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ArribaJornada III

 

Salen OTAVIO, FINEO, CASANDRA y FABIA.

 
OTAVIO
Dame licencia de darte
las prendas que tuyas tengo.
CASANDRA
¿Vienes loco?
OTAVIO
Loco vengo,
si es locura no cansarte.
CASANDRA
¿Díceslo de veras?
OTAVIO
Bueno,
5
muestra esos papeles.
FINEO
Mira
que son los celos mentira.
OTAVIO
¿Mentira lo que es veneno?
FINEO
¿Qué cosas te persüades?
OTAVIO
Yo sé que mi muerte tratan,10
porque si mentiras matan,
¿qué tienen más que verdades?
Y que huya no te espantes
las sombras destos temores,
que amores emperadores15
hacen los celos gigantes.
Toma ingrata tus papeles,
que no me han de acompañar.
CASANDRA
Aquí los puedes rasgar,
o quemarlos como sueles.20
¿Por qué me los das a mí?
OTAVIO
Para que envuelvas favores,
Casandra, de emperadores,
pero no cabrán aquí.
¡Qué hallarás de falsedades,25
si te pones a leellos,
qué de mentiras en ellos
que parecieron verdades!
Mentira con trato doble,
que en verdades se amortaja,30
es como la gente baja,
cuando quiere hacerse noble.
¡Qué de veces envidiaba
el marfil con que excedías
al papel en que escribías,35
qué de veces le besaba!
Ya no, puesto que te enfades,
por no imprimir en traiciones
la boca, en cuyas razones
hallaste siempre verdades.40
Estas cintas tuyas son,
-fol. 142v-
de tu ventana con ellas,
testigos tantas estrellas
en el celestial balcón.
Recibí más de un papel45
aquellas noches dichosas,
que tus manos amorosas
me daban almas en él.
Aquí están de tus cabellos
partes que al peine sobraban,50
reliquias que se arrojaban,
y yo las buscaba en ellos.
No podrás quejarte ya,
que me llevo obligaciones,
pues te dejo las prisiones55
como preso que se va.
Mira en qué puedo servirte
en Roma.
CASANDRA
¿Acabaste?
OTAVIO
Sí,
pues he de acabar aquí,
o partirme sin oírte.60
CASANDRA
Gallardo Otavio, agradezco
tus celos, pero no rompa
el curso de nuestro amor
ausencia tan peligrosa.
Vuelve a tomar tus papeles,65
mira, mi bien, que te enojas
con tu esclava, que soy yo,
y quien te estima, y te adora.
Llenos están de verdades
con una mentira sola,70
que escribí enojada un día,
debía de estar celosa.
No te quiero, Otavio, dije,
esta mentira perdona,
pues adorando te estaba,75
señor mío, como agora.
Las demás estima, Otavio,
porque son verdades todas,
que dar crédito a los celos
no es razón, sino deshonra.80
¿Qué importa que me conquiste
un césar?, lo mismo importa
que si lo fuera de mármol
con su laurel, y su toga.
Vuelve a tomar los cabellos,85
mira que el amor se enoja
de que la cárcel quebranten
los que en la suya aprisiona.
Las cintas, mi bien, que fueron
aquellas noches dichosas90
las manos que te bajaban
esos papeles que arrojas,
no es razón que las desprecies,
y para que no te pongas
en camino, quiero atarte95
con ellas.
OTAVIO
¿Que no conozcas
que estoy, Casandra, enojado,
y que los celos abonan
todo pensamiento infame,
toda locura amorosa?100
Suelta las cintas, no quieras
que las rompa.
CASANDRA
¿Enojo tomas
de que te prenda y detenga?
Vete con Dios.
OTAVIO
Ya es forzosa
mi jornada, no he de ver105
que fuerza contra la honra
tiene el poder, Dios te guarde.
CASANDRA
Espera Otavio.
OTAVIO
¿Estás loca?
 

(Vase.)

 
CASANDRA
¿Hay mayor desdicha mía?
FINEO
Que me manda para Roma,110
señora Fabia, que voy
por todo.
FABIA
Que busque en toda
muchas cosas que traerme.
FINEO
Muchas cosas.
FABIA
Muchas cosas.
FINEO
En Roma hay muchas estatuas,115
pirámides, que se asoman
a ver lo que hay en las nubes,
¿quieres desto?
FABIA
Ni por sombra.
  -fol. 143r-  
FINEO
¿Pues qué quiere?
FABIA
Seda y tela,
y algún poquito de joyas.120
FINEO
¿Yo, qué?
FABIA
Joyas.
FINEO
Pues partamos
el nombre, y a Dios mi polla,
que está la posta aguardando.
FABIA
A Dios. ¿Qué tienes señora?
CASANDRA
Desdichas, Fabia, nacidas125
de celos, que entre las olas
del mar de amor me atormentan;
¿qué haré?
FABIA
Tú verás que torna
con más furia que se fue.
CASANDRA
Una cosa me reporta,130
que a quien la muerte desea
toda la vida le sobra.
 

(Vanse. Y salen POMPEYO y ALBERTO.)

 
POMPEYO
¿Secreto me quiere hablar?
ALBERTO
Así me tiene advertido.
POMPEYO
Novedad me ha parecido.135
ALBERTO
¿Pues qué podéis sospechar?
POMPEYO
Como en los Príncipes es
la primera información
tan peligrosa, es razón
temer el llegar después.140
¿Quién no teme vez alguna
sin causa, Alberto, ofenderlos,
pues basta para perderlos
que se enoje la fortuna?
Que puedo perder su gracia145
me dan sospecha, esto siento,
pues no hay más de un pensamiento
de su gusto, a su desgracia.
La envidia, de quien se cuenta,
que jamás durmió en palacio150
no debe de andar de espacio,
algo en mi desdicha intenta.
ALBERTO
Pompeyo a vuestra virtud
la envidia tendrá respeto,
no pienso que este secreto155
ofende vuestra quietud,
antes es por vuestro bien.
 

(Sale OTÓN.)

 
OTÓN
¿Vino Pompeyo?
ALBERTO
Aquí está.
OTÓN
Salte afuera.
POMPEYO
Qué será.
ALBERTO
¿Cerraré señor?
OTÓN
También.
160
Pompeyo si la salud
de un príncipe consistiese
en un vasallo, y tuviese
honra, nobleza y virtud,
¿sería justo que luego165
la aventurase por él?
POMPEYO
Habiendo nobleza en él,
salud, vida, honor, sosiego,
hijas y patria debría
el vasallo aventurar.170
OTÓN
Quien bien sabe aconsejar,
sabrá volver por la mía.
Pompeyo, ni la grandeza
del imperio, ni el poder
del cetro, pueden hacer175
que mude naturaleza
nuestra humana condición,
porque en cosas naturales
tienen los cetros reales
general inclinación.180
Verdad es que se resiste
considerando su ser,
mas no siempre que hay poder,
que en mayor fuerza consiste.
Ira y amor son pasiones,185
de quien decirte pudiera,
si cansarte no temiera,
notables difiniciones.
No sé cuál es la mayor,
mas no me vi tan airado190
jamás, que no haya pensado,
-fol. 143v-
que tiene más fuerza amor.
Dirás tú confuso ya,
¿a qué efeto el César hace
estos prólogos, si nace195
de algún amor?, claro está.
Amo, Pompeyo, y de suerte,
puesto que mi amor infamo,
que en tener esto que amo,
está mi vida o mi muerte.200
Puédeme un vasallo dar
vida y muerte, vida en darme
lo que amo, y muerte en negarme
lo que no puedo olvidar.
Que por el sacro laurel,205
que Gregorio me ciñó,
qué no hiciera más que yo
el bárbaro más crüel.
Porque intentando escusar
llegar a tan bajo estado,210
muchas veces he llegado
hasta quererme matar.
Ya no puedo resistir
tantas penas, y así quiero
viendo, Pompeyo, que muero215
hablar y intentar vivir.
Tiene un vasallo el tesoro
que adoro, una hija tiene
de quien tanto mal me viene,
tanto su hermosura adoro.220
¿Podrele pedir, Pompeyo,
que a mi amor la persüada
su padre?
POMPEYO
¿Es de gente honrada?,
¿es ilustre o es plebeyo?
OTÓN
Caballero principal225
es su padre.
POMPEYO
Pues no es justo
que intentes, señor, tu gusto,
si ha de responderte mal.
OTÓN
Mal, ¿por qué?, luego es razón
matar su príncipe un hombre,230
porque tenga ilustre nombre.
¿No es matar al rey traición?
POMPEYO
Sí señor, pero no así,
pues el hombre no es culpado
por haber hija engendrado,235
que te diese muerte a ti.
El espadero no mata
porque la espada forjó,
ni el padre porque engendró
la beldad de que él le trata.240
Y con este pensamiento
más culpa el cielo tendría,
porque la hermosura hería,
que el hombre que es instrumento.
Pues ponerle culpa al cielo,245
bien ves que no puede ser.
OTÓN
Conozco en tu proceder,
que es sospechoso tu celo.
El que la espada forjó
no es culpado si otro mata,250
como el padre que retrata
su ser en el ser que dio.
Mas si estando dos riñendo,
uno pudiese estorbar
el no llegarse a matar,255
que estará culpado entiendo.
Así el padre por no dar
remedio al que ha de morir.
POMPEYO
¿Y no es mejor resistir,
gran señor, o aventurar260
de ese vasallo el honor?
OTÓN
¿Pues es mejor que el rey muera?
POMPEYO
¿Morir, por qué?
OTÓN
¿No pudiera?
POMPEYO
Nadie se muere de amor.
OTÓN
¿Bastará un ejemplo?
POMPEYO
Sí.
265
OTÓN
Es de las letras sagradas,
para que te persüadas
que hay tanto peligro en mí.
Hijo de David Amón,
enfermó de amor, y fue270
de su hermana, en que se ve
-fol. 144r-
la fuerza desta pasión.
No comía, ni dormía,
envió el rey a Tamar,
de que pudo resultar275
la vida que ya perdía.
POMPEYO
El rey su hija envió,
sin saber lo que intentaba
Amón, y no imaginaba
lo que después sucedió.280
Mas mire su Majestad
que ese ejemplo le condena,
pues puede templar su pena
ver de Absalón la crueldad.
OTÓN
Pompeyo deja razones,285
no andemos en argumentos,
yo entiendo tus pensamientos,
y tú entiendes mis razones.
Lo que pudiera tomar
como absoluto señor290
te pido, no seas traidor,
pues ya me intentas matar.
Adoro a Casandra bella,
Otón soy, tu señor soy,
bien ves que casado estoy,295
no he de casarme con ella.
Que si aquesto dispensara
el pontífice, ella fuera
emperatriz, y tuviera
laurel por única y rara.300
Otros grandes capitanes
se han rendido como yo;
mira tú si se casó
Alejandro con Roxanes.
Ve a tu casa, y persüade305
tu hija, rey soy.
POMPEYO
Señor,
persüádeme tu amor,
y mi honor me disüade.
Entendí tus pensamientos
desde el principio, yo iré,310
y a Casandra le diré
tus amorosos intentos.
No la forzaré, señor,
que será bajeza en mí,
ya que no lo sea en ti315
haberme dicho tu amor.
Bien pudieras como sabio
desta deshonra escusarme,
que más siento que agraviarme
el darme culpa en mi agravio.320
Que de un padre o de un marido
no es la culpa el no saber
la ofensa de la mujer,
sino el haberla sabido.
No hay más claro testimonio325
de infamia, si bien se piensa,
que quien ayuda a su ofensa,
no es hombre sino demonio.
Las honras que he recibido
de tu mano, perdonara,330
pues me han salido a la cara
y aun al alma me han salido.
Vengo a confesar en esto,
que me has honrado, señor,
si puede llamarse honor335
el que se quita tan presto.
¿Mas quién habrá que no crea
que el tuyo se ha de perder,
pues le quieres ofender
con una mancha tan fea?340
El estimar tus vitorias
mayor lástima me dio,
por ver que engendrase yo,
quien escurezca tus glorias.
Bien pienso que erré, señor,345
cuando con poca cordura
te alababa su hermosura,
pues no te alabé su honor.
Pero estaba confiado
de tu virtud, ni sabía350
que en tanto valor cabía
-fol. 144v-
pensamiento afeminado.
Voy a decirle que estás
tan declarado conmigo
que yo, gran señor, contigo355
ya no puedo estarlo más.
OTÓN
Padre, señor no lloréis,
oíd.
POMPEYO
Oír no quisiera,
que no oyendo no sintiera
el agravio que me hacéis.360
OTÓN
Mirad que sois mi gobierno,
mi presidente, mi ser,
mi rey sois.
POMPEYO
¿Qué puedo ser
condenado a llanto eterno?
Un hombre soy sin honor.365
OTÓN
Paso Pompeyo, no más,
que ya cansando me vas;
yo te doy con mi valor
más honra y autoridad
que te han dado tus mayores.370
POMPEYO
El haber sido mejores
que yo, me dio libertad.
OTÓN
Ninguna, que claramente
será verdad lo que digo,
pues no tuvo rey amigo,375
y por ventura pariente.
POMPEYO
No es honra, aunque honrarme intentes
ver que ese nombre me llames,
porque los grados infames
antes deshacen parientes.380
Voy a hacer que ella no crea
el nombre que a entrambos das,
o que contigo no más
este parentesco sea.
OTÓN
La fácil voluntad que el alma inclina385
a amar o aborrecer, no da vitoria
tan grande amor, como la grande gloria,
de que el entendimiento desatina.
Esta de amor hazaña peregrina,
consagre mármol a inmortal memoria,390
pues se atreve a ofender mi loca historia,
la majestad humana y la divina.
Es disculpa de casos tan violentos,
que nuestro entendimiento persüades,
amor, con prometer dulces contentos.395
Disculpa en sus mentiras mis verdades,
que en llegando a vencer entendimientos;
¿qué se puede esperar de voluntades?
 

(Éntrense. Y salgan OTAVIO y FINEO de camino.)

 
FINEO
Buen modo de caminar,
¿a Roma vamos así?400
OTAVIO
No acierto a salir de aquí.
FINEO
Quien yerra, ¿en qué ha de acertar?
OTAVIO
¿Piensas tú que puedo más?
FINEO
Aunque vamos caballeros,
parecemos cabestreros405
que caminan hacia tras.
OTAVIO
Fineo, todo el furor
con que a Casandra dejé,
luego que no la miré
-fol. 145r-
se volvió piedad y amor.410
Apenas dejé de ver
la casa cuando entre yelos
de temores y recelos
comencé a temblar y arder.
Pareciome que delante415
Casandra se me ponía,
y llorando me decía,
¿adónde vas loco amante?
¿Cómo me dejas así,
tan a peligro que Otón420
aproveche la ocasión
desamparada de ti?
Ingrato, ¿así me has pagado
el amor que me has debido?,
¿amor pagas con olvido,425
y con descuido cuidado?
Pues a morir me resuelvo,
y que yo le respondía:
No me voy señora mía,
no me voy, que luego vuelvo.430
No sé si ha sido verdad,
o imaginación en mí,
pues en efeto la vi,
con más que humana beldad.
Cuando aparece la Aurora,435
coronándole la frente
la cinta resplandeciente,
con que el sol los montes dora.
Las cándidas azucenas,
rematando en granos de oro440
aquel precioso tesoro
de las líneas de sus venas.
Un clavel cuando vestido
de rubí la vista engañas,
y entre verdes espadañas445
parece que le han fingido.
Una fuente cristalina,
que bulle en un campo yermo,
no más clara que un enfermo
con mortal sed la imagina.450
Con bonanza humilde un mar,
un prado en abril ameno,
un cielo en julio sereno,
cuando el sol se va a acostar.
Un almendro, que se atreve455
con la flor a las heladas,
por vencer las encarnadas,
las blancas bañando en nieve.
Y envidiando sus colores
un Céfiro blando en fin,460
que salta por un jardín
para enamorar las flores.
Pues así la vi, y en calma
después de verla quedé,
y a los ojos trasladé465
la imaginación del alma.
FINEO
Si desa suerte lo sientes,
tú propio te eres traidor,
¿qué más se quiere el amor
sino que tú le fomentes?470
Yo nunca pinto mis damas
desa suerte, porque es dar
armas a amor.
OTAVIO
No es amar,
si así no pintas quien amas.
FINEO
Una mujer entre clara475
y morena en los cabellos,
negros los ojos, y en ellos
ningún cristiano repara.
La nariz como una esquila
de borrico de aguador,480
y por cencerro el humor,
que del celebro distila.
Una boca descubierta,
y no limpia sin poesía
de perlas, que es cosa fría,485
con sus labios de antepuerta.
Los dientes como los potros,
donde los años le hallo,
y que puestos a caballo,
-fol. 145v-
se llevan unos a otros.490
Las manos como tajadas
de bacalao.
OTAVIO
¿Estás loco?
FINEO
Todo lo que digo es poco.
OTAVIO
¿Y de esa mujer te agradas?
FINEO
No me agrado, pero así495
pintarla, Otavio, es razón,
porque la imaginación
se vaya huyendo de mí.
Pero dime, ¿qué has de hacer
ya de Casandra a la puerta?500
OTAVIO
Ver la de mi cielo abierta.
FINEO
Y si te acertase a ver,
¿qué dirá de tus enojos?
OTAVIO
Que iba huyendo, y que volví,
porque ha enviado tras de mí505
el alguacil de sus ojos.
 

(Sale LIVIO y tres hombres con armas, LIDORO, LEONELO y PERSIO.)

 
LIVIO
Ya os he contado el estilo
con que me dio la respuesta.
LEONELO
¿Y te trató de esa suerte?
LIVIO
Puso falta en mi nobleza,510
como si fuera algún hombre,
que no supiera Florencia
mis nobles antecesores.
LEONELO
Entonces más justo fuera,
que con la espada o la daga515
castigaras su soberbia.
PERSIO
Dice Leonelo muy bien,
pues la privanza del César
le tiene en lugar tan alto,
que ha de ser mayor la ofensa.520
FINEO
Antes el lugar que tiene
solicita mis afrentas
para que tome venganza,
pues es con tanta bajeza.
Sus hijas le lleva a Otón,525
Pompeyo, ¡estraña manera
de adquirir la voluntad!
LIDORO
Él viene.
OTAVIO
¿Qué gente es esta?
FINEO
Por Dios que me dan cuidado,
la puerta a Pompeyo cercan.530
OTAVIO
¿Si es Livio?
FINEO
Así lo parece.
OTAVIO
Retírate aquí.
LIVIO
Ya llega.
 

(Sale POMPEYO.)

 
POMPEYO
Pasos, ¿dónde me lleváis?
Vos1 no sabéis que me guía
la misma desdicha mía,535
pues la mía sustentáis.
Mirad que a la muerte vais,
no vais pasos tan ligeros,
que bien puede deteneros
la novedad destos casos;540
vamos poco a poco pasos,
que habéis de ser los postreros.
Acaso fue fantasía
todo su ser y valor,
yo pienso que fue el amor545
autor de la tiranía.
Tan alta fama tenía,
que era Alejandro segundo
en tierra y en mar profundo,
pero mujer le engañó;550
disculpa que nos dejó
el primer hombre del mundo.
Casa en que dije mil veces
que estaban mis tres potencias,
¡qué notables diferencias!,555
¡qué triste vida me ofreces!
Un infierno me pareces
en llamas, iras y penas,
a que desde hoy me condenas
con mis tres hijas por furias,560
que esto pueden las injurias,
-fol. 146r-
aunque por culpas ajenas.
LIVIO
Llegad agora metiendo
mano.
 

(Metan mano.)

 
POMPEYO
¿Qué es esto?
PERSIO
Que mueras.
POMPEYO
¿A mí traidores?
OTAVIO
No hará,
565
porque habrá quien le defienda.
FINEO
Huid ladrones infames.
OTAVIO
¡Oh buen Fineo!
POMPEYO
No seas
 

(Acuchíllanse.)

 
mancebo ilustre en seguirlos,
ocasión para que pierdas570
la vitoria que has tenido.
OTAVIO
¿Sabes por dicha quién eran?
POMPEYO
Uno pienso que conozco,
y ese presumo que lleva
el castigo de tu mano.575
OTAVIO
Ojalá que todos fueran.
POMPEYO
Envaina el acero noble,
y que te bese me deja
los pies.
OTAVIO
¿Señor eso haces?
POMPEYO
¿No es justo que te agradezca580
haberme dado la vida?
OTAVIO
Quien podía defenderla
con tanto brío, no es justo
que a ningún hombre la deba.
POMPEYO
Tu calidad preguntara,585
pero véese en tu presencia,
tu nombre solo me di.
OTAVIO
Bien sabes tú mi nobleza,
sangre soy de los Adornos.
POMPEYO
Y la mejor desta tierra.590
OTAVIO
Fabio Adorno fue mi padre.
POMPEYO
La patria se le confiesa
agradecida.
OTAVIO
Es mi nombre
Otavio.
POMPEYO
Otavio, quisiera,
pues estamos en mi casa,595
que parte de aquella deuda
te pudiera agradecer.
 

(Salen FABIA, CASANDRA, ELENA y FLORA.)

 
ELENA
Qué dices
FLORA
¿De qué te alteras?
ELENA
De que dice que es mi padre.
FABIA
No me engañé, pues ya llega.600
CASANDRA
Señor, ¿qué es esto que dicen,
tu espada? ¿Tú, que en Florencia
eres el mayor gobierno?
POMPEYO
Hijas no he dejado al César
con gusto, ni yo le truje,605
antes con mortal tristeza,
pues no aguardé mis criados,
vine a deciros mi pena.
Pero apenas vi esta calle,
cuando de mi propia puerta610
salio Livio con tres hombres;
Livio por vengar la ofensa
de no le dar a Casandra,
por no hacerla a mi nobleza.
Gracias a Dios, que ese ilustre615
mancebo, que de Florencia
es lo mejor, me ha librado,
agradecedle la deuda
en que os ha puesto, que yo
no tener vida quisiera,620

 (Aparte.) 

pues no merece este nombre
vida que su dueño afrenta.
ELENA
A tan grande obligación,
¿qué palabras hay que puedan
satisfacer?
OTAVIO
Yo señoras,
625
iba como el traje os muestra
a tomar postas, que voy
-fol. 146v-
a Roma, vi la pendencia,
saqué la espada, no hice
cosa de importancia en ella,630
que el señor Pompeyo es hombre
ejercitado en la guerra,
y los hiciera pedazos.
FINEO
Con todo eso se llevan
ciertos tantos de camino,635
para que otra vez no vuelvan.
POMPEYO
Otavio mi obligación,
y mi amor en competencia
quisieran darte algún premio,
y aunque de alguna riqueza640
hay joyas en esta casa,
no igualan a las tres prendas
que estás mirando, si a caso
para que mi hijo seas
alguna dellas te agrada,645
dime cuál es, que con ella
te daré diez mil ducados,
que mi hacienda valdrá treinta.
OTAVIO
Beso os mil veces las manos
por tanto honor.
POMPEYO
Si te quedas
650
en mi casa, has de honrarla,
¿quieres a la hermosa Elena?,
¿o a Flora?, escoge.
OTAVIO
Señor,
ya que Paris me contempla
mi fortuna, más me agrada655
Casandra.
POMPEYO
No hablemos della
que hay un grande inconveniente.
OTAVIO
Pues, señor, como no sea
Casandra, cesa el partido,
perdonad señoras bellas,660
que amor ha sido la causa.
ELENA
Vuestra elección es tan cuerda,
que nadie puede culparla.
OTAVIO
¿Qué te obliga a que no puedas
darme a Casandra?
POMPEYO
No sé.
665
FABIA
Golpes han dado a la puerta,
y responden que es Otón.
POMPEYO
Eso te doy por respuesta;
llevadle por el jardín,
que no quiero que le vea.670
CASANDRA
Ay Otavio, ¿quieres darme
la muerte?
OTAVIO
Matar quisiera
mis celos, ¿Pompeyo es noble
dentro de su casa el César?
¿Otón, Casandra, en tu casa?675
FINEO
Tú harás que Pompeyo entienda
tus celos.
OTAVIO
Deme la muerte
si darme vida desea,
pues no tengo agora en mí
cosa que más aborrezca.680
 

(Vanse. Y sale OTÓN de noche.)

 
OTÓN
¿Quién no dirá que somos muy amigos,
Pompeyo, visitándote en tu casa?
POMPEYO
Yo no quisiera deste amor testigos.
OTÓN
Con la noche, Pompeyo todo pasa.
POMPEYO
¿Qué piensas que dirán mis enemigos,685
a quien de mi favor la envidia abrasa?
OTÓN
Que sola la amistad en cosas tales
junta, enlaza y iguala desiguales.
¿Has hablado a Casandra, padre mío?,
¿hasle dicho el estado en que me ha puesto?690
  -fol. 147r-  
POMPEYO
No he podido, señor, aunque porfío,
demás de ser muy presto.
OTÓN
¿Un año es presto?
POMPEYO
¿Un año?
OTÓN
Dije mal, que desvarío,
un siglo, y más después que hablamos desto;
háblala, que yo quiero retirado695
oír lo que responde a mi cuidado.
POMPEYO
Tiemblo por Dios, pero si obedecerte
es fuerza, que justicia no es posible,
yo la hablaré, Casandra escucha, advierte,
aquí está nuestro rey hombre invencible,700
quiérele tú, que dice que tu suerte
será dichosa, que el furor terrible
de amor le lleva, a no mirar mis daños
precipitado de sus verdes años.
Agradece, Casandra, que te adora,705
puesto que te parezca barbarismo
hablarte un padre, que el dolor que llora
puede templar el fuego del abismo.
OTÓN
Pompeyo, aquí no está Casandra agora,
¿con quién estás hablando?
POMPEYO
Si es lo mismo
710
para no te querer eternamente,
¿qué importa que esté ausente, ni presente?
OTÓN
Pompeyo, poco a poco, y está cierto,
que si tu larga edad no respetara,
y esas lágrimas que hoy pasan el puerto715
de la nieve, que ya cubre tu cara,
con una voz a quien te hubiera muerto
llamara y de tu agravio me vengara.
POMPEYO
Cuando esta enemistad te mueva a ira,
que somos César y Pompeyo mira.720
CASANDRA
Ya se fue Otavio, señor.
OTÓN
Aquí me quiero apartar.
POMPEYO
Hija, yo te quiero hablar.
CASANDRA
¿Si sabe acaso mi amor?
POMPEYO
Casandra, el emperador725
está de suerte por ti,
que me ruega y manda a mí,
que te diga y mande luego,
que le quieras, mando y ruego,
que tiene tu muerte en sí.730
¿Cómo te podré rogar,
ni mandar cosa tan ciega,
aunque él como amante ruega
lo que rey puede mandar?
Yo digo que esto es forzar,735
y que no es mando ni ruego,
si es jüez amor, y es ciego,
pero más lo viene a ser,
-fol. 147v-
pues lo confirma el poder,
con ejecútese luego.740
Díceme que está su vida
en ti Casandra, y me advierte
de que tú serás su muerte,
y yo seré su homicida.
Que ser o no ser perdida745
consiste en los dos, y así
vengo a ser tercero aquí,
y a rogarte que le quieras,
porque la infamia que esperas
comience, Casandra, en mí.750
CASANDRA
Padre mío, si el rey manda
cosas que son contra ley,
deja entonces de ser rey,
y en vez de mandar desmanda.
¿Para qué con ruegos anda755
en cosas que son injustas?,
y pues que tú te disgustas,
¿para qué me persüades,
pues obedecer maldades
no son obediencias justas?760
El rey es rey, el honor
es honor, entrambos reyes,
deben tener unas leyes,
y observarlas con rigor.
Amor en fin es amor,765
el poder al fin poder,
pero es menester saber
quién destos tiene la culpa,
que siempre al hombre disculpa
que dio la causa mujer.770
Con esto se cierra y jura,
que solo sabe este nombre,
y lo que es vicio en el hombre,
es culpa de la hermosura.
O como fuera ventura,775
que por escusar enojos
nacieran, pues los antojos
han hecho daño infinito,
los hombres sin apetito,
y las mujeres sin ojos.780
No sé qué diga de mí,
más de que culpa he tenido
en irle a ver, que esta ha sido
la causa que a Otón le di.
Confieso que a verle fui,785
pero no a darle ocasión,
y pues pagar es razón
lo que debo a haberla dado,
déjame, padre, el cuidado
de volver por tu opinión.790
Que si bramase en el toro
del tirano de Agrigento,
tu honor y mi pensamiento
tendrán un mismo decoro.
Perlas, piedras, plata y oro795
no tienen, padre, poder
para la más vil mujer,
y aunque la muerte le asombre,
para que se rinda al hombre,
si dice que no ha de ser.800
OTÓN
A escuchar mejor mi mal
quiero acercarme a los dos.
POMPEYO
Di hija, bien sabe Dios,
que a mi pensamiento igual
fue tu respuesta leal.805
Pero cuando están rendidos
poderosos atrevidos
a sus deleites y antojos,
hasta contentar los ojos
ponen guarda a los oídos.810
¿No has visto enfermo a un señor,
y fabricar en la calle
un palenque, por no dalle
pena con ningún rumor?
Pues así cuando de amor815
de deudas y de cuidados
quieren estar retirados,
fabrican desconocidos
-fol. 148r-
defensas a los oídos,
por no escuchar agraviados.820
Él me dice que es traición,
ser autor de la hermosura,
que le dio muerte segura,
pues fui primera ocasión.
Que quita, prosigue Otón,825
rey al imperio, si él muere,
por no le dar lo que quiere;
y yo no quiero incurrir
en su muerte, ni vivir,
si tanta deshonra adquiere.830
Tú hija del alma mía
hoy morirás por mi mano,
antes que el poder tirano
venza tu honesta porfía.
Para que en mi sangre fría835
la que en esta daga lleve
a darme su fuerza pruebe
para matarme mejor,
aunque yo se que el dolor
hará entonces lo que debe.840
 

(OTÓN le detiene.)

 
OTÓN
¿Qué haces?
POMPEYO
¿Ya no lo ha visto,
señor, vuestra Majestad?,
la rebelde voluntad
de mi Casandra conquisto.
Con esta daga resisto845
el valor de su respuesta,
porque la miro dispuesta
para no me obedecer,
que dice que no ha de ser
si vida y alma le cuesta.850
CASANDRA
Lo mismo vuelvo a decir,
no porque no haya que amar
en tu valor singular,
que estimar y preferir.
Pero para mí, vivir,855
César, perdido el honor,
que puesto que emperador,
eso es bueno para ti,
pero mi honor para mí
debe de ser lo mejor.860
¿Piensas tú que no te quiero,
que no te estimo y te adoro,
y que tu real decoro
a ningún mortal prefiero?
¿Piensas tú que persevero865
por soberbia en tal porfía?,
no señor, pero querría
estimar tanto mi honor,
que fuese más mi valor
que tu inmensa monarquía.870
Querría, César, dejá
un ejemplo a las mujeres,
que a vuestros vanos placeres
no diese tanto lugar.
Que Lucrecia es de alabar,875
pero no de cuerda y fuerte,
que su castidad se advierte
después de haber sido necia,
y yo quiero ser Lucrecia
en solo darme la muerte.880
OTÓN
Fabricio, Rodulfo, Alberto.
 

(Los tres entren.)

 
RODULFO
Señor.
OTÓN
Entrad, escuchad
la más notable piedad,
con el mayor desconcierto.
 

(Salen ELENA, FLORA y FABIA, OTAVIO y FINEO.)

 
ELENA
Entra Otavio que le han muerto.885
OTAVIO
Vivo está, ¿de qué te admiras?
FLORA
Desprecios se vuelven iras.
  -fol. 148v-  
OTÓN
¿Qué gente es esta que ha entrado?
ALBERTO
Ya te han visto que has llamado
con tus voces cuantos miras.890
POMPEYO
Señor, mi familia es,
vendrán a caso a llorarme,
viendo que quieres matarme
y que han subido los tres.
De que la muerte me des895
estoy contento, señor,
pues que muero con valor,
que viendo mi resistencia
no se dirá por Florencia,
que me has quitado el honor.900
OTÓN
Ahora bien, Pompeyo di,
si Casandra se casara,
¿a quién a afrenta tocara,
a su marido o a ti?
POMPEYO
No puede tocarme a mí905
si está casada, señor.
OTÓN
Pues busca alguno, que amor
le obligue, si puede ser,
porque siendo su mujer
le toque guardar su honor.910
OTAVIO
Deme vuestra Majestad
licencia de hablar.
OTÓN
Sí doy.
OTAVIO
Pues yo su marido soy.
OTÓN
¡Estraña temeridad!
OTAVIO
Noble soy desta ciudad,915
Otavio Adorno es mi nombre,
gran César, y no te asombre
que me oponga a tu poder
y a guardar una mujer,
cosa imposible en el hombre.920
Muerto o vivo, yo he querido
a su honor aventurarme,
y aunque sé que has de matarme
quiero morir su marido.
Su mano, señor, te pido;925
porque tengo tanto amor
a su hermosura y valor,
que pretendo desde aquí,
que corra su honor por mí,
porque no pierda su honor.930
OTÓN
Pensando estoy de los tres
el valor más bien nacido
que se ha visto, ni se ha oído,
si no le venzo después.
Pompeyo parece que es935
un castillo de valor,
con barbacana de amor;
Casandra una torre fuerte,
que se resiste a la muerte,
y Otavio un monte de amor.940
Pero no se ha de decir
que me habéis aventajado,
que he de salir coronado
de más vitoria, o morir.
Yo me sabré resistir945
para ganar esta gloria,
y dejar de mi memoria,
contra amor, contra su abismo;
porque vencerse a sí mismo
llaman la mayor vitoria.950
Yo quiero vencer mi nombre,
y estimar mi pensamiento,
por el mayor vencimiento
que pudo caber en hombre.
Desto la Italia se asombre,955
no de las armas y gloria
que me dan eterna historia,
pues solo quien se venció
a sí mismo, ese alcanzó
solo la mayor vitoria.960
A fe de rey de cumplir
la palabra que aquí os doy;
ya sabéis todos quien soy
aunque supiese morir.
Bien puede Otavio vivir965
-fol. 149r-
seguro de mi poder,
yo se la doy por mujer,
dele la mano seguro,
porque en este punto os juro
que me acabo de vencer.970
Oíd Pompeyo dos cosas,2
el ducado de Ferrara
doy a Otavio con su esposa.
CASANDRA
Vivas, señor, muchos años.
OTAVIO
Tu grandeza te responda.975
OTÓN
A Alberto y Rodulfo quiero
casar con Elena y Flora.
ALBERTO
Dicha es mía.
ELENA
Vuestra soy.
FLORA
Y yo en ser vuestra, dichosa.
FINEO
¿Y no me darán a mí980
aquella moza redonda?
OTÓN
En diciendo que se acaba
aquí la mayor vitoria,
que no lo será pequeña
si nos hacéis tanta honra,985
que recibáis los deseos
a donde faltan las obras.


 
 
FIN DE LA FAMOSA COMEDIA DE LA MAYOR VITORIA