11
Compárese esta acotación paisajística de Capmany con la citada en la nota 7.
12
El elevado
índice adjetivatorio en el pasaje transcrito resulta
interesante, si tenemos en cuenta que Capmany, teóricamente
al menos, no se muestra partidario de la excesiva
adjetivación: «Si es verdad que
los epítetos dan muchas veces espíritu y vigor a la
oración; tanbien la confunden y enbarazan multiplicados con
indiscreta prodigalidad». «Los escritores
estériles de ideas, y de flaco ingenio, suelen ser
pródigos de epítetos, creyendo que así visten
la desnudez del período y enriquecen la pobreza de los
conceptos. Es comunmente el defecto en que caen los jóvenes
retóricos, y los escritores bisoños»
(p.
124). En nuestros días Azorín ha expuesto alguna vez
ideas semejantes.
13
Vid. Díaz-Plaja, ob. cit., p. 112 y ss.
14
Ob. cit., p. 207.
15
Ob. cit., p. 174.
16
Es todo un postulado barroco. Piénsese en la plástica española o italiana de ese estilo, en el dinamismo de las más características esculturas de un Bernini, por ejemplo.