Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

El texto tampoco se refiere a otro personaje mítico de la resistencia nicaragüense, el poeta Rigoberto López Pérez, quien ajustició a Somoza García en 1956. Nunca mencionado en la novela, emerge elípticamente en el episodio de El Chaparral, porque la columna guerrillera que en 1959 entró desde Honduras llevaba su nombre.

 

12

«Toda la sub-trama de este encuentro, desde la apertura del texto hasta su desenlace en la casa de la Sinventura es un mecanismo ideológico que busca eludir el movimiento temporal cronológico, y crear una ilusión de un presente sincrónico mítico dentro del cual giran todas las otras sub-tramas. Después de todo, dicho relato abre el texto y prácticamente lo cierra, pues su último fragmento aparece en el epílogo. En realidad no es una sub-trama. Es más bien un relato paralelo que abre alternativas al relato primero» (Arias, Gestos 149-150); «[...] el momento en que el indio Larios (sic) espera a Catalino López de espaldas al escaparate de La Samaritana, será para nosotros el grado cero de la historia» (Urbina, La estructura 101); «La primera parte se inicia a partir de la perspectiva de la caza de dos guerrilleros en 1959 aproximadamente. Desde este punto nodal se reconstruyen todas las historias de la novela [...] es punta de lanza que abre los otros niveles de la narración» (Rodríguez 106).

 

13

Sobre la historia de Carlos Fonseca y su liderazgo del FSLN, véase Zimmermann. Mi lectura expone la importancia simbólica de El Chaparral en la novela, y en esto difiere de la lectura de Arias para quien el evento histórico nodal es el asesinato/funeral del coronel Carlos Castillo Armas (Gestos 147-150). Me parece que es una óptica un poco demasiado guatemalteca, en el sentido de que desarrolla una interpretación del proceso histórico nicaragüense a partir de los elementos históricos relacionados con la historia de Guatemala, mientras que deja en la sombra los eventos cruciales de la historia de Nicaragua. A la vez, a través del episodio de El Chaparral la novela establece una conexión entre la historia nicaragüense y la Revolución Cubana que no debe desaparecer de la mira durante la lectura de ¿Te dio miedo la sangre?

 

14

«How many have fallen there! / They stumble all night over bones of the dead / And feel they know what but care, / and wish to lead others, when they should be led» (TDM 159).

 

15

Matilde Zimmermann explica en su excelente estudio sobre Fonseca que las divisiones internas aparecieron muy temprano en la década de los 70, pero que la mayoría de los estudios sobre el FSLN localiza su origen entre 1975 y 1976. Esto se debe al desconocimiento de ciertos documentos internos: «The unpublished internal documents in the CHM [Centro de Historia Militar, Managua] archive show that differences over strategy appeared as early as 1971 and 1972, and that by mid-1973 all important issues had surfaced and were being addressed in communications and leadership meetings. Without access to these writings, even the best-documented histories of the FSLN located the origins of the tendency fight in 1975 or even 1976» (165). Según las evocaciones en Adiós muchachos, Sergio Ramírez parece haber tenido un conocimiento temprano de estos conflictos. Menciona, por ejemplo, que había conocido a Edén Pastora en 1972, cuando éste «llegó a Costa Rica, recién expulsado de las filas guerrilleras del FSLN» (91). Dice también: «Cuando ingresé al FSLN en 1975, ya se tejía una maraña de conflictos internos creados por disensiones ideológicas, que lo exiguo de las fuerzas de la organización y su aislamiento social, en condiciones clandestinas, volvían más dramáticas [...]. El golpe exitoso de diciembre del año anterior no parecía haber ayudado a la unidad ni al crecimiento de las filas. [...] A finales de ese año de 1975, [Jaime Wheelock y Luis Carrión] habían sido obligados, a punta de pistola, a asilarse en la Embajada de Venezuela en Managua, tras una tormentosa reunión clandestina» (89-90).

 

16

Esta perspectiva interna se asemeja, en cierto grado, a la que proporciona el relato del coronel Catalino López en ¿Te dio miedo la sangre?

 

17

El motivo de manipulación es importante porque los guerrilleros tratan de probar que Alirio Martinica ha sido un hábil manipulador que sabía aprovechar las emociones, miedos o necesidades de los que lo rodeaban, lo que parece ser cierto. Este paralelismo echa una luz sombría sobre las estrategias del futuro poder e insinúa, al igual que la repetición de la imagen de un hombre esposado (Alirio Martinica padre, mientras es interrogado por Somoza, y Alirio Martinica, detenido por la guerrilla), que la violencia desde el poder se perpetúa.

 

18

Lorena López: «[...] a estas alturas ya te habrás dado suficiente cuenta de que muchos de los que pelearon para botar a la familia Somoza terminaron cayendo en lo mismo de siempre, bolsas repletas, corazón contento, aunque todavía se sigan llenando la boca al llamarse a sí mismos revolucionarios...» (SNM 216).

María del Socorro Bellorín: «¿[...] quién iba a adivinar entonces que después se iba a salir de las filas del Frente Sandinista, algo que no le discuto, está en su derecho, pero como militante no estoy de acuerdo, arréglese con Daniel, ¿cuándo van a arreglarse?» (SNM 396).

 

19

Una postura similar se manifiesta en Mil y una muertes, otra novela de Ramírez que «no necesariamente habla de lo que dice». Véase Perkowska, «La historia como desencanto: ilusiones perdidas en Mil y una muertes de Sergio Ramírez».

 

20

Me refiero aquí al epígrafe a la novela, un fragmento de Phillipe de Rémi, y al epígrafe que precede al epílogo, una cita del poeta C. P. Cavafis. Es muy significativo que la fortuna (de Rémi) y los dioses (Cavafis) hayan sustituido a la historia como agente que determina las vidas humanas.