
405 |
no sé; que al parecer
son |
|
proposiciones opuestas. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
No son, que el que ama y lo
amado |
|
son sola una cosa mesma, |
|
y así, viviendo yo en
ti |
410 |
y tú en mí, la
consecuencia |
|
es fácil de que no
añades |
|
nuevo número a la
cuenta, |
|
con que alma del alma y vida |
|
de la vida, cosa es cierta |
415 |
que ni acompañas ni
estorbas, |
|
pues de la misma manera |
|
que en presencia estás
conmigo, |
|
estás conmigo en
ausencia. |
|
|
|
GUACOLDA |
Solo puedo responder |
420 |
a tan hidalga fineza |
|
que el no entrar a todas horas |
|
aquí, no es en
consecuencia |
|
de que otros no entren, sino |
|
porque nada te divierta |
425 |
la ocupación, pues por
mucho |
|
que te desveles en ella, |
|
más la debemos a quien |
|
hacer el obsequio intentas, |
|
pues debemos a María, |
430 |
después de tantas
tragedias |
|
como pasamos huyendo |
|
|
-209v- |
de Guáscar, tantas
miserias |
|
como después padecimos |
|
acosados de la guerra, |
435 |
hasta venir a tomar |
|
puerto en nuestra misma
tierra, |
|
la suma felicidad |
|
de llegar a conocerla, |
|
y admitir la ley de un Dios |
440 |
de tan divina clemencia |
|
y tan humana piedad, |
|
que primero que yo muera |
|
por él, ha muerto por
mí, |
|
que fue el dictamen de aquella |
445 |
natural luz, que a no verme |
|
sacrificada hizo fuerza. |
|
Y así, dándole las
gracias, |
|
libres de tantas tormentas, |
|
pasemos a la disculpa |
450 |
de que a embarazarte venga. |
|
Los Urisayas, movidos |
|
de Andrés Jaíra, su
cabeza, |
|
la ocasión aprovechando |
|
de tu retiro y la ausencia |
455 |
del gobernador, han hecho |
|
hoy junta, y resuelto en ella |
|
que no se haga
cofradía, |
|
pues no hay para quién
hacerla, |
|
el día que no hay
imagen. |
460 |
Los Anasayas, con esta |
|
novedad, viendo que tú |
|
en el empeño los dejas |
|
y no pareces, se han dado |
|
por vencidos; de manera |
465 |
que a estas horas están
todas |
|
tus pretensiones deshechas, |
|
tus diligencias frustradas |
|
y tus esperanzas muertas. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
No están; y pues tan a un
tiempo |
470 |
de unos la acción y la
queja |
|
de otros llega que
podré |
|
a entrambas satisfacerlas: |
|
a los unos con que tienen |
|
imagen, pues ya está
hecha, |
475 |
y a los otros con que no |
|
me ausentó menor tarea |
|
que la de estarla labrando, |
|
no dudes que se convenzan. |
|
Cierra este taller, y nadie |
480 |
entre en él hasta que
vuelva. |
|
(Vase.)
|
|
|
|
|
(Sale GLAUCA.)
|
|
GUACOLDA |
Que cierres
|
|
de ese aposento la puerta |
|
y traigas la llave. Virgen |
|
Soberana, Madre y Reina |
485 |
de hombres y de ángeles,
llegue |
|
día en que nos
amanezca90 |
|
tu aurora en Copacabana. |
|
(Vase.)
|
|
|
GLAUCA |
La llave no da la vuelta, |
|
y temo que he de quebrarla, |
490 |
si porfío: quede puesta |
|
en la cerradura, pues |
|
aquí nadie sale
mientras. |
|
|
|
|
(Al irse por una parte sale por otra TUCAPEL.)
|
|
GLAUCA |
¿Quién es
|
|
quien de ese nombre se
acuerda? |
495 |
|
|
TUCAPEL |
El menor marido tuyo, |
|
que humilde tus plantas besa. |
|
|
|
GLAUCA |
Mejor dirás mi mayor |
|
quebradero de cabeza. |
|
Ven acá, bestia en dos
pies, |
500 |
que son las peores bestias, |
|
si sabes91
que nuestro amo, |
|
obligado a la fineza |
|
con que a su esposa le tuve |
|
disfrazada92
y encubierta, |
505 |
apenas se vio en su casa |
|
cuando nos redujo a ella, |
|
en tiempo de tantas hambres, |
|
ansias, pestes y miserias. |
|
Si sabes que no queriendo |
510 |
admitir la verdadera |
|
ley que ellos y yo admitimos, |
|
|
-210r- |
durando siempre aquel tema |
|
de los pasados furores, |
|
fantasías y quimeras |
515 |
que ha tiempos de ti te
privan, |
|
te echó de casa, con
pena |
|
de que si volvías a
entrar |
|
idólatra por sus
puertas, |
|
te había de moler a
palos; |
520 |
¿cómo con tal
desvergüenza |
|
osas llegar hasta aquí, |
|
sin que su castigo temas? |
|
|
|
TUCAPEL |
Como la necesidad |
|
tiene cara de hereja, |
525 |
tan mala que es menor
daño |
|
el ver la tuya que el verla, |
|
desacomodado y pobre |
|
perezco, y viéndole hoy
fuera |
|
de casa, me atreví a
entrar |
530 |
a pedirte que te duelas |
|
en este estado de mí; |
|
porque esperar a que sea |
|
cristiano, será
imposible, |
|
que hay otro yo que en mí
reina, |
535 |
a quien ofrecí alma y
vida |
|
cuando presumí que
fuera |
|
la sacerdotisa quien |
|
me había traído a tu
presencia. |
|
|
|
GLAUCA |
Pues dile a este señor
diablo |
540 |
que tus acciones gobierna |
|
que digo yo que es tonto, |
|
pues ya que a pedir te fuerza, |
|
pedir diciendo pesares |
|
es política muy necia. |
545 |
Con esto, y con que en tu vida |
|
ni me hables ni me veas, |
|
vete o no te vayas, pues |
|
podrá ser que el amo
venga, |
|
y a los susodichos palos |
550 |
ejecute la sentencia. |
|
(Vase.)
|
|
|
TUCAPEL |
Oye, aguarda. No es posible |
|
seguirla sin que me vea |
|
la demás gente de casa, |
|
y ya que solo me deja |
555 |
en este zaguán, adonde |
|
hay a un aposento puerta, |
|
y está en él la
llave, tengo |
|
de ver si hay algo que pueda |
|
llevarme hacia allá, con
que |
560 |
repase alguna pequeña |
|
parte a mi necesidad. |
|
(Mira por la cortina sin
correrla.)
|
Mas ¡qué inútil
diligencia! |
|
Pues todo cuanto hay
aquí, |
|
son solo cuatro herramientas |
565 |
y una mal formada estatua. |
|
¿Quién creerá
tan adversa |
|
la infame de mi fortuna, |
|
que ya que a hurtar me
resuelva, |
|
cuando me da la ocasión |
570 |
me quita la conveniencia? |
|
Pero por poco que valgan |
|
cepillos, cinceles, sierras |
|
y escoplos, algo
valdrán: |
|
con todos cargar pretenda. |
575 |
(Vase sin abrir la cortina.)
|
|
|
IDOLATRÍA |
(Dentro.)
|
¡Ladrones, ladrones! |
|
|
TUCAPEL |
¡Cielos!,
|
|
muerto soy si aquí me
encuentran, |
|
quiera mi suerte... |
|
|
|
TUCAPEL |
...que acierte a dar con la
puerta. |
|
|
|
|
(Suena dentro ruido, como que tropezando derriba el taller
y sale huyendo, y al irse él, sale la IDOLATRÍA.)
|
IDOLATRÍA |
Sí darás, porque
estas voces |
580 |
solo en tus oídos
suenan, |
|
articuladas de mí |
|
porque al ir huyendo dellas |
|
te haya hecho el temor que en
todo |
|
tropieces como tropiezas, |
585 |
para que, sin que haya mano |
|
tan sacrílega, tan
fiera, |
|
tan bárbara, tan
enorme, |
|
que ejecute la violencia |
|
de derribar esa estatua, |
590 |
|
-210v- |
la halle quebrada y deshecha |
|
su artífice; que aunque
yo |
|
por mano del hombre pueda |
|
(ya lo dije) obrar insultos, |
|
no sé qué se tiene
esta |
595 |
aún no imagen de
María, |
|
que su respeto me fuerza |
|
a haber hecho en el acaso |
|
tolerable la indecencia. |
|
Diga la historia que
hallé |
600 |
su fábrica
descompuesta, |
|
mas no diga que hubo quien |
|
osase descomponerla. |
|
¿Quién creerá
que cuando estoy |
|
huida, arrojada y depuesta |
605 |
de tan alta monarquía, |
|
de majestad tan suprema |
|
como en esta mayor parte |
|
del mundo tuve sujetas |
|
a mi imperio tantas gentes, |
610 |
tantos mares, tantas tierras |
|
y tantas adoraciones, |
|
solo gima, llore y sienta |
|
pensar que en Copacabana, |
|
que el adoratorio era |
615 |
del gran ídolo de
Faubro, |
|
cuerpo que con tres cabezas |
|
equivocaba lejanas |
|
noticias de que Dios sea |
|
Uno y Trino, se ha de ver, |
620 |
¡ay de mí!, la imagen
puesta |
|
de María, porque es |
|
cerrarme todas las puertas |
|
a la esperanza de que |
|
jamás a cobrarse
vuelvan |
625 |
imperios, aras ni altares; |
|
que ya sé que donde
llega |
|
la devoción de
María, |
|
para siempre vive y reina? |
|
¿Pues qué, si a
aqueste dolor |
630 |
se añade93
(que no hay pequeña |
|
circunstancia que no aflija, |
|
si entre las grandes se
encuentra) |
|
el ver que un indio bozal, |
|
sin más arte ni más
ciencia |
635 |
que un rasgo, un viso, un
bosquejo |
|
que él se dibujó en
su idea, |
|
le persuade a que ha de hacer |
|
escultura tan perfecta, |
|
que, retrato de María, |
640 |
ser colocada merezca? |
|
Bien sé cuánto es
imposible |
|
conseguirlo su torpeza; |
|
mas la fe con que la labra |
|
me ofende de tal manera, |
645 |
que por vengarme en la fe |
|
aun más que en la
suficiencia, |
|
no ha de haber medios que no |
|
ponga astucias94
y cautelas, |
|
no solo en desvanecer |
650 |
el afán de sus tareas, |
|
pero el efecto a que aspira, |
|
haciendo que no le tenga |
|
la Congregación, a cuya |
|
causa moveré
pendencias, |
655 |
rencillas y disensiones |
|
entre aquesas dos opuestas |
|
familias; de suerte que |
|
tan desde luego se enciendan, |
|
que desde luego se escuche |
660 |
decir a espadas y lenguas... |
|
|
|
ELLA y UNOS |
¡Mueran hoy los
Anasayas! |
|
|
|
ELLA y OTROS |
¡Hoy los Urisayas
mueran! |
|
|
|
|
(Vase la IDOLATRÍA y salen
acuchillándose de una parte ANDRÉS y de otra YUPANGUÍ, y en dos bandos todos
los que puedan y TUCAPEL.)
|
|
|
TUCAPEL |
¿Ver de lejos, no es gran
fiesta, |
665 |
cuchilladas? |
|
|
|
|
(Sale el GOBERNADOR.)
|
GOBERNADOR |
Acudid todos apriesa. |
|
Tened, apartad; ¿qué
es esto?95 |
|
|
-211r- |
¿En cuatro96
días de ausencia |
|
hace mi persona falta, |
670 |
de suerte que lo que encuentra |
|
primero es un alboroto |
|
tan grande? |
|
|
YUPANGUÍ |
Que me detenga
|
|
tu respeto, es justo. |
|
|
ANDRÉS |
Solo
|
|
él mi cólera
pudiera |
675 |
suspender. |
|
|
GOBERNADOR |
Esa atención
|
|
por ahora os agradezca |
|
el no enviaros a una
cárcel |
|
hasta que la causa sepa, |
|
por si antes de escribirla |
680 |
es capaz de componerla. |
|
¿Qué ha sido
esto? |
|
|
YUPANGUÍ |
Andrés Jaíra
|
|
lo dirá, que es bien
prefiera |
|
la autoridad de sus canas, |
|
y fío de su nobleza |
685 |
que no dirá cosa que |
|
no esté en toda razón
puesta. |
|
|
|
ANDRÉS |
En fe de esa confïanza |
|
usaré de la licencia. |
|
Yo, señor, que un tiempo
fui |
690 |
(bien como todos) de aquella |
|
idólatra ceguedad |
|
que creyó que el Sol
pudiera, |
|
siendo sin alma y sin vida |
|
solo un material planeta, |
695 |
habernos dado a su hijo; |
|
oyendo la diferencia |
|
que hay de Criador a criatura, |
|
y viendo las excelencias |
|
de ley tan en natural |
700 |
razón que para creerla |
|
sin sus milagros, bastara |
|
la suavidad de sí
mesma. |
|
Convencido en mi pasado |
|
error, la admití, y con
ella |
705 |
la piadosa Esclavitud |
|
de la gran patrona nuestra. |
|
He asentado este principio |
|
para que nunca se crea |
|
que es relajación en
mí |
710 |
haber hecho resistencia |
|
a que mientras que no haya |
|
decente imagen que pueda |
|
colocarse, esté la obra |
|
y la Esclavitud suspensas. |
715 |
En esto yo y mis parciales |
|
hablamos, y como llegan |
|
las voces de un barrio a otro |
|
tan otras que no son ellas, |
|
quejoso Francisco Inga |
720 |
de que yo hiciese en tu
ausencia |
|
junta sin él, llegó a
hablarme |
|
con más pasión que
paciencia. |
|
Yo también (no me
disculpo) |
|
debí de dar la
respuesta |
725 |
sin paciencia y con
pasión; |
|
de suerte que a las primeras |
|
razones, viendo él y yo |
|
cuánto mejor se remedia |
|
una injuria de la espada |
730 |
que una herida de la lengua, |
|
llegamos a lo que has visto: |
|
diga él si hay más
causa que esta. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
¿Cómo puedo yo
negar |
|
que esa es la verdad, si es
vuestra? |
735 |
Solo añadiré,
señor, |
|
que reñimos tan
apriesa, |
|
que no hubo lugar de que |
|
lo que iba a decirle sepa; |
|
y así, permitid que
aquí |
740 |
diga lo que allá
dijera. |
|
|
|
|
YUPANGUÍ |
Concedo que erré
|
|
en la escultura primera |
|
la materia de la imagen |
|
que ofrecí, y en
consecuencia |
745 |
de que no hay humano yerro |
|
que no le dote la enmienda, |
|
de las varas del maguey, |
|
por ser preciosa madera |
|
e incorruptible, otra imagen, |
750 |
desbastadas las cortezas, |
|
del corazón he labrado, |
|
|
-211v- |
por parecerme que sea |
|
corazón e
incorruptible, |
|
de ambos decente materia. |
755 |
A satisfacer con esto |
|
a unos de que imagen tengan |
|
y a otros de que mi retiro |
|
no de otra causa proceda, |
|
iba cuando (ya lo dijo |
760 |
Andrés) la cólera
nuestra |
|
no dio a pláticas
lugar, |
|
y puesto que tu presencia |
|
le da, y que lo que ahora digo |
|
es lo que entonces dijera, |
765 |
quien quiera satisfacerse |
|
de verdad tan manifiesta, |
|
en buen paraje se halla, |
|
pues está mi casa
cerca. |
|
|
|
GOBERNADOR |
Yo, no por satisfacerme, |
770 |
que fuera el dudarlo ofensa; |
|
la hechura iré ver, por
solo |
|
la curiosidad verla. |
|
|
|
TODOS |
Todos sirviéndote
iremos. |
|
|
|
|
(Entran por una puerta y salen por otra.)
|
|
TUCAPEL |
[Aparte.]
|
Porque no tenga
|
775 |
sospecha de que yo fui |
|
el que dio con todo en tierra, |
|
con ellos iré, que no |
|
hay mejor quita sospechas, |
|
que no huir el agresor. |
780 |
|
|
YUPANGUÍ |
Antes que os abra la puerta |
|
donde la imagen está, |
|
habéis de oírme una
advertencia. |
|
|
|
|
YUPANGUÍ |
Que estando solo en blanco
|
|
haber97
de suplir es fuerza |
785 |
ahora en lo que no es |
|
lo que será cuando
tenga |
|
la encarnación de los
rostros |
|
y manos, y la viveza |
|
de la estofa del ropaje, |
790 |
que es lo que no he de ponerla |
|
yo, sino un pintor que dora |
|
el retablo de la iglesia, |
|
que en la ciudad de La Paz |
|
la orden de Francisco ostenta. |
795 |
|
|
GOBERNADOR |
Claro está que en blanco,
solo |
|
da de lo que ha de ser
muestra. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Pues con esta
prevención, |
|
la imagen que labré es
esta. |
|
|
|
|
(Corre la cortina y vese el taller derribado, la estatua
deshecha y los instrumentos esparcidos.)
|
|
|
GOBERNADOR |
Que aquí solo a verse
llegan |
|
mal desunidos pedazos |
|
que esparcidos por la tierra, |
|
no solo imagen son, pero |
|
aun de serlo no dan
señas. |
805 |
|
|
ANDRÉS |
¿Esto es lo que nos
traéis |
|
a ver con tan satisfecha |
|
presunción? |
|
|
GOBERNADOR |
¿Cómo en
disculpa
|
|
no habláis desta
inadvertencia? |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Como un dolor, que en menores |
810 |
pedazos que esos me quiebra |
|
el corazón en el pecho, |
|
ha embarazado a la lengua |
|
la voz, y tras ella el uso |
|
de sentidos y potencias. |
815 |
|
|
ANDRÉS |
Bien se ve que esto no es
más |
|
que un imaginario tema |
|
de manía, y pues que
tengo |
|
tan a vista la evidencia |
|
de lo poco que esto puede |
820 |
venir a ser, no os parezca |
|
rebeldía el mantener |
|
que hasta que haya imagen
bella |
|
no ha de haber
Congregación; |
|
y ansí, vós, por vida
vuestra, |
825 |
que esto de labrar estatuas |
|
lo dejéis a quien lo
entienda. |
|
|
|
GOBERNADOR |
¿Quién os
persuadió a que pudo |
|
|
-212r- |
haber sin estudio ciencia? |
|
|
|
|
|
|
(Vanse.)
|
YUPANGUÍ |
Por más que todos me
afrentan, |
|
perdido desvelo mío, |
|
me aflige y me desconsuela |
|
más el mirar vuestro
ultraje |
|
que el padecer mi
vergüenza. |
835 |
Si es, Señora, esto en
castigo |
|
de que un bruto indio se
atreva |
|
a copiar vuestra hermosura, |
|
humildemente sobre estas |
|
antes que fábricas
ruinas, |
840 |
os ruego, pecho por tierra, |
|
que me quitéis la
aprehensión |
|
o me deis la suficiencia; |
|
porque mientras que de
vós, |
|
o el olvido no me venga |
845 |
o no me venga el favor, |
|
por mí no ha de quedar
esta |
|
viva fe de que de veros |
|
en Copacabana puesta |
|
en alto solio, y... |
|
|
|
(Sale GUACOLDA.)
|
GUACOLDA |
Francisco,
|
850 |
¿qué es esto, que la
pendencia |
|
antes, después el
concurso |
|
de gente, absorta y suspensa |
|
me tuvo? Sepa qué ha
sido. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
¿Qué quieres,
María, que sea |
855 |
sino poca suerte mía? |
|
(Corréis
cortina.)
|
Mira..., pero no lo veas, |
|
no te quiebre el
corazón |
|
ver mi dicha en polvo
envuelta. |
|
¿Quién aquí
cuando salí |
860 |
entró? |
|
|
|
|
GLAUCA |
(Dentro.)
|
¿Qué
atrevimiento
|
|
es este? |
|
|
YUPANGUÍ |
Mas oye, espera.
|
|
¿Qué es eso,
Inés? |
|
|
|
(Sale GLAUCA y
TUCAPEL.)
|
GLAUCA |
Que no solo
|
|
aquí Tucapel se entra, |
865 |
pero que no hay cómo
echarle |
|
de casa. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Ven acá, ¿no te he
mandado |
|
que no entres por esas
puertas? |
|
|
|
TUCAPEL |
La novedad de entrar todos |
870 |
me permitió la
licencia. |
|
|
|
YUPANGUÍ |
Y cuando todos se van, |
|
¿cómo tú solo
te quedas? |
|
|
|
|