Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

1

Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo parcial del 39 PSC-CUNY Research Award, 2008-2009.

 

2

Pierre Macherey emplea estas expresiones para referirse a la ideología y su relación o lugar en el texto: «Monde construit autour d'un grand soleil absent, une idéologie est faite de ce dont elle ne parle pas; elle existe parce qu'il y a des choses dont il ne faut pas parler. C'est en ce sens que Lénine peut dire que les silences de Tolstoï sont éloquants» (154; la cursiva está en el original). Me parece que el silencio que rodea o encubre la revolución como un evento histórico y un hecho ideológico es también muy elocuente, por lo cual tomo prestadas las expresiones sin respetar completamente el significado que les atribuye Macherey.

 

3

«Acercamiento asintótico» es un término y concepto empleado por Fernando Valerio-Holguín en su ensayo «El trujillato como causa ausente en Sólo cenizas hallarás (bolero) de Pedro Vergés», en el cual el autor analiza cómo en esta novela: «Para hablarnos del trujillato, Vergés decide no hablarnos del mismo» (208). Existe una similitud evidente entre la novela del dominicano y la narrativa ficcional del nicaragüense en cuanto a la representación de la historia como causa ausente.

 

4

Sergio Ramírez, ¿Te dio miedo la sangre?, Barcelona: Argos Vergara, 1983; Sombras nada más, Madrid: Suma de Letras, 2004. Todas las citas de las novelas provienen de estas ediciones y se señalarán entre paréntesis en el texto, después de las abreviaciones TDM y SNM, que explicitan los títulos.

 

5

«Lo que el libro dice proviene de un cierto silencio: su aparición implica la 'presencia' de un no-dicho, materia a la que da forma, o fondo sobre el que traza una figura. Así, el libro no se basta a sí mismo: lo acompaña necesariamente una cierta ausencia, sin la cual no existiría. Conocer el libro implica que se tome en cuenta esta ausencia» (Todas las traducciones de Macherey son mías).

 

6

«Lo que la obra no dice, lo muestra a través de un signo que no puede ser entendido, pero el que se debe ver».

 

7

«[...] 'subtext' is not immediately present as such, not some common-sense external reality, nor even the conventional narratives of history manuals, but rather must itself always be (re)constructed after the fact. [...] [The] ultimate subtext [...] is the place of social contradiction» (Jameson 81 y 82).

 

8

Sobre esta época en la historia de Nicaragua, véase Booth (71-157) y Booth, Wade y Walker (72-77).

 

9

En Adiós muchachos, Ramírez recuerda que fue la noticia del asalto a la casa de Castillo que lo hizo volver: «La decisión de dejar Alemania quedó sellada para mí la noche de invierno de finales de 1974, en que el Tagesschau, el noticiero de televisión que veíamos antes de la cena, se abrió con una información sorprendente. Un comando sandinista había tomado por asalto en Managua la residencia de un barrio elegante, donde se celebraba una fiesta, y mantenía como rehenes a familiares y ministros de Somoza. [...] Tomé, pues, la decisión de volver, y esta vez para meterme de lleno en la lucha» (82 y 87).

 

10

Todos los críticos que comentan la organización narrativa de la novela sostienen que ésta consta de seis tramas (Arias, «Conciencia de la palabra» 52 y Gestos 132; Richards 195; San Juan, Jr. 52; Urbina 100-101); en ello siguen la pauta ofrecida por Sergio Ramírez en «Los sucesos de esta historia», un paratexto en el que el autor resume cada uno de los hilos narrativos y los relaciona con unos dibujos que después identifican cada uno de ellos en el relato. Sin embargo, la trama de «El Copacabana» es muy compleja y en mi lectura se divide en tres hebras: en la primera parte, Chepito, Pastorita y Raúl se reúnen en el bar «El Copacabana» en 1954 y conversan sobre la sublevación de abril del mismo año (ocurrida unos cuantos días antes), recordando a sus participantes (Carlos, el Jilguero y el Turco). En la segunda parte, los personajes ya no se juntan en el bar, sino que Raúl, interrogado por el Consejo de Guerra en 1959, huye mentalmente del momento en que se encuentra y se imagina una conversación con Chepito y Pastorita. Los últimos dos episodios (en el capítulo IX de la segunda parte y el epílogo) es un encuentro fortuito entre Chepito y Pastorita que tiene lugar en 1961 en Granada, primero en un bar y después en la barbería de Pastorita. Por lo tanto, hay tres lugares/situaciones (el bar, el Consejo de Guerra, Granada) y tres momentos (1954, 1959 y 1961) muy distintos, y también muy simbólicos, lo que hace posible dividir esta trama en tres sub-tramas con cierta autonomía. Esta separación permite resaltar las fechas que, como se verá, son significativas. Por otra parte, la decisión de Ramírez de presentar esta trama como un solo hilo narrativo sugiere que entre las tres hebras existe un vínculo que hay que tener en cuenta. Véase infra.