La Fénix de Salamanca
[Nota preliminar: Edición digital a partir de Parte Tercera de Comedias de los mejores ingenios de España, Madrid, por Melchor Sánchez, 1653, ff. 157-180 y cotejada con la edición crítica de Ángel Valbuena Prat en Antonio Mira de Amescua, Teatro, II, Madrid, Espasa Calpe, 1957, pp. 1-126).
Se pueden consultar las variantes anotadas por Ángel Valbuena Prat en la citada edición.]
PERSONAJES | |
DON GARCERÁN, caballero. | |
CONDE HORACIO. | |
DON BELTRÁN. | |
DON JUAN. | |
DOÑA MENCÍA. | |
LEONOR. | |
ALEJANDRA, dama. | |
LEONARDO, criado. | |
SOLANO, lacayo. | |
RIVERA. | |
OLIVERA. | |
RUGERO BAUTISTA. | |
DON TELLO. |
Jornada I
Sale DOÑA MENCÍA, y LEONOR, su criada, como capigorrón. | |
LEONOR | ¡Qué! ¿no estás desengañada? |
DOÑA MENCÍA | Es invencible mi amor; |
no me fatigues, Leonor. | |
LEONOR | Tu locura es extremada. |
Sin duda, doña Mencía, | |
según estas cosas van, | |
que ha de ser don Garcerán | |
Tu perdición y la mía. | |
Seis meses ha que saliste | |
de Salamanca tras él, | |
y sin hallar rastro de él, | |
hasta Valencia corriste; | |
y ¿agora quieres que esté | |
en Madrid? ¡qué desatino! | |
DOÑA MENCÍA | ¡Ay dulce amiga! camino |
tras los pasos de mi fe. | |
LEONOR | Pues ¿no has mil veces jurado |
no tenerte obligación? | |
DOÑA MENCÍA | Es verdad. |
LEONOR | ¿Qué es tu intención? |
¿Qué te da pena y cuidado? | |
Si te olvidó, ¿no es costumbre | |
de los hombres olvidar? | |
Si no tienes que llorar, | |
¿qué te ha de dar pesadumbre? | |
DOÑA MENCÍA | ¡Ay amiga! Mi inquietud |
no tanto la causa amor, | |
cuanto el áspero rigor | |
de su fiera ingratitud. | |
La noche que se partió | |
aquel crüel, mil amores | |
me dijo, que fueron flores | |
que su ausencia marchitó. | |
Y aquella extraña mudanza | |
y no pensada partida | |
me trae y lleva perdida | |
tras una vana esperanza. | |
LEONOR | Pues advierte que este traje |
tu pretensión no asegura; | |
medio más fácil procura, | |
no afrentes a tu linaje. | |
DOÑA MENCÍA | No hay, Leonor, dificultad, |
de ese temor te retira; | |
que en la corte no se mira | |
con tanta curiosidad. | |
Criado del gran Prior | |
que viene esta primavera y | |
he dicho que soy. | |
LEONOR | Quimera |
de tu loco y ciego amor. | |
DOÑA MENCÍA | Pues ¿quién ha de reparar |
que soy mujer? | |
LEONOR | Tu hermosura |
lo dirá y mi desventura. | |
DOÑA MENCÍA | (Aparte). Aquesta me ha de acabar |
Pues ¿no asegura a los dos | |
esta cruz y esta sotana? | |
LEONOR | Sí, señora, que cristiana |
soy, por la gracia de Dios; | |
mas hay diablos alguaciles | |
que no se espantan de cruces, | |
que ven más entre dos luces | |
que los linces más sutiles; | |
que, aunque te llames don Carlos, | |
nombre hueco y campanudo, | |
y yo Jaramillo el mudo, | |
no es fácil desengañarlos; | |
que no ha de ser tu recato | |
tan grande, que alguna vez | |
no te miren a la nuez | |
y a los puntos del zapato, | |
y echen de ver que eres macha, | |
y por la hebra el ovillo | |
saquen, y de Jaramillo | |
descubran también su tacha. | |
Y en tal traje, esa cruz blanca | |
no es la que te ha de salvar, | |
aunque te quieras llamar | |
la Fénix de Salamanca; | |
que a la visita primera, | |
sin tener duelo y clemencia, | |
un alcalde nos sentencia | |
a hilar en una galera. | |
Tú, si algún tropiezo das, | |
como viuda varonil, | |
volveráste a tu monjil, | |
entera como te estás. | |
Pero ¡ay de mí! mal pecado | |
si su cólera desfoga | |
la sala, y quiebra la soga | |
por mí, como más delgado. | |
Mira que aquellos señores | |
sacan de la faltriquera | |
destierro, azotes, galera, | |
y aun dicen que son favores. | |
Huyamos de la ocasión, | |
comámonos, de capones, | |
lo que han de comer soplones; | |
vámonos con bendición, | |
porque yo querría llegar | |
a tálamo que bien cuadre, | |
si por ventura mi padre | |
me pretendiere casar. | |
DOÑA MENCÍA | ¡Qué terribles desatinos |
estás diciendo! | |
LEONOR | Señora, |
todo sucede en una hora | |
por posadas y caminos. | |
LEONARDO. | Mi señora, ¿no es gallardo |
Don Carlos, nuestro vecino? | |
LEONOR | Que nos miran imagino. |
ALEJANDRA | Tienes buen gusto, Leonardo; |
¡qué bien que pisa y qué airoso! | |
¡qué bien hecho es, qué galán! | |
LEONOR | Señora, mirando están. |
DOÑA MENCÍA | Calla, y miren. |
ALEJANDRA | ¡Qué gracioso! |
¿Sabes quién es? | |
LEONARDO | Caballero, |
y del Piamonte. | |
LEONOR | Repara |
que te miran. | |
ALEJANDRA | Gentil cara. |
LEONOR | Háblale, que estás grosero. |
ALEJANDRA | Hombre será principal. |
LEONARDO | El hábito lo confirma, |
y tu buen gusto me afirma | |
que no te parece mal. | |
ALEJANDRA | Es así, mas aunque fuera |
un ángel, lo que poseo | |
en tanto estimo, que feo | |
y tosco me pareciera; | |
porque no hay comparación, | |
si está de por medio el conde. | |
LEONARDO | Y él también te corresponde |
con igual estimación. | |
ALEJANDRA | ¿Ha venido el coche? |
LFONAR. | Sí. |
DOÑA MENCÍA | Si respondiera que no, |
al sol le pidiera yo | |
prestado el suyo. | |
LEONOR | Eso sí. |
Muy bien empiezas, señor; | |
habla con argentería. | |
ALEJANDRA | El coche del sol sería |
para mí grande favor. | |
DOÑA MENCÍA | ¿Queréisle? Que cuando el sol |
prestado no me lo diera, | |
en medio de su carrera | |
se le quitara. | |
ALEJANDRA | Español |
y bizarro encarecer. | |
DOÑA MENCÍA | Que también los extranjeros |
tienen aquestos aceros. | |
ALEJANDRA | Muy bien se os echa de ver; |
mas fuera temeridad | |
meteros en tanto aprieto. | |
DOÑA MENCÍA | Vence tan alto sujeto |
la mayor dificultad. | |
LEONARDO | Mira que es tarde, señora. |
DOÑA MENCÍA | ¿Dónde vais? |
ALEJANDRA | Al campo salgo. |
DOÑA MENCÍA | En vos veo, a fe de hidalgo, |
lo que del campo enamora, | |
y agraviaisos si decís | |
que salís al campo. | |
ALEJANDRA | ¿En qué? |
DOÑA MENCÍA | Alejandra, ¿no se ve |
que fuera de vos salís? | |
Porque las perlas hermosas | |
que el alba vierte en las flores, | |
y matizados colores | |
de sus mejillas de rosas, | |
viento sutil y amoroso, | |
fuentes que risa y cristal | |
vierten por el arenal | |
argentado y espacioso; | |
todo lo ve quien repara | |
en tan divina pintura, | |
que del campo en la hermosura | |
es copia de vuestra cara; | |
y así, no tenéis, por Dios, | |
a qué salir ni a qué iros, | |
que no hay para divertiros | |
más que miraros a vos. | |
LEONARDO | A fe, que es gallardo mozo; |
¡Qué bien que cerró el conceto! | |
ALEJANDRA | ¡Qué vecino tan discreto! |
LEONARDO | ¿Qué hará si le crece el bozo? |
ALEJANDRA | Deseo con más espacio, |
señor don Carlos, gozar | |
de vuestro pico. | |
LEONARDO | Picar |
queréis en el pobre Horacio. | |
DOÑA MENCÍA | Cuando fuéredes servida; |
que cerca está la posada. | |
ALEJANDRA | Adiós. |
DOÑA MENCÍA | Ella va picada. |
LEONOR | Tú ¿cómo quedas? |
DOÑA MENCÍA | Perdida. |
DON BELTRÁN | Éste don Carlos, don Juan, |
¿es fraile o es caballero? | |
LEONOR | No hagas la calle terrero; |
que viene allí el capitán. | |
DON JUAN | Caballero y principal, |
según estoy informado, | |
que pasa a Malta, y criado | |
del gran Prior. | |
LEONOR | No hagas tal, |
que es el viejo mal sufrido | |
y se pica de valiente; | |
del pie te mira a la frente. | |
DOÑA MENCÍA | Vamos; que me han conocido. |
DON BELTRÁN | Hablarle quiero. |
DON JUAN | Sería, |
si no hay otro fundamento, | |
notable deslumbramiento; | |
sosegaos, por vida mía. | |
DON BELTRÁN | ¿Qué fundamento mayor |
queréis, don Juan, que encontralle | |
cada día en esta calle? | |
DON JUAN | No hay sin celos firme amor. |
Si el encontrar cada día | |
a don Carlos os enfada, | |
¿qué he de hacer, si su posada | |
tiene enfrente de la mía? | |
Celos tuvisteis ayer | |
del conde Horacio, y cuidado | |
hoy, capitán, os ha dado | |
don Carlos; puede temer | |
que también de mí mañana | |
tendréis sospecha y temor. | |
Con tantos celos y amor | |
os adorará mi hermana. | |
DON BELTRÁN | Mientras que la posesión |
no tiene el galán que ama, | |
señor don Juan, de su dama, | |
no halla alivio su pasión. | |
Y así, en tanto que no sea | |
Alejandra mi mujer, | |
no dejaré de tener | |
celos de quien la pasea. | |
DON JUAN | Nadie, don Beltrán, festeja |
su calle ni su ventana, | |
ni a ningún hombre mi hermana | |
silla ha dado ni ha hecho reja; | |
que su honrado nacimiento, | |
recato y honestidad | |
refrena la libertad | |
y acobarda el pensamiento; | |
porque no hubiera señor, | |
por grave y rico que fuera, | |
que a raya no le tuviera | |
su honestidad y valor. | |
Y es demasiado reñir | |
si sale en coche o si no, | |
dónde va, quién se lo dio, | |
y del bien y el mal gruñir. | |
Mas creo que brevemente | |
vendrá la dispensación, | |
con que vuestro corazón | |
se asegure fácilmente, | |
y una vez que estéis casado, | |
como dueño de mi hermana, | |
tapiad la puerta y ventana, | |
no la dejéis ir al Prado; | |
no salga en silla o en coche, | |
a ver madre, abuela o tía, | |
tenedla en prensa de día, | |
y en una estufa de noche; | |
y como tío y cuñado, | |
capitán, me perdonad; | |
que el amor y la amistad | |
esta licencia me ha dado; | |
y si os queréis divertir | |
y gozar del fresco un rato, | |
vamos al Prado. | |
DON BELTRÁN | (Aparte) ¡Qué ingrato |
tanto amor me ha de salir! | |
DON JUAN | ¿No venís? (Vase). |
DON BELTRÁN | Ya voy tras vos. |
Poneos a caballo luego; | |
mas este celoso fuego | |
tengo de apagar, por Dios; | |
que, quitada la ocasión, | |
menos el daño amenaza; | |
ya se me ofrece una traza, | |
pondréla en ejecución; | |
que, si puedo, aquesta noche | |
ha de dejar la posada | |
don Carlos desocupada, | |
aunque yo vele y trasnoche | |
que el huésped es conocido, | |
y el dinero poderoso, | |
y un hombre, si está celoso, | |
hará lo que un ofendido. (Vase). | |
DON GARCERÁN | ¿Dónde tomaste posada? |
SOLANO | Junto al Carmen. |
DON GARCERÁN | ¿Preveniste |
la cena? | |
SOLANO | Sí. |
DON GARCERÁN | ¿Qué trujiste? |
SOLANO | Un capón y una empanada; |
dos perdices... | |
DON GARCERÁN | Bien las como. |
SOLANO | Medio cabrito extremado, |
dos gazapos... | |
DON GARCERÁN | Regalado |
plato. | |
SOLANO | ¡Tienen tanto lomo! |
Un gigote de carnero... | |
DON GARCERÁN | Si está manido, no es malo. |
SOLANO | Un jamón... |
DON GARCERÁN | Gentil regalo; |
has hecho buen despensero. | |
SOLANO | De clarete y moscatel, |
tres azumbres; que sin vino | |
está en la mesa el tocino | |
como cautivo en Argel. | |
DON GARCERÁN | Yo tengo bien qué cenar. |
SOLANO | ¿Que es buena cena? |
DON GARCERÁN | Extremada. |
SOLANO | Pues ven, la verá pintada, |
que no hay más que desear, | |
en esta calle primera; | |
que parece que el pintor | |
dio a los gazapos primor | |
y sazón a la ternera. | |
¿No me dirás, por tu vida, | |
qué bolsón diste, a Solano | |
para cine te tenga, ufano, | |
mesa y cama prevenida? | |
DON GARCERÁN | Luego, ¿no tienes dineros? |
SOLANO | ¿De qué los he de tener, |
Garcerán, si desde ayer | |
estamos los dos en cueros? | |
DON GARCERÁN | ¿No te di trescientos reales |
en Valencia? | |
SOLANO | No lo niego; |
mas oye la cuenta, y lego | |
podrás ver si están cabales. | |
«Cuenta de lo que Solano | |
ha gastado en el camino». | |
DON GARCERÁN | Y dala también del vino. |
SOLANO | A fe que está en buena mano. |
Sesenta reales gasté | |
en la maleta y cojín; | |
por dos mulas di a Machín | |
noventa, y me vine a pie. | |
Ves, ahí tienes la mitad; | |
item veinte que perdiste, | |
y dos que a una moza diste, | |
que tuvo necesidad. | |
Ciento en comida y posada | |
desde Valencia hasta aquí, | |
diez y ocho que bebí | |
de vino en esta jornada. | |
¿Cuántos faltan, si has contado, | |
para los trescientos? | |
DON GARCERÁN | Treinta. |
SOLANO | ¿Justos? |
DON GARCERÁN | Justos. |
SOLANO | En la cuenta |
estoy, por Dios, engañado; | |
que treinta menos cuartillo | |
al huésped di de señal, | |
mas por falta de orinal, | |
me acuerdo, compré un jarrillo, | |
y con aquesta partida | |
están los treinta cabales; | |
mira tus trescientos reales, | |
y la cuenta concluida. | |
DON GARCERÁN | Toma, vende esta cadena. |
SOLANO | Del dinero, ¿qué has de hacer? |
DON GARCERÁN | Mientras negocio, comer. |
SOLANO | ¿Comer dices? Bien me suena; |
mas, gastada, ayunaremos | |
al traspaso cada día. | |
Señor, ¿qué estrella te guía, | |
que tan mal viaje traemos? | |
¿Qué pretendes? | |
DON GARCERÁN | Irme a Flandes |
con un entretenimiento, | |
y entre tanto hacer asiento | |
con uno de aquestos grandes. | |
SOLANO | ¡Qué! ¿quieres servir? |
DON GARCERÁN | Solano, |
el que no sirve no medra; | |
de un olmo quiero ser hiedra | |
para que me dé la mano. | |
Con el de Pastrana o Feria | |
pienso tratallo mañana. | |
SOLANO | Con el de Feria o Pastrana |
repararás tu miseria; | |
que, como grandes señores, | |
no harán las cosas pequeñas. | |
Apostaré que te sueñas | |
general, con sus favores. | |
DON GARCERÁN | Mal estás con el servir. |
SOLANO | Pues, ¿no quieres que esté mal? |
Servir, señor, a su igual, | |
es, don Garcerán, vivir, | |
y no a un señor soberano, | |
que has de estar delante de él, | |
como el ángel san Gabriel, | |
con el sombrero en la mano; | |
y si llama, con más olas | |
ha de ser que tiene el mar. | |
Sin servir puedes pasar; | |
ándate, señor, a solas, | |
y si no, vuelve los ojos | |
aquella Fénix divina. | |
Deja la corte, camina, | |
concilia tantos enojos, | |
da la vuelta a Salamanca, | |
que allí está doña Mencía; | |
ya conoces su hidalguía, | |
voluntad segura y franca. | |
Viudo estás, no hay qué temer; | |
resuélvete, Garcerán; | |
que allí esperándote están | |
con hacienda y con mujer. | |
Mas cuando della me acuerdo, | |
y de tu fiera mudanza, | |
mi imaginada esperanza, | |
como los sentidos, pierdo. | |
DON GARCERÁN | Dices bien, que fue rigor, |
mas no lo puedo excusar; | |
que dejarla fue estimar, | |
como era justo, su honor. | |
SOLANO | Pues decirle a la partida: |
«quedad con Dios», ¿qué importaba? | |
DON GARCERÁN | Deja esta materia, acaba.- |
¡Ay, ausente de mi vida! | |
SOLANO | ¿Hay intervalos, señor? |
¿Qué discurres o qué sientes? | |
DON GARCERÁN | Memoria, no me atormentes |
con tan extraño rigor. | |
SOLANO | ¿Date la vida cuidado? |
DON GARCERÁN | Y aun acabarme podría. |
SOLANO | ¡Necedad! Toma alegría; |
mira este famoso Prado, | |
esta mezcla de colores | |
en jardines diferentes, | |
bullir y saltar las fuentes, | |
reír y alegrar las flores. | |
Los varios, coches que en tropa | |
discurren el alameda, | |
que, hiriendo el viento en la seda, | |
caminan con viento en popa; | |
las damas que a los estribos, | |
con su donaire español, | |
salen, dando luz al sol, | |
como a su gala cautivos; | |
esta confusión, que espanta, | |
y esta grandeza, que admira, | |
de tanta verdad mentira, | |
que se celebra y se canta; | |
de tanto amor sin amor, | |
de tanta gente perdida, | |
de tanta bárbara vida, | |
de tanto gentil señor; | |
de tanto a pie caballero | |
que se ve y se disimula, | |
de tanto bonete , mula, | |
de tanto mulo y sombrero; | |
de tanto ciego con vista, | |
de tanto malo buen hombre, | |
de tanto sabio sin nombre, | |
de tanto loco alquimista; | |
de tanto ingenio abatido, | |
de tanto necio encumbrado, | |
de tanto ingrato, olvidado | |
del favor que ha recibido; | |
de tanta dama pelota, | |
de tanto galán pelote, | |
que se viste y come a escote | |
de lo que la pobre escota. | |
DON GARCERÁN | ¿Has de hablar hasta mañana? |
SOLANO | Mucho la ocasión provoca; |
por Dios, que me iba de boca, | |
y hablaba de buena gana. | |
DON GARCERÁN | Retírate aquí, Solano; |
veremos pasar la gente. | |
Apártanse a un lado y salen el CONDE HORACIO, RUGERO, criado, y ALEJANDRA. | |
HORACIO | Fresco está el Prado. |
ALEJANDRA | Excelente. |
HORACIO | Lindo sitio. |
DON GARCERÁN | Y linda mano, |
gentil mujer. | |
SOLANO | Por mi fe, |
que es buena ropa. | |
HORACIO | Rugero, |
avisarás al cochero | |
que dé la vuelta. | |
RUGERO | Sí haré. (Vase). |
ALEJANDRA | Entrarme en él es mejor; |
que apearme ha sido exceso, | |
y temo algún ruin suceso. | |
Hacedle llegar, señor; | |
no quiera mi desventura | |
traer por aquí a mi hermano. | |
DON GARCERÁN | Gallarda mujer, Solano. |
SOLANO | ¿Hay ya nueva picadura? |
¿Hirióte con ballestilla | |
el dios ciego y herrador? | |
HORACIO | Mi bien, aqueste temor |
con razón me maravilla; | |
¿Tan poco mi fe te debe, | |
que un flaco temor te impide? | |
ALEJANDRA | ¿Flaco te parece? Mide |
con mi amor tu gusto breve; | |
verás, conde, si es razón | |
que tema, como mujer, | |
lo que puede suceder | |
en semejante ocasión. | |
Don Beltrán anda celoso, | |
don Juan no sospecha en vano, | |
y si es el uno mi hermano, | |
el otro se llama esposo. | |
No quieras paguen mis ojos | |
lo que han de sentir perderte. | |
¡Ay Dios, qué trance tan fuerte! | |
¡Qué ciertos son mis enojos! | |
Muerta soy, conde. | |
HORACIO | ¿Qué viste? |
ALEJANDRA | A mi hermano y don Beltrán. |
HORACIO | ¡Bravo temor! ¿Dónde están? |
ALEJANDRA | Hacia acá vienen; ¡ay triste! |
Perdida soy; negra noche, | |
apresura tu carrera. | |
¡Ay Dios! si el coche viniera. | |
Aquí está, Alejandra, el coche. | |
HORACIO | Repórtate. |
ALEJANDRA | No es posible; |
que temo ser conocida. | |
HORACIO | Toma el coche. |
ALEJANDRA | Estoy perdida. (Vase). |
HORACIO | Y de cobarde, terrible. |
SOLANO | Ya toma el coche. |
DON GARCERÁN | Turbada |
parece que va; cayó. | |
SOLANO | ¡No estuviera cerca yo! |
¡Bien vestida está y calzada! | |
DON GARCERÁN | ¿Qué viste? |
SOLANO | Lo que encender |
pudiera un mármol: manteo | |
que lo guarneció el deseo, | |
que no hay más que encarecer; | |
algo de la media y pie, | |
que con un zapato justo, | |
parece que brinda al gusto | |
para descalzarle, a fe. | |
Mas parecióme tener | |
una falta, y no lo es; | |
que tener grandes los pies | |
es sobra en una mujer. | |
HORACIO | En qué extraña confusión |
estoy metido, que veo | |
a riesgo lo que deseo, | |
y en la mano la ocasión. | |
Si voy con ella, destruyo | |
su opinión; y si me quedo, | |
a ley de quien soy, no puedo | |
excusar lo que rehuyo. | |
Si el coche ven, por las pías | |
han de conocer su dueño; | |
en grave ocasión me empeño; | |
desdichas son estas mías. | |
¡Qué sólo que me han dejado | |
mis criados! Ni un amigo | |
de los que comen conmigo | |
no descubro en todo el Prado; | |
Pero allí está de camino | |
un hombre, a lo que parece; | |
que en él cielo me ofrece | |
todo mi bien, imagino.- | |
¿Caballero? | |
SOLANO | ¿A quién, señor, |
llamáis? | |
HORACIO | A los dos. |
SOLANO | Decí: |
«¡Ah caballeros!» que así | |
os responderán mejor. | |
DON GARCERÁN | ¿No callarás, majadero?- |
¿Qué manda vuesa mercé? | |
HORACIO | En vuestro talle se ve |
que sois noble caballero. | |
DON GARCERÁN | Si importa serlo, señor, |
para serviros, yo he sido | |
desgraciado, aunque he tenido, | |
siendo humilde, algún valor; | |
y si con él puedo y valgo, | |
me podéis, señor, mandar, | |
y de mí os asegurar | |
como del mejor hidalgo. | |
HORACIO | De que lo sois, muestra clara |
me da vuestra gentileza, | |
porque se ve la nobleza | |
en el lenguaje y la cara; | |
pero, porque cierta dama | |
de prendas y de valor, | |
con la tardanza, su honor | |
se aventura y se disfama, | |
no quiero el tiempo gastar | |
en ofrecimientos vanos; | |
que con términos más llanos | |
la merced pienso pagar. | |
Sólo os suplico, entre tanto | |
que pongo a salvo aquel coche, | |
si ya no quiere la noche | |
encubrirle con su manto. | |
detengáis dos caballeros | |
que por aquí han de pasar, | |
sin que déis, señor, jugar | |
a desnudar los aceros. | |
El uno es mozo y galán, | |
y el otro, aunque cano y viejo, | |
es su brío y su despejo | |
de un valiente capitán. | |
Plumas trae negras, y espada | |
guarnecida de ataujía; | |
si erráis las señas sería | |
perderme en esta jornada. | |
DON GARCERÁN | No tenéis más que informarme. |
Seguid el coche, señor; | |
que en ocasiones de honor | |
sé muy bien aventurarme. | |
Las señas son conocidas; | |
bien podéis, señor, partir; | |
que aquí están para os servir | |
dos espadas y dos vidas. | |
HORACIO | Bésoos las manos mil veces |
por la merced que me hacéis. | |
Cielos amigos, seréis | |
de aquesta amistad jueces. (Vase HORACIO). | |
DON GARCERÁN | ¿Dónde vas tú? |
SOLANO | A detener |
las mulas en que venimos, | |
aunque al paso que trajimos | |
postas serán menester. | |
DON GARCERÁN | ¿Para qué son postas, loco? |
SOLANO | Mal discurres, Garcerán. |
DON GARCERÁN | Presto vaguidos te dan. |
SOLANO | Siempre me estimas en poco; |
mas hazme un placer, señor, | |
de admitir lo que imagino; | |
que el consejo tras el vino | |
no suele ser el peor. | |
Sin saber quién es el hombre | |
que de aquí partió ligero, | |
sin informarte primero | |
de su calidad y nombre, | |
te has empeñado a estorbar | |
a dos hombres este paso, | |
ves aquí que paso a paso, | |
llegan y quieren pasar. | |
¿Qué has de hacer, si su porfía | |
fuese tan grande, en rigor, | |
que juzgasen por temor | |
hablarles con cortesía? | |
¿No es lance, no es ocasión | |
para venir a las manos, | |
si son los dos cortesanos, | |
y tú de buena opinión? | |
Pues si reñimos, hay vidas | |
para este acero sangriento; | |
y en tal caso es de momento | |
tener postas prevenidas. | |
DON GARCERÁN | Has discurrido, Solano, |
con el temor, altamente; | |
siempre el cobarde es prudente. | |
SOLANO | Como el atrevido insano. |
DON GARCERÁN | No tienes que prevenir |
ni de qué tener temor; | |
que el cielo lo hará mejor | |
que tú lo sepas pedir. | |
Y si los dos que recelas | |
acertaren a pasar, | |
huir podrás sin matar, | |
pues no te faltan espuelas, | |
que yo tengo de acudir | |
a quien estoy obligado; | |
que la palabra que he dado, | |
fue de esperar, no de huir. | |
Y cuando hacer bien se ofrece, | |
sin saber a quién se hace, | |
es lo que más satisface; | |
que aquello más se agradece. | |
SOLANO | Bien dices; mas digo mal, |
en saber si cena a oscuras | |
éste por quien te aventuras, | |
con un cirio pascual; | |
Si es merced o tú ni vos, | |
señoría o excelencia, | |
por quien se pueda en conciencia | |
reñir y matar a dos; | |
que sería gran desastre | |
ser este tal hidalgote | |
un escudero guisote | |
o por gran ventura un sastre. | |
DON GARCERÁN | Sin duda que es caballero. |
SOLANO | ¿Caballero? ¿En qué lo vistes? |
DON GARCERÁN | ¿Los guantes de ámbar no olistes? |
SOLANO | ¿No podría ser guantero? |
DON GARCERÁN | Espera; que aquestos son. |
SOLANO | Tentemos la de Bilbao; |
aunque estuviera en el Grao | |
mejor que en esta ocasión. | |
DON JUAN | No ha de encubrirles la noche |
la libertad de los dos. | |
DON BELTRÁN | Aguijemos; que, por Dios, |
que van juntos en el coche. | |
DON JUAN | ¿No tomaremos razón |
si han pasado por aquí? | |
DON BELTRÁN | ¿Qué hay que tomar? Yo los vi. |
DON JUAN | Ciega mucho la pasión; |
informémonos primero. | |
DON BELTRÁN | ¡Qué flema tenéis extraña! |
¡Oh! ¡Nunca viniera a España! | |
Informaos pues. | |
DON JUAN | Caballero, |
¿ha rato que estáis, aquí? | |
DON GARCERÁN | Toda esta tarde. |
DON JUAN | ¿Ha pasado |
por aquí un coche encarnado? | |
DON GARCERÁN | Un coche no, coches sí. |
DON BELTRÁN | De éste tiran cuatro pías, |
que gobiernan dos cocheros. | |
SOLANO | ¿Llevan libreas? |
DON JUAN | Vaqueros |
azules. | |
SOLANO | Habrá diez días |
que ese coche vi en Valencia, | |
y en él al Virrey, por Dios. | |
DON BELTRÁN | No hablan, lacayo, con vos. |
SOLANO | Lacayo, con reverencia. |
DON JUAN | No seáis hablador, hermano; |
que no venimos de humor. | |
DON GARCERÁN | Que éste es un loco, señor.- |
¿Que no has de callar, Solano?- | |
Aunque he visto con cuidado | |
y admiración juntamente | |
aqueste Prado excelente | |
y los coches que han pasado, | |
no he visto por él pasar, | |
ni atravesar la carrera, | |
el que decís; yo quisiera... | |
DON BELTRÁN | Que no hay que nos informar; |
que por aquí fue, y la vuelta | |
tornó hacia Atocha, don Juan. | |
SOLANO | (Aparte) ¿Don tenemos? |
DON JUAN | Don Beltrán... |
SOLANO | ¿Otro don más? Que hay revuelta... |
DON JUAN | Seguidme. |
DON GARCERÁN | Será cansaros; |
mas si buscarle os importa, | |
por otra senda más corta | |
que vais, he de suplicaros; | |
que allí delante, un amigo | |
está hablando con su dama, | |
y importa mucho a su fama | |
no tener ningún testigo. | |
Hacedlo, por vida mía, | |
que en la corte a un forastero | |
hacer suele el caballero | |
amistad y cortesía. | |
DON BELTRÁN | Ya fuera mucho trabajo |
y notable desatino | |
dejar el cierto camino | |
por buscar incierto atajo; | |
que para quien va de prisa | |
es demasiado rodeo. | |
DON GARCERÁN | No hay duda, sino que creo |
que la ocasión es precisa; | |
mas córreme a mí mayor | |
obligación y cuidado, | |
si un amigo me ha dejado | |
encomendado su honor. | |
Halle esta vez a los dos | |
gentileza y cortesía, | |
porque, si pasáis, sería | |
descomponerme, por Dios; | |
que la mujer es honrada | |
y el amigo conocido, | |
y por ventura habrá sido | |
forzosa la retirada. | |
DON BELTRÁN | Impórtanos conocer |
quién va en aquel coche. | |
DON GARCERÁN | A mí |
que no paséis por aquí. | |
DON BELTRÁN | ¿Cómo no? |
DON GARCERÁN | Aquesto ha de ser. |
SOLANO | Antes que acuda al reclamo |
del chas, chas, alguna gente, | |
guardaré, como valiente, | |
las espaldas a mi amo. | |
Salen DOÑA MENCÍA y LEONOR en el hábito dicho y ponen mano, y favorecen a GARCERÁN. | |
LEONOR | Cuchilladas son; acude. |
DOÑA MENCÍA | Paréncenme forasteros; |
aguija.- Paz, caballeros, | |
paz digo, y nadie se mude. | |
DON BELTRÁN | Retirémonos, don Juan. |
DOÑA MENCÍA | Mucha merced me haréis. |
(Aparte). Ojos, ¿qué es esto que veis? | |
¿No es éste don Garcerán? | |
¿No es éste el ingrato? ¡Cielos! | |
SOLANO | Yo he andado como un león. |
DOÑA MENCÍA | (Aparte). (Saber quiero la cuestión, |
y ¡ay de mí, si fue por celos!) | |
¿Por qué ha sido la pendencia, | |
podremos saber, hidalgo? | |
Que aventurar lo que valgo | |
obliga vuestra presencia. | |
DON GARCERÁN | Agradezco ese favor |
corno venido del cielo: | |
que pocas veces da el suelo | |
tanta hermosura y valor. | |
Pero si gustáis saber | |
la causa de esta quistión, | |
fue cumplir mi obligación | |
y amparar una mujer. | |
DOÑA MENCÍA | Bien ha sucedido. Aquí |
me esperad; que no es razón, | |
si aquesa fue la ocasión, | |
se quede el negocio ansí. | |
DON GARCERÁN | Aquí os espero. |
DOÑA MENCÍA | (Aparte). Leonor |
no te apartes de su lado. | |
LEONOR | ¿Importa? |
DOÑA MENCÍA | Ser mi cuidado |
y mi tormento mayor. | |
HORACIO | tarde. |
SOLANO | La tormenta, |
gracias a Dios que ha pasado. | |
HORACIO | ¡Oh! ¡Nunca ciñera al lado |
espada que así me afrenta! | |
¿Qué ha sido aquesto, señor? | |
DON GARCERÁN | Lo que no pude excusar. |
HORACIO | ¿A quién tengo de pagar |
tanta merced y favor? | |
SOLANO | A mí, y es bien que celebres |
mi valor; que los hidalgos | |
corrieron, como los galgos | |
suelen correr tras las liebres. | |
DON GARCERÁN | Óyete, loco, no afrentes; |
sus espadas sin respeto; | |
que anduvieron, os prometo, | |
bizarros como valientes. | |
HORACIO | En todo sois extremado |
con superior excelencia; | |
que el valor y la prudencia | |
veo en vos en igual grado. | |
Decidme, si sois servido, | |
vuestro nombre y calidad; | |
que una perfecta amistad | |
en veros me he prometido; | |
que con hacienda y persona | |
os he de servir, señor; | |
halle en vos este favor | |
el conde Horacio Colona. | |
DON GARCERÁN | Perdone vueseñoría |
si en algo he andado grosero; | |
que erré, como forastero. | |
HORACIO | Sois la misma cortesía. |
SOLANO | Vueseñoría perdone |
mi mala imaginación, | |
y también, con el perdón, | |
alguna gracia me done; | |
que, si va a decir verdad, | |
creí que era en el olor | |
portugués perfumador | |
o hombre de esta calidad. | |
DON GARCERÁN | Conozca vueseñoría |
a Solano, mi criado, | |
por un hombre en quien no ha entrado | |
pesar ni melancolía. | |
DOÑA MENCÍA | Esto está hecho, señor; |
la mano me dad de amigo | |
de aquellos hidalgos. | |
DON GARCERÁN | Digo |
que les soy su servidor. | |
SOLANO | Luego, ¿yo matarlos puedo |
si los encuentro? | |
DOÑA MENCÍA | También |
me dad la vuestra. | |
SOLANO | Está bien. |
DON GARCERÁN | Valiente estás. |
SOLANO | Todo es miedo. |
HORACIO | Decidme, y no os divirtáis, |
lo que os tengo suplicado. | |
DOÑA MENCÍA | Si es secreto, aquí apartado |
estaré. | |
HORACIO | Muy bien estáis. |
Débole vida y honor | |
a este noble caballero, | |
soy agradecido, y quiero | |
saber de quién soy deudor. | |
DOÑA MENCÍA | El conde pide razón, |
y que el propio gusto tengo | |
os prometo y prevengo | |
mayor o igual atención. | |
DON GARCERÁN | Haré lo que me pedís; |
que obligación es forzosa, | |
si vida tan prodigiosa | |
con piedad y gusto oís. | |
Mi nombre es don Garcerán | |
Cavanillas y Torrellas, | |
apellidos de mis padres, | |
don Vicente y doña Greída. | |
Segundo fui de mi casa, | |
y como el amor heredan | |
los segundos de los padres, | |
y los mayores la hacienda, | |
mientras que vivieron fui | |
el alivio de sus penas | |
el querido mayorazgo, | |
su alma y su vida mesma. | |
En medio de sus regalos | |
y mi mocedad inquieta, | |
vino a Valencia una dama, | |
con sus padres, desde Huesca. | |
Gente de mediano estado, | |
que entre las demás, plebeya | |
ya la patricia, tenía | |
buen lugar por su llaneza. | |
Vila, parecióme bien, | |
visité su casa, améla | |
tanto, que creció el amor | |
hasta casarme con ella. | |
Sentidos mis padres de ello, | |
retiráronse a una aldea, | |
donde acabaron sus días | |
de vejez y de tristeza. | |
Quedé sin ellos, cargado | |
de obligaciones y deudas, | |
con un enemigo hermano, | |
con una mujer a cuestas; | |
encontrado con mis deudos, | |
con los suyos en contienda, | |
porque les pido y se excusan, | |
porque les hablo y me niegan; | |
hasta que, de lastimados, | |
mis deudos mi vida ordenan, | |
mis alimentos componen | |
y mis trampillas conciertan. | |
Quisieron que prosiguiese | |
en la ocupación primera; | |
que acabase mis estudios, | |
cosa para mí bien recia; | |
que, graduado, podría, | |
con mi calidad y letras, | |
su majestad ocuparme | |
en una de sus audiencias. | |
Resolverme fue forzoso, | |
y dejando en orden puesta | |
mi casa, y a mi mujer | |
recogida en Santa Tecla, | |
partí para Salamanca, | |
y dándome alguna priesa, | |
llegué, día de San Lucas, | |
a aquella insigne academia; | |
tomé casa y compañía, | |
que me la hicieron muy buena | |
dos caballeros hermanos, | |
naturales de Plasencia. | |
Empecé a estudiar con gana, | |
y mis trabajos lucieran, | |
si catedrático amor | |
de ostentación no leyera | |
la materia de Arte amandi, | |
tan llena de sutilezas, | |
que hube menester pasante | |
para mejor entendella. | |
Ofrecióse la ocasión, | |
y un día que a San Esteban | |
salí... | |
DOÑA MENCÍA | ¡Ay de mí! Leonor, |
que aquí mi historia comienza. | |
LEONOR | ¿Qué historia o qué calabaza? |
DOÑA MENCÍA | Luego ¿no has estado atenta |
a lo que dice ese ingrato? | |
LEONOR | Si estado, y soy una bestia. |
¿Garcerán es éste? | |
DOÑA MENCÍA | Sí, |
calla. | |
LEONOR | Callará mi lengua. |
¡Pues!, ¿por un hombre casado | |
andamos de venta en venta? | |
DOÑA MENCÍA | ¿Qué quieres? No lo sabía. |
HORACIO | Pensamientos no os diviertan; |
pasa adelante. | |
DOÑA MENCÍA | Señor, |
no os quedéis en San Esteban. | |
DON GARCERÁN | Digo que vi una mujer, |
viuda, hermosa y bella | |
más que el sol y que los cielos; | |
mas no quiero encarecella, | |
que todo será afilar | |
la espada que me degüella, | |
y despertar la memoria | |
que me aflige y atormenta. | |
Sólo diré que venía | |
en un coche con dos dueños, | |
tocada de honestidad | |
y vestida de vergüenza. | |
Apeóse y oyó misa, | |
y aquel rato que en la iglesia | |
estuvo, me vi en la gloria, | |
gozando de su presencia | |
Volvió a ponerse en su coche, | |
y yo, que estaba a la puerta, | |
al pasar, todo turbado, | |
la hice una reverencia. | |
Miróme, y hizo lo mismo, | |
fuese, y dejóme en tinieblas, | |
naciendo de aquestas vistas | |
mi cuidado y su querella. | |
Hasta llegar a su casa | |
la seguí, supe quién era, | |
con que se aumentó el deseo | |
de mi temeraria empresa; | |
que fijé casada esta dama | |
con un tal don Saavedra, | |
que de un choque de un caballo | |
murió, entrando en unas fiestas; | |
y tan principal señora, | |
que de Guzmán y Fonseca | |
tenía la mejor sangre, | |
y más de seis mil de renta. | |
Con estas partes divinas, | |
otras le dio el cielo, anejas | |
su mucha calidad, | |
tanto, que, por excelencia, | |
como a otra Safos un tiempo | |
la llamó el milagro Grecia, | |
LA FÉNIX DE SALAMANCA | |
llamaban todos a ésta. | |
Procuré hablarla y servir | |
mujer de partes tan bellas, | |
sin que pasase mi amo | |
los límites de quien era. | |
Diome el tiempo la ocasión, | |
la ocasión su corta greña; | |
asila, y entré en su casa; | |
con mi término agradéla. | |
Querer decir sus favores | |
será contar las estrellas. | |
DOÑA MENCÍA | (Aparte). ¡Ay de mí, si este villano |
se atreve a mi fama honesta; | |
que si de lo que no hizo | |
se alaba, esta daga fiera | |
le sacará el corazón, | |
y haré que rabiando muera! | |
DON GARCERÁN | Mas pongo al cielo testigo |
que fue con tanta limpieza, | |
que no la toqué una mano. | |
DOÑA MENCÍA | (Aparte). ¡Ay Garcerán! bien pudieras |
Hoy mi vida te consagro, | |
y mil, si tantas tuviera; | |
y ¿qué mujer no da el alma | |
a un hombre de buena lengua? | |
DON GARCERÁN | Creció con el largo trato |
nuestro amor, de tal manera, | |
que era mi alma una Troya, | |
y la suya otra Aquileya. | |
Por mancebo me tenía, | |
y persuadirse pudiera; | |
que casados estudiante | |
muy pocas veces se encuentran. | |
Enternecióme su engaño, | |
y lastimóme la afrenta | |
que de ofendella y burlalla | |
a su honor venir pudiera; | |
y así, resuelto a morir | |
a las manos de la ausencia, | |
que no a ofender el cabello | |
más corto de su cabeza, | |
a la ocasión di de mano, | |
vencí mi propia flaqueza, | |
dejé libros, cartapacios, | |
amigos, ciudad y escuelas; | |
y sin hablarla palabra | |
ni escribir sólo una letra, | |
sólo con este criado | |
a mi casa di la vuelta. | |
Turbóse mi fiero hermano, | |
cayó mi mujer enferma; | |
que aparecerse así, acaso | |
sangre y corazón altera. | |
Sintió en mis ojos la causa, | |
y crecieron las sospechas | |
de mi amor, su enfermedad, | |
v acabó con su carrera. | |
Lloré su muerte temprana; | |
que no hay vida tan entera, | |
que no la consuman celos | |
y que no la acaben penas. | |
Vïudo, quise partirme | |
a Salamanca, y lo hiciera, | |
que la fe me aseguraba | |
de aquella adorada prenda, | |
si un amigo con quien tuve | |
alguna correspondencia, | |
que trataba de casarse, | |
por cierto no me escribiera. | |
Di crédito a sus razones: | |
que si se muda en presencia | |
la mujer sin ocasión, | |
ausente ¿qué hará? Y con ella | |
al fin mudé parecer; | |
y partiendo de Valencia, | |
aquesta corte he venido | |
a pretender por la guerra, | |
para que en Italia o Flandes, | |
si se rompieren las treguas, | |
acabe con mis desdichas | |
una pistola francesa. | |
HORACIO | Suspenso me habéis tenido, |
Garcerán, y entre las cosas | |
que he oído maravillosas, | |
ninguna me ha parecido | |
tan digna de admiración | |
cómo, amando y siendo amado, | |
dejar un hidalgo honrado | |
perder tan buena ocasión | |
porque pocos, os prometo, | |
tuvieran tanta cordura; | |
que siempre el que ama procura | |
que llegue su amor a efeto. | |
DOÑA MENCÍA | Anduvo don Garcerán |
como honrado caballero. | |
HORACIO | No hay negaros lo primero; |
pero él hizo mal galán. | |
DOÑA MENCÍA | Peor fuera ofender la fama |
de tan principal mujer. | |
HORACIO | La ocasión no ha de perder, |
señor don Carlos, quien ama; | |
y quédese comenzada | |
la cuestión para otro día; | |
que de Garcerán querría | |
saber si tiene posada. | |
DON GARCERÁN | Sí, señor, que mi criado |
la tiene ya prevenida. | |
HORACIO | La mía os tengo ofrecida, |
si de ella no estáis prendado; | |
que caballos y dinero | |
tendréis a vuestro servicio. | |
DON GARCERÁN | Serviros, señor, codicio, |
cine es el premio verdadero; | |
mas vino en mi compañía | |
un caballero, y los dos | |
posamos juntos. | |
HORACIO | Sin vos |
voy descontento, a fe mía; | |
pero aguardaréos mañana | |
a comer. | |
DON GARCERÁN | Iré a recibir |
merced. | |
HORACIO | Bien sabréis cumplir.- |
Tú también. | |
SOLANO | De buena gana. |
DOÑA MENCÍA | Por ganarme por la mano |
el conde, no os he ofrecido | |
lo que él mismo... | |
DON GARCERÁN | Agradecido |
os estoy. | |
SOLANO | Y está Solano. |
DON GARCERÁN | Yo os juro, a fe de quien soy. |
que he estimado conoceros | |
tanto, que sólo con veros, | |
mirando mi bien estoy; | |
que sois del original | |
más bello que formó el cielo | |
perfectísimo modelo | |
y retrato natural; | |
y no os pese parecer | |
a aquella Fénix divina; | |
que beldad más peregrina | |
no alcanza humana mujer. | |
DOÑA MENCÍA | Antes me quiero estimar |
en más de lo que hasta aquí, | |
pues habéis hallado en mí | |
cosa que os pueda agradar; | |
y si estriba en mi presencia | |
parte de vuestro contento, | |
no haré, os juro, ni un momento | |
de vuestros ojos ausencia. | |
RIBERA | ¿Señor don Carlos? |
DOÑA MENCÍA | Ribera, |
¿hay en qué os pueda servir? | |
RIBERA | Véngoos, señor, a pedir |
una cosa harto ligera | |
para vos, que para mí | |
es, don Carlos, bien pesada; | |
que vos hallaréis posada | |
mucho mejor que os la di; | |
pero tal huésped, sería | |
toparle grande aventura. | |
DOÑA MENCÍA | Pues ¿quién quitarme procura |
mi posada? | |
RIBERA | Dicha es mía. |
Por el Rey está tomada | |
para cierto embajador, | |
y aquesta noche, señor, | |
ha de estar desocupada; | |
que ya la ropa han traído. | |
DOÑA MENCÍA | Y ¿la mía? |
RIBERA | En mi aposento |
la metí. En el alma siento | |
no haberos mejor servido; | |
pero volveréis, que presto | |
se irá aqueste embajador; | |
. | que me debéis mucho amor, |
y habéis de pagarme en esto. | |
DOÑA MENCÍA | De diferente manera |
lo siento; que es gran ganancia | |
tener huésped de importancia. | |
RIBERA | No, por vida de Ribera. |
DOÑA MENCÍA | Ve tú, y buscarme posada, |
Jaramillo, y acomoda | |
la ropa. | |
DON GARCERÁN | Llévenla toda |
a la que tengo tomada; | |
que allí cerca de la mía | |
os armarán una cama. | |
DOÑA MENCÍA | Por ventura tendréis dama, |
y no querrá compañía. | |
DON GARCERÁN | No la tengo, por mi vida. |
DOÑA MENCÍA | Pues con esa condición |
la acetaré. | |
LEONOR | ¿Qué invención |
es ésta? Que vas perdida. | |
DOÑA MENCÍA | Antes me pienso ganar, |
Leonor, por este camino. | |
LEONOR | Yo seré mal adivino, |
si no hubiere que llorar. | |
DON GARCERÁN | Venid; sabréis mi posada. |
SOLANO | ¿Es Jaramillo voacé? |
LEONOR | Yo soy. |
SOLANO | La mano me dé |
por amigo y camarada; | |
que la cama es buena y ancha, | |
limpia la ropa y el hombre, | |
que por la cara y el nombre | |
yo haré que metan ensancha; | |
que de ese nombre un pariente | |
tengo en Alcalá, y honrado, | |
que goza, a fe de soldado, | |
libros y vino excelente. | |
LEONOR | Toco, y haga buen provecho |
lo que hubiéredes bebido. | |
SOLANO | Es el capón escogido. |
LEONOR | Adiós, Ribera. |
RIBERA | Esto es hecho, |
que de esta suerte asegura | |
el capitán sus recelos; | |
que con dineros y celos, | |
no hay cosa que esté segura. |