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1

Del árabe Al-Mería, lugar despejado, lugar desde donde se alcanza mucho con la vista, la vistosa. (N. del A.).

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2

Alcazaba: Recinto fortificado. (N. del E.)

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3

Velada de San Juan: Véase lo que acerca de ella dice nuestro célebre D. Agustín Durán, en una nota a los romances moriscos:

«Célebre alegre, libre y placentera fue siempre entre los moros y cristianos españoles la velada de San Juan Bautista. Inoculadas las costumbres de ambos pueblos, las de los moros fueron más galantes, y los españoles más celosos que lo eran antes de mezclarse y de tratarse:

En las noches de velada de ayunos de aquellos santos que disfrutaban esta preeminencia, pero, en particular, en la que nos tratábamos, por ser común a amigos y enemigos; rompíanse los cerrojos, caíanse los candados, descorríanse las celosías, abríanse las puertas y ventanas, descuidábanse celosos y todos confundidos en las praderas y en sitios campestres, gozaban de libertad.

La doncella, la casada, la viuda, podían ir aire libre, si las tenían gozar de sus intrigas amorosas, con menos recato al menos que en otras circunstancias. Y no se crea que estas fiestas eran saturnales; casi siempre el amor, legítimo o no, se expresaba o manifestaba por medios delicados, pues aun cuando los algo celosos estaban adormecidos, el escándalo, la falta de recato o de prudencia noche del 23 de junio —195—, los despertaba armados de puñales, de dogales o de venenos. No sólo las historias, las novelas, los romances, las canciones populares y las comedias españolas se esmeran en pintar la alegría, las galanterías de estas fiestas generales, sino que también retratan con viveza muchas de las trágicas escenas que al menor descuido daba lugar entre hombres, cayo ídolo era el pundonor y que jamás perdonaban un hecho que aun levemente pudiera mancharles Aunque la velada de San Juan ha perdido en las poblaciones grandes gran parte de su interés, aún conserva mucho en las aldeas y pueblos campestres.

Todavía se ven en ellos vestigios de lo que fue. Los jóvenes labriegos y pastores corren los valles y las praderas cantando coplas y dando música a sus novias; todavía enraman las ventanas de sus queridas con flores y ramos de frutales; todavía las muchachas acechan en las rejas la primera palabra que oyen para adivinar por ella si está lejano o próximo el día de tener un novio o si el que tienen les "será" fiel y llegará a ser su esposo; todavía echan la clara de un huevo en un vaso de agua cristalina para obtener a la media noche la figura de un navío que juzgan ha de formarse milagrosamente bajo la protección del santo. Y no se crea que esta fiesta encantadora se celebró solamente en bellos versos por los antiguos poetas: entre los modernos ha servido y sirve aun de asunto de inspiración, llena de un dulce sabor inexplicable».


Meléndez [Juan Meléndez Valdés] e Iglesias [José Iglesias de la Casa] y otros muchos poetas lo celebran en sus versos, acaso no los vanos blandos, suaves y apacibles que compilarán, como puede verse en sus obras. (N. del A.)

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4

Al sereno: dejando al aire libre de la noche. (N. del E.)

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5

De pacotilla: expresión coloquial, de poco valor. (N. del E.)

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6

Azogue: Mercurio. (N. del E.)

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7

Alhamí: Poyo o banco de piedra más bajo que los ordinarios y revestido comúnmente de azulejos (Diccionario de la lengua española, RAE). (N. del E.)

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8

Índicas: De la India. (N. del E.)

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9

Pebetero: Recipiente para quemar perfumes y especialmente el que tiene cubierta agujereada. (N. del E.)

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10

Galiana: Hija del rey moro de Toledo, Galafre, y de la que se enamoraron Carlomagno y Bradamante, según las leyendas. (N. del E.)

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