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101

En la edición de Cáceres y otros, el diálogo se presenta en dos partes (103 y 104). Por su semejanza y continuidad, los tratamos como un solo texto. Las referencias a los versos del primer diálogo irán acompañadas de la letra A, y las correspondientes al segundo, por la letra B. Para el complejo problema textual del diálogo y su relación con la Descripción de las grandezas de Santiago de Chile, obra fechada en 1740, y atribuida a Ignacio de Mendieta, véase Lasarte 1998: 125-127.

 

102

La mujer se cubre el rostro en un evento religioso, pero el vocablo «vela» recuerda también a la tapada, con sus sugerencias de libertinaje sexual, algo que reverbera sobre la desfloración insinuada por la referencia a perder el «velo» de la vergüenza.

 

103

Es interesante notar el uso temprano del vocablo gamonal por parte de Valle y Caviedes. Peter Boyd Bowman lo documenta en 1775 (1982: 1414). Por otro lado, Lohmann Villena elabora un importante artículo en el que remonta el vocablo al texto de 1740 -ya mencionado- atribuido a Ignacio de Mendieta, que tiene estrecha relación con el diálogo de Valle y Caviedes. Pero a la vez sugiere Lohmann que la palabra podría descender del apellido de la familia de Juan Fernández Gamonal, quien pasa al Perú hacia 1610 (2002: 30). ¿Es la referencia de Valle y Caviedes uno de los primeros usos registrados del vocablo? Parece que sí, aunque estamos conscientes de las dudas e incertidumbres con las que se enfrenta continuamente el investigador ante la ausencia de ediciones inequívocas. Al respecto remitimos nuevamente al lector a Lasarte 1998: 126-127.

 

104

Según García Valdés, Quirós escribió durante la primera mitad del siglo XVII, y su entremés se imprime en 1680 (1983: 251), dato que coincide con las fachas de la producción satírica de Valle y Caviedes y corrobora la autenticidad de la autoría del diálogo, autoría que García-Abrines pone en tela de juicio, porque, en sus palabras, «el estilo [...] no es el de Valle y Caviedes» (Valle y Caviedes 1993-1994: vol. 2, 19). Tal conjetura, sin embargo, no tiene ningún criterio objetivo que lo soporte.

 

105

Para este tópico véase, por ejemplo, McKendrick (1974: 218-229).

 

106

Cuerpo: «cada volumen o unidad material de una obra escrita» (Moliner 1966-1967).

 

107

Véanse numerosos ejemplos de «comer» en Alzieu y otros 1975.

 

108

El retrato de la vieja libidinosa se halla, por ejemplo, en Marcial 1968, Epigramas I, 19 y III, 93: y en Horacio 1968, Epodos 8 y 12; Odas I, 25 y III, 15. En las literaturas hispánicas, entre numerosos ejemplos, pueden verse en el Cancionero de obras de burla provocantes a risa (1974 [1519]) los poemas numerados 7, 11, 32 y 42; aunque cabe notar que estos, significativamente, carecen del concentrado juego conceptista que se halla en la Sátira o en otras obras contemporáneas. Para los ejemplos quizás más conocidos, aunque posteriores al poema de Rosas, los de Quevedo, véase Mas (1957: 51-63) («La vieille»). También Schwartz Lerner 1978: 27-56 y 1977: 122-142.

 

109

La definición de lo «grotesco» es asunto complejo y controvertido, y está fuera de los propósitos de este libro. Se rescata, sin embargo, como constante, la presencia de una fusión de elementos opuestos o incongruentes. Véase Thomson 1972.

 

110

Para los diversos usos de la paronomasia véase Quintiliano 1922: IX, iii, 66-80.