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Poesía

Juan Rodríguez del Padrón



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- I -

Comienzan las obras de Juan Rodríguez del Padrón y esta primera es una que hizo llamada Siete gozos de amor.

                Ante las puertas del templo
do reçibe[e]l sacrificio
Amor, en cuyo servicio
noches y días contemplo,
de tu caridad demando 5
obedescida, Señor,
aquesta ciego amador,
el qual te dirá cantando,
si d[e]él te mueve dolor,
los siete gozos d[e]amor. 10
EL PRIMER GOZO
El primer gozo se cante:
causar la primera vista,
que la señora bien quista
comiença se del amante,
quando a la ley verdadera 15
fe muestra de bien amar,
le plaze de se tornar
ciego de ombre que era
(h)a creer y afirmar
o morir o defensar. 20
Yo sólo dirán que fue
el ciego contemplador
que cegó tu resplandor
la ora que te miré.
El sol no pudo causar 25
con toda su claridad
lo que tu sola beldad;
mas no[e]s de maravillar;
¡O si tanta o la meitad
fuesse la tu piedad! 30
De moverte a compasión
no te deves retraer
yo ver bien y conoscer,
aunque ciego, mi passión.
La pena del pensamiento 35
y deseo no cumplido
aunqu[e]el sentido he perdido,
con doble sentido siento:
quanto más mi muerte pido,
se dobla más mi sentido. 40
EL SEGUNDO GOZO
El primer gozo fenesce
sin fenescer dessear:
el segundo es de cantar,
la contra d[e]él no fallesce.
El qual, según la fe nuestra, 45
en que soy el más costante,
es aquel primer semblante
que la señora demu[e]stra
al siervo dende adelante.
Solo yo, triste, diré 50
deste plazer no gozando,
que nuestra ley, más amando
de lo que manda, passé.
Amador que tanto amasse
no digan que ser pudiesse; 55
yo sólo dirán que fuesse
aquel que la ley passasse
de amar y amor venciesse.
En boz más triste que leda
el segundo ya canté; 60
si d[e]él por ti no gozé,
por falta d[e]amor no queda
El que ha d[e] aver victoria,
sin tu bondad ofender
en amar yo he de ser 65
de quantos posseen la gloria
o passar o fenescer.
EL TERCER GOZO
El tercer[o] gozo es
el amante ser oido,
recontando 70
los trabajos que después
de su vista l[e]an venido,
desseando
El qual tiene por sentir,
quien hasta aquí, 75
el huego do suele arder
quiso a todo encobrir,
y más a ti,
por más gloria merescer.
Si fue de mí ofendido 80
amor y sus servidores
algún día,
fue por no ser entendido
qu[e]en bivo fuego d[e] amores
yo ardía, 85
ni tu merced entendiese
la tal flama
yo sentir y padescer,
con temor que no ardi[e]sse
la tu fama 90
por causa de me valer.
Lo que el seso resistiendo,
tú ni otro pudo oir
jamás de mí,
ya biva muerte muriendo, 95
con desseo de morir,
te descobrí;
como el qu[e]es puesto a tormento,
que por fuerça
su mal viene a confesar 100
y tornando al sentimiento,
más s[e]esfuerça,
de lo encobrir o negar.
EL QUARTO GOZO
El canto va fenesciendo
del tercero 105
mas no plañir y llorar,
menos caridad sintiendo
que primero,
del quarto gozo a tractar,
El qual es, pues que dezir 110
m[e]es forçado,
donde[e]l fuego concebí
discreta señora serví
en estado
y virtud mayor de sí. 115
El primero movimiento
al segundo
nunca pudo contrastar,
avido conoscimiento
en el mundo 120
tú ser la más singular
Conoscan ser tu loança
más devida
las altas de gran poder,
pues la bien aventurança 125
d[e]esta vida
es virtudes posseer.
Como sea manifiesto
tú vencer
las virtudes en bondad 130
por ventura desonesto
mi querer
juzgará tu voluntad;
mas porque veas el fin
desseando 135
de virtud no desviar,
mi mote del seraphín
inflamado
te plega de blasonar.
EL QUINTO GOZO
El quarto gozo finando 140
sin fin aver mis cuidados,
mas siempre multiplicando,
el quinto ya discordando,
mis sentidos trabajados
en sus males contemplando, 145
es poder en la señora
el servidor entender
sus servicios qualquier ora,
ofresciéndole plazer,
Pues mi servicio no vees 150
contrastar a las virtudes
manifiestas que posees,
ni demanda, según crees,
que tu buen deseo mudes,
ni lo contrario desees, 155
no te sea cosa fuerte
en grado lo recibir
de quien piadad o muerte
no cesa de te pedir.
Si la tu gran discrección, 160
una virtud posseyendo,
ya posee quantas son,
sin aver contradición,
una sola fallesciendo,
y las otras por tal son 165
para ser más virtuosa
gloria que tanto deseas,
conviene que piadosa
contra mí, forçado, seas.
EL SESTO GOZO
Del quinto me despidiendo, 170
sin dar fin al triste canto,
el sesto en voz de planto
por orden vo prosiguiendo.
El qual es, si la tardança
por tí cessa, 175
de largo me ofrescer
la verdadera esperança
o promessa
del deseado plazer.
Quantos aman atendiendo 180
desaman desesperando,
y yo menos esperando,
más en el fuego m[e]enciendo.
La voluntad no movible,
desseosa, 185
¿quién la puede constreñir?
Quando a Dios es imposible
la tal cosa,
yo no puedo resistir.
Esperança y desseo 190
son en tan gran división
que según la perfectión
de la tu bondad, yo creo,
aunque Dios te perdonasse,
y la gente 195
no lo pudiese creer,
que tu merced no pecasse,
solamente
por tu virtud mantener.
EL SETENO GOZO
Del sesto me delibrando, 200
sin poder mi gran firmeza
la sobra de tu crueza
vencer, mas acrescentando,
el final gozo nombrado,
solo fin de mis dolores, 205
es amar y ser amado
el amante en igual grado,
qu[e]es la gloria d[e]amadores.
Pues la obra de caridad
es amar al enemigo, 210
conviene que al amigo
ames de necesidad.
Si voluntad no consiente,
virtud la deve forçar
amar tu leal sirviente 215
en el grado trascendente
que te ama sin mal pensar.
La muerte siento venir,
del cuerpo no sé que hagas;
muévante las cinco plagas, 220
celos, amar y partir,
bien amar sin atender
amar siendo desamado,
y desamar no poder,
pues no te pueden mover 225
los gozos que te he contado.
CABO
Si te plaze que mis días
yo fenezca mal logrado
tan en breve
plégate que con Macías 230
ser meresca sepultado;
y dezir deve
do la sepultura sea:
Una tierra los crió,
una muerte los levó, 235
una gloria los possea.

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