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31

176-6. Véase el tomo II, pág. 343, y el tomo VI, pág. 100 (apéndice) de las Comedias y entremeses. (N. del E.)

 

32

M.: «en vano». (N. del E.)

 

33

176-26. Es singular que todo este lance aparece, como en profecía, contenido en aquel pasaje de La Lena o El Celoso, de D. Alfonso Velázquez de Velasco (Milán, 1602; acto III, escena 3.ª), donde dice Vigamón: «De manera, hermano, que soy medio biuo, sin mas conuersacion que la de un negro boçal que cura el cauallo, con quien passo mis ratos, hartándonos ambos de zinguerrear en vna guitarra más destemplada que discante de ramera». Menéndez y Pelayo (Orígenes de la Novela; III, CCLXXXVI) hace notar que las precauciones de que se vale Cervino en La Lena «recuerdan algo las del Celoso extremeño». (N. del E.)

 

34

M. omite «a». (N. del E.)

 

35

180-9. Lo de La Estrella de Venus, es alusión al bello romance morisco de Lope de Vega, que comienza:


    «Sale la estrella de Venus
al tiempo que el sol se pone»,



publicado como anónimo en el Romancero general. (Véase Durán; tomo I, núm. 33.)

Era popular aún en 1643, fecha en que salieron a luz unos Entremeses nuevos, entre los cuales está el de Don Gaiferos, de Quiñones de Benavente, donde dice el protagonista:


   «Mas mi locura perdone,
pues, para que me corone
mi fémina masque genus,
sale la estrella de Venus,
al tiempo que el sol se pone.»



Otra mención de La Estrella de Venus, puede verse en el entremés Los Planetas, del mismo Quiñones, y en El Donado hablador, del Dr. Alcalá (II, 13).

En cuanto:


    «A los hierros de vna rexa
la turbada mano asida,
sobre el cauallo Abenamar
de Zayda el retrato mira»,



es el comienzo de un romance morisco anónimo, que figura en el Romancero de Barcelona. (Véase la edición R. Foulché-Delbosc, en la Revue Hispanique, tomo XXIX; New York-París, 1913.) (N. del E.)

 

36

180-15. Véanse en el Romancero de Durán (números 75 a 84) los romances de Abindarráez el Tío y de su dama Jarifa, personajes enteramente fabulosos.

En cuanto a Tomunibeyo (llamado también Tomumbeyo), fue, probablemente, Tuman-Bey II (Al Melik-al-Aschraf), último Sultán de la segunda dinastía de los mamelucos, elegido en 1516, y muerto por Selim I en el Cairo, el año 1517, después de una defensa heroica.

No conocemos las coplas de Tomunibeyo, ni las de la Zarabanda a lo divino, aludidas por Cervantes. (N. del E.)

 

37

M.: «imprimays». (N. del E.)

 

38

182-8. El clavicímbalo o clavicordio. (N. del E.)

 

39

M.: «manero». (N. del E.)

 

40

M.: «assi». (N. del E.)