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- Q -


QUATROCIENTAS (LAS) Respuestas a otras tantas preguntas, que el illustrissimo señor don Fadrique enrriquez: Almirante d'Castilla y otras personas en diuersas vezes embiaron a preguntar al auctor, que no quiso ser nombrado, mas de quanto era frayle menor, con quinientos prouerbios de consejos y auisos, por manera de letanía. Dirigido a los yllustrissimos señores don Luys enrriquez Almirante d'Castilla, y doña Ana de cabrera, duquesa de Medina su muger, condes de Modica, &c. Anno M.D.XLV.

Al fin:

A gloria y alabança de nuestro señor jesuchristo / y de la siempre virgen maria su gloriosa madre / Fenesce el presente libro llamado Las quatrocientas respuestas y letanía Impresso en la muy noble y felice villa de Valladolid (Pincia otro tiempo llamada) cerca de las escuelas mayores. A costa y industria de Francisco fernandez de cordoua ympressor y de Francisco de alfaro platero. Acabose a los ocho días del mes de Julio / año d'l nascimiento de nuestro redeptor jesu christo de M.D.XLV. Años. Con Priuilegio Cesareo.



Un vol., fol., let. gót., a dos columnas. Port. a dos tintas con un gran escudo de armas, bajo del cual se lee el título anterior; 9 hoj, prelims., 203 páginas dobles, signat. sin reclamos.

Ésta es la primera edición, aunque D. Adolfo de Castro diga en su Buscapié94, que lo fue el año de 1543 en Zaragoza. También se equivocó Nicolás Antonio, al decir que lo fue en Madrid por Francisco Fernández de Córdoba, en el de 1545.

-1545. Zaragoza. Diego Hernández. Fol., let. gót., port., una hoja prelim., 143 págs. dobles, 3 hoj. de Tabla.

-Zaragoza. Jorge Coci. Fol., letra gótica, port., 7 hoj. prelims., 122 páginas dobles, 7 al fin de Tabla. (No cita esta edición Borno en su opúsculo La Imprenta en Zaragoza; la anterior, sí.)

-(Entre 1545 y 1550.) Amberes. Martín Nucio95. 2 vols., 12.º, del cual sólo poseyó y llegó a ver Salvá el 1.º

-1550. Valladolid. Francisco Fernández de Córdoba. Fol., let. gót., 182 páginas dobles. Esta edición fue corregida y aumentada por su autor con Cien glosas o declaciones a cien respuestas que parecía haberlas menester.

La Segvnda parte de las Quatrocientas Respuestas, salió a luz en Valladolid por el citado Fernández de Córdoba, en 1552, única edición que de ella existe. La 3.ª parte, prometida por el autor, no llegó a publicarse.

De los Quinientos Proverbios se hizo reimpresión en el Apéndice a la colección de Refranes (Madrid, Justo Sánchez, 1806, 8.º); y yo los he reproducido últimamente (1876) en el VII tomo de El Refranero general español.

El autor de esta obra fue Fray Luis de Escobar, religioso franciscano.

La sección de la 1.ª Parte correspondiente a nuestro objeto, y con la que termina este volumen, empieza por el Prologo del autor de las quatrocientas respuestas, &c., en la Letanía presente de quinientos Proverbios y auisos. Acabado éste, sigue la Invocación y otro Prólogo, ambas composiciones expresadas en 2 octavas cada una, y por último los 500 Proverbios encabezados con el título de Comiença la obra sobre Miserere nobis, de esta manera:




I


« Dios eterno poderoso
vnico dios y señor
padre nuestro criador
justiciero y piadoso
miserere nobis.......»
. . . . . . . . . . . . . . .



Y acaba:




d fin


« De tener mala consciencia
de creer algun error
de offender a ti señor
de morir sin penitencia
libera nos Domine.

Son quinientos por todos en esta letanía los prouerbios. Laus deo».



El P. Escobar, gran conocedor del mundo, moja su pluma en la sátira, y derrama los rasgos más mortíferos sobre todas las clases de la sociedad, sin distinción de ningún género en esta Letanía.

Todas las ediciones susodichas son sumamente apreciables y bastante raras.

QUINIENTAS (LAS) APOTEGMAS de D. Luis Rufo, hijo de D. Juan Rufo, jurado de Córdoba, dirigidas al Príncipe nuestro señor. (Siglo XVII). -Ahora por primera vez publicadas. -Madrid. Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, Bordadores, 10. 1882.

8.º, XXXII-158 páginas, y una hoja con el colofón siguiente:

Acabose de imprimir este libro a
diez, días andados del mes
de febrero
de MDCCCLXXXII años,
por industria
de A. Gómez Fuentenebro,
y a costa del Pbro.
D. José María
Sbarbí.



A la vuelta de dicha última hoja se estampa el escudete en madera que se mandó grabar expresamente para la tirada que de El Refranero general español hizo dicha casa.

En el prólogo que compuse para la publicación de esta obra en El Averiguador Universal, y cuyos moldes conservé para hacer esta tirada aparte de sólo 500 ejemplares, doy cuenta de los términos en que a mi poder llegó dicho original. Ahora debo añadir como, pocas semanas después de publicado este manuscrito, adquirí un duplicado, de la misma procedencia, el cual todavía resulta más incompleto, por cuanto solamente alcanza a una mitad de los dichos Apotegmas; en cambio, trae los del padre de nuestro D. Luis, por lo que sospecho que el anuncio que se puso en el Catálogo a que aludo en mi susodicho Prólogo, se hizo por el ejemplar que adquirí en la segunda compra, y no por el de la primera. Como quiera, entre uno y otro de dichos manuscritos existen algunas que otras variantes, aunque no dé importancia, y de todos modos hubiérame holgado mucho en haber tenido ambos a la vista cuando hice la mencionada publicación, porque, algo dudosa la letra en tal cual pasaje, hubieran podido auxiliarse mutuamente en orden a su debida y más escrupulosa interpretación.

Hechas estas aclaraciones, no llevará a mal el lector que inserte aquí mi referido prólogo, ya que se trata de una joya literaria de nuestro suelo hasta ahora de todo punto desconocida, de igual manera poco conocido es su ilustre autor. Digo así, pues:

ADVERTENCIA

I

Cuando en el año de 1880 adquirí el precioso M. S. de Luis Rufo que sale ahora a luz, ni el librero que lo anunciaba supo lo que se vendía, ni yo supe lo que me compraba. En efecto: figuraba en el Catálogo mensual de las obras de lance antiguas y modernas que se hallan de venta en la librería de Juan Rodríguez, calle del Olivo, números 6 y 8, Madrid (Septiembre de 1876, pág. 13), un artículo del tenor y escritura siguiente:

«Apotegmas. -Las seiscientas apotegmas de Juan Rufo, Jurado de Córdova, Cronista del Sr. D. Juan de Austria: con otras quinientas de Don Luis Rufo su hijo; Manuscrito; un volumen, 4.º pergamino (1600...) 60 reales».



Difícil se me hacía de creer que en tan reducido volumen como el que tenía a la vista pudieran caber los 600 apotegmas del padre y los 500 del hijo, mayormente al ver que el libro aparentaba no estar concluido, siendo el guarismo 433 el asignado al último artículo. Por otra parte, no era asunto fácil presumir a primera vista qué es lo que encerraba en realidad el volumen, ya por lo poco legible de su contenido en las más de las páginas, a causa de lo blanquecino de la tinta; ya por comenzar con dos sonetos, encabezado el primero A la Austriada que en octava rima compuso Joan Rufo Jurado de Córdoba, y el segundo Al mismo Joan Rufo de D. L. Góngora, ora por leerse en el lomo del libro, encuadernado en pergamino, en letra bien clara de la época (primera mitad del siglo XVII): Rufo jurado de Córdoba; ora, últimamente, en atención a comenzar los Apotegmas (hoja 3, vuelto) sin portada, encabezamiento, ni título de ninguna especie. Algo, y aun algos, me chocaba la disposición tan estrafalaria en que se hallaba redactado el tal M. S., máxime al advertir que, después del apotegma 96, comienza la hoja siguiente con este encabezamiento: Las seiscientas apotegmas de Juan Rufo jurado de Cordoua Cronista del señor D. Juan de Austria y estas son otras quinientas de D. Luis Rufo su hixo, la cual hoja repite a la letra los tres primeros apotegmas, continuando la inmediata con el núm. 97. Era cosa de desesperar al bibliófilo menos furibundo el ver semejante baturrillo: así es que, imitando al jugador de lotería, que tanto se expone a perder como a ganar, compré en seguida el citado M. S., corriendo el albur de llevar a mi casa, o bien nada, o bien algo. Afortunadamente sucedió esto último.

Pero a todo esto, ¿quién era Luis Rufo, y qué quinientas son estas otras...?

Vamos a verlo.

II

Si el lector ha parado mientes en la pregunta 388 de El Averiguador Universal, y tiene buena memoria, recordará que a la pág. 210 (tomo II), deseando yo dilatar mis conocimientos acerca del particular, apuntaba, entre otros, los siguientes datos:

-«Los traductores de Tiknor, t. III pág. 498, hablan de otra obra de Juan Rufo, o séase el padre de nuestro Luis, intitulada Las Trescientas, cuyo asunto dicen ser análogo al de Las Seiscientas, y que supongo no se habrá impreso, pues no citan dichos señores ninguna edición de ella.

Ahora bien: deseo saber los extremos siguientes:

1.º ¿Será la obra de Luis Rufo Las Quinientas, la intitulada Las Trescientas que atribuyen a su padre Juan los traductores de Ticknor?

2.º ¿Existe algún otro M. S. igual al mío, en España, o en el extranjero, en biblioteca pública o en poder de algún particular?, porque no creo que haya llegado a imprimirse.

3.º ¿Se me podrían comunicar algunos datos referentes a la vida de Luis Rufo? Todo lo que de él ha llegado a mi noticia, se reduce a lo siguiente, que copio de la obra del licenciado don Luis María Ramírez y de las Casas-Deza, intitulada Hijos ilustres, Escritores y Profesores de las Bellas Artes de la Provincia de Córdoba, M. S. que para en la Biblioteca Nacional de Madrid, el cual dice así a nuestro propósito:

'RUFO (Luis). Fue hijo del insigne jurado de Córdoba Juan Rufo Gutiérrez, y nació en esta ciudad en 1581. Las noticias que de él tenemos nos las ha trasmitido el doctor Enrique Vaca de Alfaro, el cual dice que se dedicó a la Pintura, y que fue a Roma, donde compitió con Miguel Ángel Caravagio, al que venció en público certamen, ganando crédito y cierto premio pecuniario. El cuadro que pintó para esto, que era una cabeza y medio cuerpo de gran rumbo y capricho, estuvo colocado en la Iglesia parroquial de San Pedro, y no se sabe dónde para, o si se destruyó con el tiempo y el descuido. Parece muy extraño que habiendo sobresalido tanto en la pintura, como según lo expuesto parece, o ya siendo profesor, o ya simplemente aficionado, no hayamos encontrado de él más memoria que ésta. Fue alto de cuerpo, enjuto de carnes, muy elocuente, y hacía buenos versos. Casó, y parece fue poco feliz en su matrimonio, pues se divorció de su mujer. Vivía en la calle de la puerta Nueva, y murió en 18 de marzo de 1653, a los 72 años de edad, y fue sepultado en la parroquia de San Pedro debajo de la pila del agua bendita próxima a la puerta del Norte. Testó ante Juan de Jerez, de 1650 a 1651'.

A esta pregunta nadie dio contestación alguna, por lo que, pasado cierto tiempo, me dirigí en carta particular a algunos cordobeses más o menos ilustrados, contestándome tan sólo uno, el señor D. Francisco Trasobares, quien, con fecha 10 de Marzo de 1881, me dijo, por lo que al asunto atañe, lo siguiente:

'Con el natural deseo de complacerle, y con el de ver si era posible ampliar los datos que acerca de la vida de Luis Rufo ha consignado el erudito D. Luis M.ª Ramírez y de las Casas-Deza en el M.S. que se conserva en la Biblioteca Nacional, he revuelto algunos empolvados volúmenes del Archivo Municipal de esta ciudad y consultado con varios amigos aficionados a la Bibliografía; pero después de todos estos esfuerzos infructuosos he llegado a convencerme de que no es fácil tarea la que me había impuesto, dado que aquel trabajo ha condensado los únicos antecedentes que esparcidos existen en esta fuente histórica local'.

»Consiguiente, pues, a esta excursión realizada, empleando para ello los días y las horas que mis muchas ocupaciones me han dejado libres en ocho meses, puedo asegurar a V. que no resulta que nadie halla hablado de las Trescientas de Juan Rufo antes ni después de los ilustrados traductores del Ticknor, y como estos señores no indican en sus notas de dónde tomaron el conocimiento, que no sólo no es fácil comprobar su dicho, sino que es lógico deducir que han podido confundir las especies, y hacer del padre la obra del hijo.

»No seré yo, pues, el que afirme ni niegue que ha podido tener lugar este cambio de nombres o error de concepto; pero sí afirmaré que no se tiene noticia alguna de esta obra del jurado Juan Rufo, mientras que en algunos pasajes de otros manuscritos antiguos se leen referencias de las Quinientas de Luis.

»Sin embargo, tampoco hay, nadie por aquí que haya visto ejemplar alguno de ellas... No pudiendo hacerle otras indicaciones sobre el particular, si fuese el ejemplar que V. tiene el que anunció Rodríguez, es bien seguro que debe de ser solo».



III

Dada esta explicación, por lo que respecta al autor y a lo desconocido de la obra que nos ocupa (que de su mérito literario cumple juzgar al más entendido lector), vengamos a tratar ya de la parte material de este libro, y del plan que he adoptado al darlo ahora a luz.

Forma éste un volumen en 4.º de 76 hojas escritas y 4 en blanco, sin contar las guardas, de letra y encuadernación de la época, cuya escritura, según va dicho, es blanquinosa en su mayor parte. No se cifra el desarreglo en su redacción a lo que expuesto queda, sino que se observa cierta falta de regularidad inexplicable por lo que toca a la numeración correlativa de los apotegmas de que se compone esta obrita, pues hay ocasiones en que se repite un mismo guarismo, otras en que se salta considerablemente el orden debido, y otras, por último, en que deja de numerarse el apotegma, hasta el punto de englobarse dos en un solo párrafo. Tal irregularidad nos ha dado mucho quehacer respecto a numerar cuan fielmente nos ha sido posible el contigente de los articulitos que constituyen esta preciosa y rarísima producción; así se explica que, mientras el M. S. arroja de sí a la vista tan sólo 433 apotegmas, según la numeración con que termina, hayamos sacado nosotros 454, aunque equivocándonos en una unidad, pues deben ser 455, atento a haber hecho por distracción un apotegma de dos distintos. Ahora bien: ¿no llegó Luis Rufo a llenar el cupo de los 500 apotegmas que reclama el título de su obra? ¿Es copia, y no original, el ejemplar de mi propiedad que ya queda descrito? ¿Le faltan a éste, por ventura, algunas hojas comprensivas de los 45 artículos restantes para redondear el número de quinientos? Tocante a las dos primeras preguntas, de las tres que acabo de formular, nada me atrevo a contestar; pero, respecto de la tercera, diré que el apotegma último del M. S., o sea el numerado con el guarismo 433, termina a la mitad justa de una página, quedando lo demás de ella completamente en blanco, a la cual siguen inmediataniente tres hojas más en blanco también, sin contar la de guarda; bien es verdad que al principio del libro existe, entre la hoja comprensiva de los dos sonetos indicados, y el número 1.º de los Apotegmas, que, como queda dicho, comienzan a la hoja 3 vuelto, otra asimismo en blanco. Además de esto, fuerza es tener en cuenta que, aun cuando Juan Rufo intituló su obra Las Seiscientas, excede con mucho el total de éstas a lo que declara el título, pues pasan de 700, tal vez pecó el padre en este particular por carta de más, y el hijo por carta de menos.

Tocante a la ortografía con que sale a luz este curioso y desconocido opúsculo, debo decir que me he apartado de la que se emplea en el original, comúnmente viciosa, pues creo que a nada conduce conservar estan por es tan, hixo por hijo, Cordoua por Córdoba vno por uno, etc., no tratándose, como no se trata aquí, de ningún monumento artístico-literario, cuya naturaleza conviene sea trasladada en cuerpo y alma, o séase con todos sus pelos y señales, a la posteridad; sin embargo, deseoso de no desfigurar, en lo posible, la fisonomía del original, lo he respetado en aquellos pasajes en que, a mi ver, hay error de concepto, si bien incluyendo dentro de paréntesis en letra cursiva aquello que de seguro falta en el original, tal vez por precipitación al escribirlo. Asimismo he apelado a igual expediente al tratarse de sustituir, v. g., un régimen por otro, por no convenir en esta ocasión el uso antiguo con el moderno, pero añadiendo éste a aquél, así como he empleado idéntico procedimiento en algunas ocasiones, con el fin de aclarar alguna palabra, o construcción, menos conocida o inteligible a la capacidad de algunos lectores, ya por anticuada, bien por ser idiomática, o tal vez por creerla yo impropiamente usada: de esa manera queda a salvo la integridad del M. S., recayendo en todo caso la responsabilidad sobre mí, por haber querido asumir el difícil, árido, espinoso, ingrato y comprometido papel de comentador. De todos modos, Las Quinientas Apotegmas de D. Luis Rufo, sobre ser una obra deleitable y de común aprovechamiento, es un modelo de lenguaje, por lo que se hace acreedora a gran estima, y digna de figurar entre las autoridades más distinguidas de la lengua castellana.

IV

Réstanos ya tan sólo hacernos cargo de la época en que aproximadamente escribiría Luis Rufo la obrita que nos ocupa.

Ésta, como se ve, va dirigida al Príncipe nuestro señor, el cual no podía ser otro que Baltasar Carlos, nacido en Madrid a 17 de Octubre de 1629, y muerto en Zaragoza el 9 de igual mes, y año de 1646. Y digo que no podía ser otro, porque se llama a Filiberto (Duque de Saboya y primo de Felipe IV) tío suyo; y cuando murió Luis Rufo, que fue a principios de 1653, como dicho queda, no había tenido Felipe IV más hijo que Baltasar Carlos. Por otra parte, se habla en el apotegma 1.º del Príncipe Filiberto como ya difunto, valiéndose el autor de la elocuente frase que ahora es ángel y entonces lo parecía; y con efecto, este Príncipe hubo de pasar a mejor vida en el año de 1624, o séase cinco antes de haber nacido el tierno regio vástago a quien se dedica este trabajo.

Sentados tales datos, figúraseme que una obra de esta naturaleza no había de ser dedicada a un niño de tan corta edad, que no la entendiera; y habiendo vivido cerca de diez y siete años el Príncipe Baltasar Carlos, se hace presumible que en los últimos de la malograda existencia de éste la compusiera su autor. No se me oculta que el espíritu de la vil y baja adulación ha llevado a algunos hombres al ridículo extremo de dedicar alguna vez este o aquel parto de su inteligencia a personajes recién nacidos, que no por ser de noble estirpe habían de entenderlos antes de ser iluminada su mente por la antorcha de la razón96 pero dado el carácter que debía de imperar en Luis Rufo, (a juzgar por lo que de sí arroja la lectura de sus Apotegmas, única obra que de él ha llegado a nuestra noticia hasta el día de hoy), no cabe pensar que descendiera a tan extravagante lisonja; parece, pues, lo más probable que escribiera esta obrita por los años de 1640 al 46, si ya no es que la estaba preparando cuando ocurrió el fallecimiento del Príncipe a quien la dedicaba, de cuyas resultas hubiera de quedar incompleta. A la verdad, mientras datos más fijos y positivos no vengan a despejar esta incógnita, todo es permitido en el terreno de las presunciones...»

QUIXOTE DE LA MANCHA (EL INGENIOSO HIDALGO DON).

La riqueza en que esta obra-modelo abunda en Refranes y Máximas, y los diversos tratados a que bajo este aspecto ha dado lugar, nos impulsan a conceder aquí un puesto eminente a la crónica del Héroe Manchego.

Siendo tantas las ediciones que de esta obra se han hecho, así en el patrio como en el extraño suelo, y habiendo sido ya dadas a conocer a los cervantófilos por Navarrete, Morán, etcétera, remitimos al curioso lector que quiera satisfacer su sed devoradora, a dichas fuentes.

QUIXOTE DE LA MANCHA (Segvndo tomo del ingenioso hidalgo Don), que contiene su tercera salida: y es la quinta parte de sus auenturas. Compuesto por el Licenciado Alonso Fernandez de Auellaneda, natural de la Villa de Tordesillas. Al alcalde, Regidores y hidalgos de la noble villa del Argamesilla, patria feliz del hidalgo Cauallero don Quixote de la Mancha. Con Licencia, En Tarragona, en casa de Felipe Roberto, Año 1614.

Un vol. 8.º

Se reimprimió en Madrid, 1732, en 4.º

-Madrid, 1805. 2 vols. 8. º

-Bibliot. de AA. Españoles de Rivadeneyra, tomo XVIII, 1851.

El supuesto Avellaneda pone en boca de su Sancho, a imitación del de Cervantes, no pocos Refranes.

Digan lo que quieran los panegiristas de semejante producción, de mí sé decir que es libro que se me cae de las manos.




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- R -


RAZONES DE ESTADO DE PERFECCIÓN para el perfecto estado de la razón.

Título con que se encabeza una copiosa serie de máximas y sentencias espirituales inserta en la obra del carmelita valenciano Fr. Ambrosio Roca, y la cual lleva por título Luz del alma para la hora de la muerte, de la que existen numerosas ediciones en el siglo XVII, en que floreció su autor.

Empieza:


   Luz para la eternidad,
Fe, Esperanza y Caridad.
    Raíz, fundamento y pie
Del espíritu, es la Fe.



Y acaba:


    La hermosura más entera
es piel sobre calavera.
    Si deseas componerte,
haz espejo de la muerte.
    Ó has de dejar lo criado,
ó has de ser de ello dejado.



RECREO LITERARIO (Colección escojida de novedades científicas, cuadros históricos, artículos de costumbres y misceláneas jocosas, con el título de), por Don Mariano Torrente. Habana, Jordan, 1837-38.

12 tomitos, 8.º, de 160 págs. cada uno.

Con el título de Mácsimas o el de Pensamientos, trae algunos artículos referentes a nuestro asunto, siquiera no nos presten gran utilidad.

REFLEXIONES O SENTENCIAS y Máximas morales de Mr. el Duque de Rochefoucault: traducidas del francés al castellano por Don Narciso Álvaro y Zereza. En Madrid en la Imprenta de Benito Cano. Año de 1786.

Un vol. 8.º de 312 págs.

Es obra de no escaso mérito, y bastante bien traducida, pudiendo servir para nuestro objeto especial alguno que otro de los pensamientos de que se compone, singularmente de la sección segunda, o séase las Máximas. Este libro mereció el elogio de La Fontaine en su fábula L'homme et son image.

Según Monlau, en su opúsculo «El Libro de los libros», existe otra edición de esta traducción hecha en París, un vol. 16.º de 188 págs., 1824.

REFORMA (CRÍTICA) de los comunes refranes, en un bando mandado publicar por el coronado Saber.

V. Criticón (El).

REFRÁN (UN) NO ES UNA RAZÓN.

Con este encabezamiento se publicó un artículo firmado Manuel Guzmán, cuyo objeto es probar, aunque muy a la ligera, que «cada cual sabe encontrar perfectamente los refranes que necesita para cohonestar sus debilidades y defectos», creyendo además el autor que «éste es el mayor servicio que han prestado los refranes, que han condecorado muchos con el pomposo título de la Sabiduría de las naciones», en las páginas 190 y 191 del Museo de las Familias, periódico literario de Madrid, correspondiente al año de 1861.

REFRANERO DE LA GENTE DEL CAMPO, recogido en los pueblos de Andalucía, seguido de un Cancionero de Coplas y Romances populares.

M. S. que dejó inédito a su muerte Doña Cecilia Böhl de Fáber, y que para hoy en Sevilla en poder del señor D. José Alonso Morgado, según testimonio del Excmo. Sr. D. Fernando de Gabriel y Ruiz de Apodaca al fin de la biografía que de aquella célebre escritora puso al frente de las Últimas producciones de Fernán Caballero (Sevilla, imprenta de Gironés y Orduña, 1878, un vol. 8.º menor).

REFRANERO (EL) GENERAL ESPAÑOL, parte recopilado, y parte compuesto por José María Sbarbi. (Escudo del Impresor, expresamente grabado para la publicación de esta obra.) Madrid. Imprenta de A. Gómez Fuentenebro, Bordadores, 10. (1874-78.)

10 volúmenes, 8.º mayor, de 300 páginas, poco más o menos.

Nada nos cumple decir de esta nuestra laboriosa tarea, por lo cual nos limitaremos a exponer lisa y llanamente los tratados que cada uno de dichos volúmenes comprende.

Tomo I. Disertación acerca de la índole, importancia y uso de los Refranes, etc., por D. J. M. Sbarbi. -Refranes glosados, de I. López de Mendoza. -Diálogos familiares, por J. de Luna. -Refranes de mesa, etc., por L. Palmireno.

II. Diálogo en laude de las mujeres, por J. de Espinosa97.

III. Medicina española contenida en Proverbios vulgares de nuestra lengua, por el Dr. Juan Sorapan de Rieros.

IV. Colección de Seguidillas o Cantares enriquecida con notas y Refranes, por D. Antonio Valladares de Sotomayor. -Coplas que concluyen en juegos de palabras y Refranes castellanos, por Don Preciso.

V. Instrucciones económicas y políticas dadas por Sancho Panza a un hijo, suyo, apoyándolas con Refranes castellanos, etc. -Respuestas de Sanchico Panza. -Teatro Español burlesco, o Quijote de los teatros. -Ensayo sobre la Filosofía de Sancho. -Engaña-bobos y Saca-dinero.

VI. Intraducibilidad del Quijote, por D. J. M. Sbarbi.

VII. Refranes glosados. -Cartas en Refranes, de Blasco de Garay. -El Entremés en Refranes. -Proverbios glosados, por K. O. -Costumbres... Refranes, etc., por Fray Martín Sarmiento. -Quinientos Proverbios en forma de letanía, por Fr. Luis de Escobar.

VIII. Cuento de cuentos, de Quevedo, con Comentarios y Observaciones. -Refranes y auisos por uno d' Morella, endreçados a vnos amigos suyos casados. -Proverbios. -Proverbios generales de gran doctrina para toda suerte de estados. -Unos cuantos Refranes españoles acerca de los frailes. -Proverbios espirituales por un religioso de N. S. del Carmen. -Axiomas militares o Máximas de la guerra, por D. N. de Castro. -Discursos leídos ante la Real Academia Española, por D. A. García Gutiérrez y D. A. Ferrer del Río.

IX. Casarse por golosina, y Refranes a trompón. (Comedia burlesca por Don Manuel Vela Manzano.) -Crítica reforma de los comunes Refranes, del P. Baltasar Gracián. -Falibilidad de los Adagios, por el P. Feyjoo. -Observaciones sobre la carta anterior, por D. J. M. Sbarbi. -Rondalla de Rondalles. (Texto valenciano.) -Diccionario de Refranes catalanes y castellanos, por D. J. A. X. y F.

X. La Silva curiosa de Julián de Medrano.

FIN DE LA PRIMERA SERIE.

Si Dios me concede vida y salud, la segunda serie la compondrá El gran Refranero español, para cuyo fin tengo colegidos más de 30.000 artículos en sendas papeletas.

REFRANES.

Según Mayans y Siscar, en sus Orígenes de la Lengua española, tomo I, hacia el fin, existen en la Biblioteca del Escorial unos apuntamientos M. SS. de Refranes, hechos por el Dr. Benito Arias Montano.

REFRANES.

Hállanse muchos de ellos en el Comentario de la Conquista de la ciudad de Baeza &c., por Ambrosio Montesino, clérigo, según puede verse con mayor extensión en el número 3132 del Ensayo de una Biblioteca española de libros raros y curiosos, tomo 3.º, columnas 861-66.

REFRANES.

En los Ocios de Españoles emigrados, periódico literario publicado mensualmente en Londres (1824-27), leo la siguiente especie, pág. 216 del número 18, tomo 4.º

«Prueba de esto (del infinito número que de refranes podría aún recogerse) es la copiosísima nueva colección que sin darla todavía a luz, tiene formada el muy sabio presbítero Álvarez Gutiérrez, diputado por Granada en las últimas Cortes de 1822 y 1823. Consta ya de muchos millares de adagios sacados de varios autores castellanos, y que no se encuentran en las colecciones publicadas hasta ahora».



REFRANES.

En el folleto intitulado Cuatro Palmetazos bien plantados por el Dómine Lucas a los Gazeteros de Bayona, etc., su verdadero autor D. Bartolomé José Gallardo, leo la especie siguiente, a la pág. 12, de la cual doy cuenta aquí por si el curioso lector fuera más afortunado que yo al tratar del paradero de esta obra, de la que no tengo más conocimiento que el que procedo a copiar:

«Entre los Refranes que el atildado y culto D. Juan de Iriarte latinizó de entre la mole inmensa que llegó a reunir para su Refranero, que M.S., como el del agudo y laborioso D. Pedro Gutiérrez, me temo sean ya tesoro perdido para la nación, y quizá para el mundo, se lee el siguiente:» etc.



¿Será este Refranero el mismo de que damos cuenta en el artículo anterior inmediato?... Parece lo más probable.

REFRANES.

En un vol. en fol., pasta, existente en la Biblioteca de Palacio, (2. F. 5.) y rotulado De jure Primogenit, se halla manuscrita una crecida suma de ellos recogidos a la aventura, algunos de los cuales tuvo por conveniente glosarlos su recopilador, y a otros apuntarles su equivalencia latina.

Es digno de ser consultado este M. S., entre otras cualidades por las variantes que a veces ofrece.

REFRANES.

Sin título alguno, ni orden entre sí existen apuntados al pie de unos quinientos en un libro M. S. en papel, de letra al parecer de mediados del siglo XVI, desde el margen de la foja 216 vuelto hasta la plana impar de la 218.

Un vol. fol. pasta antigua rotulado Escritur CLIII. M. 142, perteneciente a la Academia de la Historia.

REFRANES.

Consigna multitud de ellos D. Adolfo de Castro en el Discurso preliminar que escribió para el tomo 65 de la Biblioteca de Autores españoles de Rivadeneyra, Madrid, 1873, el onde podrá verlos el curioso investigador.

REFRANES.

Hállanse dispersos unos cuantos en un libro en folio de apuntaciones varias, que existe en la Biblioteca Nacional de esta Corte (Ff, 102), sin título interior ni exterior, escrito de mano de Alvar Gómez de Toledo, que floreció en el siglo XVI, los cuales iría extendiendo, según toda apariencia y probabilidad, para su uso y alivio de la memoria. Leído dicho M. S. por mí algo a la ligera, copio los siguientes refranes:

El tiro del Cid. Guárdate dardo no llegues al Santo sobre los términos de Bivar.

El tiro de la Serrana cabo Vinuesa.

Sancha la Bermeja. Cui quottanis funeralia sacra celebrant Vañarenses, quod bibendo competitricem vicerit.

Ultima verba, quibus veluti Eulogio vitam absolvit: Aquí morirá Sancha la Bermeja, pero por Vañares quedará la dehesa.

Hernán Cortés traía estos dos refranes en la boca: El rey sea mi gallo; y por tu ley y por tu rey morirás.

Doce gallinas y un gallo comen tanto como un caballo.

Ea, putas, a ofrecer, que para vuestros hijos ha de ser.

El río pasado, el santo olvidado.

En casa do siempre comen pollos, mal para los mozos.

En el ruin pueblo cada día concejo.

Ni mejor porque el concejo le pide, ni peor porque le olvide.

Cada año por los Ramos enviuda, y por los Reyes pare la criada de mi compadre.

La mujer hermosa quita el nombre a su marido.

De Toro a Zamora cinco leguas hay: cinco por allende, cinco por aquende, cinco por el vado, cinco por la puente.



Extremadura parece que está dicha quasi extraduriam, y así parece que lo dice el refrán: Anda, mozo, anda de Burgos a Aranda, que de Aranda a Extremadura yo te llevaré en mi mula.

Al abad y a la trucha por San Juan los busca.

Antaño me mordió el sapo, y ogaño se me hinchó el papo.

Amor de ramera, halago de perro, amistad de fraile, convite de mesonero, no puede ser que no te cueste dinero.

Perder el peso por la añadidura.



Cuando Juan Federico se retiró para Sajonia, viniéndole a hablar los burgomaestres para lo que debían de hacer, les respondió con un proverbio que dicen en alemán: Cada raposa guarde su cueva. Acá dicen: Mire cada uno por el virote.

Hernando de Monroy el Bezudo, fue hijo de Rodrigo de Monroy, señor de Monroy. Fue hombre muy valiente. Señalóse mucho en la guerra de Granada. Traíase por refrán que tal había de ser el moro que con el Bezudo se igualase.

Prosperidad pare altivez; altivez, desconocimiento; desconocimiento, ingratitud; ingratitud, traición; traición, muerte afrentosa.

El espada y la loba, dice el proverbio persiano, si preda no falla, come la tierra de rabia.

En aquella hora la casa está sin ruido y sin bullicio las ciudades, cuando los puercos están en el monte y los caballeros en la guerra; los unos y los otros cuando vuelven siempre gruñen.

Quien tras otro cabalga, no aguija cuando quiere.



REFRANES.

«Quinientos refranes castellanos con comentarios latinos.

(Letra del siglo XVI.)

Parece escrita esta obra en tiempo en que estaba entredicha la Iglesia de Sevilla.

S. 2. Est. N. P. 4».



Tal es lo que arroja de sí textualmente una papeleta existente en la Biblioteca de Palacio. El libro a que se refiere dicha papeleta es un vol. en folio, encuadernado en pasta común de este siglo. Consta de 122 hoj. escritas, sin foliar; y si no me he equivocado en la cuenta, son 405, y no 500, los Refranes que comprende.

Empieza así:

«Dum quadam die accederem ad Aulam ve. eccie hispal vidi ibi existentes pes canonicos reuerendos eiusdem ecie et ert tristes».



Y acaba:

«Et componitur orbis regis ad exemplum», etc. con que termina el refrán Qual es Illana tal casa pára, último de esta curiosa colección.

Como muestra del plan adoptado por el anónimo autor en la glosa latina de estos Refranes, copio el artículo siguiente:

«Descálzate y pasa.

Sic faciunt fures qui subtulares dimittunt ne strepitus pedum audiatur. (De homi. c. Tua nos cir. fi.) Et hoc dicunt Judei fratri qui secundum legem mosaycam recusat uxorem prae mortem fratris ducere quod facere potest si discalceatus vno pede in facie conspuatur. (Aug. in lit.º. manicheos et viij.º q. i. e. olim.) Et dicuntur transire discalceati qui curam aliorum lucrandorum refugit ut ibi. Et hoc prouerbium potuit dici dyachono ecclesia cathenensis qui calciatus compagis. i. sandalis vel sotularibus pontificalibus procedere presmuebat quod esse non licuit. xciij. di. c. peruenit ij.º Et hoc prouerbium potuit habere initium ab Isaia propheta qui dixit: Denuda crura tua, transi flumina. (Hyer. in Epistola ad Eustochium et xxxij. q. v. c. Si Paulus)».



REFRANES.

Véase lo que acerca de la gran parte que cupo al Dr. Juan Páez98 de Castro en la redacción de los Refranes ó Proverbios en romance que nueuamente colligió y glossó el comendador Hernan Nuñez, etc., apuntamos al final de dicho artículo.

REFRANES AGRÍCOLAS.

V. Campo (El).

REFRANES ANTIGUOS LATINOS Y EN CASTELLANO (Impresión de 1533).

Citado por Madoz, Diccionario geográfico, tomo XIV, pág. 368, como existente en Sevilla en la biblioteca de D. José María de Álava.

Presumo, en vista de tales antecedentes, que se aludirá a la preciada y rarísima obra que constituye el artículo Adagiorum (Fernandi Arcaei Beneuetani), etc., que queda estampado páginas 53-58 de este CATÁLOGO.

REFRANES CASTELLANOS POR ABEÇEDARIO.

Así está encabezada una numerosa colección M. S. en el tomo III de Poesías Varias existente en la Biblioteca Nacional, signatura M. 80, págs. 49 a 82. 4.º tafilete encarnado.

Dicha Colección merece ser consultada, tanto por las variantes con que consigna algunos Refranes respecto al modo más usual de enunciarlos, cuanto porque apunta algunos raros y que no constan por tanto en las demás colecciones.

La totalidad de los Refranes reunidos asciende a unos mil.

REFRANES CASTELLANOS TRADUCIDOS AL HOLANDÉS.

V. Wysheit (Spaenche), Vertaelde Spreeckwoorden.

REFRANES CASTELLANOS TRADUCIDOS EN VERSO LATINO.

Título con que se encabeza la preciosa y rica colección que existe en el tomo II de las Obras sueltas de don Juan de Iriarte. (V.)

Dos especies curiosas relativas al sabio, laborioso e incansable compilador de estos Refranes, y de las que no podemos hacer caso omiso en atención a lo directamente que se rozan con la materia objeto de nuestro trabajo, vamos a transcribir aquí a la letra, sacadas, la primera del Prólogo del Editor, y la segunda, de la Noticia de la vida y literatura de D. Juan de Iriarte, escritos ambos que figuran al frente del tomo I de la interesante publicación arriba expresada. Dicen así:

-«Como de la gran suma de adagios castellanos que recopiló nuestro Escritor, acomodó algunos a la versificación latina, o les halló equivalentes en Autores clásicos, ha parecido acertado darles aquí lugar, ya que no puede tenerle el total conjunto de los mismos Proverbios españoles, por sobradamente voluminoso, como porque requiere imprimirse con independencia absoluta y llevar al principio, en forma de introducción o preámbulo, la Biblioteca de Autores que han escrito de Refranes, y el cúmulo de noticias y apuntaciones raras que el propio Recopilador destinó a exornar e ilustrar la materia».



-«Tuvo particular gusto y curiosidad en recoger la exorbitante cantidad de 25 a 30.000 Refranes castellanos, que entresacó de infinitos Autores, o que cuidó de ir apuntando conforme los oía en la conversación, sin olvidarse de citar el sujeto de cuya boca los había sabido, aunque éste fuera el más bajo de la plebe; y a veces pagando un tanto a los criados que le servían, por cada Adagio que le adquiriesen y no se encontrase entre los que tenía ya juntos».



¡Qué lástima no haya llegado a ver la luz pública el fruto de tantos desvelos, o por lo menos, ya que así ha sucedido en hora menguada para la Literatura, saberse el paradero de tan interesantes lucubraciones, a fin de sacarlas de la obscuridad en que yacen y poder tributar de esta manera un testimonio de aprecio y veneración al gran literato, al gramático correcto, al humanista insigne, al académico celoso, al bibliotecario erudito! Que en los grandes hombres nada hay pequeño e insignificante (bien así como en los gigantes un solo dedo del pie ostenta mayor magnitud que el pie mismo del resto de los mortales), máxime cuando se trata de asuntos de no poco momento ni exigua importancia; pero nuestras pesquisas han sido de todo punto infructuosas al pretender averiguar el paradero de tales curiosos trabajos. ¡Ojalá investigaciones más afortunadas que las nuestras logren algún día verse coronadas con semejante hallazgo, para instrucción y regocijo de la República literaria99!

Entretanto, concluiremos diciendo que la suma a que se eleva esta Compilación de Refranes traducidos es la de 2121, si nuestro recuento no nos ha sido infiel.

REFRANES DE LA LENGUA CASTELLANA. Barcelona. En la imprenta de Agustín Roca, año 1815.

Dos vols. 8.º El 1.º, portada, una hoja de prólogo y 272 páginas; el 2.º, 164 páginas, con inclusión de la portada.

Como dice «El Editor» en la segunda hoja del primer tomo, esta obra no es otra cosa que una colección de «los refranes que se hallan en el Diccionario de la lengua castellana, en los mismos términos que se leen en él». Por tanto, el que posea la 4.ª edición del Diccionario de nuestra Academia tiene la fuente de donde, sin trabajo ni mérito alguno, se ha extraído al pie de la letra semejante publicación.

REFRANES DEL DICCIONARIO.

Con este encabezamiento existe un cuadernito en 4.º M. S., sin interés alguno, incluido en un cartapacio en folio que perteneció a Vargas Ponce, y hoy para en la Academia de la Historia, rotulado 50.

REFRANES EN ACCIÓN. -Colección de Refranes.

Es tal la propensión del pueblo español a intercalar más frecuentemente que otro alguno en sus conversaciones los refranes, que no ha omitido medio de ningún género para enseñárselos a sus hijos, aprovechándose de cuantas formas le han salido al encuentro.

Poseedor el clero en otros tiempos (que nos guardaremos bien de calificar ahora de más o menos felices que los actuales), de rentas pingües, y sostenido el culto con magnificencia, esplendidez y ostentación, venía siendo costumbre inmemorial en la mayor parte de las iglesias de España, y singularmente de Andalucía, el arrojar o distribuir el sábado santo, en ocasión del rompimiento del velo, unas estampitas de papel o de vitela, ya en negro, ya coloreadas, figurativas del Salvador, de la Virgen, o de algún santo, y comúnmente con el lema de Aleluya, en manifestación de júbilo y alegría por la Resurrección del Señor.

Pues bien, el arte del grabado se aprovechó de semejante práctica, y agotando los recursos de distracción y entretenimiento para los chicuelos, trazó más adelante unas cuantas estampas en un pliego de papel, y luego otras y otras, a las que por vía de imitación llamó también Aleluyas (aun cuando su destino fuese muy diverso), ora del Abecedario, cuando dichas estampas representaban objetos cuyos nombres empezaban correlativamente desde la primera letra del alfabeto hasta la última; ora de la vida del hombre bueno, o del hombre malo, según se ponían de relieve en dichos cuadros las consecuencias propias de cada uno de dichos estados; ocupándose así en100 mil asuntos diversos hasta que llegó su vez a la Colección de Refranes en acción expresados en 48 cuadritos con su significación literal al pie.

Según nuestras activas e infatigables investigaciones, estas estampitas destinadas al recreo de la infancia vieron la luz en Barcelona, donde se les dio el nombre de Redolins; y por lo que respecta a la época de su aparición en nuestro suelo, lo único que hemos podido averiguar es que ya se conocían a principios del siglo próximo pasado. En el siglo XVI, en la función que celebraban los teólogos de Salamanca a su angélico doctor y maestro Sto. Tomás de Aquino, se arrojaba al pueblo, desde las tribunas, multitud de estampitas que representaban diversos pasajes de la vida del Santo, a las que denominaban aleluyas. Andando el tiempo, aprovechóse de esta costumbre la Política; y no cabe duda en que la colección más numerosa que de este género pueden ostentar las ciudades de España, toca de derecho a Valladolid.101

REFRANES EN LENGUA CASTELLANA: orígenes de la Métrica española.

Con este encabezamiento se publicó un artículo en los Ocios de Españoles emigrados, tomo IV, págs. 208-19, periódico literario que vio la luz en Londres, 1824-27. 7 t. en 4.º (V.)

La materia sobre que versa dicho artículo, está calcada sobre lo que anteriormente había escrito el Padre Sarmiento en sus «Memorias para la Historia de la Poesía y Poetas españoles».

REFRANES ESPAÑOLES.

Artículo que se publicó en el tomo I de los Ocios de españoles emigrados (págs. 94-96), el cual se reduce a una breve y somera indicación bibliográfica de algunos de nuestros Refraneros.

El ejemplar de mi propiedad tiene al pie de la página 95 una nota redactada en lápiz por el erudito D. Bartolomé José Gallardo, con referencia a las Siete Centurias de Adagios castellanos del toledano Juan de Melo, la cual queda estampada a la página 61, columna primera de este nuestro CATÁLOGO.

REFRANES, FRASES, dichos y hechos que hoy se aplican a otros, y de los que hay alguna noticia en autores antiguos, etc.

V. Costumbres, etiquetas, ceremonias, juegos, &c.

REFRANES GLOSADOS: en los quales qualquier que con diligencia los quisiere leer hallara prouerbios: y marauillosas sentencias y generalmente a todos muy prouechosos. Assi que de pequeño compendio podran sacar crescido fructo. (Sobre este título hay una viñeta en madera.)

Un foll., 4,º, 16 hoj., let. gót., sin foliación ni reclamos; pero con signaturas, y sin expresión de lugar, impresor ni año. Es obra de fines del siglo XV o principios del XVI.

De ella conozco las ediciones siguientes:

-Burgos. 1509. 4.º, let. gót.

-Burgos. Fadrique alemán de Basilea. 1515. 4.º, 12 hoj., let. gót. a dos columnas.

-Burgos. Alonso de Melgar. 1524.

-1541.

-Valencia. Álvaro Franco. 1602. 8.º, sin fol., sign. A-D, todas de 8 hoj.

(Citado por Salvá, núm. 2137 del Catálogo de su biblioteca.)

-París. Paul Renouard. 1847. Reimpresión hecha por Duplessis, de la edición de Burgos de 1515, al final de su Bibliographie parémiologique, de la cual hizo tirada aparte de 12 ejemplares en papel común, y dos en papel de color, uno de los cuales últimos figura en el Catálogo de la biblioteca de Salvá.

-Reprodújose en Madrid, hacia el año de 1870, la edición de 1541, sin lugar ni nombre de impresor, en facsímile, mediante el procedimiento de la fotolitografía, por D. José Sancho Rayón.

-El año de 1876 lo reimprimí en el tomo VII de El Refranero general español.

Lorenzo Palmireno en su tratadito intitulado El Proverbiador o Cartapacio, apunta una edición de Zaragoza.

A esta obra aludían nuestros paremiógrafos cuando citaban la Glosa antigua.

Debo advertir que en las distintas ediciones citadas, todas ellas, más o menos raras en la actualidad, suele variar algún tanto el título, así como el texto.

REFRANES GLOSADOS, por Dimas Capellan.

Un vol. 4.º Toledo. Juan Varela. 1510.

No tengo más noticia de esta obra que la que acabo de copiar, tomada de la Biblioteca Nova de Nicolás Antonio. ¿Será, por ventura, la misma que queda apuntada en el artículo anterior...?

Otra duda: ¿Será Dimas el apellido, y capellan el título de su cargo u oficio, supuesto que algunos escritores le adjudican al citarlo el de mosén...?

REFRANES Ó PROVERBIOS CASTELLANOS, traduzidos en lengua francesa. Proverbes espagnols traduits en françois. Par César Oudin, Secretaire Interprète du Roy.

Conozco las ediciones que apunto a continuación:

Bruselas. -Rutger Velpius. 1608. Un vol., 8.º. port., 270 págs., y otras 120 que ocupan las Cartas de Blasco de Garay y el Diálogo de Rodrigo Cota.

París. -1608. (Citada en El Averiguador, Madrid, 1.º de Marzo de 1871).

París. -Marc Orry (1609). 8.º, port., 7 hoj. prelims., 256 págs. Síguense aquí algunos Proverbios morales sacados de los de Alonso Guajardo Fajardo: con algunos pocos dísticos, del juego de la Fortuna.

Francfort. -1610. Se publicaron en el tomo 1.º del Florilegium ethico-politicum de Grutero.

Bruselas. -1611. 8.º (Cit. por Ticknor, t. 3.º, pág. 411, y por El Averiguador, número citado arriba).

Bruselas. -1612. 12.º (Cit. por Duplessis, pág. 300, quien dice que esta edición contiene además que las de París, las Cartas en refranes de Garay y el Diálogo de Rodrigo Cota; pero no las redondillas de Guajardo Fajardo).

Lyon. -Pierre Rigaud. 1614. 12.º Port., 376 págs. (Comprende los cuatro adjuntos antexpresados.)

París. -Pierre Billaine. 1624. 8.º Port., 3 hoj. prelims., 296 págs., 14 hojas.

Bruselas. -Viuda de Huberto Antonio Velpius. 1634. 12.º Port., 269 páginas los Refranes, y 126 págs. las Cartas y el Diálogo anteriormente mencionados.

París. -Nicolás & Jean de la Corte, 1659. 12.º 8. hoj. prelims., en blanco la primera de ellas, 360 págs.

París. -Jean Dehovry. 1659. Ejemplar en todo igual al anterior, por donde me doy a entender que es la misma edición con distinta portada.

París. -Pierre Moët. 1659. Id. íd.

París. -Cardin Besogne. 1659. Id. íd.

París. -Augustin Courbe. 1659. Id. ídem.

Sospecho que estas 5 ediciones comprendidas dentro de la abrazadera son en realidad una sola, con diferente portada.

Creo, por último, que después de la edición hecha en Bruselas en 1663, no se ha vuelto a reimprimir este libro, acerca de cuya redacción dejamos ya consignado nuestro juicio en el artículo de este CATÁLOGO, Pág. 139.

REFRANES O PROVERBIOS EN ROMANCE, ó la Lengua Castellana; A los quales se han añadido algunos Portuguezes, Catalanes, y Gallegos, &c. De los quales muchos andan Glossados.

Con este título se halla una rica colección de Refranes castellanos con la traducción inglesa al lado, en la obra intitulada Lexicon Tetraglotton, Dictionnaire François-Italien-Espagnol-Anglais, etc. compuesto por James Howell, e impreso en Lóndres, año de 1659. Un vol. fol.

Es digna de ser consultada toda esta sección por los amantes de la Paremiología en general, a causa de incluirse en ella multitud de refranes algo raros. Dicha sección tiene una portada especial, cuyo tenor es el siguiente:

Proverbs, or, Old Sayed sawes & Adages in English (or the Saxon Toung) Italian, French and Spanish, whereunto the British, for their great Antiquity, and weight are added. Which Proberbs are.

EITHER Moral, relating to good life; Physical, relating to Diet, and Health; Topical, relating to particular places; Temporal, relating to seasons, or Ironical, relating to Raillery, and Mirth, &c.

Collected by, R. Esq.r Senesco, non segnesco. London, Printed by T. G. 1659.

A la colección de Refranes castellanos precede una

Carta Compuesta de Refranes, Concurrientes todos á la conservación de la salud humana; A Don Lvys Dives, que Dios guarde mas de mil anños, Con salud, y honras correspondientes a sus Heroicas prendas, y merecimientos.

Al fin de dicha colección se ha reproducido la Carta en Refranes de Blasco de Garay que empieza: Como quien habla de talanquera... y acaba: A Dios, paredes, hasta la vuelta.

Aun cuando dimos ya cuenta de esta obra en nuestro artículo Paraemiographia, volvemos a ocuparnos aquí en ella, por ampliar los datos allí consignados.

REFRANES Ó PROVERBIOS EN ROMANCE que nueuamente colligió y glossó el comendador Hernan Nuñez, professor eminentissimo de Rhetórica y Griego en Salamanca, van puestos por la orden del A. B. C.; dirigidos al Ilustrisimo Señor Marques de Mondejar. Van tambien aquí añadidos unas Coplas hechas á su muerte. Salamanca. En casa de Juan de Cánova. 1555.

Un vol. fol. menor. Port., 5 hoj. preliminares 142 folios.

De esta curiosa y útil obra se han hecho las ediciones siguientes:

1578. -Salamanca. -Antonio de Lorençana.

Un vol. 12.º, Port., 11 hoj. prelims., 491 págs. dobles y otra al fin con el colofón.

Nicolás Antonio padeció equivocación al decir había salido esta edíción de las prensas de Juan de Cánova.

1602. -Valladolid, 12.º

1611. -Valladolid, 12.º

1618, en el colofón, y

1619 en la portada. Madrid, Juan de la Cuesta. En esta edición se han comprendido las obras siguientes: La Filosofia vulgar de Juan de Mal Lara, y las Cartas en Refranes de Blasco de Garay. Reimprimióse a la letra y casi a plana y renglón en

1621. -Lérida. Luys Manescal. Ambas un vol. 4.º, Port., 3 hoj. prelims., 399 págs. dobles.

Todas estas ediciones son muy estimadas a causa de su rareza, fuera del mérito que encierra dicha colección. Algo más fácil se hace de hallar, aunque no es muy abundante en el comercio, la siguiente última edición:

1804. -Madrid. Imprenta de D. Mateo Repullés.

Cuatro tomos en 8.º: el 1.º A-D. El 2.º E-M. El 3.º N-Z. El 4.º comprende el Epicedio de Valerio Francisco Romero en la muerte del autor; las Cartas de Blasco de Garay; las Coplas contra el Amor de Rodrigo Cota; los Refranes de Lorenzo Palmireno, y los de la Filosofía de Juan de Mal Lara, sin la glosa.

En el Prólogo del Editor, tomo I, se dice que esta edición se ha hecho por la reimpresión en 12.º de 1587. Ignoramos si estará equivocada esta fecha (supuesto que, como hemos visto arriba, hay una edición de 1578), o si existirá realmente.

El año de 1806 se dio a luz en Madrid, en la imprenta de Justo Sánchez, un Apéndice a la Colección de Refranes, hecha en 1804. Contiene lo que trae el P. F. Luis de Escobar, del orden de San Francisco, en forma de Letanía y el Índice de toda la obra. Por D. F. B. P.

Un vol. 8.º Antep., port., 96 págs.

En la obra del Comendador Griego no sólo se incluye un número considerable de Refranes castellanos, si que también porción no pequeña de otros portugueses, gallegos, asturianos, valencianos, franceses e italianos. Algunos van acompañados de una pequeña interpretación para mejor inteligencia del texto.

En esta obra trabajó considerablemente el doctor Juan Páez de Castro, cronista y capellán de Honor de Felipe II, según se demuestra por la siguiente cláusula de una carta suya a Jerónimo Zurita, copiada por Dormer en sus Progresos de la Historia en el Reyno de Aragón, y la cual dice a la letra:

«Lo de los refranes del Comendador es la cosa mas graciosa que vi en mi vida, yo tengo trabajado en aquello mucho, y sé que cuanto él hiziere no es vna gota en la mar, cotejado con lo que yo puedo hacer, y porque no tengo perdida la esperanza dándome Dios salud, querría que si se determina de lo hazer, hiziesse mención en su prólogo de lo que a mí me es encargo en esta parte, porque es verdad que le di mas de tres mil refranes, que fueron los que señaló con su mano en mi libro que no los sabía, y allende desto en su libro le glossé muchos brevemente, porque no los entendía, de lo qual es testigo su cartapacio, donde está la glossa de mi letra, y mi libro donde están señalados de su mano. Suplico a v. m. que si le pareciese se lo escriva en mi nombre, que él lo hará ingenuamente, vt solet, y va mucho en que si yo publico algo, no parezca que tomo la invención y el trabajo del Comendador, pues es cierto que él lo tomó de mí».



Este libro, que se publicó después de muerto su autor, fue concluido, preparado para la imprenta, y precedido de un prólogo, por su discípulo León de Castro, maestro de Prima de Latín y Griego, en la Universidad de Salamanca, a quien malamente han confundido, y aún confunden muchos, con el célebre agustiniano Fr. Luis de León.

REFRANES O PROVERBIOS ESPAÑOLES DE LOS JUDÍOS ESPAÑOLES. Ordenados y anotados por Dr. M. Kayserling. Budapest, imprenta de Sr. C. L. Posner y hijo. A costa del Autor, 1889.

4.º mayor, 24 páginas.

El lenguaje chapurrado, por una parte, que siempre usaron los judíos de descendencia hispana, y el estar impresa esta obra en la capital húngara, por otra, son motivos más que suficientes para que los yerros gramaticales y tipográficos pululen en sus páginas a maravilla.

REFRANES ORIGINADOS DE LA PASION DE N. S. J. C., segun los santos Evangelios y la Tradicion.

Artículo que escribí para El Averiguador universal, en cuyo tomo IV se insertó a las páginas 91-94.

REFRANES QUE DICEN LAS VIEJAS TRAS EL HUEGO, esto es, calentándose á la lumbre, por el orden del A, B, C, que recopilo Iñigo Lopez de Mendoça a ruego del rey Don Juan.

Al fin:

Aqui se acaban los refranes de las viejas imprimidos en Sevilla, por Jacobo Cromberger aleman, año de mill e quinientosy ocho años.



Un folleto, 4.º, gót. de 12 hojas.

De esta manera cita Duplessis, al tratar de los Refranes Españoles en su Bibliographie, esta obra, diciendo no haberla visto, y refiriéndose a Brunet en su Manuel, t. III, pág. 171, y a Ochoa en sus Rimas inéditas de don Iñigo Lopez de Mendoza, pág. 21.

Tampoco he logrado yo el gusto de ver esta edición, conociendo además su existencia por el dicho de Mayans y Siscar, que reprodujo esta obrita en la antología que intituló Orígenes de la Lengua Española (V.), y por el de Amador de los Ríos en la lujosa, completa e ilustrada Colección que dio a luz de las Obras del Marqués, en la que incluye también dichos Refranes, páginas 504 a 523.

Este último escritor anota otra edición de estos Refranes, hecha en Toledo por Juan de Ayala, año de 1537, de que hay ejemplar en la Biblioteca Nacional de esta corte.

Pero sí hemos logrado la satisfacción de ver y manejar otra edición de este interesante opúsculo, con la particularidad de estar glosados los Refranes102, en 8.º menor, gót., impreso en Valladolid por Francisco Fernández de Córdoba, en 40 hoj. sin reclamos ni folios, pero con signaturas, y cuya portada dice:

Los refranes que recopilo yñigo lopez de mendoça por mandado del Rey don Juan agora nueuamente glosados. En este Año de 1541.



Como muestra del acierto que preside al trabajo del glosador (ignórase quien fue este), apuntaremos los seis primeros refranes.

«Al buey viejo no cates abrigo.

El hombre sabio experimentado no ha menester curador ni ayo.

Al buen callar llaman Sancho.

El que refrena su lengua cuando debe, por sabio o manso se tiene.

A pan duro, diente agudo.

Para pasar grandes trabajos, necesario es tener generoso y esforzado corazón.

A chica cama, échate en medio.

En los peligros y necesidades prudencia es escoger lo más seguro.

A caballo comedor, cabestro corto.

El que es pródigo y gastador ha menester gobernador.

A escudero pobre, rapaz adivino.

Al que es pobre y menguado no falta quien le haga más necesitado». &c.



D. Tomás Antonio Sánchez en su Colección de Poesías castellanas anteriores al siglo XV, Mr. Duplessis, en su obra ya citada, y D. Pedro Felipe Monlau en el Prólogo a La Higiene en Refranes castellanos, dicen constar esta Colección, aquéllos dos, de 625 refranes, y éste, de 725. Todos tres se equivocaron en su aserto, pues se conoce desde luego tomaron por base de su operación el contar la materialidad del número de los refranes consignados, sin atender a si había o no alguno repetido, incurriendo además el Bibliotecario de S. M. y el escritor francés en la omisión de una centena entera. A poco que estos escritores hubieran parado mientes en que el refrán El pajar viejo cuando se enciende malo es de apagar, colocado en la letra E, lo reproduce el Coleccionista a la letra P, sin más diferencia que la supresión del artículo El; y que el otro de El que adelante no cata atrás se halla, incluido en la letra E, lo repite en la Q por sustituir el pronombre indeterminado Quien a su equivalente El que, habrían visto cómo, aun cuando en la apariencia figuran 725, en rigor no asciende a tanto la totalidad, en atención a las repeticiones indicadas, y tal vez alguna más que, por no merecerlo la cuestión ni tener tiempo para ello, no nos hemos tomado el trabajo de averiguar.

Esta obra es la primera que de su género han sudado las prensas de España, esto es, de Sentencias vulgares o Refranes, supuesto que, como se ve por sus respectivos artículos, los Proverbios de Séneca y los del Marqués mismo vieron muchos años antes la luz pública en nuestro suelo.

Brunet cita otra edición de estos Refranes agora nuevamente glosados, hecha en Valladolid, 1512, que tampoco hemos tenido ocasión de ver, sucediéndonos lo propio con otra de Medina del Campo, 1550, citada por Mal Lara en los preliminares de su Philosophia vvlgar.

En el Catálogo de la Biblioteca de Salvá se da cuenta de una edición vista por el redactor de dicho Catálogo, quien la juzga por del siglo XV, y que yo creo será la misma con que encabezo este capítulo. Los datos que sienta son los siguientes:

Iñigo lopez de mendoça a ruego del Rey don Juan ordeno estos refranes que dizen las viejas tras el fuego y van ordenados por el a. b. c.



No tiene frontis, ni nunca lo tuvo. Empieza la obra por la sign. A. Lámina que representa un rey en su trono, y delante un caballero arrodillado, y por bajo en cuatro renglones el título anterior. -Siguen los Refranes que ocupan 11 hojas más. -Sin lugar ni año. 4.º, letra gót., 12 hoj., signatura A-Avj y 6 hoj. sin signaturas.

REFRANES RELATIVOS A CAZA.

En la guarda de un ejemplar impreso del Libro de Cetrería de caça de Açor, por D. Fadrique de Zúñiga y Sotomayor, que para en la Biblioteca Nacional de esta corte, se hallan manuscritos 71 Refranes relativos a la caza, o a términos peculiares de dicha ocupación, 64 de los cuales son castellanos, 6 portugueses, y uno gallego.

Si no padezco equivocación, todos ellos han sido sacados de la colección de Hernán Núñez, a excepción del antepenúltimo, que es el siguiente: Un seto dura tres años; tres setos, un perro; tres perros, un caballo; tres caballos, un hombre; tres hombres, un ciervo; tres ciervos, un elefante.

Es trabajo de escasa importancia.

REFRANES SENTENCIOSOS.

Con este encabezamiento se encuentra una colección de 36 Proverbios en el opúsculo que lleva por título

Novísimo Cajón de Sastre, o Miscelánea de anécdotas, cuentos chistosos, poesías selectas, máximas morales, refranes, agudezas, &c. &c. por don Felipe Ropavejero. (V.)

REFRANES VASCONGADOS, recogidos y ordenados por Estevan de Garibay y Çamalloa, chronista de S. M.

Existe esta colección de 63 Refranes en el tomo VII del Memorial Histórico Español que da a luz la Academia de la Historia (Madrid. José Rodríguez, 1854. 4.º)

Hízose esta edición por el M. S. en folio existente en la Biblioteca Nacional, intitulado Varios, y signado con la letra G. número 139, habiéndola enriquecido la Academia con algunas enmiendas y observaciones hechas por D. José de Aizquivel, vecino de Toledo. El M. S. consta de 3 pliegos; y el volumen en que se halla encuadernado (el cual perteneció a la librería de D. Antonio Álvarez de Abreu, del Consejo y Cámara de Indias), de 374 págs. dobles, falto al fin.

REFRANES Y DESVERGÜENZAS.

Dos artículos publicados en el tomo 4.º de El Averiguador universal, y firmados con las iniciales C. F. D., significativas del nombre y apellidos de mi querido amigo el señor D. Cesáreo Fernández Duro (págs. 90-93, y 120-22 respectivamente).

REFRANES Y MODOS DE HABLAR CASTELLANOS CON LATINOS, que les corresponden, juntamente con la glossa, y explicacion de los que tienen necessidad de ella. Con dos tablas al fin, vna de los Autores que se alegan en esta obra: y otra de los Adagios Latinos, á los quales corresponden los Castellanos, que van puestos en el libro por el orden del A. B. C. Compuesto por el Licenciado Geronimo Martin Caro y Cejudo, Maestro de Latinidad, y Eloquencia en la villa de Valdepeñas de Calatrava su Patria, con titulo del Consejo Supremo de Castilla. Dirigido á Don Ivan Martinez Fortvn de la Viuda y Estrada, &c. Con privilegio. En Madrid, Por Iulian Izquierdo, Impressor de Libros, año de M.DC.LXXV.

Un vol. 4.º Port., 11 hoj. prelims., 417 págs. de texto, y 79 de tablas, sin foliar estas últimas.

Reimprimióse también en Madrid, en la Imprenta Real, año de 1792, un vol. 4.º Port. 10 hoj. prelims. 446 págs. y una hoja de erratas.

El plan que observa el autor de esta interesante obra, una de las mejores en su clase que posee el ramo paremiológico de todas las naciones, es el siguiente: Expuesto el refrán castellano, le adjudica su correspondiente o correspondientes en latín, junto con su explicación o glosa si la necesita para ser entendido, y declarando no pocas veces su origen histórico, tanto en una lengua como en otra. Pero la circunstancia que, a nuestro juicio, hace subir de punto el mérito de esta obra, es el anotar al lado del refrán castellano que ocupa su lugar alfabético, todos aquéllos que le son equivalentes en la misma lengua; lo cual, sobre manifestar de un golpe de vista la riqueza de nuestros refranes en general, y la particular de aquél de que se trata, ahorra tiempo y trabajo a quien pudiera preferir, por la causa que quiera, uno determinado entre dos, tres, o más semejantes.

REFRANES Y AUISOS por via de consejos hechos por vno d'Morella / endreçados a vnos amigos suyos casados. Impressos en Valencia junto al molino d'la Rouella en el año de M.D.lj.

8.º, 8 hojas sin foliar, let. gót.

Rarísimo. Yo lo he reimpreso en el tomo VIII de El Refranero general español.

D. Agustín Durán, en el catálogo que obra al frente de su Romancero (Biblioteca de Autores Españoles publicada por Rivadeneyra, tomos X y XVI de dicha colección), da cuenta de la siguiente producción:

Refranes y auisos por vía de consejos, hechos por Joan Garces, enderezados a vnos amigos casados. Barcelona. Sebastian de Cormellas. 1591. (En 4.º, a dos column. 4 fojas.)

Por el relato que el Sr. Durán hace de este opúsculo, resulta ser el mismo que figura como encabezamiento del presente artículo.

Al comunicar yo semejante noticia a mi amigo el Sr. D. José Sancho Rayón, asaltó a este distinguido bibliófilo la idea de si existirá alguna otra edición entre las dos que acabo de apuntar; pues mediando entre ellas el espacio nada menos que de cuarenta años, tratándose de una hoja volante, por lo mismo de duración efímera, y, a mayor abundamiento, impresa en distintos lugares, no parece muy probable que se supiera, al cabo de tanto tiempo transcurrido, el nombre del autor, callado en la edición primitiva, si éste no hubiera sido transmitido por conducto de una o más reproducciones intermedias: observación que juzgo de todo punto atinada.

REFRANES (ALGUNOS) CASTELLANOS CON SU CORRESPONDENCIA EN VASCUENCE.

Son en escaso número y se hallan en un legajo de M. SS. de la Academia de la Historia, rotulado: «Jesuitas. -Indiferentes. -230».

Estos Refranes, en unión de varias palabras castellanas con su equivalencia vascongada, debieron de ser comunicados al P.e Larrameridi después de haber publicado éste su Diccionario trilingüe.

REFRANES (CIEN) andaluces de Meteorología, Cronología, Agricultura y Economía rural, recogidos de la tradición oral por Francisco Rodríguez Marín. Fregenal, Est. Tip. de El Eco, Corredera, 2. 1883.

4.º, 16 págs.

Trabajo curioso, que es lástima sea tan reducido.

REFRANES M. SS. (COLECCIÓN DE 119).

Sin encabezamiento alguno, existe ésta, que yo bautizo con el preinserto título, por ascender efectivamente a este número los colegidos y escritos de mano, en dos hojas insertas en un tomo en 4.º, pergamino, rotulado «Varios papeles y de diversas materias» perteneciente a la Biblioteca Nacional, Cc. 165.

REFRANES (COLECCIÓN DE LOS), adagios, proverbios y frases proverbiales, sentenciosas e idiomáticas que se hallan en El Quijote, hecha, y en ocasiones comentada, por D. José María Sbarbi.

Incluí primeramente esta Colección en mi Intraducibilidad del Quijote (tomo VI de El Refranero general español), y después, dándole bastante más extensión, en el tomo IV de El Averiguador universal.

V. el artículo siguiente.

REFRANES (COLECCIÓN DE LOS), adagios, proverbios y frases proverbiales, sentenciosas e idiomáticas que se hallan en las obras de Cervantes, hecha, y en ocasiones comentada, por D. José María Sbarbi.

La conservo inédita y dispuesta por orden alfabético, en papeletitas en 16.º cuyo guarismo asciende al de unas 2.500 próximamente.

REFRANES (COLECCIÓN DE), ADAGIOS Y LOCUCIONES PROVERBIALES, con sus esplicaciones e interpretaciones, recopilada y publicada por don Antonio Jiménez. Madrid. Imprenta de Pierart Peralta. 1828.

Un vol. 8.º de 190 págs.

Dicha Colección está entresacada del Diccionario de la Academia; pero es distinta de la publicada en Barcelona, año de 1815, de la cual hemos dado cuenta en la pág. 325, columna 1.ª Son infinitos los descuidos ortográficos y de sentido en que abunda, prueba de la impremeditación y ligereza con que fue redactada.

Hízose una reimpresión el año 1843, aunque no lo expresa la portada, por D. Ignacio Boix, un vol. 16.º de 237 páginas, omitiendo el nombre del compilador, y donde tan lejos de haber desaparecido los indicados descuidos, pululan éstos con más frecuencia.

REFRANES CASTELLANOS (COLECCIÓN DE).

Con este título, precedido del nombre de su autor, Yriarte, hemos logrado saber algo referente al paradero que cupiera en suerte al M. S. de este ilustre compatricio nuestro.

Dicha especie la debemos a las profundas e incansables investigaciones del famoso paremiólogo M. G. Duplessis, quien, después del título mencionado, dice así:

«Colección original procedente de la biblioteca del mismo Yriarte, y que creemos completa. Estos Refranes están escritos en papeletas separadas, clasificados por orden alfabético, y encerrados en cuatro carpetas».



Esta noticia dice el referido Duplessis haberla hallado en el tomo IX103 del Catálogo de Sir Richard Heber, número 1697 comprensivo de los libros de su inmensa y preciosa biblioteca, en cuyo lugar apunta la indicación que acabamos de entrecomar, y la segunda de las dos especies a que damos nosotros cabida en nuestro artículo intitulado Refranes castellanos traducidos en verso latino, y que, por no incurrir en la nota de molesto, nos excusamos de repetir ahora.

Añade el mencionado Duplessis que no ha podido obtener dato alguno acerca del paradero actual de éste y otro M. S. del mismo autor, del que damos cuenta en nuestro artículo Proverbs (A Collection of Spanish);

pero que cree existen todavía en Inglaterra.

v.º / REFRANES SUELTOS (COLECCIÓN DE), recogidos de varios Autores por D. José Pardiñas Villalobos desde el año de 1771 hasta el de 1780: que son en todo 6248 Refranes.

M. S. orij. en 4.º de sobre 300 fojas.

N. B.

La posee con algunas Adiziones su nieto D. José Pardiñas de Soto, Médico en el Puerto de Santa María. -ib. 14 Octubre 1843.

Tal es el contenido, a la letra, de una papeleta escrita por D. Bartolomé J. Gallardo, la cual me ha sido facilitada para su copia en este lugar por mi respetable amigo el laborioso bibliógrafo Sr. D. Manuel Remón Zarco del Valle.

Como se advierte por las anteriores abreviaturas v.º e ib., Gallardo tuvo ocasión de ver allí mismo dicho manuscrito. Vendidos los libros del nieto del autor de esta Colección a la muerte de aquél, ignoro cuál sea hoy el paradero de dicho manuscrito, así como la importancia que pueda alcanzar.

REFRANES (COLECCIÓN DE) y Locuciones familiares de la Lengua castellana con su correspondencia latina, por F. V. y M. B., amigos colaboradores. Barcelona, Librería de Juan Oliveres, editor, calle de Escudillers, número 53. 1841.

Un vol. 8.º, 10 págs. prelims., 509 de texto, 3 hoj. de conclusión de los Colectores y catálogo de libros de venta en casa del Editor. La obra se divide en tres secciones: la 1.ª se propone por objeto contener todos los refranes que el uso ha puesto en forma de versos consonantes o asonantes; la 2.ª, dar cabida a los refranes puestos en prosa; y la 3.ª, incluir todas las frases, expresiones y locuciones familiares de la lengua castellana, acompañando en las 2 primeras secciones la correspondencia latina, en su mayor parte, en versos exámetros y pentámetros, y dispuesta la equivalencia de la 3.ª con arreglo al uso constante de los autores más sobresalientes de la lengua del Lacio. Tal es en resumen la idea que de esta obra da el Editor al frente de la misma. Fuerza nos es confesar, a fuer de crítico, que los señores Colectores hicieron su trabajo algo a la ligera; pues dejando a un lado lo muchísimo que a su Colección falta, a pesar de decirse en dicha introducción sin reparo ni rebozo alguno, y que de propósito hemos puesto en cursiva, que en esta obrita se comprenden todos los refranes y todas las frases, expresiones y locuciones de la lengua castellana; y haciendo igualmente caso omiso de muchos y muy notables yerros que, ora en la exposición, ora en la explicación del texto se han deslizado, se nos vienen dichos señores empezando la 2.ª parte, esto es, la que abraza los Refranes en prosa, con los dos siguientes en verso:

Las mañanicas de abril, son muy buenas de dormir.

Como canta el abad, responde el sacristán.

REFRANES DEL QUIJOTE (LOS), ordenados por materias y glosados por D. José Coll y Vehí, académico correspondiente de la Academia Española, y numerario de la de Buenas Letras y de la de Bellas Artes de Barcelona. -Barcelona. Imprenta del Diario de Barcelona, calle Nueva de San Francisco, núm. 17. 1874.

8.º, XXV-248 págs., más una de erratas.

Curioso, aunque incompleto, resumen de los refranes que se hallan dispersos por la obra inmortal de Cervantes, y cuya explicación o glosa, dado los antecedentes del Autor y la época en que escribía, tenían forzosamente que hallarse un tanto influídos por la atmósfera política.

Al fin se inserta un índice, no sólo de dichos Refranes, sino de

Las Novelas ejemplares;

Persiles;

Galatea;

Viaje del Parnaso;

Entremés de Refranes; y

Quijote de Avellaneda,

índice igualmente deficiente e incompleto.

REFRANES (RECOPILACIÓN DE) y adagios comunes y vulgares de España. La maior y mas copiosa que hasta aora se a hecho. Fecha y recopilada por el licendo Horosco vsº de la ciudad de Toledo.

Un vol. 4.º M. S. de letra, al parecer, de fines del siglo XVI. Consta de 233 hojas escritas, sin foliar, y 15 en blanco.

Esta Recopilación que perteneció a la Biblioteca del Marqués de la Romana, procedente de la de D. Fernando José de Velasco, fiscal de la sala del Crimen en el Supremo Consejo de Castilla, según se ve por el ex-libris que está a la vuelta de la portada, y que actualmente para en la Nacional de esta Corte, se halla incompleta, pues estando redactada por orden alfabético riguroso, y comenzando este tomo por la letra E hasta acabar la Z, indica claramente faltar un tomo anterior que comprenda las cuatro primeras letras del alfabeto.

REFRANES (TRATADO DE). Por orden Alphabético. = M. S. Compuesto por diversos Autores, de todos tiempos. Volumen manuscrito del siglo XVIII, en 4.º = Comprende esta colección sobre cuatro mil quinientos refranes castellanos, muchos de ellos con la correspondencia latina.

(Número 2.142 del Catálogo de la Biblioteca de Salvá).i

REFRANES (UNOS CUANTOS) ESPAÑOLES ACERCA DE LOS FRAILES.

V. Proverbs (A few Spanish) about Friars.

RÉGIMEN (UN BUEN) es felicidad para los que mandan, y bienaventuranza para los que obedecen.

Así intitula unos versos de Gómez Manrique D. Francisco Mariano Nipho en la Introducción a su Cajón de Sastre (Madrid. Gabriel Ramírez. 1761. 7 vols. 8.º Miguel Escribano. 1781. 6 vols. 8.º), tomo I. En nota que adjunta al citado encabezamiento, dice que «Hállanse en el Cancionero general, que compuso el docto Hernando del Castillo, y se imprimió en Valencia por Cristoval Kofman en 1511, al fol. 47 vuelto». Habiendo logrado nosotros disfrutar de semejante edición, hemos tenido ocasión de ver que es efectivamente así, como también de advertir, lo cual calla el Sr. Nipho, la supresión que éste hiciera de tres estrofas. Por esto, como por el mérito que asiste a esta rara composición, vamos a reproducirla tal cual en dicho Cancionero aparece:



   «Cuando Roma conquistaba
Quinto Fabio la regia,
Y Cipion guerreaba
Titus Livius escrebia:
Las doncellas y matronas
Por la honra de su tierra
Desguarnian sus personas
Para sostener la guerra.

    En un pueblo donde moro
Al necio hacen alcalde,
Hierro precian más que oro,
Y la plata dan de balde:
La paja guardan los tochos
Y dejan perder los panes:
Cazan con los aguilochos,
Comense los gavilanes.

    Queman los nuevos olivos
Guardan los espinos tuertos,
Condenan a muchos vivos,
Quieren salvar a los muertos:
Los mejores valen menos;
¡Mirad qué gobernacion,
Ser gobernados los buenos
Por los que tales no son!

   La fruta por el sabor
Se conoce su natío,
Y por el gobernador
El gobernado navío:
Los cuerdos huir debrian
Do los locos mandan más,
Que cuando los ciegos guian
¡Guay de los que van detrás!

   Que villa sin regidores
Su triunfo será breve;
La casa sin moradores
Muy prestamente se llueve:
De puercos que van sin canes
Pocos matan lal armadas,
Las huestes sin capitanes
Nunca son bien gobernadas.

   Los zapatos sin las suelas
Mal conservan á los piés;
Las cuerdas sin las vihuelas
Hacen el son que sabés:
El que da oro sin peso
Más pierde de la hechura;
Quien se rige por su seso
No va lueñe de locura.

   En arroyo sin pescado
Yerro es pescar con cesta,
Y por monte traqueado
Trabajar con la ballesta;
Do no punen maleficios
Es gran locura vevir;
Y do no son los servicios
Remunerados, servir.

   Cuanto más alto es el muro,
Más hondo cimiento quiere;
De caer está seguro
El que en él nunca subiere;
Donde sobra la cobdicia
Todos los bienes fallescen;
En el pueblo sin justicia
Los que son justos padescen.

   La Iglesia sin letrados
Es palacio sin paredes;
No toman grandes pescados
En las muy sotiles redes:
Los mancebos sin los viejos
Es peligroso metal;
Grandes hechos sin consejos
Siempre salieron á mal.

   En el caballo sin freno
Va su dueño temeroso;
Sin el gobernalle bueno
El barco va peligroso:
Sin secutores las leyes
Maldita la pro que traen
Los reinos sin buenos reyes
Sin adversarios se caen.

La mesa sin los manjares
No harta los convidados;
Sin vecinos los lugares
Presto serán asolados:
La nao sin el patron
No puede ser bien guiada;
Do rigen por aficion
Es peligrosa morada.

   Las ovejas sin pastor104
Destruyen las heredades;
Religiosos sin mayor
Grandes cometen maldades:
Las viñas sin viñaderos
Lógranlas los caminantes;
Las cortes sin caballeros
Son como manos sin guantes.

    El golpe hará liviano
La mano sin el espada;
El espada sin la mano
No dará gran cuchillada:
La gente sin los caudillos
Muy flacamente guerrean;
Los capitanes sencillos
Por sendos hombres pelean.

   Es peligro navegar
En galea sin los remos,
Mas peor es conversar
Con quien sigue los extremos:
Pues si la conversacion
Es con los tales dañosa,
Por cierto la sujecion
Mucho será peligrosa.

   Hombres darmas sin ginetes
Hacen perezosa guerra;
Las naos sin los barquetes
Mal se sirven de la tierra:
Los menudos sin mayores
Son corredores sin salas;
Los grandes sin los menores
Son como falcon sin alas.

   Que bien como dan las flores
Perfecion a los frutales,
Así los grandes señores
A los palacios reales,
Y los príncipes derechos
Lucen sobrellos sin falla,
Bien como los ricos techos
Sobre hermosa muralla.

    Al tema quiero tornar
De la ciudad que nombré,
Cuyo duro prosperar
Cuanto bien regida fué;
Pero despues que reinaron
Cobdicias particulares,
Sus grandezas se tornaron
En despoblados solares.



CABO


    Todos los sabios dijeron
Que las cosas mal regidas,
Cuanto más alto subieron
Mayores dieron caidas;
Por esta causa recelo
Que mi pueblo con sus calles
Habrá de venir al suelo
Por falta de gobernalles».



REMEDIO (EL) DE LA MELANCOLÍA: La Floresta del año de 1821, o colección de recreaciones jocosas e instructivas. &c. Por don Agustín Pérez Zaragoza Godínez. Madrid. Álvarez. 1821.

4 vols., 8.º

Sirve bien poco para nuestro intento, máxime si se tiene en cuenta que es una traducción, por cierto no muy recomendable, de la lengua francesa.

RESPUESTAS DE SANCHICO PANZA a dos Cartas que le remitió su padre desde la ínsula Barataria; que consta por tradición se custodiaron en el archivo de la Academia Argamasillesca. 1.ª que publica en honor de la verdad, y de la fama, y familia de los Panzas, Ramón Alexo de Zidra105. Alcalá. En la oficina de D. Isidro López. Año de 1791. Se hallará en Madrid, en la Librería de Arribas, Carrera de San Gerónimo.

Un vol., 8.º, port., 12 págs. prelims., 37 de texto.

Este opúsculo, hoy sumamente raro, como acontece con gran parte de nuestras piezas literarias no sólo de los primeros siglos de la imprenta, si que también del pasado, y aun de principios del actual, está escrito con bastante corrección y chispa, y su estilo no puede ser más adaptado al objeto que lo promueve. Hállanse en él recapitulados al fin los refranes dispersos por la obra, con el título de Índice de los Refranes que contiene este verdadero papel, y que ha querido entresacar su editor, por no tenerse por menos que el del otro cuya certeza se duda, algunos de los cuales presumo que son forjados por la mente despejada del joven escritor. Este otro, a quien alude aquí el Sr. Ramírez, es el autor anónimo de las Instrucciones económicas y políticas dadas por el famoso Sancho Panza, etc., de que dimos cuenta en su lugar correspondiente.

RETRATOS (LOS VIVOS) de todos los Emperadores, desde Iulio Cesar hasta el Emperador Carlos V. y Don Fernando su hermano: sacados de las más antiguas monedas, no como fueron sacadas por otros, sino pintadas muy fiel y verdaderamente, y las vidas y hechos, costumbres, virtudes, y vicios, pintados con sus colores, y puestos por historia. Por Huberto Goltzio Pintor.

Al fin:

Impresso en Auvers, à despesas de Huberto Gottzio Pintor, en la Emprenta de Egidio Copenio de Dist. Año del Señor. 1560.



Folio mayor. Sin foliación, signaturas A, a, b, d, hasta Ee, todas de seis hojas, y Ff: Gg de cuatro, siendo la última blanca.

Colección rarísima que se compone de 135 grandes medallones tirados con un color bronceado, y acompañados de las vidas de los emperadores; además cada retrato lleva encima una máxima o sentencia por este estilo: Ten al francés por amigo, no lo quieras por vecino. -De boca parlera sale todo daño. -Cuando la fortuna os lisonjea, entonces os engaña. -Muchos hay que saben mucho, y ninguno hay que sepa de sí harto. -El que no sabe callar, no sabrá hablar a su tiempo, etcétera.

La obra está dirigida por Goltzio a Felipe II. en 1557, y es muy singular que se publicara antes en castellano que en latín, que es el idioma en que dio a luz este autor todas sus demás producciones.

Nicolás Antonio no lo menciona entre los extranjeros que escribieron en español.-

Tal es, a la letra, lo que respecto de esta obra, que no conozco, dice Salvá, en la sección de Biografía del Catálogo de su biblioteca; y, en vista de semejante descripción, no he vacilado en darle aquí asiento.

REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS. Dedicada al Cuerpo facultativo del ramo. Tomo I. Madrid. Rivadeneyra. 1871.

7 vols., 4.º. 1871-77. (Los tomos 6.º y 7.º fueron impresos por Fortanet.)

En la sección destinada a Preguntas y Respuestas se halla algún material, aunque escaso, alusivo a nuestro intento.

REVISTA DE ESPAÑA.

En el tomo VII, o sea Número 25 de esta publicación periódico-literaria, correspondiente al 15 de Marzo de 1869, se halla un precioso trabajo sobre el origen del refrán El diablo está en Cantillana, y el arzobispo está en Brenes, debido a la bien cortada pluma del Sr. D. Juan Eugenio Hartzenbusch.

REVISTA DE GERONA.

4.º mayor. En el número correspondiente al mes de Marzo de 1883 de esta curiosa y bien redactada publicación literaria, científica y artística, se insertó una carta, con el título de Aforística, que tuvo la bondad de dirigirme mí distinguido amigo el erudito e incansable escritor y anticuario D. Enrique Claudio Girbal, en la que me da cuenta de un manuscrito por dicho señor hallado en la Biblioteca Provincial gerundense, «un vol. en 4.o, en papel de hilo y algo destartalado, sin portada y sin nombre de autor. Dicho M. S. consta de 111 folios numerados, escrito en letra clara y correcta, al parecer, del pasado siglo. Titúlase Breve Rethoricae compendium, y, como su título lo indica, está redactado en latín». Después de la tabla de materias, a fol. 80, sigue un Breve Resumen de la Poesía Castellana: concluyendo el tomo por «una colección de Adagios, que, como por vía de apéndice, se halla continuada desde folios 101 a 107». Concluye dicha epístola con las siguientes palabras: «Por lo demás, he preferido dejar sin corregir la ortografía defectuosa del original, así como lo anticuado de su lenguaje, que le presta cierto sabor de época. Mucho celebraré que mis buenos deseos salgan cumplidos de una u otra manera, y mientras espero conocer la autorizada opinión de V. sobre el particular, me repito...» etc.

Pocos días después contestaba yo al Sr. Girbal manifestándole mi (no autorizada, sino pobre) opinión acerca de este extremo, en unas cuartillas que, por mi propia mano, puse en la sección de Impresos del Correo de Madrid, mediante faja, y no sobre, provista de los competentes sellos, en la cual hacía constar que se trataba de original de imprenta; pero ésta es la bendita hora de Dios en que, al cabo de ocho años, no ha llegado el susodicho escrito a su debido paradero... ni llegará. El M. S. a que se refiere su descubridor no merece, en verdad, que despliegue uno gran actividad y solicitud en pro de su contenido; pero mi amigo y señor Girbal se merecía esa solicitud y tal actividad; y aun cuando no era mía la culpa de que hubiera resultado infructuoso el ideal que se perseguía, con todo, escribí a dicho sujeto otro artículo, igualmente en forma de carta, el cual... corrió la propia suerte que el anterior; pero, como quiera que el gato escaldado del agua fría huye, hube de quedarme con copia de esta última (pues no acostumbro hacer borrador de mis trabajos), en expectativa de mejor ocasión para sacarla a luz, si, como sucedió, entraba mi segundo original a hacer compañía al primero (probablemente para que no tuviera miedo) en la región de las tinieblas. Llegó, pues, la ocasión de que le diera el sol, lo que no hubiera hecho yo aquí, si no creyera que puede prestar su lectura algún interés al lector, para quien nada es superfluo, tratándose de achaques paremiológicos. En su consecuencia, y para mejor ponerle en autos, insertaré primeramente la dicha colección, tal cual la publicó el mencionado señor Girbal, y a seguida mi malhadada epístola, de cuya suerte libre Dios a mis lectores, y yo no me vuelva a ver en otra; que, para bromas basta, y quédese en cero, y van dos.

«ADAGIOS

Al buen callar llaman Santo...
A hija casada muchos yernos a la puerta.
A Asno modorro Arriero loco.
Amores, dolores, toz, y dineros, no pueden estar quedos.
A mí que soy de Cordoua.
Al fin se canta la gloria.
Agrillas eran, o verdes.
A Traidor, Traidor y medio.
A mí me sacare vn ojo, porque a mi enemigo le saquen dos.
A Rio rebuelto ganancia de pescadores.
A otro perro con este guesso.
Aun no assamos, y ya espringamos.
Algo se ha de hazer para blanca ser.
Al que mal viue miedo le sigue.
Al postrero muerda el perro.
A bestia que beue no es menester chistarle.
Al ruin dadle officio.
Antes es la camissa que el sayo.
A palabras locas, orejas sordas.
A do fueres haz como vieres.
A la muger, y a la picaza, lo que en la plaza.
Al peligro, y al remedio con tiempo.
Amigo de todos, y de ninguno todo es vno.
Amigo Pedro, amigo Juan, pero mas amiga es la verdad.
Anda mas ocupado que horno por Navidad.
A moro muerto gran lanzada.
Agua parada no muele molino.
Andar de mal en peor.
Achaque al Viernes, para no aiunarle.
Buey suelto bien es lame.
Bien se yo de que pie cojeiyas.
Buscais sinco pies al Zato.
Buenas son mangas despues de Pasqua:
Basta vn amo en vna casa.
Buscadlo amigo, mas si fuere perro, ya os huuiera mordido.
Bocado comido, no gana amigo.
Buena Fama tuerto encubre.
Buena seras, quando la rana tendra pelos.
Buena es la ventura, por quien la procura.
Con el tiempo me accomodo.
Cada grumo tiene su humo.
Cada uno se enamora de sus cosas.
Con alegre compañia se suffre la triste vida.
Comer poco, y remojarlo bien.
Carzas, y espinas todas son mis primas.
Caro me costo el chiflete.
Cestos despues de vindimias.
Continua gotera aguera la piedra.
Cuervo, á Cervo no se sacan los oyos.
Cada vno tiene su gusto.
Cada vno haga lo que sabe.
Caminante cansado suba en asno si no halla cavallo.
Carbon ni leña, no compres cuando llueva.
Como costal de carbonero, malo de fuera, y peor de dentro.
Comed mangas que por vosotras me hazen honra.
Como no riñe tu amo? porque no es casado.
Con vn poco de tuerto, lleva vn hombre á su derecho.
Dezir las verdades, es perder las amistades.
De las contadas come el lobo.
Duro es Pedro para cabrero.
Disminuir la harina y recoger la ceniza.
Dadiuas quebrantan peñas
De la mano á la boca se cave la sopa.
De oy en mañana no se haze nada.
Dime con quien vas, y direte lo que haras.
De casta le viene al galgo ser rabilargo.
Dadme dineros y no consejos.
Del Pan, y del palo.
Dadle al villano el pié y tomara la mano.
Dize el doliente al sano, Dios te de salud hermano.
De la mañana se conoce el dia.
Dareme por vencido, quando no pueda hazer otro.
De lo poco poquito, de lo mucho infinito.
Del Pan de mi compadre, buen pedazo á mi ahijado.
Dexemos Padres y abuelos, y por nosotros seamos buenos.
Dios te de salud, y gozo, Casa con Corral y pozo.
Dos gosques á vn can mal rato le dan.
Dar al maestro cuchillada.
Dineros son calidad.
El vestido haze hombre.
El que haze bien a hombre ingrato, pierde el trabajo.
En la almoneda la boca queda.
El que dissimula con agrauio espera otro.
Esto en tus manos durara poco.
El Olmo no puede dar peras.
El que no sabe en menores, no sabra en maiores.
El cantaro que va mucho a la fuente, vna vez dexa el asa, otra la frente.
El mal cobrador haze mal pagador.
En casa del herrero assador de palo.
El hombre por la palabra, y el Buei por el cuerno.
El Escarauajo llama á sus hijos granos de oro.
En esto pongo el Cuero, y correas.
En esto pongo el saco, y las peras.
Esto aprendi desde chiquito.
Enseñasme lo que ya se.
En vn gran peligro te duermes.
En todas partes ay peligro.
Es vn gran traidor.
El loco por la pena es cuerdo.
En burlas ni en veras.
En ruin ganado poco ay que escoger.
Estarse en sus treze.
El horno, y el viejo por la boca se calientan.
Entre sastres no se pagan costuras.
Es menester Dios, y ayuda.
Entre los amigos no hay gran partido.
Estar a engordar.
El tiempo todo lo acaba.
El Diablo por ser viejo sabe tanto.
Es agudo como punta de orinal.
El mejor cauallero es Don Dinero.
Estaua en los cuernos del Toro.
Estar en medio del rio, y morirse de sed.
En lo que estamos benedicamus.
El tiempo passado fue mejor.
Ebro traydor naces en Castilla, y riegas Aragon.
El hermano para el dia malo.
El hombre occasionado cada año apedreado.
En rio que no ay pezes, en vano es echar las redes.
Esso es ceuada con piedras.
El hijo nuestro Don Lope ni es miel, ni hiel, ni vinagre, ni arrope.
Esta la carne en el garavato por falta de gato.
Entrar como Pedro por su casa.
Estar como vidrio entre piedras.
Fuesse por el llano, y boluio trasquilado.
Fuego de Dios en el querer bien.
Frayle sin verguença.
Fuime a Palacio, fuime bestia, y bolvi asno.
Gato con hombre versas come.
Gran pescado no se coge en pozo pequeño.
Gato escaldado de agua fria huie.
Grano a grano hinche la gallina el papo.
Grada a grada se sube la escalera.
Grande es mi yerno, bueno fuera mejor.
Guardete Dios de hecho es.
Huespedes vengan y haremos de su pan sopas.
Honra, y prouecho no caben en vn saco.
Hazeis la gata de Juan Hurtado.
Hallo zapato de su pie.
Hallastes el milagro de Mahoma.
Helo aprendido a mi costa.
Hale hecho vn presente de que no gusta.
Hablame cristiano que te entienda.
Hale dexado en un gran peligro.
Hazer antes el texado, que el fundamento.
Hombre apercebido vale por dos.
Habito no haze monja.
Haze, y calla.
Hazeos Oueja, y comeranos Lobos.
Hazes mal espera otro tal.
Ja estan aquí San Roque, y su perro.
Juega de mí como de vna pelota.
Jmbidia me tened, y no piedad.
Jra de hermanos, ira de diablos.
Juntate a los buenos, y seras vno dellos.
Ja nos va bien ya mal.
La virtud lleua consigo el premio.
Lo mal ganado se lo lleva el Diablo.
Lo que se vsa no se escusa.
La vieja escarmentada passa el agua arrremangada.
Las damas siempre dizen da mas.
Lo que puedes hazer oy, no lo aguardes a mañana.
La vejez es enfermedad.
La donzella gastada, no puede ser remendada.
La tercera gana la prima.
La piedra salida de la mano, no se sabe adonde va.
La misma conciencia accusa.
Lo que quieres tu que otro calle, callalo tu.
Los negocios hazen los hombres.
Los tiestos semejan a las ollas.
La pequeña hazienda en la paz se auinenta.
Locura es buscar lo que despues te ha de pesar.
La necessidad no tiene ley.
Los dedos de las manos no son iguales.
La presencia del amo engorda el cauallo.
Las tocas de Beata, y las vñas de gata.
Lo que se aprende en la cuna siempre dura.
Lo que la fuerza no puede el ingenio lo alcança.
La boda de los pobres toda es vozes.
Las paredes tienen orejas.
Mala es la quenta al fin del saco.
Mal de muchos consuelo de todos.
Muchos somos pero poco valemos.
Mas vale paxaro en la mano que buitre volando.
Mas vale guardar que ganar.
Mas vale cabeça de gato que cola de Leon.
Mas ven cuatro ojos que dos.
Muera marta, y muera harta.
Mas ladra el perro quando ladra de miedo.
Miedo guarda la viña.
Mas quiero comprar que rogar á ruines.
Muger, viento, y fortuna, siempre se muda.
Muchos alaban al arnes y pocos vsan del.
Mas vale tarde que nunca.
Mas vale maña que fuerza.
Morirse anegado sin agua.
Mas vale vn toma que dos te dare.
Mande a sus moços.
Mas vale ahorcar, que ser ahorcado.
Mas quiero creerlo, que irlo á buscar.
Mala caça es el gato.
Mal se cubre el gato con la cola.
Mas vale verguença en cara, que miedo en coracon.
Mientras te hazen la barba, habla poco.
No es pobre el que tiene poco, sino el que dessea mas.
Necedad es emprender lo que no puedes hazer.
Ninguno esta contento con su suerte.
No ay plazo, que no lluegue.
No se cogen truxas a bragas enxutas.
Nuestro gozo en el pozo.
Nadie diga desta agua no beuere.
No ay de quien fiar.
No ay mal que dure, ni bien que no se acabe.
No te iras en Roma por penitencia.
No ay meior Venta, que buena renta.
No ay bien sin premio, ni mal sin castigo.
No se puede azer todo de vna vez, soplar, y sorber no puede ser.
Nunca buen moro por fuerza.
No se gano Zamora en vn hora.
No ha quedado clauo en pared.
Ni vn dedo mano, ni vna golondrina verano.
No todo lo que vno dessea alcança.
Obras son amores, que no buenas razones.
O bien rico, o bien pobre.
O todo, o nada.
O morir, o salir con ello.
Pagar justos por peccadores.
Perro que ladra no muerde.
Por esto pena el muchacho.
Por huir del fuego dar en las brasas.
Pues haueis hecho la Iglesia hazed el Altar.
Pescador de caña mas come que gana.
Pobreza no es vileza.
Por vos no se pondra mas sal en la olla.
Quien madruga Dios le ayuda.
Quien ha estado a vn tris de la Sepultura tenga cordura.
Quien tal haze que tal pague.
Quien no tiene no puede dar.
Quien ha officio ha benefficio.
Quando todos te dizen que eres Asno rebusna.
Rojo de pelo, negro de rostro, tuerto de un ojo, coxo de un pie, si vos soys bueno mucho hareys.
Siempre teneys que dezir.
Si quien bien sirue no medra, quien mal sirue que espera.
Si desta escapo, y no muero, nunca mas bodas, al Cielo.
Sabe traer el agua a su molino.
Si el Guardian juega a los naipes, que haran los frayles.
Sayo tuuiesse, que sin guantes lo passaria.
Todo lo rebuelues.
Todos te conocen.
Tu lo has empezado, acabalo.
Toda buena salsa pica.
Tabaco vino y muger echan el hombre a perder.
Tres cosas destruien al hombre mucho hablar, poco saber, mucho gastar, y poco tener, mucho presumir, y poco valer.
Tal para tal.
Todo lo hazes al reues.
Viua quien vence.
Viue de esperanças.
Viuimos segun nuestra posibilidad.
Vieneme el mal que me suele venir, que despues de harto me suelo dormir.
Vida Angelical comer en Taberna, y dormir en hospital.

FIN».



AFORÍSTICA

Al Sr. D. Enrique Claudio Girbal.

Gerona.

Muy Sr. mío y distinguido amigo:

El hombre propone, y el Correo de España dispone.

No extrañe usted que comience esta mi epístola con un refrán parodiado, porque las circunstancias especiales que militan en el asunto que nos ocupa, me mueve a hacerlo así con harto sentimiento. Es el caso que en el mes de Marzo del año corriente, tuvo usted la bondad de enderezarme una epístola en la Revista de Gerona, con igual título que el que promueve esta contestación por duplicado; y digo por duplicado, porque también es el caso que, a pesar de haber recibido dicha carta en época sumamente atareada para mí, cual lo es la Semana Santa, hurté el tiempo al descanso y a varios quehaceres, y en la propia dicha Semana me apresuré a ponerle a usted en el departamento de impresos de esta Central, yo mismo en persona, unas cuantas cuartillas en contestación a su favorecida a que me refiero, expresando en la faja, no sobre, que se trataba de original de imprenta. Pero... el hombre propone, y el Correo de España dispone; esto es: yo me propuse que el original, escrito como dicho queda, en época tan excepcional para mí (que si algún mérito tenía era ése solo), llegase a manos de usted, porque para eso le puse las señas claras y los sellos competentes; mas el Correo, quiero decir, algún majadero de los muchos que, tanto en Correos como en las demás dependencias de nuestra Nación, se hallan empleados, dispuso lo contrario, de que certifica bien a las claras el no haber llegado aún a poder de usted dicho mi manuscrito, con ser transcurridos ya seis meses largos de talle desde entonces a acá: tiempo más que suficiente para haber dado la vuelta al mundo, no que a Gerona. Mucho me duele, en verdad, tener que tomar la pluma para repetir un mismo asunto, por haber marrado la primera tentativa, asegurándole que, a no mediar en este caso persona tan respetable como usted, no lo hubiera verificado, por causa de lo enojoso que se me hace, en atención a mi falta de tiempo, no salir de un mismo círculo a pesar de andar y más andar; pero le aseguro a usted, por el nombre que llevo, que muchísimo más me duele en la ocasión presente, por cuanto se trata de que en el mismo mes de Marzo a que aludo, remití al diario madrileño El Día, un artículo intitulado Apuntes sobre extravío de la correspondencia epistolar, en cuyas columnas salió a luz el lunes 23 del citado mes; artículo en que defendía yo a los empleados en el ramo de Correos de tantas inculpaciones como se les hacen en orden a no llegar gran parte de la correspondencia a su debido destino, y que de seguro no habría escrito si hubiera llegado a vislumbrar lo que dentro de pocos días me esperaba... ¿Qué le hemos de hacer? Sea todo por Dios; consolémonos con que la moralidad, tratándose de empleados, se encuentra en España, salvo honrosas excepciones, a muchos grados bajo cero; y dejando a un lado cuestión tan enojosa y repugnante, entremos ya en materia.

Ahora bien, prescindiendo de la diferencia, tal vez exagerada, que establezco yo entre lo que debe ser el refrán, el proverbio y el adagio, empiezo por decirle a usted que entre las 260 locuciones de que consta la colección a que me refiero, intitulada Adagios, figuran varias que no alcanzo con qué derecho figuran en ella; v. g.: Todo lo revuelves; Todos te conocen; Enséñasme lo que ya sé; Es un gran traidor: modos de hablar todos ellos tan lisos, llanos, mondos y lirondos, que carecen de alguna de las condiciones requeridas para que una frase entre en la esfera paremiológica o aforística.

Dejo también a un lado lo nada merecedor de ser consultado dicho M. S. en lo relativo a su escritura, pues pulula en pasajes cacográficos, o llámese barbarismos, tales como Aún no asamos, y ya ESPRINGAMOS; Bien sé yo de qué pie COJEIVAS, etc.; siendo así que en manuscritos e impresos españoles de la más remota antigüedad, respectivamente, se apuntan ya las formas pringamos y cojea, o, cuando más, empringamos y coxquea, formas ambas usadas por nuestros antiguos clásicos, en tanto que dificulto haya usado nadie, que se precie de saber hablar y escribir medianamente, las bárbaras y viciosas que en este caso consigna el texto que nos ocupa.

En lo respectivo a tal o cual variante que usted advierte en algunas de esas frases, juzgo de mi deber manifestarle que dichas variantes, y aun muchas más, han estado o están actualmente en juego, y algunas de ellas con mejor acuerdo de lo que en esta obrecilla aparece. Ejemplo de lo primero: Al buen callar llaman SANTO. Antiguamente se decía también SANCHO, como es lo común y frecuente hoy en día; pero también se decía SABIO y SAGE, y hasta se empleaba el italianismo SAGGIO. Ejemplo de lo segundo: Grande es mi yerno, bueno fuera mejor; variante poco acertada, siendo así que, tanto antes como ahora, lo común y corriente es expresar el segundo miembro en la forma MEJOR FUERA BUENO, con lo que resulta el asonantado tan recomendable en los refranes, así en obsequio a la harmonía como a la mnemotecnia, y sobre todo, a la propiedad de la elocución.

Y ya que he citado arriba el refrán Al buen callar llaman santo, no estará demás el hacer constar aquí de pasada, por si hay algún lector que lo ignore, que dicha variante de SANCHO por SANTO no es invención de Cervantes, como muchos presumen; fijáranse bien éstos en el único pasaje del Quijote en que se trae a colación semejante proverbio, y verían de luego a luego como reconoce una fecha anterior, al decir el Héroe manchego a aquel costal de refranes y de malicias, su escudero: «Ese Sancho no eres tú; porque no sólo no eres buen callar, sino mal hablar y mal porfiar106».

Pero lo que hallo más grave en el opúsculo que promueve esta mi crítica, es: 1.º, el empleo del verbo disminuir en el símil siguiente: Disminuir la harina y recoger la ceniza, frase que carece de sentido, y en la cual deja de verificarse además la debida antítesis para dar a entender que una persona desperdicia lo útil y estimable, al propio tiempo que guarda lo inservible o de menos precio, cuya falta se hubiera subsanado si el amanuense hubiera escrito, v. gr., difundir, al tenor de como hoy se dice, y se ha dicho siempre: Allegador de la ceniza, y derramador de la harina; 2.º, el escribir En burlas ni en veras, sin más ni más, proposición que, así aislada, nada dice ni a nada conduce, pero que, seguida de su complemento con tu amo no partas peras, es un consejo de a folio. En cambio, y váyase lo uno por lo otro, en la agrupación de la letra N leo: No se puede azer todo de una vez, soplar, y sorber, no puede ser, donde la primera proposición hace desmerecerá la segunda, que es el verdadero adagio, así por preceder la explicación a la metáfora, cuanto por lo larga que resulta la enunciación de dicho principio, contra la índole propia y característica del género sentencioso.

De todo lo expuesto, y mucho más que callo, saco en conclusión, aunque con harto sentimiento, que la obrilla que V. me ha dado a conocer carece por completo de importancia, como harto lo he dado ya a entender, tanto por su calidad, cuanto por su forma y extensión. Otra cosa sería si, ya que reducida a tan breves dimensiones, hubiera estado redactada correctamente; y mucho mejor aún, si hubiera sido glosada o explicada, al modo que lo practicó en el año de 1541 un anónimo respecto de Los Refranes que recopiló Iñigo López, de Mendoza por mandado del rey don Juan, a cuyo trabajo aludían los antiguos paremiógrafos cuando citaban la Glosilla, para diferenciarlo de otro anterior intitulado Refranes glosados, en los cuales cualquier que con diligencia los quisiere leer hallará proverbios y maravillosas sentencias. y generalmente a todos muy provechosos, a que llamaban la Glosa antigua107.

Antes de acabar, permítame V. que le exponga una vehemente sospecha que abrigo respecto de la parte material que ostenta su hallazgo.

Dice V. que el volumen a que alude se halla «escrito en letra clara y correcta, al parecer del pasado siglo».Mucho me temo sea una copia torpemente sacada de algún original escrito en época bastante anterior, y tal vez poco inteligible para el bueno del amanuense, fundándome para ello, a vueltas de otros motivos, en que, hallándose redactada por orden alfabético la colección que nos ocupa, veo en la inicial C la palabra Carzas (por Carzas), así como en el grupo J voces tales como Ja (por Ya), Jmbidia (por Imbidia, o Invidia), e Jra (por Ira): escritura ésta, como sabe V. muy bien, que en el siglo próximo pasado estaba desterrada ya, no sólo de la pluma, sino hasta de los moldes.

Como quiera que sea, no puedo menos de dar a V. las más expresivas gracias por la cuenta que de su hallazgo ha tenido la bondad de darme, pues al fin y al cabo resulta un libro más en la esfera de la Bibliografía paremiológico-hispana, de que ya he tomado la correspondiente nota para mis trabajos especiales; ¡ojalá sea V. más afortunado en otra ocasión acerca del particular, a fin de que pueda comunicarle juicio más favorable este su atento s. s. y cappn. q. b. s. m., JOSÉ MARÍA SBARBI. -Madrid y Octubre 6 de 1883.

REVISTA MENSUAL DE FILOSOFÍA, LITERATURA Y CIENCIAS, DE SEVILLA. Sevilla. Imp. de Gironés y Orduña. 1869-74.

6 vols.: el 1.º, en fol. menor; los 5 restantes, en 4.º

En el núm. 5.º de dicha Revista, correspondiente al 25 de Agosto de 1870 (tomo II), se halla un artículo firmado por D. Antonio Machado y Álvarez, e intitulado Apuntes para un artículo literario, en el cual se prueba que «las coplas llamadas sentenciosas son, por la mayor parte, refranes cantados».

REY QUE RABIÓ (EL) CAPÍTULO CXCI. De por qué rabió el Rey que rabió. Nueva edición corregida y aumentada. Teruel: Imp. y librería de José Alpuente.

Foll.de 20 págs., 4.º

La advertencia que pone El Editor a la vuelta de la portada está fechada en 2 de Mayo de 1877, y en ella entra diciendo: «Hace cuatro años, poco más o menos, se imprimió este Capítulo, cuya edición se agotó rápidamente», etcétera.

Está redactado en estilo satírico y zumbón.



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