Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  -fol. 238r-  

ArribaAbajoJornada II

 

Sale el CONDE SCIPIÓN, TANCREDO y MAURICIO.

 
MAURICIO
Milagro fue conocella.
CONDE
Estoy, amigos, tan loco,
que a estarlo a todos provoco.
Yo he conocido la bella.
TANCREDO
¡Entre tantas, no fue poco!5
CONDE
Necio, sí fue porque hacía
la luz que della salía
ventaja clara y notoria,
con mil reflejos de gloria,
dentro acá del alma mía.10
MAURICIO
¿Qué tenemos por reflejos?
CONDE
Lo que se causa, Mauricio,
en los cristales y espejos,
haciendo en ellos solsticio.
Pues si la vieras, Tancredo,15
tan devota oyendo misa...
TANCREDO
Ser noble dello te avisa.
CONDE
¿No viste, al decir el Credo
aquella boca de risa?
TANCREDO
¿Pues riose el sacristán?20
CONDE
Este necio hace su oficio.
Tú solo me habla, Mauricio.
MAURICIO
Bien hiciste del galán.
CONDE
Daba de mi amor indicio.
Mas dime: ¿A quién no venciera25
su honestidad, si la viera?
MAURICIO
Así dicen que ha de ser
la que es principal mujer.
CONDE
¿Cómo?
TANCREDO
De aquesta manera:
Será dama en la ventana,30
y en el estrado señora,
en el aldea, aldeana
y en el campo labradora,
y en la mesa cortesana;
en la calle, mucho amor,35
en la iglesia, cuanto pueda
devoción con el Señor.
En la cama... Esto se queda
para el discreto letor.
CONDE
Harto bien lo has retratado,40
aunque es viva pintura
de su divino traslado,
que de su mucha hermosura
ella sola es el dechado.
Y así, tan honesta estaba45
ésta, mi casada bella,
que al cielo mismo espantaba;
pero más rezaba, que ella
que a Dios por los dos rogaba.
MAURICIO
¿Y qué rogabas a Dios?50
CONDE
Que la ablandase Mauricio,
con mi tierno sacrificio,
la dureza que a los dos
y a mí me quita el juicio.
MAURICIO
A Dios no se ha de pedir55
más de lo que fuere justo,
que antes aparta lo injusto.
  -fol. 238v-  
CONDE
De verme el cielo morir,
¿posible es que tenga gusto?
TANCREDO
Que eres hereje. ¡Ay de ti!60
MAURICIO
En la gentil Teología
de Júpiter se decía
que, en siendo uno amante, sí.
CONDE
Pues al llegar a la pila,
¡oh amigos!, ¡oh hermanos!, vila65
meter una mano en ella,
¡que diera el alma por ella!
TANCREDO
Las lágrimas que destila.
¡Qué apurado tras el seso,
agudo te ha hecho amor!70
Pero pregunto, señor:
¿por qué no fuiste travieso?
CONDE
Tuve, Tancredo, temor;
que no dudes que pusiera,
hecha lágrimas el alma,75
porque en ella conociera
mi dolor, mi pena y calma,
cuando la mano metiera.
¿Pero no es esta que ves?
Sin duda que vive aquí.80
MAURICIO
Que oro, plata, interés
no tendrá quien viene así
en las plantas de sus pies.
 

(Sale LISBELLA con manto, y un escudero.)

 
CONDE
Pasar por delante quiero;
oídme, buen escudero:85
desta dama, el nombre aguardo.
BELARDO
Es la mujer de Leonardo.
CONDE
¿Quién, señor?
BELARDO
Un caballero.
CONDE
¿Y el nombre della?
BELARDO
Es Lisbella.
CONDE
¿Es la que llaman la bella?90
BELARDO
La misma.
CONDE
Deciros quiero...
BELARDO
¿Qué?
CONDE
Decidme, noble escudero:
¿podría yo hablalla y vella?
BELARDO
¿Para qué?
CONDE
Para servilla;
95
que si esto hiciésedes vós...
BELARDO
¡Qué gentil necio, por Dios!
Come a costa de la villa,
hermano, y anda con Dios.
Qué donoso majadero.100
CONDE
Yo, amigo, soy caballero,
y soy el conde Scipión,
que para cierta razón,
quise esto saber primero.
BELARDO
Perdone, vueseñoría,105
si a mi lengua le ha faltado
la debida cortesía,
que como no conocía,
he andado tan demasiado.
CONDE
Vós habéis andado bien,110
no os dé pena ese temor,
que no conociendo a quién,
eso no es faltar valor,
tratar uno con desdén.
Sabed que yo me he hallado115
en la iglesia esta cadena,
y dicen que le ha faltado
a esta dama, y por ser buena
la guardo con tal cuidado.
Querría que la llevéis,120
-fol. 239r-
y de mi parte diréis
que yo la hallé y se la envío,
que de vuestra lengua fío
que decírselo sabréis,
que parecéis hombre honrado.125
MAURICIO
¿En qué aqueste loco está
creciendo su pena al doble?
TANCREDO
Una cadena le da.
MAURICIO
¿Qué habrá que el oro no doble?
CONDE
Y si es algo menester,130
buscadme, que a San Luis vivo,
adonde me podréis ver.
BELARDO
A serviros me apercibo.
CONDE
Y yo a daros mi poder.
 

(Vase BELARDO.)

 
Amigos, hoy es el día135
que amanece en mi alegría.
Hoy me da favor mi estrella.
MAURICIO
¿Cómo?, ¿quiérete la bella?
CONDE
No, mas hoy ha de ser mía.
MAURICIO
¿Cómo?, ¿qué es lo que ha pasado?140
CONDE
Al escudero le ha dado
una cadena que lleve
para que mi amor apruebe
a lo que estoy obligado.
Hala llevado a la bella.145
Hoy se abona mi partido,
si llega a su poder della.
MAURICIO
¿Y es el hombre conocido,
o ha dado fianzas della?
CONDE
¿No ves que parte engañado,150
diciendo que la he hallado?
El hombre se la dará
y ella que es mía sabrá,
que es lo que yo he deseado.
Vamos, amigos, que quiero155
mudar de gala y vestido,
por el nuevo bien que adquiero,
pues ya está el bien admitido,
de donde yo el bien espero.
Ve tú a aderezalla.
MAURICIO
Iré.
160
CONDE
Hazme ensillar un caballo;
rompa estas piedras su pie.
MAURICIO
Más despacio has de tomallo.
CONDE
Más deprisa moriré.
Ventana, balcón y pieza165
donde vive el dueño mío;
aquí estoy y no me desvío.
MAURICIO
Haz que alquile la cabeza,
que es aposento vacío.
 

(Vanse, sale LEONARDO y TEODORO.)

 
LEONARDO
¿A dónde te has detenido,170
que no te he podido hablar,
por más que he dado en buscar?
¿Qué es lo que te ha sucedido,
que ha dos horas que te aguardo?
TEODORO
¡Ah!, nunca pluguiera a Dios175
que saliéramos los dos
aquella noche, Leonardo.
Que tanto peligro vi,
cuando allí te dije, amigo,
que estoy hablando contigo180
y creo que no es así.
  -fol. 239v-  
[LEONARDO]
¿Tanto de mi bien te pesa,
que así mi gusto me quitas?
Tanto mis bienes limitas,
que oyéndote mi bien cesa.185
¿Buscar un hombre su gusto
es una pena tan clara?
TEODORO
Si era justo me obligara,
pero aquese es caso injusto.
Que te amancebes me pesa,190
que es hacer el corazón
cuchillo de bodegón,
atado siempre a la mesa.
No quiero dama ni dame,
libertad a toda ley,195
porque si me han hecho buey,
el buey suelto, bien se lame.
No de hipócrita lo digo,
ni porque dello te alteres,
porque todo el mal que hicieres,200
lo ha de haber hecho tu amigo.
LEONARDO
Así te goces, Teodoro,
que no por holgarse un hombre
baja nada de su nombre,
ni pierde de su decoro;205
ni por tratar un amigo,
ni ir en casa de una dama,
pierde nada de su fama,
ni le pueden dar castigo.
TEODORO
Ni puede en conversación210
tomar un poco contento,
y es menos del casamiento
la prolija obligación.
Es tan público y notorio,
que dicen quieres tener215
esa amiga por mujer,
y esotra por accesorio.
¡Vive Dios!, así mandó
tu mujer, suegro y cuñado
matarme aquel embozado220
que entonces me acuchilló.
Como hablando estoy contigo,
que soy tu amigo, y soy mozo,
y si te echas en un pozo,
lo ha de haber hecho tu amigo.225
LEONARDO
Teodoro, Si yo entendiera
que mi mujer tal mandó,
ya estuviera viudo yo,
y ella en la tierra estuviera.
Si mi cuñado o mi suegro230
tal maldad imaginara,
¡vive Dios!, que los matara
o tratara como un negro.
También tienes enemigos
que tus glorias envidiaron,235
pero pues no te mataron,
sin duda fueron amigos.
Por matarte, hacían alardes
fingidos. Al fin huyeron.
TEODORO
Si amigos, muy necios fueron,240
y si enemigos, cobardes.
¿Qué piensa, el muy necio amigo,
cuando en alguna ocasión,
con gran disimulación
quiere probar a tu amigo.245
No quisieron esperar,
quizá de amigos lo hicieron,
o porque en mi espada vieron
ganas y aceros mostrar.
Yo saco la espada tarde,250
mas, ¡vive Dios!, que después
-fol. 240r-
que ha menester buenos pies
el que dos tajos me aguarde.
Gustará verte apartar
desta Casandra hechicera,255
que te trae desta manera,
y con tu Lisbella estar.
En tu casa recogido
y no con tal vil mujer,
que te hace el viento beber,260
y por bobo te ha cogido.
Tras pescarte el buen dinero
con tan fingidas respuestas,
porque así lo hacen aquestas
cuando ven un majadero265
que se ande boquiabierto
tras ellas, cual tú.
LEONARDO
No entiendas
que son tan pocas las prendas
que tema ese desconcierto.
Siempre de día la trato,270
solo a comer y dormir
dejo, amigo, de acudir.
TEODORO
¿Y entretanto, mentecato?
LEONARDO
Yo tengo puestas espías.
TEODORO
¿Sobornallas no sabrán?275
¡Por Dios, que hay algún rufián
que come lo que tú envías!
LEONARDO
No soy tan necio, o tan feo,
que no la obligue mi amor.
TEODORO
¡Ah!, ¡que eres un pecador,280
que te engaña tu deseo;
que a ninguno quiere bien,
aunque pienses que te quiera.
Guárdate, que es hechicera.
LEONARDO
¿Que es hechicera?
TEODORO
También.
285
¿Cuál déstas no lo ejercita,
mide la mano y el brazo,
las habas echa y cedazo
y enciende su candelita?
Tú estás con Casandra mal,290
pues con tan poca ocasión,
descubres esa pasión
y te dejas decir tal.
[LEONARDO]
Siempre me ha amado y querido.
Mal tu pecho se declara.295
TEODORO
¡Ah, que le miras la cara,
y no el corazón fingido!
Que lo hace por pescarte,
como vee la bolsa franca,
que cuando no tengas blanca,300
no ha de oírte ni mirarte.
Y porque tan ciego estás,
yo quiero que a verla vamos,
y que los dos le digamos
que aquesta noche te vas.305
Y está tres días escondido
en tu casa, y tú verás
cuando vuelvas, si hallarás
señal de haberte querido.
LEONARDO
Porque quedes satisfecho,310
quiero dejarme engañar,
y a su casa he de llegar,
a ver este engaño hecho.
TEODORO
Pues ya que a tu puerta estás,
llama.
LEONARDO
Creo que me ha sentido.
315
Tú verás si me ha querido
y si me quiere ahora más.
TEODORO
Tú verás tus desconciertos.
LEONARDO
Gana me das de reír.
-fol. 240v-
Ya me sale a recebir320
con ambos brazos abiertos.
¡Qué gallarda pisa el suelo!
¿Que hiciera más un pavón?
TEODORO
Mejor dirás un frisón,
ya con gualdrapa, o ya en pelo.325
CASANDRA
Con estos brazos te espera
tu esclava.
LEONARDO
Yo los adoro.
CASANDRA
¿Acá está también Teodoro?
LEONARDO
Es mi media alma, y tú entera.
TEODORO
De invierno y verano son.330
Bien es que dos almas lleve:
tú serás alma de nieve,
yo seré la de carbón.
Perdonad, Casandra, a fe,
que no os había saludado.335
CASANDRA
¡Ah, pícaro desgarrado!
TEODORO
En todo me hacéis mercé.
-¿Estáis buena? -Ya lo veis.
-¿Y vós? -A vuestro servicio.
-Sentaos. -No es ése mi oficio,340
pero harelo, baste pues.
LEONARDO
Tú preguntas y respondes.
TEODORO
Por ahorrar de cumplimiento,
yo me respondo y me asiento.
LEONARDO
Al que tú eres correspondes,345
que esa tu crianza es.
TEODORO
¿No habrá mujer que entretenga?
CASANDRA
No faltará.
TEODORO
Pues ¡sus!, venga.
CASANDRA
Llamaranla.
TEODORO
Venga, pues.
CASANDRA
Es fea como una bruja.350
TEODORO
¿Quiérola yo para casta?
¿No es mujer?
CASANDRA
¿Pues no?
TEODORO
Pues basta.
Ojo tiene como aguja;
no hay primer encuentro malo;
tocas tenga y sea una mona;355
si es lejos, a la fregona
de casa le haré un regalo.
LEONARDO
Basta, bueno está Teodoro,
razón será que ya impida
este gusto mi partida.360
TEODORO
¿Cuándo te vas?
LEONARDO
Hoy.
CASANDRA
Pues lloro.
¿Tú te vas?
LEONARDO
Por quince días
de tus ojos me destierro.
TEODORO
Sí, tú te vas como perro.
CASANDRA
Hoy se acabarán mis días.365
Muerta soy.
LEONARDO
¿Ves?, desmayada
cayó. ¡Mal haya tal fe!
TEODORO
¡Que así esta bellaca esté!,
¡oh, bellacona taimada!
Advierta vuestra merced370
que no me ha engañado a mí.
LEONARDO
¿Para qué la hablas así?
Criadas, agua traed.
¡Ah, mal haya tanto amor,
y el haber venido aquí!375
TEODORO
¡Mal haya!, el fingir le di
y maldirasla mejor.
LEONARDO
¿Para qué hablas así?
TEODORO
¿Qué importa que esto le diga?
LEONARDO
¡Ah, mi buena, dulce amiga!380
  -fol. 241r-  
TEODORO
¡Que esté esta bellaca así!
Unas palabras sé yo
con que luego en sí volviera
si desmayada estuviera.
LEONARDO
¿Que no lo está?
TEODORO
Creo que no.
385
LEONARDO
Díselas.
TEODORO
Están en griego.
LEONARDO
No importa.
TEODORO
Ya se las digo.
Treinta escudos trae el amigo;
llega y péscaselos luego.

 (Vuelve en sí.) 

CASANDRA
¡Jesús, y qué turbación!390
TEODORO
¡Mira si han aprovechado!
LEONARDO
Dile más.
TEODORO
Halos prestado
para cierta ejecución.
LEONARDO
Tornado se ha a desmayar.
TEODORO
Faltó a la palabra fuerza.395
LEONARDO
Con otras, Teodor, la esfuerza.
TEODORO
Aquí los trae.
CASANDRA
¡Qué pesar!
LEONARDO
Acabad ya, vida mía,
que me tenéis de un cabello.
CASANDRA
¿Que te vas?
LEONARDO
Habré de hacello,
400
por fuerza.
CASANDRA
¿Cuándo?
LEONARDO
Este día.
CASANDRA
¿Y qué he de hacer entretanto?
LEONARDO
Regalarte, que aquí va
dinero que basta.
TEODORO
Ya
está deshecho el encanto.405
Ya se ha pasado el desmayo.
CASANDRA
Al fin me dejas sin ti,
muerta me has de hallar aquí.
TEODORO
No finge mal; ¡rico ensayo!,
sino que es a lo moderno.410
LEONARDO
¿No tendrás de mí memoria?
CASANDRA
¿Cómo esperaré tu gloria
en mi pena, que es infierno?
TEODORO
En él, plega a Dios, estés,
si no mientes, magancesa.415
LEONARDO
Harto el dejaros me pesa;
beso a Casandra los pies.
CASANDRA
A eso solo venías;
muerta me hallaréis los dos.
¿Vase Teodoro con vós?420
TEODORO
Soy el perro de Tobías,
que no le puedo dejar;
juntos vamos y vendremos.
Bien finge lindos estremos.
CASANDRA
Muerta me tienes de hallar.425
TEODORO
Buena queda; tú verás
si la hemos de hallar muerta.
CASANDRA
Cierra, Drusila, esa puerta;
ciérrala, no la abras más.
TEODORO
Escúchala desde aquí.430
CASANDRA
Cierra también la ventana,
no haya luz tan de mañana,
pues se va mi bien de aquí.
Sea el limbo mi aposento.
Hoy no me den de cenar;435
quiérome entrar a acostar8.
¡Jesús, qué mala me siento!
LEONARDO
Muerta queda de temor.
De sí tengo de tornar;
y si ella me ve tardar,440
-fol. 241v-
ha de morir de dolor.
Conocerás tu intención,
ser pertinaz y perdida;
por mí ha de acabar su vida.
TEODORO
Calla, que eres bobarrón.445
No hemos pasado la calle,
que en pasando, ¡vive Dios,
que le han de ver más de dos
sobre el faldellín el talle!
No hemos pasado la puente,450
que en saliendo es cosa llana
que ha de ser el aduana
donde combata la gente.
LEONARDO
De modo me persuades,
que casi estoy por creer455
que todo eso puede ser,
y que me dices verdades.
Tú has de ver en sus entrañas
que ha de ser su fin muy presto.
TEODORO
Apartémonos del puesto,460
y tú verás sus marañas.
Verás si sabe vivir
cuando la oprima tu ausencia,
y verás si en tu presencia
sabe llorar y fingir.465
LEONARDO
Todo aqueso puede ser,
mas cree de mí una cosa:
que si aquesta es mentirosa,
que no creeré más mujer.
Quiero a mi casa llegar470
y vestirme de camino,
si fuere mal adivino,
yo me condeno a azotar.
 

(Vanse y sale LISBELLA y BELARDO, con la cadena.)

 
BELARDO
Esta cadena me dio,
y, que tú la habías perdido,475
el hombre me declaró.
LISBELLA
En todo engañado ha sido;
o el nombre o la casa erró.
Nunca tal joya perdí.
BELARDO
¿Tiénesme por hombre a mí,480
que la cadena trujera
si aquesto no me dijera?,
¿o no te confías de mí?
¿O es que pones en olvido
lo que en tu servicio he hecho?485
LISBELLA
No tienes que estar corrido,
que muy bien sabe mi pecho
que eres hombre bien nacido.
Pero púdote engañar
y engañote, no hay dudar.490
BELARDO
Aqueso he sentido más;
déjame ir allá y verás
si sé por tu honor tornar.
LISBELLA
Eso es, Belardo, peor.
Mejor será remediallo,495
antes que encienda el amor
fuego que, para apagallo,
sea menester el honor.
BELARDO
¿Qué es lo que quieres hacer?
LISBELLA
Yo le quiero responder500
de mi mano en un papel.
¿Hay recado para él?
BELARDO
Presto se podrá traer.
LISBELLA
Este estranjero, Belardo,
es el que hoy estaba en misa.505
  -fol. 242r-  
BELARDO
A escribirle te da prisa.
LISBELLA
No imagines que me tardo:
aquí mi mano le avisa
que se reporte y entienda
que tengo dueño y hacienda,510
que se esté quedo en su casa,
porque, si por la mía pasa,
habrá en ella quien le ofenda.
BELARDO
Que le añadieses, querría,
que si acaso va creciendo515
su inexpugnable porfía,
le harás matar.
LISBELLA
Voy diciendo
eso con más cortesía,
porque a un hombre principal
no se puede escribir mal,520
ni perderle así el respeto.
Con esto acabo, en efeto;
gente suena en el portal.
 

(Entra LEONARDO, hablando.)

 
LEONARDO
No hay nadie en esta casa, ¿qué es aquesto?
BELARDO
Mi señor viene.
LISBELLA
¿Pues no habías cerrado?
525
BELARDO
Esconde ese papel.
LISBELLA
Conviene presto.
LEONARDO
¿De qué estáis vós turbada, y él turbado?
¿Cómo no respondéis los dos tan presto?
¿Os ocupa el temor de lo pasado?
¿Qué hacía aquí el papel y escribanía?530
LISBELLA
A mi padre, una carta enviar quería.
LEONARDO
¿A vuestro padre? ¿A vós, por dicha, os falta
algo en mi casa?
LISBELLA
No es por falta alguna
que tenga en vuestra casa, o baja o alta,
pues vós sabéis que no falta ninguna.535
El alma se me aflige y sobresalta
con el temor de mi crüel fortuna.
No hay que dudar; yo tengo en vuestra casa
lo que a mi calidad excede y pasa.
LEONARDO
No más fingir, que ya he dado en el blanco.540
¿De qué sirve fingir?; ¿que es otra cosa
de que te pones colorado y blanco?
LISBELLA
Hoy es mi muerte, sin razón, forzosa.
LEONARDO
¿A tu señor, agradecido y franco,
a quien mostrabas risa vergonzosa,545
no respondes? Decidle qué ha pasado,
-fol. 242v-
que estoy, en fuego de mi honor, asado.
LISBELLA
¡Jesús, Señor!, ¿vós empuñáis la daga?
¿Tenéis, a caso, de mi honor recelo?
LEONARDO
No os espantéis, Lisbella, que esto haga.550
LISBELLA
¡Viva me trague, si os ofendo, el suelo!,
mas, porque el corazón no se deshaga
en el pecho, pensando este recelo,
oídme un poco; contaréoslo todo.
LEONARDO
¿Con esa dilación pensáis el modo?555
LISBELLA
Después que tratáis mujeres rüines,
habéis tenido ruines pensamientos;
viniéndoos a acostar a los Maitines,
con mil livianos entretenimientos.
LEONARDO
Haceisos todos unos serafines,560
en viendo descubiertos los intentos
de vuestro mal vivir, y luego ha sido
culpa el marido, que anda destraído.
LISBELLA
Paso, señor, que soy mujer honrada,
y no lo agradecéis.
LEONARDO
Gentil respuesta.
565
No estáis, Lisbella, vós misma obligada,
a vós propria, por vós, a ser honesta.
LISBELLA
En tales tiempos, que no está guardada
la honra, sino a mil peligros puesta,
tener honor guardado en casa es mucho.570
LEONARDO
Qué grandes disparates os escucho.
Muy bueno es que una mujer casada
quiera que su marido la agradezca
el vivir recogida y recatada,
y esto dificultoso le parezca,575
y porque al otro le negó la entrada,
entonada se empine y engrandezca,
pidiendo galardón por lo que es pena.
Si vós sois buena, para vós sois buena.
Hízose el matrimonio, por ventura580
-fol. 243r-
para que la mujer no le guardase,
o para que encerrada en su clausura,
por su marido y por su honor mirase.
LISBELLA
¿Y diósele al marido más anchura
para que desvelado, desvelase585
a su casa y mujer con tal exceso?
LEONARDO
Callad, que me hacéis cargo sin proceso.
LISBELLA
Si vós, Leonardo, fuérades tan bueno,
no había que agradecer que yo lo fuera;
mas andaisos de noche, y al sereno,590
bebiendo el viento de una vil ramera,
y atrévese a la vuestra un hombre ajeno,
que por dicha, quizá, no se atreviera
si os viera en casa honesto y recogido,
haciendo propias obras de marido.595
Saben cómo andáis vós amancebado
y que a mí me tenéis moza y ociosa,
y atrévese algún hombre a vuestro lado,
como a cama desierta y deseosa.
Estos días, un hombre me ha mirado,600
a quien he resistido vergonzosa,
y hoy me ha solicitado, estando en misa,
y sabe Dios si yo lo he echado en risa.
Diole al fin a Belardo esta cadena
para que me trujese hoy.
LEONARDO
¡Oh, villano!
605
BELARDO
Inocente de culpa y no de pena
estoy. Por Dios, señor, detén la mano.
LISBELLA
Viéndome, pues, de aquesta culpa ajena,
porque se refriase este liviano,
la cadena, volverle ahora quería,610
y desta suerte mi papel decía.
LEONARDO
Mostrad luego el papel.
BELARDO
Esta es la prenda.
LISBELLA
Mi bien, discreto sois.
LEONARDO
Soy desdichado.
LISBELLA
¿Queréis que este suceso el mundo entienda?
[LEONARDO]
-fol. 243v-
En vós misma se esté depositada.615
Si tienes culpa, ¡al cielo te encomienda!
Entraos en ese aposento.
LISBELLA
Con cuidado
me digas de tu vida.
LEONARDO
En ti la empeño.
LISBELLA
Que al fin, aunque eres malo, eres mi dueño.
LEONARDO
Partamos luego. ¿Tú por dicha sabes620
dónde vive este hombre?
BELARDO
A San Luis decía.
Creo que es conde.
LEONARDO
Esconde cosas graves
en su villana y loca fantasía.
Abre esa puerta y toma tú las llaves,
que si en algo padece la honra mía,625
no ha de quedar en casa deste hombre
hoy cosa que de vida tenga nombre.
 

(Vanse. Sale el CONDE, TANCREDO y MAURICIO.)

 
CONDE
Si ella me responde airada,
tenme, Mauricio, por muerto.
MAURICIO
Que responderá es muy cierto.630
CONDE
¿Cómo?
MAURICIO
Está poco obligada.
CONDE
¿Pues qué le tengo de hacer?
MAURICIO
Porfïar y porfïar,
que a una mujer el amar
la ha de venir a vencer.635
CONDE
Yo soy Mauricio, el vencido,
y el que había de morir hoy,
si en la pena con questoy
no socorro mi sentido.
Bella casada, no huyo640
de querer lo que tú quieres,
pues por ser lo que tú eres,
a tu amor me restituyo.
No te has de morir tan presto,
pues la empezaste a ver hoy.645
Si de hoy a la muerte estoy,
el vivir acaba en esto.
Bella casada, no huyas
de darme un nuevo favor,
que moriré de temor,650
aunque mil miedos me arguyas.
A ti sola me consagro,
y cuando me des la vida,
a ti te estará ofrecida,
como a dueño del milagro.655
Cree Lisbella de mí,
que a ti mismo cree mi dueño.
A tu amor propio me empeño,
pues la libertad te di.
MAURICIO
Sosiégate, no estés loco.660
CONDE
Pierdo, Mauricio, el sentido
de que guarde fee al marido,
que a la mujer tiene en poco.
  -fol. 244r-  
MAURICIO
¿En poco, de qué manera?
CONDE
Agraviándola el marido,665
pues que la tiene en olvido.
MAURICIO
El marido, si lo fuera,
acá se usaba en España
matar la hembra al varón.
CONDE
Pues esa misma razón670
por igual a los dos daña.
Los que se juntan en uno,
siendo por mano de Dios,
el daño será en los dos,
igual lo fuera en el uno.675
Siempre el hombre es preferido
en esto y en lo demás.
¿Qué razón para eso das?
MAURICIO
No más que ser el marido.
CONDE
¿Luego la ley de la tierra680
difiere de la del cielo?
MAURICIO
Como dese cielo al suelo.
CONDE
¿Pues yerro en todo?
MAURICIO
Sí, yerra,
mas ven acá: ¿Dios no manda
que al que me de un bofetón685
que le sufra otro?
CONDE
Es razón
de Dios; en sus leyes anda.
MAURICIO
Pues el mundo es de otra suerte,
que me manda que le mate,
y como desto no trate,690
quedo infame hasta la muerte.
CONDE
Yo querría disculpar
a la bella, y tú no quieres.
Yo disculpo a las mujeres,
que muchos suelen culpar.695
MAURICIO
Dime tú: si acaso un hombre
con otro a su mujer viese
y a los dos presos tuviese,
con aqueste infame nombre,
recibiría por descargo700
la justicia del marido
que había andado destraído?
CONDE
¿Haces a Lisbella cargo?
Di qué puede una mujer,
si el marido la aborrece,705
amar a quien la apetece;
dilo y dame este placer,
que ojalá pluguiera9 a Dios
que en eso el daño estuviera,
antes que me aborreciera.710
 

(Entra TANCREDO.)

 
TANCREDO
Dos hombres te buscan.
CONDE
¿Dos?
TANCREDO
Dos, y creo que de parte
de Lisbella.
CONDE
¿Estás en ti?
¿Qué dices?
TANCREDO
Así lo oí.
CONDE
Este anillo quiero darte,715
y diles que entren.
TANCREDO
Entrad.
 

(Entra LEONARDO y BELARDO.)

 
BELARDO
¿Conoceisme?
CONDE
Aunque te vi
donde el sentido perdí,
conozco tu claridad.
Que de aquel sol que has mirado,720
-fol. 244v-
tanta parte te ha cabido,
que vienes de luz vestido.
BELARDO
En todo estás engañado.
¿Acuérdaste que me diste,
con pecho falso y fingido725
esta joya que perdido
mi señora había, dijiste?
CONDE
Sí, me acuerdo.
BELARDO
Yo, al momento,
partí desde aquí a llevalla
donde pudiera compralla,730
con mi loco atrevimiento.
Que como partí engañado,
la di, y hizo tal efeto,
que me puso en el aprieto
que si yo fuera el culpado.735
Mi señora que la vio,
dándome a mí solo el cargo,
sin advertirme descargo,
a su gente me entregó,
donde si un ruego no hiciera740
el descargo en mi disculpa,
yo, como autor de la culpa,
por tu causa padeciera.
Para saber la verdad,
viene conmigo un criado,745
de su casa el más honrado
y el de mayor calidad.
LEONARDO
Yo soy quien vengo con él,
aunque no con poca pena,
y os traigo aquesta cadena750
y con ella este papel;
y me espanto de que deis,
siendo noble y caballero
y tan nuevo y estranjero,
en servir a esa que veis;755
que, aunque es verdad que el amor
a todos puede igualar,
puede esa mujer prestar
a muchas honra y valor.
Engañastes al criado,760
dándole aquesa cadena,
para el tercero, aun no buena,
y vil para el amo honrado.
Tenéis mala información
de Leonardo y de Lisbella,765
y no hacéis, Scipión, con ella
lo que en Capua Scipión.
Y si pensáis, por dinero,
conquistar su honra y honor,
muy honrado es mi señor,770
muy rico y muy caballero,
y hallaréis, cuando él nos llame,
como yo muchos criados,
que ciñen a hidalgos lados
limpio acero y oro infama.775
Lo que me respondéis, ved
porque me vaya.
CONDE
No creo
que es mi delito tan feo.
Oíd, por me hacer merced:
Confieso que la miré,780
y de su rostro, pagado,
engañé aquese criado,
y esa cadena envié.
Y a aqueso me he atrevido,
no porque no fuese honrada,785
sino porque mal casada
dicen que es con su marido;
que diz que es amancebado,
-[fol. 245r]-
y es justo que a una mujer
que tantos pueden querer,790
no la deje de su lado.
Aunque quien tales criados,
a guardar su propia honra previene,
muy justa disculpa tiene
de olvidar esos cuidados.795
Pero podeisle advertir
la guarde como a su vida,
que fuerza muy combatida
suele venirse a rendir.
Que la quiera y que la ame,800
que aunque se finja más fuerte,
nadie es bueno hasta la muerte,
ni hasta el fin, bueno se llame.
Y de mi parte, prometo
no pasar su calle más.805
LEONARDO
Con esto, que importa más,
pido, señor, el secreto.
CONDE
Yo os lo juro, y alumbrad,
que creo que ha anochecido.
LEONARDO
La luz que quise he tenido;810
mi señor, a Dios quedad.
 

(Vanse BELARDO y LEONARDO, y el CONDE se queda.)

 
CONDE
¿Hay suceso semejante?
Perdido quedo, por Dios.
TANCREDO
¡Qué criados, estos dos!
CONDE
Amante soy de un diamante;815
que estas dos puntas, son guarda
de su fuerza inexpugnable;
ella es fuerza incontrastable
del temor que me acobarda.
¿Hay suceso más crüel820
que el que a mí me ha sucedido?
Mas oíd, que al fin he sido
dichoso en este papel.
Que al fin, de su mano fiel
el cielo me ha socorrido.825
MAURICIO
Dice aquí que te ha querido.
CONDE
Oye y mira solo a él;
y en qué palabras me fundo:
«Cansome el estalle oyendo»,
¿no dice aquí?
MAURICIO
Así lo entiendo.
830
CONDE
Y que no escriba el segundo,
pues quien me envía a avisar,
bien me debe de querer.
Mucho sabe esta mujer,
y es fuerza que se ha de amar.835
MAURICIO
Yo te daré una mujer
que en corriendo la cortina,
es la misma Celestina
en el comprar y el vender.
Escríbele con aquesta,840
que si eso has imaginado,
hoy mejoras de cuidado,
porque es cierta su respuesta;
que Adhano se fio
de aquel que llevó el pasado,845
y aqueste engaño ha buscado,
y con esto te avisó.
CONDE
Mauricio, sin duda es cierto;
búscame aquesa mujer.
Amanezca en mi placer,850
pues llegó mi bien al puerto.
Ya no temo a mi contrario;
y vamos, porque querría
pasar por la platería
a comprar un relicario.855
  -[fol. 245v]-  
MAURICIO
¿Para qué?
CONDE
Para poner
aqueste papel bendito.
MAURICIO
¡Qué hueso de san Benito!
Mas quizá lo vendrá a ser.
 

(Vanse y sale TEODORO y FABRICIO.)

 
TEODORO
¿Al fin la banda te dio?860
FABRICIO
Luego que vio tu papel,
dio lo que pides por él.
TEODORO
¿Y el corte no?
FABRICIO
El corte no;
pero diome raso bueno,
de lo fino valenciano,865
que no se quiebra en la mano,
ni cruje de goma lleno.
Diome ligas.
TEODORO
¿Qué color?
FABRICIO
De encarnado tafetán.
TEODORO
¿Y oro?
FABRICIO
De lo de Milán,
870
que es más delgado y mejor.
TEODORO
¿Compraste los zapatillos?
FABRICIO
Con caireles de oro y seda.
TEODORO
Yo gasto linda moneda.
FABRICIO
De los blancos y amarillos.875
TEODORO
La cuenta te estoy pidiendo,
que si fuera para mí.
Llévalos, Fabricio, y di
que iré en ganando o perdiendo,
que aquí, desde aquí a las diez,880
me quiero entrar a jugar.
FABRICIO
Dime qué te ha hecho dar
tantas cosas de una vez,
tú que en las casas entrabas
y a mujeres les comías885
cuanto en alacenas vías,
y hasta espejos les hurtabas.
¿De ver esta sevillana,
te has mostrado tan rendido?
TEODORO
¡Qué poco me has entendido!890
FABRICIO
Calla, que es una gitana
y te pelará las barbas,
si das tanto en humillarte.
TEODORO
Como ésas tengo, a una parte,
tripuladas como parvas.895
FABRICIO
Otra mozuela sé yo
que es más nueva en el oficio.
TEODORO
¿Mozuela, dónde Fabricio?
FABRICIO
Aquesta tarde llegó.
Ello todo es alquilado,900
cuanto en su casa se aliña,
hasta la ropa y basquiña,
mas es de limpio tramado.
TEODORO
¿Hay garabato?, ¿hay limpieza?
FABRICIO
Plata, nieve y lo demás.905
TEODORO
Pues eso le llevarás.
FABRICIO
¡Oh, qué pies! ¡Oh, qué cabeza!
TEODORO
Déjame, que estoy perdido.
¡Ah, muchacha de los cielos!
FABRICIO
¡Qué cascos!
TEODORO
Ya tengo celos
910
del malo que la ha traído.
FABRICIO
¿Que la tienes tanto amor?
Gente viene.
TEODORO
Hazte a esa parte.
¿Pues qué hay, señor Durandarte?
 

(Entra LEONARDO.)

 
LEONARDO
Ya ve, señor Galaor,915
pues bien. ¿Cómo va, Teodoro?
¿Dónde bueno se despacha?
TEODORO
¡Oh, Leonardo, qué muchacha!
LEONARDO
¿Es hermosa?
TEODORO
Como un oro.
LEONARDO
¿Cuándo la viste?
TEODORO
Fabricio
920
me lo ha dicho; llévale eso,
-fol. 246r-
que pierdo por ella el seso.
FABRICIO
Voy a hacer, señor, mi oficio.
LEONARDO
¿Viste a Casandra, Teodoro?
TEODORO
Vamos, Leonardo, de aquí.925
LEONARDO
No pienso pasar de aquí.
Solo a mi Lisbella adoro.
TEODORO
¿Búrlaste, Leonardo?
LEONARDO
¿Cómo?
TEODORO
¿Estás conmigo fingiendo?
LEONARDO
La verdad te estoy diciendo;930
aquesto de veras tomo.
Ya todo se me ha olvidado,
ya dejo esos disparates.
TEODORO
Pues como ya de eso trates,
en mí tendrás un criado.935
¿Has visto a Casandra más?
LEONARDO
¿Cómo la he de ver sin ti,
pues desde ayer no te vi?
TEODORO
¿Pues qué es aquesto en que das,
que te lleva a tu Lisbella,940
que de Casandra te aparta?
LEONARDO
La ocasión, amigo, es harta.
Quiero adoralla y querella.
Ya he visto lo que hay que ver.
¡No más burlas, santo honor!945
TEODORO
De ti no quiero, en rigor,
lo que no quieras saber.
Gusto no vería tras quien
te diera algún bebedizo,
envuelto en algún hechizo.950
LEONARDO
Déjalo, Teodoro. Ven,
que he de ver si me olvidó,
pues estoy junto a su casa.
TEODORO
Ven y verás lo que pasa.
LEONARDO
Todo, Teodoro, pasó.955
 

(Vanse, sale CASANDRA, JULIO y LUCINDO.)

 
CASANDRA
¿Cómo no veniste, amigo,
que hasta agora te esperé?
JULIO
No pude venir; a fe,
cree de mí lo que te digo.
CASANDRA
Sentémonos, pues estamos960
seguros de aqueste ausente.
LUCINDO
Vuesa merced no lo miente,
si no quiere que nos vamos.
CASANDRA
Pon en mi regazo, amigo,
la cabeza; espulgarela.965
 

(Entra ALEJANDRO y ARTANDRO.)

 
LUCINDO
Dormireme.
ALEJANDRO
Bien se vela.
Aguardadle.
JULIO
Aqueso digo.
ARTANDRO
Llamen a Leonora y Fabia.
Tendremos conversación.
CASANDRA
Tienen cierta ocupación.970
ARTANDRO
Esa ocupación me agravia.
LUCINDO
¿Hay rifa?
CASANDRA
No faltará.
Estas manillas en veinte
escudos.
JULIO
Vaya pariente...
ALEJANDRO
Echada la suerte está.975
CASANDRA
Los naipes están aquí.
JULIO
¿Casandra no ha de rifar?
ALEJANDRO
De aqueso no hay que dudar.
ARTANDRO
¿Alzo por la mano?
LUCINDO
Sí.
JULIO
Esto es que el mejor la gane980
y la pague el más ruin.
ALEJANDRO
Aqueso es decir, al fin,
que uno hiera y otro sane.
ARTANDRO
Sentado estoy.
LUCINDO
Yo también.
 

(Entra TEODORO y LEONARDO.)

 
TEODORO
Leonardo, ¿direlo yo?985
  -fol. 246v-  
LEONARDO
Es la que se desmayó.
TEODORO
Y la que es maya también.
Echarelos por ahí,
así como están sentados.
LEONARDO
Estemos más sosegados.990
TEODORO
Vaya por amor de ti.
LUCINDO
Veinte tengo.
ARTANDRO
Bueno estás.
Quédome yo en la posada.
JULIO
¡Naipe! Dame aquí una espada,
sola esta vez y no más.995
LEONARDO
¡Quién te la pasara a ti,
bellaco, desvergonzado!
TEODORO
Leonardo, más sosegado
está, si has de estar aquí.
JULIO
¡Naipe! Esta vez y no más.1000
¿Quién sopla?
CASANDRA
Yo.
TEODORO
¡Ah, socarrona!
¡Tan presto diste en soplona,
estando tu bien detrás!
Digo, tu galán ausente.
LEONARDO
¿Que no me queréis dejar?1005
Que eche Teodoro a rodar
por aquí toda esa gente.
JULIO
Espadas es, ¡vive Dios!
CASANDRA
El soplillo te lo diga.
JULIO
Sírvete dellas, amiga.1010
TEODORO
No se soplan mal los dos.
ARTANDRO
¿Qué hacéis vós?
ALEJANDRO
Muerdo esta sota.
LUCINDO
La misma me ha entrado a mí.
ARTANDRO
¿Bailarase?
ALEJANDRO
Sí.
JULIO
Eso sí.
LUCINDO
Siempre el ganar alborota.1015
TEODORO
Llega, que está encarnizada.
JULIO
Ya vino el de los favores.
LEONARDO
No cese por mí, señores,
la música comenzada.
ALEJANDRO
¡Ojo!, el del alma ha venido.1020
LUCINDO
Y aun el del cuerpo también.
ARTANDRO
Yo me voy.
ALEJANDRO
Y yo también.
JULIO
Y yo.
LUCINDO
Contadme, por ido.
CASANDRA
¡Jesús!, ¿tan presto has venido?
LEONARDO
¿Por qué, Casandra, se van?1025
TEODORO
Porque eres tú su galán.
LEONARDO
¡A qué tiempo me has cogido!
¿Eres tú la desmayada,
y que se moría por mí?
CASANDRA
Consolarme pretendí,1030
que estaba desconsolada.
Dame, mi bien, esos brazos.
Acabemos, no haya más.
LEONARDO
No esperes verme jamás,
que antes los haré pedazos.1035
TEODORO
«¿A eso solo venías?
Muerta me has de hallar, a fe.»
¿Qué te parece?
LEONARDO
Que fue
lo mismo que tú decías.
Vamos, Teodoro, no más.1040
CASANDRA
Este traidor lo concierta.
TEODORO
Cierra, Drusila, la puerta;
ciérrala, no la abras más.
CASANDRA
Voyme, si me hablas así.
TEODORO
«Cierra también la ventana,1045
no haya luz tarde y mañana,
pues se va mi bien de aquí.
Sea el Limbo mi aposento.
Hoy no me den de cenar,
quiérome luego acostar.1050
¡Jesús, qué mala me siento!»
CASANDRA
Si me tratas desa suerte,
presto me verás morir.
  -fol. 247r-  
TEODORO
Gana me da de reír.
Tenla, que se dará muerte.1055
¿Estás ya desengañado?
¿Podrémonos ya volver?
LEONARDO
Voy, Teodoro, a mi mujer,
que adoro en ver su traslado.
¿Y tú dónde irás agora?1060
TEODORO
¿Ya no conoces mi tacha?
A ver aquella muchacha,
que la adoro habrá media hora.
LEONARDO
¿Es hermosa?
TEODORO
No la he visto,
pero paréceme a mí1065
que es bonita.
LEONARDO
Voy tras ti.
TEODORO
En balde tu honor resisto.