Jornada III |
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SEMÍRAMIS, en hábito de reina, ZAMEIS NINIAS, en hábito de príncipe, JANTO, CREÓN, TROILO, ORISTENES, CELABO, DIARCO, PUEBLO.
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SEMÍRAMIS | Ya el tiempo con su vuelo acostumbrado | | ha traído a tal punto mis deseos | | que libre, sin ficiones ni rodeos, | 1490 | muestre mi corazón fuerte y osado. | | El capitán y rey tan señalado, | | que con tan grandes triunfos y trofeos | | de persas, medos, libios, nabateos, | | y de otros mil sus templos ha adornado | 1495 | no ha sido Ninias, como habéis creído, | | ¡oh, mis vasallos fuertes y leales!, | | sino su madre, puesta en su vestido. | | Yo he sido el capitán de los Reales, | | y mi querido hijo es quien ha sido | 1500 | virgen entre las vírgines vestales. | | Para deciros esto aquí he venido, | | ya cual me veis, como mujer vestida, | | y traigo a Ninias, de hombre ya vestido. | | Él Semíramis es, la recogida, | 1505 | en rostro y traje nada diferente | | a mí, que he sido rey, por él tenido. | | Ya llegó al punto mi deseo ardiente | | de que el mundo por mí en su punto viese | | una mujer heroica y ecelente, | 1510 | una mujer que en guerra y paz rigiese | | fuertes legiones, pueblos ordenados, | | y que en todo a mil reyes ecediese. | | Después que al cielo los divinos hados | | a mi Nino llevaron, que ha seis años, | 1515 | ya visto habéis, varones estimados, | | por cuántas furias he rompido y daños, | | cuántos bravos peligros he allanado, | | y qué rigores he vencido estraños; | | y con vuestro valor, por mí ordenado, | 1520 | los difíciles casos que he emprendido, | | los altísimos hechos que he osado; | | cuán a mi honra de ellos he salido, | | y mi famosa Babilonia cuánto | | he, con trofeos mil, enriquecido. | 1525 | No hay reino en cuantos son del mundo espanto, | | que no tiemble de Asiria y se le rinda | | oyendo solo de su fama el canto. | | Pues si está Babilonia fuerte y linda, | | con muros, fosos, torres, templos, puentes, | 1530 | bien claro con la vista se deslinda. | | Todos, al fin, los que me estáis presentes, | | sabéis aquestas y otras maravillas, | | que espantarán las venideras gentes, | | y así será escusado referillas, | 1535 | sino solo rogaros que se admita | | Ninias, mi hijo, a las reales sillas, | | pues que mi voluntad ya le habilita | | y, con la reclusión y monjil traje, | | otra cualquier dificultad le quita. | 1540 | Vuestro aplauso será fiel homenaje, | | que de vasallos, de hombres tan leales, | | no quiero más señal ni mayor gaje. | | Partíos, y con pregones generales | | se divulgue el suceso de este día, | 1545 | haciéndose por él fiestas reales; | | y el contento y el gozo y la alegría | | sea respuesta de este parlamento, | | y entone vuestro aplauso su armonía. | | Idos, pues, ya, y este común contento | 1550 | sientan luego de Asiria los confines. | |
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JANTO | Vaya tu vida y nombre en largo aumento. | |
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PUEBLO | Vaya tu vida y nombre en largo aumento. | |
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CELABO | Toquen las cajas, suenen los clarines. | |
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(SEMÍRAMIS, ZAMEIS.)
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ZAMEIS | Pasmado queda el pueblo del engaño | 1555 | en que tan dulcemente le has traído, | | con mi nombre y mi rostro y mi vestido, | | en mil guerras un año y otro año; | | y alegre del presente desengaño, | | cada cual de los dos reconocido, | 1560 | con general aplauso y alarido | | te alaba nuestro pueblo y el estraño; | | y yo asimismo loo tu grandeza | | y encarezco tu espíritu elevado, | | y admiro tu prudencia y fortaleza; | 1565 | y ser tu hijo y ser de ti estimado | | tengo por mayor suerte y más riqueza | | que si del alto Amón fuera engendrado. | |
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SEMÍRAMIS | [Aparte.] | (Eso me causa a mí mortal tristeza, | | eso me quita a mí todo el contento | 1570 | que puede dar tu celestial belleza. | | Mas, ¿qué furioso disparate intento? | | ¿A dónde me despeñan mis deseos? | | ¿Dónde vuela mi vano pensamiento?) | |
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ZAMEIS | Pues ¿qué pasión los causa? |
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ZAMEIS | No entiendo, amada madre, tus razones. | |
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SEMÍRAMIS | ¡Qué dulce nombre, amada, y cuán acedo | | es el de madre, que con ese pones! | 1580 | Tan grande es mi pasión, que ya no puedo | | disimulalla más ni resistilla. | | Ya, ya me rindo, ya rendida quedo. | | Ya no puedo mi pena diferilla, | | mas ¿cómo la diré? ¿Qué voz, qué aliento, | 1585 | qué palabras tendré para decilla? | | Inmenso es mi dolor y mi tormento, | | helada estoy y en medio estoy de un fuego, | | todo por... |
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(ZAMEIS.)
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ZAMEIS | Bien fuera torpe yo, bien fuera ciego | 1590 | si la maldita causa no entendiera | | que de razón te priva y de sosiego. | | Juzgar mejor tu plática pudiera | | si tu desenfrenada y torpe vida | | tan bien como la sé no la supiera. | 1595 | ¡Oh, mujer sin vergüenza y atrevida, | | a las viles torpezas sensuales | | del todo avasallada ya y rendida! | | Al fin llegáis a ser las que sois tales, | | en seguir sin vergüenza el apetito, | 1600 | peores que los brutos animales. | | Yo, yo tengo la culpa, que permito | | que reine una mujer engañadora. | | Pues, muera yo si el reino no le quito. | | ¿Pensabas, madre pérfida y traidora, | 1605 | hacer de mí lo que de mil has hecho | | desde que de mi reino eres señora? | | ¡Oh, fiero corazón!, ¡oh, inorme pecho!, | | si yo quisiera un tiempo me gozaras | | en tu lacivo, infame y sucio lecho; | 1610 | después, como a los otros, me mataras | | por encubrir estas maldades fieras, | | que el cielo las descubre y hace claras. | | No son sospechas estas ni quimeras: | | cuando del templo me sacó Sintabo, | 1615 | me lo dijo con pruebas verdaderas; | | tu condición desde el principio al cabo | | me dijo y, aunque entonces le creía, | | mejor ahora de creelle acabo; | | la muerte de mi padre me decía, | 1620 | la cual, con pena dolorosa y fuerte, | | amargamente yo llorando oía. | | ¡Oh, padre amado!, permití que acierte | | a vengar vuestra muerte lastimosa, | | si puedo yo a mi madre dar la muerte; | 1625 | si por vengaros no es injusta cosa | | matar a quien me trajo en sus entrañas, | | yo mataré a mi madre rigurosa; | | daré fin con su muerte a sus marañas, | | acabarán sus vicios y maldades, | 1630 | sus diabólicas artes y sus mañas; | | evitaré sus fieras crueldades, | | cortarele en agraz su vil deseo; | | gozaré yo mis reinos y ciudades. | | Por el eterno Dios que adoro y creo | 1635 | que, si segunda vez osa tratarme | | de su lacivo pensamiento y feo... | | Mas, ¿dónde del enojo veo llevarme? | | ¿A qué la justa ira me convida? | | ¿Cómo, por qué, y de quién quiero vengarme? | 1640 | ¿Quién dará muerte a quien le dio la vida? | |
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(SEMÍRAMIS, ZAMEIS.)
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SEMÍRAMIS | ¿Dónde me podré acoger | | para que pueda valerme? | | ¿Quién me podrá socorrer, | | si junta para ofenderme | 1645 | amor todo su poder? | | Ninias, si de mi pasión | | conoces la furia loca, | | no quieras, pues no es razón, | | que la descubra la boca, | 1650 | pues la muestra el corazón. | | Humíllate a mis querellas | | y repara en mis tormentos, | | pues bastan ellos y ellas | | para detener los vientos | 1655 | y derribar las estrellas. | | No desprecies el dolor | | que muestran mi ojos tiernos, | | mira que le causa amor, | | que en cielos, tierra y infiernos | 1660 | es universal señor. | | Si en el alma y cuerpo y faz | | te juzga toda la tierra | | por ángel del cielo, haz | | que tenga ya fin mi guerra, | 1665 | pues es de ángeles dar paz. | | Duélate mi pena fuerte | | y mi pasión dolorida, | | trueca mi contraria suerte, | | preserva mi triste vida, | 1670 | evita mi fiera muerte. | |
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ZAMEIS | Que vienes fuera de ti, | | sin alguna duda, creo. | |
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SEMÍRAMIS | Bien puedes creello así, | | pues el mal con que peleo | 1675 | a mí me saca de mí. | |
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ZAMEIS | Para fin de esto y remate | | dos cosas mi alma me inspira, | | metida en este combate, | | y ardiendo en saña y en ira: | 1680 | o que te deje, o te mate. | | Mas, aunque tal seáis vos, | | el dejaros y irme elijo | | de estos pensamientos dos, | | así por ser vuestro hijo, | 1685 | como por temer a Dios. | |
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(SEMÍRAMIS.)
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SEMÍRAMIS | Mayor dolor que la muerte | | me causará el alejarte, | | que mi tormento más fuerte | | será no poder mirarte, | 1690 | pues mi mayor gloria es verte. | | Muera, y sea en tu presencia, | | que muerte será gustosa, | | y no viva yo en ausencia, | | que es muerte más rigurosa | 1695 | y más áspera sentencia. | | No puedo sin ti pasar, | | no puedo sin ti vivir; | | por fuerza te he de buscar, | | por fuerza te he de seguir, | 1700 | por fuerza te he de alcanzar. | | No puedes huir de mí, | | que he de correr mucho yo, | | pues quiere que sea así | | el cruel que me hirió, | 1705 | dejándote sano a ti. | |
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(SEMÍRAMIS, CELABO.)
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CELABO | Reina y señora, si es justo | | que quien de veras desea | | tu contentamiento y gusto | | sepa claramente y vea | 1710 | tu descontento y desgusto, | | la causa di del que muestra | | tu rostro triste y turbado, | | y confía de mi diestra, | | como siempre has confiado, | 1715 | en la suerte adversa y diestra. | | De verte turbada así | | importante causa arguyo, | | no me la encubras a mí. | |
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SEMÍRAMIS | Si me tardo, me destruyo. | 1720 | Después sabrás más de mí. | |
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(CELABO.)
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CELABO | Alguna de sus máquinas fabrica | | esta mujer, más que el demonio astuta. | | Algún nuevo edificio ya edifica | | con su fuerza tirana y absoluta. | 1725 | Eres mujer de condición inica, | | y cruel y tirana y resoluta, | | eres mujer, al fin, brava y temida, | | no me espanto que seas atrevida. | | Y el ver que cuanto emprende le sucede | 1730 | según su pretensión, hará que emprenda | | cualquiera empresa, pues la dicha ecede | | a la virtud y a cualquier otra prenda, | | y, quien dichoso se conoce, puede | | soltar en todo a su placer la rienda, | 1735 | lo que no, aunque más sea, el desdichado | | que está con su desdicha acobardado. | | Aunque esta ni por ser dichosa osa, | | ni por ser valerosa o avisada, | | sino por ser soberbia y ambiciosa, | 1740 | y verse en real silla entronizada; | | por ser mujer, por verse poderosa, | | por tener la cruel tiranizada | | esta infelice y grande monarquía | | que estar en mano varonil debría. | 1745 | Si, aunque se sirva al hombre más preciado | | y de más ser que pueda acá ofrecerse, | | es el servir un yugo tan pesado | | que no hay con él quien pueda revolverse, | | quien es de una mujer avasallado | 1750 | ¿de qué miseria no podrá dolerse? | | ¡Oh, triste Asiria, a una mujer rendida! | | ¡Oh, servitud amarga y dolorida! | | ¡Oh, triste servitud, tormento eterno | | de este engañoso y miserable suelo! | 1755 | ¡Oh, alegre libertad, regalo tierno | | del amoroso favorable cielo! | | ¡Oh, servitud, en este mundo infierno, | | lleno de horror, de rabia y desconsuelo! | | ¡Oh, libertad dulcísima y querida! | 1760 | ¡Oh, servitud amarga y dolorida! | | Yo lo puedo afirmar, que he padecido | | lo que puede ofrecer fortuna en esto, | | y en un profundo golfo sumergido | | me he visto, y en las nubes tal vez puesto. | 1765 | Mas en la cumbre del favor subido, | | o sin él, desvalido y descompuesto, | | siempre la libertad deseo y lloro, | | la libertad, que es el mayor tesoro. | | Y si es miseria estar generalmente | 1770 | sujeto el hombre como está el vasallo, | | quien en particular lo está, ¿qué siente? | | Yo pudiera decillo, pero callo, | | callo que es el dejarme impertinente, | | pues con esto no puedo remediallo. | 1775 | Sirvo en la guerra y en la corte, donde | | la fiel lealtad corrida el rostro esconde, | | la fiel lealtad que de la infiel tirana | | simulación el rostro esconde y huye; | | la cual de luz sofisticada y vana | 1780 | vestida, sus bellezas se atribuye, | | y tentadora, hipócrita, inhumana, | | paz y quietud, vida y honor destruye, | | y ambiciosa, insolente y temeraria | | es de virtud, sacrílega falsaria; | 1785 | la infiel simulación que es bravo un lobo | | disfrazado en un manso corderillo, | | que en leales amigos hace un robo | | que posible no le es restituillo, | | la infiel simulación, inmenso un globo | 1790 | imposible a cuadrallo ni a medillo, | | que a su circunferencia es diferente | | el centro oculto inesplicablemente. | | ¡Oh, traidor!, ¿al amigo, que obligado | | con obras de lealtad te tiene, vendes? | 1795 | Infiel, por ofender quien te ha enojado, | | ¿al fiel que nunca te dio enojo ofendes? | | Si queda el inocente así engañado, | | por dicha, ¿al cielo así engañar pretendes? | | Hipócrita, cruel, ¿de esa manera | 1800 | viertes, envuelta en miel, ponzoña fiera? | | ¡Que entre soldados, cuyos fieles pechos | | tienen en igualdad del mundo el peso, | | haya quien pague tan infames pechos | | a la traición, tan sin juicio y seso, | 1805 | que, por satisfacer viles despechos | | de guerra, den por contraseño el beso | | a quien de paz, cual es, le da y recibe | | y ni traición ni culpa en sí concibe! | | Bien es, memoria, que me representes | 1810 | estas miserias, por quien yo me veo | | verter del corazón amargas fuentes, | | aunque en pasarlas con valor me empleo. | | ¡Traidores, envidiosos, insolentes!, | | usáis, en la traición de tal rodeo, | 1815 | envolviendo mentiras con verdades, | | que no hay averiguaros las maldades. | | Mas, ¡oh, cielo!, a quien todas son más claras | | que el sol más claro del sereno día, | | tú al de estos perseguido al fin amparas, | 1820 | si él los perdona y solo en ti confía, | | si a tus templos acude, si a tus aras | | ofrece el alma limpiamente y pía, | | si obediente a su príncipe en el mundo | | ama al del cielo y teme al del profundo. | 1825 | ¡Oh, guerra!, ¿quién en ti esperanza pone?, | | ¿quién de ti fía?, ¿quién de ti no huye?, | | ¿quién a dejarte ya no se dispone?, | | ¿quién contigo sus cuentas no concluye? | | ¡Oh, corte!, cuyo caos se compone | 1830 | de todo cuanto la quietud destruye, | | ¿quién siente tus traiciones y mentiras, | | qué espera de tus furias y tus iras? | | Que ya, si no es doblado y fementido, | | si no es disimulado y cauteloso, | 1835 | si no es falso, sagaz y entremetido, | | si no es adulador, si no es chismoso, | | jamás el hombre se verá valido, | | por más que sea discreto y valeroso, | | que al valor el favor no lo acompaña | 1840 | si va desnudo de artificio y maña. | | Si no tienes de víbora la lengua, | | que veneno mortal vierta, si tienes | | el ser malsín y el ser traidor a mengua, | | si con virtud o con razón te avienes, | 1845 | si tu lengua no trueca o si no amengua | | con falsos males verdaderos bienes, | | ya casi ni en la guerra ni en la corte | | cosa tendrás a tu medida y corte; | | que envidia ya los ánimos confunde | 1850 | y, de suerte los ojos encandila, | | que no hay ver cosa en su bien redunde, | | si el ajeno no abate y le aniquila. | | ella todo el metal de vicios funde, | | Ella todo el licor de ellos distila, | 1855 | en todo tiempo, en toda parte lidia | | contra virtud, venciendo siempre envidia. | | Con solo un instrumento, el más ligero | | y el más pesado que formó natura, | | este mostro infernal, horrendo y fiero, | 1860 | el bien del mundo destruir procura, | | instrumento de carne carnicero, | | lengua de envidia vil, lengua perjura, | | ¡de cuán heroicas máquinas maquinas | | y pones en efeto las ruinas!; | 1865 | lengua pesada, leve más que pluma, | | lengua leve, pesada más que plomo, | | no hay cosa que en el mundo ser presuma | | cual eres tú de más y menos tomo. | | Eres mi vida, eres mi muerte, en suma | 1870 | según uso de ti, según te tomo, | | pero infiel, levantando testimonios, | | eres ministro fiel de los demonios. | | ¡Oh, fiera, oh, brava envidia!, entronizada | | en alto trono de inorancia horrenda, | 1875 | con dosel de mentira autorizada, | | que a verdad y virtud la luz defienda, | | del fiero corazón alimentada, | | que no alcanza de bien sola una prenda, | | del que mil tiene, mísero tormento, | 1880 | infierno de ese que te da alimento. | | ¡Oh, maldiciente, mísero y cuitado!, | | mira con qué te paga y te contenta | | ese tu mentiroso y vil bocado, | | que de vanas palabras te sustenta; | 1885 | que un dicho malicioso, trasnochado, | | tienes en tanto precio y tanta cuenta | | que a trueco, dices, que por bueno quede. | | ¡Un amigo por él perderse puede! | | Piérdele, charlador, nadie quiera | 1890 | no solo ser amigo tuyo, pero | | ni dar oídos a tu lengua fiera, | | harto castigo a tu pecado fiero; | | harto castigo, pero el justo fuera | | (esecutado con rigor severo) | 1895 | a tu lengua, envidioso maldiciente, | | cortártela y clavártela en la frente. | | ¡De qué daños es causa y qué maldades, | | de qué penas, angustias y pasiones, | | de qué miserias y calamidades, | 1900 | de qué infortunios y persecuciones, | | de qué atroces insultos y crueldades, | | de qué injustas afrentas y prisiones, | | cuando la envidia o la malicia mueve | | la lengua infame y a mentir se atreve! | 1905 | Si es el decir verdad, en daño siendo | | de tu prójimo, di, pecado grande, | | ¿cuánto mayor será, traidor, mintiendo, | | y solo porque envidia te lo mande? | | Vicio infernal, atroz, pecado horrendo, | 1910 | merecedor que Dios te lo demande, | | ser, por tu lengua vil, honras y vidas | | con maliciosas chismes afligidas. | | En decir bien, en causar bien, en cuanto | | bien puede desear procurar debe | 1915 | mover la lengua el hombre siempre, y tanto | | gusto en esto tendrá cuando le pruebe | | que, como en cielo de deleite santo, | | hará que en gustos mil el alma cebe, | | gozando en ella, en abundante copia, | 1920 | el premio de virtud que es ella propia. | |
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(CELABO, DIARCO.)
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[DIARCO] | ¿Quién, con rebelde corazón y infame, | | sigue, aunque se interese el bien del mundo, | | estos tiranos bárbaros crueles | | que el cielo para fuerte azote nuestro, | 1925 | por nuestras graves culpas, les da el mando, | | el poder y el gobierno de la tierra? | | ¡Oh, poderoso Dios!, ¿qué ha de ser esto?, | | ¿en qué podemos ya parar los hombres, | | si somos ya más fieros que las fieras? | 1930 | ¿Qué castigo podrá darnos tu mano | | que iguale a nuestras culpas y maldades? | | Poco será si envía otro diluvio, | | si no es de fuego eterno y riguroso. | |
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CELABO | ¿Qué congoja, qué lástima, qué duelo, | 1935 | Diarco, a tal esclamación te obliga? | | ¿Hay novedad alguna? ¿Hay algún caso | | que te refresque ahora esa miseria? | |
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DIARCO | ¡Oh, Celabo, Celabo!, escucha, atiende, | | sabrás el caso más inorme y fiero, | 1940 | la maldad más atroz, cruel y horrible | | que puede cometer un hombre aleve. | | Saliendo ahora del real retrete | | y llegando a la puerta de la cuadra | | que sale al aposento de la reina, | 1945 | sintiendo voces, acerqué los ojos | | al agujero de la cerradura | | por ver quién era el que en aquella parte | | tan sin respeto se descomponía, | | y vi, ¡oh, Celabo!, una visión horrible, | 1950 | un terrible espetáculo espantoso; | | a Semíramis vi, bañada en sangre, | | asirse de las manos de su hijo | | y echarle al cuello los hermosos brazos, | | diciéndole, con rostro que moviera | 1955 | a compasión leones y serpientes, | | palabras cuyo son confusamente | | oía yo, aunque jamás alguna | | compreender distintamente pude, | | bien que en sus ojos, bien que en sus afetos, | 1960 | mostraba claramente que pedía | | al cruel hijo, al hijo inorme y fiero, | | merced, la desdichada, de la vida; | | la cual el áspid sordo, el tigre bravo, | | le quitó luego con su infame espada, | 1965 | dándole dos heridas en los pechos | | que cada cual pasaba a las espaldas. | | ¡Oh, triste!, ¡oh, fiero!, ¡oh, detestable caso! | | Cayó la triste en tierra y, en cayendo, | | Ninias se fue por el retrete suyo, | 1970 | tras sí cerrando tres o cuatro puertas. | | Yo quedé, siempre viendo a la cuitada, | | a la triste Semíramis, que vuelta | | con mortal ansia en su sentido, dando | | dos altos y tristísimos gemidos, | 1975 | en tierra puso el codo y la mejilla | | sobre la palma, y con voz triste y alta, | | como rabiando, de esta suerte dijo: | | «¡Hijo cruel, ingrato, | | sacrílego, inhumano, | 1980 | enemigo perverso, mal nacido!, | | ¿tan fiero desacato, | | tan atrevida mano | | en la que te ha engendrado y te ha parido? | | ¡Oh, mundo ya perdido!, | 1985 | ¿de quién podrá fiar el hombre triste | | si a mí mi hijo amado, | | por ser de mí adorado, | | me da la muerte? Pero no naciste | | tú de mí, fiera horrible, | 1990 | que es imposible, pues que tal hiciste, | | cruel, fiero, inhumano. | | ¿Yo te traje en mi vientre? | | ¿Yo en mis tiernas entrañas te he engendrado? | | No, no; en el suelo hircano, | 1995 | o en el egipcio, entre | | las fieras más crueles te has criado, | | de ellas alimentado, | | de ellas nacido y engendrado has sido. | | Las amas te trocaron | 2000 | y al que parí mataron, | | que no es posible ser de mí nacido | | un monstro tan disforme, | | que tan inorme mal ha cometido. | | Los fieros animales | 2005 | respetan las entrañas | | donde tomaron ser y se engendraron. | | ¿Qué furias infernales | | con sus crueles sañas | | a ti, perverso hijo, te criaron? | 2010 | ¿Cómo, di, te incitaron | | a dar la muerte a quien te dio la vida, | | y a quien la propia suya | | a la voluntad tuya, | | con un inmenso amor, tuvo rendida? | 2015 | ¿Es este amargo trago | | el justo pago de tu fe debida?» | | Diciendo así, con un furor rabioso, | | dio tres o cuatro vueltas por el suelo, | | queriendo levantarse, y asentada | 2020 | volvió a decir con la ansia de la muerte: | | «¡Que así dejo morirme! | | ¡Que no busco remedio! | | ¡Que no hay reparo a mi enemiga suerte! | | ¡Que no hay quien quiera oírme! | 2025 | ¡Que ya no hay ningún medio | | para evitar tan miserable muerte! | | ¡Oh, trago amargo y fuerte! | | ¡Oh, muerte repentina, acelerada, | | como ladrón salida | 2030 | a robarme la vida | | en medio de mi prospera jornada!, | | ¿ahora acometiste, | | cuanto me viste andar más descuidada? | | ¿Es esta mi esperanza? | 2035 | ¿Son estos mis contentos? | | ¿Es este el triunfo y gloria de mis glorias? | | ¿Dónde está mi pujanza? | | ¿Qué son de mis intentos? | | ¿Qué de mis grandes hechos y vitorias? | 2040 | ¿Son estas sus memorias? | | Mi bien un breve sueño ha sido apena, | | mis años y mis días, | | mis gozos y alegrías, | | así han pasado como larga vena | 2045 | de agua corriente y viva | | que el curso aviva a la marina arena». | | Y luego, echada en tierra, agonizando, | | con los ojos clavados en el cielo, | | con ronca voz quebrada en mil sollozos, | 2050 | nombrando siempre el nombre de su hijo, | | la triste alma salió, dejando el cuerpo | | anegado en la sangre de sus venas. | | Esto acabo de ver, esta es la causa | | de mi congoja, de mi duelo y lástima. | 2055 |
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CELABO | Diarco, no te admire ni te asombres, | | que son justicias del eterno cielo, | | porque esa miserable y fiera hembra, | | a quien dices que el hijo ha dado muerte, | | mató al marido por quitarle el reino | 2060 | y, mientras de él ha sido reina, ha muerto | | a más de mil mancebos con quien ella | | ha dado fin a su apetito ciego, | | gozando a cada cual sola una noche, | | o solo un día en su laciva cama, | 2065 | y ella luego después les daba muerte | | por no ser descubierta por alguno | | mientras anduvo de varón vestida; | | entre los cuales mozos mal logrados | | por sus manos murió aquel buen Zopiro, | 2070 | después de haber gozado de él un tiempo. | | ¡Al fin mostraste bien, mujer perversa, | | ser nacida de madre infame y torpe! | |
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DIARCO | ¿Cómo que fue de infame madre hija? | |
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CELABO | Sí, que tú, como todos, aun no sabes | 2075 | lo que yo sé del nacimiento de esta. | | No fue su padre Sima el ganadero, | | como pensó Menón el desdichado, | | y todos los demás tienen creído; | | un hombre vil y bajo fue su padre, | 2080 | su madre fue Derceta, una ramera, | | la cual al lago de Ascalón llegando | | la tomó el parto allí, y allí dio al mundo | | esta hija, y allí dio el alma ella, | | dejando la reciente criatura | 2085 | entre matas y peñas, al arbitrio | | de la cruel fortuna, que tan próspera | | y tan amiga le fue entonces, cuanto | | le ha sido ahora falsa y enemiga. | | Proveyó que unas aves la criasen | 2090 | llamadas Semirámides, de donde | | el nombre le pusieron los pastores | | que vieron aquel caso, y la llevaron | | a Sima, el mayoral de los ganados, | | que después la crio cual hija propia | 2095 | hasta que se casó Menón con ella. | | De este solar, de este linaje viene | | esta mujer cruel, torpe y soberbia. | |
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DIARCO | Estrañas cosas son las que me dices, | | pero también, Celabo, considera | 2100 | la maldad que es matar su madre un hombre, | | y demás de esto, acuérdate del fuerte, | | del bravo y alto corazón y espíritu | | de esta cuitada y miserable reina. | | No te olvides, pues eres buen testigo, | 2105 | de cuando armada desde el pie a la frente | | sobre veloz caballo, fiero y alto, | | la vías entrar entre la gente armada | | de Egipto y Persia y Libia y Etiopía; | | y no te olvides, que es injusta cosa, | 2110 | de cuando sobre el alto y ancho Indo | | puso dos mil bajeles, reforzados | | de admirables pertrechos nunca vistos, | | de máquinas fortísimas y nuevas, | | de marineros pláticos y diestros, | 2115 | de municiones y de bastimentos, | | de chusma, palamenta, jarcias y armas, | | los cuales se llevaron hasta el río | | sobre carros tirados de camellos, | | allanando en mil partes altos montes, | 2120 | levantando en mil partes hondos valles, | | a cuya famosísima jornada | | íbamos dos millones de personas, | | y la tercera parte de a caballo; | | acuérdate, Celabo, ten memoria | 2125 | de la naval batalla, del conflito | | fiero, cruel, horrendo y espantoso, | | en que mostró la reina tanto esfuerzo, | | mandando que embistiesen sus bajeles | | con los del poderoso Escaurobates, | 2130 | rey de las grandes Indias Orientales, | | y entre las aguas, fuegos, flechas, piedras, | | dardos, lanzas y espadas de las fieras, | | inumerables gentes del rey indio; | | ya te acuerdas, Celabo, la braveza, | 2135 | el inmenso valor y gallardía, | | la fortaleza y varonil prudencia | | que la reina mostró, principalmente | | cuando llegó a embestir su fuerte fusta | | la real capitana del contrario, | 2140 | que, en lugar de aterrarse el tierno pecho | | de una tierna mujer y delicada, | | la volvieron más fuerte y animosa | | los altos estampidos del encuentro | | bravo, terrible, horrendo y temeroso, | 2145 | los bravos truenos, las inormes muertes | | de los crueles golpes del acero, | | de las ardientes llamas de los fuegos, | | de las corrientes de las altas aguas, | | y al fin de las horribles furias sueltas | 2150 | entre la gente inumerable y brava, | | y el ver que el fuego entre las aguas queme | | soldados, marineros, chusma, ropa, | | mástiles, jarcias, remos, pavesadas, | | batallolas, filares, filaretes, | 2155 | ballesteras, crujía, popa, proa | | y, aun con las obras muertas, la rajola, | | las costillas, la quilla y todo el vaso, | | no la espantaba, antes la encendía | | en valor, en braveza, esfuerzo y ánimo, | 2160 | tanto que su bajel rindió al contrario | | y de más de otros mil tuvo vitoria. | |
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CELABO | Bien tengo en la memoria, bien me acuerdo, | | Diarco, de las grandes maravillas | | que esta mujer ha hecho en estos años | 2165 | que en hábito de hombre disfrazada | | ha sido rey y capitán famoso, | | alcanzando vitorias y trofeos | | de todos sus contrarios, sino solo | | de aquellos que consigo el hombre trae, | 2170 | que son los viles apetitos ciegos, | | de quien ha sido siempre avasallada. | |
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DIARCO | Pues, ¿qué diré de su gobierno grande | | que en la paz comenzaba ya a mostrarse, | | y de las grandes obras y edificios | 2175 | que ha levantado? | | Esta ciudad nos sea testimonio. | | Dilo tú, Babilonia ilustre y noble, | | dígalo tu soberbio y fuerte muro, | | de ladrillo cocido, fabricado | 2180 | con hierro y con betún del Is asido, | | alto docientos pies y ancho cincuenta, | | y que rueda diez leguas puesto en cuadro, | | y que abraza al gran Eúfrates en medio, | | de cien puertas fortísimas cerrado, | 2185 | y que tiene trecientas altas torres. | | ¿Qué diré de los huertos milagrosos, | | qué de la grande copa o pila de oro, | | qué del retrato suyo y de cien damas | | hechos de un monte, y qué de aquel retrato | 2190 | que, la mitad tranzada del cabello | | y suelta la mitad muestra, mostrando | | que estando en punto tal, le vino aviso | | que Babilonia se le rebelaba | | y, cual estaba, así acudió volando | 2195 | a dar remedio al daño urgente, y diole | | antes de dar las trenzas que esperaba | | el dorado cabello al viento suelto? | | Notable ejemplo de inmortal memoria | | para remedio de alterados pueblos, | 2200 | súbita, rigurosa medicina, | | a súbita, pestífera dolencia. | | ¿Qué diré, pues, del célebre obelisco, | | qué de la puente, qué del alto templo | | qué de los otros dos lienzos de muro, | 2205 | que madre son en la ciudad al río, | | qué del orden, gobierno y policía | | de esta grande república admirable? | | Obra todo y hechura del ingenio, | | del corazón, del ánimo invencible | 2210 | de esta fuerte mujer que, inútil peso, | | yace en la tierra fría, fría tierra. | | ¡Oh, vanos pensamientos de los hombres!, | | ¿para qué tanto amáis las vanidades? | | Mirá cuán poco dura el bien del suelo, | 2215 | cuán cierto en el mayor contento y gozo | | es el afán, la pena y desventura; | | mirá la que alcanzó el mayor renombre | | que jamás hasta ella nadie tuvo, | | pues fue la gran Semíramis llamada, | 2220 | mirad cual yace, ¡oh, fiero caso!, muerta | | a manos de su hijo amado y único. | |
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CELABO | Diarco, escucha, ¿qué ruido suena? | | A Ninias oigo. |
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DIARCO | Él es, sin duda; él viene. | |
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CELABO | Esperemos aquí, sea lo que fuere. | 2225 |
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DIARCO | Hele do asoma; y juntamente vienen | | los consejeros en su compañía. | |
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(ZAMEIS, JANTO, CREÓN, TROILO, ORISTENES, CELABO, DIARCO.)
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ZAMEIS | Después que con tal gozo y alegr[ía] | | os partistes de aquí, mi madre amada, | | que según yo sospecho, ya sabía | 2230 | que su postrera hora era llegada, | | mil cosas admirables me decía | | en amorosas lágrimas bañada, | | y, en medio de su plática suave, | | le vi mudado el rostro y cuerpo en ave. | 2235 |
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DIARCO | [Aparte.] | (¡Hay cosa igual! ¿No adviertes la mentira | | que de la muerte de su madre ordena? | |
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CELABO | Sí advierto, y veo que parece en eso, | | como en el rostro, a su atrevida madre.) | |
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ZAMEIS | Dos ojos pequeñuelos, encendidos, | 2240 | sus dos claras estrellas se tornaron, | | la mejillas perdió, frente y oídos, | | la boca y la nariz pico formaron, | | dos alas los dos brazos estendidos, | | piernas y pies en garras se trocaron, | 2245 | pechos, espaldas, cuello y cuerpo, en suma, | | todo se le cubrió de blanca pluma. | | En una hermosísima paloma | | al fin vi convertida la difunta, | | la cual, mirando al cielo, el vuelo toma | 2250 | hacia el Oriente con una alta punta; | | en esto veo que en el cielo asoma | | una a mis ojos agradable junta: | | a Nino y Juno y al potente Belo | | entonces asomados vi en el cielo. | 2255 | En una blanca nube, perfilada | | de rubís, perlas y oro relumbrante, | | la real compañía vi asomada | | por los claros balcones de levante, | | adonde la paloma, ya llegada, | 2260 | fue con amorosísimo semblante, | | de aquellas tres personas recebida | | y en su divino alcázar acogida. | | Hirió nuestros oídos, en el punto | | que llegó la paloma al cielo santo, | 2265 | un tan suave y dulce contrapunto, | | un tan sonoro y regalado canto, | | que allá me arrebató con ellos junto, | | con gloria tal, con gusto y gozo tanto, | | que por gozarle eternamente diera | 2270 | mil vidas, si mil vidas poseyera. | | Esto es sucintamente lo que pasa, | | y lo que de mi madre amada vimos. | | ¡Oh, fortuna cruel, corta y escasa!, | | ¿en qué, hijo y vasallos, te ofendimos? | 2275 |
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JANTO | Fuera en nosotros el llorar sin tasa | | si no quedara en ti lo que perdimos, | | y el llanto fuera justo en ti si el cielo | | no te diera, señor, tanto consuelo. | | Pero, pues el eterno Dios piadoso, | 2280 | que en bien del hombre eternamente vela, | | por ese medio estraño y milagroso | | de la visión tu espíritu consuela, | | y a nosotros y al pueblo venturoso | | en tu herencia mil bienes nos revela, | 2285 | tú enfrena del dolor esos estremos, | | y nosotros contigo nos gocemos. | |
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CREÓN | Conviene, ¡oh, sabio príncipe dichoso!, | | que la divina voluntad se haga. | |
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TROILO | Y más viendo que siempre Dios piadoso | 2290 | junta la medicina con la llaga. | |
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ORISTENES | Y viendo que el ingrato y desdeñoso | | la paciencia de Dios gasta y estraga, | | que es juntamente Dios fuerte y suave, | | clemente, justiciero, afable y grave. | 2295 |
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DIARCO | [Aparte.] | (¡Qué priesa que se dan a consolarle! | |
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CELABO | ¡Esos son los engaños de los hombres!) | |
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ZAMEIS | Todo lo entiendo, pero no es posible | | que pueda tanto la mortal flaqueza | | que resista del todo un mal terrible, | 2300 | aunque no falte al alma fortaleza, | | siendo esta llaga en parte tan sensible, | | dándomela el dolor con tal presteza, | | es imposible no sentir tormento | | y enfrenar el primero movimiento. | 2305 |
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CELABO | [Aparte.] | (¡Qué fingir tan astuto y engañoso! | |
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DIARCO | En cuerpo y alma todo es cual su madre.) | |
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ZAMEIS | Pero ya reportado, amigos, digo | | que es gran razón que en vez de desconsuelo | | con vosotros me goce yo, y comigo | 2310 | que vosotros tengáis gozo y consuelo, | | pues, como debo, en hacer esto sigo | | la voluntad del hacedor del cielo, | | cuya mano, que pone y quita leyes, | | tiene los corazones de los reyes. | 2315 | Y así, conforme a esto, me resuelvo | | en que se vuelva el llanto en regocijo, | | pues contra el cielo sin razón me vuelvo | | si de lo que él se alegra yo me aflijo. | | Ya de esta suerte sobre mí revuelvo | 2320 | y lo mejor al bien común elijo, | | al bien de todos, que es lo que el rey justo | | ha de mirar primero que a su gusto. | | Mañana con pregones se publique | | este fin de mi madre milagroso, | 2325 | y [de] mi corazón se notifique, | | haciéndose aparato suntuoso. | | Y justo es que esta hora ya se aplique | | al corporal descanso y el reposo: | | partíos, pues, ¡oh, fieles consejeros!, | 2330 | en mi reino y mi alma los primeros. | |
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JANTO | El poderoso Dios contigo quede. | |
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CREÓN | El cielo guarde tu real persona. | |
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TROILO | Dios, señor, te prospere como puede. | |
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ORISTENES | Dios engrandezca tu real corona. | 2335 |
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(ZAMEIS, CELABO, DIARCO.)
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ZAMEIS | Felizmente la muerte me sucede | | de esta tigre cruel, de esta leona, | | la cual, amigos, muy contraria ha sido | | de lo que habéis ahora de mí oído. | | Tomá esta llave, abrí esa puerta, y fío | 2340 | de los dos esto, y fiara mi vida. | | Ese sangriento cuerpo, muerto y frío, | | es mi madre, no en ave convertida; | | y de este caso y del intento mío | | yo os haré relación larga y cumplida. | 2345 | Ahora vamos con presteza luego | | a dar ese lacivo cuerpo al fuego. | |
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(TRAGEDIA.)
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[TRAGEDIA] | De valor, de bondad, de cortesía, | | de engaño, de maldad y de malicia, | | de discreción, de amor, de valentía, | 2350 | de pasión, de rencor y de cudicia, | | de vicio, de crueldad, de tiranía, | | de gobierno, de paz y de milicia, | | ilustre ejemplo doy al alma ilustre | | con que su lustre, como debe, ilustre. | 2355 |
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FIN DE LA TRAGEDIA DE LA GRAN SEMÍRAMIS
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