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41

Manero, 1990, pp. 254-57. Con fieras concretas (león, toro, áspid) se compara una mujer despreciada en el 342.

 

42

Arellano, 1984, pp. 264-65.

 

43

Remite a una fábula de Esopo muy conocida en los textos españoles: ya está en el Isopet medieval, y la menciona Vélez en el Cojuelo, tranco IX: «no digan que de plumas que has hurtado / te has querido vestir, como corneja», o Diego de Torres: «vistióse allá en las fábulas la corneja de plumas hurtadas» (cit. por Aut.); Quevedo: «¿De ajenas plumas te vales, corneja?» (Prosa, 407); en Casa de locos de amor, BAE, 23, p. 535: «algunas había tan vestidas de plumas ajenas [...] que si las despojaran dellas quedaran tan ridículas como la corneja de Horacio»; Tirso de Molina, La villana de la Sagra, ed. Pallarés, p. 138: «Las galas de corte deja / aunque adornarte presumas, / que no con ajenas plumas / fue más noble la corneja».

 

44

Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana, «De noche, mientras duermen [...] tienen sus centinelas»; Vélez, Cojuelo, ed. Arellano, p. 124: «jurando al silencio de las sombras [...] el mesón de la Sevillana, el natural vasallaje con el sueño, que solas las grullas y lechuzas estaban de posta a su cuerpo de guardia». Torquemada, Jardín de flores curiosas, ed. Allegra, p. 347: «las grullas [...] para poder dormir las noches seguras, queda una despierta [...] y para no dormirse tiene alzado el pie y en él una piedra, la cual se le cae si duerme y con el golpe torna a despertar». Plinio recoge el dato en su Naturalis Historia, X, XXX, 58. Ver Erffa, 1957.

 

45

Ver Fábulas de Esopo, trad. G. López, 1998, p. 111, «El león y el ratón agradecido».

 

46

Cfr. F. Vigoroux, Dictionnaire de la Bible, s. v.

 

47

Estructura típica de agudeza que estudia Gracián y que consiste en hacer una ingeniosa definición del sujeto a base de apodos o metáforas en serie: «Flor con voz, volante flor, / silbo alado, voz pintada, / lira de pluma animada / y ramillete cantor…».

 

48

Ver la nota de González de Salas sobre la circunstancia de composición de este soneto: «Refirióme don Francisco que en Génova tiene un caballero una huerta y en ella una gruta hecha de la Naturaleza, en un cerro, de cuya bruta techumbre menudamente se destila por muchas partes una fuente, con ruido apacible. Sucedió, pues, que dentro de ella oyó gemir un pájaro, que llaman solitario y que al entrar él se salió, y en esta ocasión escribió este soneto» (PO, p. 339).

 

49

Los dos últimos de atribución dudosa.

 

50

Ver Schwartz, 1990.

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