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1

Suárez Solís, Sara: El léxico de Camilo José Cela, Madrid, Ed. Alfaguara, 1969, 566p.

 

2

Vid. nuestros trabajos «El léxico de Valle-Inclán» (Diálogos Hispánicos de Ámsterdam, 7, 1988, p. 3-18) y «Para un estudio de la creatividad léxica de Ramón Gómez de la Serna» (Nueva Revista de Filología Hispánica, XXXVI, 2, México, 1988, p. 753-766).

 

3

Incluso diccionarios como el de Martín Alonso, que pretenden ofrecer al usuario un repertorio de términos notablemente más caudaloso que el de los demás «léxicos manuales en uso», que supera en ocho mil términos al de la Academia, mantiene un evidente criterio de «autoridad», al afirmar que recoge las palabras que han tomado carta de ciudadanía porque han sido utilizadas «por personas en plena conciencia y suficiente autoridad» (Diccionario del español moderno, 2a. ed., Madrid, Aguilar, 1966, p. vii).

 

4

El Diccionario histórico de la lengua española, de la Real Academia Española, (DHLE), había sido publicado parcialmente ya antes de 1936, pero la destrucción del depósito en que se conservaban los ejemplares ya aparecidos permitió que la empresa se reiniciase con criterios más adecuados a los progresos de la lexicografía contemporánea, bajo la dirección sucesiva de Julio Casares, V. García de Diego, Rafael Lapesa y Manuel Seco, su actual director. Nótese que tampoco el DHLE está enteramente liberado de ciertos criterios restrictivos, o no lo estaba, por ejemplo, cuando se decidió no incluir las palabras compuestas del prefijo «a» y del sustantivo «cojón» («acojonar», «acojonamiento», etc.) con el pretexto de que no estaban documentadas en el fichero del seminario de lexicografía de la RAE. Que no era sino un pretexto se prueba por dos razones: 1) en otros casos de palabras no documentadas, el seminario producía un ejemplo ad hoc, indicando que era «de uso común»; 2) en las fechas en que se redactaba el fascículo correspondiente, Camilo José Cela, académico de número, estaba dando a luz su Diccionario secreto, y hubiera facilitado y aun producido con mucho gusto (aunque no bueno, según el criterio académico) ejemplos de uso, si se los hubieran solicitado.

 

5

De reciente aparición es el rico y voluminoso Diccionario ejemplificado de chilenismos, de Morales, Quiroz y Peña, (Valparaíso, Academia Superior de Ciencias Pedagógicas), que tal vez hubiera sido más prudente titular Diccionario ejemplificado del uso chileno.

 

6

Vid., p. ej., en p. 487.

 

7

Manuel Seco, en su estudio sobre la lengua de Arniches, ha hecho una magistral demostración del fenómeno en su estudio Carlos Arniches y el habla de Madrid, Madrid, Alfaguara, 1970.

 

8

Vid. Louis Guilbert, La créativité lexicale, París, Larousse, 1975, p. 41-43.

 

9

Ambos textos están bordados de lentejuelas léxicas: unas ochocientas en La Catira, unas trescientas en Mazurca para dos muertos.

 

10

Obras completas, II, 17.