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Las ruinas de Volúbilis en Marruecos

Saturnino Giménez





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Al abandonar el santuario de Muley Edrís (sito al N. de Mequinez, en un recodo de las montañas de Serhon) ví sobre una colina, en medio del valle, como á 1,5 km. de distancia, siluetas de ruinas que ya desde lejos no presentan ni mucho menos carácter moruno, pues consisten en gruesos muros de sillería, arcos y columnas truncadas. Crucé por tina serie de huertas, vadeé el riachuelo Homana y llegué al pié de la colina, en donde comencé á hallar numerosas piedras labradas y mármoles, esparcidos por un bosque de olivos y de higueras, lo que me induce á suponer que la ciudad de Volúbilis debió extenderse por la colina y el llano hasta la márgen de Homana. Sobre la ladera nótanse restos de bóveda subterránea, al parecer acueducto, y tan numerosas son en aquel paraje las ruinas que casi obstruyen el suelo. El perímetro de aquellas, abarca algunos centenares de hectáreas. No me he cuidado, por falta de tiempo, de adquirir datos históricos acerca de Volúbilis, que debió ser una de las ciudades más notables de la Mauritania Tingitana; por lo tanto, estas noticias no tienen más pretensión que la de reflejar mis observaciones hechas sobre el terreno.

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Dos monumentos subsisten en parte: un templo y una puerta abovedada, que parece ser arco de triunfo. Está el templo al S. de la meseta, orientado de N. á S. Quedan en pié dos muros paralelos y un arco en el ángulo SO.; y un fragmento de muralla en el ángulo NO. Los basamentos se conservan íntegros. Los restos hoy patentes acusan un edificio, construido todo en piedra de sillería y sin ninguna clase de argamasa, elegante, bien proporcionado y de un estilo greco-romano de la buena época. Las columnas son de órden corintio, y la parte superior de la construcción presenta un doble friso de orden jónico. Hé aquí las dimensiones esenciales.

Longitud (exterior), N. á S., metros 41,95; latitud, E. á O. 23,44; altura, 9,60; altura de los arcos, 5,28; abertura de los mismos, 2,50; altura de los sillares, 0,48; espesor, 0,85; diámetro de las columnas, 0,70.

En torno de la meseta distinguense perfectamente vestigios de recinto fortificado y en el centro de aquella hay una pequeña eminencia que parece haber hecho el oficio de acrópolis. Dentro del gran recinto y á unos 100 metros del templo, hacia el N., se encuentra la consabida puerta ó arco, con orientación de N. á O. No presenta este monumento un estilo definido; fórmanlo grandes piedras talladas casi por igual, y no carece de armonía, tanto por sus proporciones como por lo correcto del arco. Debajo de este, hacínanse los escombros en profusion considerable. Véanse á continuación las dimensiones de la fábrica.

Altura desde la base á la cornisa final, metros 7,50; profundidad del arco, 4,50; abertura del mismo, 5,95, frente principal del monumento, 19,47; sillares, 1,25 x 50; elevación del arco, 6,75. El grueso del monumento está expresado por la profundidad del arco.

A entrambos lados de este último, se ven dos cámaras, algo elevadas sobre el nivel del suelo, cada una de ellas con puerta de ingreso del lado E., de remate triangular, merced á dos piedras que se unen por su extremidad superior.

Entre las ruinas amontonadas junto al arco, descubrí dos trozos de inscripción, que acaso correspondan á dos distintas inscripciones, colocadas en los cuerpos laterales del monumento.   —351→   Una de las piedras epigráficas, la que hallé del lado O., es como sigue:

0,60 m. x 0,40 m. Inscripción

La otra inscripción, la del lado E., tiene los caracteres de idénticas dimensiones (0,10 m.) y forma.

Hela aqui:

0,60 m. x 0,50 m. Inscripción

La primera consta, aunque mal copiada en el apéndice L1 (pág. 488) de la obra que lleva por título: Journal of a tour in Marocco and the Great Atlas, por Joseph Dalton Hooker y John Ball (Lóndres 1878). Tengo á la segunda por inédita.

La piedra que domina en las ruinas de Volúbilis es el granito. Las columnas del templo son de mármol, no de muy buena calidad, así como tambien las losas del pavimento. De este edificio provienen sin duda las numerosas columnas que existen en la portada y vestíbulo del Serrallo de Mequinez. Se me aseguró que en la Sauia de Muley Edris había piedras con inscripciones. Solo para cerciorarme de ello, me arriesgué á penetrar en la Sauia, vestido de moro; más no ví allí sino varios fragmentos sin importancia, extraidos de Volúbilis, los cuales no tienen el menor rastro de inscripción. Ví algunas columnas de granito por los alrededores del templo y la ladera de la colina.

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El gran arco y las piedras labradas que se ven entre los escombros al pié del mismo presentan cierto brío de ornamentación.

Uno de los frisos del monumento está reproducido en la obra inglesa antes citada, pero de una manera perfectamente errónea.

Á pocos metros del templo hacia el O., hay en el suelo, entre un montón de piedras, una lápida con inscripción latina.- 1,53m x 0,88 y 0,45 de espesor, que se menciona en el Boletin de la Sociedad Geográfica de Madrid (T. III, núm. 2, pág. 188: Agosto 1877) con referencia á las cartas dirigidas por el Dr. Mohr á la Gaceta de Colonia, cuando el viaje de la embajada alemana á Fez. Dicha losa se halla rota por en medio, en el sentido de su longitud; su parte inferior ha desaparecido; y el Dr. Mohr debió hallarla en mucho mejor estado, pues pudo trascribir algo de la segunda mitad de la inscripción en la que hoy es del todo ininteligible. Paréceme, que los moros, viendo que esta piedra llamaba la atención de los europeos, se han complacido en romperla y mutilarla, y es de esperar que pronto no quede de dicha inscripción el menor vestigio. La orla en que esta se encierra ofrece un bello dibujo.

Para que se vea el relieve y la forma de los caracteres, incluyo un trozo de calco que saqué, y no incluyo el todo, porque más que letras hube de calcar mutilaciones, fuera de que la inscripción ha sido ya interpretada por, Mommsen en los siguientes términos:

Q(uinto) Caecilio Q(uinti) filio Domitiano Claudia Volubiliano, decurioni municipii Volubiliani annorum XX, Q(uintus) Caecilius... (et) Antonia N(ata)lis filio pii(ssimo) posueru(nt).



Aclaraciones á la parte indescifrable no se podrían hoy aducir, puesto que la inscripción se encuentra mucho más deteriorada que antes.

La situación de la ciudad de Volúbilis no podía ser más agradable: el valle tiene hermosa apariencia, y por el S. como por el SE., lo flanquean elevadas montañas en cuyas faldas brotan manantiales que dan origen á numerosos riachuelos. Sobre una vertiente al E. de Volúbilis, existe un duar. Todo aquel territorio, y no especialmente la Sauia de Muley Edris, como suponen algunos, se llama en la actualidad Gualili, evidente corrupción del   —353→   nombre latino. El sitio de las ruinas denomínase K'sar Faraun (Castillo de Faraon) no sé en virtud de qué leyenda. La colina tiene la elevación de 450 m. sobre el nivel del mar. En el centro de las ruinas los moros no han cuidado de establecer cultivo alguno. Profesan verdadera aversion á aquellos restos, que atribuyen á obra del diablo, y sobre las cuales han tejido multitud de consejas. Las piedras del olivar que está al borde del río, parecen haber sido extraidas del suelo con posterioridad á la plantación de los olivos. Formales excavaciones podrían motivar en Volúbilis el descubrimiento de preciosos materiales para la historia de la Mauritania Tingitana.





Madrid, 6 Diciembre 1873.



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