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Monedas ibéricas

Celestino Pujol y Camps





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Continuando la tarea que me impuse1, presento á la Academia una nueva colección de dibujos de monedas ibéricas, entre los que figuran piezas inéditas de importancia.

He aquí los ejemplares:

33. Anv. Busto varonil imberbe mirando hacia la izquierda, delante delfín; detrás Íbero
Rev. Jinete lanza en ristre corriendo hacia la derecha sobre una línea; encima de ella Íbero
Diám. 24 milím.
D. VICENTE DE LA FUENTE, Madrid.

Notable es el estilo con que está trazado el anverso de esta rarísima especie bilbilitana, constituyendo una interesante variedad que no había sido dada á la estampa, ni aun en la muy completa colección de monedas autónomas de Bilbilis que adornan la Historia de Calatayud2, obra de un ilustre académico.

Dos épocas he observado, perfectamente distintas, en las abundantes emisiones del dinero bilbilitano. Singulariza una de ellas el dibujo rígido y bárbaro las más de las veces, que imprime carácter á las acuñaciones que se señalan por la letra Íbero de sus anversos, ó sea la inicial del nombre de la población. Caracterizan   —321→   la segunda, su fábrica corriente y la partícula Íbero que invariablemente aparece detrás de las cabezas, ó mejor dicho, bustos, del llamado Hércules ibérico. Pertenece á esta clase el ejemplar de que es propietario el Sr. La Fuente, muy curioso por los caracteres de su dibujo, que viene á proporcionarnos un dato más para fijar en definitiva que todos los de su serie son copias más ó menos afortunadas del numerario celsitano, como este lo fué á su vez del ilergético.

34. Anv. Cabeza varonil imberbe mirando hacia la derecha; detrás Íbero
Rev. Jinete con palma sobre el hombro corriendo hacia la derecha; debajo Íbero
Diám. 24 milím.
C. DOMINGO BAZÁN, Barcelona.
35. Anv. Busto varonil imberbe mirando hacia la derecha; detrás Íbero
Rev. Jinete con enseña militar en forma de cayado, sobre el hombro, marchando hacia la derecha sobre una línea; entre ella y otra inferior Íbero
Diám. 25 milím.
COL. GIL, Zaragoza.

Al continuar la notabilísima leyenda que llevan las dos precedentes monedas, el Círculo Numismático Sevillano al final de la obra de Delgado, las acompañó con las siguientes líneas: «El señor Delgado conservaba entre sus apuntes los dibujos de las monedas que acabamos de describir á continuación, tomados de la obra Lorichs. Nos recomendó muchas veces que registrásemos minuciosamente los gabinetes de Sevilla, á pesar de que lo había hecho por sí, sobre todo en el que perteneció al Sr. Caballero Infante, con el objeto de comprobar su existencia. Nuestras gestiones han sido ineficaces, porque ninguno de nuestros compañeros del Círculo Numismático, ni las demás personas á quienes hemos consultado, poseen ejemplares análogos. Mas no pudiendo dudar   —322→   de la exactitud de los dibujos de Lorichs, hechos con el mayor esmero, los reproducimos bajo la fe del autor, para que no falte en nuestras láminas un epígrafe publicado anteriormente3».

Salvo rarísimas excepciones, bien disculpables por cierto, con recomendable exactitud se hallan grabadas las monedas que publicó en sus Recherches numismatiques el chambelan Mr. de Lorichs y sin riesgo alguno pudo fiar en él el Círculo Numismático de Sevilla. Heiss da también como cierta la moneda (lám. 32, Lantza 2), equivocando empero la letra cuarta de su epígrafe y Zobel al enmendar este error (tomo II, núm. 496), ofrece grabar en la continuación de su obra un ejemplar de tan curiosa especie que halló en la colección ispalense del Sr. Sánchez de la Cotera. No se fijaron dichos autores en que Boudard (Num. Iberienne lámina 25-3, 5) había publicado dos ases con esta leyenda y uno de ellos relevante, por llevar el jinete una palma al hombro.

La existencia de monedas ibéricas con el transcrito letrero, no debe ponerse en duda: acertado estuvo Lorichs, cuya lectura garantizó atinadamente la competencia de Zobel; y puedo afirmarlo así, cuando de sobra conozco la moneda. Sin necesidad de tener que acudir al monetario Sánchez de la Cotera, he comprobado el epígrafe en ocho ejemplares, algunos de ellos tan completos, como los que figuran en la lámina (números 34 y 35). Además, pues, de los arriba descritos y que forman parte de las escogidas colecciones ibéricas de los Sres. Bazán y Gil, tengo apuntados seis mas, que existen, dos en la del Sr. Rais, otro en poder de D. José Barril, ambos de Zaragoza; otro en el monetario Cervera, de Madrid; un quinto en el de D. Germán Sher Puy, de dicha vecindad; y el sexto lo conserva D. Francisco Rañoy, médico de artillería residente en la actualidad en Barcelona.

Examinadas cuidadosamente estas monedas, he adquirido el convencimiento de que el signo Íbero que siempre aparece detrás de la cabeza de sus anversos, no se repite en el reverso como letra inicial del rótulo éthnico: los ejemplares de que son respectivamente propietarios los Sres. Gil, Barril y Rañoy, presentan campo liso en el cospel antes del comienzo del epígrafe, dejando ver   —323→   claramente que la leyenda principia por Íbero. Creo oportuno advertirlo, para salir al paso de una errónea clasificación que me han expuesto algunos numismáticos, los cuales, influídos por el indicado supuesto, opinan que estos ases son las especies mayores de una serie monetal que cuenta como divisores los semises que describiremos á continuación, junto con el cuadrante exhibido por Lorichs. (Recherches, láminas I, 3.) Hay que abandonar por completo estas imaginaciones, pues entre las monedas expresadas no existe la relación que se ha sostenido: ni la leyenda de los ases empieza por Íbero, ni la segunda letra de los semises es Íbero, sino clara y distintamente una Íbero. Quedan, pues, categóricamente aclaradas todas las dudas.

Fijado con seguridad tan interesante epígrafe, es preciso convenir en que la partícula Íbero de los anversos se estampa en ellos corro indicación omonóica, caso frecuentísimo en el numerario ibérico, el cual se aconsejó tantas veces de las necesidades del comercio ó de la guerra, que muchas de sus emisiones son producto de conciertos monetales entre distintos pueblos. Partiendo de estos fundamentos, la determinación geográfica de estas leyendas parece resultar fácil, y así fuera en efecto, si el silencio de los autores antiguos y de los monumentos litológicos no contrastara con la abundancia de elementos comparativos numismáticos. En los primeros, no he sabido encontrar los levitenses ó lovitenses de que nos habla la leyenda, y dejan perplejo el señalar á las monedas un puesto, en los diversos distritos numismáticos en que han sido clasificadas las acuñaciones ibéricas; pues racionalmente podríamos llevarlas á una comarca limítrofe al pueblo á que se refiere la indicación omonóica, si esta no fuera el signo silábico Íbero, por el cual principian leyendas de diversos distritos del centro ó septentrión de Iberia, como Íbero (cascantinos) en el turiasonense; Íbero (coesadenses) en el segobrigense; Íbero (Caravaca) en el cartaginense; Íbero (caravenses) en el numantino, cuyas monedas presentan concertados sus anversos Íbero (Heiss lám. 21,1) con otras de leyenda Íbero (calagurritanos) cabeza del distrito de su nombre. También los semises de que vamos a ocuparnos luego, tienen   —324→   por letrero Íbero ¿A qué pueblo de los dichos se refiere pues la Íbero omonóica de los ases en cuestión? No es posible determinarlo si solo nos fijamos en la partícula que acusa el concierto monetal, siendo tantos los pueblos que cuentan con igual raíz.

Zobel que debió tropezar con estas dificultades, propone, sin embargo, relacionar estas monedas con las calagurritanas, opinando que pudieron ser batidas en Ilorcis ó Gracurris (Estudio, tomo II, 75), atribución dificultosa por hallarse falta de comprobantes.

En mi concepto, estas leyendas pertenecen á tierras numantinas, habiendo sido batidas por un pueblo no lejano de Agreda. Todos los ejemplares que de ellas conozco han pertenecido á coleccionistas zaragozanos, y este dato de procedencia viene á corroborarlo plenamente el reverso y fábrica de estos ases, que solo encuentran similares en las más antiguas especies aregradenses, no mencionadas por Delgado y que llevan por rótulo Íbero4. La demostración resulta evidente, comparando estas especies con las de los lovitenses, ya que nos ofrecen caracteres completamente semejantes, alguno de los cuales es patrimonio exclusivo de ambas clases de monedas. En ellas los ases son siempre de gran módulo; el epígrafe, formado de buen número de letras, se desplega en semicírculo debajo del jinete: no blando este la lanza, pues esta arma aparece después en más modernas acuñaciones, sino que lleva al hombro la palma ó una enseña militar formada por un asta que tuerce en su extremo superior á guisa de cayado. Tuba? llama Zobel á este emblema y es posible tenga razón5.

Monedas

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Para completar estas observaciones, publico con el núm. 34 el Íbero con palma que me comunica el Sr. Bazán, en un todo semejante al que vió Boudard en la colección de M. Duprat (página 227). Si este ejemplar de fábrica relativamente bella, de evidentes reminiscencias helénicas y su jinete con palma, hubiese sido el único entre los de su clase en salir de la tierra, de fijo se le tendría como originario de los distritos numismáticos de la región oriental. Su estilo y dicha palma hubieran impuesto esta clasificación, siguiéndose en ella las corrientes más generalmente admitidas y á las cuales he dado pruebas de no abandonarme en absoluto.

Sé bien que las anotaciones que estoy escribiendo no proporcionan ocasión propicia para intentar extensas explicaciones acerca de la frecuencia con que se interrumpe aquella regla fijada por Delgado, caracterizando con los jinetes lanza en ristre el numerario de las comarcas centrales españolas, y siendo los tipos con la palma, el distintivo de las acuñaciones ibéricas de la región oriental. Las excepciones á esta norma se van sucediendo y tengo para mí que han de repetirse en mayor número á medida que aparezcan otras monedas raras, ya que abrigo la persuasión de que aquella regla, luminosísima cuando la estableció el ilustre Delgado, ha perdido la fuerza absoluta que tuvo en la época en que fué ideada. Hoy, y particularmente en la región central, es solo aplicable á determinados períodos, los más recientes en las Acuñaciones ibéricas, ó sea cuando las cecas fijan definitivamente los tipos de sus monedas. Además de la que acabo de publicar, dígalo el numerario antiguo de Íbero, dígalo el as de gran tamaño de Aregrat con palma y rótulo de letras arcáicas (P por Íbero, Íbero por Íbero) que dí á luz en la Revista de Ciencias Históricas, etc.6

Por de pronto basten las indicaciones apuntadas, pues lo que importa de momento, es sacar de la oscuridad el mayor número posible de piezas inéditas y rectificar las publicadas con errores ó faltas de algún detalle. Es prematuro, por consiguiente, intentar rectificaciones en la clasificación general del numerario ibérico,   —326→   cuando el BOLETÍN de la Academia no ha terminado aún la publicación de nuevos materiales, que ofreciendo los debidos comprobantes, vengan á completar en lo posible las bases de estudio.

36. Anv. Cabeza varonil imberbe mirando hacia la derecha; detrás Íbero
Rev. Caballo suelto con brida volante corriendo sobre una línea; encima de esta Íbero
Diám. 19 milím.
COL. DOMINGO BAZÁN, Barcelona.
37. Anv. Anv. Como el anterior.
Rev. Caballo corriendo en el aire; debajo Íbero
Diám. 19 milím.
D. JOSÉ BORDAS, Barcelona.
38. Anv. Busto varonil imberbe, mirando hacia la derecha; detrás Íbero
Rev. Caballo con brida volante, corriendo en el aire hacia la derecha; debajo Íbero
Diám. 18 milím.
COL. CERVERA, Madrid.

Inéditas de Delgado las tres monedas que anteceden, había citado ya las dos primeras en la Revista de Ciencias Históricas (tomo III, pág. 135), pero sin grabarlas, lo cual me apresuro á realizar ahora atendiendo no solamente á la rareza é importancia de estos ejemplares, sino también á que el primero de ellos figura incompleto en Zobel (tomo II, lám. 3, 4) que dispuso de la moneda Sánchez, antes Delgado, la cual no conserva todas las particularidades del reverso. Además, las dos piezas que la subsiguen son variedades de la primera.

Repetiré en este lugar lo poco que pude adelantar acerca de estas monedas en mi citada publicación. La leyenda ibérica, revela un nombre desconocido, del cual, contando solamente con las dos   —327→   primeras sílabas, fuera inútil tarea completarlo arbitrariamente en busca de una atribución. Por los distintos métodos de lectura, el epígrafe nos da solamente CIE...enses CAIO...enses, ó sea la raíz de una denominación éthnica que no ha llegado hasta nosotros y que al parecer perteneció á uno de los distritos próximos á la ceca de Tarraco, ya que el reverso de la núm. 36 figura el caballo al paso y en la misma disposición que se observa en los semises cosetanos. Pero esta determinación de lugar tiende á oscurecerse, no habiendo venido á corroborarla el grosero estilo de la moneda núm. 38.

Abandonemos por ahora el problema geográfico que encierran estas monedas, aguardando confiadamente que algún día aparecerán los ases de la anónima emisión, y en los que es de esperar que la leyenda no se presentará abreviada, como es común que así suceda en las fracciones. Esta tregua forzosa no es cosa nueva en numismática ibérica, que tanto tiempo ha que aguarda completar, con la aparición de una especie mayor, el semis, en el que se lee Íbero (Istonium, Delgado, lám. 154). Sobre la atribución de la omonóica Íbero de los anversos, nos referimos en un todo á lo expuesto al tratarse de igual signo en las monedas anteriores.

39. Anv. Cabeza diademada é imberbe, mirando hacia la derecha; detrás león.
Rev. Caballo con brida volante galopando hacia la derecha sobre una línea; debajo Íbero
Diám. 19 milím.
VIDAL RAMÓN, Barcelona.

Es la primera vez que sale grabado este rarísimo divisor del dinero oretano, del cual no conocemos otro ejemplar.

40. Anv. Cabeza varonil, imberbe y diademada, mirando hacia la derecha.
Rev. Caballo corriendo hacia la derecha sobre una línea; encima corona abierta y sobre dicha línea, en letra diminuta, Íbero
Diám. 18 milím.
COL. DOMINGO BAZÁN, Barcelona.
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Zobel copia (núm. 154, lám. 2, 1) una moneda de esta clase tornada de la colección Cerdá. Sin perjuicio de ello, damos á conocer el precioso ejemplar del Sr. Bazán, notable por su buena fábrica, por la corona dibujada á estilo indigete, de buena época y lo diminuto de las letras que componen el epígrafe, circunstancias todas que proporcionan elementos no despreciables para estudios comparativos.

41. Anv. Cabeza barbuda, mirando hacia le derecha.
Rev. Jinete lanza en ristre corriendo en el aire hacia la derecha; debajo de una línea Íbero
Diám. 21 milím.
COL. GIL, Zaragoza.

Es única en mi noticia esta preciosa variedad. Lorichs publicó su leyenda (Recherches, plan. XXX, 3) de un ejemplar con palma al hombro, el cual se hallaba falto de la primera letra del epígrafe. De esta suerte pasó por simple copia á la obra Delgado (lám. 186-5). Campaner fué quien completó el letrero (Memorial numis. español, tomo IV, lám. 1, 3). Posteriormente Zobel grabó una variedad importante de esta moneda, en la que el jinete lleva un ramo en la mano (núm. 410, lám. 5, 8) demostrándosenos ahora lanza en ristre, distintivo que sirve de ayuda para llevar estas especies á Turissa, aun cuando esta atribución puede modificarse á favor de otras luces que nuevos hallazgos proporcionen.

42. Anv. Cabeza barbuda mirando hacia la derecha; delante arado; detrás delfín.
Rev. Jinete lanza en ristre, corriendo en el aire hacia la derecha; detrás Íbero debajo Íbero
Diám. 20 milím.
COL. CERVERA, Madrid.

La sigla que lleva el reverso de esta moneda, que no había aparecido hasta ahora, puede relacionarse con las leyendas Íbero ó Íbero.

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43. Anv. Cabeza varonil imberbe mirando hacia la derecha; detrás delfín.
Rev. Porte anterior de un Pegaso; encima Íbero debajo Íbero
Diám. 14 milím.
COL. VIDAL RAMÓN, Barcelona.

Zobel conoció este divisor copiándolo incompleto (lám. 1, 4) del ejemplar carcomido que posee esta Academia. Posteriormente vió otro mejor conservado en la colección Bosch, de Madrid, y advierte que detrás de la cabeza del anverso se observa un delfín (tomo II, páginas 258, 191); pero deficiente quedó la rectificación, puesto que no sonaban en ella los glóbulos del reverso. Por todo ello reproduzco el quadrante Vidal Ramón, al que no falta detalle alguno.

Termino esta ya muy posada relación, dando á luz un curioso sextante cosetano inédito.

44. Anv. Cabeza varonil imberbe, mirando hacia la derecha; detrás punta de lanza.
Rev. Delfín á la derecha; encima Íbero; debajo Íbero
Diám. 13 milím.
COL. VIDAL RAMÓN, Barcelona.




Madrid 7 de Marzo de 1884.



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