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Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados


Miguel de Cervantes Saavedra




ArribaAbajoCriterios de edición

La presente edición electrónica del tomo de Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados, publicado por Cervantes en 1615 tras su fracaso al intentar representarlas, incorpora cuantas enmiendas hemos ido introduciendo en nuestras ediciones anteriores (Barcelona: Planeta, 1987; Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos, 1995; Madrid: Alianza, 1997-1998; Madrid: Castalia, 1999) y añade una nueva revisión llevada a cabo de cara a su inclusión en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

En consecuencia, contiene el texto, para nosotros definitivo hoy por hoy, de las dieciséis piezas establecido con los mismos criterios que en la ediciones habituales: tomando como base la primera edición (Madrid: Viuda de Alonso Martín, 1615), de la cual se han manejado, dado su penoso estado de conservación, los siguientes ejemplares: CERV. / 3.209, CERV.-SEDÓ / 8.698, R / 32.671, R / 10.692 y R / 14.483 de la B.N.M. De la comparación de los mismos se desprende que no ofrecen diferencias mayores, como no sea alguna corrección de detalle, que las debidas a su estado de conservación, por lo que ni siquiera podemos hablar estrictamente de estados distintos. Siendo así, aprovechamos siempre la lectura mejor conservada, con independencia del ejemplar del que proceda.

Por lo demás, editamos las comedias y entremeses, en la misma línea que los demás textos de Cervantes, con un criterio de esencial respeto a la príncipe, intentando reproducirla con toda fidelidad y limitándonos a actualizar lo puramente gráfico u ortográfico: uso de s/ss, c/q, c/z/ç, u/v/b, x/j/g, h-,...; arcaísmos gráficos latinizantes, separación de palabras, signos suprasegmentales, resolución de abreviaturas, acentuación, puntuación, etc. Por las mismas razones, respetamos escrupulosamente todos y cada uno de los rasgos significativos propios de la lengua clásica: vacilaciones en el timbre de las vocales átonas, empleo anárquico de los grupos consonánticos, aglutinaciones de la preposición de con pronombres y demostrativos, asimilación de la -r del infinitivo con la l- de los pronombres enclíticos, metátesis de la -d del imperativo con la l- del enclítico... y cualquier otro rasgo de mayor alcance: concordancias anómalas, regímenes preposicionales, empleo desusado de las conjunciones, acepciones etimológicas, etc.

En el caso del teatro, conviene hacer alguna matización más: 1) en beneficio de la claridad, desarrollamos y regularizamos las abreviaturas, tan caprichosas, de los nombres de los personajes; 2) normalmente, mantenemos los versos hipométricos e hipermétricos tal cual los da la príncipe, salvo cuando detectamos errata evidente; 3) solemos respetar las lecturas originales al final de verso, aun cuando van en contra de la rima, a no ser que nos parezcan erratas claras; y 4) tendemos a mantener las acotaciones en el sitio exacto que aparecen, pues en muchos casos resulta significativa su ubicación y creemos que no deben desplazarse al lugar más lógico, tal y como se suele hacer.



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