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Macías

Drama histórico en cuatro actos y en verso

Mariano José de Larra



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ArribaAbajoDos palabras

He aquí una composición dramática a la cual fuera muy difícil ponerle nombre. ¿Es una comedia antigua? Ciertamente que no, pues ha nacido en el siglo XIX. Ciertamente que no, pues mal se atreviera a aspirar a la versificación y sublimidad de Lope, a la gala y caballerosidad de Calderón, al estro cómico de Moreto, al donaire de Tirso, a la pureza de Alarcón. ¿Es una comedia moderna según las reglas del género clásico antiguo? Menos. Ni es comedia de costumbres, ni comedia de carácter. Ni me propuse al imaginarla seguir las huellas de Plauto y Terencio, ni tuve al concebirla la osadía de imitar a Molière o a Moratín. ¿Es una tragedia como la entienden los rigurosos Aristarcos? Ni tiene la sencillez enérgica de Esquilo, ni la humilde sublimidad de Sófocles. Ni está escrita toda en verso heroico; ni es su estilo siempre altamente entonado; ni pueden reputarse sus escenas todas dignas del levantado coturno; ni son sus personajes los favoritos de Melpómene. ¿Es un drama mixto, de grande espectáculo, perteneciente al género bastardo introducido en la literatura a fines del siglo pasado? No hay en él grandes efectos levantados sobre débiles fundamentos, no hay escenas de imponente y charlatanesca fraseología, no hay tempestades, no hay horrendos crímenes. ¿Es un débil destello siquiera de la colosal y desnuda escuela de Víctor Hugo o Dumas? ¿Es un drama romántico? No sé qué punto de comparación puedan establecer los críticos entre Antony, Lucrecia Borgia, Enrique III, Triboulet y mi débil composición. ¿Qué es, pues, MACÍAS? ¿Qué se propuso hacer el autor? Macías es un hombre que ama, y nada más. Su nombre, su lamentable vida pertenecen al historiador; sus pasiones al poeta. Pintar a Macías como imaginé que pudo o debió ser, desarrollar los sentimientos que experimentaría en el frenesí de su loca pasión, y retratar a un hombre, ése fue el objeto de mi drama. Quien busque en él el sello de una escuela, quien le invente un nombre para clasificarlo, se equivocará. ¿Para qué ha menester un nombre? ¡Ojalá no se equivoque también quien busque en MACÍAS alguna escena interesante, tal cual sentimiento arrancado al corazón, un amor medianamente expresado y un desempeño feliz!



PERSONAJES
 

 
DON ENRIQUE DE VILLENA,    maestre de Calatrava.
MACÍAS,   su doncel.
ELVIRA.
FERNÁN PÉREZ DE VADILLO,   hidalgo, escudero de don Enrique.
NUÑO HERNÁNDEZ,   padre de Elvira.
BEATRIZ,    dueña joven de Elvira.
RUI PERO,    camarero de don Enrique.
FORTÚN,    escudero de Macías.
ÁLVAR,    criado de Fernán Pérez.
Un paje de don Enrique.
Dos pajes que no hablan.
Hombres armados.
 

La época es en uno de los primeros días del mes de enero de 1406.- La escena es en Andújar, en el palacio de DON ENRIQUE DE VILLENA.

 




ArribaAbajoActo I

imagen

 

Habitación de ELVIRA. Puertas laterales y foro. Adorno del tiempo.

 

Escena I

 

FERNÁN PÉREZ, NUÑO HERNÁNDEZ.

 
 

Al descorrerse el telón aparece NUÑO HERNÁNDEZ abriendo la puerta del foro e introduciendo en la escena a FERNÁN PÉREZ.

 
NUÑO
    Venid conmigo, el hidalgo;
en esta cámara entremos,
donde con secreto hablemos.
¿Me habéis menester en algo?
Tomad,

 (Le da una silla.) 

que me haréis favor.
5
FERNÁN PÉREZ
    Me obliga esta cortesía.

 (Siéntase.) 

NUÑO
    En esta cámara mía
podéis hablar sin temor.
Mi hija salió de mañana,
como de costumbre tiene,10
al templo; así nadie os viene
a turbar.

 (Se sienta.) 

FERNÁN PÉREZ
De buena gana.
Hoy, Nuño Hernández, expira
el plazo que me pusisteis,
en el cual me prometisteis15
darme la mano de Elvira.
Un año es ya trascurrido...
NUÑO
    Lo sé.
FERNÁN PÉREZ
¿Y bien?
NUÑO
Seguid.
FERNÁN PÉREZ
Y vengo,
por el afecto que os tengo,
a acordar lo prometido.20
Me dijisteis que a Macías,
ausente, vuestra hija amaba,
y aun yo sé que le aguardaba
en Andújar estos días.
Mas que si por buena estrella25
en un año no volvía,
luego mi esposa sería
mal que le pesase a ella.
Que no ha vuelto es cosa clara;
que no ha de volver, también;30
y el que a vos os está bien
tal boda, ¿quién lo dudara?
Vos sois tan sólo un criado,
que a don Enrique servís;
si de cerca le asistís,35
lo debéis a mi cuidado.
Soy su privado y su amigo,
y esto en tanto grado, Nuño,
que nada firma su puño
sin consultarlo conmigo.40
Yo además soy caballero,
hidalgo de alta nobleza,
y acostamiento su alteza
me da por ser su escudero.
Vos y vuestra gente toda45
villanos sois, con lo que algo
se os ha de pegar de hidalgo
y de noble en esta boda.
Si sois más rico de hacienda,
justo es que compréis con oro50
lo que ganáis en decoro,
y que yo caro me venda.
Porque con villana y pobre,
por mujer, no he de casarme,
que mujer no ha de faltarme55
mientras el poder me sobre.
Mire, pues, qué le conviene,
y en lenguaje liso y claro
hágame cualquier reparo,
si alguno que hacerme tiene:60
que sino, la enhorabuena
hoy Andújar os dará,
y mi padrino será
Don Enrique de Villena.
Decir no fuera mancilla;65
ved que soy privado fiel
de don Enrique, y es él
tío del rey de Castilla.
Tal vez claro en demasía
soy aquí, mas el rebozo70
me excusa el poder que gozo,
que el poder da altanería.
NUÑO
    Con atención escuché,
hidalgo, vuestras razones;
que más bien reconvenciones75
me parecieron a fe.
¿Por qué agraviado os decís?
Yo cumplo lo que prometo,
y si no es otro el objeto
por que a buscarme venís,80
satisfecho habéis de estar;
todo mi afecto lo allana:
y en esta misma mañana,
Fernán, os podréis casar.
Si Elvira ya no olvidó85
el amor que en otros días
sintió por aquel Macías,
haré que lo olvide yo.
Ni yo nunca al tal mancebo
quise por yerno.
FERNÁN PÉREZ
¡Pues bravo
90
yerno granjeabais, que al cabo
ingenio tiene!
NUÑO
Yo llevo
puesta más alta la idea.
Tal pena, pues, no os aflija,
que al fin, si es mujer mi hija,95
fuerza es que mudable sea;
y sino es muy bien criada,
y, sea dicho entre los dos,
a no serlo, ¡vive Dios!,
que la hiciera escarmentada.100
FERNÁN PÉREZ
    ¡Oh!, ni eso le ha de imponer
al noble que se ha casado.
Yo os prometo que a mi lado
será honrada mi mujer.
Además de que se suena105
que el tal mozo en Calatrava,
donde en comisión estaba
por el marqués de Villena
para el clavero de la orden,
se casó, o se casa ya:110
y, aunque así no fuera, acá
no puede sin contraorden
del marqués volver; y no
se le ha de enviar ésta, Nuño,
pues que de mi propio puño115
la tengo de sellar yo.
NUÑO
    ¡En buen hora! De ese modo
a Elvira he de disponer,
y cuando hayáis de volver
prevenido estará todo.120
FERNÁN PÉREZ
    En ser breve hareisme gusto.
Y ahora, pues, que convenidos
estamos, y están unidos
nuestros intereses, justo
será que la confianza125
haga de vos, si os parece,
que os prometí, y que merece
nuestra próxima alianza.
No ha mucho que fue nombrado
Maestre de Calatrava,130
que ha tiempo vacante estaba,
el de Villena llamado,
o por más bien don Enrique
de Aragón, a quien servís;
mas no sin que un tal don Luis135
de Guzmán se enoje y pique,
quien por ser comendador
lo pretendía al presente,
y ser próximo pariente
del buen maestre anterior.140
Tiene don Luis gran partido,
y hará más, porque le ampara
el conde de Trastámara,
y, según tengo entendido,
el prelado de Toledo,145
Benavente también;
y es claro que bien a bien
no se saldrá de este enredo.
Alega don Luis Guzmán
que don Enrique es casado;150
mas éste ha solicitado
el divorcio; en esto están.
Don Enrique es ambicioso,
y a toda costa pretende
que el derecho que defiende155
salga en pleito ganancioso;
a más con la de Albornoz,
su mujer, mal se llevaba,
y esta ocasión deseaba,
según es pública voz;160
así supone y confiesa
causas ocultas, por donde
a ninguno se le esconde
que saliera con su empresa.
Pero contra ese deseo,165
que todo es falso se suena,
y también que el de Villena
lo de Cangas y Tineo
falsamente ha renunciado
con fraude en el mismo rey,170
porque a la orden, como es ley,
no se adjudique el condado.
Ya entendéis que es cosa clara
que pierde la pretensión,
y el favor y protección175
que goza, si esto se aclara.
El don Luis está en Arjona,
dos leguas no más de aquí;
y dicen que vino allí
por ver al rey en persona.180
Es, pues, preciso que alguno
vaya presto allá, y mañoso
le proponga un medio honroso
que zanje el pleito importuno.
por lograr designio tal185
Villena le hará cesiones
en sus mismas posesiones
que no han de sonarle mal;
y si vos entráis en eso
con don Enrique hablaréis,190
y de él mismo tomaréis
instrucciones de más peso.
Que a ninguno conocemos
en esta sazón los dos
más útil y apto que vos195
para el fin que pretendemos.
Y os advierto que si acaso
sale mal vuestra embajada,
que aunque fuese a mano armada
hemos de salir del paso.200
Ved, pues, si os conviene a vos
este encargo, y si el secreto
sabréis guardar.
NUÑO
Yo os prometo
que no riñamos los dos.
FERNÁN PÉREZ
    Está bien; y esto ha de ser205
hoy mismo, pues sin demora
a Toledo hay que ir ahora,
donde el rey piensa volver,
luego que en Madrid se acabe
el alcázar que hace allí.210
NUÑO
    ¿No estaba en Sevilla?
FERNÁN PÉREZ
Sí.
Mas vuelve, según se sabe;
que ha caído en la catedral
un rayo estando él en ella;
y dicen que es mala estrella215
del rey, y que grave mal
le presagian para este año
dos astrólogos de nombre.
NUÑO
    ¿Y el tal rayo hirió algún hombre,
o hizo por ventura daño?220
FERNÁN PÉREZ
    Hizo poco.
NUÑO
¡Cosa extraña!
FERNÁN PÉREZ
    Herir a nadie, no hirió;
mas descompuso el reló,
que es el único de España.
Hay pues que ir hasta Toledo,225
y no hay tiempo que perder...
NUÑO
    Está bien: hoy se ha de hacer,
y yo en el encargo quedo.

 (Se levantan.) 

Decidlo así a don Enrique.
FERNÁN PÉREZ
    Y a más...
NUÑO
A Elvira he de hablar,
230
Y ya os puedo asegurar
que haré que no me replique.
FERNÁN PÉREZ
    Pues adiós.
NUÑO
No, deteneos.
Alguien llega aquí. Ellas son.
Ved qué dichosa ocasión.235
No os vayáis; aparte haceos,
de su labio habéis de oír
la respuesta que me dé.
FERNÁN PÉREZ
    ¡Feliz acaso!
NUÑO
Yo sé
que contento habéis de ir.240


Escena II

 

FERNÁN PÉREZ, NUÑO HERNÁNDEZ, ELVIRA, BEATRIZ.

 
 

Los dos primeros se han hecho algo atrás, y hablan entre sí sin oírlas. ELVIRA y BEATRIZ se quitan los mantos al entrar, y hablan los primeros versos sin verlos.

 
BEATRIZ
    Llega, señora; y en casa
desahoga tu dolor,
llora el desdichado amor
que el tierno pecho te abrasa.
Que aunque te cubriera el manto245
no faltó quien lo advirtiera
en la misa.
ELVIRA
¡Suerte fiera!
BEATRIZ
    ¿No darás treguas al llanto?
ELVIRA
    ¿No he de llorar, ¡desdichada!,
si ya no vuelve Macías,250
y dentro de pocos días
por mi palabra empeñada
vendrá Fernán Pérez?
BEATRIZ
Señora,
ved que os oyen. Aquí están.
ELVIRA
    ¡Ah! ¿Cómo oculto el afán255
que el corazón me devora?
NUÑO

  (A FERNÁN.) 

    Nos vio ya.
FERNÁN PÉREZ

 (A NUÑO.) 

Llegad.
ELVIRA

 (A NUÑO.) 

¡Señor!
NUÑO
    ¡Elvira, hija mía!
ELVIRA
¿Aquí
vos tan de mañana?
NUÑO
Sí:
y a acreditarte el amor260
vine, que siempre te tuve.
Hoy se cumple...
ELVIRA

 (Con dolor.) 

¡Ya os entiendo!
NUÑO
    No me pesa. Aquí estáis viendo
al noble hidalgo que os sube
a tanto honor.
FERNÁN PÉREZ
Tan hermosa
265
sois, asombro del sentido,
que le tuviera perdido
si vuestra mano preciosa
no anhelara.
ELVIRA

  (Contristada.) 

Sois por cierto
muy galán.
FERNÁN PÉREZ
Y vos muy bella.
270
ELVIRA
(¡Maldita belleza! ¡Estrella
maldita mía!)
FERNÁN PÉREZ
¿Qué advierto?
¿Os turbáis?
NUÑO

 (A ELVIRA.) 

Repara, mira...
ELVIRA
No es nada: el gozo... Beatriz

 (Violentándose.) 

Sostenme: (¡ay de mí, infeliz!)275
NUÑO
    (¿Qué es esto? ¡Pardiez!) Elvira,
vos misma el plazo os pusisteis
de un año, y...
ELVIRA
(¡Ay! ¡Quién creyera
que en un año no volviera!)
NUÑO
    Vos la palabra nos disteis...280
ELVIRA
No habléis más, señor, en eso;
si mi palabra empeñe,
mi palabra cumpliré.
(¡Y aunque muera, ingrato!)
NUÑO
(Un peso
grave me quitó.)

 (A FERNÁN PÉREZ.) 

Ya vos
285
lo escuchasteis de su boca.
FERNÁN PÉREZ
    A mí lo demás me toca.
Descuidad: presto por Dios
volveré.

  (A ELVIRA.) 

Vos en mi priesa
si estimo conoceréis290
lo dichoso que me hacéis.
ELVIRA

 (Reprimiéndose.) 

    Id con Dios.
NUÑO

 (Acompañándole a la puerta.) 

Los dos a vuesa
merced quedamos atentos.
FERNÁN PÉREZ
    Quedaos. Vuestra atención
sobra.
NUÑO
¡Oh!, ya es obligación.
295
FERNÁN PÉREZ
    Remitid los cumplimientos.
 

(Vase, despidiéndole NUÑO a la puerta. ELVIRA al ver marchar a FERNÁN PÉREZ le sigue con la vista, y, cuando ya ha salido se arroja sobre un sillón inmediato y rompe a llorar. NUÑO vuelve.)

 


Escena III

 

ELVIRA, BEATRIZ, NUÑO.

 
ELVIRA
    ¡Que esto me suceda! ¡Ingrato!
BEATRIZ
    Señora, templad el lloro.
ELVIRA
    ¡Ah!, en balde por mi decoro
de ahogarle en el pecho trato.300
NUÑO

 (Viéndola.) 

    ¿Qué es esto?

 (A BEATRIZ.) 

Vos despejad.
Presto.
ELVIRA
Dejadme el consuelo
que su cariño y su celo
me prestan, y perdonad
si os lo ruego.
NUÑO

 (A BEATRIZ.) 

Idos.
ELVIRA
(¡Qué empeño
305
de hablarme a solas!!!)
NUÑO

 (A BEATRIZ.) 

¿Qué hacéis
que no os vais? ¿No obedecéis?
BEATRIZ

 (A ELVIRA.) 

    ¡Señora!
ELVIRA
(¡Qué airado ceño!)

  (A BEATRIZ.) 

    Vete ya.
NUÑO

 (A ELVIRA.) 

¿Y por qué antes no?
¿Esto con mis gentes pasa?310
ELVIRA
    Como es mi dueña...
NUÑO
En mi casa
nadie manda más que yo.

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Escena IV

 

ELVIRA, NUÑO.

 
 

ELVIRA echa una ojeada de dolor a BEATRIZ, que desaparece lentamente: se levanta y queda apoyada con una mano en el sillón y enjugándose con la otra las lágrimas, que trata de reprimir con un esfuerzo violento. NUÑO HERNÁNDEZ, cruzado de brazos, parece esperar a que rompa el silencio, o reconvenirla con el suyo, ELVIRA se acerca en fin, y cogiendo las manos de NUÑO dice los versos siguientes.

 
ELVIRA
    ¡Perdóname, señor, si hoy más que nunca
presente aquel amor en la memoria
en vano lucho por borrar del pecho315
la esperanza engañada! Yo más fuerzas
encontrar en mi propia presumía
cuando el plazo pedí: ¡mas ay!, yo nunca
pensé que él de mi amor se olvidaría.
Mira mi corazón, débil juguete320
de una pasión tirana, inextinguible,
y tú mismo dirás si verme puedo
al yugo extraño del que nunca quise
en eternales vínculos unida,
tranquila y sin llorar. ¡Vínculos tristes325
que antes de unirme acabarán mi vida!
¿Yo al pie del ara con perjuro labio,
ante un Dios que a los pérfidos castiga,
eterno amor le jurará, un esposo
que me roba mi bien, y por quien siento330
odio tan sólo?
NUÑO
¡Elvira!
ELVIRA
Sí, perdona.
Soy mujer, y soy débil: ni depende
ser más fuerte de mí. Yo bien quisiera
en mi encerrado pecho sepultando
tanto culpable amor, que nada el mundo335
del volcán que me abrasa trasluciera;
y, ahogando mi dolor durante el día,
que mis lágrimas tristes, por la noche,
en el oculto lecho derramadas,
entre la soledad y las tinieblas340
pasión tan grande que olvidar no logro,
en eterno silencio confundiesen.
¡Mas ay!, que no está en mí. Ya, mal mi grado
rompe mi lloro, en mi dolor inmenso,
el dique que hasta aquí lo ha sujetado.345
NUÑO
    ¿Y éstas son tus palabras, y éste el fruto
de un año de indulgencia y de esperanza?
¿Por qué cuando tu padre bondadoso
la elección a tu arbitrio, y aun del plazo
el decidir el término dejaba,350
si tan mísera y débil te velas,
no dijiste: «Señor, nunca en mi pecho
otro amor reinará que el de Macías?».
Aún era tiempo entonces. Yo al hidalgo
contestara resuelto: «Fernán Pérez,355
excusad vuestro amor, y no adelante
paséis en esperanzas; nunca Elvira
vuestra esposa será.» No consintiera
Fernán Pérez al menos. ¡Cuántas veces
os recordé los riesgos que esa loca360
temeraria imprudencia causaría!
Buscáramos la dicha y el contento
del cortesano estruendo separados
en nuestro patrio hogar. Tú, Elvira, entonces,
allá feliz con tu feliz esposo,365
del mundo retirada, gozarías
de ese implacable amor.
ELVIRA
¡Ah, padre mío!
NUÑO
    Ora yo envuelto en bandos y disturbios,
doquiera que me aparte de Villena,
allí en peligro. Y si aún ayer llegara370
ese mozo infeliz que te enamora,
pudiera ser que entonces Fernán Pérez
al pacto se ciñera; mas en vano,
en vano le esperaste, y ora, Elvira,
esfuerza, o dar tu mano al noble esposo,375
o al rencor exponernos y a la ira,
y a la venganza atroz de un poderoso.
Él mismo aquí lo dijo...
ELVIRA
¡Padre mío!
Si yo imprudente fui, si harto confiada,
eso lloro, no más: y ya imposible380
me fuera no llorar: mas mis promesas
sabré cumplir...
NUÑO
¿Y juzgas que llorando,
turbada, sin amor, violenta, fría,
te verá con placer, y al pie del ara
te arrastrará por fuerza el noble hidalgo?385
¿Tan necio le imaginas por ventura?
¡Inútil esperanza! No; en su enojo
del desprecio irritado que en ti viere,
mil trazas buscará para ofendernos.
¿Do su poder no alcanza? Perseguido,390
si no muero a sus manos, dondequiera.
ELVIRA
    Basta, señor; mi llanto reprimiendo,
alegre faz le mostraré. (¡Dios mío!)
Tan sólo un mes os pido, porque pueda
el agitado espíritu...
NUÑO
¡Imposible!
395
¿Más plazos me pedís? Hoy, sin remedio...
ELVIRA
    ¿Qué escucho, santo Dios?
NUÑO
Y bien, ¿qué esperas?
¿Piensas que, aunque por fin cumplido el plazo,
ése tan tibio amante perezoso
pidiéndome tu mano me ofreciera400
los tesoros de Creso, la palabra
que di solemnemente olvidaría,
y en la boda mi honor consentiría?
En fin, ya de una vez, hija, es forzoso
decirlo todo aquí. ¿Qué de ese enlace405
descabellado esperas? ¿El mancebo
quién es, y cuáles timbres, qué blasones
le ilustran a tus ojos?
ELVIRA
¿Y yo acaso
nací, señor, princesa?
NUÑO
¿Mas qué bienes
son los suyos, Elvira? ¿Caballero,410
y no más? ¿Hombre de armas, o soldado?
¿Mal trovador, o simple aventurero?
ELVIRA
    ¡Eso no! -Si no os place, nunca, nunca
me llamará su esposa, ni cumplida
veré jamás tan plácida esperanza.415
Pero al menos sed justo: sus virtudes,
su ingenio, su valor, sus altos hechos
no despreciéis, señor: ¿donde están muchos
que a Macías se igualen, o parezcan?
De clima en clima, vos, de gente en gente420
buscadlos que le imiten solamente.
¿Su ardimiento? ¿Vos mismo no le visteis
ha un año, poco más, en Tordesillas
los premios del torneo arrebatando,
cuando el rey don Enrique el nacimiento425
celebraba del príncipe? ¿Cuál otro
más sortijas cogió, corrió más cañas?
¿Quién supo más bizarro en la carrera
hacer astillas la robusta lanza?
¿Quién a sus botes resistió? ¿Quién tuvo,430
el animoso bruto gobernando,
más destreza o donaire? Pedro Niño,
el mismo Pedro Niño vino al suelo,
del arzón arrancado, a su embestida,
y la arena besó. ¿Pedisle hazañas?435
El Algarbe las diga, que aún las llora;
y el campo de Baeza, donde escritas
su espada las dejó con sangre mora.
Y en fin, su ingenio, si el ingenio vale,
Vos más que yo le conocéis; vos mismo440
con él ibais también cuando Villena
a Aragón le llevó, donde hizo alarde,
en el dialecto lemosín, del suyo:
donde en los juegos mereció de Flora
el premio y la corona, que a mis plantas445
vino a ofrecer después. ¡Cuántas cantigas
de él corren en la corte, que la afrenta
de los ingenios son, y de las damas
el contento y placer! ¿Y ése es, decidme,
ése el mal trovador y aventurero,450
ése el simple soldado? Padre mío,
si eso no es ser cumplido caballero,
si eso es ser villano, yo villano
a los nobles más nobles le prefiero.
NUÑO
    ¿Qué pronuncias, Elvira? ¿En mi presencia455
tú a ensalzarle te atreves, necia y loca?
Ya inútilmente la indulgencia empleo.
Serás de Fernán Pérez; a él mis dichas,
mi gloria y mi favor, mi honra y mi suerte,
todo en fin, se lo debo; y don Enrique460
me hospeda en su palacio, y dondequiera
me distingue por él. ¿Serele ingrato?
A la suya mi suerte está enlazada,
hoy en Andújar y mañana en Burgos,
en Madrid, en Sevilla, con la corte,465
poderoso o caído, los secretos,
que entrambos en mi pecho depositan,
con ellos al poder también me elevan,
con ellos a mi fin me precipitan.
No más rebozo ya; tú de ese hidalgo470
hoy la mujer serás.
ELVIRA
¡Señor!
¡O elige
mi eterna maldición!!
ELVIRA
¡Ah!, no; yo esposa
de Fernán Pérez seré.
NUÑO
Vuelve a los brazos
de tu padre, que aún te ama y te perdona.
¿Ni qué otra cosa hicieras, hija mía,475
que mejor te estuviese? ¿Por ventura
pasar en llanto eterno resolviste
tu juventud brillante, marchitada,
en triste desamparo sumergida
por desprecios del falso que te olvida?480
¿Merece ni una lágrima ese noble,
cuya virtud ensalzas y pregonas,
que al juramento falta y a su dama?
ELVIRA
    ¡Piedad de mí, por Dios!
NUÑO
¿Y es caballero?
Cuando tu propio padre y tu fortuna485
le inmolabas, ¡ay, triste! ¿No sabías
que en Calatrava, acaso, está con otra
ya casado ese pérfido Macías?
ELVIRA

  (Fuera de sí.) 

    ¿Casado? ¿Y lo sabéis vos?... ¡Santo cielo!
NUÑO
    Nadie lo ignora en el palacio, y...
ELVIRA
¿Nadie?
490
¿Y posible será? ¡Mas ay! ¿Qué dudo?
¿Ni qué prueba mayor que su tardanza?
Si no fuese verdad, ¿vivir pudiera
lejos de Elvira un año? ¿Es cierto? ¿Y éstos
tus juramentos son, tú amor ardiente?495
¡Otra mujer! ¡Ah! Presto, padre mío,
mis bodas disponed; ya a vuestra hija,
no tan sólo obediente, más gozosa,
y aun alegre veréis. ¡Ah! ¡Fementido!
Ya quiero a Fernán Pérez, ya le adoro.500
Presto, corred, buscadle, referidle
mi despecho, señor, y esta mudanza;
que su esposa seré, que ya el contrato
puede cerrarse al punto, luego, ahora...
NUÑO
    ¡Hija querida!
ELVIRA
¡Oh cuánto tarda, cuánto
505
el instante feliz de la venganza!

 (Se enjuga las lágrimas rápidamente afectando serenidad.) 

NUÑO
    Sí, sí, cálmate, Elvira, que ninguno
los surcos de tus lágrimas conozca.
Tú a la vida me vuelves, hija mía;
corro a anunciarle tan alegres nuevas510
al hidalgo; tú en tanto...
ELVIRA
A mi cuidado
dejad vos lo demás, y a mi deseo;
que a vuestra vuelta pronto hacia el sagrado
altar yo volaré del himeneo.
 

(Vase NUÑO, y ELVIRA se arroja sobre un sillón como abismada.)

 


Escena V

 

ELVIRA. Se levanta y va hacia la puerta del foro.

 
ELVIRA
    Esperad... tened... ¡Partió!515
¿Mas qué dudo todavía?

 (Vuelve.) 

¿Aún no estoy resuelta yo?
¿Aún he de adorarle? No.
Vengarme es el ansia mía.
    El saber que por ti lloro520
no ha de darte gozo al menos:
que aunque tu memoria adoro,
nunca el pesar que devoro
dirán mis ojos serenos.
    ¡Pérfido! ¡Cruel!

 (Llamando.) 

¡Beatriz!
525
¿Y yo un año le esperé?
Ni sé qué piense, ni sé
qué determine: ¡Infeliz!
Nunca vi tan poca fe.


Escena VI

 

ELVIRA, BEATRIZ.

 
BEATRIZ
    ¡Señora!
ELVIRA
Ve; presurosa
530
prepáralo todo... ¡Oh saña!
Prevén mis galas, gozosa;
no haya doncella en España
más galana y más hermosa.
BEATRIZ
    ¿Qué novedad?
ELVIRA
¡A otra quiere,
535
y tal vez casado está!
BEATRIZ
    ¿Quién, señora?
ELVIRA
¿Quién será,
sino el traidor?
BEATRIZ
¿Qué profiere?
¿Macías casado? ¿Habrá
hombre tan pérfido? Apenas540
creo lo que oyendo estoy.
ELVIRA
    Mas no importa: mis cadenas
ya rompí: ¡fuera mis penas!
Yo me caso también hoy.
BEATRIZ
    ¿Vos os casáis?
ELVIRA
Sí, ¡abrasada
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muero de celos!
BEATRIZ
Advierte...
ELVIRA
    Ya, Beatriz, no advierto nada.
¡Véame también casada,
y venga después la muerte!
 

(Éntranse por la derecha.)

 



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