 Baladilla de los tres ríos
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| El río Guadalquivir | | | | va entre naranjos y olivos. | | | | Los dos ríos de Granada | | | | bajan de la nieve al trigo. | | |
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| ¡Ay, amor | | | | que se fue y no vino! | | |
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| El río Guadalquivir | | | | tiene las barbas granates. | | | | Los dos ríos de Granada, | | | | uno llanto y otro sangre. | | |
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| ¡Ay, amor | | | | que se fue por el aire! | | |
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| Para los barcos de vela | | | | Sevilla tiene un camino; | | | | por el agua de Granada | | | | sólo reman los suspiros. | | |
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| ¡Ay, amor | | | | que se fue y no vino! | | |
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| Guadalquivir, alta torre | | | | y viento en los naranjales. | | | | Dauro y Genil, torrecillas | | | | muertas sobre los estanques. | | |
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| ¡Ay, amor | | | | que se fue por el aire! | | |
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| ¡Quién dirá que el agua lleva | | | | un fuego fatuo de gritos! | | |
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| ¡Ay, amor | | | | que se fue y no vino! | | |
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| Lleva azahar, lleva olivas, | | | | Andalucía, a tus mares. | | |
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| ¡Ay, amor | | | | que se fue por el aire! | | |
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 Escena del teniente coronel de la Guardia Civil
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Cuarto de banderas
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TENIENTE CORONEL.-
Yo soy el teniente coronel de la Guardia Civil.
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SARGENTO.-
Sí.
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TENIENTE CORONEL.-
Y no hay quien me desmienta.
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SARGENTO.-
No.
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TENIENTE CORONEL.-
Tengo tres estrellas y veinte cruces.
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SARGENTO.-
Sí.
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TENIENTE CORONEL.-
Me ha saludado el cardenal arzobispo con sus veinticuatro borlas moradas. |
SARGENTO.-
Sí.
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TENIENTE CORONEL.-
Yo soy el teniente. Yo soy el teniente. Yo soy el teniente coronel de la Guardia Civil.
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(Romeo y Julieta, celeste, blanco y oro, se abrazan sobre el jardín de tabaco de la caja de puros. El militar acaricia el cañón de un fusil lleno de sombra submarina. Una voz fuera.)
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| | Luna, luna, luna, luna, | | | | del tiempo de la aceituna. | | | | Cazorla enseña su torre | | | | y Benamejí la oculta. | | |
| | Luna, luna, luna, luna. | | | | Un gallo canta en la luna. | | | | Señor alcalde, sus niñas | | | | están mirando a la luna. | | |
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TENIENTE CORONEL.-
¿Qué pasa? |
SARGENTO.-
¡Un gitano!
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(La mirada de mulo joven del gitanillo ensombrece y agiganta los ojirris del TENIENTE CORONEL de la Guardia Civil.)
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TENIENTE CORONEL.-
Yo soy el teniente coronel de la Guardia Civil.
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GITANO.-
Sí.
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TENIENTE CORONEL.-
¿Tú quién eres?
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GITANO.-
Un gitano.
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TENIENTE CORONEL.-
¿Y qué es un gitano?
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GITANO.-
Cualquier cosa.
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TENIENTE CORONEL.-
¿Cómo te llamas?
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GITANO.-
Eso.
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TENIENTE CORONEL.-
¿Qué dices?
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GITANO.-
Gitano. |
SARGENTO.-
Me lo encontré y lo he traído.
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TENIENTE CORONEL.-
¿Dónde estabas?
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GITANO.-
En el puente de los ríos.
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TENIENTE CORONEL.-
Pero ¿de qué ríos? |
GITANO.-
De todos los ríos. |
TENIENTE CORONEL.-
¿Y qué hacías allí? |
GITANO.-
Una torre de canela. |
TENIENTE CORONEL.-
¡Sargento! |
SARGENTO.-
A la orden, mi teniente coronel de la Guardia Civil. |
GITANO.-
He inventado unas alas para volar, y vuelo. Azufre y rosa en mis labios. |
TENIENTE CORONEL.-
¡Ay! |
GITANO.-
Aunque no necesito alas, porque vuelo sin ellas. Nubes y anillos en mi sangre.
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TENIENTE CORONEL.-
¡Ayy!
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GITANO.-
En enero tengo azahar.
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TENIENTE CORONEL.-
(Retorciéndose.) ¡Ayyyyy! |
GITANO.-
Y naranjas en la nieve. |
TENIENTE CORONEL.-
¡Ayyyyy!, pum, pim, pam. (Cae muerto.) |
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(El alma de tabaco y café con leche del TENIENTE CORONEL de la Guardia Civil sale por la ventana.)
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SARGENTO.-
¡Socorro! |
* * * |
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(En el patio del cuartel, cuatro guardias civiles apalean al gitanillo.)
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 Canción del gitano apaleado
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|  Veinticuatro bofetadas. | | | | Veinticinco bofetadas; | | | | después, mi madre, a la noche, | | | | me pondrá en papel de plata. | | |
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| Guardia civil caminera, | | | | dadme unos sorbitos de agua. | | | | Agua con peces y barcos. | | | | Agua, agua, agua, agua. | | |
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| ¡Ay, mandor de los civiles | | | | que estás arriba en tu sala! | | | | ¡No habrá pañuelos de seda | | | | para limpiarme la cara! | | |
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 Campo
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UNA VOZ | | | Amargo. | | | | Las adelfas de mi patio. | | | | Corazón de almendra amarga. | | | | Amargo. | | |
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(Llegan tres jóvenes con anchos sombreros.)
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JOVEN 1.º.-
Vamos a llegar tarde.
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JOVEN 2.º.-
La noche se nos echa encima.
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JOVEN 1.º.-
¿Y ése?
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JOVEN 2.º.-
Viene detrás.
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JOVEN 1.º.-
(En alta voz.) ¡Amargo!
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AMARGO.-
(Lejos.) Ya voy.
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JOVEN 2.º.-
(A voces.) ¡Amargo!
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AMARGO.-
(Con calma.) ¡Ya voy!
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JOVEN 1.º.-
¡Qué hermosos olivares!
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JOVEN 2.º.-
Sí.
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(Largo silencio.)
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JOVEN 1.º.-
No me gusta andar de noche.
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JOVEN 2.º.-
Ni a mí tampoco.
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JOVEN 1.º.-
La noche se hizo para dormir.
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JOVEN 2.º.-
Es verdad.
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(Ranas y grillos hacen la glorieta del estío andaluz. El AMARGO camina con las manos en la cintura.)
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AMARGO | | | Ay yayayay. | | | | Yo le pregunté a la muerte. | | | | Ay yayayay. | | |
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(El grito de su canto pone un acento circunflejo sobre el corazón de los que lo han oído.)
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JOVEN 1.º.-
(Desde muy lejos.) ¡Amargo!
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JOVEN 2.º.-
(Casi perdido.) ¡Amargooo!
(Silencio.)
(El AMARGO está solo en medio de la carretera. Entorna sus grandes ojos verdes y se ciñe la chaqueta de pana alrededor del talle. Altas montañas le rodean. Su gran reloj de plata le suena oscuramente en el bolsillo a cada paso.)
(Un JINETE viene galopando por la carretera.)
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JINETE.-
(Parando el caballo.) ¡Buenas noches!
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AMARGO.-
A la paz de Dios.
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JINETE.-
¿Va usted a Granada?
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AMARGO.-
A Granada voy.
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JINETE.-
Pues vamos juntos.
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AMARGO.-
Eso parece.
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JINETE.-
¿Por qué no monta en la grupa?
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AMARGO.-
Porque no me duelen los pies.
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JINETE.-
Yo vengo de Málaga. |
AMARGO.-
Bueno.
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JINETE.-
Allí están mis hermanos.
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AMARGO.-
(Displicente.) ¿Cuántos?
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JINETE.-
Son tres. Venden cuchillos. Ése es el negocio.
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AMARGO.-
De salud les sirva. |
JINETE.-
De plata y oro.
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AMARGO.-
Un cuchillo no tiene que ser más que un cuchillo.
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JINETE.-
Se equivoca.
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AMARGO.-
Gracias.
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JINETE.-
Los cuchillos de oro van solos al corazón. Los de plata cortan el cuello como una brizna de hierba.
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AMARGO.-
¿No sirven para partir el pan?
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JINETE.-
Los hombres parten el pan con las manos.
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AMARGO.-
¡Es verdad!
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(El caballo se inquieta.)
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JINETE.-
¡Caballo!
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AMARGO.-
Es la noche.
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(El camino ondulante salomoniza la sombra del animal.)
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JINETE.-
¿Quieres un cuchillo?
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AMARGO.-
No.
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JINETE.-
Mira que te lo regalo. |
AMARGO.-
Pero yo no lo acepto. |
JINETE.-
No tendrás otra ocasión.
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AMARGO.-
¿Quién sabe?
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JINETE.-
Los otros cuchillos no sirven. Los otros cuchillos son blandos y se asustan de la sangre. Los que nosotros vendemos son fríos. ¿Entiendes? Entran buscando el sitio de más calor y allí se paran.
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(El AMARGO se calla. Su mano derecha se le enfría como si agarrase un pedazo de oro.)
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JINETE.-
¡Qué hermoso cuchillo!
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AMARGO.-
¿Vale mucho?
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JINETE.-
Pero ¿no quieres éste? (Saca un cuchillo de oro. La punta brilla como una llama de candil.)
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AMARGO.-
He dicho que no.
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JINETE.-
¡Muchacho, súbete conmigo!
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AMARGO.-
Todavía no estoy cansado.
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(El caballo se vuelve a espantar.)
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JINETE.-
(Tirando de las bridas.) Pero ¡qué caballo éste!
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AMARGO.-
Es lo oscuro.
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(Pausa.)
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JINETE.-
Como te iba diciendo, en Málaga están mis tres hermanos. ¡Qué manera de vender cuchillos! En la catedral compraron dos mil para adornar todos los altares y poner una corona a la torre. Muchos barcos escribieron en ellos sus nombres; los pescadores más humildes de la orilla del mar se alumbran de noche con el brillo que despiden sus hojas afiladas.
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AMARGO.-
Es una hermosura.
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JINETE.-
¿Quién lo puede negar?
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(La noche es espesa como un vino de cien años. La serpiente gorda del Sur abre sus ojos en la madrugada, y hay en los durmientes un deseo infinito de arrojarse por el balcón a la magia perversa del perfume y la lejanía.)
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AMARGO.-
Me parece que hemos perdido el camino. |
JINETE.-
(Parando el caballo.) ¿Sí?
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AMARGO.-
Con la conversación.
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JINETE.-
¿No son aquéllas las luces de Granada?
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AMARGO.-
No sé.
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JINETE.-
El mundo es muy grande.
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AMARGO.-
Como que está deshabitado.
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JINETE.-
Tú lo estás diciendo.
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AMARGO.-
¡Me da una desesperanza! ¡Ay yayayay!
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JINETE.-
Porque llegas allí. ¿Qué haces?
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AMARGO.-
¿Qué hago?
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JINETE.-
Y si te estás en tu sitio, ¿para qué quieres estar?
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AMARGO.-
¿Para qué?
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JINETE.-
Yo monto este caballo y vendo cuchillos, pero si no lo hiciera, ¿qué pasaría?
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AMARGO.-
¿Qué pasaría?
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(Pausa.)
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JINETE.-
Estamos llegando a Granada. |
AMARGO.-
¿Es posible? |
JINETE.-
Mira cómo relumbran los miradores.
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AMARGO.-
Sí, ciertamente.
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JINETE.-
Ahora no te negarás a montar conmigo.
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AMARGO.-
Espera un poco.
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JINETE.-
¡Vamos, sube! Sube de prisa. Es necesario llegar antes de que amanezca... Y toma este cuchillo. ¡Te lo regalo!
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AMARGO.-
¡Ay yayayay!
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(El JINETE ayuda al AMARGO. Los dos emprenden el camino de Granada. La sierra del fondo se cubre de cicutas y de ortigas.)
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