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 Horóscopo de Iskandar Sultán.

Figura 23. Horóscopo de Iskandar Sultán. Wellcome Library (Londres) MS Persian 474, fols. 18v.-19r. (1411).

Detalle  del Horóscopo de Iskandar Sultán.

Figura 23. Detalle.

No obstante, hay que insistir en que estos reflejos de la magia astral árabe que tiene su origen en el hermetismo de Harrán son posteriores en más de un siglo a la época de Alfonso X. Los antecedentes figurativos de la cultura visual de la magia que se desarrolla en la corte alfonsí son prácticamente inexistentes, y, salvo el caso ya citado de las imágenes de las constelaciones ptolemaicas, las divergencias entre la iconografía de los ejemplos citados y la de la miniatura alfonsí nos hacen pensar que se trata más bien de expresiones figurativas que son similares porque responden a conceptos o incluso descripciones semejantes, pero que los artistas alfonsíes con frecuencia trabajaron plasmando estos textos sin modelos visuales ante ellos. Las dificultades que ello supuso no fueron pocas76, y un último ejemplo nos hará ver cómo en ocasiones se prefirió adaptar el concepto que subyacía a la imagen, pero no se llegó a desarrollar su iconografía con los atributos descritos en la fuente textual. La imagen que traigo a colación es, sin duda, una de las últimas del reinado de Alfonso X, que decora los últimos folios del Libro del ajedrez, dados y tablas (Figura 24). Se trata de una de dos imágenes similares dedicadas a sendos juegos que se juegan por astronomía. En la de nuestra figura aparecen las personificaciones de los siete planetas dispuestos en torno a un tablero de ajedrez heptagonal en el que se juega una partida cuyas reglas tienen una marcada influencia planetaria. A primera vista resulta difícil distinguir un planeta de otro, pero al menos el Sol resulta discernible, en primer lugar porque ocupa la posición preponderante, en lo alto del tablero, y por otro lado porque lleva un tocado singular, que en la miniatura de los escaques que se juegan por astronomía es con más claridad una corona. Si observamos el atuendo del astro rey, identificamos inmediatamente los emblemas heráldicos de Castilla y León, de donde resulta que, como ya observó Ana Domínguez, el que se asimila con el Sol es nada menos que el propio Alfonso X77. Al explorar las posibles fuentes de una iconografía semejante llegamos a dos conclusiones: la primera es que existe una tradición textual y figurativa en la astrología islámica en la que el planeta sol es un rey que gobierna entre la asamblea de sus ministros78, y en segundo lugar que la descripción de los planetas que aparece en el Libro de los juegos es una tipología bien asentada en el mundo islámico en el siglo XIII. ¿Por qué Alfonso X no adopta esta tradición, y, por el contrario, en la escena de este tablero astrológico los planetas carecen de atributos? La respuesta parece obvia: una vez más, los miniaturistas alfonsíes tenían un texto delante, pero carecían de un modelo visual. No obstante, hay que reseñar que existía en el mundo islámico una tradición, presente sobre todo en la metalistería de los siglos XII y XIII, en la que el soberano se identificaba con el sol, y los planetas se disponían en torno a él como sus ministros y generales, como vemos en el reverso de bronce de un espejo selyúcida con una inscripción astromágica que indica su carácter apotropaico contra la parálisis bucal y los dolores del parto, y añade que fue construido bajo el signo de Aries (Figura 25)79. Pero esta tradición iconográfica, si se llegó a conocer en la corte alfonsí, mostraba unas tipologías planetarias incomprensibles para los artistas de la corte castellana, que prefirieron caracterizar a los planetas únicamente con los colores que les eran propios según la tradición árabe legada por el hermetismo harraniano, reproducida en una obra de magia astral traducida para el Rey Sabio: Picatrix80.

Detalle  de  una ilustración  del Libro de los juegos   de Alfonso X.

Figura 24. Alfonso como Rey Sol y su corte de planetas en el Ajedrez que se juega por astronomía. Alfonso X, Libro de los juegos, Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, MS j. T.6, fol. 95r.

Detalle  de  un    espejo con inscripciones mágico-apotropaicas.

Figura 25. Dorso de un espejo con inscripciones mágico-apotropaicas fechado en 1153. El Cairo, Museo de Arte islámico.






ArribaEpílogo

Concluimos aquí un recorrido en el que hemos constatado cómo el nuevo interés por la filosofía natural aristotélica suscitó una búsqueda de los escritos astromágicos árabes en los que se profundizara en los secretos de la naturaleza. Mientras que la ortodoxia religiosa rechazaba la magia de plano, y junto a los poetas se excluía a los magos del círculo de la sabiduría, en el siglo XIII se quiso conferir eventualmente a la magia un estatus de ciencia que la parangonaba a otras artes. El reconocimiento de las propiedades terapéuticas de plantas y, sobre todo, minerales, llevó a profundizar en sus cualidades ocultas y a indagar cómo atraer la virtud de los astros sobre ellos. Mientras que poseemos algunos, aunque escasos, testimonios visuales del nuevo interés por la magia, el proceso de transformación de los minerales en talismanes se transmite a través de los textos de forma casi exclusiva. En este sentido, la miniatura alfonsí resulta excepcional por cuanto plasma en términos visuales el proceso de la magia astral transmitido por el hermetismo árabe, que tiene su origen en Harrán y que a su vez hereda las prácticas del culto a los planetas del Próximo Oriente Antiguo. Desde la recolección de los minerales a las ceremonias mágicas, sin olvidar reproducir las imágenes que tendrían que ser grabadas en los talismanes, los miniaturistas alfonsíes crearon, aparentemente con escasos modelos figurativos, una cultura visual de la magia sin parangón en la Edad Media.