Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

21

De hecho, en el relato de E. Gil y Carrasco El lago de Carucedo se publica, en el Semanario Pintoresco Español (18 julio, 1840, 29 [228-229]), con tres ilustraciones alusivas al lago, a la quinta de los templarios y al castillo de Cornatel. Con anterioridad (14 abril, 1839), en la misma publicación (n.° 15). E. G. firma un artículo titulado «Los montañeses de León», también ilustrado.

 

22

La divulgación popular de los mejores títulos de la literatura española es uno de los objetivos de esta colección, tal y como recoge, reiteradamente, la prensa de la época. En la sección literaria de El Clamor Público (12 diciembre, 1844), por ejemplo, se comenta el éxito de la colección, el modo en que se difunde (en pliegos o en volumen) y el gran número de suscriptores de que goza en toda la península. Se destaca, explícitamente, el afán de Mellado por «estimular a la lectura a los más indolentes y por perfeccionar hasta donde es posible el arte tipográfico». El Eco del Comercio (30 junio, 1844) se suma a las alabanzas a Mellado, que «hace un gran servicio al público facilitándole los medios de que a poco precio tenga las obras más preciosas de nuestros mejores escritores». Similares comentarios en El Heraldo, (1 de noviembre, 1844).

 

23

Como señala E. Rubio Cremades. «De todo este conjunto de novelas históricas existe un modelo ejemplar, tejido por diversos cruces temáticos cuyo vértice común es la venganza, el enfrentamiento, la muerte del rival amoroso y el encuentro de la paz interior. Nos referimos, evidentemente, a la novela El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco» (Rubio Cremades, 2008: 41).