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ArribaAbajoEntretenimiento VI.

De las Produciones vegetables de los varios territorios.


No es particular que en climas diferentes, y donde los temperamentos son tan diversos, las producciones de la tierra sean distintos entre sí. El calor y la humedad son los medios sensibles de la vegetacion; y á proporcion que es mayor el grado de cada una de estas dos causas, hallandose unidas, la vegetacion es mas pronta y vigorosa en aquellas especies que lo requieren; y del mismo modo, otras que necesitan de menos calor, y aun de algunos grados de frialdad prevalecen en donde la encuentran, sin que se vean en los terrenos cálidos, ni en los parages que abundan de humedad: de aqui nace, que tan favorable es para las unas el calor en grado excesivo, como para las otras la frialdad mas, ó menos grande; entendiendose lo mismo de la humedad, ó sequedad. Con todo esto es mas comun que los campos se vistan de toda suerte de plantas en los climas cálidos y humedos, que en los frios; y son muchas las especies que prevalecen en aquellos respecto de las pocas que visten la tierra en estos otros, sucediendo que los unos son naturalmente frondosos, y los otros se miran como áridos: en aquellos vé renovarse la naturaleza por instantes, y en estos, aun quando quiere dár señales de su mayor vigor, se registra desnuda la tierra, y que miseramente dá algunas señales de no ser del todo estéril. Esta proporcion con los temperamentos es necesaria para la variedad, que es la hermosura de la naturaleza, pues por su medio se vén multiplicadas las especies en tanto grado, que se requiere mucho estudio y aplicacion para conocerse las mas comunes.

La naturaleza liberal en todas sus providencias distribuyó los dotes de su generosidad con proporcion á los climas, á los territorios, y á las propiedades del ayre: hizo comunes entre todos, ó en los mas, ciertas cosas, y reservó otras para distinguir con ellas aquellos que le viniese mejor.

Entre la parte baxa del Perú, y la alta; entre estas y las que están cerca de la Equinocial; y entre unas y otras, y las que están debaxo del Trópico, se reconoce tanta diferiencia, que parece variada la naturaleza, porque lo que se vé en la una, no se encuentra en las otras; pero lo notable es, que en la Luisiana se hallan algunas cosas de las que son comunes en la cercanía de la Equinocial, y otras diferentes de ellas é iguales á las de Europa, no faltando tambien algunas que son estrañas de uno y otro País. La parte baxa del Perú, que llaman Valles, y son llanadas dilatadisimas en lo largo de Norte á Súr, producen de sí mismas muy poco, por ser territorio de arena; pero ayudadas del ayre, y fecundadas con humedad, brota con vigor aquellas plantas que son adequadas al clima; pero esto es solo en los sitios por donde corre algun arroyo, ó rio, donde se vén arboles y cultura, como que teniendo el grado de calor que se requiere, solo le falta el de la humedad, la qual se le ministra por cequiones que se hacen, y de unos campos estériles se disponen otros, cuya fertilidad no tiene que embidiar á los mas pingues. Allí prevalecen el Maiz, las Batatas, que llaman Camotes, y en otras partes Moniatos, Yucas, y muchas especies de simientes, granos, y raíces, como la Caña de azucar, á cuyo simil crecen tambien arboles frutales de aquellas especies, que son regulares allá. En esta clase entran los Chirimoyos, Aguacates, ó Paltas, Guabas, ó Pacaes, Nísperos, Guayabos, Lucumos, Palmas, y Plátanos, con otros que no dán frutas de exquisito gusto, como los Algarrobos, Guarangos, Sapotes silvestres, y otros varios. Tambien prevalecen los frutales de Europa, como Naranjos, Limones, Limas, Manzanas, Nogales, y Higueras; y de los de fruta de hueso, Duraznos, Priscos, Melocotones, Ciruelas, y Olivos; pero entre unos y otros no se vén Encinas, Alcornoques, ni Castaños, y si de estos hay algunos es ácia las partes del Reyno de Chile, cuyo clima es totalmente igual al de España, con las quatro Estaciones del año bien distinguidas.

Es necesario tambien hacer distincion de la parte baxa con atencion, no á la mayor inmediacion de la Equinocial, sino á los vientos que reynan. En aquel dilatado espacio, en donde los vientos Sures son perpetuos, que es desde los 26, ó 27 grados al Súr de la Línea, hasta los 3 grados del propio lado donde está el Pueblo de Tumbes, prevalecen con mas, ó menos abundancia las plantas, que quedan dichas, y además de ellas hay tambien las Parras y Cepas de uvas; pero desde los 3½ grados Súr hasta pasar la Línea, y todo el ámbito que hay desde ella hasta el Trópico de Cáncer, abunda solo en arboles silvestres y frutales, no prevaleciendo en plantas menores otras mas que las que son propias de Países de mucho calor y humedad; y asi los Cedros de distintas castas, los Caobos, los Ceibos, las Marias, los Evanos, Granadillos, las Palmas de muchas especies, y otros diversos se encuentran tan tupidos, y son tan corpulentos, que no pueden penetrar por entre ellos los rayos del Sol, texiendolos una infinidad de vejucos mas, ó menos gruesos, y las plantas pequeñas, con tanto enlace, que es dificil desembarazarse de su confusion. La parte del País baxo, donde los vientos Sures son continuos, carece de llubias, y aunque tiene el grado de calor que conviene á aquellos otros arboles, les falta la correspondencia de humedad que es esencial para el brote de la vegetacion. En los parages donde ésta se halla por la industria del riego, que los cequiones distribuyen, sacandose de los rios, no dexan de prevalecer; pero son arboles plantados expresamente, y no producidos por sí, y sin cuidado, como sucede en los otros.

Desde la parte baxa hasta la alta, cuyos temperamentos y el ayre son enteramente opuestos, se siente por grados la diversidad de producciones. En las quebradas profundas, y en los parages menos altos se produce con vigor la Caña de Azucar, no tanto con el beneficio del riego, quanto por la abundancia de las llubias, y á este respecto los arboles y frutas que crian son las de los climas de la parte baxa; pero como el grado de densidad de la athmósphera no es el mismo que allá, quanto esta es mas ligera, son las vegetaciones menos prontas, pero los frutos no son de inferior sazon. En los parages que no son quebradas profundas, ni tampoco de los mas altos, prevalecen especies que son regulares en Europa, y que requieren temple frio, como el Trigo, la Cebada, y otras simientes; pero en arboles es muy escasa, no hallandose allí los Pinos, Robles, Castaños, Encinos, Alcornoques, cuyas especies son desconocidas, y solo de los Pinos se dice, que se encuentran en la parte Meridional ácia el Reyno de Chile, no habiendolos en lo demás de la Cordillera, desde la Equinocial, hasta los 23, ó 24 grados. Los Sauces son muy comunes en aquellos temperamentos médios, y los Cedros no dexan de prevalecer en ellos, aunque con lentitud.

Los parages elevados, que verdaderamente son frios, crian tres especies de arboles particulares á ellos, estos son los Quinuales, Especias, y Casis: todos indican en su estructura, y en el colorido de las hojas la desapacibilidad del temperamento. Son los Quinuales, ó por otro nombre Quisuales de regular altura y corpulencia, poblados de ramazon competentemente, y como á la altura de dos varas se divide el tronco en distintos brazos. La hoja es menuda y gruesa al modo de las Encinas, ó mas propiamente al de las Carrascas: su color es opáco, de un verde obscuro macilento: su corteza es particular en circunstancia del quantioso número de capas de que se compone, con el que parece haber intentado la naturaleza hacerle á el tronco otros tantos abrigos para defenderlo de la rigidéz de los climas en donde prevalece: es está en el grosor de una pulgada poco mas, compuesta de crecido número de capas, que estando pegadas entre sí se separan con facilidad, y no es facil averiguarlas, pues habiendo contado mas de 150, faltó la paciencia á vista de no haber llegado á la mitad. Estas capas son muy delgadas, aun mas que el papel, lisas, suaves al tacto, y de un color que tira á roxo claro. Al arrancar del tronco un pedazo de corteza empiezan á dividirse de sí mismas; y debaxo de aquel pedazo, que parece ser el tronco, se saca otro de innumerables capas, y mas delgadas, tersas, y jugosas que las exteriores. Al fin de todas está el tronco, que es de una madera obscura, dura, compacta, y pesada. El fruto es una especie de grano menudo en forma de racimos, del que no se conoce uso alguno.

Se podría equivocar el arbol que llaman Especia con el Quinual, mirado de repente, si su corteza no fuese enteramente diversa. La de éste es del grueso de dos á tres líneas, bastante dura, y aunque tiene algunas pequeñas grietas, en el total es unida, dura, y se halla tan aderente al tronco, que no se dexa separar con facilidad. La hoja es algo mas grande que la del otro, pero del mismo color; y la frutilla que dá es igualmente mayor. La flor de estos arboles es al modo de los Olivos, pero de color obscuro, de modo que es preciso mirarlos con cuidado para distinguirla de la hoja.

En alturas mas elevadas, cuyo clima es asimismo mas frio, se crian los Casis, cuyo arbol es menor que los antecedentes, y á proporcion el tronco menos grueso: al simil de aquellos dá muestras del rígido y continuado Invierno, á el que resiste con su dureza: la madera es obscura, y la corteza delgada, y muy unida con el tronco: es de mucha dureza y peso, y no teniendo nada de vidrioso, la prefieren para las obras que se hacen en lo interior de las Minas. Fuera de estas tres especies de arboles no se crian de otros por allí, lo qual conviene con lo que se ha dicho, de ser escasa de producciones naturales.

Aun en las yerbas hay tambien notable diferiencia. Desde que se sube á temperamento algo frio se empiezan á vér Pajonales, que en nombre proprio son Ichales, porque á la paja que crece allí se llama Icho, el de temperamento menos frio es mas largo que el de mayor frialdad, y tambien mas espeso, y la hoja mas fuerte, pareciendose al Esparto, del qual se diferiencia en ser mas endeble.

En la parte baxa la yerba comun es la Grama, y no se encuentra entre ella Icho alguno; de modo que cada clase de terreno tiene por yerba comun una distinta del otro. Además de estas, que son las de abundancia, no faltan de otras várias especies, lo qual sucede en las cercanías de los arroyos, ó rios, en las partes donde el frio reyna menos, y en las quebradas. El Trevol es entre todas de las mas comunes en aquellos parages donde no prevalece el Icho.

En los lugares donde el frio no es de lo mas excesivo, hay una planta que brota un bástago como de una vara, ó vara y media de alto, y al fin de él hace como un penacho: el grueso de éste bástago es como pulgada y media de diametro: introducense en él ciertos gusanos, como de dos pulgadas de largo, y grueso algo menos que el dedo pequeño. Quando el bástago se pone seco, los gusanos están en su mayor vigor, y son de un color ceniciento. Estos comidos tienen la propiedad de hacer venir leche á las mugeres, aunque no estén en positura de tenerla. El modo de usarlos es cocidos, ó fritos; no tienen gusto fastidioso, ni malo, consistiendo su carne en una crasitud, al modo de tocino. Es experiencia hecha varias veces, no de casualidad, sino con intento determinado, y nunca han faltado los efectos. Esto se hará repugnante por no ser comun, pero allá es tan corriente que en pidiendo gusanos para la leche, luego los trahen en sus bástagos, que son al modo de cañas, y usan de ellos las mugeres que los necesitan para facilitarsela, ó hacer que abunde. Igual virtud tiene la yerba llamada Nuñu-quechua. El nombre Nuñu significa los Pechos, y de él deriva el de el Ama que dá de mamar.

     Otra Planta hay de una rara virtud para curar y cicatrizar toda suerte de llagas; llamanla Yerba de mataduras, en la lengua de los Indios Huallhua, por ser con la que curan las de las bestias: es tan eficáz, que en cortos dias las pone buenas; y el modo de aplicarla es molida, aplicando sus polvos sobre la parte que se halla mala, sea llaga, herida grande, ó pequeña; y lo que hacen los ingredientes, de que usa la Cirugía en mucho tiempo, facilita ésta sin auxilio de preparacion, ni de otros simples, y con la ventaja de la brevedad.

Si no son muchas las especies en plantas grandes y pequeñas de aquel País, tienen la excelencia de hallarse en ellas alguna virtud buena; al contrario de lo que sucede en los territorios de climas calientes. La Cascarilla, ó Quina es de temperamento frio, perteneciente al territorio alto, y no es en el de Loxa en donde unicamente se cria, participando de esta véntaja otros muchos: sus virtudes son bien conocidas y apreciadas, á correspondencia del beneficio que por su medio consigue la salud. En los temperamentos calientes de la Zona Torrida hay incomparablemente mas fecundidad en especies, y mas hermosura en los Arboles; pero entre los muchos buenos, y de maderas exquisitas no faltan algunos que sean nocivos, como sucede con el Manzanillo, que es bien comun, cuya sombra hincha á los que se acogen á ella contra los fuertes calores que alli reynan. El Guao, ó Guau es una planta en forma de Arbusto, cuya malignidad parece no le dexa levantarse al igual de los otros. Su veneno es tan pronto, que solo con el contacto hace hinchar la parte del cuerpo en donde toca, y la indispone de tal suerte, que necesita de alguna curacion para restituirse á su ser. Esta mala calidad de las plantas no quita que en la muchedumbre haya algunas con virtudes particulares, pues vemos que, aun las que son venenosas, se aplican con conocimiento y buen éxito á ciertas enfermedades. Entre las de la Isla de Cuba hay con particularidad una, que merecia ser mas conocida de lo que está. Esta es el Arbol que llaman Ocuge, el qual destila una resina tan adecuada para las relajaciones, que las suelda enteramente. Aseguran las gentes de allí, con el fundamento de la experiencia, que es de tanta actividad, que puesto el parche de ella en donde encuentre articulacion, la une y consolída, quitandole totalmente el movimiento; y por esto es necesario, al tiempo de ponerla, cuidar de que no se extienda á parte donde pueda resultar daño. Dicen tambien que su virtud es igual para relajaciones antiguas, como para las recientes, y lo propio en las personas de mayor edad, que en los jobenes.

No basta la resina sola para esta curacion, pues es sola una parte del medicamento; y para que sea completo, se le agregan los polvos de Mates, que se ponen sobre ella despues de hecho el parche. Estos Mates, son unas pepitas del tamaño de avellanas, pero chatas de los dos lados, duras, tersas, de un color rojo, hermoso, y por el uno de los dos lomos tiene una raya negra: los produce un arbusto pequeño, y los Montes se hallan llenos de ellos, siendo tan comunes, que sirven para el entretenimiento de los muchachos. Convendria el uso de este medicamento, siendo lastimoso que no se difunda su conocimiento como importante, contra un genero de accidente, que inhabilíta á muchas personas, poniendo en riesgo sus vidas, sin libertarse de tal peligro las de la mayor gerarquía.

Entre las muchedumbres de plantas que dá aquel clima cálido y humedo se singulariza una, que es de la especie de los Solanos, conocida por el nombre de Fraylecillo, cuyas hojas sirven de purgante eficáz, sin causar incomodidades á la naturaleza: es tambien Emética; y sobre el modo de operar hay en aquellas partes la vulgaridad, de que segun el modo con que se arrancan las hojas, asi opéran; si se desgajan, tirandolas ácia abaxo, pretenden que obre por la cámara, precipitando los humores que disuelve; y si es tirandolas ácia arriba, por el bomito. La tienen por eficáz desostruyente, y la atribuyen además la propiedad de ser buena para la fecundidad en la mugeres estériles, sobre cuya virtud se refieren algunos casos. Dicen los que la han usado por purgante, que no pide resguardarse el dia que se usa de ella, como se practíca con otras medicinas, y que el efecto que causa es grande. El modo es, cocidas dos ó tres hojas, beberla, ó comer las mismas hojas, ó echarlas en almivar al modo de conserva, ó tambien tomada en polvos. Despues de seca, es tarda en operar, y por esto la toman de parte de noche, para experimentar los efectos en el siguiente dia. Dá una frutilla del tamaño de una avellana, con tres divisiones, en las quales contiene otras tantas almendras largas redondas, formando arriba como una coronita; siendo de aqui de donde toma el nombre de Fraylecillo. Asimismo es comun fuera de aquella Isla en los demás Países calientes de aquellas partes.

Los Piñoncillos, cuya planta es tambien muy comun en los climas cálidos, sirven de purgante eficáz; pero estos son demasiado activos, y suelen ocasionar malas resultas.

Los campos de aquella Isla en muchas partes, y con particularidad los que están ácia la Habana, abundan naturalmente en la yerba de Añil; pero las gentes de allí no la aprovechan, sin faltarles el conocimiento de su utilidad, pues tienen el exemplar de haber enriquecido á cierto Estrangero, que se estableció en aquella Ciudad, el qual con mas aplicacion que los Naturales estableció una manufactura, donde no tenía dueño, y era silvestre, y haciendola cortar de los campos le fructificó sobresalientes utilidades. Este Añil es de mejor calidad que el que dá la Luisiana, sin embargo del cuidado con que se siembra y cultiva. En aquel clima dá tres cortes, que se hacen en el Verano: la silvestre de la Habana se siembra en el tiempo caloroso, y se reproduce en el de las lluvias.

La Calaguala, y la Canchalagua, mas conocidas yá por sus virtudes en Europa que ahora veinte años, son producciones de aquellos inhabitables pinaculos de la cordillera, donde la nieve raras veces en el año dexa descubrir la tierra. Hay otra yerva llamada Culén, que crece en las alturas del Reyno de Chile, cuyas virtudes no son menos recomendables que las anteriores. Esta es una planta de hojas piqueteadas, al modo de las del Peregíl, de un color verde obscuro: sus virtudes son tan generales, que la aplícan con buen éxito á diversás indisposiciones: es estomacál sudorífica, pero con particularidad es muy favorable para las dolencias ordinarias de las mugeres; siendo tal su eficacia, que las que padecen retenciones periódicas, flatos, y otros accidentes histéricos, curan felizmente, y por esto allí hacen mucho caso de ella.

Ha hecho notable pérdida la Botánica en la retardacion del regreso á Europa del Profesor de la Real Academia de las Ciencias de París Don Joseph de Jusieu, que en el año de 1735 pasó, en compañia de los Academicos de ambas Naciones, con el cargo de examinar las Plantas particulares de aquella parte del Mundo; pues hubiera podido ilustrar la Historia Natural, con noticias muy nuevas y útiles, habiendose esmerado con la mayor aplicacion y penalidad en correr de un cabo al otro el Perú en sus dilatadas distancias; pero un conjunto de accidentes imprevistas malograron las esperanzas, que debian fundarse en su sobresaliente aptitud y diligencia; pues habiendo determinado, con el deseo de acrecentar sus observaciones, y el motivo de las Guerras que sobrevinieron desde los años de 1740 en adelante con la Inglaterra, pasar de Lima, donde se hallaba, á Buenos-Ayres, para de allí transferirse al Brasíl, y hacer su buelta á Europa baxo de vandera segura: hecho yá la mayor parte del viage, le sobrevino, que un sirviente que le habia asistido mucho tiempo, y de quien tenia confianza, por robarle el dinero, y las cosas de algun valor que llevaba; aprovechando la ocasion mas oportuna, se le desapareció con la Petaca, que contenia el principal tesóro de su trabajo, consistiendo en los Herbarios que habia formado, y los Quadernos de las descripciones de Plantas y otras cosas que tenía observadas: y aunque desde luego se dieron eficaces providencias por los Governadores y Jueces para descubrirlo, no se pudo encontrar luz de él, dexandose inferir, que tomaría el camino para alguna parte del Brasíl. Viendose despojado del fruto de sus taréas, y que era vergonzoso venirse á Europa sin las noticias que se esperaban, que su naturaleza se hallaba cansada, y no estaba capáz de bolver á emprender el trabajo que habia hecho antes para formar nuevas relaciones de Historia Natural, resolvió retroceder á Lima, donde se mantuvo haciendo vida privada, entregado á la lectura y examen de algunas Plantas que se le proporcionó; pero al tiempo de estarse escribiendo esta Obra se supo haberse regresado por la Habana, y que habia llegado á Madrid, con lo qual debe esperarse que hará publicar las noticias y observaciones que pudo practicar en el tiempo que se demoró.

La Coca es planta muy comun en los territorios altos de aquella parte: el modo de usarla es con la tierra llamada Toccra, ó Llipta, que es una pasta que componen á manera de bollos de chocolate, aunque algo mayores, y del mismo color: estos son preparados con las cenizas de la mazorca del Maiz sin granos, y la de algunas otras plantas silvestres, abundantes de sales, lo qual amasan junto, y queda dura quando está seco. Las Coqueras, que son por lo regular Indias, ministran graciosamente este ingrediente en proporcionada cantidad á los que se la compran, como que sin él le falta la mejor sazon á la yerba. El aprecio que los Indios hacen de ella es extremoso, y no trabajarian con gusto si los faltase: antes de dár principio se sientan á prepararla, á lo que llaman Acullicar, y poniendose en la boca una buena porcion, con un pedacito de la Toccra, la ván humedeciendo y reduciendo á una pelota: quando la tienen bien amasada, la sacan y ponen en la bolsa, ó saquillo en donde guardan la Coca, y tomando otra porcion hacen con ella lo que con la primera: esto lo repiten hasta tener 5, ó 6 bolas, que son las que consumen en 2, ó 3 horas de trabajo. Luego que se les acaban buelven á Acullicar para seguir adelante con la obra: cada bola la mantienen en la boca todo el tiempo que sienten el gusto áspero y fuerte de la hoja; y quando le falta la arrojan, y toman otra. Usan de unas bolsas hechas del pellejo entero de algun animal pequeño, como de Zorrillo, ú otro equivalente, y en este trahen la Coca y la Toccra pendiente de la cintura, al modo que en Europa los que usan del tabaco, trahen el de polvo en caxas, y el de humo en bolsas proporcionadas para él.

Es muy comun allí la yerba que llaman Hedionda, cuyo nombre dice bien con su propiedad, porque el olor que despide tocandola, ó moviendola es muy fastidioso é incómodo: es una de las muchas especies de Solano que hay; y esta de que se trata crece en arbusto bastante grande. Usan de ella para vários medicamentos; y en la Luisiana, donde tambien es muy comun, para matar las Lombrices, siendo eficaz para ello. Esta no prevalece en los temperamentos mas frios, pero sí en los que son moderados y cálidos, y asi viene á ser comun en ambos.

Parece, por lo que la experiencia enseña allá, que el Ajo es natural del temperamento frio: en aquellos parages altos no se cultíva, y es una de las yerbas nocivas que inficionan las tierras, porque en las que empiezan á nacer propagan tanto, que se inutilizan para producir otras cosas: aun la vecindad es incómoda por el olor fuerte que exalan; asi este genero no cuesta allí mas que el trabajo de cogerle.

La naturaleza tiene reservadas sus prerrogativas para distribuirlas en distintos Países, y no á todos los hace igualmente participes de unas propias cosas. Los de la Luisiana, ácia la parte de su medianía, son abundantes de Viñas naturales, y crecen con tanta lozanía y perfeccion, como si se hubiesen plantado á mano, y estuviesen cultivadas. En este modo se reconocen en el territorio que média entre los Opelusas y los Natchitochas, cuya distancia es de 40 leguas. Las Viñas forman á modo de cepas, estendiendo los sarmientos con sobresaliente vigor. En principio de Mayo se hallaban cargadas de racimos de uba en algo mas que esquilmo, y señales de dár buen fruto, y abundante; pero no llega á madurar, porque la muchedumbre de Venados, Gamos, y Osos que hay en aquellas partes las consumen antes de tomar sazon.

Las plantas de Fresas son igualmente naturales en aquel territorio, y el fruto es tan bueno como el que se coge en los jardines, dandole la cultura regular. En el Reyno de Chile, en las Campañas de la Concepcion, que están en poca mas altura Meridional que los campos expresados de la Luisiana, son igualmente naturales estas dos plantas, hallandose esparcidas por ellas en la misma forma que allá. En esto se vé la igualdad que tienen los dos Países, sin embargo de la mucha distancia que média entre ambos; pero no se vén en el territorio de la parte alta del Perú, donde reyna el temperamento frio, ni en la que goza mas templado, sin exceder en estos dos extremos: debiendose colegir de ello, que estas plantas no solamente necesitan de un grado de calor moderado, que alterne con el frio del Invierno, y lo mas cálido del Verano, sino una athmosphera proporcionada, cuyo ayre no sea tan sutil y ligero como el que reyna allí.

Los campos de la Luisiana son muy fértiles y abundantes de plantas: circunstancia que debe experimentarse en ellos, porque el clima les favorece, y las alternaciones de llubias y Soles los fecundízan. Son asimismo virgenes, no habiendo tenido cultura alguna, y con esta circunstancia crian lozanamente aquellas plantas, que son proprias de ellos.

     El Zarzafrás es arbol muy comun, y de aquellos que contribuyen á hacer espesos é impenetrables los bosques. El Capiler, que vulgarmente llamamos Culantrillo, se produce abundantemente ácia las partes altas del Misisipi, por los Ilinoeses, y mas ácia el Norte, y el de allí es estimado con particularidad por la eficácia de sus virtudes.

En las partes mas al Norte de la Luisiana, ácia lo interior del Rio Misuri, que vá á confinar con Santa Fé, en el Reyno de Nueva España, y por el Norte de esta Provincia, se halla la planta llamada por los antiguos Mandragora, de la qual hablan bastante los Historiadores de aquellos tiempos, haciendolo con particular estimacion. De ésta, dicen los Tratantes de la misma Luisiana, que son los que se introducen por aquellos parages, observarse en ella, no solo la semejanza que tiene á la figura humana, sino que se distinguen los dos sexos; y aunque conducen algunos trozos, no se percibe por ellos la semejanza que pretenden atribuirle. Hay Autores que aseguran haberla en el Canadá, lo que no tiene dificultad, porque los dos parages se dán la mano uno con otro; y de haberla en alguno de ellos, es regular que participe el que se halla contiguo. En la Provincia de Pequin, en la China, las hay, bien que, segun la opinion mas acertada, no es allí donde se cria, llevandose de la Tartária. Llamanla los Chinos Ginseng, aludiendo á la figura de hombre que tiene, y los Tártaros Orbota, que significa la primera de las plantas, dandole este nombre por razon de las excelencias de sus virtudes. Son tantas y tan particulares las que se le atribuyen, que se mira entre ellos con el mayor aprecio. Las principales consisten en restablecer los espiritus vitales, y vigorizar las fuerzas quando se hallan desfallecidas por alguna fatiga del cuerpo; y entre otras muchas que se le apropian, dicen que prolonga la vida en los ancianos, y la renueva en los que padecen achaques. Sin embargo de ser cara en donde se coge, por venderse á peso de plata, no lo es tanto como corresponde á las grandes virtudes que se refieren. El primer descubrimiento que se hizo de ella en la Luisiana, fue en el año de 1768. Aunque no se dé crédito á todo lo que ponderan las relaciones Chinas, y las que hacen los Tártaros, sería muy digna de que se mandasen recoger algunas porciones para hacer experimentos en la Medicina, pues con una parte que se verificase, de lo que se relaciona, sería bastante para deberla estimar entre las cosas mas preciosas.

Lo que falta de frondosidad á los territorios de la parte alta del Perú, tiene de abundancia la Luisiana en Arboles de muchas especies: la tierra está tan cercada de ellos, que la hacen impenetrable: son de una elevacion muy alta, y en todo lo que corre aquel Rio no se descubre espacio que no esté pobladisimo de ellos, y por bastante distancia ácia lo interior. Como esto sucede en las orillas de los rios, y sus inmediaciones, y son tantos los que corren por aquellos dilatados Países, dando el caudal de las aguas al Misisipi, se propagan á correspondiencia los bosques, y solo algo retirados de los rios es donde las tierras parecen descubiertas, formando praderías dilatadas.

Los Arboles mas comunes son los que llaman Siples, cuya madera es muy semejante á la del Pino del Norte, y por lo tanto la aplican á hacer tablazon y viguería, el Laurél, el Roble, el Alamo, el Sáuce y el Pino, siendo varias las especies en que se divide cada una de estas. Otras dos especies de Arboles se encuentran allí, que parecen ser particulares de aquel País: la una de estas llaman Pacanos, que es un genero de Nogál de mas corpulencia que ellos, pero en madera y hoja muy semejante: El fruto es en el gusto parecido al de la Nuez, mas delicado y fino, con menos partes aceytosas: en la figura es diferente, y se parece á los Dátiles, siendo en el tamaño quasi el mismo, ó poco menor; la cáscara es muy delgada y lisa, sin las escabrosidades que tiene la Nuez. El otro es el Arbol de Cera; éste es mediano, acopado, y dá una semilla en forma de racimos, que es con la que se hace la Cera. El modo es, quando tiene la maduréz regular, hervirla en agua, con la qual se extrahe una parte grasosa, que recogida, se coagúla, y es la Cera; su color es verdoso obscuro, y la luz que hace tira á este, no siendo tan clara y viva como la de Cera de Abejas, ó la de Esperma, de que se fabríca mucha en la Nueva Inglaterra. Le dán el nombre de Cera por la consistencia que toma, sin derretirse, ni ablandarse con calor moderado, como sucede con el sebo; propiamente no es Cera, sino una materia oleosa crasa, que toma consistencia, y forma cuerpo duro, diferenciandose en esto de los otros aceytes de que abundan ciertas semillas, como la del Lino, la del Cañamo, del Navo, del Colsac, y otras distintas. Suelen beneficiar esta Cera, extrayendo de ella con repeticion de evoluciones las partes mas impuras, con lo qual pierde el color verdoso en mucha parte, pero siempre conserva algun viso, que no dexa equivocacion de ser materia vegetal.

Los Arboles del Misisipi en la vigorosa frondosidad que manifiestan, al igual que se vén vestidos de hojas, se reconocen poblados de una produccion, ó planta estraña, que en la estacion del Estío, quando se despojan de aquella, queda mas visible, y los aféa, representandolos como viejos y en el ultimo estado de decadencia. Esta planta, que allí conocen por el nombre de Barba-Española, se compone de un conjunto de filamentos delgados de color ceniciento obscuro, y dividida en multitud de ramificaciones flexibles parece como una maraña de hilos que cuelgan de las ramas en tanta abundancia que lo pueblan por todas partes: quando se hallan vestidos de la hoja, y adornados con el verdor de ésta, no se percibe tanto; pero luego que con el Estío se despojan de ella, se vén las ramazones, y hasta el tronco desfiguradas con ellos, manifestando tristeza. Esta planta se arrayga en la corteza del Arbol, y vejeta: sus semillas, llevadas por el ayre, van á los otros, siendo este el modo de propagarse, y de hallarse tan cundida. Sirvense de ella para hacer colchones y otros reenchidos, á cuya fin la ponen á secar y la varéan; y con esta diligencia despide la cortecilla, y queda el corazon, que es de un color negro: en esta forma engaña, porque parece cerda rizada, no distinguiendose de ella ni en el color, ni en el grueso, y los que no están hechos á verla la equivocan facilmente. En esta y otras particulares producciones se reconocen los juegos de la naturaleza, que entre la distante variedad de sus dotes imíta con ellos lo que parece mas disonante. En varias partes de los Países calientes de América, el Arbol llamado Ceibo, imíta con su fruto la Lana de los Animales, y sirve para muchos usos de los que se aplíca aquella. El Algodon es una especie de seda finisima y suave. La Piña de Indias es en la figura parecida á la que dán los Pinos, y en la sustancia totalmente diversa, los Arboles de Cera la dán, como se ha dicho, semejante á la que laboréan las Abejas, y la que llaman Barba: siendo una produccion vegetal, se toma por las Clines de los animales.

Entre la diversidad de plantas que son comunes en aquel clima, puede mirarse como especial, la que llaman Viperina: esta es de la clase de las menores, y se encuentra ácia las partes altas del Misisipi: su virtud es muy conocida para libertar de malas resultas á las mugeres despues que han parido, y la usan en estos casos con buen éxito; no menos que para purificar la sangre y corregirla en el retroceso que hace la Leche al tiempo de extraviarla el curso natural, para que se les seque. A esta semejanza hay otras muchas que conocen los Naturales, adequadas para varias enfermedades, y asi se vé que se curan con ellas aun de las mas peligrosas y dificiles. Sería muy conveniente que en cada País se hiciese un catálogo de las Plantas y sus virtudes con el modo de aplicarlas, para que las conociesen y se aprovechasen de ellas en los que no las hay.

Otra Planta menor hay no menos rara que las antecedentes: ésta, quando se halla en sazon, que está florida, tiene la propiedad de coagular el agua, al modo que el quajo, ó la flor del Cardo lo hacen con la Leche, quedando aquella con la misma consistencia que ésta, y coagulada no es perjudicial á la salud: es bastante abundante por aquellos campos.

El Añil, como se ha dicho, es de las plantas que se cultivan en los territorios de la Luisiana: del mismo modo lo son el Tabaco y la Caña de Azucar; el primero de estos hace mejores progresos en su vegetacion que la segunda, bien que su calidad no iguala con mucha distancia al de la Isla de Cuba, ni tiene la fortaleza y olor que el de la Española. El Azucar es de inferior calidad, y por la misma razon que abunda de humedad el País, y que sus colores son repentinos, no quaxa á proporcion de lo que abunda en jugo la caña. Esta se siembra de un año para otro, y no tiene mas que un corte, originado de sobrevenir los frios grandes del Invierno despues de haberse hecho: en esto es diferente de lo que sucede en la parte baxa del Perú, llamada Valles, y en las quebradas de la alta, pues en ambas tarda desde que se siembra con brevedad, dos, ó tres años, hasta que se corta en maduréz, y despues de este primer corte dá otros dos en los años consecutivos: siendo el tercero el que llaman Soca, que sirve para bolverla á plantar. Por esto en aquellas haciendas de caña, que en unas partes llaman Trapiches, y en otras Ingenios, con alusion á la máquina donde se muele, tienen quatro suertes, que plantan en distintos años, y cortan en cada una la que corresponde estár madura, de cuyo modo nunca cesan de moler, ni de fabricar azucar. Contribuye á ello la poca diferiencia que hay en el temperamento entre el Invierno y el Verano, y por ello son igualmente favorables para que el Azucar quaxe. No sucede asi en la Luisiana, en la Habana, ni en los otros parages donde son grandes las diferiencias de los dos temperamentos, ó donde reyna con exceso el calor, porque entonces no quaxa con perfeccion, y solo muelen en aquella coyuntura que es favorable á el intento.

El Tabaco, sin ser de la mejor calidad, es regular. El consumo que tiene es en Andullos, ó Rollos para hacer Rapés, y en hoja para fumar: no tiene mucha extraccion, y por esto son moderadas las cosechas: es no obstante superior al de las colonias de Virginia y resto de la Nueva Inglaterra, y al que se cultiva en Holanda, y en las Provincias Septentrionales de Alemania: por esto si se le procurase dár salida no dexaría de tener aceptacion, y pudiera ser uno de los ramos de comercio considerables de aquel País, al modo que lo es el de Virginia, Brasil, y otras partes.